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Cultura Caral

I. Ubicación Geográfica
El área de desarrollo e influencia de la civilización Caral, llamada área norcentral peruana, es de 400 por 300 km, y
comprende los valles de la costa (Santa, Nepeña, Sechín, Culebras, Huarmey, Fortaleza, Pativilca, Supe, Huaura,
Chancay y Chillón), los callejones serranos de Huaylas y Conchucos junto con el altiplano de Junín, y las cuencas
de los ríos Marañón, Huallaga y las cabeceras del Ucayali en la selva.

En toda esta área destaca claramente el valle de Supe, ubicado en la provincia de Barranca, departamento de Lima,
donde en apenas 40 kilómetros desde el mar, se han identificado 20 asentamientos de esta civilización, 1 cuyas
extensiones van de 0,16 hectáreas hasta casi 80 hectáreas.

II. Características generales de la Cultura Caral


Aunque en lugares como Valdivia, en Ecuador, se producía cerámica desde 4000 a. C., en Caral no se utilizó; de allí
viene la denominación de precerámica, aunque la doctora Ruth Shady, su descubridora, prefiere hablar de acerámica
(sin cerámica), pues al disponer los antiguos pobladores de Caral de una gran cantidad de mates (cucurbitáceas) que
usaban como recipientes, no necesitaban de la alfarería.

El logro más impactante de esta primera civilización fue la construcción de extensas ciudades, con edificios
monumentales, construidos de una manera muy ingeniosa con piedra, barro y materiales vegetales, en cestos tejidos
y cerrados con dimensiones y pesos muy variados (shicras) pero bastante homogéneos para facilitar las labores de
acuerdo a la fortaleza física de sus albañiles y constructores. Las formas predominantes son las pirámides
escalonadas, las plazas circulares o semicirculares hundidas en los frentes, con escaleras que daban acceso a la cima,
donde se observan habitaciones y espacios para rituales y ceremoniales.

La evidencia arqueológica muestra también una significativa producción agrícola de algodón para redes de pesca y
prendas tejidas en técnica torzal,12 así como muy sofisticadas expresiones de arte musical en la confección de flautas
con figuras incisas de animales míticos que sugieren un carácter religioso.

Las diferencias de tamaño entre los asentamientos y sus edificios evidencian jerarquía entre las poblaciones que los
ocuparon, e incluso la existencia de una organización política que hizo posible su construcción.

III. Descubrimiento
Los arqueólogos conocían la existencia de sitios monumentales en el valle de Supe desde principios del siglo XX
(por ejemplo, Áspero fue estudiado por Max Uhle en 1905 y Julio César Tello en 1937, y por Willey y Moseley en
los 60's. ) La misma ciudad sagrada de Caral fue explorada en 1948 por Paul Kosok y Richard Schaedel, y publicada
con el nombre de Chupacigarro (tomado de una hacienda local) 17 años después, aunque ninguno de los dos
exploradores pudo determinar su antigüedad. Frederic Engel estudió el lugar en los años 1970, e informó de la
naturaleza precerámica del sitio en 1987, sin embargo, sus afirmaciones no fueron aceptadas por los arqueólogos,
como puede verse en la literatura arqueológica, hasta 1997.

En 1994 Ruth Shady inició una prospección en el valle de Supe, con excavaciones en 1996, cuyos resultados publicó
en 1997, afirmando abiertamente la naturaleza precerámica de la ciudad sagrada de Caral, y de la primera civilización
andina. Esta afirmación fue nuevamente recibida con escepticismo y rechazo por parte de los arqueólogos. Sin
embargo, con el avance de las investigaciones, y nuevas publicaciones, así como las varias y sucesivas decenas de
pruebas de radio carbono 14, quedaría finalmente demostrada la antigüedad, originalidad y naturaleza acerámica de
la civilización Caral.

