Hermenéutica es la teoría o en un principio también llamado arte de la interpretación, ocupa un lugar
preponderante en la segunda mitad del siglo XX. Retoma algo que la filosofía había dejado de lado: el lenguaje. Corre a un costado a la razón. Desde el principio se plantearon controversias en torno a la pregunta sobre cuál es la mejor interpretación: ¿aquella que se limitaba a reproducir el texto en su literalidad o aquella que buscaba insertar las frases en el todo que les otorgaba sentido? Para los hermenéuticos las palabras son significados que se adquieren a partir del uso dado. L. Wittgenstein se ocupa del uso del lenguaje. No importa el sentido de la acción, sino el discurso. Afirma que hay dos tipos de lenguajes. Uno formal o lógico y otro cotidiano o natural. Del lenguaje formal se va a ocupar la filosofía analítica del lenguaje y la lógica. Del cotidiano o natural se ocupa la hermenéutica ya que supone que el significado de las palabras no es un espejo de las cosas sino el uso que hacen las personas de las mismas. Entender al hombre es entenderlo como lenguaje. Por lo cual podemos afirmar que el arte hermenéutico estuvo ligado al lenguaje y la comprensión ligada al sujeto. En una primera etapa F. Schleiermacher intentaba quitarle subjetividad a los textos sagrados. Otros representantes como Giordano Bruno analizaban los textos clásicos para tratar de recuperar el sentido original de ellos. Desde comienzos del siglo XX se convirtió a la hermenéutica en una teoría de la interpretación. Surge un debate en la antinomia explicación / comprensión, ya que la explicación pretende la búsqueda de causas de la acción y la comprensión la búsqueda de motivos. Ricoeur sostiene que esta separación es abstracta en los hechos, “La realidad presenta más bien la combinación de los dos casos extremos en el medio propiamente humano de la motivación, en el que el motivo es a la vez moción del querer y justificaciones”. La acción humana tiene esta doble dimensión porque según Ricouer “El hombre es justamente el que pertenece a la vez al régimen de la causalidad y al de la motivación y, en consecuencia, al de la explicación y la comprensión”. Existe algo que diferencia la hermenéutica de los científicos naturales de aquella que hay que tener en cuenta en las ciencias de la sociedad, esto es la doble hermenéutica Giddens sostiene que el científico social tiene como objeto de estudio las acciones de la vida cotidiana que representan una manera en que los actores sociales interpretan su sociedad. De modo que las interpretaciones de los científicos sociales son interpretaciones de interpretaciones, es decir, están enfrentados a una doble hermenéutica que los incluye a ellos mismos como actores sociales.