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CAPÍTULO VI

T IP O S DE ATAGUIAS

Definiciones. - Altura de las ataguías. - Clasificación de los tipos. - Ata-


guías de tierra. - Ataguías de tierra y tableros de madera. - AtaguÍas
escalonadas. - Átaguias de lona. - AtaguÍas para terrenos de roca.
Cajones sin fondo . - AtaguÍas de hormigón . - AtaguÍas con tablesta-
cas metálicas. - Ataguías con tablestacas de hormigón armado.

Definiciones. - Son la s atagu as unas paredes provisionales,


destinadas a defender la excavación del cimiento contra la invasión
de l agua, faci litando el agotamiento de la excavación y la construc-
ción en seco de las fábricas del cimiento.
Deben , pues, ser las ataguías resistentes al empuj e del agua e
impermeables a su filtración.
Es inútil, por 10 tanto, emplear ataguías sobre terrenos muy per-
meables, porque de nada serviría la impermeabilidad de las paredes,
si por el fondo de l t erreno filtran ag uas abundantes, imposibles de
agotar.
Sobre terrenos m uy permeables sería preciso un dragado pre vi o,
hasta alcanzar el terreno impermeable, cuando lo haya, y const ru ir
entonces la ataguía sobre este terreno.

Altura de las ataguías. - Está determinada por el del nivel de


las aguas durante la época en que deban ejecntarse los cimientos,
104 PRIMERA PARTE.- GE:-<ERALIDADES y ELEMENTOS

y según el tiempo que se calcule que ha de ser ne.cesario para la


construcción total del cimiento.
En obras fluviales, las paredes de las ataguías deben ser un poco
superiores al estiaje, cuando se admita suficiente este período para
ejecutar el cimiento.
Cuando se presuma que no bastarán los meses de estiaje, hay
que dar a la ataguía la altura necesaria para quedar por encima de
las crecidas ordinarias, ya que sería costosísimo prevacerse contra
una avenida extraordinaria.
En obras marítimas, las ataguias deben tener una altura supe-
rior a la de las pleamares.

Clasificación de los tipos de ataguías. - Pueden clasificarse: en


ataguías de tierra, que comprenden las que se hacen con tepes o
con tierra; ataguías de tierra y recintos de madera; ataguías de tela;
ataguías para terrenos de roca, y ataguías de hormigón. Por último,
se ejecutan ahora ataguías con tablestacas metálicas desmontables,
o con tab1estacas de hormigón armado, que sustituyen con ventaja
a todos los demás tipos de ataguías empleados hasta ahora para al-
turas de agua considerables, por 10 que sólo reseñaremos ligeramente
los sistemas de ataguías que no deben ya emplearse, limitándonos
a detallar los de más frecuente aplicación.

Ataguías de tierra. - Para obras pequeñas y alturas de agua

~ ------------------. 3 , 50 - - - - - - - - - - - - - - - - . . . ,

Fig. 1 7 . . \laguÍa. de ti erra.

que no excedan de 1,50 m. , pueden ejecutars ~ ataguías con tierras,


que son entonces malecones con doble talud, pudiéndose proteger
con escollera el talud exterior.
_ _---=C:.:.-
A:.:. Í T U LO \' 1.-
P-=- TI PO S DE AT AGU:..::-í.:..:
AS , ,--_ 1(l5

El anc ho de la coronación no debe se r in feri or a 1 m .; la incli -


nación de los t aludes, de 1 X 2.
Sus dimen sion es en pl anta deb en ser las necesarias para envol-
ve r el cimiento, con b ermas suficientes para los t rabajos de ago ta-
miento y la ejecución de las fábricas.
Así, por eje mplo, pa ra 1 m . de altura de ag ua y un a excavación
de 1 m . de profundidad por debaj o del t erreno (fig. 77), la anch u ra
total ent re los bordes ex teriores del cimiento y de la at ag uía nece-
sita ser de u nos 8, 50 m . de cad a lado.
Se comprende, por t anto, que a pesar de su a parente sencillez
y econo mía, son muy po cos los cas os en que pu ed a emplea rse este
tipo de ataguía.
Debe, además, co nst ruirse con ciertas precaucion es, escc-
gién dose las tierras, que, por 10 men os para el núcleo cent ra l
a b e d , o mejor aun para la parte exte rior, deb en se r bastan-
t e arcillo sas, p ara obten er con ellas la impermeabilidad indisp en -
sa ble.
Conviene limpiarlas de raíc es y piedras y amas arlas antes de
ve rte rlas en el agu a en gruesas bolas, que se a pisonan a medida
que van colocándose.
Cuando la altura del agu a no exce de 0,50 m ., pu eden em-
plearse t ep es qne se di sp on en a la maner a de una fábrica con-
cert ada .

