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UNIVERSIDAD AUTONOMA “GABRIEL RENE

MORENO”
FACULTAD DE HUMANIDADES
CARRERA CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN
P.h. ALFREDO MENA VELIZ
Grupo B2
Sigla LIN122

SOCIOLINGUISTICA EN LA
SOCIEDAD (CASTELLANO EN
BOLIVIA)

DIANA RUTH CORO SALVATIERRA

2018
Santa Cruz – Bolivia
SOCIOLINGÜÍSTICA EN LA SOCIEDAD (CASTELLANO EN BOLIVIA)

Las utilidades que se da en la sociolingüística sirven para categorizar a los


individuos en clases sociales o socioeconómicas aunque un mismo individuo
puede utilizar diferentes variedades diastráticas de la lengua de acuerdo con la
situación social y el contexto en que tenga lugar la interacción.

Las variables sociales que afectan en la actualidad: religión, nivel educativo,


profesión, procedencia (origen), edad, género

En el género: la mujer en el habla es conservadora y se evalúa como la forma


correcta al expresarse a comparación del hombre que habla de forma
disparatada y sin cuidado.

En la edad: el grupo de edad que propende a diferenciarse en la lingüística es


el de los adolescentes y jóvenes quienes se identifican con su grupo
esencialmente por medio del uso de vocabulario y expresiones propias de
ellos y de su generación.

Una situación en la identidad es asemejar la identidad con el grupo etario.

La diferencia por grupo de edad no se basa el factor de edad sino en la


percepción que el hablante obtiene ventajas sociales mediante el uso de
rasgos lingüísticos que le dan prestigio en la comunidad

En lo social: se interpreta la realidad en funcion socioeconomicay en el nivel de


instrucción del hablante

Educacion : en la formacion academica o de titulacion conseguidos por los


hablantes.

La sociolinguistica ha comprobado que el nivel educativo de los hablantes


determina de forma directa la alteracion que se da en la lingüística .

La procedencia (origen): El lugar de donde proviene el hablante .

El modismo, la acentuación y entonación es diferente a la procedencia del que


proviene adquirido del lugar donde radica actualmente.

El cambio en una letra en la palabra puede llevarnos a proclamar cosas que


nunca quisimos decir.
DENOMINACIÓN DEL IDIOMA, SEGÚN EL SEXO (EN PORCENTAJES)

Denominación Hombre Mujer

Español 21,3 20,7

Castellano 73,1 72,3

Español/castellano 5,1 6,0

Otro 0,5 1,1

Total 100 100

De acuerdo con la variable sociolingüística sexo, no se advirtió una diferencia


importante en la denominación que hacen de su lengua tanto hombres como
mujeres (tabla 7). El 72,3% de las mujeres y el 73,1% de los hombres eligieron
la denominación castellano. De igual forma, el 20,7% de las informantes y el
21,3% de los informantes se inclinaron por la opción español. Esta similitud se
mantiene entre quienes usan ambos términos para referirse a la lengua que
hablan.

DENOMINACIÓN DEL IDIOMA, POR EDAD (EN PORCENTAJES)

Denominación 20-34 35-54 55 o más

Español 20,7 22,6 18,6

Castellano 72,3 71,2 77,1

Español/castellano 5,4 6,2 4,3

Otro 1,6 0,0 0,0

Total 100 100 100

De acuerdo con la variable sociolingüística edad, tampoco hay una


variación importante en cuanto a la preferencia por la denominación de
castellano o español .El 72,3% de los informantes de 20 a 34 años prefiere
denominar castellano a su lengua y el 20,7%, español. De los informantes
de 35 a 54 años, el 71,2% prefiere la opción castellano para designar su
lengua y el 22,6%, español. Por su parte, el 77,1% de los informantes de
55 años en adelante prefiere la denominación castellano y el 18,6%, la de
español. Finalmente, como se puede apreciar un bajo porcentaje de cada
grupo etario lo llama indistintamente español o castellano.
HIPÓTESIS

Se puede decir que estos acontecimientos ocurren de esta manera por ciertos
factores como ser:

-Para poder relacionarse con las demás personas, con las que conviven

-A través de los programas que transmiten los medios de comunicación


acogemos ciertos modismos, expresiones y formas de hablar, haciéndonos
creer que es la manera en la que debemos expresarnos o también sentir un
vínculo familiar con los que nos lleva a adoptar costumbres y expresiones de
las personas de esas regiones.

ENTREVISTAS

Entrevista 1

Hay mucha verdad en esto que me está planteando pero puedo agregarle algo
más que me parece que es un motivo por el cual sucede esto que es la falta de
personalidad, el miedo a no encajar con las demás personas es lo que lleva a
esta situación. Marco Suarez (abogado)

Entrevista 2

Me parece que no es del todo cierto porque n o se adjudica a la mayoría de las


personas porque se mantienen fieles a sus c costumbres y tradiciones
respetando la de las demás personas. Alejandro Salazar (Estudiante de
Arquitectura)

Entrevista 3

Se puede decir que esto ocurre porque si no se adapta a las costumbres y


expresiones hay gran probabilidad de no relacionarse bien con las demás
personas de ese entorno. Roberto Salcedo (Odontólogo)

LA VARIANTE NACIONAL

El castellano, como menciona Coello Vila (1996), se había expandido sobre el


Collasuyo (una de las partes del antiguo Tahuantinsuyo), de norte a sur y de
este a oeste, sobre una diversidad lingüística extendida en esta misma región.
Esta variedad lingüística estaba conformada por diferentes lenguas ancestrales
que llegaron a convertirse en el sustrato sobre el cual el castellano se impuso.
Por esta razón, en parte los rasgos que presenta esta lengua en Bolivia son
resultado de la influencia que han tenido estas lenguas durante su convivencia
con aquella; influencia que, inclusive ahora, es continua y evidente.

Mendoza (1992), por su parte, reconoce también tres zonas o tres variedades
diatópicas del castellano: el castellano andino, el castellano oriental y el
castellano sureño. El primer tipo correspondería a la región del altiplano y de
los valles (La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba, Chuquisaca); el segundo tipo
correspondería a la región oriental del país (Santa Cruz, Beni y Pando) y,
finalmente, el tercer tipo se referiría a la región del sur de Bolivia (Tarija).
Mendoza hace esta diferenciación dialectal con base en rasgos exclusivamente
fonológico

Sin embargo, los hablantes de cada una de las zonas mencionadas identifican
popularmente estas mismas hablas con otras denominaciones; por ejemplo, la
Zona A se puede identificar más como “habla colla”, la Zona B como “habla
camba” y la Zona C como “habla chapaca”. Cada una de estas denominaciones
hace referencia a la persona que habita la región señalada.

REGIONES/LUGARES DEL PAÍS DONDE LE GUSTA COMO SE HABLA EL


CASTELLANO

Región/lugar Informantes Porcentaje

La Paz 204 51,0%

Tarija 63 15,8%

Cochabamba 39 9,8 %

Chuquisaca 21 5,3%

Santa Cruz 20 5,0 %

Oruro 17 4,3%

Todas 10 2,5%

Potosí 6 1,5%

Altiplano 5 1,3

Ninguna 3 0,8

Otros 12 3,0

Total 400 100

La respuesta más frecuente a la pregunta sobre el lugar donde le gusta cómo


se habla el castellano fue La Paz, con un 51%; es decir, los informantes
muestran una actitud positiva hacia su propia variedad de habla, mayor que la
que tienen hacia las otras variedades. Según Alba: El valor social del habla
como un indicador de identidad y lazo de unión entre los miembros de un grupo
fomenta en los hablantes el desarrollo de un sentimiento de lealtad lingüística
que los mantiene adheridos al modo de hablar de la comunidad (Alba, 2009:
72). La segunda respuesta más frecuente fue Tarija, con un 15,8%. El habla
de esta región, como se había descrito anteriormente, tiene ciertas
particularidades. Los informantes argumentaron que les gusta esta manera de
hablar por el tono que presenta, que es, según ellos, “cantadito”. Pero, no en
pocos casos, mencionaron además que les gusta porque la gente que vive en
esa región es amable, alegre y cariñosa; en consecuencia, parecen sentir que
su manera de hablar comparte los mismos rasgos. Luego aparece
Cochabamba, con un 9,8%; Chuquisaca, con un 5,3%; Santa Cruz, con un 5%,
y Oruro, con un 4,3%. La opción todas alcanzó un 2,5%, y hace referencia a
que los informantes gustan de las hablas de todo el país. Luego aparecen las
opciones de Potosí, con un 1,5%; el Altiplano, con un 1,3%, y ninguna, con el
0,8%. Las preferencias por las hablas de La Paz y Cochabamba coinciden con
similitudes que los informantes encuentran entre esas hablas y la suya propia.
Esto permite afirmar, por un lado, que las actitudes positivas surgen cuando
existe un grado mayor de identificación con un habla determinada y, por otro,
que los aspectos fonológicos son los que repercuten más en la toma de una
actitud hacia una determinada habla.

REGIONES/LUGARES DEL PAÍS DONDE CONSIDERA QUE HABLAN


“MEJOR” EL CASTELLANO

Región/lugar Informantes Porcentaje

La Paz 310 77,5

Sucre 27 6,8

Ninguno 19 4,8

Oruro 11 2,8

Cochabamba 5 1,3

Occidente 5 1,3

Ciudad/capital 4 1,0

Santa Cruz 4 1,0

No sabe/no responde 3 0,8

Todas 3 0,8

Otros 9 2,3

Total 400 100


En cuanto a la pregunta sobre cuál es la “mejor” habla de su país, la mayoría
de los informantes considera que La Paz tiene la mejor habla, ya que esta
opción alcanzó un 77,5% . Esto permite afirmar nuevamente que existe una
alta fidelidad lingüística de parte de los ciudadanos paceños hacia su propia
variedad de habla. Sin embargo, también es necesario observar un cierto
prejuicio lingüístico, por factores ajenos a la lengua en sí. Algunas de las
razones que mencionan los informantes para considerar el habla de La Paz
“mejor” que otras es que esta ciudad es uno de los centros de educación más
importantes y, sobre todo, porque es la sede del Gobierno del país. Estas
características, de alguna forma, generan actitudes que no se basan en
aspectos lingüísticos, sino en otros como el poder social, el político, e incluso,
el económico. Existen ideas generales sobre dónde podría concentrarse la
mejor habla de una comunidad. Según Alba (2009), geográficamente, las
capitales de departamentos son los lugares que gozan de mayor prestigio,
pues se considera que en ellas el habla es más culta. También gozan de gran
prestigio los estratos sociales altos, pues se consideraría que en ellos el habla
es “mejor”. La segunda opción en cuanto a la región donde se habla “mejor” el
castellano fue la ciudad de Sucre, en el departamento de Chuquisaca, capital
constitucional del país, que alcanzó un 6,8%. A pesar de ser la segunda
respuesta más frecuente, el porcentaje que alcanza es bastante reducido en
comparación con el porcentaje alcanzado por La Paz. El tercer lugar, aunque
con una participación muy baja, correspondió a la opción ninguno (4,8%).
Finalmente, luego de la opción de ninguno, aparecen las opciones de Oruro,
con un 2,8%; Cochabamba, con un 1,3%; la región de Occidente, en
contraposición a la región de Oriente, que alcanzó un 1,3%; las ciudades o
capitales y Santa Cruz, cada una de las cuales obtuvo un 1%.

