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IDENTIDAD

GENÉTICA

Derecho Genético
Dirigido al Abog. Juan Tineo Salvatierra
“AÑO DEL DIÁLOGO Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL”

DOCENTE:
ABOG. JUAN TINEO SALVATIERRA

TEMA:
IDENTIDAD GENÉTICA

ASIGNATURA:
DERECHO GENÉTICO

CICLO:
IX

INTEGRANTES:
ANCAJIMA NIMA VICTOR RAUL
CASTILLO MENA DEIVY ANTONIO
GOMEZ CORDOVA GISELY
GOMEZ SUAREZ ANTONY
OLIVARES CABRERA KATHERINE LISETTE

SEMESTRE ACADÉMICO I-2018


2018
INDICE

I. INTRODUCCIÓN ...................................................................................................... 3

II. QUÉ SIGNIFICA IDENTIDAD GÉNÉTICA .......................................................... 4

III. DEFINICIONES DE IDENTIDAD GENÉTICA .................................................... 6

IV. IDENTIDAD GENÉTICA COMO BIEN JURÍDICO Y COMO DERECHO


SUBJETIVO ....................................................................................................................... 7

V. FILIACIÓN BIOLÓGICA Y FILIACIÓN JURÍDICA .......................................... 9

VI. DERECHO A LA IDENTIDAD ................................................................................ 11

VII. IMPORTANCIA DE LA GENÉTICA .................................................................... 12

VIII. EL DERECHO Y LA IDENTIDAD GENÉTICA. .......................................... 13

IX. PRUEBAS DE IDENTIDAD GENÉTICA ............................................................. 13

X. GENÉTICA FORENSE ........................................................................................... 14

XI. PRUEBA FORENSE ................................................................................................ 15

XII. ANONIMATO DEL DONANTE DE GAMETOS EN UNA FERTILIZACIÓN


ASISTIDA. CAMBIO DE IDENTIDAD. LA FICCIÓN DEL HIJO PROPIO. ......... 15

XIII. LA PARTICIÓN DE EMBRIONES: ¿UN ATENTADO CONTRA LA


IDENTIDAD GENÉTICA? ............................................................................................. 16

XIV. LA PARTENOGÉNESIS. ALTERACIÓN DE LA IDENTIDAD GENÉTICA


Y BIOLÓGICA Y EL REASEGURO PARA EL CONTROL DEMOGRÁFICO. .... 17

XV. CONCLUSIONES..................................................................................................... 18

XVI. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................... 19


I. INTRODUCCIÓN

Cada ser vivo, es como es, porque cada una de sus células se ha formado a partir de unas
“instrucciones biológicas” que determinan sus propiedades y características de todo tipo
(grupo sanguíneo, el color del cabello, los rasgos faciales, el ritmo metabólico…). Estas
instrucciones biológicas son lo que se denomina información genética, cuyo soporte físico
es el ácido desoxirribonucleico (ADN). Lo más característico y esencial es que esa
información está contenida en el ADN mediante lo que se conoce como Identidad genética,
una serie de instrucciones de lectura que permiten, “leer” un fragmento de ADN para
obtener la información necesaria para, por ejemplo, determinar el color del cabello.

En la presente monografía abarcaremos el tema de IDENTIDAD GENÉTICA, la cual es


muy importante porque es una disciplina biológica que ha adquirido gran importancia y
relevancia durante las últimas décadas del siglo XX.

La presente investigación tiene como objetivo dar a conocer sobre la Identidad Genética y
realizar una reflexión sobre la patentabilidad de las secuencias de ADN humano, es decir,
una reflexión sobre el hecho de proteger la vida, la integridad física o psíquica de las
personas, así como su dignidad e identidad genética.
II. QUÉ SIGNIFICA IDENTIDAD GÉNÉTICA

