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CAPÍTULO 10

TRAUMATISMOS

Trauma: Lesiones producidas por agentes externos que pueden afectar a uno o varios aparatos
o sistemas de nuestro organismo (cuerpo).

Politrauma: cuando un paciente presenta varias lesiones en más de un órgano, aparato o

TRAUMA CRANEO-ENCEFALICO

En los últimos años ha aumentado notoriamente la incidencia de los politraumatismos, a causa


sin duda del progreso tecnológico que trae consigo mayor número de vehículos automotores y
fenómenos sociales de diversa índole. Dentro de estos traumatismos el Trauma Cráneo
Encefálico (T.C.E.) ocupa un importante lugar por su volumen, morbilidad y mortalidad.

Clasificación Del T.C.E.

Los T.C.E. se clasifican de diferente forma.

Mecanismo:

• Cerrado
• Penetrantes

Gravedad:

• Leve Glasgow 14-15


• Moderado Glasgow 9-13
• Grave Glasgow 8 o < 8

Morfología:

Factura de cráneo
- Bóveda
- De Base

Lesiones intracraneales

Focales:

- Epidurales.
- Subdurales.
- Intracraneales.
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Difusos:

- Concusión.
- Daño axial difuso.

Mecanismos de producción. Los traumas de cráneo se deben a lesiones por golpe directo o por
fenómenos de aceleración y desaceleración.

La aparición de fractura dependerá de la fuerza y dirección del impacto, del área golpeada y
del espesor del cráneo. Pueden también producirse lesiones a distancia por distorsión ósea
como fracturas lejanas al sitio de impacto, u ocasionadas por la onda de choque como las
lesiones por contragolpe.

Las lesiones pueden también ser ocasionadas por fuerzas inerciales donde la aceleración del
cráneo es diferente a la del cerebro produciéndose así ruptura de las venas puente, contusiones
por contragolpe y daño al tejido cerebral con lesión axonal difusa.

Fisiopatología. El daño primario se debe a lesión celular con disrupción axonal y


desplazamiento del núcleo. Esto puede ser seguido de disolución total de la célula o de una
mejoría luego de un tiempo variable. Hay además disrupción vascular con microhemorragías.

No es claro el fenómeno que ocurre cuando hay contusión, pero se sabe que se rompe la barrera
hematoencefálica parcialmente durante un tiempo breve.

En última instancia el trauma produce una alteración en el metabolismo celular. El cerebro


depende por completo del aporte de glucosa y oxígeno. Sólo pesa el 2% del peso total del
cuerpo pero consume del 15 al 20% de todo el oxígeno y la glucosa y, a su vez la sustancia gris
se consume el 80% de esos nutrientes.

El edema cerebral de tipo vasogénico produce una expansión del espacio extravascular
especialmente en la sustancia blanca. El edema de tipo citotóxico ocurre predominantemente
en los astrocitos de la sustancia gris. Ocurre así un aumento del volumen y comienza el
desplazamiento del tejido, produciéndose herniaciones que comprometen la circulación y la
isquemia resultante genera más edema.

Los fenómenos mencionados llevan a un aumento de la presión intracraneana que es


especialmente nocivo en un tejido cerebral traumatizado. Este aumento es compensado
inicialmente con desplazamiento del LCR ventricular, aumentando su absorción y con
disminución del volumen venoso intracraneal. En esta fase es de gran ayuda la elevación de la
cabeza y la hiperventilación. Especial énfasis se debe dar a la elevación de la cabeza que debería
ser una medida rutinaria para todos los pacientes con T.C.E.

Signos y síntomas generales:

1. Dolor de cabeza en ocasiones por hemorragia que distienden las meninges.


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2. Angustia.
3. Trastorno de conciencia (letargo, obnubilación, estupor, coma).
4. Trastornos de la respiración.
5. Trastornos de los órganos de los sentidos.
6. Trastorno de la sensibilidad.
7. Trastorno de los signos vitales
8. Hemorragias (otorragía, epistaxis, etc.)
9. Trastornos motores (paresias, plejías).
10. Trastorno de los reflejos.
11. Relajación de los esfínteres.
12. Otros como vómito, Otorraquia, Rinorraquia.

