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Delitos contra la legislación en materia de drogas | Los consumidores de drogas en el sistema penal: los
presos
Varias fuentes indican que la mayoría de los consumidores de drogas en tratamiento ha tenido contacto
con el sistema penal. Una serie de estudios sobre personas acusadas de delitos y condenados realizados
en Grecia (Universidad Aristotélica de Salónica, 2000) e Inglaterra y Gales (Bennett, 2000) muestran que
los consumidores de drogas tienen más posibilidades de haber cometido diversos tipos de delitos que
los no consumidores de drogas. Por lo general, los delitos contra la propiedad constituyen el principal
tipo de delito que comenten los consumidores de drogas (Universidad Aristotélica de Salónica, 2000;
Bennett, 2000; Meijer et al., 2002).
Por lo que respecta al vínculo entre consumo de drogas y delincuencia, un estudio realizado entre la
población penitenciaria irlandesa (Hannon et al., 2000) descubrió que el 51% de los hombres y el 69% de
las mujeres afirmaban haber estado bajo la influencia de drogas cuando cometieron el delito por el que
fueron encarcelados. Otro estudio (Millar et al., 1998) entre presuntos delincuentes juveniles en Irlanda
estimaba que un 42% de los casos estaban relacionados con el consumo de alcohol, un 17% con el
consumo de drogas y un 4% con ambos, y que el alcohol tiene más probabilidades de estar relacionado
con delitos contra el orden público, en tanto que las drogas están relacionadas con mayor frecuencia
con robos.
Si bien estos resultados revisten interés, deben considerarse un ejemplo y no una representación del
vínculo entre consumo de drogas y delincuencia: en primer lugar, porque proceden de estudios
realizados en poblaciones concretas; en segundo lugar, porque pueden presentar variaciones
considerables en función de la droga consumida, y en tercer lugar, porque resulta sumamente difícil
establecer un vínculo –en particular un vínculo causal– entre consumo de drogas y delincuencia.
(1) Los resultados que aparecen en el recuadro han sido facilitados por Grecia, Irlanda, los Países Bajos y
el Reino Unido en el marco de sus Informes nacionales de 2002 al OEDT.
Podemos considerar que los delitos relacionados con las drogas son aquellos delitos penales contra la
legislación en materia de drogas, los delitos cometidos bajo la influencia de drogas ilegales, los delitos
cometidos por consumidores para financiar su drogodependencia (sobre todo delitos de posesión y
tráfico) y delitos sistemáticos cometidos como parte del funcionamiento de los mercados ilegales (lucha
por territorios, soborno de funcionarios, etc.). Excepto los delitos contra la legislación en materia de
drogas, los datos rutinarios no facilitan información sobre estas categorías y, cuando existen, proceden
de estudios locales ad hoc y no se prestan a una extrapolación.
Las drogas se relacionan con el delito de diferentes formas y encontramos esta relación en la posesión
ilegal de drogas y el narcotráfico, que están penados en casi todos los países, y en los delitos cometidos
por drogodependientes para poder costearse las drogas o por los efectos ocasionados por estas.
-La pasta de coca está compuesta fundamentalmente por sulfato de cocaína y se fuma.
-El clorhidrato de cocaína se esnifa o se administra por vía intravenosa.
-Asimismo, el Crack que es un compuesto formado por clorhidrato de cocaína y bicarbonato sódico se
inhala. Esta última forma de presentación provoca actualmente la dependencia con más rapidez y con
mayor efecto compulsivo.
Hay que mencionar el efecto taquifilaxis, sobre todo en la administración por vía intravenosa o fumada
que consiste en que a los pocos minutos de la administración de una dosis, se produce un desagradable
estado de irritabilidad y tensión que induce a la administración de una nueva dosis.
La sobredosis se da por una ingesta masiva de la sustancia o por los llamados “body packer”(llevar
cocaína en el cuerpo, rompiéndose el envoltorio que los contiene”).Cuando se produce una sobredosis,
la persona que ha consumido suele pasar por varias fases:
Suele ser una sustancia consumida para armarse de valor y tener más agresividad para cometer delitos.
En los casos de cocainismo grave y agudo, donde el sujeto presenta graves alteraciones, es inimputable.
La semiimputabilidad se da cuando se comprueba que existe un síndrome de supresión más o menos
intenso, sin embargo, esta situación es muy difícil de demostrar.En sí, la cocaína va a actuar como
agente desinhibidor para la comisión de delitos y el síndrome de abstinencia hace que las personas
tengan que delinquir para consumir.
En datos ofrecidos por Proyecto Hombre observamos que se ha incrementado el porcentaje de quienes
acceden a tratamiento y han cometido delitos, también el porcentaje de mujeres que han ingresado en
prisión antes del tratamiento . Los delitos más frecuentes por los que han sido acusadas las personas
que sí tenían cargos son: los delitos contra la propiedad, delitos violentos, posesión y tráfico de drogas y
otros delitos
El perfil mayoritario de consumidor de cocaína se puede generalizar de la siguiente forma: son sobre
todo varones, solteros en su mayoría ,con problemas familiares y de pareja (los que tienen pareja
reconocida), tienen una edad media más joven que los consumidores de alcohol.Se aprecia un cambio
destacable y una clara evolución en la forma y tipo de consumo; la heroína apenas tiene actualmente
relevancia como sustancia principal, prevaleciendo el alcohol y la cocaína.
El drogodependiente llega sólo a vivir para conseguir la droga y para ello necesita grandes cantidades de
dinero. A largo plazo, ningún salario puede satisfacer estas necesidades económicas y , por otro lado, el
adicto suele perder su trabajo, entonces no le queda otro remedio que obtenerlo por vías ilegales. Hay
una primera etapa en la que estas actividades no implican violencia física, como venta de drogas,
falsificación de recetas, timos, robos… Una vez el adicto ya ha superado esta barrera social, entra en
otra etapa en la que los robos suelen ser con intimidación y en esta etapa ya no importa la propia
integridad ni lo que le digan los demás, solo importa conseguir la droga. A la larga puede acabar en la
cárcel y dentro de esta el problema puede agravarse si también existen drogas . Si logra salir de la cárcel,
puede que ocurra que quiera pasarlo lo mejor posible y vuelva a drogarse y a cometer los mismos
errores. Para frenar esta trayectoria que va de mal en peor, es necesaria la intervención.
Es necesario sensibilizar con más intensidad sobre los problemas relacionados con las adicciones.
Además, antes del tratamiento se deja pasar mucho tiempo, el tiempo medio son 10 años y ello dificulta
la intervención, la persona ya está más degenerada y probablemente ya haya cometido delitos, por ello
recomendamos el desarrollo de estrategias y protocolos de intervención temprana para poder actuar
de manera eficaz, con mejores pronósticos y con daños mínimos para las personas. Otro dato a tener en
cuenta para retos futuros es el exagerado porcentaje de drogodependientes sin formación, por ello se
hace necesaria la implementación de una estrategia específica en esta área, bien dentro de los propios
recursos o en coordinación con recursos externos de formación, de cara a mejorar las posibilidades de
inserción laboral de estas personas. En definitiva, apostamos por un modelo de tratamiento integral que
sea capaz de diversificar sus respuestas, considerando una mayor individualización en los tratamientos,
con planes de trabajo más adaptados a cada persona.
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