IV. Manifestaciones Culturales


1. Organización económica
La sociedad de Caral formaba parte de una red de sitios que se extendían y articulaban a lo largo de la cuenca
del río Supe. En esta red había asentamientos costeros y otros ubicados en zonas más altas (sierra); entre
todos ellos se dio un intercambio de productos (comercio de trueque), siendo la Ciudad de Caral
evidentemente el centro de toda esa red. Visto así, se vislumbra la importancia que alcanzó la especialización,
es decir, la aparición de grupos especializados en determinadas actividades económicas.
a) Pesca
La extracción de productos marinos (pescado y mariscos) fue la principal proveedora de proteínas.
Se desarrolló principalmente en la localidad costera de Áspero, desde donde se repartía el producto
marino hacia todos los asentamientos del valle. En Áspero se desarrollaron técnicas de pesca,
consistentes en el uso de anzuelos, cordeles, embarcaciones y redes de fibra de algodón con
flotadores hechos de mates y pesos confeccionados con piedras anudadas.

Se vislumbra la importancia de esta actividad por la cantidad de restos de especies marinas hallados
en la ciudad de Caral. Destaca la presencia abundante de la anchoveta; también capturaron sardina,
jurel, lorna, corvina, cabinza, pejerrey, bonito, róbalo, coco, cachema, machete, tollo; y recolectaron
machas, choros, almejas y conchas de abanico. También se han encontrado restos de ballena azul y
tiburón blanco.

b) Agricultura
Los hombres de Caral desarrollaron una agricultura intensiva en el valle de Supe. Emplearon
herramientas sencillas como palos y astas para cavar. Construyeron también canales de riego muy
simples que llevaban el agua del río hacia los campos de cultivo. Las plantas alimenticias que
cultivaron fueron: mate o calabaza, achira, pacae, pajuro, maní, ají, guayaba, lúcuma, papa, pallar,
camote, frijol, palta y maíz. Y de especial importancia fue el cultivo del algodón, cuya fibra
aprovecharon en gran escala.

c) Comercio
Los pobladores intercambiaban su producto mediante el trueque: los del litoral, brindaban sus
productos extraídos del mar (pescado y mariscos), los de los valles costeños, algodón y frutas, y los
de las zonas altas, sus productos agrícolas (cultivos alimenticios) y de pastoreo (camélidos). El
centro de toda esa red era indudablemente la Ciudad Sagrada de Caral.

Es también evidente que dicha red se prolongó a lugares más lejanos, pues en la zona de Caral-Supe
se han hallado productos de la sierra (palos de lloque, plumas de cóndor), la selva (congompe, pieles
de primates, plumas de aves) y la costa ecuatorial (spondylus). No solo intercambiaron productos
materiales sino también conocimientos y elementos culturales.

2. Organización Política
Cada asentamiento estaría representado por una autoridad o curaca, además de los principales de sus ayllus
o grupos de familias; lo que constituiría el germen de una forma gobierno que habría de prolongarse
milenariamente en todas las sociedades andinas. La clase dirigente se conformaba con recibir la tributación
de los habitantes, tanto en bienes como en prestación de servicios.

3. Organización Social
Se ha determinado que existía una gran diferenciación social, es decir, la población se dividía en clases
sociales, cada una de las cuales cumplían determinadas funciones y estaban organizadas de manera
jerárquica. Unos grupos se encargaban de la planificación y la toma de decisiones (gobernantes y sacerdotes),
y otros de las tareas manuales, como la pesca, la construcción, la agricultura, etc.

4. Arte
a) Arquitectura
Los ejemplos más relevantes de arquitectura monumental se dan en la Ciudad Sagrada de Caral. Sus
edificios principales son pirámides escalonadas o templos, hechas a base de adobe y piedra; como
elementos complementarios, se usaban troncos y fibras vegetales. Son estructuras de diverso tamaño.
El más imponente, tanto en altura como en volumen, es el llamado Edificio Piramidal Mayor (o
simplemente la Pirámide Mayor de Caral).