Un ente biológico complejo como es el ser humano, compuesto por millones de


células diferenciadas y organizadas en una diversidad de tejidos, órganos y
sistemas, obedece en su desarrollo ontológico a un diseño determinado en un
programa genético. Este se constituye tras la fecundación y se concreta en lo que
llamamos «identidad genética», materializada en el ADN que anida en el núcleo
del cigoto y de todas las células que se producen conservando réplicas de la
información del cigoto.
La «identidad genética» nos invita a reflexionar sobre todo aquello que como
valor jurídico representa el «Genoma humano». Este conjunto de genes, al que
nos referimos también como «arquitectura» o «configuración genética», nos sirve
para situar a cada ser humano respecto de los demás, pero además contiene
información relativa a la especial vinculación entre un individuo y su familia
biológica o un grupo de población.
La idea misma de identidad genética es compleja. Hay que señalar, a este
respecto, antes que nada, que existe una cierta confusión acerca del significado
de la voz “identidad”en el ámbito biomédico. La descripción habitual del término,
de acuerdo con la Real Academia, hace referencia a una gran similitud entre dos
elementos. Sin embargo, el sentido del que dotamos a la expresión en el contexto
actual no tiene que ver con esta primera acepción, sino con la noción de “ser uno
mismo” o, más exactamente, con “la conciencia que una persona tiene de ser ella
misma y distinta a las demás”, como muy bien ha expresado el profesor Romeo
Malanda1
El derecho a la identidad, por tanto, puede definirse aquí como el derecho a ser
uno mismo. La confusión, no obstante, acecha si tenemos en cuenta que son
muchos quienes consideran que la forma de violar este derecho consiste en clonar
seres humanos, esto es, en crear seres humanos genéticamente idénticos, término

1
Romeo Malanda, S., Intervenciones genéticas sobre el ser humano y Derecho Penal, Bilbao-Granada:
Comares, 2006, p. 166.
que, en este segundo contexto, quiere decir “muy similar”. Los juegos de palabras
nos gastan aquí una mala pasada que, sin embargo, se evita si pensamos que la
idea de “ser uno mismo” tiene como requisito primordial diferenciarse de los
demás y es, precisamente, esta capacidad la que se puede llegar a vulnerar a través
de una práctica que nos haga genéticamente idénticos a otros seres humanos.
Hecha ya esta primera aclaración, conviene añadir una segunda, esta vez referida
a la idea de similitud. Algunos autores han apuntado, de forma correcta, que es
muy complejo, si no imposible, crear seres humanos genéticamente idénticos, al
menos mediante algunas de las técnicas que habitualmente se emplean para
efectuar una clonación2.
Así, por ejemplo, alguien conseguirá, tal vez, en un futuro, crear un clon humano
mediante la transferencia del núcleo de una célula adulta.
Sin embargo, el ser clónico nunca llegará a compartir el 100 % de la dotación
genética del clonado, ya que el núcleo de una célula contiene, desde luego, el
ADN nuclear, pero no el mitocondrial, por lo que seguirá existiendo una
diferencia entre ambos.3

Lo que, es más, los cambios que acompañan inevitablemente a toda gestación


harán que ambos seres se vayan distinguiendo, incluso antes del nacimiento.
Ahora bien, estos hechos, con ser relevantes, no son, no obstante, a nuestro juicio,
decisivos para concluir que hay que abandonar el debate sobre la clonación
porque su objetivo, esto es, crear seres humanos idénticos, es irrealizable. Antes
bien, conviene destacar que, dado que la constitución de un ser humano se debe,
en una proporción aplastantemente favorable, a su ADN nuclear, antes que al
miticondrial, bastaría con copiar el primero para crear dos seres humanos
sustancialmente iguales, sin que fuera necesario hacer lo mismo con el segundo.
De ahí, por tanto, que concluyamos ahora que para considerar a dos sujetos
genéticamente idénticos basta con que éstos compartan su ADN nuclear.4 4Y de
ahí, también, que consideremos que la clonación de un ser humano no sea, ni

2
Bellver, V., ¿Clonar? Ética y derecho ante la clonación humana, Granada: Comares, 2000, p. 49
3
Trevijano, M., ¿Qué es la Bioética?, Salamanca: Sígueme, 1998, p. 204.
4
Romeo Malanda, S., Intervenciones genéticas sobre el ser humano y Derecho Penal, cit., pp. 157
mucho menos, imposible. Intentando ahora sintetizar todo lo dicho en este punto,
concluiremos que por identidad genética debe entenderse la conciencia de ser uno
mismo, diferente de los demás, circunstancia que, a su vez, surge de la posesión
de un ADN original. Como tal se ha de entender un ADN sustancialmente distinto
al que posea cualquier otra persona, esto es, un ADN que difiera del ADN nuclear
de otro ser humano, y no sólo del mitocondrial. De lo contrario, nos tememos,
estaríamos dando demasiada importancia a unos factores que, de por sí, no
servirían para preservar la identidad genética como bien.