Algunas formas de T.C.E.:

a. Concusión clásica: se caracteriza clínicamente por una breve pérdida de conciencia con un
breve período de amnesia seguida de recuperación total, sin signos neurológicos focales.

Signos y síntomas: Cefalea moderada, puede o no haber inconsciencia, angustia, signos


neurológicos focales negativos, Glasgow 15/15.

b. Trauma cráneo-encefálico leve: se produce por contacto entre la superficie cerebral y el


interior del cráneo, sobre todo en los polos frontales y temporales.

Cefalea, pérdida de conciencia (obnubilación, estupor), puede tener heridas en cuero cabelludo,
incluso hasta fracturas asociadas, alteraciones visuales auditivas, diplopía, equimosis, Glasgow
14-15/15.

c. Trauma cráneo-encefálico moderado: Perdida de conciencia, otorragia, otorraquia,


amnesia etc.

Signos vitales normales, Glasgow 9/13.

d. Trauma cráneo-encefálico grave: Signos vitales alterados, Glasgow 8 o <8, anisocoria,


hemiplejía.

Hematomas: Ocurren en el 44% de todos los pacientes que se hospitalizan por trauma de
cráneo.

Se clasifican de acuerdo con su localización y con el tiempo de evolución. Así pueden ser
epidurales, Subdurales, intraparenquimatosos los hematomas Subdurales pueden ser agudos, si
su evolución es menor de 24horas, subagudos si se diagnostican entre uno y siete días luego
del TCE, y crónicos si han transcurrido más de 7 días.

Hematomas epidurales: Llamados también extradurales, son el 34% de los hematomas. Son
causados generalmente por traumas de baja velocidad y se originan en la arteria meníngea
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media, en senos durales o en el diploe óseo. Clásicamente hay una breve alteración de la
conciencia por conmoción, seguida de un período lúcido (llamado intervalo libre) de 30
minutos a varias horas, y luego presentación de la somnolencia incrementada, con alteraciones
focales por compresión y aparición de afectación del III par craneal por herniación uncal. Esta
evolución clásica se presenta en un 40% de los pacientes.

Hematomas Subdurales: son el 30% de los hematomas. Su causa son traumatismos de alta
velocidad y están originados en vasos corticales, venas puente o senos venosos, cuya sangre se
acumula por debajo de la duramadre. A causa de la severidad del impacto se acompañan de
contusión cerebral y de lesiones de diferentes partes del organismo, que agravan el cuadro.
Tienen una aparición más tardía después del trauma. Hay una inconsciencia inicial a causa de
la contusión, seguida de agravamiento del estado neurológico.

Hematomas intraparenquimatosas: Conocidos también como intraparenquimatosos. Se


producen básicamente por el contragolpe (mecanismo de desaceleración). Se comportan
clínicamente como otras lesiones que ocupan espacio, produciendo daño al parénquima
nervioso directamente. Existe sangrado masivo a nivel intracerebral lo que nos dará una
sinología muy florida.

El manejo del TCE debe ser un proceso rápido, eficiente y progresivamente complejo.

