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LA FAMILIA Y TRANSMISIÓN DE VALORES

La transmisión de valores es educar a los hijos sobre los valores en la familia este
debe ser un proceso consiente y responsable por parte de los padres, también los valores
son reglas de conducta y actitudes en las cuales nos comportamos, son pilares de la
educación de nuestros hijos para transmitirlos de manera correcta debemos de
convertirnos en ejemplo a seguir.

Entre los valores de mucha importancia en la familia encontramos:

 Respeto.
 Integridad.
 Tolerancia.
 Calidad.
 Confianza.
 Honestidad.
 humildad
 Responsabilidad.
 Compromiso.
 Equipo.
 Sinceridad.
 Alegría.
 Autoestima.
 Lealtad.

RESPETO:

Respeto es el centro de las relaciones y armonía familiares. Respeto puede ser


practicado en cada situación nueva para establecer y continuar un patrón de respeto
entre los miembros de la familia.
Los miembros de la familia saben cuándo ellos son respetados y saben cuándo ellos
están practicando respeto con reciprocidad. Algunas veces las reglas de respeto son
claras y han sido discutidas en voz alta, compartidas y demostradas. Otras veces, estas
reglas son silenciosamente establecidas para seguirlas y honrarlas.

Para desarrollar un patrón de respeto en la familia, una comunicación abierta es


esencial. Todos sus miembros deben ser honestos, sinceros y confiar entre sí. Si hay
comunicación y confianza entre los miembros de la familia, esto hace el establecimiento
de reglas familiares de respeto mucho más fácil. La comunicación abierta también
permite a los miembros de la familia participar en el establecimiento de reglas de
respeto y hacer preguntas acerca de lo que exactamente se espera de ellos. Los
miembros de la familia deben aceptar cometer errores e inclusive fallar cuando estén
tratando de demostrar respeto. En la medida que la familia crece, ellos aprenden a
relacionarse entre sí de maneras diferentes. Cuando alguien en la familia ve a otro
tratando de practicar respeto, es importante animarlo y elogiarlo.

Acciones respetuosas pueden ser apreciadas, reconocidas, bienvenidas y apoyadas. Cada


miembro de la familia es único y tiene su propia personalidad y estilo. Juntas, las
familias deben celebrar el respeto entre sí y el respeto familiar como unidad. Cada
situación es diferente y debe ser tratada como una oportunidad para practicar, intentar y
establecer un patrón de respeto. (Blog.com)

INTEGRIDAD:

La integridad familiar se verá reflejada en la participación de los miembros de la unidad


en las actividades recreativas y rituales familiares (bodas, onomásticas, u otras
celebraciones), en la implicación en la toma de decisiones, en la resolución de conflictos
y problemas, en la forma en que loa miembros cumplen con sus obligaciones y
responsabilidades familiares, y en la forma en que defienden o hablan de su familia.
La integridad familiar exige de la aportación de cada miembro al conjunto de la unidad
y a su vez se convierte en un recurso para cada uno de sus miembros que podrá contar
con la fuerza del grupo.

Valoración de la Integridad familiar

Al estudiarla analizaremos la unidad de la familia, las relaciones de colaboración y


cooperación entre sus miembros, el modo en que estos participan en los rituales
familiares, se implican y participan en la solución de los problemas que afectan al
sistema y se mantienen leales a la familia.

