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UNIDAD IZTAPALAPA

DIVISIÓN CBS

ARTÍCULO: LA REGULACIÓN DE LA EVOLUCIÓN.

UEA: EVOLUCIÒN
PROFESOR: JAVIER GARCÍA CRUZ

ALUMNA: CASIANO GALLEGOS MARIANA

FECHA: 25-MAYO-2018
LA REGULACIÓN DE LA EVOLUCIÓN

Podemos no parecernos físicamente a un perro, una rata o un chimpancé por mencionar algunos

animales, sin embargo, cuando se realizan comparaciones entre los genomas, observamos que se

parecen mucho, por ejemplo, el genoma del ratón con el del ser humano les encuentra un homologo

murino a un 99% de nuestros genes, por lo menos.

Las secuencias de ADN de dos versiones cualesquiera de un gen, así como de las proteínas que

codifican, se parecen; que el grado de semejanza sea mayor o menor solo refleja el periodo de

tiempo que ha transcurrido desde que las dos especies se diversificaron a partir de un ancestro

común.

Cuando se habla de la expresión de un gen, se refiere a que este lleva a cabo la transcripción de la

secuencia de ADN, convirtiéndolo en ARNm (ARN mensajero) y de la traducción de ese ARNm a una

secuencia proteica. Los genes se expresan de manera específica, cada quien para su órgano, tejido

o tipo de célula en que se encuentra.

En los humanos, los segmentos del ADN que codifican proteínas constituyen el 1.5% de nuestro

genoma aproximadamente.

Cada gen tiene un intensificador (este posibilita que un mismo gen opere muchas veces en

contextos distintos), que lo regula de manera independiente la expresión en distintas partes del

organismo y en distintas etapas del ciclo vital del animal.

Se ha demostrado que una mutación en el intensificador, permitiría que determinados rasgos del

organismo se modificaran de forma selectiva, sin que cambien los genes o proteínas. Los
intensificadores son segmentos de ADN que se encuentran, con frecuencia en las proximidades de

los genes, son componentes fundamentales de los interruptores que controlan la expresión génica.

De acuerdo con el ejemplo de los mosquitos de la fruta y su proteína Yellow, que les da la coloración

en diferentes partes del cuerpo, llega a un punto en que, si llegase a perder esta proteína en otras

partes del organismo, como otras especies que han perdido la banda abdominal al desaparecer un

lugar de unión en la secuencia del intensificador correspondiente, podría tener una consecuencia

perjudicial, ya que una perdida puede favorecer o no la supervivencia o el éxito reproductivo.

Una perdida beneficiosa se denota en el pez espinoso, ya que estos peces pueden adoptar dos

formas: los espinosos de aguas profundas desarrollan una aleta pelviana espinosa en el abdomen

que dificulta que sea n comidos por un pez más grande; los espinosos de aguas poco profundas

perdieron esta aleta, con la cual resulta difícil que se les adhieran las larvas de insectos que se comen

a sus crías. Las mutaciones de las secuencias reguladoras no son la única forma de evolución, pero

si el mecanismo más probable en el caso de un gen que cumpla múltiples funciones y solo una de

ellas resulte modificada.

En el humano, así como en los dos ejemplos anteriores, existen pruebas de que han evolucionado

mediante cambios en el ADN intensificador; por ejemplo, la perdida de la proteína Duffy en los

eritrocitos de poblaciones en África occidental, donde la malaria es endémica. Esta proteína en

condiciones normales se encuentra en la superficie de los eritrocitos, también en el cerebro, bazo y

los riñones, cada función va regulada por un intensificador distinto.

En los glóbulos rojos, la proteína forma parte de un receptor por el que el parasito Plasmodium

vivirax, entra al interior de la célula. Sin embargo, casi el 100% de la población en África occidental

carecen de esta proteína en los glóbulos rojos, lo que los hace resistente a la malaria. Esto es
causado por una mutación que cambia una única letra de las secuencias del ADN (convierte la T en

una C), pero sin alterar los demás intensificadores del gen Duffy.

Las mutaciones en las regiones del ADN desempeñan un gran papel en la evolución humana y

además las variaciones en la regulación pueden constituir una fuente rica de diferencias no solo

físicas sino también en la salud de los individuos.

Para saber específicamente cuando y donde un intensificador regula la expresión, se hace uso de la

ingeniería genética, se crea un fragmento de ADN que contiene la secuencia intensificadora junto

con el gen marcado, el cual emitirá una señal una vez que se active.

OPINIÒN:

El artículo, no es muy extenso, podemos comprender fácilmente lo descrito en él, se me hizo

interesante, como una simple mutación en un gen, una proteína o en los intensificadores que es

de lo que habla la lectura, puede ser o no benéfica para la especie, ya sea en su supervivencia o

reproducción, por ejemplo.

Bibliografía:

Carroll, B. S, Prud`homme, B., Gompel, N. (2008). La regulación de la evolución. Investigación y

Ciencia. (382). 24-31pp.

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