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La fotografía, el espejo con memoria

Jesús Ángel Sánchez Moreno


Fedicaria-Aragón

pp. 37-45
Resumen
La fotografía como máquina de construcción de la memoria. Un tema que acompaña a la evo-
lución de las sociedades modernas. En el artículo proponemos una visión crítica de esta relación
entre la fotografía y la memoria como medio para ir hacia un cuestionamiento, desde la didáctica
crítica, de lo que significa pensar históricamente, qué se puede entender por memoria y cuál es el
papel real que juega la fotografía en todo este proceso de construcción del recuerdo.
Palabras clave: Fotografía; Memoria; Pensamiento crítico; Pensar históricamente; Didáctica
crítica.

Abstract
Photography, the mirror with memory
Photography as a memory’s construction machine. A theme that accompanies the evolution
of modern societies. In the article we propose a critical view of relationship between photography
and memory as a way to go to question, from a critical teaching, what means to think historically,
what can be understood by memory and what is the real role played by photography throughout
the process of building remembrance.
Keywords: Photography; Memory; Critical Knowledge; Historical Thinking; Critical Teaching.

Prueba de ser zosamente) lo que ya no es, sino tan sólo y


sin duda alguna lo que ha sido” (Barthes,
En el filme Blade Runner, uno de sus per- 1990, p. 149). Casi como si se tratara de un
sonajes, Rachel, no acepta su condición de slogan de la defenestrada CNN+, para Bar-
androide y reclama la autenticidad de su thes toda fotografía “es el testimonio de que
humanidad. Como argumento de fuerza se lo que veo ha sido” (Barthes, 1990, p. 145).
sirve del siguiente encadenado de ideas: soy Testimonio irrefutable porque, a diferencia
humana porque tengo un pasado; sé que del lenguaje, que es ficcional por naturaleza,
tengo un pasado porque guardo memoria “la Fotografía (sic) es indiferente a todo aña-
de él; y la prueba de esa memoria, los recuer- dido: no inventa nada; es la autentificación
dos vívidos, reside en este puñado de fotos. misma” (Barthes, 1990, p. 150). Dos versio-
Es mi historia, memoria encarnada. Luego nes de una misma afirmación: la intelectua-
no puedo ser una máquina, ni siquiera una lizada, vía Barthes, y la que podríamos de-
máquina perfecta. Soy un ser humano. Un nominar común, expuesta en este caso por
argumento que no nos es extraño, pues al fin un personaje de ficción que, como muchos
y al cabo una de las primeras dimensiones de ellos, acaban por decir lo que el común
de la fotografía es su condición de memoria, de los humanos haría suyo. Víctor Burgin
de testimonio de historia. Antes de descali- (1997) señala que el poder de la fotografía,
ficar el argumento de Rachel por simplista como vehículo ideológico y en su dimensión
pensemos en las palabras de alguien con de elemento de mediación social de primer
más significación: “la fotografía no dice (for- orden, se basa precisamente en “su aparen-

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Con-Ciencia Social

te ingenuidad”. Y al abordar en el presente de la fotografía al proceso de construcción