El estudio de la integridad familiar, lo podemos hacer analizando:

 La forma en que los miembros de la unidad se implican en la toma de decisiones


y en la resolución de problemas y conflictos.
 La participación de sus miembros en actividades y rituales familiares
(celebraciones, onomásticas, reuniones, etc.).
 Identificando el grado de lealtad familiar. (htt)

TOLERANCIA:

Tolerar no es “aguantar” las diferencias, sino reconocer y celebrar la diversidad. Educar


hijos tolerantes significa prepararlos para integrarse mejor a un mundo cada vez más
diversificado. Hoy día las personas tienen dietas diferentes, religiones diferentes,
preferencias sexuales diferentes y debemos preparar a los hijos e hijas para dar una
respuesta adecuada a ese complejo mosaico de la diversidad del que quizá también
formen parte. La lección empieza por casa permitiendo que se escuche la voz de cada
quien: hombres, mujeres, niños, adolescentes y ancianos sin que sean marginados de las
iniciativas y la vida común. Exige, asimismo, que los adultos tengamos un ánimo
conciliador que nos permita tomar decisiones sensatas y firmes. La lección continúa
fuera de la casa educando a los menores en el respeto a las diferencias de aspecto físico,
carácter, forma de vestir y actividad que desempeñan las demás personas, buscando
siempre la inclusión. No perdamos de vista que quien excluye corre también el riesgo de
ser excluido y que la idea de “normalidad” es más una ilusión que una realidad.

Sin importar si se trata de una familia grande o pequeña, la convivencia diaria y el


hecho de vivir bajo el mismo techo, multiplica las posibilidades de que ocurran malos
entendidos, desavenencias y rivalidad entre los miembros. Los padres estamos
obligados a crear en casa una atmósfera de tolerancia basada en el respeto, el afecto y la
comunicación. Esto suena sencillo en la teoría, pero exige un trabajo cotidiano y una
atención permanente, incluso en los detalles más pequeños. El esfuerzo, sin embargo,
vale la pena, pues permite no sólo lograr una mejor convivencia en casa, sino también
da lugar a un aprendizaje invaluable para los hijos, quienes harán suyo este valor y lo
transmitirán más tarde a sus propios hijos. (FundacionTelevisa, 2015)

CONFIANZA:

La confianza es la opinión favorable de que una persona o grupo será capaz y deseará
actuar de manera adecuada en una determinada situación. Es la ilusión segura que se
deposita en alguna persona o cosa.

Tal vez los mejores indicadores de confianza son la cantidad de amigos que tenemos, el
ambiente de armonía que se respira en nuestro hogar, la calidad de la comunicación
entre los miembros de nuestra familia, el número de personas que acuden a nuestro
negocio y las responsabilidades que nos asignan en el trabajo; cuando esto ocurre,
podemos decir que somos confiables. Los humanos tendemos a responder a las
expectativas y a la confianza que se nos deposita. Una sociedad de personas confiables
es una sociedad de prosperidad y paz.

Cómo se cultiva:

 Enseñando a otros a trabajar, aceptando sus fallas y ayudándoles a mejorar,


demostrando que creemos en ellos.
 Tomando en cuenta a los demás, considerando que lo que ellos sienten, piensan
o dicen es tan importante como lo que yo siento, pienso o digo.
 Aprendiendo a escuchar a otros, sin importar su preparación, edad o puesto.
 Apoyando a quienes queremos para que aprendan a tomar decisiones.
 Cumpliendo con la palabra dada.
 Hablando siempre con la verdad.
 Teniendo paciencia para esperar los tiempos de madurez de otros.
 Siendo ejemplo de rectitud, responsabilidad y honestidad.
 Procurando crear un ambiente de respeto a nuestro alrededor, siendo buscadores
de cualidades en los demás, no defectos.
 Disculpando o buscando razones que puedan explicar comportamientos
negativos de las personas.

La familia es el lugar en donde aprendemos a confiar. Experimentar el amor y la


rectitud en el trato con nuestros padres y hermanos nos da pie a confiar en Dios; en los
demás y en nosotros mismos, a saber que podemos tener tranquilidad de será aceptados
a pesar de nuestras debilidades, en un ambiente seguro, de cariño y protección, en donde
todos somos valorados y respetados. (ANSPAC)

HONESTIDAD

La honestidad es un valor o cualidad propia de los seres humanos que tiene una estrecha
relación con los principios de verdad y justicia y con la integridad moral. Una persona
honesta es aquella que procura siempre anteponer la verdad en sus pensamientos,
expresiones y acciones. Así, esta cualidad no sólo tiene que ver con la relación de un
individuo con otro u otros o con el mundo, sino que también puede decirse que un
sujeto es honesto consigo mismo cuando tiene un grado de autoconciencia significativo
y es coherente con lo que piensa. Lo contrario de la honestidad sería la deshonestidad,
una práctica que comúnmente es repudiada en las sociedades contemporáneas, ya que se
la asocia con la hipocresía, la corrupción, el delito y la falta de ética.