En relación con estas últimas respuestas, se puede afirmar que algunos


hablantes son conscientes de la diversidad de la lengua que emplean y, al
mismo tiempo, que no se les puede atribuir ningún tipo de calificativo, como
“mejor” o “peor” pues son, simplemente, diferentes.

Actitudes negativas Con respecto a las actitudes negativas que los hablantes
presentan hacia una determinada variedad de habla de su país, las preguntas:
¿En qué región/lugar del país no le gusta cómo se habla el español/castellano?
y ¿En qué región/ lugar del país considera usted que hablan “peor”?
REGIONES/LUGARES DEL PAÍS DONDE NO LE GUSTA COMO SE HABLA
EL CASTELLANO

Región/lugar Informantes Porcentaje

Santa Cruz 194 48,5

Ninguno 59 14,8

Área rural 30 7,5

Tarija 22 5,5

Oriente 20 5,0

El Alto 15 3,8

Beni 11 2,8

Cochabamba 7 1,8

La Paz 7 1,8

Potosí 7 1,8

Pando 6 1,5

Altiplano 5 1,3

Otros 17 4,3

Total 400 100

Entre las hablas de las regiones o departamentos que no son del agrado de los
informantes sobresale la de Santa Cruz, que alcanzó un 48,5%. La siguiente
opción más frecuente, aunque muy por debajo de la anterior, fue ninguno, que
obtuvo un 14,8%; luego aparece el habla del área rural, que alcanzó un 7,5%;
le siguen Tarija, con un 5,5% y la región de Oriente, con un 5%. La ciudad de
El Alto, Beni, Cochabamba, La Paz, Potosí, Pando y el Altiplano alcanzaron
porcentajes inferiores al 4%. Apenas un 1,8% de los informantes expresó una
actitud negativa hacia el habla de La Paz. Una vez más las razones que
exponen los informantes para justificar sus respuestas son: El tono/acento
diferente. • Uso de modismos. • Omisión silábica. • Mezcla de idiomas.

En general, son los rasgos prosódicos, fonológicos y léxicos los que


determinan las preferencias manifestadas por los informantes, en este caso
negativas, hacia una determinada habla. Estos mismos rasgos son,
precisamente, los que les permite diferenciarse de otras hablas y, a partir de
ellas, construir su identidad. Por su importancia, es necesario prestar atención
a la tercera opción más frecuente: el área rural. Los informantes manifiestan su
desagrado hacia esta habla, porque identifican la influencia que las lenguas
indígenas tienen en el castellano.

REGIONES/LUGARES EN DONDE CONSIDERA QUE HABLAN “PEOR” EL


CASTELLANO

región/lugar Informantes Porcentaje

Santa Cruz 147 36,8

Área rural 75 18,8

Ninguno 73 18,3

El Alto 23 5,8

Oriente 17 4,3

Tarija 12 3,0

Beni 8 2,0

Potosí 7 1,8

Altiplano 5 1,3

Cochabamba 4 1,0

No sabe/no responde 4 1,0

Pando 4 1,0

Otros 21 5,3

Total 400 100

Con respecto a la pregunta por las regiones que hablarían “peor” ,según los
informantes, serían: Santa Cruz, que alcanzó 36,8%; el área rural, que llegó a
un 18,8%, y la ciudad de El Alto, que alcanzó el 5,8%. Otra respuesta muy
frecuente para esta última pregunta fue ninguno, que alcanzó un 18,3%. Esto
permite afirmar nuevamente que existe en los informantes una conciencia
lingüística creciente, ya que consideran que no hay una variedad de habla peor
que otra, sino solo diferente. Entre los argumentos que mencionaron los
informantes están de nuevo los rasgos fonológicos y léxicos del habla, los
cuales, una vez más, permiten identificar una determinada habla como
diferente de otra o de otras, según las respuestas de los informantes. Sin
embargo, no se puede dejar de mencionar también la conciencia de los
hablantes sobre la diversidad de lenguas que existe en el país y de la
influencia, claramente perceptible, que ejercen unas sobre otras. Entre otras
ciudades y regiones mencionadas aparece la zona de oriente, con un 4,3%;
Tarija, con un 3%, y Beni, con un 2%. Las demás aparecen con porcentajes
menores al 2%.

La razón para que Santa Cruz este en desacuerdo con el habla actual y lo
catalogue como el peor castellano es el masivo proceso de urbanización.

A NIVEL INTERNACIONAL

PAÍS EN EL QUE SE HABLA MÁS


“CORRECTAMENTE” EL CASTELLANO

País Informantes Porcentaje

España 171 42,8

Bolivia 76 19,0

Ninguno 53 13,3

México 26 6,5

Chile 20 5,0

Colombia 17 4,3

Otros países 37 9,3

Total 400 100

El 42,8% de los informantes cree que España es el país que habla más
“correctamente”; el segundo lugar lo ocupa Bolivia, con el 19%. La opción
ninguno alcanzó el tercer porcentaje más elevado: 13,3%. Otros países que
aparecen con menor porcentaje son México, que alcanzó un 6,5 %; Chile, un
5%, y Colombia, un 4,3%. Los argumentos para las tres primeras opciones son
las siguientes: España sería la cuna, el origen, la raíz del idioma castellano y,
por tal razón, sus hablantes hablarían mejor. Una vez más se puede observar
un prejuicio lingüístico basado en ideas estereotipadas que se van repitiendo,
muchas veces sin una conciencia clara de lo que significan o implican. Por otro
lado, se prefiere el habla de Bolivia, porque los informantes que eligieron el
habla de este país consideran que la pronunciación es buena y que no se
tienen tantos modismos como en otros países. La justificación más frecuente
para la opción ninguno es que nadie habla “correctamente”, pues todos tienen
sus particularidades, sus acentos y su propio léxico.

PAÍS EN EL QUE SE HABLA MÁS “INCORRECTAMENTE” EL


CASTELLANO

País Informantes Porcentaje

Argentina 113 28,3

Perú 80 20,0

Ninguno 73 18,3

No sabe 32 8,0

Chile 17 4,3

México 14 3,5

Estados Unidos 14 3,5

Bolivia 12 3,0

Otros países 45 11,3

Total 400 100

El 28,3% de los informantes cree que Argentina es el país que habla más
“incorrectamente”; le sigue Perú, que alcanzó el 20%, y finalmente la opción
ninguno, que obtuvo un 18,3%. Entre las opciones que registraron un
porcentaje reducido están Chile, con un 4,3%, y México y Estados Unidos, con
un 3,5% cada uno. Bolivia apenas registra un 3% de entrevistados que
consideran que es el país donde se habla más “incorrectamente” el castellano.
El porcentaje de las personas que no supieron contestar esta pregunta fue de
un 8%. Las razones que los informantes dan para la primera opción es que el
habla de los argentinos tiene una pronunciación diferente, presenta muchos
modismos y, sobre todo, porque habría un excesivo empleo de palabras
soeces en su comunicación. Las razones para la segunda respuesta más
frecuente fueron que el habla de Perú “es muy rápida y no se entiende”, “el uso
de modismos o muletillas como ‘pe’ es frecuente”, etc. Con respecto a la
respuesta ninguno, los informantes afirman que nadie habla “incorrectamente”,
pues cada país tiene su particularidad, y que eso no puede calificarse de
correcto o incorrecto.
SI TODOS TUVIÉRAMOS QUE HABLAR EL MISMO CASTELLANO, EL DE
QUÉ PAÍS LE GUSTARÍA

País Informante Porcentaje

Bolivia 148 37,0

España 88 22,0

Ninguno 58 14,5

México 31 7,8

Chile 21 5,3

No sabe 15 3,8

Colombia 17 4,3

Otros países 22 5,5

Total 400 100

El 37% de los informantes preferiría el castellano de su país, es decir, el de


Bolivia, y el 22% elegiría el habla de España. La tercera respuesta más
frecuente fue ninguno, que obtuvo el 14,5%. Estas respuestas implican que la
mayoría de los informantes están conformes con su manera de hablar; es decir,
presentan una fidelidad hacia su propia habla. Entre otros países que se
mencionaron, pero que tienen una frecuencia menor, están: México, con un
7,8%; Chile, con un 5,3%, y Colombia, con un 4,3%. Se debe considerar la
presencia de la opción no sabe, que alcanzó un 3,8%.

Bolivia tuvo la influencia de Chile estos son los motivos:

La Normal Rural de Llica y las radios mineras (localizadas en áreas


fronterizas) que tuvo un impacto al descender el porcentaje de analfabetos.

La influencia de Chile fue debido a la migración de los bolivianos que debido al


trabajo en la época de siembra y cosecha hacia el valle de Azapa y áreas
pertenecientes al territorio de Bolivia.

Y al tener convivencia con los chilenos se adaptaban a la forma de habla de los


chilenos.

El aprecio de los bolivianos a los chilenos que consideraban familia produce


facilidad al relacionarse con los demás.
Actitudes afectivas hacia el español de otras naciones

PAÍSES DONDE LES AGRADA COMO SE HABLA EL CASTELLANO

País Informante Porcentaje

Bolivia 112 28,0

España 85 21,3

México 50 12,5

Chile 41 10,3

Colombia 34 8,5

Argentina 27 6,8

Perú 10 2,5

No responde 9 2,3

Venezuela 8 2,0

Otros países 24 6,0

Total 400 100

Este porcentaje se distribuye entre los demás países de América del Sur
(Ecuador, Paraguay y Uruguay) y los del Caribe (Costa Rica, Cuba, El
Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico y República
Dominicana); estos últimos sumaron en total 1,2%.

Los resultados más importantes para la primera opción evidencian que el habla
que más les gusta es la boliviana (28%), seguida de la de España (21,3%) y la
de México (12,5%). Les siguen Chile, con un 10,3%; Colombia, con un 8,5%;
Argentina, con un 6,8%; Perú, con un 2,5%, y Venezuela, con un 2%. El 6% se
refirió a otros países hispanohablantes de América del Sur y del Caribe.

EL ESPAÑOL GENERAL

Opinión sobre la corrección lingüística

Esta parte del presente análisis, que corresponde a la segunda parte del
cuestionario, se enfoca específicamente en el habla a nivel de país, no solo
considerando la propia, sino también la de los demás países donde se habla el
castellano. La pregunta: ¿Qué entiende por hablar “correctamente”?

Para una mayor comprensión, se han clasificado en cinco grupos: aspectos


fonológicos (pronunciación), léxicos (modismos), semánticos (comprensión),
sintácticos (orden en una oración) y otros (ninguno de los anteriores).
QUÉ ENTIENDE POR HABLAR “CORRECTAMENTE”

Aspecto Informantes Porcentaje

fonológicos 131 32,8

Léxicos 76 19,0

Semánticos 57 14,3

Sintácticos 46 11,5

Otros 90 22,5

Total 400 100

De acuerdo con las respuestas más frecuentes anteriormente mencionadas, se


puede afirmar que los rasgos lingüísticos inmediatos que los hablantes
identifican son, en primer lugar, los fonológicos (pronunciación); en segundo
lugar, los léxicos, y en tercer lugar, los aspectos semánticos y sintácticos.Por
otro lado, la opción otros abarca aquellas respuestas que no tienen relación
con aspectos propiamente lingüísticos, sino de valoración; por ejemplo: “hablar
correctamente es ser educado, es no tener errores, es ser culto, etc.”. Los
rasgos más frecuentes son precisamente aquellos que permiten al hablante
formar una determinada actitud hacia una variedad de habla, hacia la propia y
hacia la de los demás.

