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en el siglo XXI
ENTRE LA SOCIEDAD DEL RIESGO Y EL ESTADO
SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO*
The right to criminal in the 21st
century
BETWEEN THE RISK SOCIETY AND THE SOCIAL
AND DEMOCRATIC STATE OF LAW
Recibido:
* Este artículo es el resultado de la investigación “El contrato de concesión portuaria” realizado con recur- 7 de agosto de 2013
sos asignados al grupo de investigación Derecho Política y Sociedad de la Universidad de la Costa, CUC, Aceptado:
año, 2012. 17 de octubre de 2013
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otra orientación y con ello la lucha pareciera derecho a reprimir. Esta es una de las caracte-
centrarse en endurecerlo, ¿será que la huma- rísticas más significativas del poder punitivo,
nidad está dispuesta a involucionar el Dere- conocida desde entonces como la confisca-
cho Penal? Me resisto a creerlo. ción de la víctima.
Recordemos que las Sagradas Escrituras nos La figura del rey era identificable con la de Es-
enseñan que el primer castigo fue impues- tado, tenía la concentración del poder, de ahí
to por Dios a Adán y Eva por haber comido que en el ámbito penal resultaban mezcladas
del fruto prohibido, desobedeciendo con tal las ideas de delito y pecado, el proceso penal
acto sus órdenes, ambos fueron castigados estaba encaminado a la confesión del reo,
quitándoles la vida eterna (Génesis 3:17-19), sin tener en cuenta la posición del ofendido,
fueron expulsados del jardín del Edén (Géne- pues siempre ocupó su lugar. De ese modo, el
sis 3: 23), a Eva le impuso aumentar en gran poder político pasó a ser poder punitivo, sin
manera los dolores al parir (Génesis 3:16) y a contar con la víctima, salvo algunas aparicio-
Adán le impuso que debería comer con dolor nes en épocas posteriores fungiendo como un
el producto del suelo, con el sudor. actor invitado.
Este episodio bíblico, bien puede ser interpre- En 1764, el marqués de Beccaria revoluciona
tado como un acto de soberanía de Dios, en la historia del Derecho Penal con su tratado
tanto, que a través del castigo, quiso significar de los delitos y las penas, obra caracterizada
que su palabra debía obedecerse y ante una por introducir los puntos clave de la Ilustra-
ofensa vendrían consecuencias. Incluso po- ción1 en la teoría jurídica y que influenció de
dría interpretarse como la negación de la vo- manera significativa reformas penales poste-
luntad de ellos y en contraposición la afirma- riores. Frente al derecho de castigar, introdujo
ción de la voluntad del Creador. Sin embargo, límites que constituyeron un gran avance en
la historia católica no muestra la escena como su humanización, una muestra de ello es ha-
un acto de justicia, pues nuestro Dios es un ber sosteniendo que “toda pena que no se de-
Dios de justicia. riva de la absoluta necesidad, es tiránica”. Por
virtud de esa necesidad, explica, el hombre
El castigo como expresión del poder punitivo se obligó a ceder parte de su propia libertad,
no existió siempre ni en todas las sociedades, aunque en la porción más pequeña que sea
en cualquier sociedad, incluso antes del Es-
tado, ante las ofensas se empleaba el poder
1. La Ilustración fue una época histórica y un movimiento
social tendiente a obligar a la reparación. De cultural e intelectual europeo –especialmente en Francia
hecho, las primeras expresiones del poder pu- e Inglaterra– que se desarrolló desde fines del siglo XVII
hasta el inicio de la Revolución Francesa, aunque en algu-
nitivo surgieron cuando el soberano decidió nos países se prolongó durante los primeros años del siglo
XIX. Fue denominado así por su declarada finalidad de di-
usurpar el lugar del lesionado, lo eliminó del sipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de
la razón. El siglo XVIII es conocido, por este motivo, como
escenario y se proclamó único ofendido con el Siglo de las Luces.
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posible y que la suma de todas esas pequeñas bienestar, ya sea el delincuente, ya sea para
porciones de libertad posibles, forman el de- la sociedad civil, sino que tiene que ser im-
recho de castigar, todo lo demás es abuso y no puesta todas las veces solamente porque él ha
2
justicia . Como vemos, el criterio de necesi- delinquido”. Remata señalando que “el hom-
dad, surge como un límite inquebrantable de bre no puede ser usado nunca como medio
la potestad que tenía el soberano para castigar de las intenciones de otros, ni mezclado entre
los delitos, por fortuna aún hoy día se man- los objetos del derecho de cosas, puesto que
tiene vigente este pensamiento, en la mayoría contra esto le protege el carácter de persona
de las legislaciones de los Estados de Derecho. con que ha nacido”4. Este autor encuentra el
sentido de la pena en que mediante ella fuese
En ese mismo sentido, en 1859, el profesor alcanzada la justicia.