A través de la historia de la filosofía, la honestidad ha sido largamente estudiada por


diferentes pensadores. Por ejemplo, Sócrates se dedicó a investigar sobre su significado
y a indagar sobre qué es verdaderamente esta cualidad. Más tarde, filósofos como
Immanuel Kant tratarían de componer una serie de principios éticos generales que
incluyeran entre ellos a la conducta honesta. Otro filósofo, Confucio, distinguía
distintos niveles de honestidad para su ética: y, de acuerdo con su grado de profundidad,
les llamó Li, Yi y Ren. Es motivo de debate si la honestidad es una característica innata
del género humano o si es fruto de su interacción en la sociedad. Desde un punto de
vista de la conducta animal, otros vertebrados suelen privilegiar su condición individual
y, en distintos grados, la de su descendencia por sobre la de otros congéneres. Sin
embargo, en los primates, este fenómeno es menos "individualista" y alcanza su cima en
el ser humano. (Definicion ABC)

La honestidad también es transparencia, y es lo contrario a la mentira, la falsedad y la


corrupción. Ser honesto es tener una actitud acorde con la verdad en nuestras relaciones
con los demás, incluyendo nuestra familia, amigos, compañeros de estudio o de trabajo,
vecinos, y todas las personas con las cuales nos relacionamos de una u otra forma. No
solo es un valor que debemos ejercer sino también es un valor que debemos exigir de
los demás.

La honestidad es la base para otros valores que se desprenden del ser honesto, por
ejemplo, ser leal, actuar razonablemente, ser justo. El ser honesto supone no tener
contradicciones entre lo que se piensa, se sienta y se haga. Desde este punto de vista, la
honestidad es el valor positivo que se contrapone al valor negativo de la hipocresía.

Una de las cualidades que más buscamos y exigimos de las personas es la honestidad,
pues es indispensable para que las relaciones humanas se desenvuelvan en un ambiente
de confianza y armonía. Garantiza respaldo, seguridad y credibilidad en las personas. Es
uno de los valores de mayor importancia en un individuo porque además de hacerlo una
persona confiable, la honestidad lo vuelve saludable y vive armónicamente con su
propio entorno y con el de los demás.

No debemos olvidar que los valores deben primero vivirse personalmente, antes de
exigir que los demás cumplan con nuestras expectativas. La persona que es honesta
puede reconocerse, entre otras cosas por: A) Ser siempre sincero en su comportamiento,
palabras y afectos. B) Cumplir con sus compromisos y obligaciones. C) Reconocer sus
limitaciones o imposibilidad de hacer o cumplir con algo cuando en realidad así sea. D)
Aceptar sus defectos y errores, y esforzarse por superarlos. E) Evitar la murmuración y
la crítica destructiva que afectan negativamente a los demás. F) Guardar discreción y
seriedad ante las confidencias personales y secretos profesionales.