QUÉ IMPORTANCIA TIENE HABLAR “CORRECTAMENTE”

Respuestas Informantes Porcentaje

Muy importante 249 62,3

Importante 136 34,0

Poco importante 11 2,8

Sin importancia 4 1,0

Total 400 100


OPINIÓN ACERCA DE LA UNIDAD LINGÜÍSTICA

¿SERÍA BUENO QUE TODOS HABLÁRAMOS EL MISMO CASTELLANO?

Respuestas Informantes Porcentaje

Sí 224 56,0

No 140 35,0

No sabe/no responde 36 9,0

Total 400 100

Se puede apreciar que el 56% de los informantes estaría de acuerdo con que
todos hablaran el mismo idioma. La razón principal para esta elección sería que
“habría una mejor comunicación”.

PAÍS DONDE ES DE AGRADO COMO SE HABLA EL CASTELLANO


SEGÚN VARIABLES SOCIALES (EN PORCENTAJES)

País Sexo Edad Nivel


Socioeconómico

Hombres Mujeres 20- 35- 55 o Bajo Medio Alto


34 54 más
Bolivia 23,1 33,7 28,3 28,8 25,7 25,1 28,9 44,2
España 22,2 20,1 22,3 17,8 25,7 20,5 21,6 25,6

México 12,5 12,5 12,5 14,4 8,6 13,9 10,3 9,3

Chile 13,9 6,0 9,8 11,0 10,0 11,2 9,3 4,7

Colombia 8,3 8,7 9,8 6,2 10,0 7,3 12,4 7,0

Argentina 6,9 6,5 7,1 6,2 7,1 8,1 4,1 4,7

Otros 9,9 11,4 10,2 11,5 8,6 12,0 10,3 2,2


países

No sabe 3,2 1,1 0,0 4,1 4,3 1,9 3,1 2,3


Total 100 100 100 100 100 100 100 100

Tomando en cuenta las variables sexo, edad y nivel socioeconómico, los


resultados generales se mantienen (tabla 27), y las diferencias no son grandes.
Sin embargo, es necesario precisar que, de acuerdo con la variable edad, el
grupo de 55 años en adelante presenta su preferencia dividida entre las
opciones de Bolivia y España, pues para ambas el porcentaje es de 25,7%, lo
que no ocurre en los demás grupos, donde el porcentaje mayor es para Bolivia
y, en segundo lugar, para España. De acuerdo con la variable nivel
socioeconómico, ocurre también algo interesante. Si bien el 41,9% del nivel
alto, un mayor porcentaje que el de los otros niveles, consideraba que el
castellano más correcto era el de España, ahora es el que presenta una
preferencia mayor hacia la variante de su país, es decir, hacia el de Bolivia. En
el nivel alto, la preferencia por Bolivia alcanzó un 44,2%, un porcentaje
marcadamente superior en relación con todas las demás variables, y para
España solo un 14%. En el nivel medio, Bolivia registró un 28,9% y España un
21,6%. Finalmente, en el nivel bajo la preferencia por Bolivia obtuvo un 25,1% y
para España solo un 20,5%.

CONCLUSION

En relación con las preferencias de los hablantes hacia las variedades de


Bolivia, se ha podido identificar que existe una actitud positiva hacia el habla de
La Paz, hacia las variedades de habla de departamentos cercanos y, como
excepción, hacia la de la región sur del país, más específicamente hacia la
variedad del departamento de Tarija. Por el contrario, existe una actitud
negativa hacia la variedad del oriente del país, más específicamente hacia la
de los tres departamentos que la componen: Santa Cruz, Beni y Pando, pero
en mayor medida hacia la de Santa Cruz. La mayor parte de las razones que
los hablantes expresan para argumentar su actitud negativa hacia esa variedad
de lengua es que sus hablantes emiten frases u oraciones sin completar las
palabras o usan modismos que no son comprendidos por todos.

Con respecto a lo que se considera hablar “correctamente”, se pudo evidenciar


que los hablantes tienen en cuenta la “buena pronunciación”, el uso de las
reglas gramaticales y el no uso de modismos, como rasgos que pueden
identificar un habla como “correcta”.

Con respecto al país que más “correctamente” habla, los informantes


mencionaron como primera opción a España, sobre todo, por ser “la cuna” o “el
origen” del castellano. En segundo lugar, está el propio país, es decir, Bolivia.
Los países que consideran que hablan más “incorrectamente” son Perú y
Argentina; en primer lugar, porque, según los informantes, la pronunciación no
es “la correcta”, por el excesivo uso de modismos y palabras soeces y por la
rapidez en su hablar.

Se pueden describir las actitudes lingüísticas de los hablantes capitalinos de


Bolivia como una posición entre la fidelidad y la conciencia lingüística.
El último censo, realizado en 2001, reveló que de las 32 lenguas
vernáculas, ninguna es considerada lengua oficial (según la Constitución
Política de Bolivia). Estas lenguas se pueden clasificar en tres grupos: el
quechua y el aimara, con el 46 % de hablantes de la población boliviana;
luego el chiquitano y el guaranì y, finalmente, el resto de las lenguas
indígenas, que son, mayoritariamente, del oriente boliviano. Este último
grupo es el que está constituido por la mayor cantidad de lenguas pero
por el menor número de hablantes.

Debido a que el factor demográfico ha sido determinante en el


contacto de lenguas entre el español y las lenguas amerindias, el
quechua y el aimara han logrado establecer una relación diglòsica en
zonas bilingües.
A través de datos comparativos se observan cuatro tendencias:

1) Incremento del castellano.


2) Disminución del porcentaje de hablantes de lenguas amerindias.
3) Aumento de bilingües español- lengua indígena.
4) Disminución de hablantes monolingües en lengua indígena.
El ya mencionado bilingüismo (español- lengua aborigen) está
fuertemente marcado por una relación diglósica: el español con función
de lengua alta y el quechua o aimara con función de lengua baja, lengua
de los grupos dominados.
El contacto entre el castellano y el quechua o aimara produce
situaciones de lenguas en conflicto en las zonas urbanas de la región
andina. Es en las ciudades en donde se dan préstamos trastrocados de
las lenguas originarias al español. Éstos se conocen como “quechuañol”
y “aimarañol”.

Capítulo I. El panorama
sociolingüístico andino:
Ecuador, Perú y Bolivia
p. 15-41

TEXTO NOTASILUSTRACIONES
TEXTO COMPLETO
 1 Los artículos pertinentes son los siguientes: Constitución Politica del
Estado, Artículo 1 “Bolivi (...)

1LOS PAÍSES ANDINOS, como muchos países latinoamericanos


con una fuerte presencia indígena, están pasando por un
período crítico de su historia política y social. En 1992, la
conmemoración del quincentenario de la llegada de los
españoles al territorio americano permitió la coalescencia de
los movimientos sociales indígenas que habían venido
reclamando sus derechos legales y políticos dentro del
Estado-nación por largos años. Estos movimientos
coincidieron con tendencias regionales y globales hacia la
democratización. En la década de los noventa, la confluencia
de tendencias produjo una coyuntura propicia a una revisión
de la Constitución Política del Estado tanto en el Ecuador,
como en Perú y Bolivia. Por primera vez estos estados dieron
reconocimiento de jure al carácter multiétnico y pluricultural
de sus poblaciones.1 Este cambio en la ideología oficial se
expresa de manera particular en el uso que se ha venido
aplicando del concepto de “inter-culturalidad” en los campos
de la educación, de la salud y el jurídico. Como mecanismo
discursivo, este concepto sostiene la formación
gubernamental de políticas sociales que tomen en cuenta las
particularidades culturales de sus poblaciones étnicamente
diversas.
2Con todos los avances que se vienen haciendo en la
formación de políticas sociales más equitativas, y a pesar de
la emergencia de un discurso oficial para articular las
ideologías democratizantes en la aplicación de dichas
políticas, la dimensión lingüística sigue siendo sumamente
ambivalente y problemática. Si bien el discurso de la
interculturalidad, apoyado por la nueva letra de la Ley, busca
elevar el estatus de las lenguas indígenas y pro-mocionar su
uso en esferas formales de las cuales antes estaban
relegadas, el ideal de la democratización lingüística es lento
en traducirse en un cambio de actitudes sociales en el ámbito
de la práctica. Los valores negativos muchas veces asociados
con las lenguas originarias siguen formando parte de un
juego de disposiciones culturales que tienden a reforzar la
discriminación social.
 2 Si bien algunos sectores de la sociedad andina han vivido los
procesos de colonización más como op (...)
3Al buscar la explicación de este desencuentro entre la
política y la práctica, identifiqué dos corrientes. En primer
lugar, la explicación puede encontrarse en factores
estructurales arraigados en las sociedades bajo estudio,
legado de los procesos opresivos de colonización en los
cuales han participado todos los sectores desde hace cinco
siglos.2 El hábitus de la colonización (para usar el concepto
de Pierre Bourdieu) socializa a la gente a vivir de acuerdo con
ciertas normas, habituándose al statu quo por generaciones.
En el caso de las sociedades andinas, este hábitus ha estado
en evolución constante debido al mestizaje cultural, proceso
que ha dado lugar a la reestructuración social que caracteriza
las naciones modernas de hoy. El espacio del mestizaje, no
obstante, es un espacio conflictivo que genera ideologías
culturales ambivalentes, como veremos.
4En segundo lugar, la explicación del desencuentro entre las
formulaciones políticas referentes a la planificación
lingüística, por un lado, y las actitudes y prácticas subjetivas
en la base, por el otro lado, se puede buscar en la naturaleza
misma de la lengua. La lengua es una dimensión de la
práctica social particularmente difícil de someter a controles
externos. Esta dificultad se debe explicar, por lo menos en
parte, por el hecho de que la lengua está íntimamente ligada
a nuestra ontología humana, así como también forma parte
de nuestra identidad social. Sin la lengua difícilmente
actuamos como individuos y como miembros de un grupo
cualquiera. Mediante nuestra lengua construimos y
negociamos las relaciones que tenemos con otros, en todo
tipo de interacción social.
5Tal vez por la relación tan orgánica que se establece, entre el
ser humano en la sociedad y la lengua que habla, la lengua de
alguna manera “se pierde de vista”. En la vida diaria, la lengua
suele ser un hecho no cuestionado. La planificación
lingüística, al contrario, involucra volver visible la lengua e
instaurar un proceso metalingüístico de reflexión consciente
sobre ella. En este proceso de reflexión sobre los usos
lingüísticos, los valores entran en juego. Las prácticas de otro
modo “dadas por sentadas” son cuestionadas, y la lengua se
torna en un objeto de polémica donde los intereses muchas
veces opuestos de diversos grupos de hablantes, social y
culturalmente constituidos, entran en juego. En el segundo
capítulo volveremos a este tema de la relación entre lengua y
ontologia.

