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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA

LA SALA CIVIL PERMANENTE

Lima, tres de junio del dos mil nueve.‐

Vista la causa número mil doscientos dos guion dos mil ocho, en
Audiencia Pública de la fecha, y producida la votación con arreglo a ley, emite
la siguiente sentencia;

MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por


Hortencia Graciela Rodríguez Heredia mediante escrito de fojas cuatrocientos
setenta y tres, contra la sentencia de vista emitida por la Sala de Familia de la
Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas cuatrocientos cuarenta y cuatro, su
fecha ocho de enero del dos mil ocho, que confirma la sentencia apelada de
fojas trescientos cincuenta y seis, corregida por resolución de fojas trescientos
sesenta y cuatro, su fecha veintidós de marzo del mismo año, que declaró
fundada la demanda de separación de cuerpos interpuesta por Carlos Guerrero
Adán y Hortencia Graciela Rodríguez Heredia y, en consecuencia, fenecida la
sociedad de gananciales, quedando subsistente el vínculo matrimonial;

FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que, el recurso de casación fue declarado


procedente por resolución del trece de junio del dos mil ocho, por la causal
prevista en el inciso primero del artículo trescientos ochenta y seis del Código
Procesal Civil, en virtud de lo cual la recurrente denuncia la interpretación
errónea del artículo trescientos cuarenta y cinco guión A del Código Civil, por
cuanto: i) el actor, al presentar su demanda, no acreditó estar al día en el pago
de sus obligaciones alimentarias, y el recibo que adjunta fechado el veintiuno
de julio del dos mil uno contiene una firma que no es de la recurrente, además
que su primer nombre (Hortencia) se ha escrito con “s” y no con “c”, como
corresponde, por lo que dicho documento es falso en su contenido y firma. Por
ello promovió cuaderno de tacha acompañando copia de su Documento
Nacional de Identidad, brevete, su demanda de alimentos y sus recursos en el
juicio de divorcio, que prueban que la firma del recibo es falsificada, por ello se
debió declarar improcedente la demanda, razón por la cual presenta ante esta
Sala Suprema copia del recibo y de sus documentos y recursos, para que se
aprecie que es falsificado y nulo conforme al artículo doscientos diecinueve
inciso cuatro y cinco del Código Civil; ii) el actor desatendía su obligación de
esposo y padre; la recurrente vivía sin atenciones mínimas y era agredida
físicamente. Fue el actor quien hizo abandono del hogar, resultando la suscrita
perjudicada, sin posibilidades de subsistencia económica para ella y sus hijos,
siendo falso que ambas partes hubieran acordado la separación de hecho,
razón por la cual se debe cumplir con el artículo trescientos cuarenta y cinco
guión A del Código Civil y señalar una indemnización de quinientos mil nuevos
soles, teniendo en cuenta que el propio actor en su escrito del veinticinco de
abril del dos mil dos ofrece pagar la indemnización que el Juzgado señale. Las
declaraciones juradas de María Elena Silva de Gonzáles, Juvenal Gonzáles
Pacheco y Graciela María Rojas del Carpio de Cazorla que presentó en su
escrito del seis de octubre del dos mil seis demuestran que el actor hizo
abandono del hogar conyugal y que jamás le atendió con alimentos; además, la
sentencia tampoco se ha pronunciado sobre el valor probatorio de los
documentos que presentó en el mismo escrito, respecto a su enfermedad
aterosclerótica aorto iliaco, que requiere tratamiento permanente; y,

CONSIDERANDO: PRIMERO.‐ Que, existe interpretación errónea de una


norma de derecho material cuando concurren los siguientes supuestos: a) el
Juez establece determinados hechos, a través de una valoración conjunta y
razonada de las pruebas aportadas al proceso; b) que estos hechos, así
establecidos, guardan relación de identidad con los supuestos fácticos de una
norma jurídica determinada; c) que elegida esta norma como pertinente (sólo
ella o en concurrencia con otras) para resolver el caso concreto, la int erpreta (y
aplica); d) que en la actividad hermenéutica, el Juzgador, utilizando los
métodos de interpretación, yerra al establecer el alcance y sentido de aquella
norma, es decir, incurre en error al establecer la verdadera voluntad objetiva de
la norma, con lo cual resuelve el conflicto de intereses de manera contraria a
los valores y fines del derecho y, particularmente, vulnerando el valor superior
del ordenamiento jurídico, como es el de la justicia;

