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Cultura para la Paz y Derechos Humanos.

Cátedra Adolfo Pérez Esquivel


1º parcial
Apellido y Nombre: Antunes Colombo, Emanuel Mauro
Carrera/s: Ciencia Política
Cuatrimestre y año: 1º cuatrimestre de 2018
Comisión y aula: 3 - Viernes 19 a 21 hs - 115
1) En el caso que se menciona en el artículo se vulneran numerosos derechos. Por un lado se viola el
Artículo 41 de la Constitución Nacional que establece el derecho a que todos los habitantes gocen de un
ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas
satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras1. Asimismo, no se
respeta el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, […] y a una mejora
continua de las condiciones de existencia 2 ni tampoco el derecho de toda persona al disfrute del más alto
nivel posible de salud física y mental3. Por otra parte, se infringe la Ley de Política Ambiental en tanto no
se está poniendo en práctica los mecanismos adecuados para la minimización de riesgos ambientales,
para la prevención y mitigación de emergencias ambientales y para la recomposición de los daños
causados por la contaminación ambiental4. Estos derechos están incluidos en la categoría de derechos
económicos, sociales y culturales.

El rol que asume el Estado ante la vulneración de los derechos económicos, sociales y culturales debe ser
un rol activo ya que frente a economías de mercado [es preciso] establecer una regulación que se
extienda, en muchas situaciones, al ámbito de los privados5. En este caso, es responsabilidad del Estado
arbitrar los medios para evitar la contaminación del ambiente por parte de la empresa EDAR

Los métodos de acción no violenta, llevados adelante por la comunidad de Capilla de los Remedios, que
se indican en el artículo fueron, por un lado, una manifestación a la Municipalidad de la Ciudad de Córdoba
y, por otro, la presentación de numerosas denuncias judiciales junto con los pedidos de ejecución de
sentencia. En esta línea, se propone la ampliación de la comunicación a partir de la difusión de volantes
que expliquen la situación.

Para acceder a la instancia de protección internacional contemplada por el Pacto de San José de Costa
Rica sería necesario, en primer lugar, agotar las instancias jurídicas nacionales: Para presentar un caso la
Convención exige una serie de requisitos entre los que se encuentran el agotamiento de los recursos
internos y la presentación de la denuncia en un plazo de seis meses de ocurrida la violación. No obstante,
la Corte Interamericana de Derechos Humanos consideró en el caso Velásquez Rodríguez (contra el
gobierno de Honduras) que el agotamiento de los recursos internos es un requisito innecesario si la
interposición de recursos no llevaría a ningún resultado positivo6.

Aunque la mención a los derechos económicos, sociales y culturales sólo aparece en el Artículo 26,
compromete a los Estados a adoptar providencias para un desarrollo progresivo de los mismos7

Por otra parte la Comisión tiene por objetivo el acuerdo de las partes pero en caso de no llegar a un
arreglo y considerar la denuncia pertinente, ésta puede confeccionar un informe y […] hacer
recomendaciones al Estado acusado (lo cual es verdaderamente temido para estos por la repercusión
internacional que causan los informes). Si el Estado no cumple las recomendaciones la Comisión puede
presentar el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, abriendo así la etapa jurisdiccional
que prevé el Pacto de San José8.

La denuncia es radicada en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en la sección de registro.


Ésta la recepciona y evalúa si está correctamente fundamentada. En caso de que lo sea deriva el
expediente a la sección de peticiones. En esta etapa formalmente se abre el caso en cuestión y los
comisionados se anotician de la situación. La Comisión toma la representación de la víctima y se pasa a la
sección de casos donde se intentará encontrar una solución favorable para las partes. La Comisión es la
puerta de entrada de las denuncias de violaciones de derechos humanos y que, en caso de no lograr una
situación favorable entre las partes, el expediente es derivado a la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.