artículo la problematización de la relación de las sociedades liberales y sus sistemas
entre fotografía y memoria resultaba indis- económico-políticos radica en su condición
pensable partir de un argumento, aparente- de máquina de memoria. Toda sociedad en
mente ingenuo, que sin embargo no cesa de un proceso de transformación que parte de
reproducirse desde los mismos orígenes de la anulación del sistema vigente y de la im-
la fotografía hasta nuestros días. posición de nuevos modelos o patrones, ha
de cuajar una identidad colectiva, y, como
bien sabemos, gran parte del período que
Espejo con memoria iría desde los años 30 del siglo XIX hasta fi-
nales de esa centuria se invierte en la tarea
La fotografía, que irrumpe en la vida de construir la identidad colectiva llamada
social en un momento histórico decisivo1, pueblo o nación. Sin memoria no existe la
lo hace marcada por dos pilares desde los identidad. Para que ésta sea es necesa-
que edificará todo su potencial retórico. rio que eso que llamaremos ciudadanos o
En primer lugar, la condición de “lápiz pueblo compartan una memoria. De forma
de la naturaleza” que apuntala el valor de harto simplista podríamos decir que el pro-
documento-prueba-testimonio veraz (y no ceso de desarrollo de las sociedades de la
sólo verosímil, como podría ser cualquiera modernidad liberal-mercantil en todas sus
de las representaciones de lo real realizadas advocaciones han ido a la par que el desa-
por un ser humano hasta el advenimiento rrollo experimentado por las máquinas de
de esta máquina de visión) que se atribuye visión de las que la fotografía es el primer
a la fotografía. En segundo lugar, la consi- gran paso. Una de las primeras tareas de
deración de la fotografía como un “espejo la fotografía se situará, precisamente, en el
con memoria” la vincula de forma ya indi- ámbito de la construcción de identidades,
sociable con su papel social en cuanto que en la forja de memorias. Al mismo tiempo
memoria objetiva de todo cuanto merece la que otras manifestaciones creativas como
pena ser recordado. Documento, testimo- las artes plásticas o la música y la literatura
nio, huella, recuerdo... todo apunta en una se dedican a crear la memoria inventada de
misma dirección y, lo que es más impor- un pasado que nunca existió de esa manera,
tante, todo esto cala hondamente tanto en la fotografía decimonónica se embarca en la
los sectores sociales más cultivados como labor de alimentar la memoria que será, el
en el común de los mortales, que, una vez pasado que aún no es, pero que habrá de
superado el asombro (y miedo) ante las vir- ser. “El conocimiento y la verdad de los que
tudes de ese espejo, no dejará de aspirar a la fotografía se convirtió en guardián eran
recopilar recuerdos visuales como prueba inseparables del poder y control que engen-
de que lo que ha sido sigue vivo en un pre- draban” (Tagg, 2005, p. 106). Quien domina
sente etéreo, pero innegable. Al posar ante la memoria de alguien, le posee, le controla,
ese espejo con memoria, una memoria me- le maneja. De ahí que a la hora de dar forma
cánica sin las patologías o afecciones que a un régimen de verdad dominante que re-
aquejan a la memoria humana, toda perso- presentara los intereses de las nuevas clases
na, todo acontecimiento queda fijado2 para hegemónicas en los tiempos de la construc-
siempre. Se convierte en historia, bien sea ción de las sociedades liberales, la fotogra-
historia personal, familiar, nacional... Sin fía fuera utilizada como espejo fabricante
duda una de las grandes contribuciones de memorias.

1 Tal y como apuntábamos en el artículo publicado en Con-Ciencia Social nº 11 (Sánchez Moreno, 2007) y en
la reseña sobre la obra de Jhon Tagg en el mismo número.
2 Los términos distan mucho de ser inocentes y no en vano si al ojo de la cámara se le llama objetivo, al
líquido que permitía consolidar la imagen sobre el papel se le denominaba fijador. Cierto, fijaba, pero no
sólo en un sentido técnico.

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Tema del año El lugar de la memoria en la educación