Ataguías de tierra y tableros de madera. - Para reducir el es-


pacio ocupado y el volu- -/,00 - ~

men de la s ti erras se em - .
.
":~ . <-.-. -~

-~
.. ' : . -.~

plean recintos de madera - , ' - -;"

~~.-.' = -~
de pilotes y tablestaca s. -. .. · · :..... : ~ · 7 7"-- ~ :- . -

Para alturas de agua


hasta 2 m. pu ed e bastar
un solo recinto (fig. 78).
Si el nivel del agu a Fi g.78 .

excede de :2 m. , es cas i
necesar io un d obl e reci nto, qu e conviene a p untala r con codales
(figura 79).
Se comp:)I1en est os recintos de pilotes hincados con mazas de
mano ge nera lmente, a distancias de 1 a 2 m., tras de los que se co-
)( 'fi l'RDIERA PARTE.- GENERALIDADES Y ELEMEXTOS

locan tableros de madera.


Las juntas de éstos se tapan
con tablestacas.
Se consolida e imper mea-
biliza la ataguía con arcillas
arenosas apiso nadas por ca-
~ -
pas ho rizo ntales .
L a separación de los r e-
cintos varía de 0,80 a ] ,50 m.,
seg ú n la alt ura de ag ua y
;. cal ida d de las tierras. Ex-
~,. cepcionalme nte se r edujo
I
a 0,25 m ., rellen ando el hue-
----J
Fig . í!l . co con fan go compacto e
impermeable (fig. 80); pero
es pr eciso entonces refor zar con escollera el pi e de los recintos
Convien e arriost ra r los recintos
dobl es; pero deb e hacerse por la
parte su pe rior de la ataguía, pu es
de hacerl o atravesando las ti er ras
del relleno se provocan peligro sas
vías <le agua. Sin embargo, cuan-
do el rellen o es de fango, no ha y
in conveniente en enlazar los dos
recintos po r pernos de hi erro que
atrav iese en el rellen o, por que el
a pisonado pu ede se r m ás enér- Fig. ¡;O,

gico y la impermeabilidad menos


pr ecari a.

Ataguía s escalonadas. - Para gra ndes alturas de ag ua se han


emplea do a veces ataguías por escalones, construídas en varias eta-
pas. Se comienza por formar una ataguía de pared doble, pero qu e
no tiene suficiente esp esor para resistir el empuje ext erio r, si el ago -
tamiento fu era completo . Se agota parcialmente y se eleva por la
parte interior ot ra ataguía y ux t ap uesta a la primera y de men or
altura; se efectúa otro agotamiento parcial y se construye ot ra t er -
cera ataguía .
CA PÍTULO \'1.- TIPOS DE ATAGUÍAS lu í

Hay q ue reforzar el co njunto con tornapuntas, y en definitiva


r esulta m ás ca ra de m a"tl o de obra y necesitan m ay or espacio, por
10 que no deb en em p learse.

Ataguías de lona. - E l ent ra mado es a nálogo a los ya descri-


t os. L a impermeabilidad se obt iene sust it uyend o los t ableros p or
un a lona de la clase em pleada p a ra v elas de b arco, q ue se impermea-
biliza , no sólo p or la dilata ción del t ejido en co ntacto del ag ua, sino
p or una mano de brea con que se p inta ,
E l b orde inferior, que de be se r a b un dante, se recubre de pie-
dras para que a d hiera al sue lo e impida la ent ra da del agua p or d e-
bajo de ella .
Este tipo de a taguías se emplea únicamente p ara a lt uras de
agua de 1,50 m . co mo m áximo; p ero puede utilizarse el procedi-
mi ento, p ara co m pleme ntar la im permeabilida d , de al guna otra
a t ag uía que resulte imperfecta.

