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Librerías Paulinas
Un amigo
llamado José
Paulinas Editorial es una expresión apostólica de la
© AC Pía Sociedad de Hijas de San Pablo de Venezuela
Rif: J-00102130-2
Los Dos Caminos. Caracas, Venezuela
Telefax: (58–212) 285 8935.
E-mail: editorialpaulinasve@gmail.com
Site: www.paulinas.org.ve
Arquidiócesis de Barquisimeto
GOB. SUP. ECCL
Con la aprobación de
Monseñor Hildemaro Flores Cordero
Protonotario Apostólico
Censor
Puede imprimirse:
Excmo. Mons. Antonio Luis López Castillo
Arzobispo de Barquisimeto
Fecha de Producción
Diciembre, 2014
Dirección Editorial
Rosa Aura F. Pérez
Edición y diagramación
Deisy Teran Tosta
Distribuye
VENEZUELA. PAULINAS DISTRIBUIDORA
Teléfonos: 58- 212- 2863515/ 2835046
Fax: 58–212- 2857217
E-mail: paulinas.dist.dcd@gmail.com
ISBN: 978-980-207-909-4
Queda hecho el depósito de ley
Depósito Legal:If3942015200278
Dedicatoria
Mi dedicatoria va ofrecida
a mi amado esposo,
que sin él no sería posible
escribir este libro.
Me acompaña, me asesora y
me inspira, como padre y esposo
abnegado y ejemplar.
Gracias, mi amor.
A mis nietos,
tesoros y baluarte.
Índice
Introducción 9
La amistad 11
La Sagrada Familia 23
El tercer corazón 55
José acompaña a Jesús a buscar la
oveja perdida 65
El silencio de San José 93
José un varón adornado
de todas las virtudes 117
¿Quién es José? 137
Reconocimientos a San José de los
Padres y doctores de la Iglesia 143
Referencias 147
Introducción
Con profundo aprecio quiero compartir
esta invitación de amistad que nos ofrece San
José, reclamando nuestra atención, porque él se
nos presenta como la melodía del silencio, de ese
silencio que se escucha en la mirada para descubrir
las formas y el valor del silencio; de ese silencio
que nos comunica con el sonido de las voces que
nos hablan desde lo más íntimo del alma. José el
descendiente de David, el guardián de la Virgen
María, nos involucra en la acción espiritual de
nuestro ser, invitándonos a relacionarnos con el
Hijo de Dios.
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La amistad
12
¡Quién tiene un amigo, tiene un tesoro!
¡Solo cuando los valores se viven en la amistad!
¿Cuánto nos hace falta descubrir un amigo?
13
¿Quién no ha tenido en su vida
la experiencia de la amistad?
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Jesús tuvo tiempo para la amistad y el
descanso. Como hombre se cansaría de sus fatigas
y correrías apostólicas, le llegarían al alma los
desprecios, las indiferencias, las calumnias de
quienes no le amaban. Al mismo tiempo, necesitaba
abrir su corazón, sus secretos “dejando escapar
toda la suavidad de su corazón; abría su alma por
entero y de ella se esparciría como vapor invisible
el más delicado perfume, el perfume de un alma
hermosa, de un corazón generoso y noble. (San
Bernardo, Comentario al Cantar de los Cantares,
31, 7)
20
José en su silencio nos enseña una
diferente forma de amistad. Nos enseña el drama
de la existencia, a vigilar nuestros corazones,
porque el Ángel del Señor está en la puerta para
entregarnos la Palabra y la misión que Dios Vivo
tiene para nosotros. Es el Ángel de Dios quien nos
comunica y nos hace entender la profundidad de
nuestra alma, del alma del hombre. Es así como
Dios se encuentra con nosotros, pero debemos
estar vigilantes como los pastores para que el
mensaje nos pueda llegar.
22
La sagrada familia
de Nazaret
23
24
“San José es cabeza de la Sagrada Familia”
27
Imagina qué clase de hombre fue José y
cuánto valía. Imagínalo de acuerdo con el título
con que Dios quiso honrarlo, que fuese llamado y
tomado por padre de Dios, título que en verdad
dependía del Plan Redentor.”