Las paredes de la estructura piramidal están enlucidas con barro y pintadas de blanco o amarillo
claro, y, raramente, de rojo. Cada edificio tenía una escalera central que conducía hacia la parte
superior, donde se hallaban varios cuartos. En el cuarto principal había plataformas bajas ubicadas
en dos o tres de sus lados, y en el centro, un fogón compuesto por un hoyo en el suelo, recubierto
con barro. Los indicios indican que el fogón tenía una función ritual; allí se quemarían diversos
alimentos como ofrendas.

b) Escultura
En Caral no se desarrolló la técnica alfarera (esto es, piezas modeladas en arcilla y cocidas al fuego).
Y es que, en la práctica, los caralinos no necesitaban de cerámica pues contaban con mates de
calabaza como recipientes, cucharas talladas en madera y platos tallados en piedra.

Aunque si modelaban pequeños ídolos antropomorfos en arcilla, dejándolos secar al sol. Estas
estatuillas, que representan figuras masculinas y femeninas, se han encontrado fragmentadas y
formarían parte de rituales relacionados con la renovación de los edificios y el culto de la fertilidad.
A base de estas representaciones se puede inferir la vestimenta, el tocado y el peinado de los
habitantes de Caral.

c) Música
Se descubrieron tres conjuntos musicales conformados por instrumentos de viento:
 Un conjunto de 38 cornetas, hecho de huesos de huanaco y venado.
 Un conjunto de 32 flautas traversas, de huesos de cóndor y pelícano, con diseños zoomorfos.
 Un conjunto de 4 antaras (flauta de pan), de carrizo e hilos de algodón.

Este descubrimiento sugiere la práctica musical colectiva, así como una organización compleja de
la sociedad de Caral. Posiblemente, la música acompañaba a las prácticas rituales y sociales.

d) Ornamentación Personal
Los caralinos se adornaban con collares de cuentas y dijes elaborados con conchas marinas (como
el choro y el mullu o spondylus), huesos de animales marinos, piedras semipreciosas, minerales
como la crisocola, andesita y rodocrosita. Muchos de estos productos eran traídos desde regiones
lejanas. Las conchas eran alisadas, pulidas, y algunas veces grabadas con diseños sencillos, como el
espiral. Otros collares tenían plumas amarradas con hilos de algodón.

V. Ciencia
1. Matemática
Es evidente que contaron con conocimientos de aritmética y geometría, necesarios para el diseño y
construcción de sus edificios.

2. Astronomía
Se han encontrado evidencias de que los hombres de Caral contaban con conocimientos de astronomía, que
aplicaban en la elaboración del calendario, relacionado con la celebración de festividades y otras actividades
económicas, religiosas y cívicas. Dichos conocimientos lo aplicaron también en la orientación de los
edificios públicos. Se han hallado, por ejemplo, jeroglíficos y líneas esparcidos en las planicies desérticas,
al lado de piedras talladas dispersas; así como un recinto subterráneo originalmente techado, que parece ser
un observatorio. Es de destacar también un monolito o huanca hincado en el suelo de una plaza pública, que
habría sido un instrumento de observación astronómica.

3. Medicina
El conocimiento médico está evidenciado por la presencia recurrente de plantas medicinales, muchas de ellas
halladas en contextos funerarios. Por ejemplo, son numerosos los paquetes de tallos y hojas de sauce, usado
contra los dolores de cabeza (es el mismo árbol que contiene el principio activo de la aspirina).

VI. Tecnología
1. Tecnología Constructiva
Los constructores de Caral usaban la técnica de las shicras, bolsas hechas con fibras vegetales y llenas de
bloques de piedra, con las que rellenaban las plataformas de los templos, colocándolos ligeramente
separadas. De esa manera lograban estabilidad en las estructuras. Al ocurrir un fuerte sismo o terremoto, ese
núcleo de shicras que hacía de base del edificio se movía con la vibración, pero de manera limitada, pues las
piedras eran contenidas en las bolsas. Luego, las shicras se reacomodaban encontrando un nuevo punto de
estabilidad. La shicras tenían una función antisísmica.

