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Enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es causada por la pérdida de las células cerebrales que producen
dopamina, lo que da lugar a niveles bajos de la sustancia química en su cerebro. La dopamina
es un mensajero químico (o neurotransmisor) que hace que otras partes de su cerebro
coordinen correctamente el movimiento.

La enfermedad de Parkinson afecta a alrededor de una o dos de cada 100 personas mayores
de 65 años. Se cree que es ligeramente más frecuente en hombres que en mujeres. La mayoría
de las personas desarrollan la enfermedad a alrededor de los 60 años de edad, pero
aproximadamente una de cada 12 personas con la enfermedad de Parkinson comienzan a
presentar síntomas antes de los 50 años.

Síntomas

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson a menudo comienzan en un lado del cuerpo y


luego afectan a ambos lados. Los principales síntomas son los siguientes:

 Espasmos musculares (temblores). en general, es uno de los primeros síntomas y afecta a la


mayoría de las personas con enfermedad de Parkinson. comienzan generalmente con
movimientos circulares de la mano, como si hiciera rodar una canica o una pastilla entre el
pulgar y el índice. suele afectar los brazos y las piernas, aunquea veces también podría afectar
la mandíbula. El temblor será más evidente cuando esté en reposo y se reducirá cuando esté
moviéndose o durmiendo.
 Rigidez (agarrotamiento). Es un síntoma frecuente de la enfermedad de Parkinson. esto puede
hacer que le resulte difícil mover sus extremidades.
 Lentitud de movimientos.
 Problemas para caminar. quizás comience a caminar arrastrando lentamente los pies.

A medida que se vean afectados los diferentes músculos, se puede desarrollar:

 Problemas con la postura y el equilibrio: puede tener dificultades para darse vuelta en la cama
o levantarse de una silla y con el avance de la enfermedad puede caerse.
 Alteraciones en el habla: La persona puede comenzar a hablar en voz más baja o más
rápidamente.
 Pérdida de expresión facial: puede sonreír menos, fruncir más el ceño y parpadear más
lentamente
 Disminución del tamaño de la escritura.

También puede tener otros síntomas que no están relacionados con el movimiento. Ellos pueden
incluir:

 Problemas mentales, como depresión, pérdida de memoria, dificultad para razonar y mayor
ansiedad
 Problemas del intestino y vejiga como estreñimiento y necesidad de orinar con frecuencia.
 Problemas para tragar, que puede provocar mayor salivación y babeo.
 pérdida de peso.
 Impotencia.
 Disminución de la presión arterial cuando se pone de pie.
 Aumento de la sudoración.
 Problemas para dormir y cansancio.

Fases

Los neurólogos utilizan un sistema de clasificación para establecer en qué momento de la


evolución de la EP está el afectado. Se le denomina estadios de Hohen y Yhar:

Estadio I: El afectado mantiene aún una postura erecta y conserva su expresión facial. Pueden
aparecer síntomas en un solo lado del cuerpo, como temblores en una extremidad y dificultades
de movilidad fina. Al caminar pueden que se arrastren un poco los pies y que el braceo haya
disminuido. También puede aparecer rigidez y discinesias.

Estadio II: La alteración postural comienza a ser más evidente, comenzando a encorvarse hacia
delante. La expresión facial aparece ya afectada. La realización de las actividades de la vida
diaria se complica por la aparición de la bradicinesia. Comienza a manifestarse la alteración del
equilibrio. Pueden aparecer síntomas depresivos u otros síntomas secundarios a la toma de
mediación.

Estadios III y IV: Los síntomas se agravan; la dificultad para caminar y mantener el equilibrio
puede ser importante. Suelen provocar caídas al pararse o girar. Las sensaciones dolorosas y la
fatiga se incrementan. Aparecen dificultades en la comunicación. Surgen síntomas en relación
con los fármacos, como los fenómenos on-off, discinesias y problemas de insomnio,
alucinaciones, cuadros confesionales, etc.

Estadio V: Necesita ayuda de una tercera persona para todo tipo de actividad. Pasa mucho
tiempo sentado o tumbado en la cama (riesgo de ulceraciones). Las alteraciones del lenguaje se
acentúan.

La progresión de la enfermedad varía mucho en función de cada paciente. Aunque es una


enfermedad progresiva, el tratamiento farmacológico junto con las terapias rehabilitadoras,
pueden ralentizar el avance y disminuir la intensidad de la sintomatología, consiguiendo mejorar
su calidad de vida.

Es importante recalcar que no todos los afectados por la EP pasan por todos los estadios. La
enfermedad puede estabilizarse en alguno de ellos.

Causas

La enfermedad de Parkinson es causada por la pérdida de células nerviosas (neuronas) en la parte


del cerebro que produce dopamina. Esto puede ocurrir gradualmente y el nivel de dopamina en
el cerebro puede disminuir con el tiempo. Sólo cuando su cerebro ha perdido entre el 60 y el 80
por ciento de las neuronas en el cerebro aparecerán los síntomas de la enfermedad de Parkinson
y empeorarán paulatinamente. En la actualidad, no se conocen las razones exactas por la que las
neuronas mueren.