SEGUNDO.‐ Que, por la institución de la separación de cuerpos, cualquiera


de los cónyuges puede acudir al órgano jurisdiccional a fin de que se disponga
la suspensión de los deberes relativos al lecho y habitación, y el cese de la
obligación de hacer vida en común, dando fin al régimen patrimonial de
sociedad de gananciales, pero dejando subsistente el vínculo matrimonial,
conforme es de verse del artículo trescientos treinta y dos y trescientos treinta y
cuatro del Código Civil;

TERCERO.‐ Que, entre las causales de separación de cuerpos que refiere el


artículo trescientos treinta y tres del citado cuerpo normativo, modificado por
Ley veintisiete mil cuatrocientos noventa y cinco, se contempla en el inciso
doce la separación de hecho de los cónyuges durante un período
ininterrumpido de dos años (cuatro años si hubieran hijos menores de edad),
en cuyo caso no será de aplicación la prohibición establecida en el artículo
trescientos treinta y cinco del mismo cuerpo legal y, por tanto, le es permitido al
cónyuge que accione fundar su demanda en hecho propio. Con ello, el
legislador estimó que en las demandas sustentadas en la referida causal no se
busque un culpable, sino enfrentar una situación en que se incumplen los
deberes conyugales, dando así respuesta a un problema social que
corresponde a nuestra realidad, ante la existencia de matrimonios fracasados
que en la práctica no cumplen con su finalidad, de acuerdo al artículo
doscientos treinta y cuatro del Código Civil;

CUARTO.‐ Que, sin embargo, en busca de la protección a la familia, la ley


establece determinados requisitos para que pueda entablarse y, en su caso,
ampararse la demanda sustentada en tal causal, como es la exigencia del
cumplimiento de las obligaciones alimentarias y la fijación de una
indemnización al cónyuge perjudicado o la adjudicación preferente a su parte
de los bienes de la sociedad conyugal, independientemente a la pensión de
alimentos que pudiera corresponder;

QUINTO.‐ Que, en efecto el artículo trescientos cuarenta y cinco guión A del


Código Civil, en su segundo y tercer párrafos, dispone textualmente: “El juez
velará por la estabilidad económica del cónyuge que resulte perjudicado por la
separación de hecho, así como la de sus hijos. Deberá señalar una
indemnización por daños, incluyendo el daño personal u ordenar la
adjudicación preferente de bienes de la sociedad conyugal,
independientemente de la pensión de alimentos que le pudiera corresponder.
Son aplicables a favor del cónyuge que resulte más perjudicado por la
separación de hecho, las disposiciones contenidas en los artículos trescientos
veintitrés, trescientos veinticuatro, trescientos cuarenta y dos, trescientos
cuarenta y tres, trescientos cincuenta y uno y trescientos cincuenta y dos, en
cuanto sean pertinentes”.

SEXTO.‐ Que, interpretado dicho texto debe precisarse que por lo general todo
decaimiento del vínculo matrimonial implica perjuicio para ambos cónyuges que
no lograron consolidar una familia estable; de modo tal que, en procesos como
el de autos, los juzgadores deben pronunciarse necesariamente, aún cuando
no se haya solicitado, cuál de los cónyuges resulta perjudicado o bien más
perjudicado de acuerdo a su apreciación de los medios probatorios en los
casos concretos, fijando una indemnización a cargo de la parte menos
afectada, salvo que existan bienes que estime puedan adjudicársele de modo
que compense su mayor perjuicio; debiendo precisarse que en caso de no
poderse determinar cuál es el cónyuge perjudicado, no existe ob ligación en el
juzgador de fijar indemnización alguna o adjudicación preferente;

SÉTIMO.‐ Que, en autos el demandante, en su escrito subsanatorio de la


demanda del veinticinco de abril del dos mil dos, obrante a fojas dieciséis,
accedió a pagar la indemnización que el Juzgado señale en la sentencia “(…)
no obstante que la separación de hecho se ha efectuado de mutuo acuerdo
(…)”, y al fijarse los puntos controvertidos se estableció como uno de ellos

