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¿UNA SOCIEDAD SIN MORAL?

La moral incluye la preocupación de una persona por los intereses de los demás quienes
se verán naturalmente afectados por las acciones de dicho sujeto. Además, dicho
concepto implica la cautela puesto que dicho sujeto se caracteriza por distinguir
cuidadosamente los hechos y sus implicancias. De la misma manera, discierne entre los
principios de conducta para después determinar el grado de firmeza y su viabilidad. Así,
se construye un individuo que se guía por la “razón” y la lógica, incluso cuando dichas
entidades amenacen sus propias convicciones, y que, pese a todo aquello, se encuentre
dispuesto a actuar siguiendo los pasos de su deliberación. Y todo esto gracias a la moral.
Ahora bien, cabe preguntarse por el rol que cumple en la colectividad. En este panorama,
el presente ensayo abordará el tema de la moral, y justo ahí reside la importancia debido
a que se analizarán el rol de la moral e implicancias en la sociedad; así pues: ¿puede
sustentarse una sociedad sin moral? Ante la formulación de semejante problemática, se
piensa que es imposible concebir una sociedad sin algún atisbo de moral. A
continuación, se explicarán las razones.

Es sabido que la moral es el principal ente regulador del comportamiento de los


integrantes de una sociedad. Esto es posible gracias a que una de sus reglas afirma que
los juicios morales deben apoyarse en buenas razones; es decir, abstraer toda clase de
sentimientos dado que, muchas veces, estos suelen ser irracionales: por muy intensos
que puedan ser, generalmente son productos del prejuicio, egoísmo o del
condicionamiento cultural. Así la subjetividad hace que personas diferentes adopten
posturas opuestas. De otro lado, es necesario distinguir los juicios morales de las
expresiones de gusto. No hace falta que una persona defienda “racionalmente” su afición
por los deportes, en especial, el futbol. Ello porque simplemente, está declarando dicho
aspecto sobre sí misma y tal asunto no entra en discusión por ser una cuestión subjetiva.
Por el contrario, si alguien dice que algo es moralmente incorrecto sí necesita dar
razones. Por ejemplo, respecto a la eutanasia de un paciente que muere lentamente,
aferrándose a la tradición religiosa, alguien podría oponerse debido a que “Dios es el
único que puede quitar la vida dado que él es quien la da”. Por el contrario, una persona
que defienda la postura utilitarista estaría a favor puesto que, para evitar el sufrimiento
y la enorme infelicidad que el enfermo apenas soporta, el único modo es terminar con
su vida. Así pues, al confrontar dos juicios morales, la moral considera aquel que está
respaldado por mejores razones y por qué estás razones importan.

Un requisito moral importantísimo es la imparcialidad. Desde el punto de vista


moral, no hay personas privilegiadas. Dado que la idea principal es que los intereses de
todos son igual de importantes, cada uno de nosotros debe reconocer que el bienestar de
las personas tiene el mismo valor que el nuestro. Es justamente este principio que impide
el trato diferente a los miembros de grupos minoritarios como grupos moralmente
inferiores, condenando de cierta manera el racismo y todo tipo de discriminación. Así,
el principio de imparcialidad no es más una prohibición contra la arbitrariedad al tratar
a la gente; en otras palabras, nos impide tratar diferente a una persona cuando ni hay
una buena razón para hacerlo. Por ejemplo, ¿está bien discriminar al discriminador?
Aplicando el principio moral podría decirse que esta persona ha obrado mal así que está
justificado el trato hacia ella. Para apoyar esta moción se citará la reflexión que el filósofo
Karl Popper describió en 1945:

«La tolerancia ilimitada debe conducir a la desaparición de la tolerancia. Si extendemos


la tolerancia ilimitada aun a aquellos que son intolerantes; si no nos hallamos preparados
para defender una sociedad tolerante contra las tropelías de los intolerantes, el resultado
será la destrucción de los tolerantes y, junto como ellos, de la tolerancia».

De otro lado, la principal diferencia en la cosmovisión de las culturas radica en


su sistema de costumbres y creencias. Muchos factores se combinan para producir las
costumbres de una sociedad, tales como las creencias religiosas o fácticas de sus
miembros y las circunstancias físicas en que deben vivir. Asimismo, se resalta la
participación de los valores. Se tiene así que puedan tratarse de los mismos valores que
dan origen a distintas costumbres. En tal contexto, la moral permite identificar los
valores universales. James Rachels considera que “hay algunas reglas morales que todas
las sociedades deben tener en común, porque esas reglas son necesarias para que la
sociedad exista. Las reglas contra la mentira y el asesinato son dos ejemplos”. Sin la
verdad sería imposible la comunicación. Esto debido a que en una sociedad en la cual
no existe tendencia a decir la verdad, las personas no podrían saber cuándo su
interlocutor esté mintiendo o no. Como consecuencia, la interacción comunicativa
perdería todo sentido. Y sin comunicación entre sus miembros, la sociedad sería
imposible. Del mismo modo, es necesaria la prohibición del asesinato, inclusive la
mayoría de los países cuentan con códigos penales en los que se resalta esta restricción.
En la película “La purga” existe una noche en la cual todo delito es permitido. Ante el
temor de ser asesinados, los personajes se asocian en pequeños grupos en los que confían
formando pequeñas sociedades que de cierta manera acuerdan en prohibir el asesinato.
Si bien pueden existir excepciones con estos dos valores, en casos más particulares, el
acuerdo principal está enmarcado en una cuestión general.

En última instancia, gracias a la moral se puede lograr una reforma en la


sociedad. En un principio, la moral permite identificar los principios que rigen la
convivencia social. Asimismo, permite llevar el registro de las creencias y costumbres,
sujetas a estos principios. De este modo, resalta los valores dentro de la sociedad, lo que
posibilita la crítica del individuo. Por ejemplo, la mujer no siempre ha tenido derecho al
voto y era relegada a tareas del hogar. Sin embargo, ¿existía alguna razón por la cual el
trato hacia estas estaba justificado? En principio se creía que la razón eran sus
capacidades inferiores a los hombres. Con el tiempo, se descubrió que no existía la
superioridad de ningún sexo, pese a que se remarcan sus diferencias en el ámbito
biológico, por lo cual el trato diferente era arbitrario. Esto cuestionamiento moral se
debió a la razón principalmente, lo que generó por su parte que se cambiaran los
paradigmas. Conforme el paso de tiempo, y con medidas políticas, se generó establecer
una igualdad al menos en lo que respecta al derecho del sufragio. De este modo, la moral
es responsable de las reformas que pueda haber en la sociedad.
En conclusión, es imposible concebir una sociedad moral debido a los roles
fundamentales que desempeña dentro de esta. Primero, regula el comportamiento de los
miembros gracias a que fundamenta y sopesa los juicios ayudada, por la razón y el
criterio de la imparcialidad. Esto posibilita que en una confrontación sea sencillo tomar
consideraciones sobre los diferentes puntos de vista. Del mismo modo, identifica los
valores universales o en común de las sociedades diferentes. Finalmente, gracias a ella
la reforma social a través de la crítica a los principios que rigen a la sociedad.

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