En raras ocasiones, la enfermedad de Parkinson es hereditaria. En la actualidad no se sabe el


papel que desempeñan estos factores hereditarios, pero las investigaciones han demostrado un
vínculo entre varios genes diferentes y el desarrollo de la enfermedad.

También se han relacionado con la enfermedad de Parkinson determinadas sustancias químicas


en el medio ambiente, llamadas neurotoxinas, que pueden ser perjudiciales para el cerebro. Es
posible que las personas que están expuestas a más neurotoxinas tengan más probabilidades de
desarrollar la enfermedad.

Las investigaciones en curso intentan encontrar las razones exactas de por qué algunas personas
contraen la enfermedad de Parkinson.

Diagnostico

No existe una única prueba para diagnosticar la enfermedad de Parkinson. El diagnóstico se


basará en los síntomas y el médico descartará otras enfermedades que causan síntomas similares.

Es posible que deba hacerse una prueba de sangre o estudios de imágenes, como una resonancia
magnética. Es posible que necesite una prueba adicional llamada spect (tomografía
computarizada por emisión de fotones individuales) para ayudar al médico a diferenciar entre la
enfermedad de Parkinson y otra enfermedad llamada temblor esencial.

Si se diagnostica la enfermedad de Parkinson, el paciente deberá asistir al médico cada seis a 12


meses para evaluar su diagnóstico y la enfermedad.

Tratamientos

Esta es una patología crónica que, de momento, no tiene curación. el objetivo del tratamiento es
reducir la velocidad de progresión de la enfermedad, controlar los síntomas y los efectos
secundarios derivados de los fármacos que se usan para combatirla.

La dopamina no puede administrarse directamente ya que no puede pasar la barrera entre la


sangre y el cerebro. Por este motivo se ha desarrollado una serie de fármacos que favorecen la
producción de esta sustancia o retrasan su deterioro y que se administran en función de la
gravedad de los síntomas. Así, en las primeras etapas, cuando los síntomas son leves, se utilizan
los fármacos menos potentes, como los anticolinérgicos; mientras que para los casos severos y
avanzados se utiliza la levodopa, el fármaco más potente hasta el momento para el tratamiento
de esta enfermedad.

Tratamiento farmacológico

Los fármacos más utilizados son:


Levodopa: Se considera el más eficaz contra los síntomas motores, especialmente la rigidez y
la bradicinesia. Puede tener efectos secundarios como nauseas, vómitos, hipotensión ortostática,
somnolencia, discinesias y alucinaciones.

Bromocriptina y pergolida.

Selegilina: bloquea una de las vías de metabolización de la dopamina, lo que provoca un


aumento de la producción de esta en el núcleo estriado del cerebro.

Anticolinérgicos: son los primeros que se usaron en el tratamiento del Parkinson, y los síntomas
que mejor alivia son la rigidez y la bradicinesia. en los últimos años se ha desaconsejado su uso
debido a los efectos secundarios que puede producir, como sequedad de boca, estreñimiento,
visión borrosa, alteraciones cognitivas y retención urinaria.

Amantadina: reduce la intensidad de las discinesias, aunque puede producir edemas maleolares,
confusión e insomnio.

Tratamiento quirúrgico

La cirugía pretende actuar sobre la parte dañada del cerebro. Sólo está indicada en un 5 por ciento
de los pacientes y es efectiva si están bien seleccionados. Los criterios de inclusión para
intervención quirúrgica contemplan incapacidad funcional muy grave, ausencia de demencia,
edad inferior a 70 años y diagnóstico confirmado. Entre las técnicas quirúrgicas que se utilizan
para aliviar los síntomas de Parkinson se encuentra la palidotomía y la estimulación eléctrica.

Las dos técnicas son efectivas y su elección se hace en función de la dependencia clínica del
paciente. Los beneficiarios son los pacientes con discinesias causadas por la medicación o con
enfermedad avanzada que no responden bien al tratamiento farmacológico.

Subtalamotomía

Otra técnica consiste en eliminar la zona del cerebro dañada mediante la implantación de un
marcapasos en el área afectada para generar un campo eléctrico. La subtalamotomía también
podría convertirse en una técnica alternativa a la estimulación cerebral profunda en los casos que
no responden a los fármacos y que no son buenos candidatos para la implantación de los
electrodos por rechazo psicológico u otros motivos. Por otra parte, en la actualidad se trabaja en
la aplicación de una cirugía bastante controvertida que consiste en el implante de células fetales
En el cerebro, es decir, sustituir las células muertas por otras sanas. Según los últimos estudios,
esta técnica mejora la función cerebral y motora en los parkinsonianos.