MANEJO PRE-HOSPITALARIO

1. Manejo de la vía aérea y ventilación, todo procedimiento de maneja de vía aérea realizando
una inmovilización neutral alineando la cabeza para mantener la vía abierta levantando la
mandíbula elevada.
2. Oxígeno al 100% de forma continua.
3. Inmovilizar la columna cervical colocando un collar cervical y una tabla de inmovilización
dorsal.
4. Canalizar una vía IV y administrar cristaloides (solución salina al 0.9% o Lactato de
Ringer). Nunca administrar soluciones glucosadas al 5% porque pueden aumentar el edema
cerebral.
5. Valorar con la escala de Glasgow, si tiene valor de 8 o menos se hará manejo de avanzada
de vía aérea (dispositivos infra glóticos).
6. Examen físico de la cabeza y columna.
7. Valorar los signos vitales y las respuestas pupilares.
8. Colocación de Sonda nasogástrica y vesical.
9. Administrar analgésicos para aliviar el dolor y disminuir el metabolismo cerebral.

TRAUMA DE COLUMNA VERTEBRAL

La columna vertebral es una estructura ósea, localizada en la parte posterior del cuerpo, e
integrada por una serie de pequeños huesos de forma irregular llamadas vértebras. Tiene como
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propósito brindar soporte a la cabeza y a la parte superior del cuerpo, así como servir de
protección a la médula espinal, la cual es parte del sistema nervioso central.

La columna vertebral se divide en cinco regiones:

- Región cervical
- Región dorsal
- Región lumbar
- Región sacra
- Región coccígea

Mecanismo De La Lesión Y Fisiopatología. La región cervical y lumbar son las dos zonas más
vulnerables de la columna vertebral, pues no cuentan con el apoyo de otras estructuras óseas.

Fracturas, desgarros, esguinces y luxaciones son las lesiones a las que generalmente se ve más
expuesta esta estructura.

Entre las principales causas tenemos:

 Los accidentes de tránsito (fenómeno del latigazo).


 Accidentes por "clavados" en aguas poco profundas.
 Levantamiento de pesas con técnicas inapropiadas.
 Caídas desde más de 2 veces la altura del paciente.

Cualquier daño a nivel de la columna vertebral se debe considerar como grave, y requiere sumo
cuidado en su manejo, ya que puede complicarse y producir lesión de la medula espinal.

La ubicación de la lesión y la pérdida de las funciones en las extremidades tienen directa


relación con los nervios que se ramifican a través de la médula.

Esta parálisis tiene la característica de darse por niveles, o sea que una sección a nivel de las
vértebras cervicales paralizará todos los músculos y habrá disminución o ausencia de la
sensibilidad desde el cuello para abajo, mientras que una lesión a nivel lumbar con sección
completa, producirá pérdida motora y sensitiva de la cintura hacia abajo.

Consideraciones Especiales:

1. Sospeche que hay lesión de columna cervical en todo paciente que ha sufrido un
traumatismo por arriba de la clavícula, que este inconsciente o que haya sufrido un
accidente de tránsito.

2. Sospeche lesión de columna también en todo paciente que después de un trauma presente:
- Trastornos respiratorios.
- Priapismo.
- Pérdida del control de esfínteres.
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- Parálisis de un miembro, unilateral o bilateral.


- Alteraciones de la sensibilidad.
- Hipotensión arterial.

3. En situaciones donde sospeche que hay lesión de la columna y necesite abrir la vía aérea,
utilice la técnica de tracción mandibular hacia adelante o elevar el mentón.

4. Si al intentar realizar el reconocimiento primario se encuentra con alguna de las situaciones


mencionadas en el punto 1, proceda a inmovilizar el cuello para evitar movimientos bruscos
que puedan agravar aún más la lesión. De igual manera, inmovilice la columna utilizando
una férula larga de espalda.

5. Cuando se encuentre ante un paciente del que se sospecha que sufre lesión de columna,
vigile cuidadosamente sus signos vitales, pues puede presentar complicaciones como paro
respiratorio y el shock neurogénico.

Descripción Regional De Las Lesiones:

Columna cervical. Causado por el movimiento de aceleración y desaceleración (látigo), o por


traumatismo craneal. Anteriormente indicamos que debemos sospechar en lesión de columna
cervical en toda víctima inconsciente, o que haya sufrido un accidente de tránsito o un trauma
por sobre las clavículas. Ante esta sospecha debemos actuar inmediatamente, cuidando de no
usar una maniobra de apertura de la vía aérea que incline la cabeza. Debemos utilizar para
disminuir el movimiento en el transporte collares cervicales semirrígidos.