QUINTO: Determinar si procede fijar una indemnización por daños a favor de la


demandada”. Sin embargo, el Juez de la causa ha omitido pronunciarse sobre
este item pues sostiene que “(…) esta pretensión no ha sido alegada por la
actora ni por la parte emplazada”; y a su turno, la Sala Superior tampoco emitió
pronunciamiento alguno sobre este extremo, indicando que si bien se
estableció como punto controvertido, “(…) el daño, resarcimiento,
indemnización o adjudicación deben formar parte del debate por las partes en
el proceso vía reconvención, observándose los principios de contradictorio,
defensa y congruencia que sustentan el debido proceso (…)”, por lo que “(…)
no procede integrar el fallo a efectos de establecer una indemnización en favor
de la demandada, pues con ello en esta instancia, estaría afectando el derecho
de impugnar y de instancia plural (…)”;

OCTAVO.‐ Que, como puede advertirse, la afirmación del A quo era


claramente imprecisa y no se ajustaba a los actuados, mientras que la del Ad
quem es manifiestamente contraria al texto expreso del artículo trescientos
cuarenta y cinco guión A del Código Civil, pues en ningún extremo del mismo
se indica que sea la parte demandada quien deba solicitar una indemnización a
su favor en vía de reconvención, correspondiendo únicamente al Juez
determinar cuál es el cónyuge perjudicado, sobre la base de la valoración
conjunta y razonada de la prueba, y en caso que no pueda establecerlo no
existe obligación en el juzgador de fijar indemnización alguna. Como puede
advertirse, el razonamiento de las instancias de mérito prescinde de valorar las
causas que dieron lugar a la separación y, con ello, la determinación del
cónyuge perjudicado o más perjudicado con la misma, razón por la cual se
advierte que la norma en comento ha sido interpretada erróneamente en lo que
respecta a la denuncia por pago de indemnización, por lo que cabe amparar
este extremo del recurso de casación;

