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POEMAS D E L HOMBRE
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CARLOS SABAT ERCASTY

POEMAS

MONTEVIDEO
n en xxi
TALLERES DE LA ESCUELA INDUSTRIAL N.° 1

COMPOSICIÓN EN LINOTIPO
A CARGO DE LOS ALUMNOS

MARÍA CARUSO...................
CARLOTA I L L A ...................
MARIA ESTHER RODRIGUEZ
JULIA S A R A V IA ..................
JUAN J. A L C A ID E ................
EMILIO A Y A L A .................... LIBRO'DE LA VOLUNTAD
JUAN CARLOS F O N T A N A ...
AMÉRICO MANGARELLI-----
JULIO F. M A R IA N I..............
PEDRO V. M A R IA N I............
CLETO M. OLMEDO ---------
PABLO P. SILVEIRA---------
NICOLÁS VIEGA . . . : ..........
JUAN VIZCAINO....................

MONTEVIDEO
3 4 5 2 ff
Libro de 9

LIBRO DE LA VOLUNTAD

Estrella última de la altísima noche!


Somos los más lejanos amantes, fuego mío!
Mientras tú te subiste a la frente de Dios
yo descendí al propósito más hondo.
Mientras tú sonreías en la distancia pura
yo fui llorando
a la profundidad más triste.
Mientras tu luz se hizo invisible a los ojos
mi sombra no se vió de tan caída y negra.

Estrella última de la altísima noche!


Y o soy el arquero del mundo,
el ágil cazador
de las ciudades y los bosques.
Mis pies están llagados
y es de tanto correr por los peñascos
10 L ib io de la Voluntad Lib io de la Voluntad 11

y pisar las espinas de la tierra. Pon un estremecimiento de batallas


Se ha ennegrecido mi saliva sobre mi corazón.
con el polvo de todos los caminos. No dejes que me extinga.
El barro me llega hasta la frente Construyeme de nuevo
y con su mancha espesa para darme otra vez hasta la muerte.
ha entrado a la casa de mis sueños. Ah,
^SI dolor de la nada si me levantase de mi sombra
es el dolor final que soportan los hombres. y reuniese en una fuerza ardiente
Mírame estas pupilas vacías las piedras poderosas de mis ruinas.
y estas manos ardientes y de ansiosos placeres Estaré de pie sobre mi mismo
mostrarles a tus ojos mi pobreza desnuda. y arrojaré relámpagos sublimes de mis puños.
Mi ola quedó muerta sin llegar a la orilla Contémplaníe a fondo igual que si mirases
cuando los brazos ebrios del anhelo de un sólo golpe inmenso
fatigaron el viento de la voluntad el mar entero.
Cuéntame las heridas hasta cansarte, estrella,
Estrella última de la altísima noche! y tócame estas llagas
Y o soy el arquero del mundo, hasta que tu propia luz les tenga miedo.
el ágil cazador Atraviesa mi sombra
de las ciudades y las selvas. hasta que tu mirada ya no entre
Yo tuve los labios cargados de flechas. en el espesor más frío de mi angustia.
Yo soy entre todos el que todo lo ha dado. El mucho dolor
Arranqué los tesoros más hondos me hizo acercar la frente al Dios que nos ha hecho.
para llenar el mundo de alegría. ¿De esa profundidad
Tenía los sueños en largas hileras no llegará la tierra hasta tu altura?
igual que los niños que esperan las olas.
Me abría el pecho entero Y o soy quien lloró más el llanto
con una gran herida de música y dulzura de la elevación y la caída.
e hice volar las aves de Dios desde sus bordes. Yo soy la garganta de más agudos gritos
Contémplame el fondo gastado de mi mueca. que se han ido quemando sobre todas las ansias.
Echa tu luz divina El lodo de los hombres
sobre las amarguras de mi carne. me salpicó la rosa continua de la frente.
•12 Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 13

Me di a la fiebre, a la sed, al Instinto. tuviese miedo de herirme más.


Las brasas violentas de las pasiones Siento como si no quedara
han mordido mi carne hasta el espíritu. un más allá para la sombra.
Salí a las ardientes cacerías Siento como si fuese a rasgarse esta venda
cuando A l miedo anudaba el corazón del hombre. de mis ojos de tierra.
Libré a todas las metas las flechas de mi arco. Siento como si nfi última herida
He agotado la Tierra, fuese el borde divino de la verdad.
abracé todas sus formas, Siento como si el abismo
y no quedó un camino no tuviese un limíte más hondo y más lejano
sin las ágiles huellas de mis plantas. que mi propio dolor.
Mi alma está adentro de la mayor fatiga. Siento como si Dios me alzase de la muerte
Con un cansancio igual morirían los orbes. y tocase de su inmensa luz
Estrella última de la altísima noche! mi frente pálida.
Si la quietud mortal que me hiela los brazos Siento que mi llanto se ha hecho
llegase hasta una chispa de tu hoguera toda la voz que da la esfinge.
mi hastío te apagaría para siempre.
El dolor más inmenso a que ha llegado Dios, Estrella última de la altísima noche!
es este dolor mío, con que te lloro, estrella! Estrella mía!
Yo soy el último deseo vencido Es qué no estamos muertos?
y la vida misma Es qué yo quiero y puedo todavía?
que se haya ahondado más para saberse! Tengo en mis manos la última flecha
Y o soy como si el tiempo se fuera a detener. . . . que quiere alzar la Tierra.
Como si la creación contuviese su impulso Aguárdame, frente de Dios, estrella única ¡
arrepentida de sostenerme. . . . Mira mis brazos, mira mi arco, mira mi flecha!
Como si el amor no procrease más Mira mi sed, m ira mi hambre, mira mí anivelo!
y la muerte se abriese para todos los m undos.... Mira la sombra horrible
Yo soy el final desde donde él esfuerzo de mi dolor te apunta!
de la cadena más larga. Mira mi voluntad,
alargada en tu muda distancia
Estrella última de la altísima noche! como una inmensa herida.
Siento como si la mano divina Mira mi palidez y el sudor de mis llagas.
34 Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 15

Mírame el corazón destrozado


sobre las piedras del mundo,
bajo tu a ltjra divina.
Y a nadie puede verme al fondo de mis sombras.
Y a nadie puede verte en tu luz inefable. II
Yo he caído de espaldas roto contra el abismo. I
B1 arco está partido en dos brazos inútiles,
y la última flecha de mi vida Ahora vino el momento sin más allá
sube en la noche a tu esplendor supremo! y no es posible estar tan solo.
Es el momento tuyo, ah, compañera mía,
Estrella última de la altísima noche! cuando tu mano dulcemente humana
Si mí anhelo de hoy no llegase hasta tí, detiene mi caída ebria y trágica!
la flecha de mi sed caería sobre el pecho
y abriría una herida más honda que las otras. Es el momento en que me pierdo
Dios mío! por interminables espacios
Tú sabes que la Tierra ya no me ofrece nada donde las sombras siguen a las sombras
para la sed! y ya no puedo verme de tan hondo.
Contempla el miedo pálido Ah,»no me detiene la pequeña alma
con que aguardo la vida pegada a la tierra,
o la muerte! sin la perspectiva de los grandes tiempos,
sin el contacto de los silencios últimos
que nos arrojan en carreras locas
de sed,
detrás de las palabras profundas que los llenen!

%
¿De qué raíz terrestre me he desprendido, dime?
De qué fuerzas enceguecedoras del espíritu
rasgo las vendas últimas?
Qué mundos de color,
qué olas de forma,
qué caminos de luz,
16 Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 17

abandona mi frente H ay fom en tos en que estoy todo vencido


m á ^ a llá de todas las orillas? por la sed más divina, más anhelante y alta.
Entre qué espacios de eternidad desciendo? H ay momentos en que mi abismo me horroriza
Por qué mares de Dios viaja mi proa? y no puedo llenarlo con mentiras
Ah, irnos tan lejos, alma, irnos tan lejos! y un vuelo de ilusiones huye de mis deseos.
Haberse hundido en lo insondable y vago H ay momentos mortales,
donde las manos no aprisionan nada.... desesperadamente vacíos,
Olvidar el momento, el año, el siglo, en que los sentidos no traen nada.
el punto fuerte que hace el mundo Y o me contemplo en límites nunca vistos por nadie.
sobre el infinito---- Siento el horror amargo y trágico
Abandonar la órbita pausada de la Tierra, de ser,
y las vidas fugaces de los astros, de ir más allá,
y el lazo que nos anuda al sol de continuar el viaje mudo,
y la caída inmensa por el tiem po. . . . de sentirme arrojado para siempre
Perder pie en el misterio,- tom o una piedra viva
resbalar entre sombras repetidas y no poderme detener ya nunca.
hasta no saber n a d a .... H ay momentos en que me aterrorizo
Desligarnos de la carne recia y grito,
hasta deshacerla en la fatiga y rujo,
de resistir el a lm a .... y lloro,
Romper los labios pálidos en agudas preguntas y pido salvación,
hasta hundirnos en la voluntad de hacernos Dios y golpeo la frente con los puños,
y trasponer los muros espesos de ser hombre---- y me ahogo en el nudo final de la garganta,
Descender en grandes olas y las manos míe palidecen hasta la muerte,
por nuestro propio espíritu y está todo mi espíritu disolviendo mí vida
hasta que la caída nos e ric e .... con su labor sutil, continua y penetrante.
Ah, soledad, H ay momentos sin un paso más
horrible soledad de comprendernos! en que mi fiebre arde sobre Dios,
en que un último impulso vencería a la esfinge... .
H ay momentos para todos mis hermanos Momentos en que espero el golpe inmenso
en que pido el feliz aturdimiento. con que me llenará la luz d ivin a.. . . (2
I8 Libro de la Voluntad
Libro de laVoluntad 10

11
Momentos en que las manos ambiciosas
♦ ya van a entrar al resplandor supremo!
Ah, qué miedo hermanos!
Qué miedo tan imposible de vencer!
Qué modo de doblarme en mi dolor de hombre!

III
Ah, compañera mía!
Tú conoces mi fuego y mi secreto.
Interrúmpeme la voluntad titánica. Hermano!
Rompe mi proa ardiente con tu grito más ágil. Mi alma es la nube
Agárrame por esta carne débil el rayo que da la nube
hasta anudarme al mundo espeso y fuerte. y el árbol que será encendido.
Ponte como un obstáculo de fuego Toma mi mano de cenizas vivas!
entre mi anhelo y Dios, entre el hombre y la esfinge.
Arrástrame a los países de tus ojos Ah,
hasta nacer bien humanas mis pasiones
cuantas veces, hermano, mi voluntad de hombre
y sentir esta vida desesperada y ebria rota en la piedra del mundo
como los otros seres que van ciegos y firmes. era un grito tan hondo y tan puro
Dame a beber la copa de los dulces olvidos.
que no tenía lágrimas ni voz para decirse!
Sálvame de mi sed y de m l'orgullo
antes de que mi frente quede loca. El obstáculo es el vínculo de fuego
Devuélveme todas las mentiras que nos ata la vida con la Tierra.
y bésame estos labios angustiosos Quiero!
hasta que ya no griten frente al misterio mudo. Ese es mi grito único y vasto.
Dame todo el engaño, compañera, Yo quiero para mi y quiero para todos!
hasta olvidar mi anhelo sobrehumano El tiempo pasa
y morir lentamente entre las llamas con su rueda de siglos y de mundos.
con que me envuelven tus ardientes bracos! . . . Quiero! — Quiero!
Pero ya no es posible! ... No es po^jble!... En la huida incontenible de la cosas
mi. anhelo se agarra con uñas y dientes
a una felicidad desesperada
Libro de la Voluntad 21
20 Libro de la Voluntad

Hombre de todos los siglos


en cuyo fondo
doblado por todas las muertes.
caben también todas las lágrimas.
Por tu fronte pálida, viajero,
por tu corazón herido, hermano,
Hermano!
escúchame!
Siento los crugimientos de mi vida.
Sabe que la voluntad que me levanta
Me voy de mi saliendo por un tajo
es un amor del cuerpo con el fuego
que nadie cierra.
y corre con sus llamas y su sangre
L a bóveda perfecta tiene una piedra falsa
por las altas montañas que ha subido la tierra.
y allí se abre la grieta amenazante.
Poder sobre poder y fuerza sobre fuerza!
Quiero! — Quiero!
Quiero quemar la boca muda
Y ese costado débil de los cuerpos
que nunca ha hablado para ningún hombre.
filtra una gota lenta que nos lleva la sangre.
Y mis cantos de héroe y mis himnos de niño
se quedan reclinados
No hay un minuto que perder, hermano!
en sus grandes labios de piedra
Estamos solos, y sedientos, y anhelantes
como soldados que murieron en la batalla!
entre nuestra sombra
L a más alta felicidad es esa,
y toda la sombra del Universo.
hermano!
Muy lejos,
Mezcla prodigiosa de hielo y de fuego.
muy alto,
Confianza que se sube hasta el peligro.
más allá de la noche potente y estrellada,
Final de los caminos.
brilla una luz sin fin,
Metas en el abismo.
una luz infinita, que no vemos!
Puntas de las montañas y las sombras.
Se alzan las manos a los vedados frutos
Puertos segados.
y la frente se rompe en la piedra del mundo!
Momento en que las flechas se doblan y no llegan.
Manos que se agarran a los astros
Hermano!
hasta que la carne viva nos sacude
Ah, pobre hermano mío!
y caemos gritando con las llagas sublimes
Tú también! — Somos todos, hermano!
rotos de sed en la piedra del mundo!
Caminante mudo de las grandes rutas.
Pregunta viva,
levantada como un árbol.
Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 23

Hermano! y a sus viajeras cúspides no alcanzan nuestras ansias.


Mírate en la inmensa noche estrellada! Hermano! — Hermano!
Todos los astros arden. Pongámonos
Antes de que tú mismo sorprendieses en la actitud violenta de correr
esa guerra infinita de los mundos y nunca abandonemos
que hace más mudas las sombras el más vertiginoso peligro de la ola.
del más allá,
las olas humanas que alzaron los siglos Hermano!
contemplaron atónitas Yo quiero! — Yo quiero!
esa horrible batalla de Dios Ninguna hora como la hora de las batallas!
que sobrecoge y hace la altura de las almas. Yo quiero! — Yo quiero!
Y la Tierra, hermano, la Tierra misma, hermano, Ningún camino como la ruta de sed!
como un guerrero loco y prodigioso Yo quiero! — Yo quiero!
rueda sin fatigarse por los espacios fríos La nube más negra
y nos lleva a la eternidad de algún destino está en el centro de la noche.
como si fuésemos los ojos El rayo del fin
con que ella lo contempla y palidece. traspasa la mitad de su camino.
H ay una ira incontenible Mi árbol contempla esa certera muerte
sobre su frente rota, macerada y rugosa. y en el viento de Dios
Sus montañas parecen desesperados gritos hace gemir de anhelos sus ramajes malditos.
y sus mares la muerden como calientes lágrimas! Nadie me detendrá, hermano mío,
hasta la gran fatiga' en que ahogaré mi vida!
Siento una torturada voluntad para todo. Así ruge de fuerte
H ay como un crecimiento, y un empuje, y un ímpetu la inevitable voluntad, hermano!
tenaz, fatal, que nunca podrá ser detenido.
Esta piedra del mundo
un día la arrojaron para siempre,
y es entre sus entrañas de fuego y de embriaguez
que fuimos plasmándonos con sus ebrios temblores.
L a creación avanza con nosotros
como una ola altísima en fuerzas y propósitos
24 Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 25

Yo te he mirado mucho, hasta palideeerme.