1
Art. 41. Constitución de la Nación Argentina. Consultada en
http://www.mininterior.gov.ar/provincias/archivos_cuencas/normativas/CONSTITUCIONNACIONAL.pdf
2
Art. 11. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Consultado en
http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/CESCR.aspx
3
Art. 12. Óp. Cit.
4
Art. 2 Inc. k. Ley 25.675 de Política Ambiental. Consultada en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/75000-
79999/79980/norma.htm
5
Abramovich C., Víctor; Courtis, Christian. “Los derechos sociales como derechos exigibles” en Hechos y Derechos nro. 7,
Subsecretaría de DDHH, Buenos Aires, otoño 2000. p. 38.
6
Salvioli, Fabían Omar– La Protección de los derechos Humanos en el Sistema Interamericano: sus logros y dificultades.
7
Óp. Cit.
8
Óp. Cit.
2) La relación entre los derechos civiles y políticos (primera generación) y los derechos económicos,
sociales y culturales (segunda generación), es una relación compleja y en constante tensión. Ambas
categorizaciones se engloban bajo la definición de derechos humanos.

En este sentido, es preciso detallar brevemente la génesis de los derechos humanos para, posteriormente,
ampliar en detalle las características de estas dos generaciones. El surgimiento de los derechos humanos
está asociado íntimamente y temporalmente al nacimiento de la modernidad. Se trata, señala Raffin, de la
construcción de una ficción de legitimación de las nuevas formas de vida burguesas9.
Esta nueva época, nacida de las revoluciones burguesas, se erige -y al mismo tiempo configura, en un
movimiento dialéctico- sobre un nuevo tipo de subjetividad: el individuo. Dicho sujeto toma conciencia de sí
mismo y se convierte en el actor central de la escena. En el imaginario medieval, elaboración doctrinaria
de la Iglesia, el hombre es parte de un todo, y sólo es, precisamente, a partir de la comunidad, En
contraposición, la concepción burguesa [...] invierte los términos; primero está el individuo, que es un
universo completo en sí mismo y luego la sociedad, constituida por una suma de individuos10.
Los derechos humanos se sostienen en este constructo: un individuo soberano, dueño de sí mismo y
unido a las ideas de libertad y propiedad. Los derechos humanos aparecen como un dispositivo de la
modernidad, designando un sujeto y una subjetividad particular11 Y, dicho dispositivo, representa la
expresión jurídica de una nueva concepción del mundo. Se trata de [...] la construcción teórica del
pensamiento liberal y del derecho natural12. Los individuos poseen determinados atributos por el hecho de
pertenecer a la especie humana. Preceden a la existencia de las sociedades y pertenecen a los hombres
en tanto individuos. Locke, en el Segundo tratado sobre el gobierno civil, postula que es [...] a partir de la
libertad natural que cada uno es concebido como dueño de sí mismo e independiente de toda autoridad de
sus semejantes13.
Es preciso entender que la figura de derecho asociada a un determinado sistema legal expresa una
específica correlación de fuerzas que [...] encierra y borra (hasta donde puede) las relaciones de
dominación. Se trata de la condensación material e histórica de un orden social a partir del cual construye
su legitimación. De ahí que Foucault exprese que [...] la ley nace con los inocentes que mueren al
amanecer14.
Los llamados derechos de primera generación, civiles y políticos, surgen como reacción de la burguesía al
poder real, [...] como una defensa contra los excesos de este poder15. Es por eso que las Revoluciones
Atlánticas16 tienen por objetivo limitar el absolutismo real creando dispositivos que lo contengan. Este
dispositivo será la Constitución, herramienta que posibilita, valga la redundancia, constituir/instaurar otro
esquema social. Una sociedad regida bajo la idea de contrato entre sujetos privados racionales,
amparados por un escrito formal de tipo fundacional que establece los derechos y deberes de los
individuos.
El derecho a la libertad17, a la seguridad, a la propiedad, a la igualdad ante la ley y a la participación
política se enmarca en la categoría de derechos de primera generación. Y la figura que condensa todos
estos nuevos atributos es el citoyen. La figura de ciudadanía envuelve y constituye a este hombre nuevo,
único, individual e insustituible: le bourgeois.
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 surge como un decálogo que busca
instaurar un nuevo orden universal y representa a los ideales de esta clase social que en poco menos de