Fabricantes de espejos productores un retrato, es una huella, inmoviliza un ins-


de memoria tante y lo hace durar” (2004, p. 59). Instantes
perdurables. Porque todo instante es, en sí
En el marco de un artículo como éste he- mismo, un momento paradójico, una opera-
mos de acotar necesariamente la reflexión ción aparentemente imposible en la que to-
sobre un tema harto complejo y en el que in- dos los tiempos del tiempo se superponen:
tervienen numerosos factores. Las socieda- cuando tomo una foto lo hago siempre en
des de la modernidad han caminado a la par un presente que se detiene en fragmentos
que el proceso de evolución de las máquinas que se nos presentan como un todo4 en sí
de visión. Si hasta finales del XIX la fotogra- mismos; en el momento mismo de la toma
fía está construyéndose tanto en lo relativo a ese instante construido pasa a ser pasado en
fundamentos técnicos como en lo que afec- un futuro que ya intuimos. Tomo una foto y
ta a su poder retórico, a partir de entonces dentro de veinte años volveré a esa toma y
se abre a otros momentos que comparti- negando a García Márquez cuando señalaba
rá con el resto de máquinas de visión que que la memoria no tenía caminos de regre-
van siendo. En el tramo final del siglo XIX so, retornaré a lo que fue. Casi a la par se
la fotografía inicia la conquista del mercado va produciendo una evolución tecnológica
doméstico en algo que es más que una gran que no sólo facilitará la apertura de la fo-
operación mercantil. Por un lado configura- tografía a todo un amplio abanico de usos
mos a los individuos en un nuevo modelo (del estatismo al fotorreportaje; del álbum
de control basado en la progresiva coloniza- y el marco a la página de la prensa diaria
ción de las miradas. Por otro, y en estrecha o de las revistas gráficas) sino, sobre todo,
relación con lo anterior, sentamos las bases su accesibilidad para el gran público5; y la
y elevamos el imponente edificio que hoy construcción de la retórica de la fotografía,
conocemos como sociedad del espectáculo, esa retórica que no deja de ser, como es na-
último devenir (por ahora) del proceso his- tural, el exponente de los intereses creados
tórico denominado modernidad. La fotogra- en torno a los usos admisibles y deseables
fía va a ser el arma sutil que nos conforma de la fotografía. En esa retórica la fotografía
como perfectos individuos acomodados a emerge como una máquina del tiempo que
los requerimientos de una sociedad del es- nos permite superar las limitaciones de la
pectáculo basada en la mercantilización de memoria en todo el proceso evolutivo de la
todo cuanto existe y en el uso de la imagen cultura humana hasta entonces. La memoria
como mediadora incontestable en el juego oral, la memoria escrita o la memoria basada
de las relaciones sociales3. En el campo del en las ejecuciones artísticas aparecen como
control de las memorias la operación, como poco creíbles, demasiado mediatizadas
todo lo que acontece con la fotografía, se va por lo humano. La memoria fotográfica se
a basar en lo que V. Burguin señala como convierte en la memoria exacta, precisa; no
núcleo del poderío de la retórica fotográfica: en vano en castellano usamos la expresión
“su aparente ingenuidad” (1997). La foto- memoria fotográfica para caracterizar a una
grafía, al inventar el instante, lo convierte en persona de rápida, fiable y gran retentiva.
algo material, objetivado, objetivable. Toda Memoria de un tiempo. Memoria de un rei-
fotografía es, antes que nada, una instantá- nado. Memoria de un individuo. Memoria
nea. Bazin, citado por P. Sorlin, señalaba que de un grupo. Memoria, por lo demás, porta-
la fotografía de una persona “antes de ser ble, transportable, algo de gran valor en un

3 Débord: En: http://www.sindominio.net/ash/espect.htm.


4 Sólo cuando quiera que ese instante se convierta en una sucesión, es decir, en movimiento, transformaré las
fotos en fotogramas que desfilarán a una velocidad determinada delante de los ojos de los espectadores.
5 Accesibilidad en cuestiones de coste económico, pero también en lo que implica el dominio del proceso de
realización de tomas (“usted apriete el botón, nosotros haremos el resto”, que diría la casa Kodak)

