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La Real Academia Española condena el laísmo desde hace muchos siglos y su empleo se
considera un vulgarismo, impropio de la lengua culta, incluso cuando se da en entornos y
dialectos profundamente laístas, como el madrileño.
Laísmo. Fenómeno gramatical de la lengua española que se produce cuando se
utilizan los pronombres personales átonos de complemento directo del femenino (la
y las) en función de complemento indirecto, donde deberían haberse escrito los
pronombres personales átonos de complemento indirecto (le o les).
La norma culta, así como las convenciones de la Real Academia Española,
condenaron el laísmo hace ya muchos siglos y su empleo se considera
un vulgarismo grave, incluso cuando se da en entornos y dialectos profundamente
laístas.
Laísmo
Consiste en utilizar el pronombre la(s) para el complemento indirecto femenino. Es
un fenómeno típicamente castellano.
La norma exige que para el complemento indirecto se utilice el pronombre le(s) tanto
para masculino como para femenino.
Leísmo
El leísmo es la sustitución de los pronombres personales lo y la por le en la posición
de complemento directo y en los verbos que tradicionalmente rigen el caso acusativo (también
llamados verbos transitivos) en español:
(Forma leísta) Juan le ha visto.
(Forma estándar) Juan lo ha visto.
Tipos de leísmo[editar]
Leísmo y normativa lingüística
El leísmo es un rasgo característico de los dialectos del centro de la península Ibérica. El
dictamen académico originalmente consideraba correcta la forma leísta cuando el
complemento directo de la acción es una persona de sexo masculino, e incorrectas otras
opciones. Más tarde se enteraron de que esas opciones incorrectas eran las normales en casi
todos los países y también en gran parte de España, por lo que pasó a
considerarlas correctas y el leísmo de persona aceptable. Por tanto, para la Academia le vi [a
Juan] se tolera, mientras que *le vi [a Inés] o *le vi [al buque] no. En el caso de ser el
complemento directo masculino y plural, referido a personas, la Academia considera que
aunque el uso de les "no carece de ejemplos literarios", es "desaconsejable en el habla culta";
por tanto, decir les vi llegar (a ellos) es desaconsejado y más aún les vi llegar (a los buques).1
Leísmo aparente
Superficialmente similar al leísmo, la variación en el uso pronominal puede deberse también a
variaciones dialectales en el régimen de algunos verbos.
La atenuación de la oposición entre dativo y acusativo en el sistema de casos del español ha
llevado a tendencias divergentes en cuanto a la utilización de verbos en los que el
complemento tradicionalmente considerado directo es raramente explícito. Es el caso de
verbos como pegar o enseñar, que se complementan tanto con una referencia personal, en
forma de dativo, como una inanimada o abstracta, en forma de acusativo; sin embargo, la
segunda es tácita muchas veces, por lo que a la forma estándar el policía le pegó al obrero [un
cachiporrazo] la sustituye muchas veces en algunos dialectos *el policía lo pegó al
obrero. [cita requerida]
Leísmo de contacto
Otras formas de leísmo aparecen, también, en dialectos del español que se caracterizan por la
situación prolongada de bilingüismo o diglosia en contacto con lenguas en las que el régimen
pronominal es distinto. La influencia del guaraní en el español paraguayo, del quechua en
el español andino2 o del euskera en País Vasco y Navarra llevan en algunos casos a la
supresión completa de la diferenciación entre pronombres de dativo y de acusativo,
sustituyendo todos los casos por le.3 Acompañada de una tangible modificación en el empleo
de los pronombres, que se utilizan sistemáticamente de manera redundante en todas las
funciones —a diferencia de la forma estándar del español, que prescribe la redundancia solo
en el dativo: yo le di la carta a mi hermana—, es efecto de la asimilación a un sistema
gramatical desprovisto de la distinción de casos. En ocasiones está estigmatizado, sobre todo
en las zonas de transición entre dialectos afectados por esta forma de leísmo y dialectos no
leístas, pero forma parte de la norma culta en las regiones en que el dialecto leísta es
exclusivo o mayoritario, y tiene expresión en la lengua formal y escrita. No cuenta, sin
embargo, con la sanción de la RAE.
Loísmo
El loísmo es el fenómeno gramatical que se produce cuando se utilizan los pronombres
personales átonos de complemento directo del masculino (lo y los) en función de
complemento indirecto, donde deberían haberse escrito los pronombres personales
átonos de complemento indirecto (le o les).