Puse mis ojos sobre tus blanduras
y sobre tus rudezas
y mi visión cala adentro tuyo
como a un pozo sin fondo.
Me fui bajando en tus espesas sombras
y en medio de mis vértigos
Hermano, arañé las tinieblas espesas de tu abismp.
he mirado en mi vida
y me he visto pasar el tiempo inmenso Ah,
entre mi carne muda. carne de honduras impenetrables
Mi esqueleto es el mástil en la que el fuego pálido de un mundo viejo
que sostiene tirantes pegó polvo con polvo y ató gota con gota,
las velas locas de mi fuerza. e hizo vivir de nuevo
N avio! un repetido lodo de plantas y de bestias!
Ah, navio en el mundo Y a eres una vez más, carne mía!
con tu avanzado corazón de proa Te levantaste ahora más alta y más gloriosa!
y tus costados ágiles de músculos y fiebres! Y a eres también un hombre, barro obscuro y pesado!
Desde qué puertos vienes Y a tienes otra música, y otro amor, y otra fiebre,
barco de llamas? y te cargas de ideas y te doblas de angustia.
Qué son tus grandes gritos Ya te llenas de lágrimas,
y tus desesperados viajes, carne mia? y preguntas,
Y la estrella sóla y sufres,
que canta sobre tu frente? y alzas un puño fuerte que golpea,
Y ese collar de angustia que te anuda los himnos y agitas una sed toda abierta a la luz
Y la sed? y un corazón sangriento y fino.
Y el más allá?
Y la embriaguez de música que hace gemir tu lengua Ay, pero tú lo sabes....
Me di vuelta hacia tí como ninguno,
Carne m ía! carne de la tierra,
Sombra tensa, apretada y viva! hermana suave y sollozante de las montañas,
l’G Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad

carne mía, Ah, Dios mío!


alzada como un grito hacia los astros! Me siento por caminos insondables
Regreso por tu sombra y zonas nunca vistas.
a los lejanos ímpetus de tu primer latido. Me muerdo el fuego agudo de los labios
Siento la sangre maternal y tibia para sentirme el gusto de esta sangre de hierro
cuando era mi madre un árbol pálido y sagrado antigua y áspera,
y tenía mi padre un ¡silencio de orgullo que ha venido viajando
y aguardaba mi cuerpo de vitales aromas por mundos viejos y por mundos nuevos.
para leer mi frente nueva! Esto que soy yo, Dios mío, carne y huesos!
Días sin luz del mundo abierto Esto brote divino, y libre, y desbordante
encendidos de Dios en la ardiente semilla de la energía
o envueltos en la tierna suavidad de la madre! este trozo de mundo, de eternidad y fuerza,
Qué hubo de mi mismo antes de esas horas? esta piedra violenta que camina y que su fre ....
Como es que fui posible? Esto que soy yo, Dios mío, carne y huesos,
Sobre qué ágil nave llegué con mi destino esto que está de pie, saludable y ardiente,
hasta las fatigadas orillas de la Tierra? esto que irá cayéndose a la tierra
A lgo mió no estaba sobre este mundo negro? hasta serle devuelto al polvo de los mundos
Cómo vino la luz a agarrarse a mis ojos y tener una noche total sobre su muerte___
y comenzó la vida a fluir de mi sangre? Esto que soy yo, Dios mío,
En qué humedad de gruta se resguardó mi chispa? esto que abulta y pesa y quiere y puede,
En qué piedras de fuego se vé venir de tí desde muy lejos
esperaba mi fiebre el canto de mi boca? y recuerda el instante genésico y tremendo
En qué dulces metales, en qué platas dormidas, en que el acto creador de tu deseo
sobre qué oros pálidos se escondían mis lágrimas? hizo la voluntad suprema de las cosas!
Entre qué oleajes trágicos
rodó mi-corazón inmenso? Mi anhelo atraviesa los astros
Qué ramas altas fueron mis manos? sin sobrepasar mi cuerpo vivo.
Qué hiedras anhelantes eran estos dos brazos? Herm'anas estrellas,
Dónde este hueso blanco de mi frente flotamos en el mismo mar
se me hizo tan fuerte para las tempestades? y nacimos en igual momento.
Regreso por mi mismo
28 Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 29

hasta el acto impetuoso y desbordante y fui para siempre


en que el vasto dolor de las sombras vacías sobro una ola inmensa de la acción y del ser.
\
sufrió la hondísima sacudida de Dios,
y todas las fuerzas Qué silencios tan hondos hemos cruzado, hermano!
estremecieron los espacios mudos Qué caminos de eternidad y fuerza,
y temblorosos de esperarnos. qué zonas inescrutables de Dios mismo,
Diría que he apoyado mi oído profundísimo qué sorda densidad del universo
en el río infinito de la música. fuimos trepando hasta alcanzar la vida!
Diría que he quemado mis mejillas Y ahora es la luz,
en la luz primordial los ojos diáfanos y la encendida frente.
que guardan todavía las estrellas. Toca tu carne,
Diría que arranqué al vigor de mis nervios muerde tu lengua,
las raíces enteras de la creación. baja tus párpados.
Estaban en el pensamiento inmóvil Concéntrate.
todos los destinos juntos. Húndete.
L a idea era tan fuerte que se hicieron las cosas. N o te veas más en tu cuerpo.
Y o me voy regresando por mi vida Pídete en recuerdo infinito,
hasta la chispa ansiosa y la llama invisible más allá de tu infancia,
en que me alzó el espíritu la mañana de Dios, más allá de tus padres,
antes aún de los astros y las nébulas. más allá de las selvas de hombres,
Yo, hermano, óyelo bien, más allá de la Tierra y de los soles,
yo, pequeño hombre de ahora, más allá de las llamas y las luces,
apasionado, desbordante, ebrio, en el vasto y total sumergimiento,
sobre este mundo arrojado a la eternidad, cuando la misma idea de Dios comenzó a hacerse
en esta estrella negra que se viste de vida y llenó las tinieblas estériles y frías.
con árboles y bestias, con aves y con hombres... Eramos nervios tensos en el espacio fino
yo tengo en mi alma sedienta y abrasada cuando empezó la música sensible de los astros.
la edad antigua de todas las cosas Un fuego inmenso nos lenvantó entre llamas
y llegan mis carreras por espacios y tiempos como en un horno cósmico que hacía los destinos.
hasta el acto en que la voluntad abrió sus brazos Nuestras vidas de ahora ya estaban contenidas
y yo mismo fui, en el vasto propósito y el deseo invencible.
30 Libro de la Voluntad Libro de la Viluntad 31

Estuvimos ocultos en todos los tiempos y ansian la salud violenta.


aguardando el instante audaz de desatarnos Mira también estos ríos de sangre
y sacar de los gérmenes, afuera de la sombra, que atraviesan de vida y vigor estos músculos
libres los brazos, y me riegan adentro
y radiantes las frentes! como un ;ardín que va muriéndose.
La mano de Dios, germjnadora y vasta, Mírame este mundo de los nervios
iba sembrando mundos y abriendo las distancias obscuro y misterioso
y no podía nunca detenerse, . que_ me anudan el cuerpo a todas las cosas
por que ella misma por estos cinco extremos sutiles y vibrantes.
es una fatalidad y es un destino. Todo me empuja así, violentamente,
hacia la vida.
Ah, desde allí venimos arrastrados No puedo detenerla.
por una voluntad incontenible. Tenemos que ser, hermano triste.
A llí se estaba modelando, hermano, Hay algo incesante, terco, incontenible
esta espantosa cabeza mía en todos los destinos.
pálida de fiebres sublimes L a voluntad lo quiere, y lo puede y lo hace
y fina de cortar la sombra y vamos sin sentirla a ella misma en nosotros,
como la espada de una estrella. y entre tanto, las vidas más nuevas también suben,
y otras vendrán y otras más arriba de ellas.
Hermano!
Estamos ardiendo! Hermano!
Estamos quemándonos! Se escucha algo muy hondo
Nos consumimos todos! que grita adentro de mi propia carne.
Vinim.bs ayer y nos iremos mañana! Y yo sigo esa voz, y no la entiendo, y no se nada
Mi cuerpo lucha por perdurar, pero se cansa. pero voy,
L a voluntad es ciega, fría, trágica. voy desesperado en el camino de la música!
Nos crea y nos devora. Arrebato las horas al sueño
Mírame este terrible corazón de hombre y retuerzo mi alma en el lecho profundo
que no cesa nunca de golpear. para que no se duerma.
Mírame estos pulmones sedientos y activos Y me entusiasma mi dolor,
que se abren al aire y se llenan mis ojos de lágrimas heroicas!
32 Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 33

Me lo roban todo!
Lo que hago va quedándose en la ruta.
MI anhelo no tiene piedad de mis ojos.
Me cuelga de los astros
desesperado de sed V
y el labio de la luz me dice:
Crece sobre mí!
Ambiciona! Hermano!
Embriágate de ti mismo, hombre! Hermano inmenso!
Ensancha el corazón hasta que ya sus fibras Contémplame esta enérgica locura
te anuncien que se rompen, y la potencia elástica con que me rompo en músicas.
y rómpelas! Mira estas últimas exaltaciones,
Golpea el mundo de piedra el arrebatado abrazo con que ciño mi vida
con tu cabeza de fuego. a todo el Universo!
Cumple en tu vida tu mayor destino. Mi alma ha llegado a su dolor más puro.
Alimenta de llamas Mi rama altiva
el vuelo de la voluntad, grita sin llorar dentro del viento.
y haz toda la fiebre sobre tu pasión. El primer salto de mi fuego
Sé tu mismo. no me dejó crecer en este incendio, hermano!
Sé terriblemente tu mismo. Y que es ésto, todo ésto, dímelo?
Cierra los ojos y deja caer la espada.
Un solo minuto de ese placer Hermano!
compensa el dolor de desgarrar los lazos. No pueden ser mis noches más inmensas y mudas.
Libre, libre, No encuentro nadie que me hable y me escuche.
hombre de los grandes recuerdos Atam e a tus palabras, tú que ríes aún,
y las anhelantes esperanzas! y échales tus raíces a mi ruta de piedra,
Libre, sobre la ola de la voluntad! y anúdame en sus fibras estos pies sin espera.
L a nave es la luz, de la proa N o puedo estar tan solo y devorándome
y el dolor de los mástiles. en estos anhelantes
Mira qué hermosa actos de voluntad jamás vividos!
es la tempestad sobre los mares! (3
34 Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 35

Todo huye! No,


Nada de lo deseado me quedó prisionero ésto es lo más ardiente que soportan los mundos.
en la red de mis sueños! Tengo un árbol de fuego, todo de luz y fiebre,
No hay estrellas finales, en esta voluntad del corazón.
ni pueblos, ni ciudades, ni hombres que me aten! He subido tanto con sus ramas
No puedo detenerme, hermano triste! que no siento el trabajo sutil de las raíces
Ponme las otras almas sobre estós brazos ágiles. cruzadas a las vidas lejanas de los hombres.
Quiero subir con todos, Mi soledad me vence.
ascender con la Tierra a puntos invisibles Me quedaré deshecho en el camino
que están en ella misma, con los ojos abiertos a la noche
y cerrar con mis manos y una gran mirada ciega.
el anillo más puro de las vidas! Alma navegadora
que vienes ardiéndote
Dios mió: desde el fondo creador de la materia
Si es que no eres el más grande esclavo y de los tiempos;
dame esas fuerzas tuyas que crean los destinos. alma de músicas partidas y rotas
Sé como un río por mis palabras. con gritos de piedra,
Carga en mi frente el peso de tu luz. con metales ardientes
Deja abrasar mi carne de hombre con tus llamas. que plasman nuevas formas de sentir y sufrir;
Abrele a la ilusión que me hace el espíritu arráncate más tus viejas sombras,
la hendidura sedienta donde asome los ojos contémplate de golpe con los ojos tan fijos
a la verdad que nunca he visto. que hagan retroceder las tinieblas del barro.
Me siento levantado fatigosamente Tus espacios celestes están llenos de mundos,
con todas las edades y los mundos cantan coros uránicos palabras nunca oídas.
en el ala espantosa de mi alma. Tu alma es el Universo mismo, hermano!
Pronto me moriré, hermano triste! Escúchame!
Sube como si fuese a una montaña Escuchémonos los dos!
por mi tenaz cabeza Las ciudades trabajan, ríen, lloran.
y mira sin temblar hasta saberme. Una cosa de mar sobre el sueño nocturno
Has visto olas más altas? sube inefables olas.
Has visto un mar asi desenfrenado y loco? H ay astros y pueblos que murieron
Libro de la Voluntad 37
36 Libro de la Voluntad

Todo lo que nos rodea nos combate.