Cuando alguien miente o engaña, su espíritu entra en conflicto, la paz interior


desaparece y esto es algo que los demás perciben porque es difícil de ocultar. Las
personas deshonestas se pueden reconocer fácilmente porque engañan a los otros para
conseguir de manera abusiva un beneficio. Es muy probable que alguien logre engañar
las primeras veces, pero al ser descubierto será evitado por los demás o tratado con
precaución y desconfianza.
En la vida no faltan los obstáculos para la honestidad. Uno de los mayores es la
impunidad que permite que se puedan violar las leyes y traicionar los compromisos sin
que ocurra nada. También el éxito de los «vivos» y los mentirosos, que hacen parecer
ingenuas a las personas honradas y responsables, pues trabajan más y consiguen menos
que aquellas que viven haciendo trampas. Y la falta de estímulos y reconocimiento para
quienes cumplen con su deber y defienden sus principios y convicciones a pesar de las
dificultades que esto les pueda acarrear. Sin embargo, una persona honesta tarde o
temprano es reconocida por vivir según este valor, y al ser confiable, creíble y leal,
encontrará que se le abren muchas puertas y se le presentan oportunidades para el éxito.
(el nuevo diario.com, 2014)

RESPONSABILIDAD

La responsabilidad como valor social está ligada al compromiso. La responsabilidad


garantiza el cumplimiento de los compromisos adquiridos y genera confianza y
tranquilidad entre las personas. Toda responsabilidad está estrechamente unida a la
obligación y al deber. Ambos conceptos constituyen la materia prima de la
responsabilidad.

Por medio de juegos o de actividades en grupos, es más fácil y más ameno, enseñar el
sentido de la responsabilidad a los niños y estarán más dispuestos a entender sus
'deberes y obligaciones'. Ser responsable en el sentido global de la palabra significa:

 Responsabilidad hacia uno mismo: Soy responsable de hacer realidad mis


deseos, de mis elecciones y mis actos, de mi felicidad personal, de elegir los
valores según los cuales vivo y de elevar el grado de mi autoestima.

 Responsabilidad hacia las tareas a desarrollar: Soy responsable del modo en que
distribuyo mí tiempo y realizo mis deberes y trabajos pendientes.

 Responsabilidad en el consumo: Soy responsable de mis gastos, de cuidar mis


cosas y de elegir los regalos de Navidad, cumpleaños.
 . Responsabilidad hacia la sociedad: Soy responsable de mi conducta con otras
personas: compañeros de trabajo, familia, amigos y de comunicarme
correctamente con los demás.

Algunas Pautas para que los niños puedan ser responsables:

 Cada vez que asignes una tarea a tu hijo/a y acepte el cumplimiento de la misma,
es preciso que acepte cumplir también con la palabra dada.

 Si te equivocas, acepta tus errores con humildad e invita a tu hijo a hacer lo que
deba para volver a la senda correcta.

 Enséñale el valor del auto compromiso. Es determinante en una persona


responsable, ya que siempre se debe tener presente que se debe cumplir con las
demás personas, sin olvidar que con la primera persona que se tiene un deber es
con uno mismo.

HUMILDAD:

La humildad es la virtud que consiste en conocer las propias limitaciones y debilidades


y actuar de acuerdo a tal conocimiento. El término proviene del vocablo latino
humilditas. Podría decirse que la humildad es la ausencia de soberbia. Es una
característica propia de los sujetos modestos, que no se sienten más importantes o
mejores que los demás, independientemente de cuán lejos hayan llegado en la vida. Por
ejemplo: “El campeón del último Grand Slam de la temporada mostró su humildad al
pelotear durante más de dos horas con los niños que se habían acercado al estadio”, “La
estrella de Hollywood hizo gala de su humildad al saludar a cada uno de los presentes”,
“La humildad no es una característica propia de este cantante, quien siempre critica a
sus pares”

Resulta interesante notar que, según se entienda la actitud de una persona, hay una línea
muy delgada entre la humildad y la ostentación. Conceptos de esta naturaleza requieren
de la observación del comportamiento ajeno para existir, y esto da como resultado que
un mismo hecho pueda ser percibido de diversas formas. Cada uno carga con una
historia, con una serie de experiencias positivas y negativas que han colaborado en la
construcción de una personalidad única e irrepetible. Al mirar a los demás, no podemos
evitar juzgarlos y, para ello, sólo contamos con nuestra memoria.