F. Carrara, máximo exponente de la escuela
clásica quien hizo valiosos aportes a la huma- A su vez Hegel, se caracterizó por introducir
nización del Derecho Penal, en los prolegó- un contexto de intercambio funcional entre
menos de su programa de derecho criminal, delito y pena, por ello sostiene que se le debe
le asigna a la pena una función de prevención otorgar una función que restituya el injusto
general, cuando afirma que “el derecho de acaecido y en ese sentido solo puede ser con-
castigar, en las manos del hombre no tiene cebida como la negación que el derecho hace
otra legitimidad que la necesidad de defen- de quien ha negado su existencia a través de
sa, porque al hombre solo le es concedido en una lesión y con ello se afirma su vigencia5.
cuanto le es necesario para la conservación
de los derechos de la humanidad”; sin em- Franz von Liszt propugna en los fines de la
bargo, al clarificar el criterio de necesidad, pena en coherencia con un Estado interven-
explica que “el Derecho Penal debe acudir cionista, un rechazo de la retribución y la in-
dondequiera que sea necesario para proteger corporación, en cambio, de la prevención es-
el derecho; el Derecho Penal no puede acudir pecial. En su conocido programa de Marbur-
donde el derecho no es violado o puesto en go6, estructura la finalidad de la pena en un
inminente peligro”3, con lo además introduce triple contenido: la corrección de los delin-
desde entonces, aunque de manera incipiente cuentes susceptibles y necesitados de mejora,
los principios de antijuricidad material y ulti- la intimidación en el caso de delincuentes no
ma ratio del Derecho Penal. necesitados de mejora y la inocuización7 de
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los delincuentes no susceptibles de correc- gencia de la norma y con ello el Estado y por
ción. consiguiente para negar el acto que rompe el
modelo que se comunica con la norma.
Feuerbach sostiene que “el fundamento de
la pena reside en el delito, puesto que de lo En Latinoamérica Zaffaroni, ha presentado
contrario se mezclaría al individuo entre los una teoría agnóstica y negativa de la pena y
8
objetos del derecho de cosas” , se une en con- señala con contundencia que ella no consigue
secuencia con los discursos que sostenían que los fines establecidos por la dogmática penal,
la finalidad del efecto disuasorio se relaciona pues es utilizada como un instrumento de po-
directamente con la amenaza de pena y no der punitivo de los Estados, razón por la que
con la pena. ninguna de las teorías de la pena ha funciona-
do, por ello no se ha llegado a establecer su fin
Roxin9, sostiene que el fin de la pena no busca y función en nuestra sociedad.
la lucha contra la criminalidad sin importar
el costo que ello implique para el Estado de Nuestro tribunal constitucional, no en pocas
Derecho y menos aún cuando se interpreta veces se ha referido al tema y en especial re-
en formas contrarias a la dignidad del reclu- sulta relevante traer a colación los siguientes
so. Añade el tratadista alemán que si el poder pronunciamientos:
estatal ha sido establecido para asegurar a los
ciudadanos una convivencia libre y pacífica, Sentencia C-261 de 1996:
el fin de la pena debe referirse al provecho
del individuo y la sociedad, respetando la “En la actualidad se considera que las
personalidad del penado e integrándolo so- teorías tradicionales que buscaban jus-
cialmente tanto como sea posible, prefiriendo tificar de manera absoluta las penas y
aquellas medidas que conducen a la resociali- el sistema penal están en crisis. Así, ni
zación y no a la intimidación. la teoría kantiana de la retribución, ni
las doctrinas utilitarias de la prevención
Günter Jakobs, asocia el concepto de pena frente a conductas consideradas social-
con la prevención general positiva y sostiene mente dañosas permiten explicar, com-
que con ella se persigue el reforzamiento de la prender y justificar plenamente la fun-
confianza social en el Derecho y en el Dere- ción que puede cumplir el sistema penal
cho Penal como subsistema que proporciona en una sociedad democrática fundada
y constituye la confirmación de la identidad en los derechos humanos. Por ello la
social. La pena sirve para confirmar la vi- doctrina penal más avanzada conside-
ra que tal función solo puede encontrar
explicación en principios diferentes, que
8. Op cit., pp. 25 y ss.
9. ROXIN, Claus (2000). La evolución de la política criminal, actúan en momentos diversos del ejerci-
el Derecho Penal y el Proceso Penal. Valencia: Tirant le
Blanch. cio de la acción punitiva por el Estado.