El loísmo es una peculiaridad de ciertos dialectos del español que consiste en la sustitución
del pronombre personal "le" (que representa generalmente al objeto indirecto) por "lo" (que se
reserva, en dialectos no loístas, para el objeto directo).1 Desde el punto de vista del español
normativo la Real Academia Española condenó el loísmo en 1874 [cita requerida] y lo considera
un vulgarismo.
Algunos autores usan el término loísmo para referirse al uso de lo como complemento directo,
es decir, a la variante mayoritaria; este uso extraño del término puede crear confusión.1
Ejemplos de loísmo:
(1a) Al Rey lo gustó mucho la idea [El Pueblo de Ceuta (España), acceso: 6-11-2007].
El loísmo siempre ha sido menos frecuente que el leísmo y el laísmo. Como ellos, surge en la
Castilla medieval y es un fenómeno fundamentalmente castellano. En principio, ni Andalucía,
ni Canarias, ni América son loístas. Digo en principioporque en la práctica sí hay islotes loístas
en América, sobre todo en zonas en que el español está en contacto con lenguas indígenas como
el quechua. Véase si no este ejemplo tomado de una recopilación de cuentos ecuatorianos de
tradición oral:
(2) Tenía treh hija’ mujer’ este hombre. Y de las treh hija’ mujer’ una lo salió bien simpática
[…] [Paulo de Carvalho Neto: Cuentos foklóricos del Ecuador: 52 registros de la tradición
oral].
EFECTOS FARMACOLÓGICOS:
- Efecto Primario o Fundamental
- Efecto Secundario o Colateral
- Efectos Adversos o Indeseado
- Efecto Tóxicos
- Efecto Letal
- Efecto Placebo
Los efectos de las drogas han recibido diversas denominaciones de acuerdo a las
circunstancias en que han sido observadas y de acuerdo a su transcendencia farmacológica y
terapéutica.
Es de gran importancia tener claro que NO EXISTE NINGUN FARMACO
CLINICAMENTE UTIL QUE SEA TOTALMENTE INOCUO. Es decir los fármacos
tienen un efecto principal o fundamental que generalmente es utilizable o deseable
clínicamente y además tiene una serie de efectos secundarios o colaterales que generalmente
son indeseables pero eventualmente pueden aprovecharse terapéuticamente en determinadas
condiciones.
Lo ideal sería que al administrar un fármaco, aun paciente con una enfermedad
determinada, a la dosis adecuada, por la vía más idónea y en el momento preciso, solo
produjese su efecto fundamental deseado, sin ninguna otra manifestación farmacológica, esto
desafortunadamente rara vez ocurre, y es así donde se manifiesta la peligrosidad del uso de
las drogas sin conocer a fondo sus bases farmacológicas.
a) Efecto Primario o Fundamental – es el efecto principal de la droga y en línea general el que
se utiliza terapéuticamente.
b) Efecto Secundario o Colateral – es el efecto adicional que en principio no se ha deseado,
pero que puede aparecer antes, después o conjuntamente con el efecto fundamental.
Para establecer si un efecto secundario es terapéutico o indeseado debería previamente
definirse la situación patológica que se espere curar con la droga.
c) Efecto Adverso o Indeseado – el efecto secundario que llega a perjudicar al paciente durante
la aplicación clínica de una droga en general son triviales y reversibles y pueden manifestarse
a corto y/o largo plazo, igualmente solo en determinados pacientes o cuando se combinan
con otras sustancias o medicamentos.
d) Efecto Toxico – es el efecto que daña y perjudica al paciente de una manera severa y en
ocasiones irreversiblemente el efecto toxico puede ser consecuencia de una excesiva dosis
de fármaco y se traduce entonces como una exageración del efecto primario terapéutico o
también, el efecto toxico puede ser una efecto secundario que es de gran magnitud y será el
responsable de la inutilidad terapéutica de esa droga.
e) Efecto Letal - es el que produce la muerte, las drogas pueden producir la muerte o ese efecto
letal a través de cualquiera de sus efectos ya sea su efecto primario (y la droga o fármaco
vendría a llamarse entonces veneno) o su efecto secundario o a través de su efecto terapéutico
si la dosis no es la adecuada.
f) Efecto placebo - es el fenómeno por el cual los síntomas de un paciente pueden mejorar
mediante un tratamiento con una sustancia inocua, es decir, una sustancia sin efectos
directamente relacionados con el tratamiento de los síntomas o la enfermedad.