29
Ellos en ese momento, no lo entendieran,
pero aceptaron sus palabras y trataron de
encontrar su sentido en la fe. Es por eso que la fe
no puede derrumbarse. La familia cristiana, cuya
vida siempre es un cuadro de luces y sombras,
encuentra la paz y la alegría, cuando ve a Dios en
ello, aunque no acertemos a comprender. Pero lo
entendemos, cuando aceptamos que el Señor está
cerca y vigilante. Debemos preguntarnos, ¿de qué
manera la fe está presente en nuestras familias?
Así como lo hizo la familia de Nazaret.
30
Nos dice Paul Claudel, representante del
catolicismo francés en la literatura moderna: “Esta
Sagrada Familia que no se distinguía en nada de los
demás, vivía en una de esas casas de mampostería,
estaría perforada en la roca calcárea. Nada de
lujo ni de confort y sobre el suelo de tierra batida
seguramente una alfombra de esparto.
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también hiciera piezas finas de marquetería, y los
propios juguetes del Niño Jesús.
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El tiempo se ha ido, al caer la tarde de
vuelta al hogar, José se sentaba cerca del niño
Jesús y a la luz de un candil, le hacía estudiar las
lecciones y repetir lo que había aprendido.
41
Jesús no hace nada sin preguntar a José.
Ningún aprendiz se ha mostrado nunca tan atento
a los consejos ni tan dócil a ellos. No hay por qué
pensar que las primeras piezas salidas de sus
manos fuesen perfectas, pues era conveniente que
la perfección, increada y creadora, al encarnarse,
aprendiese en la escuela de una criatura. Sin
embargo, no tardó en ser iniciado en todas las
habilidades del oficio. Sus brazos jóvenes y
vigorosos realizaron con seguridad y suavidad los
más complicados trabajos. Supo dar a pequeños
hachazos, la forma de yugo a un trozo de madera o
igualar un nudo. Supo manejar fácilmente el cincel
y el mazo, sacar hábilmente el hilo del cáñamo que
hace girar el berbiquí. Y cuando preguntara a José
cómo hacer tal o cual cosa, le respondería: “Hazlo
como te parezca, lo harás mejor que yo”.
42
Empiezan por ponerse un delantal de
cuero, ya que, en el trabajo, no llevan esa pesada
y embarazosa túnica, cubierta de dorados, con
que los representan las imágenes de las Iglesias.
Reemprenden su tarea donde la dejaron la víspera
o inician una nueva.
48
Ahora José, en su silencio, habla con aquel
que siendo Rey de Reyes, puso su confianza en el
más humilde de los siervos: Ahora, Señor, puedes
dejar partir en paz a tu siervo, pues mis ojos han
visto tu salvación que has preparado a la faz de
todos los pueblos” (Lc 2, 29-31)
51
mejorar, lugar de crecimiento en el amor mutuo,
lugar para vivir, ser feliz y hacer felices.
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54
El tercer corazón
55
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El Corazón de San José y el Corazón de
María Inmaculada estuvieron anunciados desde
la creación. Hablar de San José es envolver su
persona en su misión apostólica que, después de la
misión de la Virgen María, es la más importante y
escondida que Dios haya encomendado a criatura
alguna. Solo José, como apóstol elegido por el
Padre, pudo salvaguardar “los tesoros de Dios”.
Solo María y el silencio de José protegieron la
presencia y santidad del Misterio de la Encarnación.
57
San Juan Eudes, “El apóstol de la devoción
a los Sagrados Corazones, escuchó del Corazón
Eucarístico de Jesús: “Te he dado este admirable
Corazón de Mi Madre, que es Uno con el Mío,
para ser Tu verdadero Corazón, también, para
que puedas adorar, servir y amar a Dios con un
corazón digno de su infinita grandeza”. San José
es el primero y el mejor ejemplo de este mensaje.