y hay pueblos y hay estrellas que amanecen. Acerquémonos más, hermano mío,
Escucha, escucha más, hermano mío! por que aún así, alma con alma,
Hay más mundos y vidas siempre estaremos demasiado solos.
que se retuercen y que luchan. No tiembles, no llores, no retrocedas nunca!
Propósitos más puros en fuerzas más felices, Todo se nos opone.
no se que prodigiosas diafanidades Están las noches mudas cruzadas por las flechas
y que posibles rutas de música y de números, de la desilusión, del mal y de la sed.
hay también, como en sueños posibles, cuando me oigo. Mitad contra mitad, así combate el mundo.
Pero llega el instante en que veo el obstáculo No hay paz,
y para los destinos desiguales, no hay armonía,
el ñn igual. no hay serenidad,
Escúchate! Escúchate! ni reposo, ni calma!
Allí. Ese mismo cuchillo con que herimos
donde se oye el más trágico llanto se vuelve al acto contra nuestro pecho.
parece que Dios mismo también se va m u rien d o!.... V en cer...
ir dejando una huella de lágrimas y sangre!
Me duele el alma de sentir tan hondo! Un eterno dolor,
Siento que algo muy tenso se me desfibra. una angustia sin fin y sin fatiga,
Se sale un llanto mudo desde mi corazón. es la esencia más honda de nuestro ser, hermano!
Ah, Y qué hacemos entonces?
todo lo que no puedo ser, Dios mío!
Siento despedazarme ola tras ola Hermano!
y van quedando helados mis días ya vividos Siente en ti mismo la fuerza violenta
en el camino inmenso. con que yo voy creándome en mis actos y gritos.
El presente Palabra tibia de los labios,
corre sin fin hacia el pasado. latidos pasionales de¡ la sangre,
El tiempo que no se hizo en nuestras vidas golpe de la vida en las sienes,
se echa como un león sobre los actos río de silencio
y nos arrastra hacia las sombras. en la piedra pálida de mi fre n te...
L a guerra comenzó cuando era niño lo mío.
y la luz vino a hacerme la herida de los ojos.
38 Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 39

todo lo más mío, y en lo que podrá ser después de que estés muerto?
se va haciendo más hondo y más humano, Ah,
y el corazón llora de bueno. las raíces se callan en esas dos distancias!
Ah, la pureza última de comprenderlo todo!
Gozo el anhelo inmenso de entregarme Hermano! -— Hermano!
y dar como una fruta de fuego mi emoción. Estas calles violentas que ahora piso.
Lo que interrumpe mi divino impulso Estos cielos activos de luz astral y fuego
caerá también conmigo sobre el sueño cansado que abisma la ciudad,
bajo el peso violento de mis actos. tan vastos y tan finos dentro de mis pupilas.
Me aíslo para verme en lo más mío. Este vigor mental que me lleva a otros orbes
Me dejo ir a la impresión desnuda. y me hace hablar con Dios.
Me miro en el pui^to lejanísimo Esta exaltada y múltiple y ardorosa pasión
y me contemplo libre y desbordante que me vuelca én el río de los seres.
en la más prodigiosa distancia del espíritu. Esta frente tan pura
Qué sorpresa creciente la de sentirme vida! que camina en la voz y en las palabras...
Qué voluntad tan pura es la que hundo en mi abismo! Todo es un aire vano, todo un agua sin huellas,
en un pequeño mundo, infatigable y ebrio,
Hermano! — Hermano! que hace su vuelta triste
Húndete en ti mismo en la rueda potente de los astros?
hasta mirarte en las raíces.
Bájate sin alegrías y sin miedo Ah, si nos igualáramos a nuestro Dios, hermano!
por que todo triunfo es imposible. No tengo conformidad con lo que soy ahora.
Cada hora que pasa Nada calma mi sed.
nos apaga un temblor más lento del espíritu No me he arrancado nunca la palabra infinita
y una llama rríiás suave de la sangre. l ue fuese como un mar
Viene todas las noches el leñador y corta en la lengua quemada del espíritu.
uno más de mis árboles. El árbol alto
Damos la enorme vuelta y el aletazo de los grandes vientos
ciegos a lo que es y a lo que somps. están luchando sobre mi soledad.
No piensas con horror Tanto lo he levantado de la Tierra
en todo lo que ha sido antes de que tú fueras que hoy se quema de estrellas y se hiela de sombras.
40 Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 41

Adonde quieres ir? Hermano!


Y quién nos lleva? Agárrate como nunca
Qué fuerza es la que tomaj de los hombros a la ilusión de los ojos.
y nos arroja a los abismos? No escuches más mis cantos.
Dónde caen mis horas? Yo soy como un final de los caminos. . . .
Dónde se van los días ya vividos, Un alma fuerte por demás vivida.
esta emoción de irnos por todos los caminos, Mi latido de hombre fué tan hondo y tan vasto
todo este movimiento por el mundo, que abrió la grieta última al velo de las formas
la proa astral que lleva nuestra frente a los sueños y hoy se deshace en una gran fatiga.
y la rueda continua Es cierto, hermano, estoy de pie, camino.
que mueven, los deseos? Hay todavía un más allá, es cierto!
Correré hasta perderme y naufragar del todo,
Estoy con una espada hasta que nadie vea mi pecho y mi cabeza,
en la ruta de los tiempos. donde no encuentre apoyo entre las cosas,
El guerrero no debe temblar. donde ni Dios siquiera tenga voces,
Pero la noche aguda se le ha hecho de piedra donde la muerte misma no sea el fin de todo!
en todo el corazón, Que el silencio1
, más negro
y los astros trague mi carne, mi voluntad, mi alma,
muerden el bloque como martillos. y que mi sed se rompa
Dios nos espera en lo alto con el grito salvaje de las más grandes olas!
con su escudo de sombras y de frío.
El que está fatigado ha muerto ya. No me sigas, hermano, no me sigas,
El que combate, porque mi viaje inmenso es el de los naufragios!
hunde sus golpes en si mismo.
Nada tiene sentido para nuestras vidas. «
Hermano, acaso somos un error que se extingue,
o la mañana ingenua de una verdad purísima.
Acaso todo es un naufragio enorme,
una gran voluntad ahogada siempre,
una muerte incesante, repetida, continua
cuya sombría calma han de tragar los tiempos!
42 Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 43

Ah, me he quedado solo y frente a ella, hermano!


Yo soy el espejo del mundo,
el cristal más limpio que lo bebe.
Pero en la última sed,
VI ya no hay más que silencio
y la más alta música silenciosa!
Elevación contra elevación!
Hermano! Nunca ningún combate
Aquí hay solo silencio regó humanos destinos de una sangre tan pura!
y la más alta música silenciosa.
Llegan voces profundas que hacen mi propio espíritu, En esta soledad donde muere el camino
de la mudez divina donde alcé mis ideas. el corazón me grita:
Y o me estoy escuchando Qué abajo van quedando las cosas y los seres!
bajo la sombra de las formas. Qué distancia de luz,
Es un Anal ansiado de mi viaje más fría, deshumanizada y triste
y un punto de partida para un vuelo más largo. rara quien es de amor
La voluntad me dice: y no hay manos ni voces que lo alcancen!
Es la primera frente que ha llegado! Sobre la noche estrellada
De más oídos suben tentáculos hambrientos el frío de Dios me hiela.
y crecen de mi vida ramajes nunca vistos. No sube hasta mi pecho
Hacia el otro costado de los astros el calor de los hombres y del mundo.
en las sombras hundidas de la noche sin fuego Yo sé que mi raíz crece entre ellos,
beben mis ojos trágicos la embriaguez del peligro. pero estas ramas ebrias de querer, cómo ascienden!
Acaso nunca sepas como son estos actos Qué me pisen los pies y me corten los pasos
ni que resplandeciente sin pensar a la altura que trepan mis dolores.
es el acero del alma. Cuando nadie nos vé
En qué aguas de dolor purifiqué su temple! se abre toda la herida más amarga y más honda,
Como lavó su herrumbre la sangre de las guerras! las soledades últimas enrojecen su llaga.
Ya no tiene más hombres delante! Todos hacían fila en la orilla del mar
Hasta las piedras áridas cuando el barco dió vuelta detrás del horizonte.
se abrieron a su luz igual que labios. Se volvieron cantando por fáciles caminos.
44 Libro de la Voluntad
Libro de la Voluntad 45

En grupos y en parejas
se daban el calor unos a otros. no cura más que el bálsamo de una luz más profunda.

Pero aquél que navega Mi soledad es una llama fuerte!


Mil destino es el grito de una flecha!
el más allá de los obscuros mares,
el viajero sin rutas, sin amigos, ni hermanos,
el de la sed maldita y negra, Yo anhelo dar mi corazón

ay, cómo se curva solo a la última esperanza.


Es acaso la muerte vacía de los mundos?
en la dureza de los grandes fríos,
Es el hombre de luz?
y con ángulo de hielo
Es el ñnal de Dios?
la soledad corta su sangre!
No tengo todo el miedo que hace creer, hermano!
Ah, Yo no afirmo ni niego.

esta es mi hora de las risas locas Soy nada más que una gran sed!

y de los llantos sin consuelo. Sed en los ojos,

Ved la nave) subida al filo de la ola! sed en los oídos,


sed en la frente,
El dado de hierro cayó al fondo del mar
y la cifra de mi destino es para siempre. y sed,
toda la sed del mundo y de los mundos
Y o soy también un enviado azul
sobre los. labios del corazón!
pero mi fuerza es una lágrima.
Yo se que lo que sube es embriaguez y anhelo.
Tengo la luz, pero no puedo ver.
Esta altura angustiosa me va haciendo invisible.
La ilusión de los ojos hai cegado mi alma.
He ahí lo que canta la voluntad, hermano:
Mejor no saber nada,
Tú eres la sed,
no haber nacido nunca a la altura y la sed,
la solitaria sed de las cumbres.
estar pegado al lodo más ciego de laj Tierra
No anuncies tu retorno,
para no perder el canto alegre,
por que soy la qud borra las rutas caminadas.
ser igual a los niños, ser igual a las aguas___
Cuando estés extraviado para siempre,
Todos los vientos juegan con la nube viajera
cuando muliq recuerde
y sus rutas no dejan contemplar las estrellas
tus grandes ojos demasiado tristes,
a la inocencia tierna de los hombres.
Y a no hay regreso hacia los ojos puros. cuando ya tus miradas den un dolor tan hondo
Si la luz nos ha herido que nadie las resista,
tu lengua cantará para tí solo
46 Libro de la Voluntad Libro de ía Voluntad 17

la ardiente canción del olvido: Qué belleza más trágica puede darme la vida?
— Voluntad, has entrado a tu'puerto.... Mi punto invisible sobre el Universo
se hará profundo por el fuego.
Pero yo soy la guerra No hay más destino
y pediré de nuevo más batallas y rutas. que una voluntad guerrera.
Qué haría de mi vida sin los altos peligros? .Sentirnos todos
El deseo es también un desafío. hasta la desesperación y el vértigo.
Sobre la nieve más fría Alzarnos violentamente
he afilado mi alma treinta años. como los incendios y las olas.
Ya terminó la lucha con la Tierra. Quemarnos de pasión como la carne cósmica
Un día mis heridas y las suyas se hablaron de las estrellas.
y entonces comprendí que era mi hermana. 1’oner los pies llagados,
Y o fui arrojado hacia la eternidad las grietas agrias, las heridas rojas
como una piedra viva del caminante,
y ya no puedo detener mi marcha. donde no hay sustentación, soporte, nada!
Ella lo mismo, nuestra gran hermana, Es qué en ningún extremo robaremos la antorcha?
la madre de las selvas y los hombres, Es qué toda batalla terminará en batalla?
fué lanzada a las formas Es qué la sed más alta sube otra sed más alta?
como una inmensa fatalidad. Es qué somos la flecha y no es carne la luz?
Tierra y hombre, Es igual!
peso obscuro y ala encendida, Mi voluntad se carga de afanes en la flecha
van amarrados a un destino igual aunque sé que yo mismo soy la herida que hace!
por el silencio, por la sed, por el dolor.
Hermana! Hermana! V oluntad!
Tú me verás subir a tus montañas V ive de tu potencia y crece de ti misma.
por la ruta Fatiga el corazón, devórame la vida.
de los grandes peligros Jamás como esta hora, ah, voluntad suprema!
y las largas caídas Nadie ha de verme en mi trabajo amargo.
y quemará la noche A esta altura divina
el fuego do mis rápidos perfiles mi guerra es un dolor nunca sufrido.
en la actitud rebelde de domar los destinos. No habrá tierra que cubra los restos de mi vida
48 Libro de la Voluntad

y el pálido hueso de mi frente


será en la noche eterna que anegará los mundos
el espejo más puro donde Dios se haya visto!

(4
Libro del Corazón 51

LIBRO DEL CORAZÓN

Si, corazón,
innumerables cantos
como de mar,
me llegan
desde tu carne joven.

Mientras escucho tus altas voces


es tu ritmo la luz potente de mis actos.
Todo mi cuerpo me hace una costa de océano
curvada y rumorosa,
para el afán inmenso de tus olas.

Mi voluntad heroica y firme


te ha arrojado por todos los peligros
sedienta de emoción y loca de embriaguez.
52 Libro del Corazón Libro del Corazón 53

y cubrías mis labios de calor y de himnos?


En tus ardientes cavidades
hay huellas muy largas y heridas muy hondas.
Ah, cómo te entregabas
Qué hermoso era el camino de las batallas!
al dulce peso de la mano inmensa
Qué alegres y qué trágicas las guerras de la vida!
que armonizaba el ritmo y la expansión
Y qué profundo estabas, oh corazón divino,
de tus movimientos y de tu gracia!
removido y arado corazón,
todo hendido de surcos,
todo sembrado de doradas mieses,
todo de tierra fuerte!

Como una rama dulce doblada por la fruta,


entrégate maduro de tu miel a la mano
inmensa
rt
que impulsa tus corrientes.
Crece más a la vida
como cuando latiste en el materno vientre
y las fuerzas ardientes, misteriosas y tibias
traspasaban de amor
los temblores de tu silencio y de tu sombra.

No te recuerdas, dime,
cuando los dos teníamos
una carne frutal de niño, y tú te erguías
en la música nueva de mi pecho,
azul y diáfano,
con una gracia ingenua de flores con rocío?

No te recuerdas, dimje,
cuando abriste en mi cuerpo una herida de fuego
para la pasión y para la lucha,
llenabas mi frente de luz y de estrellas,
54 Libro del Corazón Libro del Corazón 55

una anchura de madre.

Mi carne es un eco diáfano


de tu virtud musical.
II Mi cuerpo es la cosecha de tu canto
todo dorado por tu voz de fuego.

Sí, corazón, Tú ensanchaste mi pecho y ondulaste mi espalda


innumerables cantos, y estás entre sus zonas armoniosas y fértiles,
como de mar, como el sol entre el fondo del cielo azul
me llegan y el fondo verde de los océanos.
desde tu carne joven. F

Tu emoción es un río que se vierte en mis labios


Mis nervios se me ahondan en el cuerpo con las rosas continuas.
estremecidos y agudos
igual que selvas tibias de sensación y luz. Mis piernas te saludan
Tus músicas vitales y tus ríos potentes con sus pasos matinales
%
levantan de sus ramajes maravillosos y siguen sin saberlo tu compás y tus ansias
el vi iel o de los pájaros azules cual si fuesen la sombra de tu movimiento.
y el aire rápido de los anhelos libreg.
Siento tu vitalidad dentro del pecho
Soy un país de fuego como el aire en la velocidad de la carrera.
con imágenes vivas, extensas y doradas
bañado por el júbilo Todas mis líneas y mis contornos
de tus ríos calientes, luminosos y enérgicos. me van naciendo de adentro tuyo.

El ritmo de tu movimiento y tu deseo Tú modelas mis formas


construyó con mi forma tu anhelante morada. como el mar dibuja sus costas
El manantial es siempre el labrador del cauce y plasma sus islas.
sobre la alta serenidad de la montaña
que le ofrece a sus juegos Tu sangre fértil fluye mis ojos
56 Libro del Corazón Libro del Corazón 57

de pura luz y gracia nueva.

Pero yo anhelo más, ah corazón divino!


Deseo que levantes mis actos y mis ansias
y que mi vida ebria de sentirse I II
sea la hija ardiente
de tu pasión y de tu música!
Sí, corazón,
innumerables cantos,
como de mar,
me llegan
, desde tu carne joven.
Todas las formas
en ti se me despiertan
exuberantes y hondas.
En ti hay vastos estuarios para mis naves libres
y un júbilo lejano de venturosos viajes.
En mis altas tinieblas
se levantan tus faros tenaces y tajantes
y un fuego de afilados y de agudos reflejos
abre rutas divinas a los ojos
alargando en la senda una luz sin peligros.