III. DEFINICIONES DE IDENTIDAD GENÉTICA

 Planiol y Ripert definen a la filiación como la relación que existe entre dos
personas; siendo que una de ellas es la madre y la otra es el padre. María Josefina
Méndez Costa, nos dice que la filiación es el estado de familia que deriva de la
generación con respecto del generado.

 Domenico Barbero sostiene que la filiación es ante todo el hecho de la


generación por nacimiento de una persona llamada hijo, de otras dos personas, a
quienes se le llama progenitores.
 Marcial Rubio Correa, alineándose con la teoría de la voluntad procreacional,
afirma que la filiación o la relación filial se derivan de tres formas:

 Como regla general, la consanguinidad, es decir, por el Derecho de la Sangre;

a) Por voluntad propia o acto unilateral, es decir, la adopción; y

b) Por la voluntad del marido de asumir la paternidad del hijo de su cónyuge que
no sea hijo suyo y la voluntad de quien declara ser padre o da la condición de hijo
a alguien que no tiene vinculo genético con él.

 Desde el punto de vista el Derecho Civil Peruano, ha construido su sistema


normativo asumiendo que la vida humana siempre se inicia con la relación sexual
entre el padre y la madre. De ahí que la madre del hijo es siempre la parturienta
y por padre se presume el marido de la parturienta. Estos supuestos o
presunciones derivaron en que la filiación sea una declaración de la ley, dejando
el lado la filiación genética.

La afirmación de que la madre, es siempre la parturienta, es hoy en día fácilmente


rebatible, otro lado la filiación derivada de la presunción pater is puede
desvirtuada con la aplicación del artículo 363 del código civil. Lo discutible es
que la filiación, es asumida como uno ejercer la acción contestatoria dentro de los
plazos previstos. En supuesto de que la mujer haya gestado en la época en que
aún permanecía casada, en el caso de hecho jurídico relejando el hecho natural.
El marido no siempre es el padre del hijo, y la ley no debe presumir
arbitrariamente la fidelidad de la mujer. En este caso los hombres corremos en
desventaja respecto de las mujeres.

Es evidente que la presunción pater is no constituye una norma fundamentada en


la consanguinidad sino en un vínculo jurídico formal. La norma que declara la
presunción tiene consecuencias, en el sentido de que el marido no sea padre
biológico, pero se convierta en padre legal al que el marido no hubiera contestado
la paternidad, o no vence en la acción, será el padre legal del niño. Observamos
pues que en estos casos el derecho crea un vínculo de parentesco puramente legal,
no acomodada a la naturaliza de las cosas desde el punto de vista genético.

 Como bien refiere Carlos Cárdenas Quirós en relación con la hipótesis,


refiriéndose a la inseminación pos mortem, se debe dejar constancia de que la
muerte del marido origina una serie de consecuencia jurídicas, entre las que cabe
mencionar las siguientes: pone fin a la persona, disuelve el vínculo matrimonial,
cesan los derechos y deberes del matrimonio, el cónyuge supérstite puede volver
a casarse, se extingue el régimen de sociedad de gananciales y se abre la vocación
hereditaria supérstite y sus herederos.

La pregunta es, ¿los derechos sucesorios del hijo nacido de la aplicación de la


inseminación post mortem son similares a los nacidos de manera natural?

IV. IDENTIDAD GENÉTICA COMO BIEN JURÍDICO Y COMO DERECHO


SUBJETIVO

Determinado ya lo que es la identidad genética, será éste el momento de delimitar,