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Como es natural, no siempre es fácil ha- Por eso ha reconocido la Corte que lo que
cer compatibles estos distintos principios
de fundamentación del sistema penal, 10. Sentencia C-261 de 1996. M.P. Alejandro Martínez Caballe-
ro.
pues en ocasiones los fines de prevención 11. M.P. Carlos Gaviria Díaz.
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Como se sostuvo al inicio, pese a los esfuerzos La sociedad del riesgo, no es una teoría del
de muchos años por humanizar y racionalizar Estado, tampoco así es reconocida, para el au-
el castigo, propugnado a que este atendiera tor a partir de los atentados del 11 de septiem-
primigeniamente a una necesidad que estaba bre de 2001, la sociedad mundial experimen-
dada por el propio Derecho y su armonía, las tó cambios drásticos en su desenvolvimiento
banderas enarboladas por el Derecho Penal que resume en las siguientes premisas: (i) el
liberal, pareciera que en la tendencia mo- riesgo tiene la fuerza destructiva de la guerra;
derna fruto de fenómenos que se expondrán (ii) somos miembros de una comunidad de
más adelante, se dirige hacia la severidad e peligro mundial; (iii) el progreso de la cien-
incremento, con la justificación de proveer cia consiste en minar el papel de los expertos;
seguridad a los ciudadanos en un estado de (iv) el miedo condiciona la vida; (v) vivimos
paranoia que cada vez se expande más por el la economía del miedo y (vi) concluye afir-
mundo globalizado y renunciando cada vez mando que la seguridad es, como el agua y
más a reconocer que en un Estado Social de la electricidad, un bien de consumo, adminis-
Derecho la pena siempre debe estar orientada trado tanto pública como privadamente para
obtener beneficios.
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Por supuesto, el Derecho Penal pasa a cons- gentes que se ofrecen en favor del procesado
tituirse de ultima ratio en prima ratio, para y si se quiere exagerar estamos cercanos al re-
afrontar estos nuevos riesgos desafiando, in- greso del Derecho Penal de autor.
cluso, sus propios límites y en esta misión han
contribuido escuelas dogmáticas que se han En consecuencia, el dejar en un cono de som-
18
orientado hacia ese propósito . En la historia bra la determinación de la existencia del pe-
del Derecho Penal, ya ha sido evidente su uti- ligro como requisito típico, viola el principio
lización con fines que se alejan de su misión de máxima taxatividad y puede acercarnos a
natural, tal como ocurrió con el Derecho Pe- un Derecho Penal de responsabilidad obje-
19
nal del nacional socialismo . tiva. Pero a más del peligro como requisito
típico, es preciso que en la conducta desple-
Derecho Penal del enemigo; Derecho Penal gada por el autor también sea palpable, por
de las sociedades de riesgo, Derecho Penal de ello, frente a esa posibilidad afirma Zaffaroni:
la seguridad ciudadana, Derecho Penal ex- “en cada situación concreta debe establecerse
pansionista, etc., son algunas muestras vivas si hubo o no peligro para un bien jurídico y
de la marcada tendencia por universalizar el en caso negativo no es admisible la tipicidad
fenómeno delincuencial y a la magnificación objetiva”20.
del peligro, ello ha conducido a que se inven-
ten y se clonen bienes jurídicos; se inventan Regresando al tema central de esta ponencia
porque cada vez que se menciona la seguri- y con el fin de clarificar el punto de partida y
dad, la paz general, el bien público, etc., que alcanzar por lo menos uno de llegada en estas
son el resultado del aseguramiento de todos reflexiones finales, conviene precisar lo que
los bienes jurídicos, asimismo, se clonan bie- hoy conocemos como Derecho Penal de las
nes jurídicos creando supuestos bienes jurídi- sociedades de riesgo.