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Con-Ciencia Social

tiempo, como el de la modernidad, abierto reflexión sobre el tema que nos ocupa. ¿Qué
a incesantes movimientos de población que es lo que hacemos cuando tomamos una
entienden que las fotografías les mantienen foto? ¿Fabricamos un recuerdo que será o
cerca del grupo del que se han alejado, de la captamos-construimos un ahora eterniza-
tierra en la que nacieron. do? Es evidente que la respuesta oficial y
Sí. Espejos con memoria. Pero si en lu- compartida por la mayoría de la población,
gar de reírnos de la metáfora jugamos con al menos hasta el advenimiento del univer-
ella hasta forzarla nos encontraremos en el so virtual y sus redes, se sitúa en que cuan-
camino adecuado al pensamiento crítico. do tomamos una foto estamos escribiendo la
Los espejos son productos fabricados. Los verdad de un contenido de la memoria, es
espejos no reproducen sin más; reproducen decir, estamos captando un souvenir. Nues-
la realidad en función de unas característi- tra obligación, desde el pensamiento crítico,
cas concretas que los han producido. Así, un va en la dirección opuesta: demostrar que
espejo de feria, deformante, no es un espejo toda fotografía se convierte en un medio
fallido, es justamente un espejo. Volvamos a para construir, modelar a medida una me-
Blade Runner. Las fotos que muestra Rachel moria conveniente. Como demostración po-
como prueba de su historia, como memoria sible tenemos esa que Joly denomina foto-
de su existencia y humanidad, existen; sólo grafías ausentes. O las políticas del archivo
que no le pertenecen a ella. Alguien, el crea- que otros autores traen a colación. Dicho de
dor de ese androide llamado Rachel, para otra manera, la mejor forma de demostrar
consolidar su obra le ha forjado un pasado, que las fotografías son medios de conforma-
le ha dado una memoria, le ha provisto de ción de una memoria interesada radica en
unas fotografías. La fotografía es un medio los procedimientos seguidos para recopilar
de gran capacidad para inocular memorias y compartir esa memoria. Nos adentramos
adecuadas a la construcción y sostenimiento en el territorio de los álbumes fotográficos.
de identidades individuales, de clase, nacio-
nales... Cada una resultante de un espejo pro-
ducido desde el interés concreto de mostrar El álbum fotográfico o la memoria
aquello que queremos que se muestre, de expuesta
conservar aquello que consideramos debe de
ser guardado y de invisibilizar lo que nunca Primero fueron las clases dominantes
ha de ser mostrado, recordado6. No hay que los que atesoraron recuerdos visuales, fo-
llegar al tándem Stalin-Beria y a sus opera- tografías que o bien se exponían en marcos
ciones de eliminación de la memoria pública de todo tipo (normalmente retratos más o
de presencias inaceptables. Desde el primer menos oficiales de los miembros de la fami-
día que alguien toma una foto para conservar lia) o bien se organizaban en álbumes que,
un recuerdo ese alguien se toma la molestia en ocasiones señaladas, eran ofrecidos a la
de prepararlo todo para que ese recuerdo co- contemplación de otros. Es importante que
incida con lo que él quiere que sea recordado. pensemos en la función social que cumplían
Toda fotografía es una puesta en escena. estos álbumes, pues no se limitaban a ser un
En relación con esto M. Joly (2003, p. 212) simple archivo de uso privado. Lo que ellos
nos sitúa en una encrucijada de enorme im- contenían y ofrecían a la contemplación era
portancia: “podemos considerar la imagen el exponente de algo. De ahí que no todas las
bien como conformación de la memoria, fotos tomadas llegaran a encontrar su sitio
bien como contenido de la memoria”. Pen- en ese espacio que debía ser público: las fo-
semos bien en los términos que expresa la tos ausentes7 eran esas que se obviaban no
autora, pues ellos concretan el campo de la tanto por ser fallidas como por no ajustarse

6 No olvidemos que una de las funciones de la memoria es, precisamente, el olvido intencionado.
7 Una denominación más que acertada debida a Martine Joly.

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Tema del año El lugar de la memoria en la educación

a la intencionalidad del dueño-organizador la apodada cultura de la memoria parecen