§1.1 Las ideologías lingüísticas en


los estudios andinos
6A partir de la colonización europea, las lenguas andinas
entraron en concurrencia con el castellano y sufrieron
consecuencias drásticas: perdieron prestigio, retrocedieron
sus funciones sociales, se disminuyeron sus números de
hablantes, y, si es que sobrevivieron, su evolución interna fue
arrestada. La evolución interna de una lengua se relaciona
intrínsecamente con su desarrollo externo, vale decir, con su
vigor social y político, y con las actitudes culturales que
influyen en su destino. En situaciones de colonización
lingüística como la que prevalece en los Andes, la continua
vitalidad (Sichra 2003) de una lengua hace indispensable una
explicación que tome en cuenta el papel de las ideologías
lingüísticas.
7Fueron hombres de iglesia quienes se encargaron de la
documentación de las lenguas indígenas andinas en la época
colonial temprana, y sus labores nos brindan una fuente
indispensable para la historia lingüística: el diccionario y
gramática del fray dominico Domingo de Santo Tomás (1995
[1560]) y el trabajo lexicográfico de los padres jesuitas Diego
González Holguín, para el quechua cuzqueño (González
Holguín 1993 [1608]), y Ludovico Bertonio para el aimara
(Bertonio 1984 [1612]), por citar algunos ejemplos notables.
Otra fuente que destaca para la reconstrucción histórica del
quechua, además del interés de su contenido etnohistórico,
es el llamado “manuscrito de Huarochirí”, siendo la edición de
Taylor (1987) la que presta más atención a su dimensión
lingüística.
8El registro histórico muestra que las ideologías lingüísticas
han preocupado a observadores del Nuevo Mundo desde los
primeros años de la Colonia; un comentario histórico
detenido trasciende los límites de este estudio, por cuanto
remito a los lectores a la compilación de Juan Carlos Godenzzi
(1992) y al trabajo de Bruce Mannheim (1991: 60-79), que
constituyen excelentes puntos de entrada al tema. Lo cierto
es que tanto en el pasado como en el día de hoy, las
ideologías lingüísticas construían campos discursivos
heterogéneos caracterizados por puntos de vista polarizados
entre sí. Fray Domingo de Santo Tomás, por ejemplo,
representaba la perspectiva lascasiana que caracterizaba a su
orden, a juzgar por sus palabras a propósito del quechua:
(...) Lengua pues, Su Majestad, tan polida y abundante, regulada y
encerrada debaxo de las reglas y preceptos de la latina como es
esta (...) no barbara, que quiere decir (segun Quintiliano, y los
demas latinos) llena de barbarismos y de defectos, sin modos,
tiempos, ni casos, ni orden, ni regla, ni concierto, sino muy polida
y delicada que se puede llamar [...]. (De Santo Tomás 1951 [1560],
Prólogo: 10-11, citado por Godenzzi 1992: 23).
 3 Carta al Rey Felipe II, citada por Mannheim 1991: 69, 254, nota
18.

9Fray Domingo se refiere específicamente a la estructura


gramatical de la lengua. En cuanto a su vocabulario, sin
embargo, en la época muchos opinaban que el quechua
carecía de los recursos léxicos para expresar la doctrina
religiosa cristiana, como declaró en 1579 el sacerdote
franciscano Antonio de Zúñiga, por ejemplo: “[...] hay entre
ellos lengua ninguna que sea bastante para declararles los
misterios de nuestra Sancta Fé Católica, por ser todas ellos
muy faltas de vocablos [...]”.3 La obra del mestizo Garcilaso de
la Vega el Inca —hablante nativo del quechua— ofrece una
reflexión sociolingüística bastante desarrollada sobre el uso
del quechua por los hispanohablantes (Garcilaso de la Vega,
el Inca 1966: 681-684). En tiempos modernos, Walter
Mignolo comenta el tema de la colonización lingüística del
Nuevo Mundo desde la perspectiva de los estudios culturales
(1992).
10En el campo de la lingüística moderna, disponemos de
extensas obras de lingüística histórica, descriptiva y
comparativa referentes a las lenguas andinas y sus variedades
dialectales. Me refiero, por ejemplo, a los trabajos sobre la
dialectología quechua de Alfredo Torero (1964, 1974), Gary
Parker (1963), Rodolfo Cerrón-Palomino (1987), Gerald Taylor
(1984) y Willem Adelaar (1977), y sobre relaciones históricas
entre lenguas y familias lingüísticas de Torero (2002) y
Adelaar y Muysken (2004). Con respecto a las lenguas aru
contamos, por ejemplo, con Liliane Porterie (1988), Lucy
Briggs (1993) y Rodolfo Cerrón-Palomino (2000) sobre el
aimara, y con Martha Hardman sobre la gramática jaqaru
(1966). En los estudios descriptivos algunos autores se
muestran conscientes de las fuerzas ideológicas que influyen
en los modos de hablar, reproducir y archivar las lenguas
como organismos vivos (Cerrón-Palomino 2003; Torero
1974). Sin embargo, la dimensión ideológica no es una
preocupación específica en tal tipo de estudio.
 4 Utta vori Gleich, comunicación personal 2005. Para publicaciones
seleccionadas relativas al tema v (...)

 5 Cerrón-Palomino 1976a, 1976b; Coombs et al. 1976a, 1976b;


Cusihuamán 1976a, 1976b; Parker 1976; Pa (...)

11El tema de las ideologías tiene su lugar natural en la


investigación sociolingüística. El lingüista peruano Alberto
Escobar abrió el camino, sobra la base de proyectos de
lingüística aplicada en colaboración con Inés Pozzi Escot y
Wolfgang Wölck, que se plasmaron en su obra sobre la
relación entre lengua y discriminación social en América
Latina (Escobar, Alberto 1972a). El programa “Bilingüismo
Quechua Castellano” que se llevó a cabo en ese contexto tenía
entre otros objetivos la recopilación de información sobre
ideologías populares entre hablantes de quechua y castellano,
con temas como: uso de los idiomas, valoración de las
variedades, identidades y actitudes lingüísticas.4 La década de
los años setenta en el Perú vio políticas lingüísticas de Estado
progresistas. Al final del gobierno militar de Velasco Alvarado
se oficializó el quechua mediante el Decreto Ley 21156 del 27
de mayo de 1975 y, en el mismo año, el Instituto de Estudios
Peruanos bajo la dirección del antropólogo José Matos Mar
publicó las primeras gramáticas y diccionarios
sistemáticamente compilados de los principales grupos
dialectales de la lengua.5
 6 Allpanchis 1987, N° 29/30 Año XIX.
12El compromiso de Escobar durante ese período se vio
además demostrado con la publicación de una compilación de
ensayos dedicados al multilingüismo en el Perú (Escobar,
Alberto 1972b). De similar importancia es la edición especial
de la revista Allpanchis dedicada al tema “Lengua, nación y
mundo andino”.6 Nancy Hornberger enfoca las ideologías
lingüísticas en Puno sobre la base de su experiencia con el
proyecto de educación bilingüe implementado en esa zona en
los años ochenta (Hornberger 1988b), y Eva Gugenberger
(1995) estudia las actitudes lingüísticas en contextos
bilingües de Arequipa. Para Bolivia, Xavier Albó examina los
rasgos formales del contacto quechua-español y la variación
sociolingüística en la ciudad de Cochabamba (Albó 1974). El
libro de Inge Sichra sobre lengua y sociedad en dos provincias
de Cochabamba en los años ochenta es otro aporte valioso al
tema (Sichra 2003). El trabajo de Marleen Haboud sobre
contacto quechua-español en la sierra ecuatoriana, basado en
extensivas encuestas, también se orienta hacia las ideologías
lingüísticas (Haboud 1998, 2004). En cuanto a la
sociolingüística y etnolingüística aimara contamos con las
publicaciones de Martha Hardman (1981, 1988) y numerosos
trabajos en el campo de la antropología lingüística de Denise
Arnold y Juan de Dios Yapita (p. ej. Arnold et al. 1992).
13Referente al período histórico, Bruce Mannheim incluye un
análisis del colonialismo lingüístico y la hegemonía cultural,
en su trabajo sobre la lingüística histórica quechua del sur
peruano (Mannheim 1991: 61-109). Un tomo de Juan Carlos
Godenzzi (1992) contiene ensayos acerca de las ideologías y
políticas lingüísticas relacionadas al quechua tanto del
periodo histórico como el moderno. La recopilación de César
Itier brinda una contribución importante a nuestro
conocimiento de las políticas lingüísticas en el período crítico
del siglo XVIII (Itier 1995).
14Los estudios antropológicos que enfocan los problemas de
identidad en las sociedades andinas no suelen colocar el tema
de la lengua en el primer plano. La etnografía del bilingüismo
en el sur del Perú realizada por Penelope Harvey (1987, 2002)
y el estudio etnográfico de una escuela normal aimara en
Bolivia de Aurolyn Luyxk (1999) constituyen excepciones
importantes. También lo es el análisis etnográfico de la
implementación de la Reforma Educativa Boliviana de Arnold y
Yapita (Arnold y Yapita 2000).

§1.2 El panorama sociolingüístico


andino en cifras
15A lo largo de su historia colonial y poscolonial, las lenguas
andinas han vivido una situación de diglosia conflictiva con
relación al castellano. Esto significa que el quechua ha estado
socialmente relegado a esferas de actividad informales y el
español ha sido de jure y de facto la lengua oficial en cada
uno de los países quechuahablantes. Sin embargo, esta
situación ha venido cambiando desde comienzos de los años
noventa. El quechua ya tiene presencia en la esfera educativa
y está ganando espacios públicos en la política y los medios.
El estigma asociado con hablar una lengua indígena se va
atenuando poco a poco. Si bien son lentos en producirse, hay
cambios más o menos avanzados en las actitudes sociales
según el país, la localidad y el contexto.
16A pesar de esta situación aparentemente promisoria,
también existen evidencias poco optimistas con respecto a la
vitalidad lingüística del quechua en los Andes (Chirinos
1999a). En una publicación reciente, King y Hornberger
(2004) proponen que las lenguas quechuas deben
considerarse como lenguas amenazadas. La calificación se
justifica, a pesar de que se estima que la familia quechua
cuenta, como mínimo, con ocho millones de hablantes en la
actualidad. Pese a las cifras, se anunciaría un futuro poco
optimista para las lenguas quechuas debido a varios factores,
por mencionar algunos: la baja tasa de transmisión
intergeneracional de la lengua; las actitudes sociales contra el
quechua; un alto nivel de fragmentación dialectal; y patrones
complejos de dispersión geográfica de los dialectos. Los dos
últimos factores están ligados y dificultan una planificación
lingüística estandarizada para toda el área quechuahablante
(King y Hornberger 2004: 10; cf. Adelaar 1999).
 7 Siguiendo las convenciones ortográficas en los países respectivos,
escribo “quichua” para el Ecuad (...)