Columna dorsal. Son menos frecuentes por la presencia de la caja torácica. Si se asocia con
lesión medular puede encontrarse dificultad para respirar. Podemos además encontrar
deformidad dorsal e intenso dolor.

Columna lumbar – sacra. Podemos encontrar dolor, dificultad para el movimiento, o sensación
de corriente en extremidades (parestesias), así como relajación de esfínteres.

Empaquetamiento.

Para el transporte del paciente y si se ha determinado por biomecánica de las lesiones la


probable lesión de la columna se deben seguir los siguientes pasos:

1. Posición manual alineada de la cabeza.


2. ABCD y reanimación si es necesario.
3. Colocación del collar cervical.
4. Coloque la tabla larga de columna.
5. Inmovilización del tronco con los seguros.
6. Almohadillado debajo de la cabeza si es adulto o debajo del tronco si es niño.
7. Inmovilización mecánica de la cabeza.
8. Inmovilización de las extremidades inferiores.
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9. Sujete los brazos a la tabla.


10. Reevalué el A, B, C, D, E y la circulación en las 4 extremidades.

TRAUMA DE TORAX

El tórax está formada por un conjunto de huesos y músculos, cuya finalidad es dar protección
a estructuras vitales, tales como: corazón, pulmones, grandes vasos, tráquea y esófago.

Los huesos que estructuran la caja torácica son: las clavículas, las costillas, el esternón, las
escápulas y las vértebras dorsales. Todas estas estructuras están expuestas a sufrir lesiones,
tanto de tipo muscular, óseo, o de los órganos internos.

Las principales lesiones traumáticas son:

 Fractura de costillas
 Tórax inestable
 Incrustación de objetos
 Heridas penetrantes

Fractura de costillas. Generalmente suelen ser provocadas por el impacto contra un objeto
como o por compresión del tórax. Las causas más comunes son golpes o caídas fuertes sobre
el tórax, accidentes de tránsito o aplastamiento.

Signos y síntomas:

• Deformidad.
• Equimosis.
• Posición característica.
• Tos.
• Dolor localizado.
• Respiración difícil y dolorosa.
• Hundimiento o deformidad costal.

Manejo:

1. Determine el estado de conciencia del paciente.


2. Determine la efectividad de la respiración.
3. Administre oxígeno humedecido y con mascarilla.
4. Coloque en posición semifowler (semisentado).
5. No administre nada por vía oral.
6. Monitoree los signos vitales.
7. Traslade al paciente a un centro hospitalario.
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Tórax inestable. Es el nombre que recibe la relajación normal de un área de la pared torácica,
como consecuencia de un trauma severo a nivel del tórax asociado a fracturas costales
múltiples.

Las lesiones que con más frecuencia originan un tórax inestable son:

• Fracturas múltiples de costillas.


• Desprendimiento del esternón con la parrilla costal.

Ambas lesiones producen disnea, principalmente por la pérdida parcial del movimiento de
expansión y contracción del tórax, así como por el dolor que esto le ocasiona al respirar.

La presencia de hipoxemia se debe generalmente a contusiones pulmonares lo cual aumenta su


gravedad.

Las causas más comunes son los accidentes de tránsito (como resultado de un golpe violento
contra el volante), caídas de más de 2 veces el tamaño de la víctima, aplastamiento, impactos
bruscos contra objetos contundentes.

Signos y síntomas:

• Respiración paradójica.
• Equimosis en la zona afectada.
• Deformidad de la pared.
• Ansiedad.
• Signos de shock.
• Dolor a la palpación y/o movilización.
• Disnea.
• Dolor al respirar.

