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Resumen
1. La psicología humana ha fracasado en hacer bien su declaración como una ciencia
natural. Debido a una noción equivocada de su campo de hechos son los fenómenos
conscientes y que la introspección es el único método directo de conocer estos hechos,
se ha enredado a sí misma en una serie de cuestiones especulativas las que, aunque
fundamentales para sus principios actuales, no están abiertas a tratamiento
experimental. En la búsqueda de respuestas a estas preguntas, se ha divorciado cada
vez más del contacto con los problemas vitales que conciernen al interés humano.
2. La Psicología, como la ve el conductista, es una rama puramente objetiva,
experimental de la ciencia natural que requiere de la introspección tan poco como las
ciencias de la química y la física. Es garantizado que la conducta de los animales se
puede investigar si apelar a la conciencia. Por tanto el punto de vista ha sido que tales
datos solo tienen valor en tanto puedan ser interpretados por analogía en términos de
conciencia. Aquí se adopta la posición de que la conducta del hombre y la conducta de
los animales deben ser consideradas en el mismo plano; como siendo igualmente
esenciales para un entendimiento general de la conducta. Se puede omitir la conciencia
en un sentido psicológico. Las observaciones separadas de ‘estados de conciencia’,
desde esta posición, no es más parte de la tarea del psicólogo de lo que lo es para el
físico. Podemos llamar este retorno a un uso no reflexivo y central de la conciencia.
En este sentido se puede decir que la conciencia es el instrumento o herramienta con el
que todos los científicos trabajan. Ya sea que la herramienta se utiliza apropiadamente
en la actualidad por los científicos es un problema para la filosofía y no para la
psicología.
3. Desde el punto de vista que se sugiere aquí los hechos de la conducta de la ameba
tienen valor en sí y por sí mismos sin referencia a la conducta del hombre. En la
biología los estudios de diferenciación de raza y herencia en la ameba forman una
división separada de estudio que debe ser evaluada en términos de las leyes
encontradas ahí. Las conclusiones así encontradas pueden no sostenerse de ninguna
otra forma. A pesar de su posible falta de generalidad, tales estudios deben realizarse si
la evolución como un todo va a ser alguna vez regulada y controlada. De manera
similar las leyes de la conducta de la ameba, el rango de respuestas, y la determinación
de los estímulos efectivos, de la formación de hábitos, persistencia de hábitos,
interferencia y reforzamiento de hábitos, deben ser determinados y evaluados en y por
sí mismos, sin importar su generalidad, o su importancia sobre tales leyes en otras
formas, si los fenómenos de la conducta alguna vez serán puestos dentro de la esfera
del control científico.
4. Esta sugerida eliminación de estados de conciencia como objetos apropiados de
investigación en sí mismos removerá la barrera de la psicología que existe entre ella y
las otras ciencias. Los hallazgos de la psicología se convierten en los correlatos
funcionales de la estructura y se prestan para la explicación en términos físico-
químicos.
5. La psicología como conducta, después de todo, tendrá que descartar pocos de los
problemas realmente esenciales con los que la psicología como ciencia introspectiva
actualmente se preocupa. Con toda probabilidad incluso este residuo de problemas
puede ser expresado de tal manera que los refinados métodos en conducta (que sin
duda llegarán) conducirán a resolver.
Referencias
1 Es decir, ya sea directamente en el estado conciente del observador o indirectamente en
el estado de conciencia del experimentador.
2 En este sentido llamo la atención hacia la controversia actual entre los adherentes y
opositores del pensamiento sin imágenes. Los ‘tipos de reactores’ (sensoriales y motores)
también fueron temas de amarga disputa. El experimento de complicación fue la fuente
de otra guerra de palabras respecto de la precisión de la introspección de los oponentes.
3 Mi colega, el Profesos H. C. Warren, por suyo consejo este artículo se presentó al
Review, cree que el paralelista puede evitar la terminología de interacción completamente
ejercitando un poco de cuidado.
4 Él tendría exactamente la misma actitud que si estuviese conduciendo un experimento
para mostrar si una hormiga treparía a un lápiz atravesado en el camino o si iría alrededor
del mismo.
5 Yo preferiría mirar este método abreviado, donde se dice al sujeto humano en palabras,
por ejemplo, que iguale dos estímulos; o que diga en palabras si un estímulo dado está
presente o ausente, etc., como el método de lenguaje en conducta. De ninguna manera
cambia en estado de la experimentación. El método se hace posible meramente por virtud
del hecho de que en el caso particular el experimentador y el animal tienen sistemas de
abreviaciones o signos abreviados de conducta (lenguaje), cualquiera que pueda parecer
un hábito perteneciente tanto el repertorio del experimentador y se su sujeto. Para crear
los datos obtenidos por el método del lenguaje virtualmente la totalidad de la conducta –o
para intentar moldear todos los datos obtenidos por otros métodos en términos del que
tiene el rango más limitado – es poner el carro antes del caballo con una venganza.
