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Baron-Cap.

4-Actitudes
Actitud es usada para referirse a nuestras evaluaciones de prácticamente cualquier aspecto del mundo
social (por ejemplo, Fazio y Roskos-Ewoldson, 1994; Tesser y Martín, 1996). De igual forma, las actitudes se
reflejan a menudo en nuestro comportamiento, pero algunas veces este no es el caso. Ello se debe
principalmente a la ambivalencia de actitudes, la cual hace referencia a que nuestras evaluaciones de objetos,
temas, personas o eventos están mezcladas, componiéndose tanto de reacciones positivas como negativas.
Por tanto, es posible que rechacemos en un momento algún objeto de actitud, pero en otro lo aceptemos
positivamente cuando nuestra actitud hacia ese objeto es ambivalente. Sin embargo, cuando las actitudes son
uniformemente positivas o negativas son aún más difíciles de cambiar; de hecho, con frecuencia no cambian
durante largos períodos de tiempo.
Formación de actitudes: ¿Cómo y por qué se desarrollan las actitudes?
Aprendizaje social: adquirir las actitudes a partir de los demás
Muchas de nuestras apreciaciones son adquiridas en situaciones en las cuales interactuamos con
otros o simplemente mientras observamos su comportamiento. Tal aprendizaje sucede a través de varios
procesos:
1) Condicionamiento Clásico: proceso en la cual un estímulo, inicialmente neutral, adquiere la capacidad
de evocar reacciones a través de la asociación repetida con otro estímulo. Así, por ejemplo: un niño
ve a su madre mostrando signos de desagrado cada vez que la madre se encuentra con un miembro
de un grupo étnico específico, en un principio el niño es neutral, pero después que estas claves son
asociadas (actitud negativa de la madre con grupo étnico) sucede entonces el condicionamiento
clásico y el niño comienza a reaccionar negativamente a estos estímulos
2) Condicionamiento subliminal: condicionamiento clásico que sucede en ausencia de una atención
conciente al estímulo implicados, es decir, ocurre a través de la exposición a estímulos que están por
debajo del umbral de atención consciente del individuo.
3) Condicionamiento instrumental: hace referencia a que los comportamientos seguidos por resultados
positivos se ven fortalecidos y tienden a repetirse. En contraste, los comportamientos seguidos de
resultados negativos son debilitados y al final suprimidos. De esta manera, adquirimos actitudes
mediante moldeamiento activo de los padres recompensando tales actitudes y castigando otras.
4) Aprendizaje observacional: los individuos adquieren nuevas formas de comportamiento simplemente
a través de la observación de las acciones de los demás. De esta manera, los niños oyen decir cosas
a sus padres inapropiadas para sus oídos, o los observan realizando acciones que luego les piden que
ellos no hagan. Por tanto, si sus padres usualmente evalúan negativamente la política de maduro, ellos
seguramente también lo harán.
5) Comparación social: formamos actitudes mediante la comparación social en la medida en que nuestras
visiones estén de acuerdo con las de otros, si esto es así, concluimos que nuestras ideas y actitudes
son adecuadas; después de todo, si otros mantienen las mismas perspectivas, estas perspectivas
deben ser correctas. Debido a este proceso con frecuencia cambiamos nuestras actitudes con el fin
de tener puntos de vista más cercanos a los de los demás. De igual forma, nuestras actitudes son
moldeadas por la información social proveniente de otros (lo que vemos que ellos hacen o dicen), junto
con nuestro deseo de ser similares a gente que nos agrada o respetamos. Conformismo y comparación
social y formación de actitudes.
Factores genéticos: algunos hallazgos sorprendentes
Algunos hallazgos sugieren que los factores genéticos juegan un rol mayor en moldear algunas
actitudes más que otras. Como que las actitudes relacionadas con preferencias (es decir, preferencia por cierto
estilo de música o por tipos específicos de comida) pueden estar más fuertemente influidas por factores
genéticos que las actitudes que son de naturaleza más cognitiva (es decir, actitudes acerca de temas complejos
tales como la pena capital o sobre situaciones y objetos con los cuales los individuos han tenido poca
experiencia directa, tales como grupos sociales con los cuales han tenido poco o ningún contacto, Tesser,
1993).