en primer lugar, por qué se considera habitualmente que es un bien, esto es, algo
que “es susceptible de contribuir al bienestar y perfeccionamiento físico o
psíquico de la persona”. La cuestión, por consiguiente, que nos ocupará en este
momento será la de analizar la forma en que la identidad genética está relacionada
con nuestro propio bienestar. En este sentido, cobra especial relevancia decir que,
en general, la mayor parte de los autores consideran que la exclusividad genética,
esto es, la posesión de un ADN original, es, como tal, un bien, porque es bueno
que un ser humano sea único, irrepetible y diferente a otros seres vivos
preexistentes, estén vivos o muertos. Esto, desde luego, no significa que la
posesión de un ADN único y la identidad genética, tal y como la hemos definido,
sean lo mismo. De hecho, es perfectamente posible que dos personas que posean
un mismo ADN no se sientan por ello, en absoluto, idénticas. Al fin y al cabo,
ninguno de nosotros es, exclusivamente, lo que sus genes dictan, sino que en la
constitución de nuestro ser influyen también factores ambientales, educacionales
o biológicos de lo más variado, siendo así que cualquiera de estas fuerzas es, de
por sí, suficientes para trazar profundas diferencias entre unos y otros. Ello, no
obstante, caben pocas dudas de que la conformación genética de cada uno es una
de las bases de nuestra irrepetibilidad, siendo así que algunos autores han llegado,
incluso, a considerarla como una condición previa para la protección del libre
desarrollo de la persona. A la luz de lo que acabamos de decir, no debería resultar
demasiado complejo entender la importancia del bien que se halla en juego: si de
verdad hablamos de una condición para la propia libertad del ser humano,
entonces parecen existir pocas dudas acerca de la necesidad de preservar la
identidad genética de todo ser humano. De ahí, por tanto, que parezca a primera
vista congruente hacer de esta cualidad no ya sólo un bien, sino un bien
jurídicamente protegido, en cuanto que engarza con bienes que consideramos
fundamentales. A pesar de ello, el Derecho positivo ha encontrado ciertas
dificultades a la hora de delimitar el marco jurídico de la identidad genética. Tanto
es así que, en el caso concreto de nuestro país, la mayor parte de los autores han
procedido a enlazar la idea de identidad genética con la de identidad personal,
extendiendo así el derecho al libre desarrollo de la personalidad, proclamado en
el art. 10.1 de nuestra Carta Magna, a esta materia en concreto. Claro que esta
extensión ha llegado a conectar, incluso, la identidad genética con la dignidad de
la persona, lo cual, como veremos, no deja de ser un asunto espinoso. De lo que
en cualquier caso parece haber pocas dudas es que, más allá incluso de la
consideración de la identidad genética como bien jurídico, el Derecho la ha
concebido como un derecho subjetivo, esto es, como un interés jurídicamente
protegido. Ni que decir tiene que ello no supone sino un cambio de perspectiva,
que sitúa en la esfera del individuo el ámbito natural de la identidad genética: el
motivo fundamental de la prohibición de la clonación estriba en una protección
del interés de todo ser humano en poseer un ADN original. Nos encontramos, al
fin, con que todo lo dicho en el presente epígrafe podría sintetizarse diciendo que
la identidad genética constituye un bien jurídico protegido, y, en cuanto que
supone un presupuesto previo para el libre desarrollo de la personalidad e,
incluso, para la posesión de una dignidad humana, ha de situarse dentro de la
esfera de los derechos subjetivos. De ahí, por supuesto, que la mayor parte de los
ordenamientos legislativos occidentales hayan incluido en sus normas los
mecanismos necesarios para impedir que alguien sea privado de esta, al parecer,
valiosísima cualidad. Dicho esto, dedicaremos, a partir de aquí, los próximos
epígrafes a estudiar cómo se puede vulnerar, en la práctica biomédica, ese derecho
a la identidad genética, comenzando por una de las prácticas que,
indudablemente, privan de su identidad genética al ser humano: la gemelación
artificial.

V. FILIACIÓN BIOLÓGICA Y FILIACIÓN JURÍDICA

Todo ser humano cuenta con una filiación por el solo y único hecho de haber sido
engendrado, esta es la denominada Filiación Biológica (hecho físico o natural),
que surge del acto propio de la concepción en relación con los progenitores.

Para que surta efectos legales, debe ser conocida conforme a derecho, de manera
tal, que la filiación legal, es aquella que determina la ley, y el reconocimiento del
padre a su hijo )presunción matrimonial de paternidad o presunción judicial) o la
voluntad pro creacional del hombre (reconocimiento) , adquiriéndose la calidad
de padre.
Si hay algo que todo recién nacido tiene, es una relación filial. En ese sentido, la
filiación biológica se deriva de los progenitores por lo que ello nos lleva a la
conclusión de que la filiación biológica se da al momento de la concepción y en
connatural. Debemos decir también que la filiación biológica está dada por la
aportación de material genético de los progenitores al nuevo ser con el cual se
produce la fecundación y luego la concepción. Sin embargo, esta filiación
biológica, surtirá todo su efecto si es que es reconocida por el derecho, de ahí que
la filiación legal es un formalismo que le da el carácter de legalidad y legitimidad
a la filiación biológica.