Ataguías para terrenos de roca. - 140 s tipos de a taguías co n re-


cintos de madera , '
qu e acabamos de
describir, sólo pue-
d en aplicarse cuan -
do el t erreno p ermi-
t e la hinca de los pi-
lotes, que son el ele-
mento resistente.
Cuando el sue lo Fig . 81.

es de roc a hay que


em plear otras disposiciones. 14a m ás senc illa (fig. 8 i), para peque-
ñas alturas de agua , consiste en una serie de caballe tes triangulares ,
apoyados en el terreno, sob re los que se apoya el tabl ero, que se
impermeabiliza con ti erra.
En la presa de Ch evres se ha em plea do otra di sposición análo ga ,
para una altura ele agua de 6,00 (fig. 82).
El tablero, que se apoyaba sob re ca rriles vi ejos, t enía G cm. de
g rueso, y para conseguir la impermeabilidad sin recubrirlo ele
tierra , se calafateó cuidadosamente, em pot ra ndo su borde inferior
en una roza abierta por buzos en la roca y rejuntando con mortero
lO~ PRL\1ERA PARTE.- GEXERALIDADES y ELEMEXTOS

.'

Fig.82.

de cemento. Asimismo se empotraron las tornapuntas en hormigón


sumergido.
En el Viaduc de Gour
Noir (1) hubo que construir
tilla ataguía sobre granito anfi-
bólico (fig. 83).
Se construyeron dos recin-
tos sujetos al terreno por unos
pilotes de acero cuadrado de
5 cm. de grueso, a unos 2 m. de
distancia, que se empotraban
con mortero de cemento en agu-
jeros previamente perforados
en la roca.
Entre estos pilotes se colo-
o'~ 50 m. m.
caron tablestacas de madera
Fig. 3.
de igual grueso, todo ello suje-
to por cepos y pernos. Se relle-
nó con hormigón sumergido el intervalo de los d03 recintos.

Cajones sin fondo. - En Francia, principalmente, se empleó


bastante a mediados del siglo pasado el procedimiento de caiones

(1) «Notice sur la construction du Viaduc du Gour Naif/), par Mr. Dral:x: Annales des
Ponls el Chaussées, primer semestre, pág. 556.
CAPÍTULO VJ.- TIPOS DE ATAGUÍAS 109

Fig. 84. Cajón sin fondo para ataguía.


1 Hl PRIM E RA PAH T E.- GE:\ER.\LIDADES y ELEME:\'TOS" --_ _ _ _

sin fondo como ataguías para el agotamiento en lechos de río de


nivel constante. Se dragaba primero el terreno hasta descubrir el
terreno firme e impermeable en que había de cimentarse (fig. 84) .
Mientras tanto, se construía en una grada en la margen inmediata
un cajón de madera, constituído por cuatro paredes verticales, o
con un pequeño talud, de tablas bien ajustadas y calafateadas, con
fuertes marcos horizontales que dieran rigidez al conjunto.
Se lanzaba al agua el cajón, transportándolo al sitio de la pila,
y se fondeaba por medio del lastre necesario.
Procurábase entonces, por medio de arcilla apisonada con hor-
migón u otros artificios, obturar los huecos por los que pudiese pe-
netrar el agua entre el terreno y el borde inferior del callejón, ope-
ración difícil y expuesta a contingencias.
Se agotaba entonces dentro del cajón impermeable, procedién-
dose en seco a la construcción del cimiento.
La figura 84, que representa varias de estas operaciones, da idea
de las dificultades y gastos de tal sistema de ataguías, al que se ha
renunciado ya, a pesar del perfeccionamiento que se creyó introdu-
cir, sustituyendo la madera por el hierro, para la construcción de
.10s cajones (1).