cos intermedios, o sea que se tipifica un acto
preparatorio de otra tipicidad. Pues bien, parece ser claro que el Derecho
Penal de las sociedades de riesgo parte de la
Del mismo modo, existe un consenso en constatación de un conjunto de realidades so-
cuanto a la flexibilización del sistema de im- ciales que se pueden agrupar de la siguiente
putación y de las garantías individuales vi- manera: (i) la generalización en la sociedad
moderna de nuevos riesgos, afectantes a un
amplio colectivo y que podrían calificarse
18. A este respecto la denominada escuela de Frankfurt, ha
sostenido que las garantías del Derecho Penal liberal no como artificiales en cuanto producto de nue-
pueden ser sacrificadas por los nuevos modelos fundados
en un Derecho Penal de la sociedad del riesgo.
vas actividades humanas; estos riesgos resul-
19. Entre los años de 1933 y 1945, la ciencia penal alemana tan de difícil anticipación y suelen basarse en
tuvo una orientación que partió del método fenomenoló-
gico y de la contemplación del derecho como un “orden
concreto”, en este modelo irrumpe la llamada escuela de
Kiel, que propugna por un Derecho Penal de corte totali-
tario, bajo la égida de un régimen político nacional socia- 20. ZAFFARONI, Eugenio Raúl (2005). Manual de Derecho Pe-
lista. nal, Parte general. Argentina: EDIAR, pp. 371 y ss.
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En segundo lugar, puede ser aceptado que el y compromiso con los principios que orien-
nuevo mundo ofrece nuevas estrategias de- tan el proceso penal constitucionalizado, y
lincuenciales que se dificultan perseguir con evitar a toda costa tratar de satisfacer los ape-
los instrumentos tradicionales, ello habilita titos de las masas que reclaman justicia, bajo
la puesta en práctica de un Derecho Penal de el sentido de justicia que se les ha inducido a
una tercera velocidad que pueda satisfacer las gran escala, que difiere ostensiblemente de lo
nuevas demandas de justicia, pero indudable- que el Estado de Derecho impone.
mente que no puede renunciarse a las garan-
tías y derechos que le asisten al ser humano Finalmente, el legislativo debe separar su
por esa sola condición. Por ello, más que pro- función constitucional de su interés perso-
teger conduce a la impunidad, la prolifera- nal electoral, aunque no sea tarea fácil en el
ción de tipos penales de peligro abstracto, con presente, es preciso que por encima de ello
marcada tendencia a la subjetivación. demuestren su verdadero espíritu de servicio
a la patria y que su actuar se traduzca en el
En tercer lugar, las nuevas estrategias pueden ejercicio cabal del mandado que le ha sido
habilitar pensarse en flexibilización de algu- conferido.
nas garantías penales; no obstante, ello debe
hacerse con sumo cuidado y evitando que se REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
generalice a los tipos de criminalidad conven-
cional, como en la práctica parece estar ocu- CARRARA, F. Programa de Derecho criminal,
rriendo. Parte General volumen I. Bogotá: Editorial
Temis, 1996.
En cuarto lugar, los jueces tienen un com-
promiso mayor ante las nuevas tendencias BECCARIA. De los delitos y las penas. Edición
de judicialización y mantener la garantía de a cargo de Nodier Agudelo. Bogotá, 1987.
imparcialidad que se les exige, evitando ir a la
par de los juicios paralelos que se siguen des- BECK, Ulrich. La sociedad del riesgo mundial,
de la sociedad mediatizada, que en algunos en busca de la seguridad perdida. Paidós, 2007.
casos parecen tener vocación de más acepta-
ción en cuanto acuden a la generalización de Sentencia C-565 de 1993, M.P. Hernando
una opinión pública. Además de ello, en su Herrera Vergara; C-592 de 1998. M.P. Fabio
labor de interpretar y aplicar la norma no de- Morón Díaz.
ben inmiscuirse en su justicia para resolver el
caso concreto, pues esa tarea le corresponde Sentencia T-596 de 1992. M.P. Ciro Angarita
al legislador positivo y a modo de excepción a Barón.
la Corte Constitucional.
Sentencia C-679 de 1998. M.P. Carlos Gaviria
Por ello, deben mantener en alto su majestad Díaz.
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DIEZ RIPOLLES, José Luis. De la sociedad VON LISZT. La idea de fin en Derecho Penal.
de riesgo a la seguridad ciudadana: un debate Traducción de Enrique Aimone, Valparaíso,
desenfocado. Revista Electrónica de Ciencia 1984.
Penal y Criminología, ISSN 1695-0194, 2004.
ZAFFARONI, Eugenio Raúl. Manual de De-
HASSEMER, Winfried. Crítica al Derecho Pe- recho Penal, Parte general. Argentina: EDIAR,
nal de hoy. Trad. Patricia Ziffer, 1998. 2005.
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