Los lazos de parentesco son variados y múltiples, de diverso origen, se extiende


como un vínculo o conexión familiar existentes entre dos o más personas en
virtud de la naturaleza (consanguinidad), de una acto jurídico matrimonial
(afinidad), o de la propia voluntad del hombre (adopción), de todas las relaciones
parentales, la más importante y de mayor jerarquía es la Filiación (del latín Filius,
hijo), entendida como la relación jurídica parental yacente entre el hijo y su padre.
Consultancial al ser humano, la filiación forma parte del derecho a la identidad
habiendo surgido nuevos derechos que tienden a su protección y determinación,
como el derecho a la individualidad biológica y el derecho a conocer el propio
origen bilógico. La importancia que tiene para el derecho la determinación del
nexo entre el engendrado y sus progenitores es esencial. Ya que del mismo surge
una basta de gama de derechos, deberes y obligaciones. ESCRICHE5, los
términos paternidad y filiación expresan calidades correlativas, esto es, aquella la
calidad del padre, está la calidad del hijo,

Vila-Coro Barrachina, María Dolores, en su libro “Introducción a la


Biojuídica”, nos dice que la filiación está determinada por la paternidad y la
maternidad de manera que el título de adquisición del estado de hijo tiene su causa
en la procreación. El problema surge cuando se intenta correlacionar el vínculo
biológico con el jurídico. Mientras el biológico es natural, ilimitado y reservado,
el vínculo jurídico es todo lo contrario. El vínculo jurídico es un vehículo

5
Joaquín Escriche, Diccionario razonado dela legislación y la jurisprudencia, Paris Librería de Ch, Bouret ,
1884, pág. 203
meramente calificador del vínculo biológico.

En el sistema genético de filiación el hijo hereda de cada uno de sus padres el


50% de información genética; de sus abuelos el 25%; compartiendo 6.25% de sus
primos hermanos. Ello supone que el origen del parentesco tiene como fuente
creadora a la teoría genética. De allí que concluimos que la filiación genética debe
primar frente a la legal, por lo que las normas del Derecho Civil referidos al tema
deberán modificarse o en el peor de los casos aceptar y proteger los derechos de
las personas nacidas a expensas de la prescindencia de la relación sexual.

VI. DERECHO A LA IDENTIDAD


El derecho a la identidad es el que tiene más estrecha relación con el derecho a la
vida, porque al comenzar a ser, se tiene el derecho de ser reconocido como tal.
¿Cómo se puede violar el derecho a la identidad de un niño? Cambiándole el
nombre, la edad o la familia de pertenencia. Obligándolo a vivir una vida que no
le pertenece, y privándolo de vivir su propia vida. Negándole el derecho de
conocer su propia historia y su linaje. Condenándolo a perder su destino y
desgajando su aporte del proyecto de construcción de la humanidad. Cualquier
menoscabo a la identidad, se traduce en una ofensa a la sociedad entera y a las
esperanzas del hombre. Es imposible intentar borrar la lamentable experiencia de
los niños desaparecidos durante el proceso de reorganización nacional, muchos
nacidos en cautiverio, con identidades adulteradas, mediante el registro con
nuevos datos filiatorios, o mediante adopciones ilegítimas.6
El niño tiene el derecho de vivir con su familia de sangre, razón por la cual,
nuestro sistema jurídico plasma el principio de la verdad biológica y el derecho a
la identidad en todo su concepto, admitiendo las pruebas genéticas en la
indagación de los vínculos familiares. La Convención sobre los Derechos del
Niño, Ley 23.849, en su art. 7mo, consagra el derecho del niño de conocer a sus
padres y a ser cuidado por ellos, y la obligación de los Estados Partes de velar por
la aplicación de este derecho, de conformidad con su legislación nacional. En su
art. 8vo establece que los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho

6
El Derecho genético y las interrelaciones humanas”, en: Diario Oficial El Peruano. Sección B. Lima, 25 de
enero de 1995, p. 9.
del niño a preservar su identidad, incluidos nacionalidad, nombre y relaciones
familiares de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas. Agrega en el mismo
art. que cuando un niño sea privado ilegalmente de alguno de los elementos de su
identidad o de todos ellos, los Estados Partes deberán prestar asistencia y
protección apropiadas con miras a restablecer rápidamente su identidad.

