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1.

- El misterioso pico de Vega


Ubicación: Atrás del cerro del pueblo, 10 km al centro de la ciudad. 2380 metros sobre
el nivel del mar.
Datos a agregar: Ahora el lugar se dedica a la exploración de barro y se han encontrado
puntas de flechas.
Historia contada por Antonio Mendez. En aquellos tiempos XVIII y XIX el legendario
bandido regional Tomás Razo se sirvió de las cuevas para refugiarse de sus correrías.
En cuanto al nombre se puede deber a un hombre rico con una ranchería que vivía por el
lugar.

2.- El trenazo.
Se podría destacar como una crónica de un hecho trágico más que una leyenda.
El 4 de octubre de 1972 a las 11:30 de la noche 1000 personas fallecieron en el
accidente en Puente Moreno a 10 km de la ciudad. Se dirigían a Saltillo de Real de
Catorce, se quiso culpar a los maquinas de venir en estado inconveniente, sin embargo,
tiempo después se demostró lo contrario.
Vecinos afirman escuchar lamentos y quejidos de personas dolientes, así como ver
sombras y figuras de personas desplazándose sin tocar el suelo.
En otras ocasiones dicen ver de nuevo el accidente, como una repetición de pasado.
Algunos relatos han sido publicados en la prensa como una continuación de ese trágico
accidente.

3.- El caballo de la Suerte


Datos a agregar: Ubicación (Al sur de General Cepeda antiguo marquesado de Aguayo
y Santa Olaya.
El señor López adquirió un corcel de alta fineza, era lo más preciado que tenía, sin saber
que la revuelta de Carranza tomaría fuerza contra Huerta. En mayo un batallón
obregonsistas hacen presencia en la villa, con ellos arriba un coronel déspota que al ver
el corcel lo toma para si a la fuerza. Al retirarse la tropa en el camino se encuentra con
federales y durante el enfrentamiento cruzado el coronel cae muerto.
El caballo al ver que esta libre, regresa a su antiguo dueño. Y este al verlo salta de la
emoción y contento por su regreso y la nueva montura que tiene descubre varios
costales llenos de tesoros a sus costados, los cuales, guardó hasta que la guerrilla
terminara y así vivir con su familia cómodamente.

4.- Las noches del molino


Ubicación: Antigua Hacienda de San Francisco de los Patos ahora Villa de General
Cepeda, en una esquina de la calle Viezca.
En mil novecientos treinta y tantos Don Eliud un hombre que vivía en Saltillo fue
alentado por sus amigos a abrir un negocio en un molino abandonado en General
Cepeda, al poco tiempo hace los preparativos con su familia para mudarse.
Todo parecía estar en paz, hasta que ya entrada a la noche, se escucha en uno de los
cuartos cercanos al molino risas y murmullos como una mañana de trabajo. Don Eliud
en vez de abrir la puerta para asomarse decide ver desde el exterior y observa que el
fenómeno paranormal sólo ocurre al interior de la casa. Al regresar y abrir la puerta se
escucha una explosión y la luz se apaga de golpe. Conforme pasaban los días los ruidos
fueron intensificándose y la familia optó por regresar a Saltillo.
Después de este relato sólo queda preguntarnos si habrá un tesoro enterrado en ese lugar
o sus antiguos dueños murieron violentamente.