9
Raffin, Marcelo, Cap. 1: Del otro lado del espejo. La invención de los ddhh, en La experiencia del horror, Ediciones del Puerto,
Buenos Aires, 2006
10
Romero, José Luis, Estudio de la mentalidad burguesa, Alianza, Buenos Aires, 1999, p. 89.
11
Raffin, Marcelo, Cap. 1: Del otro lado del espejo. La invención de los ddhh, en La experiencia del horror, Ediciones del Puerto,
Buenos Aires, 2006.
12
Op. Cit.
13
Op. Cit.
14
Foucault, Michel, Genealogía del racismo, Altamira, La Plata, 2016, p. 47
15
Raffin, Marcelo, Cap. 1: Del otro lado del espejo. La invención de los ddhh, en La experiencia del horror, Ediciones del Puerto,
Buenos Aires, 2006
16
[…] la Revolución Holandesa de 1648, la Glorious Revolution de 1688, la Revolución de los Estados Unidos de 1776 y la
Revolución Francesa de 1789. en Raffin Op. Cit.
17
Raffin aclara que coexisten dos concepciones en torno a la figura de la libertad. Es preciso distinguir entre la concepción de
libertad que existe entre los Antiguos y la Modernidad. Mientras que en los primeros se trata de una figura asociada a la libertad
para participar de los asuntos de la polis, privilegiando al Estado, en la Modernidad la libertad recae sobre la sociedad civil ya
que se trata de un asunto privado del individuo. Estas categorías mutan entre los siglos XVIII y XIX.
tres siglos logra hegemonizar e irradiar ideas fuerza que imponen una determinada concepción ideológica
del mundo.
El desarrollo del modo de producción capitalista en su primera etapa y sus contradicciones de clase fue
generando una situación que hace nacer nuevas reivindicaciones por parte de los grupos “excluidos” del
universo burgués. Las clases populares que sufren las consecuencias de dicho modo de producción, para
quienes la libertad sólo representa la libertad de vender su fuerza de trabajo, exigen nuevas demandas.
La “cuestión social”, desde mediados del siglo XIX, extendiéndose al día de hoy, refiere [...] a la existencia
de condiciones de vida y de acceso a los bienes materiales y culturales en términos adecuados a la
dignidad inherente a la familia humana18 como forma de contrarrestar las desigualdades estructurales del
sistema. La tensión entre la igualdad formal del ciudadano y la desigualdad estructural de la ubicación de
los sujetos en la organización económica requiere de una serie nuevos derechos que garanticen la
reproducción de las relaciones sociales de producción establecidas. Estos derechos de segunda
generación implican conquistas por parte de las clases subalternas. Sin embargo, paradójicamente,
legitiman un sistema de dominación y funcionan, en algún punto, como válvulas de escape que disminuyen
las tensiones y conflictos inherentes a dicha contradicción.
Abramovich y Courtis señalan que [...] los derechos económicos, sociales y culturales pueden ser
caracterizados como un complejo de obligaciones positivas y negativas por parte del Estado, aunque en
este caso las obligaciones positivas revistan una importancia simbólica mayor19.
Es necesario señalar que, a pesar de aparecer en diferentes momentos, ambos tipos de derechos no se
diferencian sustancialmente, sino que varían solamente en grado. Es por eso que Nikken indica
correctamente la indivisibilidad e interdependencia de ambas categorías20. Progresivamente, [...] los
derechos clásicamente considerados “civiles y políticos” han adquirido un indudable cariz social 21. De ahí
que Abramovich y Courtis le den a esta división entre derechos solamente un valor heurístico, ordenatorio,
clasificatorio22, pero que es preciso entenderlos como un continuum de derechos y no como categorías
opuestas ni contradictorias. Se trata de aspectos complementarios y así deben ser entendidos: la dignidad
humana es indivisible. Partiendo de esta visión global de los derechos humanos, el Estado posee [...]
niveles de obligaciones, que caracterizarían el complejo que identifica cada derecho,
independientemente23 del conjunto donde se lo ubique. Fried van Hoof propone [...] <<cuatro niveles>> de
obligaciones: respetar, proteger, garantizar y promover24 los derechos humanos que nos permiten sortear
el esquema de funciones negativas/positivas por parte de los Estados y reforzar la unidad indivisible e
interdependiente de los derechos humanos.
Es por eso que al dejar de lado la división entre derechos civiles y políticos y derechos económicos,
sociales y culturales se debilita la [...] objeción que se apunta contra la caracterización de estos últimos
como derechos exigibles25 por lo que la subordinación de estos últimos bajo el argumento de
“condicionamiento económico” queda debilitada. La exigibilidad de los derechos humanos (entendidos
globalmente) no depende de su consagración legislativa [ya que] son derechos subjetivos que emanan de
la dignidad humana y que la resguardan26. Los Estados están obligados a adoptar las medidas necesarias
para el cumplimiento efectivo de todos los derechos humanos (sean de la “generación” que sean). Y está
claro que no se trata solamente de una cuestión “judicial”. Encontrar los medios para su cumplimiento
efectivo es una búsqueda que nace de las luchas que los individuos o colectivos sociales puedan
desarrollar. En otras palabras, todo derecho es político y su realización efectiva nace de específicas e
históricas luchas que logran (a veces) materializarse en un determinado un entramado legal efectivo.