17Cuando se trata de estimar el número de hablantes del


quechua en el Ecuador y del quechua en el Perú y Bolivia,7 es
evidente la dificultad de dar cifras que no sean simples
aproximaciones; las razones tienen que ver, por un lado, con
el hecho de que las actitudes sociales influyen en las
respuestas a las preguntas de los censos sobre los usos
idiomáticos. En el caso de los migrantes urbanos, habría aún
cierta tendencia a esconder el hecho que se sabe la lengua
por la presión social hacia la hispanización en la ciudad
(Cerrón-Palomino 1987: 75; King y Hornberger 2004). Por
otro lado, las estadísticas no toman siempre en cuenta el
grado de bilingüismo de los encuestados, lo que distorsiona
las cifras así obtenidas.
18En el cuadro 1.1 doy una estimación del número total de
hablantes del quechua basada en los censos nacionales
accesibles más recientes:
Cuadro 1.1. POBLACIONES QUECHUA-HABLANTES POR PAÍS

Aumentar Original (jpeg, 154k)

19En cuanto al número aproximado de hablantes de aimara,


juntando datos que se tiene para Bolivia y Perú, se suma a un
total de 2.044.388 personas, de acuerdo con Cerrón-
Palomino (2000: 70). A continuación, presento el panorama
sociolingüístico en más detalle para cada país.

§1.2.1 El panorama sociolingüístico en


cifras: el caso del Ecuador
 8 Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador. El listado
de siglas utilizadas aparece en (...)

 9 Dirección Nacional de Educación Indígena Intercultural Bilingüe; su


nombre fue cambiado posteriorm (...)

20En el Ecuador, los censos estatales aplicados antes del año


1990 no incluían preguntas sobre las lenguas habladas por la
población. En 1988 la CONAIE8 llevó a cabo su propio censo,
motivado por la fundación de la DINEIIB9 en el mismo año y la
necesidad de cifras que apoyaran sus demandas de un
sistema de Educación Intercultural Bilingüe. Este censo
“étnico” encontró que un 30% de la población nacional se
reconocía como indígena, y registró en la sierra a dos
millones de quichuahablantes (Haboud 1998: 41). Sin
embargo, es preciso apreciar estas cifras en relación con la
coyuntura y reconocer que el censo en cuestión tuvo una
motivación política. El censo de 2001 arroja un total de
499.392 quichuahablantes en el país, cifra que bien puede ser
conservadora.

§1.2.2 El panorama sociolingüístico en


cifras: el caso del Perú
 10 Véase en Chirinos (2001) información lingüística más detallada.

21Para el Perú me refiero a los datos del último censo de


1993, pues ofrecen información muy precisa sobre el número
de hablantes de castellano, quechua y aimara en los distritos
y provincias donde llevé a cabo la investigación. Esta
información incluye algunos porcentajes de interés para
apreciar la composición cultural-lingüística de los grupos
estudiados (véase cuadro 1.2).10
CUADRO 1.2. EL ESCENARIO SOCIOLINGÜÍSTICO PERUANO.
NÚMERO DE HABLANTES POR IDIOMA ENTRE CENSADOS MAYORES
DE 5 AÑOS DE EDAD

Aumentar Original (jpeg, 130k)

Fuente: IX Censo de Población y IV de Vivienda, 1993


(http://www.inei.gob.pe, 1 de mayo de 2004).

CUADRO 1.3. NÚMERO DE HABLANTES POR LENGUA EN BOLIVIA.


BILINGÜES Y MULTILINGÜES MAYORES DE 6 AÑOS DE EDAD
Aumentar Original (jpeg, 162k)

Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda 1992 (República


de Bolivia 1993).

CUADRO 1.4. NÚMERO DE HABLANTES POR LENGUA EN BOLIVIA.


MONOLINGÜES MAYORES DE 6 ANOS DE EDAD

Aumentar Original (jpeg, 145k)

Fuentes: Censo Nacional de Poblacion y Vivienda 1992 (Republica


de Bolivia 1993)

§1.2.3 El panorama sociolingüístico en


cifras: el caso de Bolivia
22El Censo de población y vivienda de Bolivia de 1992 provee
cifras sobre la distribución de las lenguas entre la población
por departamentos, teniendo en cuenta las variables de
bilingüismo y monolingüismo (República de Bolivia 1993: 36-
38). Estas cifras y otras informaciones sociolingüísticas
proporcionadas por el censo han permitido a Xavier Albó
establecer un diagnóstico detallado para ser utilizado en la
planificación de la EIB (Albó 1995). En los cuadros 1.3 y 1.4
presento los indicadores sociolingüísticos para personas
mayores de seis años de edad, bilingües o multilingües y
monolingües, respectivamente.
23Lo más llamativo de este panorama es el hecho de que en
Bolivia menos de 50% de la población sea monolingüe en
castellano. Pese a todo, solamente en 1994 se reconoce por
primera vez, con la Ley de Reforma Educativa, la profunda
heterogeneidad lingüística del Estado. Luego, con el Decreto
Supremo 25894 del 11 de septiembre del 2000, se reconoce
la mayoría de las lenguas originarias de Bolivia como
cooficiales (Albó 2002: 37).

§1.3 El contexto político-educativo


24A partir de la década de los años setenta, se han venido
desarrollando políticas de planificación lingüística tanto en el
Ecuador como en Perú y Bolivia, aplicadas a la oferta
educativa para poblaciones de habla indígena (López y Moya
1989). Este proceso ha involucrado a múltiples actores:
ministerios, instituciones de educación básica, secundaria y
superior, ONG, organizaciones misioneras, organizaciones
indígenas, agencias de desarrollo técnico extranjeras y
organismos financieros multinacionales —grupos cuyos
intereses coincidían unas veces y estaban en conflicto en
otras. En la primera mitad del período, mientras el Perú y
Bolivia coordinaban decisiones tales como el alfabeto
unificado para el quechua y el aimara, el Ecuador seguía un
camino autónomo.
25En el cuadro 1.5 ofrezco una cronología comparativa de los
pasos claves en el camino hacia la oficialización de la EIB en
cada país en lo que concierne a las iniciativas estatales. Se
nota un desfase entre sus trayectorias respectivas, debido a
factores coyunturales. En los años setenta, en el Ecuador y
Bolivia, mientras los programas educativos para los indígenas
estaban en manos de las organizaciones misioneras, en el
Perú el Estado estaba en la vanguardia. Durante el período de
conflicto interno de los ochenta la situación en el Perú se
estancó, mientras en el Ecuador hubo avances, impulsados
por el peso creciente del movimiento indígena. En los
noventa, Bolivia conoce una coyuntura reformista y el 7 de
julio del 1994 aprueba la Ley N° 1565 de Reforma Educativa,
que provee el marco para la aplicación oficial de la EIB en ese
país.
CUADRO 1.5. CRONOLOGÍA COMPARATIVA DE LA HISTORIA
SOCIOPOLÍTICA-EDUCATIVA ESTATAL: ECUADOR, PERÚ, BOLIVIA
(1970-1990)
Aumentar Original (jpeg, 663k)
Aumentar Original (jpeg, 736k)

Fuente; elaboración de la autora.

 11 Ecuador: La Constitución Política, reformada en 1998, reconoce en


el Artículo 1 su carácter pluric (...)
26De hecho, en los noventa los tres países alcanzan igualdad
de condiciones en cuanto a la actividad reformista. Se ratifica
el Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del
Trabajo) por la defensa de los derechos indígenas y se
reforma la Constitución del Estado. La reforma constitucional
en los tres casos tiene en común el reconocimiento de un
estado pluricultural (Van Cott 2002: 47).11 Sin embargo, el
estatus legal de las lenguas indígenas se declara oficial sólo
“en los territorios indígenas” en el caso del Perú y del
Ecuador; en Bolivia no se otorga dicho estatus. En el Perú en
2003 se aprueba en el Congreso la “Ley de Lenguas”, aunque
falta la oficialización incondicional de las lenguas autóctonas,
declaradas “idiomas oficiales, en las zonas donde
predominen” (COPPIP, 31 de octubre de 2003).
27En los capítulos VI y VII haré referencia detallada a esta
cronología. Comentaré en particular la distancia ideológica
que separa el discurso oficial de la planificación lingüística y
las actitudes de los grupos e individuos involucrados en su
implementación y recepción.

§1.4 Los sitios de estudio


28Presento a continuación los sitios de estudio por orden
geográfico, de norte a sur y siguiendo la división geopolítica
por países. Este orden no representa exactamente el que
seguí al llevar a cabo la encuesta: para ésta, comencé en el
Ecuador, luego pasé por Cuzco y Bolivia, para terminar la
investigación en Huánuco (véase el mapa).

§1.4.1 Ecuador: Cañar


 12 A 3.110 msnm; 4°S y 77° 3Ό. La provincia de Cañar tenía una
población de 189.347 en 1990 (incremen (...)
29La ciudad de Cañar, capital del cantón del mismo nombre,
se ubica en la sierra central del Ecuador.12 El territorio de la
provincia se extiende desde las alturas de Ingapirca hasta las
tierras bajas en dirección a la costa. La investigación se
efectuó en la ciudad misma, de población blanco-mestiza, y
en algunas comunidades indígenas. La comunidad de
Quilloac, parroquia Cañar, donde se ubica el Instituto
Pedagógico Intercultural Bilingüe (IPIB “Quilloac”), fue el
centro principal del estudio entre la población indígena.
También visité las comunidades de Sisid, situada en los altos
de la parroquia Cañar, y Collauco y Laurel, ubicadas en la
parroquia Suscal, más abajo.
Aumentar Original (jpeg, 740k)

30En épocas prehispánicas, los indígenas cañaris ocupaban


un territorio que se extendía desde Alausí (provincia de
Chimborazo) hasta la cuenca del río Jubones en la provincia
de Loja. Antes de la llegada de los españoles, los cañaris ya
habían sido diezmados a manos de las tropas de Atahuallpa,
que tomó la revancha contra los cañaris por haber apoyado a
Huáscar en el conflicto que sucedió a la muerte de Huayna
Cápac. Bajo el régimen incaico, muchos cañaris fueron
desplazados hacia los actuales Perú y Bolivia, y su territorio
fue repoblado en parte por mitimaes, venidos también del
sur. Aunque, como lo indica Hirschkind (1995), los cañaris de
hoy no pueden considerarse descendientes directos de los
cañaris prehispánicos, guardan empero un sentido de
identidad étnica distintiva, manifestándola en rasgos
materiales como la indumentaria y la música, y rasgos
lingüísticos como una fonología y un léxico quichuas que
conservan no pocos elementos de sustrato de la antigua
lengua cañari (Cordero Palacios 1981, Howard 2003).
 13 Haboud da la misma designación a los indígenas de la provincia
de Imbabura, a diferencia de la cat (...)

31En las zonas rurales de Cañar en la actualidad vive una


población indígena del tipo que Haboud llama “bilingüe-
étnico” (Haboud 1998:119).13 De acuerdo con Zamosc, un
48,25% de la población total del cantón vive en áreas que
llama “de predominio étnico”; de la población rural del cantón
se estima que un 88,44% vive en áreas de predominio “étnico”
(Zamosc 1995: 81). Esta última cifra refleja la tajante
separación física que existe en Cañar entre la población
mestiza, que ocupa el centro urbano, y la indígena, que vive
en parroquias y comunidades de la zona rural. En su
momento veremos las repercusiones en el campo de las
ideologías lingüísticas de este divisionismo entre indígena y
mestizo algo típico del Cañar. En la provincia de Cañar
también existe una importante población campesina no
indígena. Se trata del grupo denominado “chazos”, que en la
nomenclatura local se traduce por “campesinos blancos”. El
censo de 2001 arroja un total de 17.198 hablantes de
quichua para el cantón Cañar.
32Radiqué en Cañar entre noviembre del año 1998 hasta
febrero del año 1999, y allí conté con el apoyo del personal
del IPIB “Quilloac”, del DIPEIB-Cañar (Dirección Provincial de
Educación Intercultural Bilingüe) y de la UPCCC (Unión
Provincial de Cooperativas Campesinas del Cañar), quienes se
ptestaron a conversar conmigo y a organizar talleres y charlas
en las cuales llegué a dialogar con personas involucradas en
la EBI en esta provincia —alumnos, educadores y
administradores. Además, estando alojada en el Hotel
Ingapirca en pleno centro de la ciudad, tuve oportunidades de
hablar con la gente del lugar, y de visitar otros
establecimientos educativos tales como la Universidad de
Cañar.