Los valores de la familia sin duda que son los primeros en aprender nuestros hijos(a)
estos debemos impartirlos con mucho amor, paciencia, y delicadeza. ( Pérez Porto &
Porto, 2009)

COMPROMISO

El compromiso de la familia es un proceso basado en la colaboración y en las


fortalezas a través del cual los profesionales de la primera infancia, las familias
y los niños construyen relaciones positivas y orientadas a una meta. Es una
responsabilidad compartida de las familias y el personal en todos los niveles
que requiere el respeto mutuo de las funciones y fortalezas que cada uno tiene
que ofrecer. El compromiso de la familia se enfoca en el desarrollo de
relaciones cultural y lingüísticamente receptivas con los miembros principales
de la familia en la vida de un niño. Estas personas incluyen mujeres
embarazadas y familias que esperan bebé, madres, padres, abuelos y otros
cuidadores adultos. Requiere comprometerse a crear y mantener una
asociación permanente que apoye el bienestar de la familia. También honra y
apoya las relaciones padre e hijo que son centrales para el desarrollo saludable
de un niño, la preparación escolar y el bienestar. El Marco de participación de
los padres, las familias y la comunidad de la Oficina Nacional de Head Start
consta de una guía para aprender sobre cómo el compromiso de la familia
promueve un cambio positivo y duradero para los niños, las familias y las
comunidades. (ECLKC)

EL COMPROMISO DE LOS PADRES HACIA SUS HIJOS.


Los padres tienen grandes responsabilidades hacia sus hijos. Básicamente
tienen que criarlos desde su niñez hasta su adultez (y aún servirles en los años
venideros como guías y consejeros). Requiere un compromiso muy grande
para criarles con disciplina e instruirles en el amor del Señor - Efesios 6:4. Esto
implica que los padres tienen que amar, proteger, alimentar (en todo sentido), y
preparar a sus hijos. Los padres también tienen que comprometerse a pasar
tiempo con sus hijos para poder realizar todos estos deberes. (htt1)

EL COMPROMISO DE LOS HIJOS HACIA SUS PADRES.

A. Obedecer y honrar a sus padres

B. Para los hijos es un deber básico el hecho de cuidar a sus padres en su


vejez. (htt1)

EQUIPO

Para desarrollar habilidades hacia el éxito en la vida, no hay nada como el


trabajo en equipo. En casa puedes aprovechar a la familia para enseñar a tus
hijos a colaborar con otros, compartiendo responsabilidades y puntos de vista.
(McGavin, 2017)

Trabajar juntos por un solo fin les puede brindar los siguientes beneficios a tus
hijos:

1. Descubrir sus talentos.

En un trabajo colaborativo, se ven las fortalezas personales de cada


miembro del equipo.

Por ejemplo, si te juntas con tus hijos para montar una fiesta, habrá quién
es imaginativo para idear un tema, otra que sabe dibujar y diseñar
invitaciones, otro que es organizado para planear tiempos y la colocación
del mobiliario, alguien con buen sazón para la comida y finalmente, la
persona a quién todos conocen por extrovertido y jala a la gente para que
asistan a la pachanga.
Obviamente, los resultados de este trabajo en equipo serán mucho más
ricos que lo que pudiera lograr cualquier persona sola.

Al trabajar en equipo en familia donde todos son valorados por sus


contribuciones, cada uno de tus hijos puede empezar a ubicar sus propias
fortalezas. Tú también te podrás dar cuenta de lo mismo para ir
echándoles porras y apoyando su auto estima.

1. Fomentar el liderazgo.

Durante un proyecto en equipo, habrá oportunidad para más de un líder


por el camino. Como no todos pueden hacer lo mismo al mismo tiempo,
es importante destacar el papel protagónico de cada uno de tus hijos en
diferente momento.

Entre más puedan, varien la actividad para que todos tengan la


oportunidad de mandar a los demás por ratitos.