6 A menudo se encaran aparentemente con el propósito de hacer imágenes crudas de lo
que debe ir o no en el sistema nervioso.
7 Hay necesidad de cuestionar más y más la existencia de lo que la psicología llama
imaginería. Hasta hace pocos años yo pensaba que las sensaciones visuales despertadas
centralmente eran tan claras como las despertadas periféricamente. Nunca me dí crédito
a mí mismo con ningún otro tipo. Sin embargo, un examen cercano me conduce a negar
en m propio caso la presencia de imaginería en el sentido Galtoniano. Toda la doctrina de
la imagen despertada centralmente es, creo, en la actualidad, sobre un fundamente muy
inseguro. Angell al igual que Fernald llegan a la conclusión de que una determinación
objetiva del tipo de imagen es imposible. Sería una interesante confirmación de su trabajo
experimental si tratásemos de encontrar por grados lo que erróneamente hemos estado
construyendo en esta enorme estructura de la sensación (o imagen) despertada
centralmente.
La hipótesis de que los así llamados procesos de ‘pensamiento superior’ van en términos
de débiles reafirmaciones del acto muscular original (incluimos aquí el discurso) y que
éstos están integrados en sistemas que responden en orden serial (mecanismos
asociativos) es, creo, sostenible. Hace los proceso reflectivos tan mecánicos como un
hábito. El esquema de hábito que James hace largo tiempo describió –donde cada retorno
o corriente aferente libera la siguiente descarga motora apropiada – es tan cierto para
‘procesos de pensamiento’ como lo es para actos musculares abiertos. La falta de
‘imaginería’ sería la regla. En otras palabras, dondequiera que hayan procesos de
pensamiento existen apagadas contracciones de los sistemas musculares involucrados en
los ejercicios abiertos del acto mismo, y especialmente en los sistemas aun más finos de
la musculatura involucrada en el habla. Si esto es cierto, y no veo cómo podría ser
contradicho, la imaginería se convierte en un lujo mental (incluso si realmente existe) sin
ninguna significación funcional en o más mínimo. Si el procedimiento experimental
justifica esta hipótesis, tendremos a mano fenómenos tangibles que pueden ser estudiados
como material de conducta. Debería decir que el día en que podamos estudiar los
procesos reflejos mediante tales métodos se encuentra tan lejos como cuando podamos
decir, mediante métodos fisicoquímicos la diferencia en la estructura y el arreglo de
moléculas entre el protoplasma vivo y las substancias inorgánicas. La solución a ambos
problemas espera la llegada de métodos y aparatos.
[Después de escribir este documento escuché la conferencia de los profesores Thorndike
y Angell, en la reunión en Cleveland de la Asociación Psicológica Americana. Espero
tener la oportunidad de discutir con ellos en otra oportunidad. Incluso trato aquí de
responder una cuestión propuesta por Thorndike.
Thorndike […] arroja sospechas sobre la acción ideo-motora. Si él quiere decir con
acción ideo-motora sólo eso y no incluye acción sensorio-motora en su denuncia general,
de corazón concuerdo con él. Yo debería eliminar la imaginería por completo e intentar
mostrar que prácticamente todo pensamiento natural sucede en términos de procesos
sensorio-motores en la laringe (pero no en términos de ‘pensamiento sin imágenes’) que
rara vez llegan a la conciencia de cualquier persona que no ha buscado a tientas la
imaginería en el laboratorio psicológico. Esto explica fácilmente por qué tantos de los
bien educados legos no saben nada de imaginería. Dudo si Thorndike concibe la materia
de esta manera. Él y Woodworth parecen haber descuidado los mecanismos del habla.
Se ha mostrado que la mejora en los hábitos tiene lugar inconscientemente. Lo primero
que sabemos de ello es cuando se logra –cuando se convierte en un objeto. Yo creo que la
‘conciencia’ tiene tan poco que ver con el mejoramiento en los procesos de pensamiento.
Como, de acuerdo con mi visión, los procesos de pensamiento son en ralidad hábitos
motores de la laringe, los mejoramientos, abreviaciones, cambios, etc., en estos hábitos
tienen lugar aproximadamente de la misma manera en que tales cambios se producen en
otros hábitos motores. Esta visión lleva consigo la implicación de que no has procesos
reflejos (procesos iniciados centralmente): EL individuo siempre está examinando
objetos, en un caso objetos en el sentido actualmente aceptado, en el otro sentido sus
sustitutos, es decir, los movimientos en la musculatura del habla. De esto se deriva que no
hay limitación teórica del método conductual. Resta, para estar seguro, la dificultad
práctica, que tal vez nunca sea superada, de examinar los movimientos del habla de la
misma manera que se puede examinar el movimiento corporal general.]