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para amarle más y más y para entregarse cada vez
más, con generosidad sin límites.
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José acompaña
a Jesús a buscar
la oveja pérdida
65
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La paternidad de José va más allá de la de
todos los padres terrenales, aún sin ser su filiación
carnal, ya que en él se refleja la paternidad de
Dios mismo. Lo constituye en cabeza de la familia
con un corazón a la medida del Hijo de Dios y de su
Madre María.
69
En el camino de San José, se han formado
generaciones de pastores que con el ejemplo de una
vida sencilla y laboriosa han sellado en el espíritu
de sus hijos, “las ovejas,” el valor inestimable de la
fe.
70
inmortalidad y nos hacemos consciente de que, si
Él está con nosotros, nada nos faltará.
72
Dios nos dio y siempre bajo la inspiración del
Espíritu Santo. José, con su cántico, nos susurra
que para entrar en el redil del Buen Pastor, la única
puerta de acceso es el mismo Cristo. Es una puerta
abierta a todos y todos tenemos cabida, todos
somos llamados. Pero el Buen Pastor nos indica que
para entrar por la puerta hay comportamientos
que requieren una purificación. Es importante
pasar purificado por esa puerta porque fuera
de Cristo andamos extraviados, exiliados de
nosotros mismos. En Cristo nos encontramos,
tenemos la posibilidad de ser plenamente lo que
somos. Aceptar a Cristo y a nuestros sacerdotes
no es una entrega de nuestra propia verdad, al
contrario, todo encuentra sentido, incluso los
posibles sufrimientos que podamos experimentar
en nuestro empeño de hacer el bien. No son sino
el reflejo de la pasión del Buen Pastor que ha dado
la vida por sus ovejas para que nosotros, muertos
al pecado vivamos para la justicia. San José nos
hace entender que no se puede creer en Jesús si
no se ama a su Iglesia, no se puede ser cristiano
sin Iglesia y sin Eucaristía, José nos pide que
escuchemos a nuestros Sacerdotes para escuchar
a Jesús.
74
escuchando su voz, estudiando su Palabra en la
Sagrada Escritura.
77
A José, esta intervención de los pastores
le parecería como una visita del mismo Dios. Su
corazón se inundaría de emoción. Luego, recibiría
con gratitud los presentes de los pastores: leche,
manteca, miel, lana, un corderito tal vez...
78
La vida de José fue un acto continuo de fe
y obediencia. En las circunstancias más difíciles
en que le puso Dios. Fue el administrador fiel a
quien Dios puso frente a su familia (Lc 12,42)
Eso significaba, que Jesús nuestro Pastor, nació
y creció en una familia común y corriente, quizás
con algunas necesidades económicas pero con
abundante amor, junto a su madre y a su padre.
Jesús se destacaba en la obediencia y crecía
en edad, sabiduría y gracia ante Dios y ante los
hombres
79
uno se está por perder, va a su encuentro y, desde
lo lejo, lo trae hacia donde se encuentra el rebaño.
82
José, nos ofrece su amistad, para tener
derecho a los beneficios del pastoreo que son:
cuidado, guía y fortalecimiento de nuestros
valores. Con el pastoreo nos alimentamos con la
Palabra del Pastor, que es Jesucristo. Debemos
pertenecer al Rebaño del Señor, cerciorarnos que
somos sus ovejas, no cabritos, no lobos vestidos de
cordero, sino auténticas ovejas del redil. Hacer lo
que el Señor nos dice en su Palabra para hacernos
partícipes de todos los beneficios del pastoreo
del Señor, y para ser parte de este Rebaño debo
entrar por la Puerta que es Cristo y escuchar su
voz.
87
¿Quién es el Buen Pastor?
89
Su vara o su bastón nos alertan acerca del
peligro, de la desgracia, del mal comportamiento.
Ese bastón que nos muestra San José nos ayuda a
distinguir lo bueno de lo malo.