18
Nikken, Pedro, “La protección de los derechos humanos: haciendo efectiva la progresividad de los derechos económicos,
sociales y culturales”, en Revista IIDH, Vol Nº52, pág. 55 a110. Costa Rica, 2010. p. 110.
19
Abramovich C., Víctor; Courtis, Christian. “Los derechos sociales como derechos exigibles” en Hechos y Derechos nro. 7,
Subsecretaría de DDHH, Buenos Aires, otoño 2000. p. 25.
20
Nikken, Pedro, p. 66.
21
Abramovich C., Víctor; Courtis, Christian. “Los derechos sociales como derechos exigibles” en Hechos y Derechos nro. 7,
Subsecretaría de DDHH, Buenos Aires, otoño 2000. p. 26.
22
Op. Cit., p. 27.
23
Op. Cit., p. 28.
24
Op. Cit., p. 29.
25
Op. Cit., p. 32.
26
Nikken, Pedro, p. 55.
3) El 25 de noviembre de 2017, en el marco de un operativo represivo de desalojo hacia la comunidad
mapuche Lafken Winkul Mapu, muere asesinado por la espalda el joven Rafael Nahuel, en manos de la
Prefectura Naval Argentina. El desalojo de la zona cercana al lago Mascardi, en la provincia de Rio Negro
fue dispuesto por el juez federal Gustavo Villanueva.
El reclamo de dicha comunidad se centra en una problemática extendida en América Latina: la enorme
concentración y el reclamo de distribución de la tierra. Sin embargo, en el caso de las comunidades
originarias de nuestro país, dicha reivindicación se encuentra atravesada por especificaciones propias. A
diferencia de otros países, además del reclamo por la tierra se le suma la demanda y exigencia de respeto
de identidades culturales preexistentes a la nación argentina.
Hacia fines del siglo XIX, en el contexto de formación y consolidación del Estado Nacional, se desarrolla,
bajo el nombre de “Conquista del desierto”, la expropiación de las tierras patagónicas ocupadas hasta el
momento por comunidades mapuches. Dicho proceso de expropiación va acompañado por la negación de
las identidades y cosmovisiones de los grupos originarios.
El reclamo del lof27 Lafken Winkul Mapu consiste en la “recuperación de tierras ancestrales”28 ubicadas en
el Parque Nacional Nahuel Huapi. La comunidad se posiciona enfrentándose al Estado Nacional y
Provincial, situándose y defendiendo una identidad que preexiste a ambas entidades.
Es interesante analizar de qué manera los grandes dispositivos mediáticos presentaron la noticia e
instalaron un tipo de representación de la comunidad mapuche que se emparenta con las imágenes de
“enemigo interno” utilizadas por el terrorismo de estado.
Para tomar un ejemplo, el diario Clarín tergiversó numerosas veces las informaciones referidas a dicha
situación. En primer lugar, durante los días posteriores al asesinato, evita en sus notas nombrar a Rafael
Nahuel en sus titulares: “Mapuche”, “joven mapuche”, “activista”, “militante” son algunos de los adjetivos
que el medio utiliza para nombrarlo. Otras palabras que aparecen repetidas con insistencia son:
“enfrentamiento”, “ilegal”, “ocupación”, “violentos”29. La operación mediática llega al punto de falsear la
información indicando que en las manos del joven había rastros de pólvora. Una forma de justificar
implícitamente el accionar represivo.
Si hicieramos una comparación lingüística con los titulares del mismo diario durante la última dictadura las
similitudes son pasmosas. En este sentido, la distorsión mediática observada refleja lo que en el lenguaje
de la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) se designa como “accionar psicológico”, entendido como el
empleo de medidas vinculadas a la información o propaganda destinada a “los amigos” y a los “neutrales”,
en su deseo por “ganar los corazones y las mentes”30. El “mapuche” designado como un enemigo interno
al que es preciso combatir, expresión de un nuevo tipo de subversivo.
Entre los 60 y 80 los EEUU sintetizan y sistematizan las prácticas de la guerra contrarrevolucionaria
practicadas por el imperio francés en sus colonias. Esta unión de doctrinas postula la necesidad de
estigmatizar la figura del enemigo interno como forma de justificar un estado de excepción constante. El
objetivo final, disciplinar a las sociedades mediante la aplicación del terror total. Suprime la distinción entre
violencia y no violencia, entre los medios de presión violentos y no violentos, entre violencia represiva y
violencia preventiva, interpretando que la Seguridad necesaria tenía un precio: la inseguridad absoluta de
los ciudadanos31 . De esta manera cualquier tipo de reclamo o señal de descontento popular representaba
una alteración del orden que debía ser eliminado. Se niegan los orígenes socioeconómicos de las
protestas políticas y se los representa como intentos de atentar contra el ser nacional. En el asesinato de
Rafael (al igual que en la represión en la que muere Santiago Maldonado), este recurso fue utilizado
constantemente con la apelación a la Resistencia Ancestral Mapuche32 designada por los funcionarios del
Gobierno Nacional como una organización terrorista. En una reversión de la DSN, el enemigo ya no es el