Por ejemplo, si están haciendo pan de muerto, puedes ir pasando la


receta de hijo en hijo para que cada uno se encargue de decir a los
demás lo que tienen que hacer.

2. Desarrollar habilidades de organización.

En un trabajo en equipo, se tiene que seguir una secuencia con tareas


claramente definidas para cada persona.

Si tus hijos te ayudan a planear la actividad antes de empezarla, invítalos


a especificar cuánto tiempo debe tomar cada parte de la tarea, quién la va
a hacer y qué materiales se necesitan.

3. Enseñar la responsabilidad.

Colaborar en equipo les da a cada uno de tus hijos el sentido de la


importancia de su parte del trabajo. Sin su contribución no pueden lograr
los mismos resultados.

Por lo tanto, es importante hacer que todos se sientan con la


responsabilidad de cumplir, ya que su esfuerzo es necesario para el éxito
de todos.

1. Mejorar la comunicación.

Para llevar a cabo una actividad colaborativa, hay que saber escuchar,
dialogar y expresar ideas y sentimientos.

La buena comunicación entre hermanos, padres e hijos es necesaria para


echar a andar el proyecto y llevarlo a feliz término.
Si tratas de organizar a tus hijos para que colaboren y no tienes éxito,
vuelve a empezar pidiendo a todos su punto de vista, y exigiendo que
todos atiendan la contribución de cada uno.

1. Forjar lazos de solidaridad y unión familiar.

Trabajar juntos les da una meta común a los miembros de la familia.


Sacrificar el tiempo personal dedicado a las responsabilidades de la
oficina o asuntos de negocios puede ser difícil, pero vale la pena.

Tiempo de calidad invertido en trabajo colaborativo rendirá grandes frutos:


tus hijos tendrán la oportunidad de buscar el bien común e identificarse
con los valores y metas familiares.

Por medio de estas experiencias, se estrecharán lazos entre ellos y con


ustedes sus papás.

2. Sentir pertenencia.

Los niños quienes tengan la experiencia de compartir actividades y


proyectos en familia se sienten como miembros queridos e importantes de
un grupo que los acepta incondicionalmente.

Ellos se identifican con la familia y sienten el apoyo de sus padres y


hermanos para lograr metas y resolver problemas.

3. Proyectos que se prestan para hacerlos en familia:


 Adornar la casa para algún día festivo
 Organizar una fiesta
 Hacer una mudanza
 Sembrar el jardín
 Organizar los juguetes
 Hacer pan
 Ensayar un tema musical, de baile u obra de teatro
SINCERIDAD

La sinceridad es mostrarse tal como uno es, decir la verdad, aquí no estamos
hablando de mentir o no mentir, es causar la confianza de los demás en uno
mismo, y claro, eso tenemos que ganárnoslo siendo congruentes con nuestras
palabras y responsables de nuestros actos, en definitiva, siendo honestos y
honrados.
Así, una persona sincera siempre dice la verdad, en todo momento, aunque le
cueste, sin temor al qué dirán. Ya que vernos sorprendidos mientras mentimos
es muy vergonzoso.

La educación de la sinceridad básicamente supone la educación


del tacto (esto significa que cuando debemos decirle a una persona la verdad
de lo que pensamos y esta verdad la incómoda debemos utilizar las palabras,
las expresiones correctas ya que el primer propósito es ayudar a esa persona,
y esto es necesario para que la persona escuché y vea que lo que se la dice va
con buenas intenciones y sin ánimo de ofenderla), de la discreción y de
la oportunidad. Ser sincero no consiste en decir todo a todos y siempre.
Tener criterio es nuestra herramienta fundamental para darle sentido a este
valor.
Debemos enseñar a:

 Distinguir entre hechos y opiniones.


 Distinguir entre lo importante y lo secundario.
 Distinguir a quién se debería contar qué cosas.
 Distinguir el momento oportuno.
 Explicar por qué.