En ti hay selvas antiguas de fuerza


para el abrazo de las serpientes
y la fascinación de los pájaros azules.
Te fluyen aguas vírgenes
para la sed de los labios
y se te levantan
las' alegrías firmes de tus cantos.
5S Libi o del Corazón Libro del Corazón 53

Sí, corazón. darle a tus locos festines


Qué inmensas se hicieron mis pupilas mi sangre pasional de música y de fiebre.
cuando miraron de tus fuerzas ebrias. Yo me he hundido en la fuerza de tu carne
Ahora mis ojos contemplan impávidos y en la confianza de tu fuego,
la esfinge de la noche, recto, fatal, profundo,
por que tú eres más grande con una larga desnudez de espada.
que todos los astros,
y por que las estrellas Mi ansia te penetró
son míenos numerosas que tus preguntas. hasta el temblor vital de tu fruta y tu herida,
sacudió la esmeralda de tus bosques,
Tú eres el trágico enorme de los fuertes destinos. electrizó el asalto de tus fieras elásticas,
En la sombra profunda de la carne y danzó ebria de amor y de deseo
subes el alba diáfana, en el inmenso viento de tus lejanas rutas.
levantas el recto medio día,
o inclinas al pecho vencido un largo crepúsculo, Sí, corazón!
o extiendes la noche sin rutas Todas las formas
a las frentes talladas en un bronce de fiebre. en ti se me despiertan
exuberantes y hondas!
Mi ansiedad ruje en tus pórticos
y te interroga hasta el dolor más hondo
en las grietas de sombra que nos abre la vida
sobre tu roca de silencio.

Yo he arado igual que un buey ciclópeo


toda tu montaña de misterio,
y he sembrado en tus surcos profundos y amargos
mis inmensas preguntas.

Te he sentido crecer como la noche


señalando tus pasos con estrellas.
Yo he querido rehacerme, modelarme en tus ansias,
60 Libro del Corazón
Libro del Corazón 61

con esta cosa inmensa de angustia, que me dobla.


Toda mi vida es una gran pregunta
que una manana clara de infancia y de inocencia
se fué de ti en un himno
IV
y hoy se vuelve más honda, toda hacia ti, temblando!

Mis labios, gritan, claman y sollozan


Yo no te tuve miedo,
en tu suave declive,
ah, corazón sediento!
y muere sin un eco mi larga voz tendida
Y o no te tuve miedo,
en tu distancia lúcida de estrella.
y eso, corazón, que eras tan trágico!
Se me agotan las fuerzas de la alegría
y rae esculpe en sus rígidos mármoles
Y o aprendí entre tus bosques
la longitud desnuda de los años.
la ley de tus fieras,
y junto con ellas
No,
estremecidos de ímpetus y de instintos selváticos
yo no quiero amortajar los niños de mi emoción.
hicimos grandes y maravillosas cacerías.
Yo los deseo libres,
• ufanos,
Y o aprendí en los altísimos peligros de tu cúspide
vivos de sol,
tus himnos anhelantes,
en la alegría de las doradas playas.
allá, en lo más épico de tus afanes,
sobre tus árboles y tus montañas,
No!
donde ascendían tan finas y tan puras
No quiero abandonar las rutas jóvenes,
las aves del canto y las aves del vuelo,
la diáfana inquietud de mis pupilas,
corazón, todo lleno de vuelos y de cantos!
ni este júbilo vagabundo
que tiene caminos en las estrellas
Tú eres el único dolor
y en los campos del labrador y del guerrero.
y eres la única alegría.
Tú eres la mejor nobleza y eres el mayor destino.
No!
Ahora retorno con mji vida hacia tí
Yo no puedo cerrar estas heridas
por el camino de mis heridas y mis llagas,
de eternidad y sed
02 Libro del Corazón
Libro del Corazón 63

con rosas de una tarde y estrellas de una noche.

Ah, corazón, corazón divino!


Hace tiempo mi nave se fué a todos los puertos
y estoy tan lejos, corazón, tan lejos,
V
<iue acaso ya no puedas conocerme si vuelvo.

Vuélcame entonces todo


el peso joven de tu savia.
»
Ah, corazón,
sediento y goloso como un labio joven,
Reclíname en profundos ríos
tibio y sensual como un racimo tinto.
tu fuerte plenitud, tu afán de madre.
Siémbrame las semillas de tus surcos Qué pronto comprendiste
en cuyo grano fértil la esperanza no muere. las alegrías trágicas de mi violencia
y entregaste tu sangre y tu fuego
Si, corazón!
a los peligros de mis rutas difíciles.
Tú eres el trágico enorme de los fuertes destinos.
Mírame en el desnudo impulso Como las espadas de un incendio
de mi sinceridad. tu impulso abrió mi vida
Háblame desde las grietas de tu carne, a las distancias de luz
y viérteme tus olas ebrias,
que hieren la noche de mis espacios.
tus grandes olas claras,
ágiles, extensas y gozosas! Tu golpe de roca
sondeó como una música de estrella
mis crecientes y ágiles profundidades.

Salimos juntos al asalto del mundo!


Nos fuimos derrumbando los muros y las puertas.
Corríamos locos y desenfrenados,
sedientos y fantásticos,
ebrios y estremecidos.
Entrábamos a las ciudades
64 Libro del Corazón Libro del Corazón 65

y abrazábamos a nuestros hermanos. avanzará como una proa viva


Subíamos a las montañas en los torrentes nuevos.
y galopábamos en las tinieblas.
Mordíamos la aspereza de las frutas agrias Mis brazos de hombre las arrojan
y robábamos la llama de los incendios con toda mi sed y con toda mi fiebre
para quemarnos la frente serenadora. y ya nunca retornarán hasta mis manos. . . .
¿Qué importa, corazón, si entre tanto subimos?
Corazón divino!
Corazón humano! Entreguémonos siempre así!

Corazón de los rudos festines Demos así nuestros ardientes astros.


y las cacerías selváticas! Toda sangre de vida volquemos en la ruta.
Corazón de la nave aventurera y ávida! Abrámonos heridas bien calientes
que nos vacíen.
Ah, corazón!
Arrojémonos a todos los anhelos
Y a no podremos detenernos.
aunque el impulso de nuestro viaje
Tú eres inesperado y múltiple,
sea más largo que los días de la vida.
repentino y fantástico,
y mi frente avanza sin poder serenarte.
Corazón mío!
Corazón,
Que la mañana,
alejémonos al igual de la proa
que la tarde,
audaz, cortante; y sólida,
que la noche,
que abre las aguas de la noche inmensa
sean la entrega ebria de nuestro amor,
y abandona cubierta de himnos y de sueños
sean la fiesta más alegre y dolorosa,
el júbilo eléctrico y diáfano
sean la mejor belleza de la vida,
de la ciudad luminosa!
aunque nunca retornen los astros
con las altas compensaciones que anhelamos!
Una estrella de mi alma
irradiará sobre la montaña más pura.
Una estrella de mis labios
fecundará sus cantos en tu ruta.
Una estrella de mis manos guerreras (5
60 Libro del Corazón Libro del Corazón 67

La mejor belleza de la primavera


es la de haber nacido del invierno.
La alegría más honda de la aurora
es la de alzar su proa de fuego
VI en la sombra de la noche.
La gracia más pura de los ríos
es la de nacer tan diáfanos y azules
t
Corazón! de la opaca dureza de las piedras.
Las manos elásticas de mi entusiasmo
Pensad que yo retorno
arrastraron tu sed
a las grandes ciudades de los hombres
al camino de los hombres.
con una estrella amorosa
Mi vida toma el color de tus deseos,
en la carne del corazón,
y se quema como un labio insaciable
y que llego a mis hermanos
en las grietas ardientes de tu fruta.
como la primavera,
como la mañana,
Corazón!
como el río azul.
Una estrella agudísima de la más alta noche
entreteje su luz a tu silencio, Pepsad que soy esa doble alegría
estremece sus nervios de música en tus éxtasis y esa doble belleza
y con su corona radiante y esa doble gracia
gira como una rueda de oro del retorno.
arrastrándote a las fiebres de, las ciudades*
Pensad que yo también vuelvo desde la noche,
Esta calle agitada de los hombres desde el invierno,
por donde hemos entrado esta mañana, desde la montaña.
resuena de juventud y fuerza
como las armas de un héroe, Ah,
y se ha llenado de la luz del día la ciudad de los hombres!
repetida madre La ardiente ciudad de los hombres! ...
de las frutas y las selvas. Qué fiesta para mi corazón
y para la estrella inmensa de mi corazón!
G8 Libro del Corazón Libro del Corazón 69

Todo me lo exigías para tí!


Tu fuerza se arrastraba por mi vida
asaltándola toda hasta los límites
dormidos en su sombra.
V II
Mis oídos te escuchaban asustados.
iTus gritos y tus carreras pasionales
Corazón, rodaron por los grandes espacios de mi alma.
tú eres el único que no duermes No resistían más mis ojos firmes
y aquella noche inmensa, la violencia deslumbrante y abrasada
todo yo, de tus imágenes.
cía un gran corazón que no dormía. Mi deseo era alto y genésico
como el nacimiento de las estrellas.
La vida me cruzaba con tan firme violencia, Mis manos buscaban en la sombra
con tan arrebatadas olas, esa cosa cierta, fatal, irremediable
con tan sostenidos ímpetus, que se vislumbra siempre detrás de los presagios.
que se me desgarraban Los dos sabíamos
los ágiles contornos de mi alma que íbamos a levantarnos
incapaces de sostenerla más bellos que nunca
en mi carne temblorosa. en el más hondo vuelo de la noche.

Me sondearon los golpes de tu sangre Recuerdas?


hasta las profundidades más atónitas Mi anhelo fué inclinándose sobre tu soledad.
y hasta las raíces más ocultas. Lo sentíamos entrar
Los sentí en las distancias crecientes de mi vida. agrandándose en tu silencio.
Me removiste como un fondo de mar, Escuchábamos sólo
Caldeaste con tu fuego activo y rápido el latido perfecto de la vida,
las vetas abismales de mi carne, ese fluir de la corriente íntima
la sed desesperada de todos mis instintos que se desprende de nosotros mismos
los anhelos fantásticos de mi frente de música. y atraviesa los cuerpos
con una fácil agilidad de río
Libro del Corazón 71
70 Libro del Corazón

y una ondulante longitud de tiempo.

Recuerdas ?
Corríamos como los niños
por las calles más hondas y mudas de la noche.
V I II
Tus cicatrices se cubrieron de himnos.
Vino después la altísima mañana
a la ciudad de los hombres,
y tú te abriste al mundo como una rosa ardiente La mañana me abrió las puertas del corazón
y entraste de pronto hasta la luz divina y yo me fui a los caminos del mundo.
con todas las formas de la Tierra.
En la hora feliz de la luz nueva
las aves entran a las rutas libres.

Toda mi vida era una noche inmensa


de pájaros inmóviles.

Corazón,
íué entonces que me cantó mi anhelo
en la hendidura de tu angustia:
No hay nada prohibido para ti.
Desanuda tu silencio.
Desencadena tus ímpetus irrefrenables y gozosos.
Mézclate a la agitada realidad.
Inúndalo todo,
ata y desata tu actividad potente,
transfigúrate,
sobreponte a todas las alturas.

Corazón,
fué entonces que me cantó mi anhelo
72 Libro del Corazón
Libro del Corazón 73

en la hendidura de tu angustia:
al amor,
Tú eres una vara sublime de la vida.
a la lucha,
Puedes arquearte,
y así correremos maravillados
puedes crecer como el mediodía,
por la inmensa embriaguez de ser.
puedes castigar,
puedes acariciar,
puedes echar raíces,
y cubrirte de hojas y de cantos,
puedes subir tus ramas hasta Dios
y madurar tus frutas en la eternidad,
porque enlazas tu crecimiento
entre las selvas que ya se fueron
y las selvas que vienen hacia el mundo.

No hay nada prohibido para tí,


cantaba mi anhelo en la hendidura de tu angustia.
El arco estremecido de la fuerza
te ha arrojado a la tierra
como una flecha viva.

No seas tu obstáculo.
No seas tu dolor.
N o seas tu muerte.
N o busques tu camino
por que está siempre debajo de tus plantas.
No sepas tu fin
por que está siempre en la ruta que haces.

La vida te llama.
La vida te trajo para ella.
Yo te enlazaré a la belleza,
*
74 Libro del Corazón Libro del Corazón 75

Vivo para este árbol que les regalo a ellos.


Tantas flores me agotan,
me extenúa la sed con que beben mis frutas,
y quedo aniquilado de levantar el tronco
IX que sostiene tan altos mi canto y mi riqueza.
En la noche más honda que trae el miedo a todos
yo soy ese que sale con su traje de guerra,
Hombres! y así estoy en la fiebre más divina
Traigo en las manos hasta que el sueño apaga mis actos amorosos.
el retoño de mi corazón.
He puesto toda mi sangre En medio del silencio y de las piedras,
en la boca de su raíz. _ sobre los pueblos dormidos y obscuros,
La vara subirá te has ido irguiendo en los días de tu fuerza,
y cantaré en sus ramas árbol sensible y delicado,
y todos morderán la fruta de su música. retoño de mi corazón,
vara encendida de mi sangre triste!
Ah,
si yo hiciese un ala dulce Cómo te has puesto a sentir!
hasta cubrir el mundo! Qué desnudo es tu amor! — Qué violento es tu anhelo!
Ojos míos, Tu ala se está abriendo para todos los hombres
subid bien alto a devorar la luz. y se afina y matiza tan insondablemente
El fuego de Dios es lo que ve en el barro. que anuncias para todos que habrá un perfecto día!
Ojos míos, Los cuerpos de los tristes se abrazan a tu tronco.
robemos todo el amor Se te aprietan las vidas más sedientas
para que mi árbol haga más profunda su fruta. contra tu fuerza enorme, pasional y tierna.