del archivo. La memoria producida por la contraseñar un régimen de musealización
fotografía se parece más a un archivo perfec- mediática de la memoria protagonizado
tamente organizado que a un acto ingenuo. por la industria cultural, cuya producción
Y todo el mundo es partícipe de esta puesta remite “al marketing masivo de la nostal-
en escena; nadie osa denunciar al otro por gia [...], a la difusión de las prácticas de la
ofrecer una memoria pre-fabricada. El uso de memoria en las artes visuales, con frecuen-
la fotografía en el terreno de la memoria va cia centradas en el medio fotográfico y el
claramente dirigido a instrumentalizar una aumento de los documentales históricos
herramienta para hacer posible la conforma- en televisión”8 (Cossalter, 2002). Asistimos
ción del pasado y, desde ella, todas las opera- desde hace unos años a la eclosión de las
ciones necesarias para construir individuos o exposiciones que explotan esas llamadas
grupos que crean lo que se estime necesario. fuentes visuales de la memoria, a la recu-
Si las memorias prefotográficas pecaban de peración de archivos fotográficos y su mos-
una falta de credibilidad y una acusación de tración. Cuando nos adentramos en algunas
propensión a la literaturización cuando no a de las numerosas muestras fotográficas que
la total ficcionalización de los recuerdos, la se presentan como la recuperación o el acer-
fotografía ofrece memorias tan engañosas camiento a un pasado que se presentiza en
como las imágenes que un espejo pueda dar carne de foto, estamos introduciéndonos
de cada uno de nosotros, imágenes que nun- en un álbum fotográfico perfectamente es-
ca serán el fruto de una copia mecánica, sino tructurado y organizado para servir a un
el efecto de toda una serie de operaciones fin concreto, sea éste la conmemoración o la
que tienen detrás, siempre, un interés con- beatificación de un tiempo o, lo más común,
creto. Si uno quiere saber de los productos la desvitalización de un proceso histórico.
de ese espejo debe preguntar por los intere- Pasear por una de estas exposiciones es
ses de quienes los han fabricado y colocado. convertirnos en el androide de Blade Runner
El álbum como representación, pero no en que asume que las fotos que le ofrecen, que
el sentido de copia sino de puesta en esce- le dan, son la prueba de algo. Añadamos a
na. Puesta en escena de la familia, siempre esto un factor que no suele aparecer en los
unida, sólida, raíz y herrumbre de la vida álbumes familiares: el texto contextualiza-
que somos. Puesta en escena de esa historia dor que confina el itinerario de sentido en
relatada en una serie de acontecimientos se- el que hemos de creer. Porque a la postre
leccionados para configurar la imagen ade- se trata de eso: creer. Más aún: sumemos a
cuada de esa otra gran familia, la Nación, el esta predisposición impuesta el analfabetis-
Estado. La memoria como conmemoración mo en relación con la lectura crítica del sen-
más que como acto de justicia. En este senti- tido de las imágenes que ya denunciaran
do la fotografía aporta una poderosa retórica Benjamin y Moholy-Nagy. Pasamos delante
a una operación que no tiene en sí nada de de iconos-instantáneas-tiempo suspendido-
nuevo, a no ser la de extender la construc- memoria desvitalizada surfeando por esas
ción de la memoria como espectáculo en el fotos y de la mano de la nostalgia somos
sentido que Debord dio a este término. conducidos al redil de esa memoria im-
puesta que ha de recordarse con éste, y no
otro, sentido. Publio López Mondéjar, uno
El álbum público de los pilares de la foto-historia en nuestro
país, en su discurso de ingreso a la Real
Situándonos ya más próximos a la sig- Academia de Bellas Artes de San Fernando
nificación de la fotografía como memoria (Mondéjar, 2008) no dudaba en iniciar sus
en el momento actual son relevantes estas palabras con este alegato: “A mí siempre
palabras: “los rasgos más destacados de me ha cautivado su carácter narrativo, su

8 Cossalter cita aquí a A. Huyssen y su obra En busca del futuro perdido.

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Con-Ciencia Social

cualidad de espejo del pasado, su extraor- de batalla en la impuesta naturalización de