Ataguías de hormigón. - Cuando el suelo en que va acimentarse


es muy permeable, pueden
hacerse ataguías que se lla-
man de fondo, y que consis-
ten en tapar estas filtracio-
nes con una solera de hormi-
gón sumergido en el fondo
de la excavación, previamen-
te dragada.
En el puente de Arrion-
das, sobre el río Sella (Astu ·
Fig. 85 . Ataguía de hormigón . rias) , construímos a taguías
de est e tipo (fig. 85).
La excavación en gravas muy sueltas se ejecutó con buzos. En

(1) En todos los libros franceses de construcción de puentes se han dado detalles prolijos
sobre estos cajones sin fondo; pero no consideramos útil reproducirlos aquí.
CAPÍTULO VI.- TIPOS DE ATAG UÍAS ] II

el per ímetro del fondo se clavó un recint o de pilotes y tablestacas


y dentro de éste se extendió una solera de hormigón sumergido
de 1 m . de grueso.
Sobre éste se colocó un cajón sin fondo de ma dera, y entre el
cajón y el recinto se rellenó el hueco con hormigón, también su-
me rgido.
Se agotó el in terior, y ya en seco se macizó con mampostería.
P or último, para precaverse contra las socavaciones posib les, se
defe ndió el cim iento con esco llera en los taludes de la excavación.
A pesar de las precauciones con que se ejecutó el hormigón su-
me rgido de la solera, no b astó el espesor de 1 m . para ev itar las
filtra ciones de fondo: h ub o q ue seguir sumergiendo hormigón hasta
obte ner un grueso de 2 m. en la solera .

Ataguías con tablestacas metálicas. - Pe ro todos estos t ipos de


ataguías han caído en desuso estos últ imos años por el empleo, cada
día más frecuent e, de las tablestacas metálicas, que ya desc ribi-
mos en el capít ulo I V, y que han pe rmitido reconstruir con rapidez
y econo mía much os puentes franceses destruídos durante la gue-
rra (1).
E n España se h an h ech o algunas aplicaciones, ent re las q ue ci-
tare mos la ataguía para el cimiento de un a presa en el Gua dalqui-
vir y las de cimientos de unos varade ros para la Con structora Na-
val de Valenci a.
E n los E stados Unidos se han ejecutado obras considera bles
media nte ataguías de esta clase, y hasta intentaron los ame rica nos
des cubrir los restos del a coraza do Maine, cuya ex plosión en el
puert o de la Habana determinó nuestra guerra con a quel país.
P ar a formarse un a idea de las dimensiones colosales de la ata-
guía al efecto construida , la representam os en las figuras 86 y 87.
E staba con stituída est a ataguía por 20 cilindros de 15 m . de
diá met ro, qu e un a ve z hincados a la enorme profundida d de 23 me-
t ros se reforzaron exteriorme nte po r otras paredes curvas suple-
ment a rias .
Se rellen aron los cilindros con tierras bien apisonadas, p ara a u-
me ntar la resisten cia y asegurar la impermeabilidad .

(1) Annales des Ponls el Chaussées de 1921. (Nota del Ingeniero Mr . Claise.)
1J2 PRI ~IERA PARTE.- GENERALIDADES Y ELE~IE:\'TOS

Se acometió el agotamiento con bombas poderosas; pero allle-


gar a 5,60 m. el desnivel de agua, empezaron a notarse flexiones
de las paredes, que obligaron a reforzar éstas interiormente con

Figura H6. Planta de la ataguía para extraer (1 . :\Inilu'•.

Fig. 87 .
CAPÍTULO YT.- --=..c-==___
TIPOS DE ATAGUÍAS _ _ 1_1:1

20.000 m". de piedra. Pero aun así, al proseguir el agotamiento, al-


canzaron las inclinaciones de las paredes ha sta 1 m. , y hubo que
modificar la marcha del trabajo (1).
Pero este fracaso, que obligó a enormes gastos para conseguir
el objeto deseado, como otros muchos ocurridos en agotamientos
importantes, no rest a valor a las positivas ventajas de esta clase
de ataguías sobre todos los demás sistemas anteriormente empleados.
R ecientem ente hemos comprobado las excelencias del procedi-
miento en los cimientos de cuatro pilas para el puente sobre el río
Sebú , para el fe rrocarri l de Tánger a Fez, para cuyos agotamien-
tos se emplearon t ablest acas Ramsone (fig. 88).

Fig . RB. Atagu ías m etálicas en el puente del Seb ú,

El servicio para cada pil a se hizo sob re un andamio apoyado


en onc e pilotes de madera (fig. 89). Se replanteó la ataguía cur va,
de manera que su p erímetro fu era múltiple de los 36 cm. de ancho
de la s tablestaca s; se necesitaron 85 para cada pila.