Para guiar a los niños:

 Deben responder siempre con la verdad a las preguntas de su padre, su


madre u otras personas.
 Reconocer las equivocaciones y no tratar de ocultar su error.
 Deben aprender a expresar sus sentimientos, deseos, dificultades, etc.
 Si no pueden o no quieren hacer algo que se le pide, deben razonarlo
con sinceridad, sin gritar ni llorar.
 La comunicación es esencial, hay que enseñarles a compartir con
nosotros (y nosotros con ellos) lo que han hecho durante el día.
 Es muy importante premiar su reconocimiento de la realidad, esto nos
ayudará a que en el futuro no acudan a la mentira. (Blog de
WordPress.com, 2012)
ALEGRIA

La alegría es una de las tantas emociones que experimenta el ser humano en


esta vida a la par de otras como ser el miedo, la ira, la sorpresa, la tristeza y el
asco. Generalmente está originada por un sentimiento placentero o por la
relación con alguna persona o cosa que manifiesta este tipo de emoción y que
nos la contagia viviéndola casi como propia.

La alegría, entonces, como se desprende de lo que comentábamos, es una


emoción positiva y agradable para cualquier persona que la observe, tanto en
el, como en el otro, en tanto y la mayoría de las veces, se caracteriza por la
manifestación de un estado interior luminoso, que ostenta una buena cantidad
de energía y tendencia hacia una actitud constructiva y positiva, aún, cuando
las cosas no hayan salido como se lo esperaba o deseaba.

Porque la persona alegre difícilmente pase desapercibida ante el resto de las


miradas, ya que lo que muestra físicamente, hablando o en las decisiones que
toma, revelan ese estado de armonía y felicidad que describíamos.

La alegría puede aparecer como una reacción, es decir, presentarse como


consecuencia de un acontecimiento pasajero como podría ser el caso de ganar
un premio, pasar un rato con los amigos, recibir un halago, un aumento en el
trabajo, comprarse un lindo vestido o toparse con algún objeto que
deseábamos y de pronto sin ningún esfuerzo es nuestro.

En esta situación, puede ser, que luego la persona que antes de este hecho se
presentaba como parca o mal humorada, regrese a este humor. (Definicion
ABC)
AUTOESTIMA

La autoestima puede definirse como un amor sano y adecuado a sí mismo.


Significa que la persona es consciente de sus fortalezas y capacidades, y
reconoce sus debilidades y sus defectos. La autoestima constituye una
posición de valor que el individuo se otorga y donde se conjugan su carácter
exclusivo y singular como persona, y la dignidad a la que tiene derecho por el
hecho de existir. Toda persona está llamada a reconocer su propio aprecio
personal por ser una creación de “Dios” y las virtudes dadas por la naturaleza.

Algunas razones para auto valorarse son:

-El diseño exclusivo que tiene cada persona, puesto que no hay dos individuos
absolutamente iguales.

-Motivación para realizar un proyecto de vida personal que ponga en ejecución


las habilidades, capacidades, aptitudes, talentos y dones.

-La capacidad de amarse a sí mismo como única posibilidad de dar y expresar


amor a los otros (nadie puede dar lo que no tiene y esto se cumple para el
amor)

-Tener una mejor calidad de vida: Una vida que merezca vivirse por su disfrute
y desafíos constantes.

-Valorar el propósito que “Dios” tiene para cada persona a lo largo de su vida
(crecimiento y desarrollo)

De modo que la autoestima se entiende como:


-“La estima que tiene la persona”

-“El concepto apropiado que tiene la persona al pensar de sí misma”

-“El respeto integral por la vida corporal propia”

-“La aceptación del valor y la dignidad que “Dios” da al hombre en general”

-“La confianza en lo que se hace” (sentirentenderymodificar, 2012)

LEALTAD

Lealtad es la unión del respeto, la comprensión, la confianza, la sinceridad y el


compromiso, valores que suelen ir unidos y que son fundamentales a la hora
de relacionarse con los demás. Si tu hijo tiene un amigo y le pega, le quita las
cosas y demás, ese niño poco a poco perderá la confianza y el respeto por
nuestro hijo y por lo tanto romperá su compromiso de amistad, y no queremos
a que nuestro hijo le pasen cosas así. Sin embargo si educamos a nuestro hijo
en el valor de la lealtad y es un niño que ayuda a los demás y tiene respeto por
sus amigos, los demás lo verán como una persona en quien confiar.