dinaria capacidad para consolarnos de la determinados procesos sociales. Desvelar
desconsideración del olvido. Por eso quiero al creador. Hacer emerger al otro lado de
hablar hoy de ese poder evocador que tiene esa colección de fotos que parecen gajos in-
la fotografía que la convierte en el lengua- cuestionables de lo real que ha sido toda la
je más adecuado para recomponer nuestra maraña de un proceso de producción nada
devastada memoria común”. Todos los tó- ingenuo. El que crea la foto. Quien ordena
picos decimonónicos siguen en pie en este y selecciona para el álbum (o para colgar
discurso. Tal y como Adorno y Horkheimer en la red). Las instituciones que gestionan
señalaran de la razón ilustrada, también la ese capital-imágenes que se invierte en
fotografía, y cómo no, la memoria, se con- los procesos sociales de conformación de
vierten en esas herramientas que acaban individuos estabulados. “Desde que la fo-
sirviendo a cualquier fin. Pero va más allá tografía sembró el convencimiento de que
el citado autor cuando no duda en afirmar nos hallábamos ante un modo de represen-
“que [todo] lo que escapó a su mirada [de la tación objetivo, los fraudes han acompa-
fotografía], se ha perdido para siempre en el ñado su historia. Al principio, fabricando
vértigo del olvido”. Éste es el vértice desde mundos fantásticos, después fabricando la
donde hemos de situar el trabajo desde una realidad” (Hispano, 2007, p. 58)9. La tarea
didáctica crítica que ajuste cuentas con ese que se nos abre desde el pensamiento crí-
tándem peligroso memoria - foto (cine do- tico: insistir en la diferencia esencial entre
cumental) - historia. una concepción de la fotografía como sim-
ple medio de representación/reproducción
objetiva, y la idea del acto fotográfico como
Desmontando el álbum. Crítica de la un proceso de producción inscrito en un
fotomemoria régimen visual, en un régimen de verdad
que no es otra cosa que una imposición ins-
“La fotografía no es ya una cita de la titucional derivada de la articulación del
realidad sino una historia puesta en esce- poder en cada momento histórico y de la
na” (Soulages, 2005, p. 85). A la hora de instrumentalización que éste hace de los
relacionar fotografía y memoria conviene medios técnicos a su alcance. Volvamos a
volver a una imprescindible reflexión crí- M. Jolie para subrayar que cada vez que
tica sobre el significado mismo de acto fo- hacemos una fotografía estamos constru-
tográfico. Volver a algo que no ha cesado yendo una memoria determinada. Pensar
de ser materia de reflexión que acompaña históricamente pasa por interrogar a cada
a la fotografía en su devenir como máqui- fotografía para ir hasta el otro lado del es-
na moderna de producción de lo real y su pejo. Confrontar al creador(es). Y el aula es
memoria. Detrás de toda foto hay un crea- un terreno privilegiado para abordar esta
dor. Los álbumes fotográficos no son sino tarea. Aunque temo que no hemos elegido
el relato ordenado, encuadrado, interesa- el camino más adecuado. Nos servimos de
do producido por alguien que gestiona las fotos como cromos que afirman lo que
adecuadamente qué conviene recordar y nosotros, o quien ha organizado la serie10,
qué conviene recluir en el olvido. El ál- decide. Mostramos. Pero no se incita a la in-
bum como archivo. Gestión interesada de terrogación. No profundizamos para llegar
una información que se estructura desde hasta desvelar el proceso de producción.
unos parámetros en nada casuales, natu- Sacralización del producto. Olvido del pro-
rales. Una vez más nos encontramos ante ceso. Pasa con la memoria en una era que
una operación crítica que tiene su campo se define por su propensión a la conmemo-

9 En el libro coordinado por A. Monegal (2007).


10 Una foto aislada tiene el mismo sentido, ninguno, que el que nos da un recuerdo solo, sin filiación con otros.

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Tema del año El lugar de la memoria en la educación