5.- La Custodia
Ubicación: La hacienda de San Antonio de las Cabras.
Se cuenta que una mujer, hasta ahora su nombre es desconocido servía a la familia que
residía en dicho lugar en 1910 a 1915, la cual tenían en alta estima, fungía como
guardiana de sus pertenencias cuando salían de la ciudad.
En tiempos revolucionarios llegaron al poblado hombres armados que pretendían asaltar
las casas reales, durante un tiroteo, ella cae herida y muere al poco tiempo llevándose a
la tumba la ubicación del tesoro que guardaba.
Alrededor de la década de los 30, los campesinos comienzan a notar la extraña
presencia de la mujer con vestiduras blancas que baja desde el cierrito para introducirse
en las ruinas de la hacienda y desaparecer en uno de los muros de la capilla dedicada a
San Antonio.
En una ocasión, agregan los lugareños que un norteamericano al escuchar la aconseja
propuso hacer una excavación, pero por respeto al pasado y el suelo sagrado, declinaron
la moción.
6.- Cerro del temerso
Ubicación. Concepción de Oro, Zacatecas.
La siguiente leyenda es relatada por Abelardo Valdez hijo de Don Antonio Valdez
Carvajal, poeta local.
Al lado poniente del caserío existe un cerro conocido como el temeroso, el cual, dicen
que guarda en su centro un tesoro de una grandeza difícil de creer que se presenta una
vez al año, en sábado de gloria y se abrirá un boquete a las 10 AM. Dejará que observes
el tesoro mientras que esqueletos vivientes te harán la advertencia de todo o nada, con
ese permiso podrás intentar sacar todo lo que puedas, pero si no logras sacarlo todo a la
media noche terminaras por convertirte en otro esqueleto y formaras parte del grupo
para avisar al siguiente transcendente acerca del tesoro.
Existe otra versión aun más aterradora que relatan los ancianos del lugar, al igual que la
anterior la puerta se abre en sábado de gloria, pero una madre debe sacrificar a su hijo
recién nacido, y la montaña no sólo abrirá el boquete para la madre sino para todo el
pueblo.

7.- La sierra de las bayas


Ubicación: 14 kilómetros de Saltillo, al norte de la Villa de Arteaga.
Se nombró de esa manera debido al crecimiento de arbustos silvestres que daban fruto
parecido a las bayas.
Cuenta la conseja que dentro de la sierra se guarda un tesoro proveniente del personaje
Tomás del Razo, personaje de la comarca.
En una ocasión dos jóvenes saltillenses escucharon que la leyenda decía que en la
entrada había una roca con la descripción de “si me das la vuelta encontrarás la
felicidad”. Por lo que emocionados preparan la exploración y en efecto al pasar los 2
días encuentran la entrada de la cueva. Después de un gran esfuerzo lograron mover la
roca, pero al entrar no encontraron nada, más que un mensaje al reverso de la entrada
que decía “Y con la vuelta que me han dado ¡Ah que a gusto he quedado!
Con la frustración que sentían terminan por arrojar la roca por el precipicio partiéndola
en dos. Los jóvenes regresan a su lugar de origen y continúan sus vidas.
Sin embargo, esto no deja de preguntarnos, realmente ¿existe un tesoro enterrado en ese
lugar?
8.- El cochino de la Joya
Ubicación: Los Gonzalez
Para el año de 1950 – 60 es cuando esta conseja es narrada, cuando aun Los Gonzalez
era una congregación externa a Saltillo.
Cuentan los vecinos que en una ocasión Don Merardo salió a su parcela para terminar
su trabajo, no sin antes de que su esposa le previniera de pasar con cuidado por la Joya,
porque ahí se aparecía un cochino.
A manera de presagio cuando el susodicho va de regreso a casa pasa por un huisache
justo en el terreno que tiene forma de joya, y escucha el sonido natural de un marrano
por detrás de el, cuando lo observa se puede dar cuenta que tiene un aspecto hostil y que
es muy gordo, el cual termina por escabullirse detrás del árbol.
Hay quienes dicen que si se aparece dicho animal es porque hay un tesoro enterrado y
su gordura representa la cantidad, mientras que el semblante indica si el tesoro fue
enterrado de forma brutal.

9.- Sucedió en la Angostura


Narra la leyenda del vigilante que confunde al sastre Smith con un soldado
norteamericano muerto. Historiador Álvaro Canales.