VII. IMPORTANCIA DE LA GENÉTICA

La Genética es la ciencia encargada de estudiar la herencia biológica, es decir, la


transmisibilidad de los caracteres morfológicos y fisiológicos de generación en
generación.
El ADN ha revolucionado las técnicas de la identificación y se ha convertido en un
gran colaborador y herramienta indispensable para el Derecho.
Hoy en día una de las ciencias que influye de manera determinante en el Derecho
es la ciencia médica.
El Derecho Genético ha surgido como una rama especial que brinda una protección
y seguridad jurídica al ser humano y las relaciones sociales que se derivan de
aquellos avances de la ciencia genética.
El Derecho Genético está íntimamente vinculado con el Derecho Civil puesto que
su aplicación tiene como fin de la persona humana. De allí que el derecho de las
personas (el inicio de la vida, la teoría del concebido, la cesión de sustancia
orgánicas, el Derecho de Familia (La filiación y el Derecho de Sucesiones (la
transmisión hereditario del hijo póstumo en la inseminación post morten) se halla
influenciados por esta parte de la ciencia biológica. Producto de esta relación ha
surgido el llamado Derecho Genético Civil.
En este sentido el Derecho Genético a través de estudios genoma humano y
específicamente del ADN, regula la investigación biopositiva indispensable para el
Derecho pues se ha utilizado en la indagación de los problemas criminológicos de
paternidad
La biotecnología aportó nuevos elementos para indagar y establecer con cierto
grado de certeza, la identidad genética de las personas. El Banco Nacional de
Datos Genéticos, creado por la Ley 23.511, brinda asistencia técnica para
esclarecer genéticamente vínculos biológicos cuestionados en sede judicial o a
nivel particular.

VIII. EL DERECHO Y LA IDENTIDAD GENÉTICA.

El derecho a la identidad es un derecho cuyo tratamiento constitucional y legal


no ha sido desarrollado por la jurisprudencia, todo lo que los juristas hubieran
querido. Sin embargo, este derecho a estado reconocido en los tres códigos civiles
peruanos. El ser humano es un conjunto celular y genómico. La información
contenida en el núcleo de la célula se conforma a partir de las características de
los progenitores. Se halla en el núcleo celular el patrón o huella genética que tiene
todo ser viviente. En el caso del ser humano, surge en el momento de la
concepción –específicamente al momento de la singamia- cuando el núcleo del
espermatozoide intercambia su información genética con el núcleo del óvulo.
Esta pauta genética, es el aporte de los progenitores al nuevo ser, de allí la
posibilidad de determinar con certeza el origen biológico de la filiación, Por lo
expuesto es deducible que desde la concepción el ser humano tiene una
determinada identidad, innata, que irá luego desarrollando y enriqueciendo a
través de toda su vida. El Derecho a la Identidad, está dado por la posibilidad
científica de indagar y afirmar la paternidad o maternidad a través de pruebas
biogenéticas.

IX. PRUEBAS DE IDENTIDAD GENÉTICA


Las pruebas de Identidad genética consisten en el estudio del ADN de una o varias
personas para obtener un perfil genético único que permita la identificación
permanente e inequívoca de un individuo y la diferenciación del resto de sus
congéneres, de sus parentales y parientes en cualquier momento de la vida, e
incluso una vez fallecido. Genologica le ofrece una completa línea de servicios
de identidad genética que incluyen: su DNI genético, pruebas de paternidad,
pruebas forenses, tanto informativas como con valor judicial.
X. GENÉTICA FORENSE

La Genética forense es una especialidad de la Genética que incluye un conjunto de


conocimientos de Genética necesarios para resolver ciertos problemas jurídicos. Los tipos
de pericia más solicitados al laboratorio de Genética forense por los tribunales son casos
de investigación biológica de la paternidad, pericias de criminalística biológica (estudio de
vestigios biológicos de interés criminal como manchas de sangre, esperma, pelos, etc.) y,
finalmente problemas de identificación.
La Genética forense comenzó con el descubrimiento en el año 1900 por Karl Landsteiner
del grupo ABO1 y con la demostración de su herencia de este grupo en 1910. Poco después
(1912) fue utilizado ya en casos de investigación biológica de la paternidad y pronto en el
análisis de vestigios biológicos de interés criminal como manchas de sangre. Nuevos
antígenos eritrocitarios polimórficos, esto es con una proporción significativa de variantes
alélicas en la población, y que se heredaban de forma mendeliana simple como el Rh,
MNSs o Duffy fueron progresivamente incorporados al panel de marcadores genéticos que
disponíamos los genetistas forenses.
La aparición de polimorfismos proteicos y enzimáticos de eritrocitos y leucocitos
analizados por técnicas electroforéticas supuso, principalmente a partir de 1960 se
dispusiese de marcadores más informativos y más objetivos. La introducción de los
antígenos del sistema mayor de histocompatibilidad, HLA, supuso una gran revolución en
la prueba biológica de la paternidad a partir de 1970 sobre todo tras los trabajos realizados
por el vienés Wolfgang Mayr.
Sin embargo, tanto los HLA como los anteriores marcadores genéticos presentaban grandes
limitaciones cuando se trataba de analizar muestras degradadas o en minúscula cantidad lo
que sucede con mucha frecuencia en el trabajo forense. Particularmente la utilización de
todos estos polimorfismos de expresión era muy limitada para el análisis de manchas o
pelos y los problemas de identificación, y en la mayor parte de los casos criminales los
genetistas forenses poco o nada podían decir sobre la persona a la que pertenecía un
vestigio. Esto era particularmente cierto para el análisis de esperma o manchas de esperma
y pelos o cabellos donde era excepcional proporcionar algún dato acerca de la
correspondencia de un vestigio a un presunto agresor con lo que la ayuda a la justicia era
muy limitada. También era imposible la realización de pruebas de paternidad en muestras
degradadas (por ejemplo, a partir de restos óseos) y muy difícil en casos complejos como
las pruebas realizadas sin el presunto padre a partir de familiares indubitados del mismo.
Y esta era la situación cuando se descubrieron en la década de 1980 los polimorfismos del
ADN.