Manejo:

1. Determine la respiración.
2. Administre oxígeno humedecido a través de una cánula nasal.
3. No administre nada por vía oral.
4. Determine la ubicación exacta de la lesión.
5. Coloque al paciente en posición semifowler.
6. Controle los signos vitales (especialmente la respiración).
7. Traslade al paciente a un centro quirúrgico.

Objetos Incrustados. Cualquier objeto incrustado en el cuerpo debe dejarse en el lugar; esto
con el fin de no agravar aún más la lesión o de provocar una hemorragia severa. El objeto debe
ser retirado en un centro quirúrgico por especialistas.

Las causas más comunes son los accidentes de tránsito, las caídas y la violencia civil.
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Signos y síntomas:

• Objeto visible.
• Sangrado externo (no siempre).
• Hemoptisis.
• Signos de shock.
• Burbujeo por la herida.
• Respiración difícil y dolorosa.

Manejo:

1. Determine la respiración.
2. Administre oxígeno humedecido con mascarilla.
3. No administre nada por vía oral.
4. Descubra de ropajes la herida.
5. No remueva el objeto incrustado.
6. Controle el sangrado externo.
7. Aplique un apósito abultado, rodeando el objeto y asegúrelo.
8. Controle periódicamente los signos vitales.
9. Coloque al paciente en posición de semifowler, si no compromete la estabilidad del objeto.
10. Traslade al paciente a un centro quirúrgico.

Heridas Penetrantes. Podemos definirlas como la perforación de la pared torácica, lo que hace
perder la continuidad de la piel y expone la cavidad.

Este tipo de lesión se puede presentar de dos maneras diferentes: cuando la pared torácica es
penetrada por un agente externo, o bien, cuando se produce desde el interior de la pared, por
ejemplo cuando hay costillas fracturadas y movilizadas de su posición normal.

Las heridas penetrantes en el tórax generalmente son producidas por proyectiles de armas de
fuego o por armas cortopunzantes.

Signos y síntomas:

• Signos de shock.
• Hemoptisis.
• Sangrado leve o moderado.
• Respiración paradójica.
• Cianosis.
• Respiración difícil y dolorosa.
• Dolor en el sitio lesionado.

Manejo:
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1. Determine el estado de conciencia del paciente.


2. Determine la efectividad de la respiración.
3. Administre oxígeno humedecido con mascarilla simple.
4. No administre nada por vía oral.
5. Descubra el tórax.
6. Coloque la cabeza ligeramente a mayor altura que el resto del cuerpo.
7. Inspeccione el tórax, tanto anterior como posterior, por si existe orificio de entrada y salida.
8. Si hay sangrado limpie la región.
9. Coloque un apósito de gasa estéril con el fin de detener el sangrado.
10. Aplique un elemento de material aislante oclusivo (plástico, puede usarse la funda de las
soluciones). Asegúrese que quede suficiente espacio entre el borde del material y la herida.
11. Fije el plástico con cinta adhesiva, los cuatro lados del apósito para que queden sellados,
impidiendo el paso del aire al momento de la espiración.
12. Tome periódicamente los signos vitales.
13. Vigile constantemente la calidad de la respiración.
14. Traslade al paciente a un centro quirúrgico.

Las heridas por arma de fuego ocasionalmente traspasan la cavidad torácica, lo que da origen
un ruido de succión que produce un incremento en la insuficiencia respiratoria.

COMPLICACIONES

Pulmón Perforado. Tanto las heridas penetrantes como las fracturas múltiples de costillas
pueden ser causa de perforación de órganos y vasos sanguíneos.

En situaciones normales, los pulmones tienen una elasticidad característica que les permite
expandirse y contraerse; pero en caso de lesión, se pierde tal elasticidad y se produce un colapso
del pulmón lesionado, con el consecuente trastorno de la capacidad para continuar con el
proceso respiratorio.

Signos y síntomas:

• Herida penetrante en el tórax.


