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Este tumor representa entre el 15 y el 17 por ciento de todos los tumores cerebrales
primarios y es el más frecuente, ya que aparece en el 50-75 por ciento de los casos. Suele
diagnosticarse en la quinta o sexta década de vida y afecta más a los hombres que a las
mujeres (un 60 por ciento a hombres y un 40 por ciento a mujeres).
El síntoma más frecuentemente presentado es el dolor de cabeza, que puede presentarse
más intenso por la mañana, acompañada de nauseas y vomito.
Dependiendo de la localización del tumor dentro del cerebro. Pueden presentarse también:
Dependiendo de la localización del tumor dentro del cerebro. Pueden presentarse también:
os astrocitomas de alto grado continúan siendo el tumor intracraneal más frecuente, este
grupo de tumores está conformado por 2 tumores; el astrocitoma anaplásico y el
glioblastoma multiforme.
La piedra angular del tratamiento en este tipo de tumores es la cirugía, la cual tiene 2
objetivos: Resecar la mayor cantidad posible de tumor, para retirar el efecto de masa
dentro del encéfalo y proporcionar tejido para estudio histopatológico y determinar el
diagnostico exacto. Las opciones quirúrgicas son craneotomía guiada por
neuronavegación, craneotomía guiada por estereotaxia, o solo biopsia de la lesión guiada
por estereotaxia. Depende del tamaño del tumor, la localización, el estado general del
paciente, los deseos del mismo y la sospecha clínica para seleccionar la opción mas
adecuada.
Después de la cirugía, los pacientes deben ser tratados con radioterapia holocraneana
fraccionada para recibir no menos de 50Gy que se logra con 30 o 33 sesiones de
radioterapia. Además es necesaria la aplicación de quimioterapia basada preferentemente
en un fármaco llamado temozolamida y esteroide.
OMS Grado 4 - por ejemplo, glioblastoma multiforme (el glioma más común en adultos).
Supratentoriales o sobre el tentorio: 70% se da en adultos.
http://neurorgs.net/informacion-al-paciente/patologia-craneoencefalica/tumores-
cerebrales/
MENINGIOMAS
Son tumores que se generan a partir de la duramadre (membrana que recubre el
cerebro). Se pueden localizar en cualquier zona, por lo que es muy variable los
síntomas que puede llegar a dar. Crecen de forma muy lenta, incluso a lo largo de
mucho años, desplazan el cerebro pero no lo suelen invadir
(extraparenquimatosos y expansivos) y, al ser de crecimiento muy lento, pueden
llegar a alcanzar gran tamaño porque el cerebro se va adaptando sin dar síntomas
clínicos.
Los meningiomas son tumores benignos, siendo extraordinariamente raro que se
malignicen. La localización más frecuente es en la convexidad del cráneo pero
también se pueden situar en la base del cráneo, siendo esta zona más complicada
para su extirpación completa dado que pueden estar adheridos o envolviendo
estructuras tan importantes como arterias, nervios craneales o tronco cerebral.
El diagnóstico se realiza mediante TAC y/o RM. La conjunción de ambos da una
idea muy precisa, tridimensional de la localización de la tumoración,
características tisulares (presencia de calcio, zonas de necrosis, vascularización,
etc.) y su relación con el parénquima cerebral adyacente (presencia de edema
cerebral, zonas funcionales, etc).
Fig. 13.- RM de un meningioma
Para completar el diagnóstico y a veces como parte del tratamiento, está indicada
la realización de la angiografía cerebral, para estudiar la vascularización de la
tumoración y del cerebro circundante. En caso de estar muy vascularizado, es
altamente conveniente proceder a una embolización selectiva de las ramas
arteriales que nutren la tumoración, para dejarla lo más exangüe posible y así
facilitar su manipulación quirúrgica posterior, con muchos menores riesgos de
lesionar las estructuras cerebrales que lo envuelven.
El tratamiento ideal, dado que son benignos y están diferenciados del parénquima,
es la intervención quirúrgica con resección completa incluida la duramadre donde
se implantan, para evitar que vuelvan a crecer o recidivar. Por esta razón estos
tumores han sido el principal motor que ha hecho avanzar a la Neurocirugía en
sus técnicas de exéresis tumoral, diseñando complejos sistemas de ayuda,
específicos de los quirófanos neuroquirúrgicos, que posteriormente han sido
adaptados a otros tipos de cirugías, como es el caso de la microcirugía, los
equipos de láser y aspirador ultrasónico ya referidos, la coagulación bipolar o los
neuronavegadores. A esto hay que añadir que, en las dos últimas décadas, se han
producido avances muy importantes en los conocimientos de la anatomía y vías
de abordaje (sobre todo a nivel de la base de cráneo), que han hecho que tumores
que se consideraran inextirpables en los años 70, en la actualidad puedan ser
resecados con un riesgo muy bajo de mortalidad o secuelas neurológicas graves.
No obstante, en determinados meningiomas de la base de cráneo (seno
cavernoso) es preferible completar el tratamiento quirúrgico con radiocirugía de los
restos o base de implantación, cuya extirpación quirúrgica puede suponer un alto
riesgo de ocasionar serios déficits neurológicos.
Por último, hay que referir que en la generalidad de los meningiomas la necesidad
de radioterapia convencional es excepcional. Y que se puede dar el caso, en
algunos pacientes, de que estos tumores sean múltiples, es decir, existan varios
tumores en distintas localizaciones; por lo que pueden requerir varias
intervenciones quirúrgicas, a medida que se van manifestando clínicamente o se
aprecia que aumentan de tamaño.