Por otro lado, se plantea que tales efectos pueden ocurrir porque los factores genéticos influyen sobre
las disposiciones más generales, tales como la tendencia a experimentar principalmente emociones positivas
o negativas (estar en un estado de ánimo positivo o negativo la mayor parte del tiempo). A su vez, tales
tendencias pueden influir sobre las evaluaciones de muchos aspectos del mundo social. Así, por ejemplo,
alguien que tiende a estar la mayor parte del tiempo de mal humor puede tender a expresar actitudes más
negativas prácticamente en cualquier lugar de trabajo en contraste con quien tiene buen humor
Funciones de la actitud: ¿por qué nos formamos nuestras actitudes en el primer momento?
Las actitudes son formadas en principio porque cumplen con una serie de funciones importantes para
la persona en un ambiente social, asi:
1) Función cognitiva: utilidad de las actitudes para organizar e interpretar la información social:
a. Con ellas somos capaces de clasificar como positivo o negativo los estímulos con los que
nos encontramos casi de manera inmediata.
b. Operan como marcos mentales que nos ayudan a interpretar y procesar muchos tipos de
información
c. Matizan fuertemente nuestras percepciones y pensamientos acerca de algún objeto de
actitud. Por ejemplo, vemos como más convincente y adecuada la información que ofrece
soporte a nuestras actitudes
d. Percibimos a las fuentes que proporcionan evidencia contraria a nuestros puntos de vista
como altamente dudosas
2) Función de autoexpresión o autoidentidad: nos permiten expresar nuestros valores centrales o
creencias
3) Función de autoestima: ayudándonos a mantener o realzar nuestros sentimientos de confianza
hacia nosotros mismos.
4) Función de autodefensa: ayuda a la gente a protegerse de información no deseada acerca de
ellos mismos.
5) Función de motivación: menudo deseamos causar una buena impresión en otros y una manera
de hacerlo es expresar el punto de vista «correcto». Acerca de esta función, los hallazgos indican
que mientras mayor sea la función de motivación a causar buena impresión de las actitudes, mayor
será la probabilidad de que los individuos formulen nuevos argumentos a favor de ellas u las
mantengan.
En suma, las actitudes son útiles en términos de que nos ayudan a darle sentido a nuestro mundo
social, aunque, como otros marcos cognitivos y atajos mentales, pueden conducirnos algunas veces por mal
camino.
La relación entre actitud y comportamiento: ¿cuándo y cómo influyen las actitudes sobre el comportamiento?
Lo hallazgo indican que cuando son ambivalentes— las actitudes de hecho son las más débiles en
predecir la conducta. Sin embargo, la cuando no son, las actitudes predicen usualmente la conducta.
¿Cuándo las actitudes influyen sobre el comportamiento? Especificidad, fuerza, accesibilidad y otros
factores
Aspectos de la situación: factores que influyen de dos maneras:
1) Las restricciones situacionales moderan la relación entre actitudes y conducta: ellas impiden que las
actitudes sean expresadas en una conducta explícita.
2) Tendemos a preferir situaciones que nos permiten expresar nuestras actitudes con nuestro
comportamiento.
Por tanto, las presiones situacionales moldean la medida en que las actitudes pueden ser expresadas
en acciones explícitas, pero además las actitudes determinan si los individuos participan en diversas
situaciones.
Aspectos propios de las actitudes
1) Orígenes de las Actitudes: las actitudes formadas a través de la experiencia directa son más
fáciles de recordar y esto incrementa su impacto en la conducta. Por tanto, tienen un mayor
impacto que aquellas formadas indirectamente.
2) Fuerza de la Actitud: Cuanto más fuerte sea una actitud mayor será su impacto en la conducta,
sin embargo, la fuerza de la actitud tiene que ver con muchos factores como:
a. Intensidad (cuán fuerte es la reacción emocional provocada por el objeto de la actitud)
b. Importancia (la medida en que un individuo se preocupa a conciencia por la actitud y está
personalmente implicado con ella)
c. Conocimiento (cuánto sabe el individuo acerca del objeto de la actitud);
d. Accesibilidad (con qué facilidad se recuerda la actitud ante varias situaciones)
3) Importancia de la actitud: medida en que un individuo se preocupa por la actitud, un determinante
clave de esto es el interés concebido, que hace referencia a la medida en que la actitud es
personalmente relevante para el individuo que la posee, o la medida en la que el objeto o tema al
cual se refiere tiene consecuencias importantes para esta persona. De esta manera, mientras
mayor sea la relevancia de la actitud para el sujeto o las consecuencias que el objeto de actitud
puede tener en él. Mayor será el impacto de la actitud en la conducta
4) Especificidad de la Actitud: hace referencia a la medida en que las actitudes están centradas en
aspectos o situaciones específicas más que en temas generales. La relación actitud-conducta es
mayor cuando las actitudes y conductas son registradas al mismo nivel de especificidad. Por
ejemplo, probablemente seremos más acertados al predecir si irás esta semana a los servicios
religiosos a partir de tu actitud sobre la importancia de asistir a tales servicios más que a partir de
tu actitud general hacia la religión.