ración entendida en clave de espectáculo Didáctica crítica y foto-historia-


cultural. Pasa con la fotografía como fuen- memoria
te visual de la memoria. Atesoramos fotos.
Ignoramos las condiciones sociales de su Pensar históricamente es algo más que
producción. “Toda fotografía está habitada un concepto clave en Fedicaria. Nunca como
por la experiencia de otro”, escribe S. Tisse- ahora es tan urgente reclamar ese pensar.
ron (2000, p. 95). ¿Quién es ese otro? ¿Qué Recuperar el control del presente es clave
intenciones pudo albergar en el momento para poder albergar proyectos de futuro.
de proceder a la producción de esa imagen? Y esa recuperación pasa, entre otras, por
Y al final llegar a la constatación de lo ob- ajustar cuentas con la historia-memoria. La
vio: la fotografía es encuadre / la memoria fotografía ha servido para eclipsar aún más
es selección. Ambas, unidas, son un relato, un sentido de memoria en clave crítica. Para
una narrativa sostenida por una red de in- alejarnos de esa memoria entendida tal y
tereses que son, en última instancia, lo que como en este mismo número de Con-Ciencia
se ha de desvelar. Social nos apuntala R. Cuesta. Pura nube
Insistamos en la necesidad de enseñar a de instantaneidad fútil, smog tóxico, frag-
mirar, en la conveniencia, desde la didácti- mentos para alimentar una nostalgia que
ca crítica de las Ciencias Sociales, de tomar es siempre grieta por donde se introducen
como punto de partida el cuestionamiento los hilos de quien acabará manejándonos
radical de ese acto rutinario que es hacer convertidos en marionetas que no saben
fotos para ir hacia otros cuestionamientos, que lo son. Desde la didáctica crítica de las
la memoria, la historia, lo real, la informa- Ciencias Sociales emerge una tarea atracti-
ción... Cuando Debord insistía en el papel va, interesante: empezar por cuestionar el
predominante de la imagen en las socieda- sentido mismo de qué es una foto y qué es el
des del espectáculo nos estaba lanzando acto fotográfico para avanzar hacia el cues-
el reto: desmontemos la puesta en escena, tionamiento de lo que llamamos memoria y
cuestionemos el espectáculo. Bien es cierto memoria histórica y desde allí introducir-
que en este momento se abren otros interro- nos en otra forma de abordar el pensar his-
gantes y campos de actuación derivados de tóricamente la realidad que nos envuelve.
los cambios que se vienen operando en la Introducir el malestar en unas conciencias
imagen y sus redes de sentido con la irrup- demasiado estabuladas, como viene hacien-
ción del todo digital. Contribuir a que el do Joan Fontcuberta11, pasa por asumir que
dogma-kodak (usted apriete el botón, no- “el principal malestar de la cultura contem-
sotros haremos el resto) acabe sucumbien- poránea no proviene de lo que concebimos
do ante la emergencia de un sujeto que es como ficción sino de aquello que percibimos
consciente de qué hace cada vez que aprie- como verdad”. Confrontar a personas, suje-
ta el botón para, así, hacerlo consciente de tadas a un ocularcentrismo (Jay, 2003) como
qué es lo que debe hacer cada vez que al- mecanismo dominante en las proposiciones
guien le ofrece una imagen como prueba de verdad, a esa máquina doméstica que nos
de, como relato cerrado, como conjunto sirve para producir lo real, el acontecimien-
articulado, pero sin mostrar evidencia del to, los recuerdos, para conformar memoria.
cosido, en un álbum, en una exposición ba- No se trata tanto de reflexionar sobre el acto
sada en esas llamadas fuentes visuales de la fotográfico en abstracto. Tampoco es preciso
memoria. Cuanto más pienso en esto más proceder a una revisión crítica de la historia
seguro estoy de la conveniencia de un uso de la fotografía en sus producciones. Basta
didáctico, crítico, de la fotografía que nos con confrontar a cada uno de nosotros con
ayude a formar sujetos capaces de pensar aquello que se ha convertido en acto rutina-
históricamente. rio en todo el sentido de este término. Basta