§1.4.2 Perú: Cuzco y Huánuco


§1.4.2.1 Perú: la ciudad del Cuzco
 14 Ubicada a 3.350 msnm; 13.52°S y 71.99° O; población de la
ciudad 93.187 en 2004 (www.peruinfo.com)

33La historia de la ciudad del Cuzco,14 ubicada en la sierra


sur peruana, está ampliamente documentada por
historiadores sociales, etnohistoriadores, antropólogos y
arqueólogos (Pease 1976, Zuidema 1990, Tamayo Herrera
1992). Aquí interesa subrayar que la historia colonial y
poscolonial de la ciudad está íntimamente asociada con la
imagen que sus habitantes se hacen de la lengua quechua. De
cierta manera, investigar las ideologías lingüísticas en la
ciudad del Cuzco es llegar, en el plano semiótico, a la médula
de la identidad histórica de sus pobladores. Esta identidad,
sin embargo, no es homogénea y varía de acuerdo con la
posición social de las personas. Aquí los dialectos del
quechua se distinguen no solamente según criterios
geográficos, sino también de acuerdo con criterios sociales.
 15 Estas instituciones son en su mayoría ONG designadas “entes
ejecutores” de la EBI por el Ministeri (...)

34El Cuzco comparte con las ciudades de Huánuco y


Cochabamba el hecho de tener una Academia de la Lengua
Quechua, cuyos miembros constituyen
una intelligentsia urbana bilingüe que se dedica a la
promoción del idioma a través de canales literarios,
académicos y mediáticos. Por otra parte, la ciudad del Cuzco
cuenta con la presencia de profesionales bilingües del campo
de la Educación Bilingüe Intercultural (EBI), involucrados en
instituciones de capacitación docente.15 Por su formación,
este grupo aplica criterios en la planificación lingüística que
divergen de los aplicados por los de la Academia de la Lengua
Quechua. La razón de esta divergencia va más allá de lo
lingüístico; constituye un fenómeno de orden sociopolitico
cuyo análisis me ocupará especialmente en el capítulo VI.
35En Cuzco también me hospedé en el centro urbano donde
conté con el apoyo de varios organismos, particularmente el
Colegio Andino del Centro Bartolomé de las Casas, el CADEP,
la escuela Pukllasunchis, y la Academia Mayor de la Lengua
Quechua del Qosqo.

§1.4.2.2 Perú: la provincia de Chumbivilcas


 16 Cuenta con ocho distritos: Ccapacmarca, Colquemarca, Livitaca,
Chamaca, Llusco, Quiñota, Velille y (...)
36La provincia Chumbivilcas se ubica en el sudoeste del
departamento del Cuzco a unos 240 km de la capital. Con un
territorio que se extiende entre los 2.500 y los 5.438 msnm,
la provincia es conocida por la crianza de caballos, como
también por la práctica del abigeo, y por su danza y música
folclóricas tradicionales (CADEP 1998, Poole 1994,
Valderrama y Escalante, 1992).16
 17 Entre 1988 y 1990 los distritos de Quiñota y Llusco, donde llevé a
cabo las entrevistas, fueron fo (...)

37En la actualidad, la provincia muestra un bajo nivel de vida


en comparación con el resto del departamento, debido a su
aislamiento. La población sufrió fuertemente la violencia
política durante el período de Sendero Luminoso.17 En esta
provincia existe un alto porcentaje de quechuahablantes con
respecto a la población total, y la tasa de monolingüismo
quechua es una de las más altas del país (Chirinos 1999a).
Este rasgo se correlaciona con el aislamiento geográfico y el
bajo grado de desarrollo urbano en la provincia. En el cuadro
1.6 se muestra en cifras el panorama sociolingüístico de las
zonas del departamento del Cuzco incluidas en el estudio.
Los porcentajes se calcularon con referencia al total de
personas mayores de 5 años, hablantes de castellano y
quechua.
38Las cifras que utilizo abarcan las zonas rurales y urbanas. El
censo peruano no da tasas diferenciadas para el
monolingüismo y el bilingüismo. El porcentaje elevado de
hablantes del castellano en la provincia del Cuzco (comparado
con Chumbivilcas) se puede atribuir al grado de urbanización
en la provincia y a la inclusión de la capital departamental. Lo
que resalta en el caso de la provincia de Chumbivilcas es la
alta tasa de quechuahablantes. En los distritos donde conduje
las entrevistas, se acerca al 100% de la población.
CUADRO 1.6. EL PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO EN LAS ZONAS
INVESTIGADAS EN EL DEPARTAMENTO DEL CUZCO. NÚMERO DE
HABLANTES POR IDIOMA ENTRE CENSADOS MAYORES DE 5 AÑOS
DE EDAD

Aumentar Original (jpeg, 186k)

Fuente: IX Censo de Población y IV de Vivienda, 1993.


(http://www.inei.gob.pe, 1 de mayo de 2004).

 18 El proyecto tenia como objetivo la capacitación a través de una


serie de centros ubicados en las c (...)

39Para la investigación en Chumbivilcas, acompañé a un


equipo de desarrollo rural del Centro Andino de Educación y
Promoción “José María Arguedas” (CADEP) de la ciudad de
Cuzco.18 Nos establecimos durante una semana en Quiñota,
ubicado a unas diez horas en jeep hacia el sudoeste de la
ciudad de Cuzco, y de donde salimos a las comunidades en
vehículo o a pie donde el terreno no permitía el acceso
motorizado.

§1.4.2.3 Perú: la ciudad de Huánuco


 19 Huánuco está situada a 1.849 msnm; 9.92°S y 76.21°O;
población 118.800 habitantes en el año 1993 ( (...)
40La ciudad de Huánuco, capital departamental, disfruta de
un clima subtropical y es predominantemente
castellanohablante.19 Muy poco se escucha el quechua en sus
calles, a no ser que sea en boca de los campesinos que bajan
a los mercados desde las alturas. Sin embargo, un sector de la
clase media de Huánuco promociona la lengua a través de la
Academia de la Lengua Quechua, y el quechua se enseña de
manera limitada en la Universidad de León de Huánuco.

§1.4.2.4 Perú: el distrito de Tantamayo


 20 A este equipo, dirigido por Elisabeth Bonnier y Catherine
Rozenberg, debo el inicio de mis activid (...)

41El distrito de Tantamayo se encuentra a una altura de 3.380


msnm, en el oeste de la provincia de Huamalíes,
departamento de Huánuco, en la margen derecha del río
Marañón, donde hace frontera con el departamento de
Ancash. El valle de Tantamayo fue ocupado por una población
preincaica que muchos etnohistoriadores identifican con los
Yarowillcas (Varallanos 1959). Estudios arqueológicos
iniciados por Bertrand Flornoy en los años cuarenta
continuaron a comienzos de los ochenta a cargo de un equipo
francés auspiciado por el Instituto Francés de Estudios
Andinos (IFEA) en Lima.20 La historia oral de Tantamayo rinde
su propia versión del pasado preincaico, incaico y colonial de
la zona (Howard-Malverde 1990, 1999).
 21 Véase Chirinos (1999a) y Howard (2004) sobre el desplazamiento
lingüístico en Ancash y Huánuco.

42Al regresar a Tantamayo en 1999 después de quince años


(véase Prefacio) constaté un nivel impresionante de abandono
del quechua. Este abandono se debe atribuir a la migración
urbana producida durante la década de los ochenta, ligada a
un cambio en las actitudes lingüísticas, que ha hecho que los
mismos campesinos, ayudados por mejoras en la oferta
educativa, exclusivamente hispanizante, buscan no transmitir
la lengua originaria a sus hijos.21
 22 Dos personas de Coyllarbamba figuran en la lista de
desaparecidos publicada en Internet por la Com (...)

43Los cambios en el clima sociocultural de Tantamayo en lo


que se refiere a los usos lingüísticos se deben también al
impacto de las incursiones de Sendero Luminoso en el valle a
partir de 1984. Al respecto, la experiencia político-histórica
reciente de la población tantamayina debe compararse con la
de Quiñota y Llusco (Chumbivilcas). Tanto el pueblo de
Tantamayo como las comunidades de Pariarca y Coyllarbamba
—donde llevé a cabo las entrevistas en 1999— habían sufrido
la pérdida de vidas humanas, y muchas personas con quienes
conversé expresaron el trauma producido por ejecuciones
públicas o la desaparición de familiares.22
Cuadro 1.7. EL CONTEXTO SOCIOLINGÜÍSTIGO DEL DISTRITO DE
TANTAMAYO. NÚMERO DE HABLANTES POR IDIOMA ENTRE
CENSADOS MAYORES DE 5 AÑOS DE EDAD

Aumentar Original (jpeg, 210k)

Fuente: IΧ Censo de Población y IV de Vivienda, 1993


(http://www.inei.gob.pe, 1 de mayo de 2004).

44Existe una variación dialectal considerable en el quechua


hablado en el departamento de Huánuco (Weber et al. 1997).
El quechua del valle de Tantamayo se aproxima al llamado
“Quechua de Conchucos” siguiendo la clasificación de Torero
(1974). En el cuadro 1.7 reproduzco los indicadores
sociolingüísticos para contextualizar el distrito con relación a
la provincia y al departamento.
45Mientras el porcentaje de hablantes del quechua a nivel
provincial es proporcionalmente mayor que el porcentaje de
castellano-hablantes, en el mismo distrito de Tantamayo las
dos lenguas se encuentran equilibradamente repartidas (en
una proporción casi de 50/50). Estas cifras no reflejan el
número de hablantes de cada lengua en el pueblo de
Tantamayo, donde prevalece el bilingüismo. Tampoco
disponemos de indicadores sociolingüísticos para la época
anterior a los años ochenta. En Tantamayo me alojé con la
familia de Eliseo Márquez y su esposa Carmen Ramírez,
amigos desde los años ochenta cuando había llegado al
pueblo por primera vez.

§1.4.3 Bolivia: Cochabamba y Charcas


46En Bolivia se escogió para el estudio dos sitios distintos,
pero a la vez relacionados por lazos sociales y comerciales: (i)
la ciudad de Cochabamba, capital del departamento del
mismo nombre; (ii) el cantón de San Pedro de Buenavista,
capital de la provincia de Charcas, departamento de Potosí,
que forma parte de la zona conocida como “Norte de Potosí”.