XI. PRUEBA FORENSE

Una prueba de ADN forense es un tipo de prueba de filiación o parentesco entre dos
personas en las que obtención del ADN de al menos una de las muestras representa una
dificultad añadida, ya sea por la reducida cantidad de muestra, la antigüedad de la muestra,
el grado de degradación y/o contaminación. Algunas de estas muestras consideradas
forenses pueden ser cabellos con raíz, restos óseos e incluso de cualquier objeto que haya
estado en contacto con fluidos corporales (chicles, colillas de cigarrillo, toallas, etc.).
En el caso de poder obtener ADN de estas muestras el resultado de la prueba alcanza una
precisión superior al 99,99%. Genológica cuenta con una gran experiencia en el estudio de
muestras complejas.
Genológica ha desarrollado un test de mayor potencia que emplea 16 marcadores STRs
autosómicos; los 13 de CODIS empleados por el FBI y 3 marcadores más.
Una vez en el laboratorio se procede a la extracción de ADN y posterior análisis, de forma
que los resultados estén disponibles en el plazo de 2 semanas.

XII. ANONIMATO DEL DONANTE DE GAMETOS EN UNA FERTILIZACIÓN


ASISTIDA. CAMBIO DE IDENTIDAD. LA FICCIÓN DEL HIJO PROPIO.

Cuando algunos de los equipos médicos especializados en fertilización asistida aluden a


las ventajas de la donación de gametos ante la anovulación de la mujer o la oligospermia o
azoospermia masculina, insisten en la conveniencia de mantener el anonimato del donante.
"El donante no tiene intención de procrear", agregan.

Pero no es lo mismo donar sangre o un órgano no reproductor, que un ovario, semen u


óvulos. Estos elementos del cuerpo sin duda serán utilizados para concebir seres humanos.

Los padres que emplean gametos de un tercero en la concepción de un hijo, están


alimentando "la sicosis del hijo biológicamente propio", siendo que ese hijo no será de esa
pareja, si no de otro, y vivirán la ficción del vínculo biológico hasta que la verdad aflore
sin duda en forma traumática.

Estos padres, en general rechazan la idea de la adopción, aludiendo a menudo al "mito de


la sangre extrana", pero no vacilan en concebir un hijo con la participación biológica de un
extraño.

XIII. LA PARTICIÓN DE EMBRIONES: ¿UN ATENTADO CONTRA LA IDENTIDAD


GENÉTICA?

La partición de embriones (embryo splitting) constituye una práctica biotecnológica