Ah, Es ya la hora divina en que seré de ellos?


este placer espléndido de poder darlo todo! Ya me tengo a mi mismo sin obstáculos?
Robar con el espíritu para entregarme más! Violenté con mi fiebre los más humanos límites?
Hacer las cacerías de la selva y la noche Soy lo que va sin miedo
y traer a los hombres la música y la estrella! por el escondite de los ladrones?
7G Libro del Corazón Libro del Corazón 77

Ah, corazón!
Tienes así mi vida íntegra!
Puedes dar mi riqueza y regalar mi fruta.
Esta grande batalla de las noches
ha sido tu triunfo. X
Como las altas aves en el azul del día
podrás viajar por todas las almas que te esperan.
Qué dolorosas extinciones Ah, dime Dios mío!
del egoísmo y del deseo, Por qué no vienen hoy a herirme mis hermanos?
y qué fuerzas, más que nada, qué fuerzas!
No me niegues el dolor de cada día.
Y a soy ahora lo que puede darse. Hermanos,
Me salí todo de la sed por el árbol, aquí tenéis mi corazón.
soy la sombra y la fruta y el licor y las flores. Afilad bien vuestros cuchillos.
Las manos me despojan y canto de alegría. Asegurad el golpe al bajar las espadas.
Ved la probreza mía en que ellos me dejaron, Hundidme el hierro mudo de vuestras lanzas áridas.
ved que todas mis hojas curaron sus heridas, Qué dulce es el metal que nos desangra!
ved que todas mis frutas son la salud de ellos,
ved que mis grandes ramas dan fuego a sus hogares, Ah, dime Dios mío!
y ved, ved bien, hermanos, cómo canta mi pecho Por qué no vienen hoy a herirme mis hermanos?
y con que inmenso júbilo agradezco el despojo!
Es preciso que todos lastimen esta vida
Gracias, mi corazón! — Gracias, mi corazón! incontenible y ebria.
Y a soy ahora lo que puede darse! L a belleza es una herida más.
Soy quien deja los besos más hondos y más puros Mi corazón, hermanos,
en los párpados lentos y morados, está abierto de grietas que me cantan.
sobre los ojos finos y amargos de llorar! Mis dedos anhelantes
desnudaron mis agrias cicatrices.
Las palabras divinas
tienen un sangriento labio
do donde nacen antes de ser dichas.
78 Libro del Corazón Libro del Corazón

Ah, dime Dios mío! Es vuestro,


Por qué no vienen hoy a herirme mis hermanos? Quiere deshacerse en cantos
sobre vuestra miseria.
El que me hiere a mi No acepta la piedad de nadie.
se está hiriendo a si mismo. Que cada cual lo hiera según sus odios.
Mi dolor es el dolor de todos. Que lo traspasen,
No hay nadie que no llore* que lo llaguen,
pero sólo se escuchan m¡is desatados llantos. que le muerdan sus rebosantes músicas,
*
Yo soy la lágrima que no se oculta. que lo arrastren por las calles
Yo soy la herida que se muestra. y lo pisen, y lo quemen,
Y toda la belleza, hermanos, y lo desgarren, y lo rompan.
es el temblado surco del pecho más herido Yo tengo fuerzas
que el poeta descubre para llorar por todos.
bajo el ala divina de la música. Yo estoy de pie sobre los dolores.
Yo comprendo el horror y yo busco la angustia.
Ah, dime Dios mío! Yo no tengo miedo de nada
Por qué no vienen hoy a herirme mis hermanos? y he salido a llorar sobre el mundo
por todos los débiles y todos los vencidos.
Venid, He ahí mi corazón,
hermanos cobardes! todo mi corazón, hermanos!
No tengáis miedo por mi angustia. Mi vida entera es una inmensa herida
Aplastad con el lodo clavada sobre Dios.
la rosa pura y alta de mis labios. He ahí mi corazón,
Castigad mi frente diáfana todo mi corazón, hermanos!
con vuestras manos sucias de egoísmo. Del dolor incurable de sus grietas
Levantad las sombras de vuestra lengua mana el amor más hondo de la tierra.
hasta miS| estrellas amorosas.
Clavadme bien vuestras espadas negras, Ah, dime Dios mío!
en este pecho demasiado bueno. Por qué no vienen hoy a herirme mis hermanos?
He ahí mi corazón,
todo mi corazón, hermanos!
V
80 Libro del Corazón Libro del Corazón 81

Ah, niño, niño mío!


Con qué simplicidad pisas el mundo,
con qué avidez engulles las frutas de la fiesta,
cómo rompe tu piedra de egoísmo
la cadena amorosa que yo había forjado.

XI
Tú, que por ser el niño eres también el hombre,
ven, acércate a mi, disfruta de esta sombra
delicada y profunda que curará tu miedo.
Ah, niño, niño mío! Lo que cierra tus ojos es el temor, hermano!
Tú, que vagas perdido por las calles, Tú mismo no te miras, tú mismo no te ves,
tú que jamás supiste que vas hacia una meta, tú jamás contemplaste con que fuerza tremenda
y cruzas por las plazas y te miran y m iras---- y con'que cobardía te prendes a tu parte'
Ah, niño, niño mío! Es enorme tu nube de tinieblas
Tú, que no ves las sombras hondamente pesadas tu esclavidud, tu tembloroso pánico.
en las ciudades sordas, brutales, instintivas, Vente bajo mi árbol generoso,
donde las cacerías del hombre sobrepasan marea tus sentidos con mi música,
en acechos y asaltos obscuros a las selvas . . . . toma toda tu parte y roba más si quieres
Áh, bestial niño mío! y vete luego y no agradezcas nada.
Junta toda tu vida al fuego de mi alma, No te alejes, hermano, si vas á darte vuelta
déjame verte bien, hasta el fondo, hasta el barro, a reír satisfecho, espléndido, gozoso,
niño ardiente y salvaje, niño hermoso y violento! ah, niño mío, niño,
Déjame que te asalte mi vida generosa hombre de las ciudades y los campos,
por tu sorpresa torpe, desconfiada y maligna! magnífico y salvaje!
Niño mío, no temas!
Yo comprendo tu marcha en medio de las cosas, No me ocultes tu crimen por que no lo comprendes.
por este inmenso bosque de dolor y fatiga, Y si quieres vengarte de verme generoso,
y agarrado al instinto como una antigua espada. si tanto te fastidia mi gran desprendimiento,
ven más cerca a reírte, ríe más, niño mío,
Qué bien!
La empuñadura para la fuerza, arrojáme las piedras que ocultan tus rencores
y hazme correr la sangre
y lo demás, simple y perfecto,
delicada y profunda de mis sienes. (6
para poder!
82 Libro del Corazón Libro del Corazón

Ah, niño mío, niño! Ah, si me fuese dado estar vivo hasta entonces
Ves qué pobre, qué triste y frío eres para verte tan nuevo, conmovido, profundo,
en medio del festín? con una primer lágrima que no sea egoista
Con qué torpeza ingenua devoras tu ración! y una mancha de sangre en cada mano
Qué ancha, qué potente, qué ruda es tu mandíbula, por el fuego de todas las llagas que tocaste!
y como vas pasando de una venda a otra venda
y ejercitas los dientes y te afilas las garras!
Eres como los tigres y las hienas
pero en tus ojos brilla una luz que no has visto
yi por la carne aguda del corazón, de pronto,
se va a encender la llama de la música.
Y es así que te amo, niño mío,
por la luz que te arde en las pupilas,
por el fuego anhelante que quemará tu carne!

Ven junto a mí, ven pronto, hijo mío, hijo m ío !...


Mira que hermoso árbol creció para que juegues!
N o sepas todavía
la esencia prodigiosa que se oculta en la forma,
pero juega, y sé loco, y grita mucho,
y trepa por sus ramas y come de su fruta!
No mires sus raíces
ni indagues por ahora hasta donde han crecido.
Empacha rudamente tus deseos bestiales.
Ah, mientras tú devores de tu parte y la mía
levantaré una música que jamás has oído
sobre el silencio torpe de tus hambres.
Tú entornarás los ojos sin saberlo.
Se caerán de tus labios las' frutas ya mordidas,
y llevarás tus manos hasta el pecho
y apretarás tu corazón hasta que llores!
84 Libro del Corazón Libro del Corazón 85

A qué orillas de lo invisible te aproximas?


Tú me colocas una almohada azul,
blanda, serenadora, de infinitas quietudes,
y me duermes.
X II Pero tú te ahondas a un costado divino,
te levantas más alto que el borde de la vida,
y desde allí te dejas caer a lo insondable!
Corazón! — Corazón mío!
Te lias echado a llorar contra tu mundo Más allá, más a llá ! . . .
de tanto fuego humano que te arde y te quema. En medio de la noche, más allá, más a llá !...
Qué pide, dime, tu rabiosa herida? A l filo del abismo, al corredor más hondo,
Qué bálsamo de estrellas y de miel de la noche al pozo del silencio, de la sombra, del vértigo!
podrá curar tu carne desgarrada y hondísima? Tu fiebre es el oro de la vida.
Te di mil soledades para probar tu fuerza. Empezaste el camino del dolor en la madre
Y qué temes ahora? — Y por qué gritas tanto? y tragiste del vientre la angustia y el ahinco.
H ay un susto de niño en tu carne madura. Pasa la sangre de una forma a otra forma.
Y a no duermes Tú tomaste la tuya y te hiciste tu cuerpo.
con el sueño profundo que apaga las cuidades. Ahora estás. Ahora ardes.
No te alcanza esta vida de tu mundo?
Tú te haces de llama sobre mi cuerpo triste
y cansado. Más allá, más a llá !.......
Es en la media noche de la tierra y del cielo. En medio de la noche, más allá, más a llá ! . . .
Lo demás de mi vida se ha dormido en el lecho. Tú eres la pasión y más que la pasión.
Por qué fino resquicio de mi sueño Tu amor es también una dureza.
se levanta tu voz, tu canto inmenso, Estás, en lo más alto y mío del destino
más allá de la sangre, del silencio y la sombra? pidiéndome otros ojos más puros para verte.
Por qué hilo nocturno sube tu gran araña Te horroriza caer sangre tras'sangre
al baile de los mundos donde danza tu fiebre? al dolor sin salida.
Mi vida está apagada Ah, si dejases de sentirte tanto,
bajo los cinco sellos que cierran los sentidos. carne desesperada, espejo de fuego,
A qué nave fastasma subes tras la aventura? lago de metales vivos donde mirarse es consumirse!
86 Libro del Corazón Libro del Corazón 57

Las orillas del mar las está haciendo el agua. de tanto fuego humano que te arde y te quema.
Tu sed es la que hace tus orillas.
Sólo lo que en tí se hunde Más allá, más a llá !...
tiene un camino firme y verdadero. En medio de la noche, más allá, más a llá !...
L a frente nunca sale de los laberintos. Yo te siento, ella te siente,
Entre las confusiones, caldas y fracasos, te sentirán los mundos no nacidos,
cuando todo se pierde, cuando no alcanzo nada, logras para tu amor la infinita presencia.
cuando me doblo arqueándome Pegado contra el barro de tu astro
bajo las grandes sombras, eres lo más ardiente, lo más fino y más hondo
me echo de golpe sobre tu luz potente que ha nacido del lodo y de la piedra.
y me quemo de amor y de sed en tu fuerza! Corazón de los hombres!
Qué has querido decir con todo ésto?
Más allá, más a llá !... Ahora que tu latido es de luz y de miel,
En medio d é la noche, más allá, más a llá ! . . . ahora que tu fruta es tan pura que salva
A llí donde no encuentra el deseo una puerta, y puede consolar a todos los sedientos,
tú golpeas, tú sufres, tú porfías, ahora corazón, más allá, más a llá ...
tú haces la salida en el abismo. en medio de la noche, más allá, más a llá ...
La raíz de tu árbol Levántate en un canto primordial y profundo
es la única llave de las cosas. como la fuerza que hizo los toros y las águilas,
Tan agudo y tan fino de sentir has quedado levántate en un canto que ofrezca un ala Inmensa
que eres todo de música, de temblor y de nervio. para darle a los hombres un abrigo de música!
Tu carne hizo cadena con mil carnes
y tu sangre hizo río con mil sangres,
y cuántos corazones, desde lejanos siglos,
te dejaron más luz, más amor, más anhelo.
Tú eres como el final de las generaciones.
En qué otro corazón-hubo tanta potencia,
tanta cosa de Dios y de los hombres,
y tanta libentad y alegría de darlas?
Echado contra el peso de la Tierra,
tu llanto la estremece y la desmaya
LIBRO DEL TIEAPO
Libro del Tiempo 3

LIBRO DEL TIEMPO

‘Aquí,
en la orilla del gran río,
yo, hombre del mundo y de las estrellas,
me he detenido a sentir
los pasos profundos de la eternidad.
Hermano mío!
Vengo arrastrando pesos enormes
desde encima de mi dolor.
Me he puesto a traerte ahora
las cosas de más arriba.
He ahí para todos
mis robos profundos a la noche.
Mi raíz trabaja.
Mis frutas caen.
V oy por el camino de las estaciones.
Y a no está el medio día en mi tiempo.
92 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 93

L a tierra es una eon la sombra


y la sombra es una con el cielo.
Tinieblas arriba,
tinieblas abajo,
y entre el piso y el techo II
el fuego pequeño de las estrellas.
A y! '
Cómo grita mi corazón! Abro mi frente al lado de los vientos.
Alargo mis ojos al lado de las sombras.
Hundo mi corazón en el costado del amor.
Tiemblo y canto.
L a boca está caliente de gritos y de sangre.
Ah, qué días más duros para estar de pie!
Ah, que cansancio enorme sobre los hombros!
Cómo pesan las noches del mundo
en los grandes espacios que nos hacen los ojos!
Hermano mío!
Sólo tengo la salida de estos himnos
que cierran la carne y abren los sueños.
Hermano mío!
Estoy cargado de cosas inmensas
y vengo de muy lejos a decírtelas.
L a ceniza es un grito.
Mi última fatiga
quiere deshacerse en música.
El polvo se pega a la fuerza del árbol.
L a garganta separa sus dos piedras ardientes
y la vida se me sale en voces y gemidos.
Cómo están rugiendo las olas
sobre las playas del mundo!
Libro del Tiempo Libro del Tiempo 95

IV
III

Hermano! — Hermano!
Una arruga nueva Sólo tengo sed y preguntas en los labios.
se me acuesta en la frente. El tiempo corre
Tengo otra grieta para el llanto. pero el viajero soy yo.
Qué no se me levante un sollozo A l poner mi frente en la eternidad
que no sea colérico! solo junté río con río.
Qué mis ojos de varón La ola es lo más alto del mar.
mantengan sus sales y su fuego! Mira como van mis voces
Me dormiré sobre maderas encendidas. sobre las corrientes inmensas!
La noche se hará tan honda y tan aguda Mi corazón pregunta para todos:
que el filo de su frío despertará mis ojos. Dé qué confines sobre — astrales
Me levantaré con un ave de fuego en-el corazón. se desprenden los ríos del tiempo?
Llevaré mi boca al costado A qué finales sobre — divinos
donde las ramas se llenen de savia. camina la eternidad?
Todas las frutas del bien ¿Qué soy yo mismo
cargarán los árboles de mi espíritu. entre el nacimiento y la muerte?
Y estaré a la orilla del gran río ¿Qué vertientes obscuras
pálido de amor y mordido de fiebre! dejan caer las grandes aguas?
Qué es durar, estar, permanecer?
Lo fuerte es lo efímero.
El polvo resiste más que la piedra.
Los mundos se gastan como vértices.
Barcos en el mai
y estrellas en la eternidad. . .
La misma zozobra!
96 Libro del Tiempo
Libro del Tiempo 97

Ah, corazón mío!


