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hoy", contesté. "Me tomó un poco recuperarme cada vez.

No
obstante, aunque me sentí mal, estaba preparado mentalmente
para seguir adelante diez veces, incluso veinte, si era necesario.
No quería fracasar tantas veces, pero estaba dispuesto."
"Suena demasiado arriesgado para mí y es demasiado arriesgado
para la mayoría de las personas", dijo el asesor.
"Estoy de acuerdo", contesté. "Es especialmente arriesgado
si no estás dispuesto a fracasar, o a fracasar por lo menos una
vez antes de abandonarlo. Es todavía peor si piensas que fracasar
es malo. Mi padre rico me enseñó a entender que fracasar
es parte de ganar. Aunque tuve éxito en el pasado, aún sé que
las probabilidades siguen siendo las mismas. Cada vez que
empiezo un negocio, sigo siendo consciente de que nueve de
cada diez fracasan".
"¿Por qué dice eso?", preguntó el entrevistador.
"Porque siempre necesito permanecer humilde y respetar las
probabilidades. He visto a demasiadas personas construir un
negocio, ganar mucho dinero, volverse jactanciosos y empezar
otro negocio pensando que las probabilidades ahora están a su
favorr. Aunque es posible que las probabilidades hayan mejorado
un poco debido a su experiencia y a su éxito pasados, todos
necesitamos ser lo bastante humildes como para saber que las
probabilidades siguen siendo nueve de cada diez para los negocios
que están empezando".
"Lo que dice tiene sentido", dijo el entrevistador. "Así que
actualmente cuando usted empieza un nuevo negocio sigue siendo
cauteloso. Sigue respetando la posibilidad de éxito de uno a
diez.
Así es", repliqué. "He tenido muchos amigos que se
vuelven
jactanciosos y ponen todo el dinero de su último
negocio tu uno nuevo y luego lo pierden todo. Si quieres
tener éxito en la vida, siempre tienes que respetar las
probabilidades, sin importar qué tanto éxito tuviste en el pasado. Todo jugador
profesional de blackjack sabe que no porque sacaron un as y
un rey en su última mano, cambian las probabilidades para la
siguiente".
"Lo tendré en mente", dijo el entrevistador. "Sigo pensando que
es arriesgado", dijo el asesor. "Usted y su libro son peligrosos.
La mayoría de las personas no puede hacer lo que usted hace. La
mayoría de las personas no está preparada para dirigir su propio
negocio".
"¿Está usted de acuerdo?", preguntó el entrevistador.
"También hay algo de verdad en la afirmación" contesté.
"Nuestro sistema escolar entrena a las personas para ser empleadas
más que para ser dueñas de negocios y por esa razón es que
la mayoría no está preparada para dirigir su propio negocio. Así
que yo estaría de acuerdo con nuestro reconocido asesor".
Haciendo una pausa, dejé que mi comentario de acuerdo
quedara claro. Estaba haciendo mi mejor esfuerzo por no entrar
en una discusión, aunque me sentía provocado por el asesor de
inversiones. Siguiendo adelante dije: "No obstante, les
recuerdo que hace menos de cien años, la mayoría de las personas
eran pequeños negociantes independientes. Muchos de
nosotros tenemos parientes que eran granjeros o que tenían
negocios pequeños. Todos eran empresarios. La gente hace
cien años era lo suficientemente fuerte como para dirigir su
propio negocio a pesar de los riesgos. No fue sino hasta que
gente como Henry Ford comenzó a construir meganegocios
cuando cada vez más personas se volvieron empleadas. Sin
embargo, aun con el advenimiento de meganegocios como
Ford o General Electric, los pequeños negocios independientes
siguen prosperando.
"De hecho, los pequeños negocios son responsables de casi
todo el crecimiento laboral y de una gran parle de todos los impuestos que se cobran. Así
que a pesar de los riesgos, cada
vez más personas siguen empezando su propio negocio. Sin
ellas, habría mucho más desempleo. Sin esos individuos dispuestos
a correr riesgos, seríamos una nación financieramente
rezagada. La libre empresa nos da a todos la oportunidad de
correr riesgos y crecer. Si esos individuos no corrieran riesgos,
nuestra nación no sería tan próspera como lo es actualmente.
Las personas que corren riesgos aumentan la prosperidad".
La entrevista prosiguió durante otros diez minutos. No hubo
ni una resolución ni un acuerdo. Era obvio que proveníamos de
realidades diferentes. A medida que continuó la conversación
sin acuerdo, podía escuchar a mi padre rico diciendo: "Muchas
discusiones en la vida real son ocasionadas por diferencias de
realidad".
Las proporciones de riesgorecompensa
están a tu
favor
Una de las cosas que quería decir al asesor era que la proporción
de riesgorecompensa
estaba a mi favor. Sin embargo, eso
seguramente
habría llevado a una discusión... a una prueba para
ver quien estaba bien y quién estaba mal. No logré dejar en claro
mi punto en la radio, pero te lo quiero explicar a ti... el punto es
que hay riesgo en lo que hago pero no tiene que ser arriesgado.
Hace años, mi padre rico nos explicó a su hijo y a mí la
importancia de conocer los riesgos, las recompensas y de tener
una estrategia ganadora... una estrategia ganadora que incluyera
perder. Mi padre rico estaba consciente de la proporción
de
fracaso de nueve de cada diez que tiene la mayoría de los negocios
que están empezando. También estaba consciente de que
la recompensa de hacerlo sólo una de diez veces aumentaba
mucho el riesgo de perder nueve. Mi padre rico explicó con

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