sobradamente conocida por la mayor parte de los especialistas en fecundación in vitro.
Consiste, básicamente, en la separación de las células que conforman un embrión durante
sus primeros días de vida, esto es, la etapa que abarca desde la fecundación hasta la
constitución de la mórula o, incluso, el blastocisto temprano. De este modo, se crean dos
seres humanos iguales entre sí, pero diferentes a sus progenitores. Es decir, que lo que
sucede en el laboratorio es que se reproduce la misma situación que da lugar de forma
natural a los gemelos monocigóticos. Por este motivo, algunos estudiosos han propuesto
utilizar para este supuesto la denominación de gemelación artificial18. Su utilidad se
deriva, básicamente, de la posibilidad que ofrece de aumentar el número de los embriones
generados artificialmente en los casos en los que no es fácil obtener de una mujer el número
de óvulos necesario para el buen funcionamiento de la fecundación in vitro19.
Evidentemente, la partición de embriones crea dos seres genéticamente idénticos entre sí.
A partir de ahí, desde luego, cabría concluir, directamente, que esta práctica atenta contra
el bien jurídico que es objeto de nuestro estudio, esto es, la identidad genética de los seres
creados gracias a ella. Sin embargo, y desde estas páginas, defenderemos la hipótesis
contraria, esto es, que la gemelación artificial no supone ninguna merma de la identidad de
un ser humano. Las razones de esta aseveración son varias, y algunas de ellas coincidentes
con las que expondremos a la hora de hablar de la transferencia de núcleos celulares. Sin
embargo, la que nos parece especialmente interesante en este punto es la que se basa en
que, como ya hemos expresado antes, el hecho de compartir un mismo ADN con otra
persona no significa necesariamente una pérdida de identidad genética. Piénsese, en este
sentido, que lo que hace que una persona pueda sentirse privada de su libertad, o de su
dignidad, o de cualquier otro de los bienes de los que hablábamos más arriba no es
compartir un mismo ADN con otro ser humano, sino verse reflejado en él, conocer de
antemano su propia historia, sentirse como la prolongación de otro, etc. Pero todos estos
factores no concurren cuando uno posee el mismo ADN que un ser humano creado en el
mismo momento que él. He aquí una vital diferencia entre la creación de gemelos, aunque
sea artificialmente, y la
XIV. LA PARTENOGÉNESIS. ALTERACIÓN DE LA IDENTIDAD GENÉTICA Y
BIOLÓGICA Y EL REASEGURO PARA EL CONTROL DEMOGRÁFICO.

A través de la estimulación química o térmica de un óvulo, se puede inducir el desarrollo


de un individuo, que es de sexo femenino y estéril, sin aporte genético masculino. Se trata
de una niña concebida sin aporte de un padre biológico. Su identidad genética y biológica
es alterada descaradamente, ya sea para controlar el crecimiento demográfico, o para
"fabricar una raza de mujeres productivas" para cumplir determinadas tareas, muy alejada
de aquellas de mujeres, esposas y madres.
XV. CONCLUSIONES

 La genética es una de las bases más importantes de la célula ya que gracias a la genética
tenemos todos nuestros rasgos físicos .También podemos decir que gracias a la genética
podemos encontrar a personas , que hayan cometido delitos ya que con solo un pequeño pelo
de tal persona se puede ver su identidad viendo su ADN. La genética es de gran ayuda y lo
será siempre para la humanidad y la ciencia.
 La herencia genética es el proceso por el cual las características de los individuos se
transmiten a su descendencia, ya sean características fisiológicas, morfológicas o
bioquímicas de los seres vivos bajo diferentes condiciones ambientales.Los genes que
controlan diferentes caracteres son heredados de forma independiente, solo cuando los genes
existen en cromosomas diferentes.
 El genoma humano es el genoma del Homo sapiens, es decir, la secuencia de ADN contenida
en 23 pares de cromosomas en el núcleo de cada célula humana diploide. Un gen es una
unidad de información dentro del genoma que contiene todos los elementos necesarios para
su expresión de manera regulada.
 La utilización de pruebas biológicas originadas en el derecho genético como el ADN en la
determinación de la paternidad, debe estar orientados a buscar la identidad biológica del
interesado.
XVI. BIBLIOGRAFÍA

 Bellver, V ¿Clonar? Ética y derecho ante la clonación humana, Granada, Comares, 2000, p.
49.
 El Derecho genético y las interrelaciones humanas”, en: Diario Oficial El Peruano. Sección
B. Lima, 25 de enero de 1995, p. 9.
 Joaquín Escriche, Diccionario razonado dela legislación y la jurisprudencia, Paris Librería de
Ch, Bouret , 1884, pág. 203
 Joaquín Escriche, Diccionario razonado dela legislación y la jurisprudencia, Paris Librería de
Ch, Bouret, 1884, pág. 203.
 Romeo Malanda, S., Intervenciones genéticas sobre el ser humano y Derecho Penal, Bilbao-
Granada: Comares, 2006, p. 166.
 Romeo Malanda, S., Intervenciones genéticas sobre el ser humano y Derecho Penal, pp. 157.
 Trevijano, M., ¿Qué es la Bioética?, Salamanca: Sígueme, 1998, p. 204.

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