• Hemoptisis.
• Respiración difícil y dolorosa.
• Hipoxia.
• Cianosis bucal.
• Signos de shock.
• Ansiedad.
• Alteración de la conciencia (posteriormente).

NEUMOTÓRAX. La cavidad pleural está formada por dos capas: una exterior, que está en
contacto con la pared torácica (pleura parietal) y una interior, que mantiene estrecha relación
con los pulmones (pleura visceral).
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En el momento en que el aire empieza a acumularse en la cavidad pleural, que por consiguiente
se expande y aumenta la presión interior, el pulmón del lado lesionado inicia un proceso de
colapso y hasta de desplazamiento, lo cual provoca disminución en el suministro de oxígeno a
los tejidos e insuficiencia respiratoria.

En conclusión, el neumotórax se define como la entrada y acumulación de aire en la cavidad


pleural. Este puede ser abierto o cerrado.

Signos y síntomas:

• Pulso débil y acelerado.


• Hipotensión.
• Ansiedad.
• Ingurgitación yugular.
• Desviación de la tráquea.
• Presencia de heridas, con burbujas si es abierto.
• Presencia de enfisema subcutáneo.
• Diaforesis.
• Disnea.
• Nausea.
• Alteración de la conciencia.

Neumotórax hipertensivo o neumotórax a tensión.

• En ciertos casos de heridas pulmonares y/o de la pared torácica la lesión que deja escapar
el aire tiene un efecto de válvula unidireccional, permitiendo que el aire entre en el espacio
pleural durante la inspiración, pero que no salga durante la espiración. El resultado será una
acumulación progresiva y rápida de aire bajo presión en el espacio pleural. El pulmón del
hemitórax izquierdo será comprimido, el mediastino se desplazará hacia el lado opuesto
con compresión del pulmón no lesionado en dicho lado, lo signos más comunes son:
Hipotensión,

• Ingurgitación yugular, desviación de la tráquea.

HEMOTORAX. Ocurre en caso de traumas abiertos o cerrados, en que se produce laceración


de la pared torácica, de los grandes vasos sanguíneos, incluso del pulmón, lo que provoca la
entrada de sangre a la cavidad pleural.

A menudo, aparece simultáneamente con el neumotórax, y presenta la misma sintomatología.

TAPONAMIENTO CARDIACO. Lesiones penetrantes del corazón son en general mortales,


pero ocasionalmente una lesión cortopunzante o por proyectil de baja velocidad pueden
provocar un sangrado en el espacio pericardial, que producirá un taponamiento cardíaco. Otras
causas son la rotura de la aorta o traumatismos contusos del corazón con rotura del miocardio.
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Manejo Prehospitalario De Las Complicaciones

1. Realice el ABC de la reanimación y permeabilice la vía aérea.


2. Determine el estado de conciencia.
3. Desnude al paciente y valore la expansión torácica.
4. Inspeccione el tórax anterior y posterior en busca de orificios de entrada y salida, la
presencia de heridas penetrantes, para determinar si hay algún ruido succionante.
5. Limpie la zona lesionada. Coloque un apósito estéril para controlar el sangrado, si lo
hubiera.
6. Aplique un apósito oclusivo en el orificio (u orificios).
7. En neumotórax a tensión se puede descomprimir con una aguja en el segundo espacio
intercostal, línea media clavicular.
8. Realice un monitoreo periódico de los signos vitales.
9. Vigile el estado de conciencia y la respiración.
10. De soporte emocional y tranquilice al paciente.
11. Traslade al paciente a un centro quirúrgico.

TRAUMATISMO ABDOMINAL

Estos procesos son cada vez más frecuentes en la vida moderna y constituyen una verdadera
urgencia médico-quirúrgica, puesto que los agentes traumatizantes producen cada vez mayores
daños anatómicos en las vísceras abdominales. En el Ecuador son la tercera causa de consulta
hospitalaria de emergencia.