Estrellas viejas, de cansadas luces,
Sobrecogido y amedrentado corazón!
qué cosa, sienten los espacios
Corazón de hombre
cuando les nace un astro azul y profundo
levantado en la rueda de los mundos
ebrio y prodigioso?
sobre tu sed y sobre tu música!
Cómo cae el tiempo sobre su piedra ardiente?
Cómo gritas, corazón mío!
Quién sufre! y quién goza
Cómo quisieras agarrarte
en la distancia infinita?
a una suprema esperanza!
Tiemblan las horas que traspasan su luz?
Cómo anhelas subir tu árbol áspero
Sus días se desprenden como de nervios?
y arrancar sus raíces al naufragio!
Ah,
Corazón mío! — Corazón de todos!
qué el infinito oiga mi voz!
Cómo sientes
Qué las cosas lejanas se llenen de mi canto!
y te extingues en el camino!
Qué los mundos sacudidos de Dios
Cómo te aniquilas sin enterder tu llanto!
escuchen la música de mi alma!
Cómo te aplastas a preguntas y derrotas!
Qué las palabras de mi corazón
Cómo te borras en la dolorosa embriaguez!
se quemen en las distancias brillantes
Corazón mío! — Corazón de todos!
de la sombra!
El río laborioso pasa sobre tí
Qué fatigados astros
y tus arenas sordas van a las viejas sombras!
y qué muertes espacios
vean levantarse esta estrella nueva
en el azoramiento de la eternidad!

(7
os Libro del Tiempo
Libro del Tiempo 99

que se ha puesto a cantar.


Una sombra caída y jadeante
sobre la música y la sed.
Soporto los labios en el fuego.
V II Grito y las brasas me queman!
Me golpeo la boca con palabras febriles
y salta el carbón y la ceniza.
Siento en mí una violencia Como una venganza de los hombres
que me marea y me emborracha. lucha mi anhelo con lo que más nos duele.
Se me rompen de ardientes, las semillas de Dios. Me río de fuerza y de dolor
Una tensión radiante y muda
con una estrella caliente adentro de la sombra.
me hace apretar los párpados Quiebro mi vasto pecho
y oprimirme las manos entre las dos rodillas. contra su propia violencia.
Es el momento de desear, Más!
y de sentir, Quiero más!
y de pedirlo todo. Quiero hasta ser como una piedra
Mi alma se cimbra hasta romperse. que se rompe de fuerte!
Sobrepasaré la desesperada trepidación,
el último anhelo cósmico,
las masas de fuerza y de música
que se ahogarán al final de los mundos.
Iré sin miedo,
bien alto,
con la piedra de mi cólera,
con esta cosa trágica de querer, que me quema!
Iré hasta que me deshaga
el golpe entero de la muerte!
Soy una herida de mil heridas,
lo mismo que la luz,
igual que la noche!
Un tajo caliente
100 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 101

calidades más hondas y cortantes


del estremecimiento vital y pasional,
y sobre todas las cosas
estas grandes descargas de mi mismo,

V IT I estas piedras de fuego que me inflaman los labios!


Mis dedos están como llagas
crispados en mi dolor.
Rabio, tiemblo, sollozo,
Mírame, hermano!
muerdo las llamas de Dios.
Mi cabeza entera duerme
Hermano mío!
sobre la almohada de diamante!
Aquí mismo,
Que enreden mis pies a la muerte
desde este instante único,
las manos del naufragio,
frente al gran río que pasa,
y me violente el fuego la carne indómita,
el tiempo arquea mi fuerza
y los ríos me curven los brazos indóciles.
y me cimbra como un mástil.
Levanté mi corazón hasta el punto absoluto!
Ah,
Enormes irradiaciones del ser, dan altas alas,
qué feliz es mi carne y mi sangre,
para subir los puros y anhelantes propósitos,
mi corazón y mi frente!
a las aves de fuego que vuelan en mi frente.
El dolor es ahora como un desgarramiento El pecho libra incontenibles olas.

feliz, La fuerza me sube desnudo y limpio como una espada.


De un solo tirón
como una libertad de sufrir muy arriba,
quisiera levantar el árbol.
com,o la embriaguez más desbordante
de querer y de luchar!
L a última luz t/sm
me enloquece!
5' los ojos se rompen de mirar.
Hom bre! . . .
¿ Qué es esta vieja esperanza,
Nada más que hombre soy, hermano!
esa distancia de fuego
Pero me siento
que hace correr hacia el futuro
hasta no poder más de tanto serlo.
el peso claudicante,
Alegría y angustia se extreman hasta el vértigo,
la tremenda fatiga de la carne?
y en el medio las ata
Qué es el dolor mismo,
no sé que nudo ardiente que me aprieta a la vida.
erizado y rabioso,
Potencias desconocidas de la embriaguez humana,
102 L ib io de! Tiempo Libro del Tiempo 103

hundido en el tiempo como una raíz?


¿Por qué llega en el hombre al filo más delgado?
Para qué castigos profundos usa mitad obscura
lo llena todo a veces
y está igual que la noche de cortantes angustias IX
metido en lo más ciego de los ojos?

Ah,
no puedo más, hermano!
He perdido la voz
a lo largo de los gemidos.
Pasa el gran río
y las aguas eternas me gastan.
Se me rompe el silencio
por el costado más amargo.
Virginidad, sencillez, serenidad
en la frente y la carne luminosas del n iñ o!. . .
Cuerpos de músicas ebrias y de ágiles danzas! . . .
Dónde se fueron los días de luz pura
en el aire y en el corazón?
Volaban las cosas y las horas
y nosotros no supimos que nos íbamos también.
Ah, me detengo a meditar, hermano!
Recuerdo y tiemblo!
Siento como si mi alma fuese
esa sombra inmensa que duele tanto
en la noche de los caminantes y los ciegos.
Las raíces del tiempo donde se alzan los actos
se alimentan de nuestra carne ansiosa,
y cada hora hacemos
una obscuridad más alta en el deseo.
104 Libro del Tiempo Libro del tiempo 105

Estar como abrazado al fluido ondulante


y apretarme la vida a donde está naciendo,
a un más allá de sombra que hasta Dios no lo mira.
Arrancarlo de raíces a la sustancia prodigiosa
X Sentirlo manar, crecer, rodar,
atravesar los mundos, los espacios, las vidas.
Estar en su corriente, ser ella misma, irme.
Ah, Alargarme los nervios en todas las distancias.
si abriese con mi frente Hacerme su ola y su mar.
la grieta del mundo donde se viera todo! Estremecerme en su gran ala ebria
Unir en el punto violento del presente con yo no sé que impulso de velas en el viento
las dos alas tenaces y profundas del tiempo. y de aves sobre islas!
Resistir de un golpe diáfano Extenderme hecho luz
todo el pasado y todo el futuro, en la duración sin fin!
y retenerlos vivos y calientes No haber nacido!
en un vigor divino de los nervios. No morir!
Cerrar como en un ángulo Flotar sin obstáculos
la eternidad de inalcanzable extremo. c-n la horrible presencia de las cosas!
Sentir en el estupor de la frente Sobrenadar,
la presión de todo el abismo rehacerme sin término,
y no doblarla. sin forma,
Romper el corazón de fuerza sin sed,
en un latido tan hondo sin hambre,
que lograse en su golpe la infinita presencia. siempre igual a mi mismo!
Llegar así a dominar los pulsos Ser sobre el tiempo.
insondables del tiempo. Pasarlo y traspasarlo,
Soportarlo en las manos trepándome y Iludiéndome,
igual que el peso fácil de la piedra y la fruta. levantándome y desprendiéndome,
Morderlo con todos los sentidos. alzándome y emanándome,
Verlo, escucharlo, palparlo! sobre el cuerpo tenaz, inmenso y mudo
Estrecharme a su cuerpo igual que una corteza. de la creación!
106 Libro del Tiempo Libro del Tiempo ir, 7

Cólera de los viajeros!


Esta pregunta es mi vida misma
y la vida de todos.
Treinta años que se me fueron
XI y treinta años que me vienen.
Llegada, plenitud, pérdida del instante!
Cosechas siempre abandonadas.
Ira de los hombres! Sensación insufrible de miseria, y despojo.
Cólera de los viajeros! Robo fatal de todo lo vivido.
Mientras rechinan mis dientes El guerrero jadeante
trepa por mi cuerpo la pregunta de fuego corre ante un mal invisible y sin fin.
que no puedo gritarla de tan fuerte! Sudoroso, loco, pálido,
Sube igual que un peñasco por mis olas vitales lo abandona todo en la ruta de fuego.
y golpea mi frente con su viento y su piedra! Retrocede cuando vela y cuando duerme.
Retuerzo los puños contra el pecho Retrocede si resiste o si se entrega.
y los queman las brasas de llorar. Y toda su batalla es no cerrar la herida
Pero me arranco las preguntas vivas de ser,
y las alzo en la llaga de mis manos la primer herida,
y las clavo en la noche desnuda y hondísima. la única herida!
Ah, raíces que muerden la tierra pasmada Un día se ha ido entero de su anhelo y su fuerza
y ramas amargas que rayan las sombra! y la tierra lo pega al fatigado lodo!
Esa pregunta es también mi corazón! En qué silencios se desmoronan los días?
Es el sentido de la sangre, A qué abismos de olvido, a qué heladas distancias,
es esta rueda líquida y caliente a qué extinciones obscuras, o inescrutables vacíos,
que hace su vuelta viva o lentas demoliciones,
en lo profundo de la carne! vamos cayendo todos
Es este aire de los nervios desde estos agudos incendios de vivir,
que gira entre los huesos y la piel y desde estas alturas prodigiosas
y arrastra dolores y placeres del amor y de la sed!
y fluye y me refluye adentro de las médulas! Treinta años doblados!
Ira de los hombres! Y sobre mi vida,
108 Libro del Tiempo
Libro del Tiempo 109

miles de siglos molidos!


Polvo de tiempo, cenizas de la noche!
Formas repetidas millones de veces!
Selvas sobre selvas!
Generación sobre generación!
Nudos de fiebre que hicieron de fuego X II
las frutas de Dios!
Y playas de la muerte!
Y arenas pálidas de los huesos! Ah, cómo se hace el tiempo entre la carne mía!
Salida incensante de los seres! Cómo corre entre el golpe
Llegada continua de la ola! del corazón y de las sienes,
Y sobre la edad de los hombres traspasa la paciencia de la piedra
la edad de los mundos! y nos muele la espera de los huesos!
Y sobre el tiempo de los astros Me reconcentro en ésto que soy y va cayéndose,
el tiempo de Dios! agolpo mi sangre en profundos esfuerzos,
Y más allá de la vasta perduración de Dios muerdo mi cuerpo con el filo del alma,
la insondable eternidad! descargo mi voluntad en insondables luces,
me exploro las fibras y me siento vivir!
Se rae prende el tiempo a los nervios cortantes,
se filtra hacia mi frente por las cansadas sombras,
me entierra los minutos en inmensos olvidos,
se viene sobre mí, infatigable y terco,
hasta apretarme a todo lo que es ya de la muerte.
Qué cosas de mi vida me abandonaron ya!
Ay, qué será esta pérdida fina, sutil, continua?
Una gota perpetua nos va llevando todo!
Caemos lentamente en la gra negación!
Somos como agujeros,
como hendiduras abismales!
Da miedo m ira r!...
El elemento prodigioso va gastándonos!
Aparecemos y nos vamos
n o Libro del Tiempo Libro del Tiempo 111

con la misma vaguedad de nuestras sombras! Sordo, y denso, y ciego,


¿Qué son los movimientos ante el inmenso río? me estrellaré contra mi propio mundo
Cómo levantamos el dolor de nacer y unas cuartas de tierra cubrirán fríamente
sobre la rueda de la eternidad? este poco de tierra y luz, que ya lo sabe!
Por qué puertas profundas Ah,
entra el tiempo a los mundos? Qué de tinieblas, cuántas preguntas, cuántos silencios!
La gran o'a circula, cae, asciende? Se me raya la piel, se me encoge la nuca,
Pongo el oído en cuevas insondables, el corazón se aprieta hasta dolerme el alma,
muerdo el silencio brutal de las piedras! y los nervios agudos me hacen crugir los huesos!
Ciegos están mis ojos.
Van más allá de mi alma
las tuerzas terribles de la creación!
¿Qué fué el momento brusco
en que me abrí de golpe hasta la vida?
Ahora estoy aquí.
Ahora canto, sueño, grito!
Ahora veo, amo, sjufro! v
Ahora pesa en el hondo cansancio de mis ojos
esta noche infinita de música y de sombra!
Ahora estoy aquí, hermano,
sobre este mundo denso, recargado de vida,
sobre su piso opaco, entre sus aires diáfanos!
Es extraño todo ésto!
Estoy aquí, hermano!
Estoy yo, estás tú, estamos todos!
A qu í!- A qu í!- Aquí!
Con la carne y los huesos,
con el hambre y la sed!
Por qué vine a trazar estas líneas obscuras
en este astro negro?
Me quemo de amor cerrado a la luz!
112 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 113

Y só!o aproximé la muerte


¡en. ese juego de fantasmas.
No podré verme nunca
en todo el tiempo que se me fué.
X III Treinta años hundidos en las aguas obscuras!
Ya no siento como se me hicieron los días
para la frente y para el corazón.
Memoria vana! Todo lo ya pasado está perdido.
Sólo mueves fantasmas Sólo nos queda un punto ágil
en tu ciudad de ilusiones. alargando la fila, violenta de los actos.
Los días se te acuestan cortados de raíz. Ah, corazón sin paz!
Eres la hilera pálida Con qué ansia infinita lloras y ríes
de lo que está perdido. mientras se pierden en tu sangre
Sobre una tierra siempre igual las formas calientes que abulta tu vehemencia.
árboles repetidos suben y caen. Todo fué escrito!
Y o deseo enderezar los días Todo está herido!
que eran antes de fuego, Cicatrices y signos
y ponerlos de pie sobre el camino ardiente. no nos repiten, más la alegría y la angustia.
Y o anhelo revivirlos, Con pasos vanos caminamos en la sombra.
tocarlos tembloroso de sorpresa y milagro, Sólo nos deja el tiempo
y reunirme a ellos en todo mi tiempo. vacío y vaguedad, polvo en la frente,
reflejos borrados en un agua viajera.
Ah,
intangidos recuerdos ,Ah, sensación de estar perdidos
de una celeridad de luz y música! en unos ojos que no ven!
Espectro, nube, viento, o la !. . . Horas caídas!
Formas precipitadas, vacías y fugaces Principio de muerte!
en las que todo abrazo es imposible. L a cabeza comienza a dormirse
Me he puesto a levantarme con las horas caídas, sobre el hondo silencio!
a rehacer en mis fuerzas de ahora
la vida misma
que fui gastando sobre el mundo. O
114 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 115

para entrar al camino de las cosas.