§1.4.3.1 La ciudad de Cochabamba


 23 Ubicada a 2.300 msnm; 17°S y 66°0.

 24 El trabajo de Albó fue precedido por el de Yolanda Lastra sobre la


sintaxis del quechua cochabambi (...)
47La ciudad de Cochabamba, con su población de más de
medio millón de habitantes, es la terceta ciudad de Bolivia. El
departamento está situado en valles templados colonizados
por los incas y goza hoy en día de una vigorosa economía
agrícola de mercado.23 En este medio predomina el
bilingüismo castellano-quechua y, especialmente en las zonas
urbanas, una forma mezclada de las dos lenguas denominada
“quechuañol”. El trabajo ya mencionado de Xavier Albó
(1974), basado en un estudio de campo que condujo a fines
de los años sesenta, enfoca el impacto sociolingüístico de los
cambios estructurales que siguieron a la Reforma Agraria de
1953.24 Estos cambios resultaron del éxodo del campo de las
clases blanco-mestizas terratenientes, con la consiguiente
disminuición del bilingüismo castellano-quechua en el
campo, bilingüismo anteriormente generado en el ámbito de
la hacienda (Albó 1974: 65). Por otro lado, el aumento del
contacto entre Cochabamba y pueblos provincianos tales
como Punata y Quillacollo, debido a su mayor participación en
el mercado como ttanspottistas y cometciantes, llevó a las
clases medias de dichos pueblos a cultivar el bilingüismo en
su calidad de intermediarios entre el campo y la ciudad (Albó
1974: 66). Es notable que todos los profesionales bilingües
que entrevisté en 1999, y que ya llevan muchos años en la
ciudad de Cochabamba, tengan sus raíces en el pueblo de
Punata.
CUADRO 1.8. IDIOMAS HABLADOS EN CERCADO. (CIUDAD DE
COCHARAMRA)
Aumentar Original (jpeg, 200k)

Fuente: Sichra 2005.

48El cuadro 1.8, adaptado del trabajo de Inge Sichra (2005),


muestra la distribución de los idiomas en la ciudad de
Cochabamba (distrito Cercado) y su evolución entre 1992 y
2001.
49Entre los dos censos se revela una disminución en el
número de quechuahablantes con un incremento correlativo
en la tasa de hispanohablantes. Un fenómeno interesante es
el incremento de casi el 25% en el número de aimarahablantes
en esta ciudad tradicionalmente quechua y
castellanohablante; este fenómeno se debe al flujo migratorio
desde el altiplano hacia los valles por razones económicas
durante la década de los noventa. El caso de Cochabamba
ofrece un buen ejemplo del quechua como lengua urbana y
no solamente asociada con el medio rural. En este lugar
encontré el apoyo de los colegas del PROEIB-ANDES, del
CENDA, y de la Academia de la Lengua Quechua. A
continuación pasamos al caso de la zona rural del cantón San
Pedro de Buenavista.

§1.4.3.2 Cantón San Pedro de Buenavista,


provincia Charcas
 25 Ubicado a 2.800 msnm; 18°S y 66°O.
50San Pedro de Buenavista fue fundado como pueblo de
“reducción” en el siglo XVI bajo las reformas
toledanas.25 Sufrió el éxodo de su población urbana
terrateniente después de la Reforma Agraria ya comentada; en
1992 registraba una población de 759 adultos. Hoy en día, su
población crece nuevamente por el flujo migratorio desde el
campo. Para asuntos administrativos, los sanpedreños acuden
a la ciudad de Potosí, su capital departamental. Sin embargo,
la ubicación geográfica del Norte de Potosí ha hecho que se
creen redes sociales y económicas más densas con las
ciudades de Oruro, La Paz y Cochabamba, que con la ciudad
de Potosí —redes establecidas a través de la migración. En los
últimos años, la carretera entre Cochabamba y San Pedro ha
sido mejorada y existe un servicio regular de buses. Sin
embargo, a pesar de las mejoras en la infraestructura, la zona
está aislada de las ciudades por su topografía accidentada. A
esto se atribuye también la supervivencia en todo el norte de
Potosí de una cultura indígena vigorosa, por lo menos hasta
mediados de la década de los noventa.
CUADRO 1.9. DISTRIBUCIÓN DE LENGUAS EN EL DEPARTAMENTO
DE POTOSÍ

Aumentar Original (jpeg, 83k)

Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda 1992 (República


de Bolivia 1993)].

 26http://www.ine.gov.bo/PDF/PUBLICACIONES/Censo_2001/Distribu
cionPoblacion/ Potosied.pdf. Nótese que (...)
51La provincia de Charcas registró una población de 38.174
habitantes en 1992, todos ubicados en el “área rural”, de
acuerdo con los criterios aplicados por el Censo de
2001.26 Aquí, como en todo el norte de Potosí, se habla
castellano, quechua y aimara. Conforme al patrón que se
reproducía históricamente en todo el sur de los Andes, el
aimara es la lengua de los pastores del altiplano y el quechua
la de los agricultores de los valles. El modo de organización
social tradicional de los ayllus creó lazos socioeconómicos y
de parentesco entre los núcleos familiares radicados en las
dos zonas ecológicas, que a su turno generaron el
bilingüismo quechua-aimara dentro de las redes sociales
extendidas (Hosokawa 1980, Harris y Albó 1986 y Howard-
Malverde 1995).
 27 Entre los factores que iniciaron estos cambios, cabe mencionar la
Reforma Agraria, el ascenso de l (...)

 28 La disminución de la vitalidad del aimara en el norte de Potosí


contrasta con la situación de esta (...)

52Hoy en día, los cambios sociales y económicos producidos


después de los años cincuenta han resultado en el
desplazamiento del aimara en favor del quechua entre la
población campesina, aunque el bilingüismo quechua-aimara
persiste en las generaciones mayores.27 Al estudiar la
transmisión intergeneracional de las lenguas en el cantón
Phanakachi, Hosokawa (1980) identificó la tendencia
siguiente: la generación de los abuelos solía ser monolingüe
aimara o bilingüe aimara-quechua; la generación de los
padres solía ser bilingüe quechua-castellano o trilingüe con
aimara; entre los jóvenes había una marcada tendencia hacia
la castellanización. En resumen, el aimara estaba siendo
desplazado rápidamente por el quechua y éste, a su vez, por
el castellano. El proceso continúa hoy en día.28 En el cantón
San Pedro, el aimara se habla todavía en las comunidades de
la orilla occidental del río del mismo nombre; el trilingüismo
quechua-aimara-castellano suele darse más entre hombres
que entre mujeres (Albo 1976 y Howard-Malverde 1995).
53En los centros urbanos de población mestiza como San
Pedro de Buenavista, se encuentra un bilingüismo castellano-
quechua estable y un alto nivel de lealtad lingüística hacia el
quechua. Los indicadores socio-lingüísticos para el
departamento de Potosí (cuadro 1.9) evocan la vitalidad del
quechua con respecto a las tasas nacionales. Asimismo, se
puede apreciar el grado relativamente bajo de monolingüismo
castellano, como también de monolingüismo aimara, por las
razones ya mencionadas.

§1.5 Resumen de los rasgos


comparativos principales de los
grupos seleccionados
54Para ir delineando el marco comparativo de este libro,
recapitulemos los rasgos esenciales de los grupos escogidos
para el estudio. En primer lugar, su variada ubicación
geográfica se puede considerar en términos de la historia
lingüística. Desde esta perspectiva, el departamento de
Huánuco como zona de quechua I constituye el área de mayor
profundidad temporal de esta lengua. Como lo ha
demostrado Alfredo Torero (1964, 1974), los dialectos del
quechua I tienen una distancia glotocronológica alejada del
conjunto de variedades del quechua II, habladas éstas en el
sur peruano, Bolivia y el Ecuador. Asimismo, en esta zona del
Perú central no habría un substrato prequechua. Al contrario,
el quechua IIC hablado en Cuzco y Bolivia manifiesta una
influencia aimara a todo nivel, más claramente en su
estructura fonológica. El aimara coexiste con el quechua
como lengua viva en el norte de Potosí mientras persiste
como substrato en la toponimia y otros campos lexicales en
las provincias de Cuzco y Chumbivilcas. En el caso del
quechua IIB de Cañar, también tenemos evidencias de un
substrato prequechua, por los rasgos léxicos y fonémicos de
este dialecto que se pueden atribuir al cañari.
55El contacto quechua-castellano existe en diferentes
medidas en los sitios investigados, siendo más arraigado en
los centros urbanos. Tanto San Pedro de Buenavista como
Tantamayo son pequeños centros municipales con una
población mestiza bilingüe. Sin embargo, a diferencia de San
Pedro, en Tantamayo se ha acelerado el proceso de abandono
de la lengua indígena en los últimos veinte años. En ciudades
como Cuzco y Cochabamba el bilingüismo se encuentra en
capas sociales diferenciadas: por un lado, entre los
descendientes de la clase terrateniente que adquirió el
quechua como segunda lengua en la época de las haciendas;
y por otro lado, entre los inmigrantes campesinos que ya
constituyen el sector comercial de la ciudad. En el caso de
Cochabamba el bilingüismo ha dado lugar al llamado que-
chuañol —una forma mezclada de las dos lenguas que ha
jugado un papel en la construcción de nuevas identidades
urbanas híbridas.
56El escenario de Cañar presenta algunas diferencias con
respecto a los demás. A diferencia de Cuzco y Cochabamba,
entre los mestizos de la ciudad no se encuentra nada de
bilingüismo quichua-español. El Ecuador contrasta con el
Perú y Bolivia por el hecho de que el bilingüismo estructural
genetado entre los mestizos en la época de las haciendas no
se ha reproducido en las generaciones que siguieron a las
reformas agrarias. Esta situación se vuelve patente en Cañar,
por la proximidad de las comunidades campesinas a la zona
urbanizada y el tamaño relativamente pequeño de ésta.
Aunque nos falten datos cuantitativos que lo demuestren, la
otra cara de la medalla es un elevado nivel de bilingüismo
quichua-español entre la población indígena de Cañar,
bilingüismo que parece relativamente estable.
57En cuanto al aspecto sociocultural, los sitios estudiados
varían en su composición étnica y su grado de aculturación.
Sus culturas autóctonas muestran una diversidad en la
indumentaria, la música y las costumbres. La migración
interna y la modernización a todo nivel están produciendo
cambios masivos y rápidos en la región. El abandono del
tejido en telar sugiere que la expresión más ostensiva de la
cultura indígena —la vestimenta tradicional— está en
retroceso. Sin embargo, su uso se constata aún en Cañar, en
las provincias altas de Cuzco y en el norte de Potosí. En otros
lugares, la cultura indígena persiste en la música, la danza y
los ritos, aunque su expresión se vuelve más esporádica. En
mi opinión, la occidentalización de la indumentaria y otros
rasgos externos que se observan, por ejemplo, en Huamalíes,
no nos permite calificar necesariamente a los campesinos de
“aculturados”. La identidad cultural es un tema que debe
examinarse desde la subjetividad del individuo, sobre la base
del análisis del discurso, como demostraré en el capítulo V.
58La organización política campesino-indígena juega un rol
contextual importante en el estudio de las ideologías
lingüísticas, y los casos también se contrastan a este nivel. En
la sierra peruana, la organización campesina se desactivó
durante los años ochenta y la primera mitad de los noventa,
debido a la violencia política que afectó al país. En Tantamayo
en 1999, por ejemplo, la Federación de Campesinos estaba
recién reagrupándose a nivel departamental, según me
informaron. A diferencia del Ecuador y Bolivia, la organización
campesina peruana no se puede calificar de “movimiento
indígena” como tal, pues tradicionalmente se ha basado en la
ideología de la lucha de clases más que en una agenda
“étnica”. En el norte de Potosí, el modelo del sindicalismo
también penetró en la organización campesina a partir de la
Revolución Boliviana de 1952. Sin embargo, la ideología
política campesina en Bolivia siempre supo guardar una
dimensión étnica, la cual se ha acentuado más desde
comienzos de la década de los noventa. En el caso del
movimiento indígena ecuatoriano, la dimensión étnico-
cultural de su discurso está particularmente evolucionada. Los
indígenas de Cañar se distinguen por el rol protagónico que
jugaron en el movimiento político en su país en los últimos
veinte años.
 29 Utilizo la sigla EIB para referirme al modelo de Educación
Intercultural Bilingüe en general; la s (...)