Clasificación:

El trauma abdominal se lo ha clasificado como CERRADO, CONTUSO o NO PENETRANTE


y, los traumatismos ABIERTOS o PENETRANTES, que son los que determinan una
comunicación de la cavidad abdominal con el exterior.

Trauma cerrado:

La lesión inadvertida del abdominal sigue siendo una causa frecuente de muerte y suele estar
enmascarado, por lesiones de cabeza, tórax y fracturas. El tratamiento adecuado depende de
una valoración global y completa del paciente.

Mecanismos de producción. Las lesiones pueden ser de alta o de baja energía. Los procesos
fisiopatológicos que intervienen son:

a. Aumento brusco e intenso de la presión abdominal creada por fuerzas externas que pueden
provocar la rotura de una víscera hueca o el estallido de un órgano sólido.
b. La compresión de vísceras abdominales entre la fuerza aplicada a la pared anterior y la jaula
torácica posterior o la columna vertebral, que puede ser causada por aplastamiento.
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c. Fuerzas bruscas de deslizamiento que pueden provocar desgarros de órganos o de pedículos


vasculares.

Examen Físico:

Es importante observar el contorno del abdomen antes de proceder a la palpación y


auscultación. La presencia de equimosis habla de una posible hemorragia.

La palpación de las 6 últimas costillas inferiores izquierdas y derechas es indispensable, puesto


que las fracturas de las mismas pudieron haber provocado lesiones esplénicas en un 20% y
lesiones hepáticas en un 10%.

Hay que palpar los flancos y comprimir la cresta ilíaca y la sínfisis del pubis para establecer la
posibilidad de una fractura de pelvis.

De ser necesario valoraremos la integridad del esfínter rectal y del meato uretral para buscar
otras lesiones.

Trauma penetrante.- El diagnóstico de las lesiones abdominales penetrantes es menos


complejo que los no penetrantes. Las lesiones están en relación directa con el mecanismo
traumático, así:

Heridas por armas corto-punzantes. La lesión depende del tamaño, dirección, tipo de
instrumento utilizado. En la mayoría de los casos producen lesiones localizadas y, tan sólo en
un 15% lesiones multiorgánicas. La complicación más importante son las infecciones. En todos
estos pacientes se debe hacer una exploración sistemática.

Heridas por armas de fuego. La incidencia de lesiones viscerales en pacientes con armas de
fuego es de al menos un 90%, en contraste con el 30 a 40% de pacientes con heridas por arma
blanca. La lesión es directa y depende del impacto, velocidad, distancia, trayectoria, tipo de
proyectil disparado, calibre del arma, entre otras.

El daño se produce por dos fenómenos, la dispersión que es directamente proporcional a la


distancia y, la energía cinética que genera el arma en sí. Las complicaciones más frecuentes
son la hemorragia interna y el shock y, las infecciones. Pueden causar lesiones multiorgánicas
en un 80 a 90% de los casos.

Es importante realizar una investigación sistemática de tórax, puesto que heridas que se
localicen debajo del cuarto espacio intercostal y por dentro de la línea axilar anterior pueden
interesar el abdomen.

En el trauma penetrante por arma de fuego es importante buscar el orificio de entrada y de


salida del proyectil, así como determinar la trayectoria, con el fin de valorar otros órganos
comprometidos.
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Evisceración. Consiste en la exposición de vísceras abdominales, sean sólidas o huecas a través


de una herida penetrante.

Las causas más comunes son las agresiones, caídas, explosiones, impactos e incrustaciones.

Los signos más importantes son la visualización de los órganos protruidos, los signos de shock,
el vómito, el sangrado y las heridas asociadas a la lesión. El paciente puede adoptar adopta una
posición de protección al abdomen (posición fetal), refiere dolor abdominal generalizado y
nausea.