Nos llega el tiempo de estar.
Tócate! — Te sientes?
Ese es el hecho inmenso!
X IV Tenemos una forma nuestra
y la hacemos crecer con luz' y tierra.
Llegamos a la vida desde otra carne igual.
Somos más que los ojos! ' Ensanchamos fa frente y sobre su silencio
Somos más que la frente! van pasando colores livianos o profundos.
Somos más que el amor! Maduramos el pecho
Un incendio pálido corre en la carne y bajo su cólera o su amor,
hacia las grandes noches que están calladas. se precipitan músicas inefables o amargas.
Qué será ésto que se mueve en todos Elegimos temblando para no sufrir,
y tiene la sed como destino? pero los días se nos ahogan
Contémplame, hermano! en un gran llanto que no se dice.
Mírame a fondo hasta perderte Antes era una noche, la más larga y más honda,
en mis inmensas distancias. y nosotros no estábamos.
Con el trabajo de mi vida Y en otra noche rápida y muy fría del mundo,
hago también el de mi muerte. una sed se juntó a una sed,
Ah, somos además, hermano, un corazón gritó sobre otro corazón,
lo que nunca sabemos! padre y madre soldaron sus largas soledades
Acaso comprendiste la caída en tu tiempo? y atravesaron mudos sus ansias infinitas.
L a sientes, la gobiernas, puedes con ella? Entre esas chispas ágiles
Vas desde tu semilla, hasta tu árbol y sollozantes sacudidas
y de tu fruta a tu ceniza? nos. asomamos a los tiempos eternos.
Entre los golpes del corazón Comenzábamos a ser, hermano!
las horas son más ágiles Viajábamos en el silencio apasionado.
que las formas de la sangre! Nos esperaban las horas
en el delicado estupor de la madre.
V ivir!
Una arteria amorosa
Nacer!
Abultarnos de pronto nos levantaba de su llama y de su sangre.
Libro del Tiempo 11 /
116 Libro del Tiempo

En el calor de un vientre
se iba haciendo un destino, un corazón, un alma.
Cómo pasaron los días por esa raíz!
Cómo nos alzamos en la eternidad!
Cómo entra una forma nueva XV

a la ola del tiempo!


Cómo desborda sus ríos
El tiempo hace su sombra
en lo que aún no es.
Cómo nos arrancamos de la madre en los caminos de mi vida.

hasta nacer, gritar, sentir! Tengo la carne miedosa de sus pasos.


Mis palabras trepan a sus grandes corrientes
Ah,
orillas fatigadas de los mundos, sin alcanzar las formas fluidas e insondables.
Mi frente perdida
veredas pulidas por los viajeros vanos,
cansada repetición de este idéntico ritmo, lo sigue adentro de ella misma,
y el tiempo la traspasa,
iguales sombras
la hace y la rehace,
bajo silencios no alterados!
le segrega más fina, delicada y continua
con su rosa sin f i n....
Ah,
si pudiera de pronto detenerme en el tiempo
como un árbol parece detenido
en el medio del campo!
Y mirar entonces!___
Quisiera poner ahora
mi sacudido corazón
en el punto de fuego de donde va naciendo.
Sujetarlo entre las dos vertientes fatales
donde se va doblando a lo que ya no es!
Estar sobre la arista rápida y ondulante
de la caída abismal.
El futuro es del silencio,
118 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 11

el pasado es de la-muerte,
y el presente impetuoso se desmorona ciego
con un grito abrasado, incontenible y loco.
Me convierto en un drama inmóvil y anhelante.
Para qué destino caminaré? XVI
Tengo más fuerza para soñar que para andar!
Mi voluntad se me descarga adentro
en unos golpes enormes I 1na vida deja otra vida antes de irse.
que se me hunden todos en las raíces del ser. Se hace un hombre más en el universo.
El tiempo va gastando los nudos de la vida, H ay otro dolor, un amor nuevo,
mientras pasa sus hilos cortantes y un deseo que nunca pedía.
sobre el pasmo erizado y agudo de mis nervios! c u ,! 110

El brote repite al árbol.


Tenemos los dientes en dos filas salvajes,
salimos a la enorme cacería,
levantamos el desafío
lo mismo que ur.a lanza,
y fatalmente, irremediablemente,
nos construimos todos hasta la plenitud.
Y a no hay postergaciones para ser.
Se abre la puerta del tiempo
y entramos a una forma de la vida.
Pisan nuestros pies pequeños
la Tierra vasta y negra.
legra.
Para qué saber nada?
Ia?
El niño solo tiene chispft&^toi'voluntad.
1isp£CB'*torvolur
Corremos! — Gritamos! — Amamos! ...
Hasta que se rompe la primer pregunta
sobre el corazón.
Sed de saber!
Anhelo inmenso de persistir!
120 Libro del Tiempo Libro del Tiempo

*
El dolor nos mira y nos esgpra.
Ay,
las manos recojen la fruta cansada
de nuestra frente,
X V II
y un viento helado
hace gemir de golpe
la rama de los deseos!
Lo ilimitado es nuestro límite.
La carne vive.
Los ojos ven las cosas que no somos nosotros.
Nos abrazamos a los cuerpos
hasta hacerlos brotar.
Vemos, oímos, soñamos, reímos.
La vida danza entre sus dos extremos,
pero al final palidecemos todos
tocándonos el pecho que se extingue.
Ah, si me fuese dado no sentirme vivir!
Y si pasase ante los grandes hechos
ocultos,
sin sospecharlo nunca!
Estar, sin saberlo!
Ser, sin percibirlo casi!
Llenar un punto incesante del espacio,
y trazar esta línea incomprensible
en el tiempo de Dios,
y no haberlo presentido,
y morirnos sonrientes!
122 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 123

Antes ésto era luego.


Esto que está frío,
y ésto que está húmedo,
mi corazón empapado
X V III y mis ojos líquidos!
Encuentro piedras enormes
que son cicatrices, quemaduras y llagas.
Por qué estamos aquí? Qué pasó entre los siglos desbordantes del mundo
Qué fué nacer? para hacerse de roca, de metal y de lodo
Para qué habré venido hasta este mundo? y levantar la savia y estremecer la vida?
Por qué siento? Cómo hundió sus hogueras en los voraces tiempos?
Qué calidad de las cosas es la de amar y desear? Cómo alzó los incendios de sus formas ardientes
Levantado mi cuerpo de la Tierra, en el espacio y en la eternidad?
yo no sé que hay en él que la recuerda,
y no sé que hay en, él que la olvida.
Por qué tiemblo tanto de noche,
y se llenan mis ojos de lágrimas calientes,
y compadezco a todos los caídos y tristes,
y siento extrañas voces que vienen de otros astros,
y hay una música en mi cuerpo
que es capaz de escuchar esa infinita música?
Cómo pienso?
De qué matiz de la carne
se hacen las emociones y los llantos?
Cómo cruzo mi vida entre puntos distantes?
Qué es moverme?
Adonde me lleva la Tierra?
De qué cosas profundas están hechos los días?
Hacia dónde se hunden los mundos?
Caminamos sobre una estrella que está apagada
y sujetos a una estrella que está encendida.
124 Libro del Tiempo
Libro del Tiempo 125

Cómo lo siento querer,


agarrarse a todos los seres,
estremecerse de plenitud, y de ebriedad y de potencia!
Unica fuerza mía
X IX
capaz de calidades inefables y puras!
Mírame este corazón, hermano!
Ama a todos los vivos,
Ah,
a todos los muertos
yo no soy nada
y a los que no son todavía!
para llenar la inmensa perduración de Dios!
Ama a los seres de este mundo
Yo no soy nada, hermano,
y a los seres de todos los mundos!
pero mis labios se han puesto de golpe
Yo no soy nada, no, yo no soy nada!...
a descargar preguntas nunca oídas.
Pero este amor me habla de profundos destinos.
Y o no soy nada, no, yo no soy nada!
Poder apasionarme,
Pero piso la Tierra,
tener en la vida
pero estoy en las ciudades
esta aptitud tan honda de emoción y de a m o r!...
que levantaron otros seres
Sentir vínculos puros en lejanas distancias,
iguales a mí.
hermanar mi esperanza con otras de otros mundos,
Y o no soy nada, hermano mío,
estrecharme con lazos de pasión y ternura
pero yo veo,
a cuerpos que no han visto jamás mis ojos lentos,
pero yo siento,
y sufrir por los otros, y luchar por los otros,
pero yo gimo
y poder darme así en radiantes efluvios
lia jo un dolor de estrellas y de sombras.
de mi s e r !...
Yo no soy nada, no, yo no soy nada,
Ah,
pero sufro, y lloro, y grito,
no sé qué cosas hondas se revelan de golpe
y puedo amar tanto como Dios.
y qué muros macizos van a caer de pronto!
Mírame este corazón, hermano,
Si, me embriagan a veces
esta carne misteriosa que tiene adentro las pasiones,
las más sorprendentes adivinaciones,
este nudo sangriento y delicado y ebrio,
y va a ocurrirle algo angélico y divino
este pedazo ardiente
a este exaltado corazón de hombre!
y conmovido y dulce de mi cuerpo'
Me dá miedo llegar hasta aquí!
126 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 127

Miedo y dolor, hermano mío!


¿Qué van a tocar
mis manos temblorosas?
Presagio algo! — Puede ser! — Quién-sabe!...
Cuando me siento vivir muy adentro, XX
cuando muerden mis hambres
las puntas de mis éxtasis,
cuando me exijo el tono más fino y más agudo, Hermanos de una hora en mi pequeño astro
cuando se hacen de estrellas y músicas los nervios, yen los otros astros!
hay un sabor tan raro y una esencia tan última Mintámonos todos de golpe,
que me siento por zonas de luz nunca gozadas todos a una,
donde todo contacto es más que el de los sueños! todos igual que en un abrazo último!
Ah, hermano mío, Los de la Tierra,
qué delirios, qué viajes, nosotros mismos,
qué profundidades y qué vértigos! los que podemos escucharnos,
sintamos a la madre poderosa y profunda,
de donde nos subimos a la vida
y a donde volveremos.
Ahora estamos encima de ella
con un toque de luz que nos deja saberlo....
Pensad bien, hermanos míos,
pensad bien que es horrible y sencillo:
Mañana estaremos debajo de ella.
L o que ahora ve, no verá más.
Lo que ahora bebe, no beberá.
Lo que ahora ama, no amará.
Lo que ahora siente, no sentirá.
L o que ahora abraza, no abrazará.
Pensad bien que es horrible y sencillo:
Mañana estaremos debajo de ella.
128 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 129

siento miedos extraños y mudos espantos, para llenar de gritos inmensos


el pánico profundo de no estar más aquí, el espacio que corre nuestro mundo.
no se que anticipada anulación de todo No me estoy cayendo?
y que anhelante esfuerzo de no entregarme más! N o caemos todos?
Ay, Sí, hermano, no puedo m ás___
con qué dulzura, hermanos, con qué emoción hermanos, Y a no soporto tantos límites
con qué nudo de angustia ni tanta miseria aguanto'
que me estrangula la garganta, Para qué me dieron la sed?
con qué ahogos del pecho, Arbol, piedra, valle, monte,
con qué amores infinitos, toda cosa serena y tranquila,
con qué desbordantes arrebatos, decidme, pues,
con qué apasionamientos desesperados y temblorosos para que me dieron el alma,
yo los abrazo a todos los ojos,
en este canto de dolor! este conato de luz,
Qué todos reciban mi palabra y mi beso! esta derrota irremediable,
Nos iremos muy pronto! esta carne tan triste que se siente morir?
Adiós, hermanos míos!
Ya pronto no estaremos aquí, pisando tierra,
pudiéndonos ver, pudiéndonos oír.
Qué se desnuden más mis palabras!
Qué solo se escuche este llanto
conmovedor y simple de mi pecho!
Nos iremos muy pronto!
A dónde?
Lo sabe alguno acaso?
Ah, que se amen todos y yo los ame a todos!
Nos van gastando los días.
Nos aniquilamos bajo los años.
Nacer y doblarnos y m o rir.. . .
Será eso todo?
Nunca como ahora,
*

330 Libro del Tiempo


Libro del Tiempo 131

■Acaso las palabras arrancadas


al ruido de las cosas, nada quieren decir.
Tal vez la realidad con el espíritu
no coinciden jamás y no se encuentran nunca.
XXI
Acaso es todo ésto un juego de fantasmas!
Siento como si no tocase nada,
como si todo fuese adentro de mi mismo,
Quiénes somos, hermano?
como si el Universo se prolongase de mis nervios
Estar aquí___ N o estar después___ y no saliese nuca de mi alma
Pongo mi frente pálida de afán, sobre mi ser,
ni yo encontrase un punto abierto para irme.
aprieto mi alma ardiente a mi cuerpo de fuego,
Ah, qué tembladeral, hermano,
palpo esta cosa viva que es mi carne
que fluidez sutil, que percepción tan vaga,
regada como un árbol de profundos licores,
que manera tan ténue de verme por adentro. . . .
temblada de dolores y dulzura, Cierro los ojos,
y me pregunto así, bien abrazado, borro las distancias.
a ésto que soy y somos todos: N o soy yo mismo todo?
Por qué llegué hasta aquí? — Para qué habré venido? Tierra y cielo,
Para qué tanta angustia, tanta sed, tanta fiebre? sombras y estrellas. . . .
Qué sentido potente tiene esta sangre roja?
Sigo sintiendo ig u a l... sigo mirando ig u a l....
Para qué son los grandes,
Es en el fondo m ism o....
los inefables presentimientos?
Entre distancias hondas y apagadas
Y estas grietas delgadas por donde adivinamos donde la vida casi no se siente,
las cosas más profundas sin llegar a saberlas? y hay todavía una raíz sedienta
Ay, que aún abre últimas grietas
acaso no haya una verdad en nada y sacia últimas hambres. . .
ni para nosotros, ni para Dios!
y me voy con el alma para esos mares mudos! __
Acaso lo que anhela toda mi sed, no existe. Todo lo somos nosotros,
Acaso no hay tampoco explicaciones, pero nosotros mismos
ni luz,
somos la gran ilusión!
ni profundidades, Yo pregunto,
ni fin, ni dirección, ni ruta. me deshago en preguntas.
132 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 133

Es qué hay algo tras ellas? todo lo que está como puerta
En qué punto de luz para asomarnos al infinito
apoyaron los hombres sus interrogaciones? pero qué no es el infinito mismo?
La contraparte del misterio nuestro
es la verdad acaso?
L a contraforma de la ignorancia humana
es la forma de Dios?
Nuestra sombra caótica es lo opuesto a la luz?
Qué aplanamiento,
qué espantosa sinceridad!
Acaso nunca
supimos preguntar.
Acaso las palabras de los hombres
ni aún el sentido de sus errores tengan.
N i la verdad arriba
y ni la esfinge abajo.
A lgo más espantoso que no saber sería
esta impotencia humana para ver el abismo.
Todo lo que dijimos hasta ahora
sería mucho menos que el error y la sombra
N o es que las flechas no lleguen.
No es que las flechas no vuelvan.
Es que ni aún son flechas.
Y el arquero pregunta todavía:
Para qué la belleza,
el dolor,
la música,
la gran noche estrellada,
el canto con que se abre la embriaguez hacia el mundo,
la pasión y la sed, el amor y la cólera,
la inquietud y los éxtasis.
134 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 135