La lealtad va un paso más allá de la amistad. Lealtad por unos ideales, por un
club deportivo, por un animal, por una religión, etc. Bien sea formar parte de
una hermandad religiosa, de un equipo de fútbol o de una comunidad
ecologista, hay que educar a nuestro hijo en respetar los valores de una
institución o de una causa concreta. Hacerle ver que hay que remar todos en la
misma dirección, pese a que a veces no le guste algo. Hacer algo por alguien o
algo que amen es parte del significado de la lealtad.

Pero la lealtad también es con uno mismo. Hay que inculcar al niño que tenga
sus ideales, que ame lo que hace, que no renuncie a sus sueños. A veces es
más difícil ser leal a uno mismo que a los demás, porque al fin y al cabo no nos
enojamos con nosotros mismos, es fácil renunciar a algo que queremos porque
las circunstancias no nos son favorables. Por eso hay que hacerle ver a
nuestro hijo que ser leal a uno mismo también es importante, no se alcanza la
meta sino se adquieren compromisos por el camino. (Fernandez, 2018)

TRASMISIÓN DE VALORES EN LA FAMILIA

Los valores no se transmiten vía genética, por eso es tan importante teneros
en cuenta en la educación. Pero debemos saber que los valores no se enseñan
al margen del resto de cosas, ni a través de grandes explicaciones o dando una
lista con aquellos que consideramos correcto y lo que no esperando que
nuestro hijos la memoricen.

Los valores se transmiten a través del ejemplo práctico de la de la cotidianidad


y de aquellos que los hijos observan hacer a sus padres y madres.

PORQUE SON IMPORTANTES TRASMITIR VALORES EN LA FAMILIA

Es importante hacer notar que los valores que con mayor facilidad se inculcan
son aquellos que se demuestran con el ejemplo. Por el contrario, difícilmente
se pueda tratar de inculcar un valor que en la práctica se desdeña
continuamente. En este sentido hay que reconocer que en muchas ocasiones
existe un claro defecto por parte de los progenitores, que tienden a
comportarse de forma muy alejada a aquello que se pregona. Es importante
tener en este aspecto un alto grado de responsabilidad, puesto que los
menores carecen de herramientas de análisis como las que posee un adulto.

¿CÓMO SE CONSIGUE?

Transmitir valores a los hijos no es difícil pero sí constante. Y siempre será


mediante el ejemplo. Los niños aprenden por imitación y tu ejemplo será
primordial.
Piensa la forma en la que tienes de relacionarte, de tolerar a los demás, de
ayudar al prójimo, de comprender, etc. Porque todo esto será lo que enseñe a
tu hijo los valores y pensará que esos son los adecuados y el modelo que debe
seguir.

Imagina que tu hijo ve cómo eres intolerante con las personas o agresivo,
¿Qué piensas que aprenderá? Es por eso que como padre o madre tienes la
máxima responsabilidad para transmitir unos buenos valores.

¿CUÁLES SON LOS VALORES MÁS IMPORTANTES?

Cada unidad familiar sabe cuáles son los valores más importantes para poder
desarrollarse en plenitud en la sociedad y poder vivir en armonía con los otros.

Pero te diré algunos que considero esenciales para poder vivir en nuestro
mundo: generosidad, solidaridad, amabilidad, respeto a la diversidad, amor
hacia la naturaleza, amistad, bondad, perseverancia, tolerancia, bondad,
honestidad, respeto por el bien común, compartir, confianza, coherencia,
colaboración, etc.

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