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El documento resume una reseña del libro "El León de Judá", un libro de 31 fábulas cristianas. Cada fábula tiene cuatro moralejas o enseñanzas bíblicas al final. El autor creó el libro para educar a los niños en valores cristianos de una manera diferente a otros libros de fábulas tradicionales. El libro se basa en la idea de que aprender como un niño a través de fábulas es un método efectivo para la enseñanza cristiana.
El documento resume una reseña del libro "El León de Judá", un libro de 31 fábulas cristianas. Cada fábula tiene cuatro moralejas o enseñanzas bíblicas al final. El autor creó el libro para educar a los niños en valores cristianos de una manera diferente a otros libros de fábulas tradicionales. El libro se basa en la idea de que aprender como un niño a través de fábulas es un método efectivo para la enseñanza cristiana.
El documento resume una reseña del libro "El León de Judá", un libro de 31 fábulas cristianas. Cada fábula tiene cuatro moralejas o enseñanzas bíblicas al final. El autor creó el libro para educar a los niños en valores cristianos de una manera diferente a otros libros de fábulas tradicionales. El libro se basa en la idea de que aprender como un niño a través de fábulas es un método efectivo para la enseñanza cristiana.
La fábula es un breve relato ficticio, en prosa o en verso, que tiene como
finalidad dejar una enseñanza ética, llamada moraleja. En ella pueden intervenir personas, animales u otros seres animados o inanimados, aunque por lo general la mayoría de protagonistas de la literatura fabulística son animales. Por definición, una Fábula Cristiana es aquella donde la moraleja encaja perfectamente con una o varias de las enseñanzas de Jesucristo; sin embargo, si el relato enseña cualquier principio doctrinal de la Palabra de Dios, es decir, la Biblia, se puede clasificar como Fábula Cristiana, dado que toda la Biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, está centrada en la vida y obra de nuestro Señor Jesucristo. Cabe aclarar que “El León de Judá” no es un libro exclusivo para niños o familias cristianas; sus fábulas son recomendables y muy edificantes para todas las personas del mundo, independiente de su religión, edad, cultura o idioma, entre otros, pues escrito está: “El Señor quiere que todos las personas sean salvas y lleguen al conocimiento de la verdad” 1 Timoteo 2:4. La idea de sacar este libro a la luz, surge desde el momento de tomar en serio la realización de uno de mis más grandes sueños: el Colegio Cristiano de Chiquinquirá, JESUCRISTO ES EL REY. Preocupado por la mejor forma de educar a nuestros niños en valores cristianos, entre tantas otras estrategias, pensé en que deberíamos salirnos de la rutina de, por ejemplo, Simón el Bobito, de Rin-rin Renacuajo, de El zorro y la Liebre. No se trata de demeritar el valor y la gran ayuda que al cultivo de valores éticos en la niñez han brindado estas fábulas por décadas; sino que para una buena educación cristiana es más importante grabar en nuestros corazones y en nuestros niños, por ejemplo, que “el que se arrepiente (ante Dios), y se aparta (de su pecado), alcanza misericordia”, que “el hombre inteligente aprende de sus errores”; aunque ambas moralejas sean ciertas y buenas, la primera tiene en cuenta principios dados por Dios para bendición, mientras la segunda apela únicamente a nuestra prudencia, siempre insuficiente. El libro “El León de Judá” (nombre dado a Nuestro Señor Jesucristo en Apocalipsis 5:5) está compuesto por treinta y una (31) fábulas cristianas; pensado así para darle homología numérica y cierta identidad con el libro de Los Proverbios, libro de sabiduría escrito por el rey Salomón, hijo del rey David. 31 son los días del mes, y dicen que cada capítulo de libro de Proverbios se debe leer cada día, según su número. Algo así debería pasar con El León de Judá. Cada Fábula Cristiana tiene al final cuatro moralejas, cuatro enseñanzas diferentes que se pueden colegir de la fábula, ya sean versículos individuales o pasajes bíblicos (formados por dos o tres versículos cada uno), seleccionados especialmente para dar doctrina a los lectores y oidores. El orden numérico de las moralejas no implica orden de importancia, pues todas son igual de edificantes. Por último, es importante apelar a las palabras de nuestro supremo Maestro: “De cierto, de cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él” (Marcos 10. 15). Es incomparable el método de enseñanza por fábulas; aprendamos como lo hace un niño, y obedezcamos como lo hace un niño.