11 En: http://www.fontcuberta.com.

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Con-Ciencia Social

con que ante los productos fotográficos crea- otras cosas propiciada por la multiplicación
dos por nosotros destilemos una secuencia de los artefactos técnicos, para convertir el
calmosa de interrogantes, de preguntas afi- acto fotográfico en una rutina insustancial
ladas. La fotografía como medio de produc- es evidente, pero no podemos ignorar el he-
ción de tantas cosas, entre ellas la memoria cho de que cuantas más fotografías se hacen,
y, desde ella, la historia que deja así de ser menos consciente es el que las produce del
lo que ha sido para reafirmarse en el relato sentido de su acto. Lo mismo ocurre con la
que alguien construye sobre lo que ha sido mutación del álbum fotográfico en esa proli-
para poder mejor dominar lo que está sien- feración desmesurada de fotos en la red. Ál-
do. La propuesta de actuación sobre ese eje bumes a la vista de todos, archivos que han
fotografía-memoria-historia tiene mucho perdido su condición de narrativa organiza-
que ver con el camino iniciado por Bourdieu da para convertirse en la suprema banaliza-
en sus trabajos sobre este instrumento en ción del instante. La producción de memoria
manos de eso que se da en llamar el gran pú- se diluye en una situación que se define por
blico. Entrometernos en ese mundo aparen- estrategias de control que aún debemos des-
temente inocente de apretar el disparador velar y por la alienación de unos sujetos que
y capturar un momento que mostraremos ya no tienen tiempo para otra cosa que para
como momento decisivo, como memoria satisfacer una glotonería visual o un pensa-
incuestionable, fragmento de una historia miento tan soluble, tan instantáneo que pier-
esencializada desde el régimen escópico que de por entero toda su condición. No pode-
ha ido construyendo la modernidad. Es algo mos extendernos en este apartado ante todo
frecuente en estos tiempos conmemorativos porque aún estamos obligados a reflexionar
llevar al alumnado a exposiciones de foto- serenamente sobre las nuevas claves de la
grafías que nos desvelan el pasado (¿para sociedad del espectáculo derivada de estas
adormecer mejor el presente?). Los acompa- nuevas condiciones técnicas de producción.
ñamos en ese paseo inane por la superficie Sea como sea. En el terreno de la fotogra-
de viejas fotos sin interpelarlas, surfeando fía como acto de producción de realidad y
por el espejo sin intentar descifrar el senti- de memoria, el reto que hemos de asumir
do inscrito en su azogue. Hay muchas for- desde una perspectiva crítica sigue siendo,
mas de iniciar en las aulas este proceso de empero, el ya señalado: demoler la idea de
reflexión crítica sobre los caminos que nos que una foto es la representación de algo,
llevan desde la fotografía hasta la memoria, llamémoslo acontecimiento, realidad o me-
la que aquí se indica (http://web.mac.com/ moria, y sí una construcción, una puesta
utk1957/iWeb/web_utk/A6C2C27E-EF9E- en escena bien cuidada. Pero no hemos de
415C-A218-DE47730895E8.html) es tan sólo perder de vista las nuevas condiciones: K.
un principio. Adatto (2010, p. 76) nos cuenta cómo en los
medios electrónicos de prensa se sabe que
el lector accede al contenido de un artículo
Anexo: Fotografía y memoria en la sólo si la fotografía que lo abre suscita su in-
era de la nube de tags terés. “La forma de llegar a la historia es pul-
sar sobre la imagen”. Es importante que en
Es imposible cerrar este sucinto recorrido este momento nos planteemos con Adatto
por un tema que da para mucho más que lo la siguiente pregunta: “Pero si podemos
que puede acoger este artículo sin referirnos photoshopear nuestro pasado, ¿cómo afecta
al momento actual, un tiempo en el que la esta transformación al significado de las fo-
fotografía, sus productos y sus procesos de tografías como documentos y portadores de
difusión, han sufrido notables transforma- memoria? ¿Cómo se transforma el sentido
ciones. Hoy el lema “todos somos fotógra- mismo de memoria?” (Adatto, 2010, p. 58).
fos” tiene un sentido que va más allá del que Ahora, es cierto, estamos más cerca, es más
podía latir en los estudios de Bourdieu y su sencillo que cada uno de nosotros sea un an-
equipo. El problema es que esa afirmación droide programado para no asumir que es
no se ajusta a la realidad: la capacidad, entre un androide.

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Tema del año El lugar de la memoria en la educación

En el momento mismo que seamos capa- HISPANO, A. (2007). Guerra a la vista. En Mone-
ces de comprender hasta sus últimas conse- gal, A. (coord.). Política y (po)ética de las imáge-
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