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EL JUGUETE RABIOSO

ROBERTO ARLT

1. Reflexión Sobre El Sentido Del Título

Juguete: “Objeto con el que juegan los niños”; así mismo, Silvio era un juguete
del destino que lo olvidaba e ignoraba como ser humano, así lo reconoce su
madre al decirle “…si es el destino Silvio…”; objeto en cuanto su propia vida no
tenía un por qué y un para dónde; jugando con sus ilusiones, lo que le convierte
en un ser rabioso al ver que la vida transcurre y no alcanza sus ideales,
llevándolo a volverse un ser pasivo, que se harta de que sus esperanzas no se
cumplan, perdiendo su sentido de vida. “…No he de morir, pero tengo que
matarme” y admitiéndolo claramente al decir ”soy un juguete del destino”

2. Tema Y Variantes Temáticas

TEMA: Cuestionamiento Del Ser Por Su Existencia, Su Identidad, Su Vida y Su


Espacio.
EL JUGUETE RABIOSO
ROBERTO ARLT

ADELA MARIA CANTILLO JARAMILLO


ELCY ESTELA RESTREPO S.

Asignatura: Introducción a la
Literatura
Profesor: Rubén Mejía
Grupo: 102
Fecha: 18 de noviembre

UNIVERSIDAD DE MEDELLÍN
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
LICENCIATURA EN ESPAÑOL Y LITERATURA
MEDELLÍN
1999
VARIANTES TEMÁTICAS
Conformismo “Así es la vida” e inconformismo.
Diferencia de clases sociales.
La descomposición familiar y social.
La influencia del enciclopedismo como medio para trazar ideales.
El trabajo como medio de subsistencia.
La degradación del individuo como humano.
Pérdida de los valores.

3. La Muerte: Un símbolo En “El juguete Rabioso” De Roberto Arlt

La muerte, no concebida como el fin de un proceso biológicio, sino como ese


algo extraño que nos envuelve poco a poco sin darnos cuenta,
interrumpiendo un ciclo vital espiritual que condue a asistir inevitablemente
a funerales simbólicos de las ilusiones que se tejen en el quehacer cotidiano.

Es así como Silvio, al ver desintegrarse su grupo de amigos de adolescencia


(“… Necesitaba un camarada en las aventuras de la primera edad…”), ve
morir los lazos afectivos nacidos de la convivencia y de las travesuras
irreflexivas”…Cuando durante el día no habíamos podido hacernos nada,
estábamos cariacontecidos, tristes de nuestra torpeza, desengañados de
nuestro porvenir”.
Estos actos irreflexivos los llevan a matar los valores que deben regir sus vidas,
transgrediendo las pautas de comportamiento moral y reglas dentro de una
sociedad que faciliten la convivencia, convirtiéndose en ladrones,
reconociéndose a sí mismos como tales “… éramos ladrones ¡Ladrones!” e
incluso dibujando la idea de matar “…Cuando pronunciábamos esta palabra
los nervios del rostro distendíanse, y las ventanillas de la nariz se dilataban
aspirando el olor de la pólvora y de la sangre”.

Silvio no llegó a poseer su propia literatura, lo que de alguna manera mató sus
ilusiones de gran intelectual, ya que siempre estaba sometido a robarse los
libros o al que se lo prestaran “… Dicha literatura, que yo devoraba en las
entregas numerosas…” “Che, si usted necesita datos científicos para sus cosas,
yo tengo en casa una colección de revistas que se llaman “Alrededor del
mundo” y se las puedo prestar”, lo que se agudiza aún más en una sociedad
capitalista donde para quienes no poseen dinero, adquirir un libro es un lujo,
ya que se deben cubrir primero necesidades básicas como la alimentación.

El protagonista está inmerso en una sociedad que día a día mata al sser en su
plena condición de humano, denigrándolo como persona y opacando la
dimensión de su yo como ser valioso “… yo no detenía los ojos en nadie, tan
humillado me sentía, y soportaba, como la mujer gorda y cruel que rompía la
marcha, las cuchufletas que nuestra aparición provocaba”. Es así como en este
campo Silvio se ve obligado a trabajar mal remunerado y en condiciones
humillantes, donde sólo interesa la explotación que se puede hacer de él a
nivel de producción, sin importar su condición de ser pensante con
necesidades afectivas “…y sin contestar a mis buenas noches, me cerró la
puerta en las narices”. Esto se ve claramente cuando la comida que se daban,
eran desperdicios y el catre donde dormía, “… muchos debían de haber
padecido en ella, tan deteriorada estaba”, sólo le brindaba incomodidad,
convirtiéndose la situación que vivía, en una situación donde se estaba en
condiciones infrahumanas.

La muerte laboral es el inicio de un derrumbe total: significaba rechazo,


insignificancia, pérdida de las ganas de vivir; sepultando igualmente su ingenio
y creatividad, sabiendo que su intelectualidad no le sirvió de nada, al contrario,
fue la que llevó a que lo destituyeran de un cargo que ni siquiera había
empezado realmente a ocupar”…su puesto está en una escuela industrial.
Aquí no necesitamos personas inteligentes, sino brutos para el trabajo”. En
este caso, no se necesita morir biológicamente para “sentirse muerto”; cada
paso que se da de ahora en adelante está marcado por unas ilusiones que no
se cumplirán, por unas metas que se creía se iban a alcanzar y que no se pudo;
porque claramente se vislumbra un ser acabado, sin futuro, sin un porvenir
próspero “… y así es la vida”, en una sociedad donde se está obligado a
producir para poder subsistir “…como estudiar, sino tengo que aprender un
oficio para ganarme la vida”.

Socialmente, Silvio está en una posición degradante, sufre otra muerte, ya que
por ser pobre, ésta (la sociedad) lo aparta, lo humilla, lo ignora, lo hace sentir
cada vez más rebajado. Los valores en este caso juegan un papel importante,
debido a esta situación se pierden, pues ya no importa cómo me miren, porque
yo soy de abajo, ustedes arriba; sentía odio por ser pobre y los demás ricos
“…Tras esas puertas había dinero, los dueños de esos comercios dormían
tranquilamente en sus lujosos dormitorios, y yo, como un perro, andaba a la
ventura por la ciudad”. Esta muerte de Silvio, la enfrentan también cantidad
de personas dentro de una sociedad que los margina, sepultándolos en el
olvido, midiendo sólo su valía, en dinero.

Las sucesivas muertes a las que asistió Silvio a lo largo de su vida, le generan
angustia por su existencia, llevándolo a cuestionarse sobre su propia vida, lo
que desencadena una frustración de esperanzas y una rebeldía ante los
patrones seguidos hasta el momento. El romper con sus ideales establecidos,
muestra una imagen acabada del protagonista y una autoestima en
decadencia que desemboca en la traición a un amigo “…sí, ¿por qué ha
traicionado a su compañero? Y sin motivo.

¿No le da vergüenza tener tan poca dignidad a sus años?”

Mas aún, después de trasegar en medio de antivalores, antimodelos, sentir


morir sus ilusiones intelectuales, afectivas y laborales, lo sigue caracterizando
el afán de conservar ilusiones en un momento donde nada tiene sentido “… yo
quisiera irme al sur… al Neuquén… allá donde hay hielos y nubes… y grandes
montañas… Quisiera ver la montaña”.

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