90
Aquí estoy, mi Buen Pastor. Quiero en tu
rostro ver la dulzura. Limpia mi pecado, sana mis
heridas, vuelve tu mirada a mi fe. Quiero quedarme
con aquel que nos ha llamado y que nos ha amado
primero.
91
92
El Silencio de
San José
93
94
La Biblia es el Libro del Silencio de Dios, la
Palabra de Dios es silencio antes de ser comunicación
y es silencio en su misma comunicación. Cuando nos
llega nos enmudece.
96
Calla y medita en su espíritu, ante el Ángel
que le dice, de parte de Dios: “Que tome a María,
su esposa, en su casa”. (Mt 1, 20).
110
¿Y nosotros, hacemos una oración íntima,
una oración del alma, con hondos gritos silenciosos
como los de San José?
114
que vivir reconciliados y aprender el camino del
perdón.
116
José un varón
adornado de todas
las virtudes
117
118
Las Virtudes son disposiciones habituales
del hombre, para alcanzar, consciente y libremente,
la perfección del bien.
123
Lo pondera así León XIII: “Con sumo amor y
cotidiana solicitud se desvivió José en defender
a su Esposa y a su Divino Hijo.
130
Es por eso que el trabajo en el Evangelio
tiene un significado especial, el trabajo ha formado
parte del misterio. Jesús con José, acercó el
trabajo al Misterio de la Redención.
131
Debemos imitar el sentido que tenía José en
su trabajo u oficio, el sabia encaminar su esfuerzo,
dejándose llevar por el corazón, es decir, lo más
importante no es el valor o meta del trabajo, ni
como lo ven los demás, sino entregarse por amor,
para que nos perfeccione. Solo acompañando el
trabajo con amor, se conviertes en alabanzas al
Señor.
136
¿Quién es José?
137
138
Con este título presento un resumen
extraído de una Obra que pertenece a la Biblioteca
Religiosa de Guadalajara, México.
139
Santa Teresa de Jesús, San Francisco
de Sales, y San Vicente de Paúl, convienen en
afirmar, que José no solo es el modelo de las almas
consagradas a Dios, sino que es singularmente su
protector. Por esto mismo ha querido Dios que
lo adopten por su modelo y que unos lo llamen su
protector y otros le confíen su noviciado.
140
¡Oh, si de una vez comprendiéramos que
ser separados de Dios por la culpa mortal es la
pérdida de la gracia divina, es el principio del más
cruel tormento, es entrar en la triste mansión de
la eternidad desgraciada, es la pérdida de la vida
eterna, y es la pérdida de Dios para siempre, para
siempre jamás!
141
Decreto de la Congregación para el Culto Divino
y la Disciplina de los Sacramentos
142
Reconocimientos
a San José
143
San Bernardino de Siena, Sermón de San
José: “Interesa resaltar cómo, en este movimien-
to hacia el humilde carpintero de Nazaret, el
pueblo cristiano, impulsado por el Espíritu Santo,
ha ido adelante. Los mismos Romanos Pontífices lo
reconocen en sus documentos, al sancionar y fo-
mentar esta corriente popular.
144
El Concilio Vaticano II, en su asamblea,
que representa a la Iglesia Universal reunida
en el Espíritu Santo, proclama el inmenso
valor sobrenatural de la vida de San José: Una
vida sencilla de trabajo cara a Dios, en total
cumplimiento de la Divina Voluntad.
145
San Pedro Damián (1007-1072) escribió:
146
Referencias
Catholic.net
Padre Bonifacio Llamera. OP
Isidoro de Isolano, Editorial Católica 1953
Francisco Butinya.
Sierva de los Corazónes traspasados de Jesús y
María.
José María Rovira Belloso.
Francisco Butinya
Exhortación Apostólica sobre la figura y la - -
misión de San José, de Juan Pablo II.
Mercaba, 24 homilías más para la fiesta de San
José
Colegio Católico San José
Centro Josefino Español (Padre Román Llamas)
Blogueros con el Papa.Org.
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148
Reflexiones
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Reflexiones
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Impreso en la
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