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ORIENTACION

Vallejos Nágera (1952) denomina a la orientación como un complejo de funciones psíquicas que nos permite darnos
cuenta, a cada instante, de la situación real en la que nos hallamos. Es fruto y resultado de la apercepción y
elaboración de las experiencias adquiridas, lo que permite que tengamos conciencia de nuestra propia persona, y de
nuestra situación en el espacio y en el tiempo.

CLASES DE ORIENTACIÓN

1) Alopsíquica:

- Orientación en el tiempo: es la apreciación de su curso.

Esto se explora preguntando la fecha actual, la hora, el mes, el año, tiempo de internación y cualquier referencia
cronológica. Se debe ser criterioso al realizar este tipo de preguntas y evaluar el grado de lucidez e instrucción de la
persona, para evitar realizar preguntas obvias que pueden resultar insultantes.

- Orientación en el espacio: es el conocimiento de las magnitudes, formas y distancias de las cosas entre las cuales
vivimos y nos movemos, y de la noción de la localización de las cosas. Está alterada en la esquizofrenia, por falta de
capacidad de integrar la dimensión espacial en sus justos límites, y en las intoxicaciones.

Se pregunta por la distancia de la persona respecto de los objetos, y su volumen aproximado.

- Orientación de lugar: es una función de la memoria e implica el reconocimiento, por medio de recuerdos anteriores,
de un lugar. Se encuentra alterada en el síndrome confusional y en las amnesias.

Las preguntas están dirigidas al lugar en que se encuentra en ese momento, el tipo de hospital, el nombre de la
ciudad, calle donde vive, etcétera.

2) Autopsíquica:

- Orientación de persona: en la orientación sobre la propia personalidad se indaga por el nombre, la edad, la
profesión, por sus familiares y edades, fecha de nacimiento, etcétera. En la orientación de las personas del medio se
apunta al reconocimiento del médico, los enfermeros y personas que lo frecuentan en el medio de internación.

- Orientación somatopsíquica: es la referida al propio cuerpo y a ella pertenecen la conciencia de enfermedad,


sensación de enfermedad y noción de enfermedad.

Se pregunta si la persona se siente enferma, de qué, cuándo comenzó la enfermedad, qué tipo de enfermedad tiene
y qué tipo de enfermos están internados en el hospital. Si está triste, qué nota de extraño, etcétera.

SENSACIÓN, CONCIENCIA Y NOCIÓN DE ENFERMEDAD

Con clara distinción, Vallejo Nágera (1952) enseña lo siguiente:

La posición psíquica del paciente frente a su enfermedad, depende esencialmente el estado de la afectividad; pero
no así la sensación de enfermedad, la conciencia de enfermedad y la noción de enfermedad.

La sensación de enfermedad no debe confundirse con las representaciones hipocondríacas de los deprimidos y
neurasténicos, que son hipervaloraciones de insignificantes molestias.

La conciencia de enfermedad depende del estado del sensorio: cuando está obnubilado impide el registro de las
sensaciones cenestésicas y del mundo externo.

La noción de enfermedad mental está ligada al estado de independencia que le permite reconocer o negar la
morbosidad de los síntomas que padece. Tal noción de enfermedad existe raramente en las psicosis, y es tendencia
conocida del loco negar su locura. Algunos enfermos tienen noción de enfermedad somática (sensación de
enfermedad) y niegan su enfermedad psíquica.
Debe recordarse que los pacientes crónicos, de muchos años de internado, a fuerza de que se les pregunte lo mismo
por los distintos profesionales que los evalúan, terminan "aprendiendo" que deben decir que están "locos". Esta
respuesta que da el paciente para que lo dejen tranquilo no debe confundirse con creer que tiene "noción" de
enfermedad.

TRASTORNO DE LA ORIENTACIÓN ALOPSÍQUICA

Son los desórdenes de la orientación y de la capacidad para orientarse en el espacio y en el tiempo.

Kraepelin y Jaspers distinguen los siguientes tipos:

Desorientación apática: el enfermo percibe con nitidez el mundo externo, pero carece de la suficiente energía
psíquica para elaborar la sensopercepción o no se interesa por el medio ambiente, como sucede en la esquizofrenia.
Es típico de este cuadro ignorar no sólo la fecha sino el tiempo que lleva internado, el nombre de los médicos y
personal que lo atiende durante años. En la depresión melancólica puede darse también desorientación apática por
inhibición psíquica.

Desorientación lagunar: es la pérdida de orientación para determinado espacio y tiempo, durante el cual el sujeto
padeció una grave obnubilación del sensorio.

Desorientación amnésica: se produce por amnesia de fijación, como ocurre en los cuadros demenciales.