Rehabilitación física

Uno de los aspectos más importantes del tratamiento de la enfermedad de parkinson consiste en
el mantenimiento del tono muscular y de las funciones motoras, por lo que es esencial la actividad
física diaria. También hay ejercicios determinados que pueden ayudar a mantener la movilidad
de los miembros y fortalecer los músculos que generalmente se ven más afectados.
Para hombros y brazos: encoger los hombros hacia arriba y descansar. Mover los hombros
dibujando un círculo hacia delante y hacia atrás. Colocar las manos en la nuca y llevar el codo
hacia atrás y hacia delante. Intentar alcanzar la espalda con la mano. Elevar y bajar los brazos lo
máximo posible. Tumbado, y con una barra entre las manos, llevar los brazos hacia atrás y hacia
delante.

Para las manos: mover las muñecas describiendo un círculo hacia un lado y hacia otro. con los
codos presionando el abdomen y las palmas de la mano hacia arriba, cerrar y abrir la mano.

Para el cuello: sentado en una silla y con la espalda recta, mover la cabeza hacia adelante hasta
tocar el pecho y hacia atrás. Girar la cabeza hacia la derecha y la izquierda.

Para las piernas: sentado, levantar una pierna y colocar el tobillo sobre la rodilla de la pierna
opuesta. En esta posición, empujar la pierna flexionada hacia abajo. Sentado en una silla, elevar
y bajar las piernas imitando el movimiento que se realiza al caminar.

Para los pies: apoyar la planta de los pies en el suelo y levantar y bajar las puntas con rapidez.
Con las plantas de los pies apoyadas en el suelo, elevar los talones y bajarlos golpeando el suelo
con fuerza.

Levantar y estirar la pierna y mover los pies describiendo un círculo hacia la derecha y hacia la
izquierda. De pie, elevarse sobre la punta de los pies, apoyar los talones en el suelo y levantar las
puntas de los pies.

Otros ejercicios

Existen otras modalidades de ejercicios que se suelen recomendar a los pacientes de Parkinson:

Cinesiterapia: es un conjunto de técnicas que implica un continuo movimiento.

Masajes: al dilatar los vasos sanguíneos se favorece la nutrición celular, lo que disminuye la
tensión muscular y la ansiedad.

Hidroterapia: ayuda en gran parte a la musculatura.

Logopedia
Es frecuente que los pacientes de Parkinson presenten alguno de los siguientes problemas al
hablar:

Disartria: alteración al articular palabras.


Hipotonía: hablar con un tono de voz muy bajo.
Pérdida de la prosonia o entonación adecuada.

Existen terapias como el entrenamiento vocal de lee silverman, una terapia del habla, o la
musicoterapia que pueden ayudar al tratamiento de estos síntomas, especialmente los
relacionados con el volumen de la voz.
Medidas para prevenir la enfermedad de Parkinson

Los mayores riesgos que afectan a la enfermedad se pueden reducir en gran medida gracias a
unos adecuados hábitos de nutrición y estilo de vida como medidas para prevenir la enfermedad
de Parkinson:

 Basar una dieta en alimentos vegetales altos en nutrientes como frutas, verduras, legumbres,
frutos secos y cereales integrales, que proporcionan un buen número de fitoquímicos
beneficiosos que trabajan juntos para apoyar la salud de todo el cuerpo, incluyendo el cerebro
y tienen gran poder antioxidante.

 Evitar la exposición a plaguicidas, que constituye un importante factor de riesgo para la


enfermedad de Parkinson y consumir siempre que sea posible, productos orgánicos. Evitar
también los insecticidas domésticos y reducir al mínimo el consumo de proteínas de origen
animal, como lácteos, carnes y pescados.

 Mantener niveles adecuados de ácidos grasos Omega-3, que son una excelente medida para
la prevención de la neurodegeneración. Además la administración de suplementos de ácidos
grasos Omega-3 puede producir efectos protectores en el cerebro y reducir el riesgo de
aparición de la enfermedad.

 La deficiencia de vitamina D y la osteoporosis son condiciones frecuentes en pacientes con


enfermedad de Parkinson. Por ello es aconsejable mantener unos niveles adecuados de
vitamina D.

 Reducir al mínimo los alimentos de origen animal, porque un número alto de calorías, grasas
saturadas y colesterol, favorecen el riesgo de aparición de la enfermedad de Parkinson, por
esta razón reduce especialmente el consumo de lácteos y carnes.

 Realizar ejercicio, ya que la actividad física tiene efectos favorables sobre el cerebro, y los
altos niveles de actividad física se asocian con una reducción significativa del riesgo de
padecer enfermedad de Parkinson.

 El método Hoffman, un tratamiento rehabilitador especializado en la tercera edad, cuenta con


un programa a través del cual se ha demostrado que el ejercicio mejora el habla, la deglución
(acto de tragar), la postura, el temblor, la destreza, la cognición y la depresión de los enfermos
de Parkinson. A través de la fisioterapia, mediante un entrenamiento regular de piernas,
pueden beneficiar su fortaleza muscular, su marcha y su equilibrio.

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