2. Tecnología Agrícola
Las evidencias halladas indican que hubo grupos especializados en mejorar las especies y el rendimiento de
los cultivos alimenticios e industriales. Mediante la experimentación y la manipulación genética de las
diversas variedades de plantas, se produjeron semillas mejoradas. Ello permitió la producción de plantas con
frutos de mejor calidad y tamaño, y más resistente a las plagas. Un ejemplo sería el algodón, que pasó por
un proceso de mejoramiento genético para lograr una fibra más larga, variedad de colores (pardo, marrón,
crema y beige) y mayor rendimiento.

3. Tecnología Textil
El desarrollo que alcanzó la textilería se evidencia por el hallazgo de cantidad de semillas y motas de algodón.
Con las fibras de este producto se tejían los vestidos, que eran piezas llanas, sin decoración. Se empleaba la
técnica del entrelazado y el torzal. También elaboraron calzado, bolsas, sogas, redes de pescar, cordeles, etc.
Conjuntamente con la fibra de algodón se usaron las de otros vegetales, como totora, junco, cabuya, etc.

VII. Religión
La religión, como ya se ha dicho, debió ser el factor de integración social y cultural que mantuvo unidos a los
habitantes del valle Caral-Supe. La clase dirigente debió ser la mediadora entre el grupo social que representaban y
el poder sobrenatural de los ancestros y dioses.

Por la monumentalidad de sus templos o pirámides escalonadas, la Ciudad Sagrada de Caral debió ser el centro
religioso de esta civilización. Allí debía afluir gente venida de otros sitios del valle, e incluso de regiones más lejanas,
para participar de las ceremonias rituales. Estas tendrían como centro los fogones de los templos, donde se quemaban
ofrendas, que consistían sobre todo en alimentos (peces y moluscos), algodón, cuarzo, mechones de cabello y otros
objetos. También se enterraban con carácter votivo estatuillas de arcilla (previamente rotas), y conglomerados de
vegetales.

VIII. Fin de la Cultura Caral


Todo indica que hacia el 1800 a. C. todos los asentamientos de la cultura caral en el valle de Supe fueron
abandonados. Se ignora las razones exactas, pero se presume que fue a consecuencia de eventos naturales, como
terremotos y el Fenómeno de El Niño, que obligaron a los pobladores a emigrar a otros lugares.

Efectivamente, se han hallado indicios de fuerte actividad sísmica en diversos templos monumentales, como en la
Huaca de Sacrificios de Áspero y el Templo Piramidal Mayor de Caral. Muestran grandes grietas y desniveles entre
los pisos que posteriomente fueron cubiertos por nuevas construcciones. Esos sismos debieron ser de una magnitud
de 7 a 8 grados en la escala de Richter.

Pero posiblemente lo que más afectó fue uno o varios eventos catastróficos de El Niño, caracterizado por lluvias
torrenciales y desbordes de ríos, que causarían sin duda un gran colapso en la economía agrícola, al quedar
convertidos en ciénagas y pantanos las zonas dedicadas al cultivo; otra consecuencia sería el arruinamiento de las
playas. También los vientos inusitados por El Niño ocasionarían grandes tormentas de arena que cubrirían los campos
de cultivo del valle de Supe.

Los pobladores se verían así obligados a emigrar a otros lugares donde construyeron sin duda nuevos asentamientos
y aplicaron sus tecnologías. Coincidentemente, surgieron por esa época otros templos y centros administrativos en
los valles costeros cercanos a Caral, así como más al norte y en la sierra. Entre ellos están Sechín, La Galgada y
Huaricoto (Áncash), y Kotosh (Huánuco). Estos centros demuestran, efectivamente la continuidad de la civilización
andina, cuyo foco primigenio es indudablemente Caral.

IX. Bibliografía
https://es.wikipedia.org/wiki/Civilizaci%C3%B3n_Caral#Manifestaciones_culturales

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