¿Cómo influyen las actitudes sobre el comportamiento? 1) Mediante Intenciones, deseo y acción
1) Este primer mecanismo opera en situaciones en las cuales pensamos de manera cuidadosa e
intencionada sobre nuestras actitudes y sus implicaciones para nuestra conducta.
a. La teoría de la acción razonada plantea que la decisión de implicarse en una conducta
particular es el resultado de un proceso racional que está orientado hacia la meta y que sigue
una secuencia lógica. En el mismo se consideran las opciones de la conducta, se evalúan las
consecuencias o resultados de cada una y se llega a una decisión de actuar o no. Así, esta
decisión se refleja en intenciones conductuales. Según esta teoría, las intenciones están, a
su vez, determinadas por dos factores: por las actitudes hacia la conducta y por las normas
subjetivas (otros aprobaran o no mi conducta).
b. La teoría de la conducta planeada incorpora un tercer factor: el control conductual percibido
(la valoración de cada uno sobre su habilidad para ejecutar la conducta).

Por ejemplo: Imagina que una estudiante está considerando hacerse un piercing—por
ejemplo, ponerse un pendiente en la nariz—. ¿Realmente lo hará? De acuerdo con Ajzen
y Fishbein la respuesta depende de sus intenciones y éstas, a su vez, estarán
fuertemente influidas por los factores antes mencionados. Si la estudiante cree que
hacerse el piercing no será doloroso y que le hará verse más atractiva (ella tiene una
actitud positiva hacia dicha conducta), que las opiniones de la gente que ella valora
aprobarán esta acción (normas subjetivas) y que ella puede fácilmente hacerlo (ella
conoce a un experto en hacer piercings), sus intenciones para realizar esta acción serán
fuertes.
De esta manera, Las dos teorías resumidas aquí sugieren que varios factores (las actitudes hacia una
conducta específica, las normas subjetivas relacionadas con la conducta y la habilidad percibida para realizarla)
determinan las intenciones conductuales relativas al comportamiento. Tales intenciones, a su vez, constituyen
un fuerte determinante que influirá en la realización final de la conducta.
ACTITUDES Y REACCIONES INMEDIATAS DE COMPORTAMIENTO.
Según el modelo del proceso ‘de-la-actitud-a-la-conducta, las actitudes también influyen de manera
más directa y automática. El proceso transcurre más o menos de la siguiente manera:
1) Algún evento activa una actitud (Un pana me empuja); la actitud, una vez activada,
2) Influye sobre nuestras percepciones del objeto de la actitud (esto activa tu actitud hacia la gente que
realiza este tipo de conductas).
3) Al mismo tiempo, nuestro conocimiento sobre lo que es apropiado en una situación dada (nuestro
conocimiento de varias normas sociales —reglas que gobiernan la conducta en un contexto particular,
este pana no debería tener esa conducta aquí) es también activado.
4) Juntos, la actitud y la información previamente almacenada acerca de lo que es apropiado o esperado,
moldean nuestra definición del evento (este maldito). A su vez, esta percepción influye sobre la
conducta (insulto).
De esta manera, las actitudes influyen sobre el comportamiento, los eventos tales como que alguien
se cuele en una fila situándose justo por delante de ti, activan nuestras actitudes y, de manera simultánea,
nuestra comprensión de cómo se espera que se comporte la gente ante esta situación. Estos factores juntos
influyen sobre nuestra definición (percepción) del evento y esto, a su vez, determina cómo nos comportamos.
Por tanto, las actitudes constituyen un importante factor que moldea nuestra conducta explícita.
Así, las actitudes afectan nuestra conducta a través de al menos dos mecanismos y que estos operan
bajo condiciones diferentes. Cuando tenemos tiempo para pensar cuidadosa y razonadamente, podemos
valorar todas las alternativas y decidir de manera intencionada cómo actuar. Y Donde no disponemos de tiempo
para pensar sopesando alternativas.

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