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Cuando un hombre y una mujer dan los pasos necesarios para formar un matrimonio válido
y reconocido, cada uno se obliga o compromete públicamente con relación al otro. (Génesis
24:4, 34-67; Mateo 25:1-10) No se entra en un compromiso de esa índole cuando una pareja
simplemente convive sin que el arreglo sea sancionado por el casamiento. Más bien, la relación
de éstos sería de la clase que la Biblia denomina “fornicación” o “adulterio.” (Hebreos 13:4)
Aunque afirmen amarse, es probable que con el tiempo su relación sufra por carecer del firme
sentido de obligación de uno a otro que hay en el matrimonio, algo que, según muestra la
Biblia, es crucial. Por ejemplo:
Una señora de 34 años de edad explica: “Quizás yo sea una persona chapada a
la antigua, pero el sentido de obligación inherente al matrimonio hace que me
sienta más segura. . . . Me deleita lo confortable de que nos hayamos admitido el
uno al otro, y ante el mundo, que nos proponemos mantenernos unidos.”
Un maestro de 28 años de edad divulgó esto que llegó a comprender: “Un par de
años después me empezó a invadir el sentimiento de que vivía en un vacío. El
convivir [sin estar casados] no me proveyó orientación respecto al futuro.”
El relato bíblico acerca del primer matrimonio también puede ayudarnos a evitar problemas
relacionados con los padres y parientes políticos. Problemas de esa clase se cuentan entre los
más comunes, según un consejero matrimonial. Pero antes de que pudiera haber habido
problema alguno con padres y parientes políticos, la Biblia dijo esto del primer matrimonio: “El
hombre dejará a su padre y a su madre y tiene que adherirse a su esposa.”—Génesis 2:24.
mutuos a la luz del consejo bíblico. Por ejemplo, en 1 Timoteo 6:6-10, 17-19 y Mateo 6:24-34
se halla una excelente base para considerar los ingresos y planes económicos de la familia. Se
puede hallar mucho consejo bíblico sobre los aspectos comunes de la vida familiar en el libro
Cómo lograr felicidad en su vida familiar.
28 Puesto que el consejo de la Biblia proviene de Jehová Dios, la mejor autoridad sobre el
matrimonio y la vida familiar, es lógico que la aplicación de ese consejo con paciencia y sin
cejar, nos ayude en nuestro esfuerzo por lograr éxito. Por toda la Tierra miles de matrimonios
cristianos han hecho eso, con consecuencias de felicidad en su matrimonio.
Cierto, no es fácil lograr que el matrimonio sea feliz. Sin embargo, cuando ambos cónyuges se
esfuerzan por tener siempre presente a Dios en su relación, reinarán la felicidad y la confianza.
Así pues, hay que prestar atención a la espiritualidad de la familia y mantener sólido como una
roca el sentido del compromiso. Tampoco debe olvidarse que, como indicó Jesús, la felicidad
en el matrimonio no depende únicamente de los cónyuges. Más bien, el mérito debe recibirlo el
creador del matrimonio: Jehová Dios. “Lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún
hombre.” (Mateo 19:6.)
La Biblia explica que el matrimonio y la vida familiar fueron instituidos por Dios. Como
Diseñador de estas cosas, él sabe lo que puede mantener la unión en ellos. “Vístanse de
amor,” dice la Biblia, “porque es un vínculo perfecto de unión.”—Col. 3:14.
Este amor que es un “vínculo perfecto de unión” suministra fortaleza adicional al afecto
romántico. Es un interés altruista en el bien de otra persona, pues la Biblia aconseja: “Que cada
uno siga buscando, no su propia ventaja, sino la de la otra persona.”—1 Cor. 10:24.
‘Cada persona buscar el bien de la otra’... tal acción es precisamente lo opuesto del
egoísmo que está destruyendo muchos hogares. Ésta es la clase de amor que, si se aplica,
realmente puede poner felicidad en la vida familiar de uno.
Naturalmente, es mucho más fácil hablar acerca de desplegar amor altruista que el practicar
tal cosa. Un ama de casa dio esta opinión: “El que diga que es fácil para cualquier persona
estar casada con otra por toda la vida está viviendo en un mundo de ensueños.” Es verdad que
quizás no sea fácil, pero con el amor se puede hacer. Pero, ¿cómo puede usted practicar tal
amor? ¿Qué pasos prácticos puede dar una familia para mejorar?
Esto requiere saber desplegar amor genuino y esforzarse vigorosamente por hacerlo. No
parece que muchas personas que dicen que desean una vida afectuosa en el hogar sepan qué
hacer para lograr tal cosa. La Biblia da guía positiva que ha ayudado a millones de familias.
Note una muestra de su consejo práctico: “Que cada uno de ustedes individualmente ame a su
esposa así como se ama a sí mismo; por otra parte, la esposa le debe tener profundo respeto a
su esposo. Hijos, sean obedientes a sus padres en unión con el Señor, porque esto es justo. Y
ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y
regulación mental de Jehová.”—Efe. 5:33; 6:1, 4.
¡Qué diferencia se vería en la vida de muchas familias si realmente se aplicaran estas
sugerencias! Sí... que el esposo tratara a su esposa con el mismo tierno cuidado con que se
trata a sí mismo; y la esposa siempre fuera respetuosa y edificante para su esposo; que los
hijos siempre fueran voluntariamente obedientes.
2 Timoteo 3:1-5. La profecía de Pablo recogida en esos versículos indica que estamos viviendo
en “los últimos días”. Es imposible que las familias tengan paz y felicidad si sus miembros son
“amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes
a los padres, desagradecidos, desleales, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún
acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien, traicioneros, testarudos,
hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, teniendo una
forma de devoción piadosa, pero resultando falsos a su poder”. Con que uno de los miembros
de la familia carezca de cariño natural o sea desleal esta no puede ser completamente feliz.
¿Puede ser pacífica la vida familiar si alguien de la casa es feroz y no está dispuesto a ningún
acuerdo? Peor aún, ¿cómo puede haber paz y felicidad cuando los componentes de la familia
son amadores de placeres más bien que amadores de Dios? Estas son las características de la
gente de este mundo gobernado por Satanás. No sorprende que sea tan difícil que las familias
disfruten de felicidad en estos últimos días.