Es importante señalar que, por ningún motivo se debe tratar de regresar a su sitio el órgano
protruido, pues aumentaría el riesgo de infección y la gravedad de la lesión.

La exploración sistemática y la clínica de los pacientes pueden indicarnos que un paciente


requiere cirugía en uno de los siguientes casos:

• Signos físicos de lesión peritoneal.


• Choque inexplicado.
• Ausencia de ruidos intestinales.
• Evisceración de epiplón u otros órganos.
• Presencia de sangre en estómago (hematemesis, melenas), vejiga (hematuria) o recto
(proctorragia).
• Signos de lesión visceral como neumoperitoneo.
• Abdomen en tabla, rígido, doloroso.

Manejo Prehospitalario.

1. Realizar el ABC de la reanimación.


2. Valorar la función hemodinámico. Debe canalizar una vía y administrar solución salina
al 0.9% o Lactato de Ringer por vía IV.
3. Si se trata de un trauma penetrante descubra el abdomen.
4. No se debe introducir las vísceras.
5. Se debe cubrir las vísceras con apósitos estériles y húmedos. Los apósitos se deben
humedecer con suero fisiológico.
6. Hacer una evaluación general del compromiso multiorgánico. Se debe colocar una
sonda nasogástrica o una sonda vesical.
7. Transporte inmediato de la víctima. Valorar sucesivamente los signos vitales.

TRAUMA DE EXTREMIDADES

Aunque son lesiones menores ocasionalmente ponen en riesgo la vida de las personas.

Siempre debemos recordar que no se debe pasar en alto las siguientes consideraciones:
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• No omitir lesiones graves.


• No distraerse con lesiones aparatosas simples.

Evaluación:

• Toda lesión de miembros para ser considerada grave debe clasificarse en uno de los
siguientes grupos:
• Hemorragias externas con fracturas expuestas o grandes lesiones de tejidos blandos.
• Fracturas cerradas con efecto del tercer espacio, que es una formación de espacio
patológico no presente.
• Grandes fracturas, como las de fémur que pueden acumular hasta 2 litros de sangrado
en cada muslo.
• Grandes hemorragias con shock.

Lesiones específicas más frecuentes:

• Fracturas.
• Luxaciones.
• Luxo-fracturas.
• Torceduras/ esguinces.
• Desgarros musculares.
• Aplastamientos.
• Lesiones de tejidos blandos.
• Avulsiones.
• Amputaciones.

Signos y Síntomas:

Deformidad, dolor, sangrado, crepitación ósea y actitud de defensa.

Se deben sospechar de lesiones óseas cuando encontremos dolor a la palpación o movimientos,


inflamación comparativa, crepitación, disminución de los movimientos., aumento de la
movilidad articular, disminución de la sensibilidad distal, disminución de la perfusión distal,
lesiones importantes de tejidos blandos. La ausencia de alguna de las situaciones señaladas No
Descarte Lesión Ósteo-Articular.

Cuando se tratan estas lesiones se deben realizar procedimientos en orden de importancia que
consideren:

• Condiciones que amenacen la vida.


• Condiciones que arriesguen un miembro.
• Tratar las demás condiciones.

Tratamiento General:
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1. Detener el sangrado y el shock.


2. Asegurarse de que la zona lesionada no este bajo tensión.
3. Apoyar el área lesionada.
4. Inmovilizar con técnicas de ferulización.
5. Re-evaluar el pulso distal y el llenado capilar.

Las férulas se clasifican como: rígidas y moldeables. Las rígidas pueden ser tablillas (madera,
metal o plástico) o inflables. Las moldeables pueden ser férulas al vacío, almohadas y sábanas,
cartón y rejilla de alambre.

Al ferular debe considerarse.

• Almohadillar las férulas, mejorando el confort.


• Retirar ropas y ligaduras.
• Evaluar la función neurovascular antes y después del procedimiento.
• Inmovilizar la articulación proximal y distal a la lesión.

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