Desorientación por confusión mental: deriva de un síndrome confusional, como en el onirismo, delirium tremens,
etcétera.

Desorientación delirante: a pesar de estar lúcido, el paciente elabora patológicamente las sensopercepciones, de lo
que resulta un falseamiento de la situación en el espacio y tiempo. Ejemplo: un paciente delirante dice vivir en un
castillo en la Edad Media.

Informe para la Historia Clínica

1) Si el paciente está orientado auto y alopsíquicamente, colocar: "Está globalmente orientado".

2) Cuando está desorientado auto y alopsíquicamente, informar: "Está globalmente desorientado".

3) Si está desorientado en espacio y orientado en tiempo: "Parcialmente desorientado: orientado en tiempo y


desorientado en espacio". Hay que describir en qué consiste la desorientación. A la inversa si la desorientación es en
tiempo.

4) Para poder informar que un paciente está lúcido se debe contestar afirmativamente estas preguntas:

a) ¿Percibe con claridad?


b) ¿Se orienta correctamente?
c) ¿Comprende lo que se le pregunta?
d) ¿Conserva la capacidad de memorizar?
5) Se informa la posición psíquica del paciente frente a su enfermedad, y además la:
a) Sensación de enfermedad mental,
c) Conciencia de enfermedad mental,
c) Noción de enfermedad mental,
d) Noción de enfermedad somática, pero no de enfermedad mental,

EL CONCEPTO DE LUCIDEZ

¿A qué se considera estar lúcido?

La palabra "lúcido" viene de "luz". Es importante saber si la persona que está frente a nosotros está lúcida o si tiene
una alteración de la conciencia, un síndrome confusional, por ejemplo. La mayoría de los autores consideran que
está lucida una persona cuando puede orientarse, tener un diálogo coherente, tener claridad en las ideas, conciencia
de situación y de sí mismo. El concepto de lucidez se delimita a través de la descripción del estado de las funciones
psíquicas.
Bleuler dice:

"En los estados lúcidos la función de pensar se realiza en su mayor parte correctamente, la capacidad de orientación
es buena y se halla conservada la capacidad de poder entenderse acerca de ciertos asuntos con el paciente. Son
signos objetivos de lucidez la capacidad de orientación, la de comprender preguntas y la de fijar algo en la memoria."

Un melancólico inhibido es capaz de pensar y de orientarse normalmente: se dice de él, por lo tanto, que está lúcido.
Los estados crónicos de esquizofrenia no carecen de lucidez,

M. Portnoy señala que ningún psicótico puede ser lúcido, y dice: “Una persona tiene conciencia lúcida cuando tiene
todas sus funciones psíquicas normales, lo que lleva a una correcta orientación auto y alopsíquica."

Podemos distinguir en la lucidez tres aspectos o tipos de saberes:

El aspecto cognitivo de la lucidez implica el conocer:

1) Los objetos del mundo exterior,


2) Los del mundo interior,
3) La diferencia entre el mundo exterior y el interior,
4) La propia actividad personal (ya sea reflexiva o ejecutiva),
5) La finalidad de los objetivos y acciones,
6) La expansión de su persona y sus límites,
7) La relación de espacialidad y temporalidad en sí mismo y respecto de los demás,
8) El sentido de unidad de sí mismo ahora y en el pasado (la continuidad del ser en el tiempo),
9) La imagen de sí mismo,
10) La consecuencia de sus actos.

El aspecto afectivo de la lucidez implica el funcionamiento claro del rendimiento afectivo que nos permite entrar en
resonancia emocional con nosotros mismos, con los otros y los objetos; y también implica el darse cuenta (cognición)
de los propios sentimientos y tener empatía hacia los sentimientos de los demás.

Cuando hablamos, por ejemplo, de aspecto afectivo de la lucidez es el darse cuenta de sus afectos, sentimientos y
pasiones, de sus sentires; y a la vez captar lo afectivo en los otros. La falta de sensibilidad hacia el sufrimiento del
otro, el no poder comprender empáticamente lo afectivo, como es el caso de los psicópatas desalmados, es otro
ejemplo de hipolucidez afectiva.

El aspecto conativo de la lucidez implica vivenciar las pulsiones, impulsos, apetitos, tendencias, inclinaciones y
voliciones como propias y comprender (cognición) su sentido. Se trata de saberse moviente, dueño de sus actos,
poseedor de sus impulsos y tendencias, actor de sus acciones. Es claro el ejemplo de hipolucidez conativa de la
esquizofrenia donde los enfermos vivencian el no control conativo, sienten que "están dirigidos por otros".

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