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A quién no le ha sucedido, que luego de una copiosa comida o después de pasar un mal
rato, presenta una sensación abdominal incómoda, con dolor o distensión abdominal. En
muchos de estos casos, afortunadamente se trata solamente de un malestar pasajero y
no corresponde a lo que llamamos Colon Irritable, o Síndrome de Intestino Irritable,
cuyas principales molestias son: dolor abdominal, trastornos del tránsito intestinal (ya
sea constipación o deposiciones líquidas), e hinchazón abdominal.
perdidos por licencias médicas que señalan esta patología, que si bien son cortas (uno o dos días), son frecuentes.
Es muy importante que el médico al cual se consulta, realice algunos exámenes, en caso que lo estime necesario, para
descartar causas orgánicas o estructurales de las molestias y así determinar que se trata de Colon Irritable.
Es fundamental educar a la persona afectada y elaborar un plan de tratamiento a seguir, ya que si bien no se trata de una
enfermedad grave, que comprometa órganos vitales, es extremadamente molesta y en ocasiones el dolor puede llegar a
ser muy intenso.
¿Cuáles son algunos de los síntomas o signos que nos hacen pensar que estamos frente a una enfermedad orgánica,
distinta al Colon Irritable?: la presencia de sangre en las deposiciones, la pérdida de peso sin causa aparente, cuando el
dolor abdominal nos despierta en la noche, cuando se produce un cambio en el ritmo que habitualmente tenemos en las
deposiciones.
Debido a que las causas de este problema de salud aún no son totalmente conocidas, es importante abordarlo de manera
integral, considerando factores biológicos, del ambiente, psicológicos y sociales, siendo el trabajo un factor importante,
dado el número de horas diarias que pasamos trabajando. Contar con un ambiente laboral grato, horario y condiciones
adecuadas para almorzar, junto a un plan de actividad física o actividades de relajación, contribuirán al manejo exitoso de
esta patología.
Medidas preventivas
Las personas afectadas, se pueden beneficiar con algunas recomendaciones sencillas, que complementen el tratamiento
farmacológico que el médico ha indicado. Estas son:
• Dieta equilibrada, evitando alimentos irritantes, con exceso de grasas o exceso de fibras.
• Darse el tiempo adecuado para almorzar (idealmente una hora) y de preferencia en un lugar diferente al puesto de
trabajo.