27
Lof: o caví, es una forma básica de organización social del pueblo mapuche, consistente en un clan familiar o linaje que
reconoce la autoridad de un lonco (cacique). https://es.wikipedia.org/wiki/Lof
28
http://www.lapoderosa.org.ar/2017/11/quieren-desalojar-la-comunidad-lafken-winkul/

30 Winer, Sonia, Doctrina de inSeguridad mundial. Paraguay como laboratorio de Estados Unidos en la región, Buenos Aires, Prometeo, 2015;
p. 49.
31
Óp. Cit. p. 53
32 Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) es una supuesta organización armada mapuche que habría aparecido a fines de 2013, sospechada de
ser un montaje de los servicios de inteligencia. https://es.wikipedia.org/wiki/Resistencia_Ancestral_Mapuche
comunismo sino que, ahora, se trata del narcotráfico o el terrorismo. Se trata de la nueva excusa del
imperialismo para imponer sus políticas de intervención a nivel mundial.
Las representaciones estratégicas […] construyen una determinada interpretación de la historia mediante
un proceso dinámico en el cual los individuos cimentan una mirada, una versión, un significado o imagen
sobre los objetos que tiene un valor importante para su vida; con el objetivo de especificar amenazas,
riesgos o sentimientos de vulnerabilidad e incorporarlas a un sistema de interpretación global33. Se trata de
representaciones que se construyen a partir de determinadas relaciones de fuerza en un momento
histórico específico. Como mencionamos anteriormente, durante el 2017, el conflicto por las tierras en la
Patagonia se instaló, desde los grandes latifundios mediáticos, representaciones en torno a esta disputa
que buscaban correr el eje socioeconómico construyendo la imagen de un enemigo (mapuche-terrorista) al
que era imperioso combatir.

33 Winer, Sonia, Doctrina de inSeguridad mundial. Paraguay como laboratorio de Estados Unidos en la región, Buenos Aires, Prometeo, 2015;
p. 124.

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