NOVENO.‐ Que, de otro lado, la recurrente ha cuestionado la falta de


cumplimiento de uno de los requisitos de la demanda establecido en el artículo
trescientos cuarenta y cinco guión A del Código Civil, como es la acreditación
por parte del actor de encontrarse al día en el pago de sus obligaciones
alimentarias, para lo cual cuestiona por falso el recibo de pago de alimentos
que éste adjuntó como medio probatorio de su demanda. Sin embargo, es
necesario poner en relieve, en primer lugar, que el estadío procesal de la
calificación de la demanda no es la etapa idónea para revisar la validez o
autenticidad de los medios probatorios que se acompañan por el demandante,
encontrándose el Juez obligado únicamente a comprobar si se cumple o no con
los requisitos de forma a que se refieren los artículos cuatrocientos veinticuatro
y cuatrocientos veinticinco del Código Procesal Civil, y otros que establezcan
las normas especiales, como ocurre en este caso. En segundo lugar, aún
cuando el A quo tuviera duda sobre si admitir o no a trámite la demanda, sea
por defectos en la constitución de la relación jurídica procesal o porque el actor
no acredita de manera suficiente ser titular del derecho que reclama, optará por
aplicar el principio in dubio pro pretensor o in favor processum (a favor del
proceso), admitiendo a trámite la demanda, siempre que cumpla con los demás
requisitos de forma. En tercer lugar, cabe resaltar que la condición procesal de
la demandada es la de rebelde, declarada como tal por resolución obrante a
fojas cuarenta, y si bien es cierto que posteriormente planteo la nulidad de
actuados y, paralelamente, presentó escrito de contestación de la demanda y
escrito formulando tacha contra el recibo acompañado a la demanda, tales
escritos no prosperaron al haberse declarado infundada la nulidad deducida por
resolución de fojas trescientos veinte, su fecha dieciséis de octubre del dos mil
siete, decisión que quedó consentida. En cuarto lugar, cabe tener presente
que en virtud a lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo trescientos
noventa y cuatro del Código Procesal Civil, el único medio de prueba
procedente en casación es el de documentos que acrediten la existencia de
doctrina jurisprudencial, o de la ley extranjera y su sentido, en los procesos
sobre derecho internacional privado, razón por la cual este Supremo Tribunal
no merituará los documentos acompañados por la demandada en su recurso
de casación (que fueron los mismos que acompañó a su escrito de formulación
de tacha). Finalmente, en quinto lugar, tal como fluye de las instrumentales
que obran de fojas ciento ochenta y cinco a ciento ochenta y ocho, con
posterioridad al inicio de este proceso, la recurrente interpuso contra su esposo
demanda de alimentos que concluyó mediante acuerdo conciliatorio arribado
en la Audiencia de Saneamiento, Conciliación Pruebas y Sentencia del trece de
marzo del dos mil seis, en virtud del cual el actor viene acudiendo a la
demandada con una pensión alimenticia equivalente al treinta por ciento de sus
ingresos como pensionista (Oficial del Ejército del Perú en retiro), incluyendo
gratificaciones y bonificaciones, pago que viene haciéndose efectivo vía
descuento mensual; y no apareciendo en autos que la impugnante hubiera
acreditado la existencia de pensiones devengadas al momento de la
interposición de la demanda de separación de cuerpos, se concluye que el
extremo del recurso donde se cuestiona el incumplimiento del pago de la
pensión alimenticia al momento de la interposición de la demanda, no merece
ser atendido;
DÉCIMO.‐ Que, en consecuencia, configurándose la causal material
denunciada, únicamente respecto del extremo referido a la determinación del
daño y, de ser el caso, la subsecuente indemnización, el recurso de casación
debe ampararse, y en atención a lo regulado en el inciso uno del artículo
trescientos noventa y seis del Código Procesal Civil, corresponde a este
Supremo Tribunal resolver el conflicto de intereses, sin devolver el proceso a la
instancia inferior. En tal sentido, contrariamente a lo que refirió el demandante
en su escrito de demanda y su subsanación respectiva, la separación de los
cónyuges no se habría producido por mutuo acuerdo, sino que fue el actor
quien se retiró del hogar conyugal, tal como lo manifiestan sus propios hijos en
sus declaraciones testimoniales brindadas en la continuación de la Audiencia
de Pruebas cuya acta obra de fojas ciento treinta a ciento treinta y cinco,
recalcando que entre ellos se turnan el cuidado de la madre y que ésta carece
de un bien inmueble propio, siendo el que servía de hogar conyugal pertenecía
a la abuela paterna (madre del actor); además, agregan que la madre es
atendida en el Hospital Militar en donde se le brinda un tratamiento por
presentar problemas en la circulación de las piernas. De lo expuesto, se
advierte que la demandada resulta ser la cónyuge más perjudicada con la
separación, por lo que hay lugar a fijar una reparación por concepto de
indemnización, la misma que prudencialmente se estima en tres mil nuevos
soles, para lo cual se considera el hecho del abandono económico sufrido por
ella por decisión unilateral del demandante, además que no cuenta con bienes
propios o trabajo conocido; dejándose constancia de que esta Sala Suprema,
en su actuación como sede de instancia, no valora los certificados médicos ni
las declaraciones juradas de María Elena Silva de Gonzáles, Juvenal Gonzáles
Pacheco y Graciela María Rojas del Carpio de Cazorla que la recurrente
presentó en su escrito del seis de octubre del dos mil seis, obrante a fojas
trescientos uno, en razón a que fueron presentados como medios probatorios
de la contestación de la demanda, que fue desestimada por extemporánea; en
consecuencia, declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto por
Hortencia Graciela Rodríguez Heredia mediante escrito de fojas cuatrocientos
setenta y tres; CASARON la resolución impugnada, en consecuencia, NULA la
sentencia de vista de fojas cuatrocientos cuarenta y cuatro, su fecha ocho de
enero del dos mil ocho, en el extremo en que tácitamente se deniega el pago
de una indemnización a favor del cónyuge más perjudicado con la separación;
y actuando en sede de instancia, REVOCARON la sentencia apelada de fojas
trescientos cincuenta y seis, su fecha cinco de marzo del dos mil siete, en
cuanto al extremo antes referido, y reformándola, FIJARON como
indemnización a favor de la demandada, al amparo del artículo trescientos
cuarenta y cinco guión A del Código Civil, en la suma de tres mil nuevos soles;

DISPUSIERON se publique la presente resolución en El Diario Oficial ¨El


Peruano¨; en los seguidos por Carlos Guerrero Adán contra Hortencia Graciela
Rodríguez Heredia sobre Separación de Cuerpos por Causal de Separación de
Hecho; y los devolvieron; interviniendo como Vocal ponente el señor Ticona
Postigo.‐

SS.

TICONA POSTIGO

SANTOS PEÑA

MIRANDA MOLINA

MAC RAE THAYS

ARANDA RODRIGUEZ

Cgv

Corte Suprema de Justicia de la República

Sala Civil Transitoria

CASACION Nº 1202‐2008

LIMA

DIVORCIO POR LA CAUSAL DE SEPARACION DE HECHO

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