(1) En las páginas 363 a 705 del Madrid Científico de 1911. nuestro compañero E. Navarro
Beltrán , residente en la Habana, publicó varios interesant es artículos sob re la primera ten -
tativa.
8
114 P R I ME RA PA RT E .- GEN E RAL IDADES Y E LEMENT OS

Se consiguieron cerrar las ataguías hincando simultáneamente


las tres últimas tablestacas, en el orden 83, 85, 84 (fig. 90); pero la
hinca completa de la 84 de-
bía preceder a la t ermina-
ción de la de las 83 y 85.
D/r«c/o~ L Pero aun en el caso de
• .tlddCtYTI"nll
~- que por circunstancias im-
previstas la distancia entre
la 82 y la tablestaca prime-
F ig . 89.
ra resultara inferior a tres
anchos, el cierre se efect úa-
ba desviando las últimas tres tablestacas en forma parecida a la
figura 9l.
No parece, pues, dudoso qu e el empleo • 84-
ele ataguías de tipo análogo resuelva sat is-
factoriamente el problema de muchos ago-

tamientos difíciles, sin qu e por ello dej e de o
ofrecer las contingencias propias del proce-
dimiento.
En efecto: en ataguías de gra n altura, e
hincadas en terrenos variables, no es fácil o
conseguir qu e las tablest acas metálicas pe-
netren con la verticalidad calculada, y se
desvían o se inclinan, 10 qu e dificulta sen-
siblement e el cierre de la pared , obligando
a toda clase de artificios, no siempre efi-
caces.
Es , pue s, un buen procedimiento, muy ··.
.'

:'
,
vent ajoso en ciertos caso s; pero no debe F ig. no.
consiclerarse como la panacea , ni de la s ata-

I
11

Fi g. 9 1.
CAPÍTULO VI.- TIPOS DE ATAGUÍAS 11;")

guías, ni de los agotamientos, cuyas contingencias reducen, pero


no suprimen, pues quedan las filtraciones de fondo , no siempre
agotables.

Ataguias con tablestacas de hormigón armado. - Los recintos


construídos con las tablestacas de hormigón armado, descritas en
la página 75, son muy resistentes, pero,no se puede pretender aná-
loga impermeabilidad que la que se consigue con las tablestacas
metálicas, por muy perfecto que sea el contacto entre las tables-
tacas.
Pero cuando las alturas de agua son grandes, pueden construirse

. . ... - . .. '4. 00 . - - - - - - - . . . . .

P.H.E.

Fi g .92. A ta guía con ta bl est ncas de H . A . F ig . 93. Secci ón d e la tablest aca .

ataguías de doble recinto: uno con tablestacas metálicas y otro con


tablestacas de hormigón armado, entre los qu e se puede apisonar-
tierras, y aun mejor fangos, que aseguran la impermeabilidad y la
resistencia mediante los arriostramientos necesarios.
En el Concurso de proyectos para la construcción del dique de-
carena de Cádiz, el autor ha propuesto, entre varias soluciones, una.
ataguía de esta clase, con un desarrollo total de 600 m . y para una
altura de agua de 5 a 7 m. (figuras 92 y 93).
Ofrecerá en est e caso la ventaja de que el recinto exterior de hor-
migón armado serv ir á de paramento de atraque para los barcos;
con mayor duración que el de tablestacas metálicas, más oxidable
por las aguas del mar, y que nos proponemos establecer paralelo y
a 14 m. de distancia.
116 PRIMERA -P ART E .- GENERALIDADES Y ELEMENTOS

Como se ve, los nervios de cada tablestaca son unas vigas en


forma de igual resistencia, que estarán atirantados por dos redon-
dos de acero de 28 mm., en cuyo extremo una placa de . H. A. se
anclará en el terraplén, en forma análoga a las del muelle de Yar-
mouth (pág. 76).
Los tirantes de hierro y sus tuercas pueden envolverse en una
camisa de mortero de cemento, que las defienda contra la oxida-
ción, y a la placa de anclado puede dársele la superficie necesaria
para que surta el efecto que se desee.

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