X X II X X III

Me mareo.
Ah, esa impresión fluida
Y a no comprendo nada.
de irme cayendo siempre
Grito con todo el horror de la carne.
hacia el vacío inmenso!
Frente a este agudo desgarramiento
Ese tiempo sin horas, sin medida, sin luz,
es lo único, hermano, que puedo hacer!
sin color, sin contacto, sin límites, sin ritmo,
Gritar!
siempre igual, absoluto, indefinible,
Clavar mis gritos en Dios!
que se hace en las cosas por todo el universo,
Entre tanto,
que todo lo atraviesa
los días pasan para mi
que sobrenada sobre la tensión de los espacios,
y pasan para todos.
y en el que caen molidas la fuerza y la sustancia!
Los caminos se acortan.
Se me ablandan las carnes,
L a tierra negra y disolvente
se enternecen los hiKsos,
espera nuestra forma con su vientre bestial.
se atenúan las líneas violentas de la vida,
Seré tragado por el barro,
se me borran las formas donde se prende el alma!
y barro yo mismo.
Siento que se desgastan los mundos y los seres.
Estos ojos inmensos, mi corazón sin fin,
Veo polvo en la piedra
barro también!
y en la eterna quietud en los ágiles vientos
Festín de otras vidas
y los pausados astros.
felicidades de otras hambres.
Un vasto sueño cósmico disuelve la sustancia.
Sobre los huesos pálidos
Con que terrible burla el diente del minuto
borrachos de m i sangre dormirán los gusanos
roe pacientemente la luz que hay en mis ojos,
bajo el peso viscoso de un olor que ahora guardo.
y con que risa cruel m,e devora los puntos
Se horroriza la lengua ágil y melodiosa!
lejanos de la noche donde están mis miradas!
13G Libro del Tiempo Libro del Tiempo 137

con todo mi estupor,


y con todo mi espanto!
Y gritaré por mí,
y gritaré por todos!
X X IV Si hay alguien que oye,
si una gran alma hay que oye,
qué sufra todo mi grito!
Tiempo mío! — Tiempo de todos! Nada podrá aumentar mi gran desgarramiento.
Cómo te haces? Nada peor es posible!
Cómo nos atraviesas y nos gastas? Basta, Dics mío!
Cómo nos asaltas en el primer día N o q u iero!— No pu edo!— No resisto!
y nos abandonas en el último? Es imposible más!
Qué es hacernos vida y amor, Basta, Dios mío!
dolor y fatiga? Abreme los ojos para todo el misterio!
Qué son mis días Dímelo todo!
en, tu celeridad, en tu fluidez, en tu modulación Revélamelo todo! — Muéstrate más!
sin fin? Dame siquiera la esperanza inmensa!
Por qué tú sigues y nosotros morimos? Quémame pronto y sin lástima,
Qué se han propuesto, dime? . pero que sea en tu fuego!
Qué quieren con nosotros? Qué lo sepa todo!
Desean nuestra angustia? Qué no me torture la noche maldita,
Aguardan acaso nuestra pobre derrota? negra, potente y áspera de estrellas!
Somos el espetáculo de un más allá que ríe, Qué no se me claven los astros
o somos la esperanza de un más allá que sufre? hasta desangrarme, hasta enloquecerme!
O más allá no hay nada Soy el peor de los hombres.
y es todo una batalla sin sentido, La cabeza más triste que salió de tus manos.
un dolor que se ahoga en la inconciencia eterna? Es qué tú tampoco puedes?
Hay testigos de ésto? Ah, poder, poder,
Por qué existe el mal y la muerte y la sombra? delirante embriaguez de poder,
Ah, no es posible, no, ya no es posible!... suprema, única alegría de poder,
Saldré a gritar furioso con toda mi locura, inmensa, abrasadora, quemante ebriedad de p e d e r!...
138 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 139

Es qué el tiempo, Dios mío,


puede más que tú mismo?
L a duración te cierra
entre extremos horrendos?
Es qué mi gran esperanza
XXV
muere en tu gran esperanza?
Es qué también tú eres una guerra? Ah,
Es qué el hambre infinita se lo devora todo ? qué extraña caída
Es qué sólo él,
es la de nuestra alma en nuestro cuerpo!
nada más que él,
No saben dónde van ni cómo se atan
él por encima de todo, ni si son una sola y misma cosa.
se quedará reinando en tu enorme cadáver?
Pero ellos están, ellos resisten, ellos perduran.
Es qué aún podrá ser cuando tú ya no seas? Y o los siento abrazarse y confundirse
Es qué un día seremos tú y todos nosotros apretándose mucho, igual que dos amantes.
nada más que una ruina inmensa, aniquilada,
Se me quedan los nervios atónitos
un polvo disuelto, abandonado, hundido,
cuando pienso que el alma con el cuerpo
entre sus dos distancias crecientes y fatales? se han levantado
sobre la inmensa curva de los siglos
y se han puesto a vivir, a crecer, a sentir,
en un mundo viajero,
en el vuelo perdido de las estrellas,
sobre las piedras,
en las aguas,
entre los aires ágiles y la celeste luz
de D io s !__
Y o soy una forma
modelada adentro de otra forma.
Broté, salí, me hice!
Sé qué me siento!
El milagro es entero cuando me oigo latir.
El tiempo me atraviesa
140 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 141

y fluyo vida mientras va pasando. Movernos, hermano mío!


No puedo detenerme. Saber que nos movemos.
Mi voluntad es sólo para seguir la marcha. Y estos golpes ardientes de la mirada. ..
Mis piernas van y vienen, descansan y comienzan. Y esta cosa profunda que es o ír ....
Ellas sí, Y esta misteriosa calidad de la música___
pero yo no. Y esta manera inusitada
Yo sigo, sigo y sigo, * con que hicimos las palabras y los llantos....
y seguiré siempre hasta que no sea más. Y el corazón?
Mi cabeza se sube al cielo con los ojos. Habrás oído bien lo que es el corazón?
Mis miradas agarran las brasas de los astros El corazón, mi corazón, todos los corazones,
y me las traen a la sed del alma. tenaces y trágicos y ardientes,
Entra la noche a mis pupilas y apasionados y sangrientos!
y a mi espíritu inmenso de contenerla entera. Es el drama del mundo.
El día azul y diáfano El golpe más extraño que soportan los tiempos!
penetra en estos ojos tan pequeños Todos los corazones, todos, todos,
que abro como preguntas debajo de mi frente. todos trabajan, se conmueven, sufren, aman,
Subo? — Desciendo? — Caigo? de día y de noche...
Mi tiempo se va haciendo entre mis huesos, de noche hermano, de noche,
por mi lengua de voces coléricas y pálidas cuando duermen las grandes ciudades
donde pasa mi alma como un río de fuego y las llanuras inmensas...
que me quema la vida. el corazón del niño, del joven, del viejo,
Tengc* puertas. todos los corazones cantan,
Tengo nervios golpean y trabajan,
donde viene a temblar el Universo. y llenan de sangre
Me abro hacia el mundo. la carne cansada del mundo!
Me voy por los caminos. De noche hermano, bien de noche,
Juego con esta frente cuando todos los hombres de la ciudad se duermen,
a los sueños y a los abismos. cómo me he despertado con miedo y sobresalto
Estoy en las distancias. por que mi corazón se sacudía
L o que pienso junto a un árbol con ímpetus irrefrenables, desconocidos, ebrios,
lo digo junto a otro. y apretando las manos contra el pecho
«

1-12 Libro de Tiempo Libro del Tiempo 143

tenía que llorar,


llorar un gran llanto de hombre
sobre la locura de mi corazón!
Desde dónde venían a acelerar su fuego?
Ah, hermano mío, XXVI
yo me concentraba en el latido íntimo,
en el canto inefable de la sangre,
y mis oídos se iban, por caminos de música T a no puedo crecer igual que la mañana.
sobre las grandes ciudades que estaban dormidas, El niño que antes era se me fué.
a escuchar el trabajo de los corazones. Pasé la plena forma.
Me parace sentirlos! L a piel se arruga,
Son m illon es.... Unos cerca de otros___ toman mis huesos la mayor dureza,
Algunos solitarios. . . . el corazón me apaga su más violento golpe.
En el pecho del niño y en el del viejo.... Fui!
Es el nudo de la carne y de la v id a ... Cuando no crecí más, dió comienzo mi muerte.
Sí, los oigo, son tod os.... Estoy cayéndome.
De lejos y de cerca los oigo___ El roce sutil del tiempo
Es un canto infinito que sube de la tie rra .. . . rqle pule, me gasta, me lleva.
Adónde irá ? __ El árbol le dió una hoja al viento,
Son risas y gemidos, blasfemias x oraciones.. . . la rama más bella
Adónde irán? dejó caer su fruta,
Qué camino están haciendo? la raíz inmensa de la eternidad
Ay, es algo tan grande lo que te digo hermano, chupó una gota viva del mi savia.
que es mejor no saberlo, hermano, hermano m ío !. . . . Desciendo!
Todos los corazones del mundo, todos, todos, Regreso!
todos trabajan, Me doblo lentamente hacia la Tierra.
y los siento cantar, y golpear y gemir Mi cuerpo camina entristecido
en el silencio horrible que hace temblar la noche! sobre el piso del mundo.
Hasta dónde me lleva esta sed amorosa, Siento todo el horror1del infinito
estas últimas ansias de sentir, y la angustia de ser.
estas profundidades ebrias de mi ser! En cad,a noche que naufraga pierdo
144 Libro del Tiempo Linro del Tiempo 145

una modulación más dulce de mi vitalidad.


Ahora estoy afinado como un sueño,
me siento ir,
ir silenciosamente,
ir misteriosamente....
X X V II
I r ! ...

Qué es esto que soy yo?


Lo que intentó conmigo la creación, al hacerme?,
Para qué voy pasando?
Cómo empezó mi vida a construirse?
Desde qué silenciosas profundidades vengo?
Cómo se tocaron mi padre y mi madre
para que yo llegase hasta la forma?
Cómo las frutas dulces alimentan mi carne?
Qué es lo que en mí se gasta?
S í,

eres tú,
tiempo total!
Y o lo comprendo bien!
Ahora estoy levantando y todo erguido en ti,
hasta que tú mismo me acuestes y me lleves!
Qué sencillo y qué obscuro!
Nacer y c a e r....
Mientras no éramos,
subíamos como propósitos hacia la creación.
Miles y millones de años nos subíamos!
Desde dónde? — Cómo era ascender?
Desde que somos caemos a la nada.
Por dónde?
Por qué camino de las cosas? (10
116 Libro del Tiempo Libro del Tiempo lt?

Cómo caemos?
Qué cosa es no seguir siendo esto mismo?
Y o veo bien hacia abajo.
Yo veo muy hondo hacia abajo.
Madre y padre, X X V III
abuelos,
padres de los abuelos,
cadenas insondables de cuerpos y de amores, Todo cae!
siempre la rama y siempre el brote, Tú, yo y todo!
y así, y siempre así, Mis dientes y mis uñas y mis brazos
hasta no saber nada, hasta no verse nada, y mis fuerzas enteras,
hasta que esta mano era piedra, quieren detenerse en algo,
y estos ojos a gu a ... vencer loá días, los años, los siglos,
y sólo el tiempo pasaba! sostener mi alma, mí corazón, mi frente
hasta ser con mi vida el gran espectador.
Ah,
detenernos para siempre
a mirar como pasan las olas!
Kstar enhiesto en la sucesión de los instantes!
Ser más que la piedra y ser más que los astros
y ser más que el espacio y más que el tiempo mismo!
No caer!
Subir!
Sostener siempre un pie encima del momento!
Alzar mi cuerpo íntegro y violento
más allá de los fondos obscuros del naufragio!
Ser y estar sobre todo!
Y sufrir...,
Y qué importa sufrir si tengo tanta sed?
Ay,
pero no es posible!
7

348 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 149

Me iré también como todos se van!


Esto no es nada más que un viaje!
Enténdamoslo bien,
vieja carne prendida a eternas ilusiones!
Dios mío!
X X IX
Para qué me hiciste?
Para qué pusiste este pobre viajero
en tus caminos? Ah,
si no hubiera venido!
Es horrible tener tanta sombra en los ojos!
Es rabiosamente amargo y agrio
soportar tanto amor, tanta ternura,
sobre un corazón blando hecho para morirse!
Y cómo es insoportable,
y cómo es dolorosísima
toda esta sed fatal que no será saciada!
Irnos al fin y sin saber.
Apagarnos
sin haber alcanzado la gran luz.
La gran lu z !...
Es qué hay la gran, luz?
Es qué Dios, sí Dios mismo, no es un dolor también?
No es una agilidad que no vence la inercia,
el peso entero,
la enorme densidad de la materia?
Es qué somos intentos,
angustiosos ensayos,
propósitos ardientes de ser y de triunfar?
Es qué vivimos
para que otros lo consigan todo?
Es qué la luz será en los siglos
150 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 151

para los hijos de nuestros hijos? Y qué importan las altas esperanzas,
Es qué a tuerza de vidas y más vidas los destinos celestes de ultratumba,
aligeraremos si yo no veo nada,
y espiritualizaremos si esta carne que siente en mí ser, no ve nada,
el peso enorme de la sustancia si no enlazo el presente por una verdad sola
con que trabaja Dios? a lo que no sabemos si ha de venir después?
Sea mi sacrificio! Todo lo que se ignora, así, sinceramente,
Ahí está toda mi carne, y toda mi fiebre no me deja creer en éstos que consuelan.
y todo mi esfuerzo Prefiero sufrir como hombre
para los que vendrán, con un r udo valor y una ardiente entereza,
para los últimos que vendrán! y morirme heroicamente y ferozamente
Ah, con los labios malditos de rencor y blasfemia.
cuánta incertidumbre, Ah,
cuántas dudas, esta dura conciencia de varón,
cuántas vacilaciones! levantada terriblemente
No hay nada firme para agarrarnos. como una piedra áspera y amarga,
N i una grieta, ante le vasto fracaso,
ni un agujero, ante el gusano repugnante y blando,
ni un resquicio ante el polvo ceniciento de los huesos.
para ver lo absoluto. Me voy, hermano, pero escúchame:
El hecho horrible es que pasamos. Grito espantosamente!
Nos vamos todos. Me han hecho para el dolor
Pisamos el mundo y no he encontrado nadie que me cure las lágrimas!
y la misma tierra que pisamos El tiempo pasa!
nos cubre para siempre. Es el tiempo el que muele mi carne hasta borrarla
Polvo y devolverla obscura de sufrir, a la tierra!
y nada más que polvo! Pero yo maldigo todo mi destino,
Qué importa ser la flor, y mi puño se fatiga
ser otra vida, o agua, o árbol, o luz, de martillar mi pobre frente de hombre!
si ya no anudaré esta alma de hoy
a las formas activas del barro de mañana?
Sj ' vs ,

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