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Dispositivos para la escucha política y clínica del sufrimiento ¿Qué falta esclarecer, sistematizar y

profundizar en la clínica psicodinámica del trabajo como método? La clínica es un camino para un
conocimiento emancipador. La acción del habla y la perspectiva de construcción colectiva de las
reglas del oficio y de convivencia son condiciones inexorables para la autonomía del sujeto y para
las transformaciones sociales. ¿Qué especificidades son necesarias para garantizar la identidad de
la clínica como investigación y la acción para el sujeto, el colectivo, la organización y la sociedad? O
sea, ¿cómo hacer valer su potencia política? Ciertamente no tenemos la intención de elaborar un
manual. La clínica en sí misma es una construcción inacabada, provisional. El propósito es
contribuir con algunas sistematizaciones para aquellos que desean hacer la clínica y proporcionar
referencias como puntos de partida para el inicio del trayecto. Los principios y las especificidades
de la clínica psicodinámica exigen una cualificación teórico-metodológica que ligue las teorías del
sujeto y de lo social con una conducción centrada en la escucha del otro. La escucha del
sufrimiento derivado de las relaciones de trabajo, requiere que el clínico escuche lo no dicho, lo
oculto, lo callado para descubrir lo que se esconde tras la cortina y construir estrategias para
resignificar el sufrimiento, atribuir un nuevo sentido al trabajo y en consecuencia, abrir espacios
para las acciones sobre la organización del trabajo. Por lo tanto, si no hubiese una escucha clínica,
la escucha del sufrimiento puede transformarse en una experiencia equivalente a un grupo focal,
de discusión o en entrevistas grupales en las que la relación entre lo manifiesto y lo latente y entre
investigador e investigado no se profundice. La escucha puede tornarse una experiencia racional,
objetiva y cognitiva al privilegiar el pensar disociado del afecto, incluso si el sufrimiento es el foco
de la discusión. La queja, la reclamación o la denuncia no equivalen a la experiencia del
sufrimiento. La angustia, el miedo y la inseguridad constituyentes de ese sufrir pueden ser
ocultados en un discurso manifiesto sobre el malestar en el trabajo. Se proponen como
dispositivos el análisis de la demanda, la elaboración y perlaboración, la transferencia, la
interpretación, la restitución y la deliberación, las estrategias para el registro y análisis de datos, la
formación clínica, la supervisión y la evaluación. Se organizan de forma continua e
interdependientes y no en el formato de fases o pasos cronológicos; pueden estar presentes a lo
largo de la 30 Psicología de las organizaciones y del trabajo. Apuestas de investigación práctica
clínica de forma simultánea. Fueron publicados por Mendes y Araujo (2012), algunos se mantienen
fieles a la publicación anterior y otros fueron reescritos y actualizados según los resultados de
prácticas clínicas actualmente desarrolladas en nuestro laboratorio. Antes de presentarlos, es
necesario aclarar algunas condiciones generales para definir la operacionalización de la clínica: el
lugar o local, los participantes (en el caso de que sea un grupo) y el motivo de solicitud del servicio
de búsqueda. Los encuentros deben ser semanales para que no se rompa la continuidad, favorecer
el establecimiento de vínculos y la transferencia entre los participantes. En esta primera etapa, es
necesario que el clínico haga entrevistas si la demanda es individual, y reuniones formales e
informales, charlas de sensibilización y observaciones cuando se trata de un colectivo. En este
último caso, el número de sesiones puede variar de según se vaya aclarando la demanda y los
participantes se apropien de su deseo y sus destinos en relación al sufrimiento en el trabajo. En los
estudios citados, este número varía entre diez y quince sesiones. Se parte del hecho de que no es
posible identificar el número de sesiones por anticipado, sino que este se da según la dinámica
misma que se produce en el colectivo. Es necesario reconocer el momento de finalizar a pesar de
que se sabe que la clínica será siempre provisional. Ese final debe respetar los límites entre la
clínica del trabajo y la clínica del sujeto para que no se convierta en psicoterapia, y reconocer y
respetar el límite entre la racionalidad técnica y la movilización de afectos a fin de que no se
transmute en un grupo focal. En la modalidad individual debe tenerse el mismo cuidado y no
sobrepasar el período de un año. Estos direccionamientos deben ser discutidos y definidos en el
colectivo de supervisión, el cual debe ser instituido cuando el trabajador o el colectivo comiencen
las sesiones. También se recomienda analizar los documentos (si los hay) y las observaciones
iniciales para planear la conducción de las sesiones. Al comienzo del proceso, el clínico-
investigador presentará la propuesta de trabajo a los involucrados y dejará en claro que están en
cuestión las intersubjetividades, las cuales serán trabajadas en ese espacio así como sus relaciones
con el trabajo. La palabra será el instrumento conductor de ese proceso; se debe pactar con el
grupo el carácter ético de tal trabajo clínico

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