59Otro eje de comparación entre los casos es la oferta


educativa para la población indígena. El modelo de EIB, que
provee educación en lengua materna durante los primeros
años de escolarización, ya se implementa en cada uno de los
países en cuestión.29 Hay diferencias interesantes entre éstos
en cuanto a su modo de institucionalización del sistema
educativo. En el caso del Ecuador, la Dirección Nacional de la
EIB (DINEIB), dirigida por los indígenas en coordinación con su
organización (la CONAIE), administra la formación docente y
la educación en zonas designadas para la EIB. En el Perú y
Bolivia entran en juego otros factores en la manera de
institucionalizar, administrar e implementar la oferta de EIB,
como explicaré en el capítulo VI.

§1.6 Observaciones finales


60Las poblaciones seleccionadas para este estudio
representan una gran variedad de casos, tanto desde el punto
de vista de su distribución geográfica como del punto de vista
de su variada posición en la estructura social. Entre ellas se
observan similitudes y diferencias, lo cual nos lleva a recalcar
la inmensa heterogeneidad que existe entre las culturas
andinas. Una selección de este tipo siempre tendrá su
elemento de arbitrariedad, a juicio de la investigadora, más
aún por las distintas oportunidades que se le han presentado
de realizar la investigación en uno u otro lugar. Lo principal
ha sido llevar a cabo la encuesta en los tres países, para
poder desarrollar un marco analítico comparativo que
traspase las fronteras nacionales.
61Los pueblos andinos —indígenas y mestizos— siempre han
buscado estrategias para conciliar la tensión entre el arraigo a
un territorio, por un lado, y la necesidad social y económica
del desplazamiento, por otro lado. Hoy en día los
movimientos migratotios (que son de ida y vuelta muchas
veces) y las interrelaciones profesionales y políticas, llevan a
la gente cada vez más a trasladarse no solamente a nivel
interregional en sus respectivos países, sino también a nivel
transnacional. Además, aunque mi estudio no incluya las
poblaciones andinas migradas hacia el exterior, en redes que
abarcan los Estados Unidos y Europa, éstas están muy
presentes en la consciencia de quienes se quedan. El
desarrollo de una diáspora latinoamericana hacia otros
continentes ha sido un fenómeno creciente de la
globalización en la última década y ha dejado su huella en las
ideologías culturales y lingüísticas andinas estudiadas aquí.
Análisis de los datos Nombres dados a la lengua que habla La primera pregunta de esta parte
presentó los siguientes resultados:

Tabla 6 Denominación del idioma

Denominación Informantes Porcentaje


Español 87 21,8
Castellano 292 73,0
Español/castellano 19 4,8
Otro 2 0,5
Total 400 100

Tabla 7 Denominación del idioma, según el sexo (en porcentajes)

Denominación Hombre Mujer

Español 21,3 20,7

Castellano 73,1 72,3

Español/castellano 5,1 6,0

Otro 0,5 1,1

Total 100 100

De acuerdo con la variable sociolingüística sexo, no se advirtió una diferencia importante en la


denominación que hacen de su lengua tanto hombres como mujeres (tabla 7). El 72,3% de las
mujeres y el 73,1% de los hombres eligieron la denominación castellano. De igual forma, el
20,7% de las informantes y el 21,3% de los informantes se inclinaron por la opción español.
Esta similitud se mantiene entre quienes usan ambos términos para referirse a la lengua que
hablan.

Tabla 8 Denominación del idioma, por edad (en porcentajes)

Denominación 20- 34 35-54 55 o más

Español 20,7 22,6 18,6

Castellano 72,3 71,2 77,1

Español/castellano 5,4 6,2 4,3

Otro 1,6 0,0 0,0


Total 100 100 100

De acuerdo con la variable sociolingüística edad, tampoco hay una variación importante en
cuanto a la preferencia por la denominación de castellano o español (tabla 8). El 72,3% de los
informantes de 20 a 34 años prefiere denominar castellano a su lengua y el 20,7%, español. De
los informantes de 35 a 54 años, el 71,2% prefiere la opción castellano para designar su lengua
y el 22,6%, español. Por su parte, el 77,1% de los informantes de 55 años en adelante prefiere
la denominación castellano y el 18,6%, la de español. Finalmente, como se puede apreciar en
la tabla 8, un bajo porcentaje de cada grupo etario lo llama indistintamente español o
castellano.

Tabla 9 Denominación del idioma, por nivel socioeconómico (en porcentajes) Denominación
Bajo Medio Alto Español 15,8 24,7 41,9 Castellano 78,8 68,0 48,8 Español/castellano 4,2 7,2
9,3 Otro 1,2 0,0 0,0 Total 100 100 100 En relación con la variable sociolingüística nivel
socioeconómico, sí existe una diferencia importante con respecto a la preferencia por la
denominación del idioma hablado, ya que, a medida que el nivel social sube, aumenta la
preferencia por llamarlo español (tabla 9). En cambio el 78,8% de los informantes que
pertenecen a un nivel social bajo prefiere la denominación castellano, y el 15,8% prefiere
español. El 68% Actitudes lingüísticas de los hispanohablantes hacia el idioma español y sus
variantes Actitudes lingüísticas en Bolivia | 77 de los informantes del nivel medio designa su
lengua como castellano y el 24,7% lo designa como español. Ahora bien, el 48,8% de los
informantes del nivel alto prefiere denominar su lengua como castellano y el 41,9%, como
español. La diferencia entre castellano y español en este último nivel es poco significativa
frente a la muestra total, pero se puede observar que el porcentaje de informantes que usan
ambos términos se incrementa a medida que aumenta el nivel socioeconómico. La variante
nacional Antes de empezar propiamente con el análisis de las percepciones cognitivo-
lingüísticas y de las actitudes de los hablantes de la ciudad de La Paz hacia su lengua (el
castellano) es necesario hacer una revisión, aunque de manera breve, de la situación
lingüística de Bolivia. El castellano, como menciona Coello Vila (1996), se había expandido
sobre el Collasuyo (una de las partes del antiguo Tahuantinsuyo), de norte a sur y de este a
oeste, sobre una diversidad lingüística extendida en esta misma región. Esta variedad
lingüística estaba conformada por diferentes lenguas ancestrales que llegaron a convertirse en
el sustrato sobre el cual el castellano se impuso. Por esta razón, en parte los rasgos que
presenta esta lengua en Bolivia son resultado de la influencia que han tenido estas lenguas
durante su convivencia con aquella; influencia que, inclusive ahora, es continua y evidente.
Algunos lingüistas e investigadores han proporcionado un panorama lingüístico de lo que
podría considerarse como la caracterización del castellano boliviano.12 Coello Vila describe
tres zonas que se diferenciarían de acuerdo con diferentes rasgos fonológicos,
morfosintácticos y léxico-semánticos (mapa 1): la Zona A, que correspondería a la región
andina centro y sudoccidental; la Zona B, que correspondería a la región de los Llanos del
Norte y del Oriente, y la Zona C, que correspondería a la región de los valles centrales del Sur
(Coello Vila, 1996).

Mapa 1 Mapa lingüístico del castellano boliviano Fuente: Coello Vila (1996: s. p.). Tomando en
cuenta solo los rasgos fonológicos que presentan estas zonas, pues son estos precisamente los
que han sido percibidos inmediatamente por los informantes, se pueden mencionar a
continuación los más importantes: • Zona A: se mantiene el fonema linguopalatal lateral
(escrito como en gallo, llave, calle) y existe una marcada pronunciación de /s/ en posición
implosiva o al final de palabra. Además, la realización de la vibrante múltiple se da como
sonora fricativa linguoalveolar /ž/. Actitudes lingüísticas de los hispanohablantes hacia el
idioma español y sus variantes Actitudes lingüísticas en Bolivia | 79 • Zona B: se mantiene, de
igual forma, el fonema linguopalatal lateral, aunque en algunas zonas bilingües se lo reemplaza
por el fonema linguopalatal central fricativo /y/. Se presenta la aspiración y, en algunos casos,
también la elisión del fonema /s/ en posición implosiva y final de palabra. • Zona C: se
mantiene el fonema linguopalatal lateral, al igual que la presencia del fonema /s/ en posición
implosiva y final de palabra; aunque, con respecto a este último rasgo, en el área rural ocurre
más bien la aspiración. Un rasgo adicional que permite diferenciar esta zona es la elisión de /d/
entre vocales, como en los participios terminados en -ado, -ido. Mendoza (1992), por su parte,
reconoce también tres zonas o tres variedades diatópicas del castellano: el castellano andino,
el castellano oriental y el castellano sureño. El primer tipo correspondería a la región del
altiplano y de los valles (La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba, Chuquisaca); el segundo tipo
correspondería a la región oriental del país (Santa Cruz, Beni y Pando) y, finalmente, el tercer
tipo se referiría a la región del sur de Bolivia (Tarija). Mendoza hace esta diferenciación
dialectal con base en rasgos exclusivamente fonológicos similares a los mencionados ya
anteriormente. Sin embargo, los hablantes de cada una de las zonas mencionadas identifican
popularmente estas mismas hablas con otras denominaciones; por ejemplo, la Zona A se
puede identificar más como “habla colla”, la Zona B como “habla camba” y la Zona C como
“habla chapaca”. Cada una de estas denominaciones hace referencia a la persona que habita la
región señalada. Por otro lado, es interesante mencionar las percepciones de estos mismos
hablantes hacia las diferentes hablas, de acuerdo con las anteriores denominaciones: “Los
cambas dicen de los collas que hablamos silbando, estos los critican porque se comen las eses;
y todos gozamos a los chapacos por su modo cansino y cantarino de hablar” (Coello, 1996:
177). Estas subjetividades, sin embargo, son las que generan determinadas actitudes que van
dirigidas no solo hacia una determinada forma de habla, sino también hacia los hablantes de
esa forma de habla, y que, de algún modo, expresan prejuicios lingüísticos. Como bien
señalaba Tusón: “En grados diversos, el prejuicio lingüístico (inocente o perverso) no es otra
cosa que una manifestación del racismo, orientado ahora hacia las lenguas y los hablantes”
(1996: 25). La diversidad lingüística de Bolivia no solo se refiere a la variedad de idiomas que
esta tiene, sino a las diferentes formas de habla que cada una de ellas presenta. En el caso
específico del castellano, se puede afirmar que los rasgos lingüísticos que presentan las
regiones antes mencionadas no solo permiten mostrar un abanico de formas de enunciar un
mundo, sino también las diferentes formas de vivir en él.

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