Qué es el Renacimiento carolingio? ¿Existió un renacimiento propiamente
dicho? La idea de renacimiento surgido en época carolingia, es una línea histórica, en la cual los historiadores que defienden dicha vía, explican, que respecto a la etapa anterior a lo carolingia, en el reino franco la cultura estaba en plena decadencia, y que con Carlomagno experimentó una fase de esplendor. ¿Pero se llegó a dar realmente dicho renacimiento?
Es verdad que se evidenció un crecimiento cultural, el cual podemos
explicar como fruto de la confluencia de tres culturas. Una, la debilitada cultura franca; otra, la aportada por los monjes anglo-irlandeses, quienes crearon importantes monasterios; la tercera influencia, será la procedente del reino lombardo. Cuando se destruye el reino de Lombardía, muchos autores itálicos acabaron en la corte carolingia. De esta manera acabaron confluyendo las tres corrientes en la corte carolingia.
Si hablamos entonces de Renacimiento carolingio, debemos señalar que
este tiene una particularidad: la producción cultural resultante de este renacimiento es única y exclusivamente una cuestión administrativa, pues se origina como prestigio para el poder, para así legitimarse como la cabeza de Occidente, en detrimento de Bizancio en Oriente. En este resurgimiento cultural, los intelectuales estaban destinados, única y exclusivamente, a ilustrar a los futuros elementos del mando del imperio. Se trataba de dotar a una minoría privilegiada de los resortes culturales básicos.
En cuanto a los elementos necesarios para el “despegue cultural” en la
corte, vemos como Carlomagno se supo rodear de maestros, quienes fueron necesarios en la alfabetización de la corte. Uno de sus mayores colaboradores fue Alcuino de York, quien se encargó del programa de creación de escuelas llamado Admonitio Generalis (789). En dicho programa se marcaron unas pautas a seguir: aprender canto, estudiar la Biblia y la enseñanza de elementos no religiosos. De toda la red de escuelas, la más importante fue la que se creó en el palacio de Carlomagno.
El sistema de escuelas era rudimentario pero eficaz. Había dos niveles: en
primer lugar estaba la lectura y la escritura; en el segundo se les enseñaba el trivium y el quadrivium, lo que consistía en el aprendizaje de la gramática latina; comentarios de autores clásicos; retórica; lógica; aritmética; geometría; astronomía y la música. Las divisiones en las aulas se realizaban por edad. Los castigos corporales estaban reglados. Existía una fuerte carga anti-femenina, pues había controlar el impulso sexual.
Las grandes bibliotecas, episcopales y palatinas, se empezaron a nutrir de
manuscritos, que por la dedicación con la que se hicieron, se convirtieron en obras de lujo. El tiempo que se dedicaba a cada libro a ser escrito con una hermosa escritura, para así adornarlos para el palacio o algún personaje, nos indica que la velocidad de circulación de los mismos era insignificante. Así mismo, podemos decir que estos valiosos manuscritos no estaban hechos para ser leídos, sino que eran considerados un bien económico antes que espiritual. Eran considerados joyas valiosas.