10.- Las apariciones del colegio


Ubicación: calle real de Guanajuato ahora Francisco I. Madero, en contra esquina del
actual palacio.
Las señoritas Ramirez cuentan que de madrugada se escuchan murmullos y rezos, así
como apariciones de siluetas de frailes monjas y señores de vestimenta colonial que se
desplazaban flotando.
En las siguientes noches se presentaron apariciones masivas, como una procesión difusa
que quería ingresas a la iglesia.
Hasta la fecha sólo se conoce que en el suelo hay personas pudientes enterradas.

11.- La dama de los tacones (leyenda diferente)


Ubicación: Calle de Ramos Arizpe
Hasta 1950 las familias más pudientes de Parras aun tenían su vivienda en esa dirección.
Una mujer llamada Doña Tranquilina residente de una de las casonas tenía la costumbre
de usar tacones y cascabeles en el largo de su falda, los cuales al arrastrarse en el suelo
provocaban un sonido peculiar. Tiempo después de su muerte un abogado arrivó en la
ciudad y se hospeda en su casa que ahora era alquilada por unas hermanas conocidas
como las coronelas, pues siempre estaban al tanto de todas las noticias locales.
Con el paso de los días se le comenta que frente a su ventana se aparece doña
Tranquilina deambulando sobre la calle. En una ocasión que el abogado termina hasta
tarde escucha el sonido de los cascabeles y se asoma en su ventana. Hasta la fecha no se
sabe que fue lo que vio, pero duro varios días intrincado y con la boca chueca. Sin
embargo, la cuestión aquí es ¿Por qué Doña tranquilina sigue deambulando por las
calles de Parras?

12.- El barrio antiguo


El centro de Monterrey se describe como una zona pintoresca sometida a remodelación
para preservación arquitectonica española, pues su antigüedad data más de 200 años.
Algunas csas tienen en su pared exterior consejas que sucedieron o se cuentan en dicho
lugar, como la del padre bondadoso, quien se apareció a un matrimonio que pasaba por
una dificultad económica y les regala una suma cuantiosa de dinero.
En otras de las casas se puede observar que un senador en vida frecuentaba mucho una
casa de la zona y aún después de la muerte sigue haciendo acto de presencia.

13.- La cuesta de los muertos


Es una elevación natural en la carrera Saltillo a Monterrey la cual se nombro de esa
manera hace mucho tiempo, cuando los indigenas de la región asaltaban a los viajeros y
los asesinaban en el lugar.
Actualmente los camioneros que transitan por la cuesta de los muertos afirman sentir un
gélido aire oque las puertas se les abren ¿Será las almas en pena de esos transenuentes
de antaño?

14.- Oro y espectro de Ignacio Elizondo


Ubicación: San Juan de Sabinas
La leyenda transcurre en los años de 1813 cuando el coronel Ignacio Elizondo estaba
comisionado en Texas. Este personaje encabezó en Baján la aprehensión de los
principales caudillos de la Independencia. Afirmaban que el ejercito insurgente llevaban
consigo casi siete millones de pesos en monedas, joyas y plata, sin embargo, cuando
fueron acorralados en Baján sólo llevaban dos millones. Por mucho tiempo se dijo el
tesoro había sido enterrado entre Anhelo y Baján y que el resto había sido repartido
entre los jefes realistas, tocandole la parte más cuantiosa a Elizondo.
Durante los siguientes dos años se seguía especulando de este tesoro y también se supo
que Elizondo hacia ocultado su parte en un sitio de su hacienda en San Juan.
En una redada en San Antonio de Béjar Elizondo derrotaba a una partida de rebeldes y
fue en esta misión donde Elizondo fue traicionado y asesinado junto con su cuñado
Isidro de la Garza en su tienda de descanso. No sin antes confiarle a su compadre y cura
Manuel Camacho, acerca del tesoro enterrado entre dos sabinos a orillas del río San
Juan.
La viuda cayó en depresión, pero el amor a sus hijos la hizo reaccionar mientras que la
deuda que había dejado su esposo crecía. Hasta que recordó la historia del tesoro y
diariamente José María de Echais, un insurgente al servicio de la señora Romanita,
buscaba sin encontrar nada.
Dos años después presenciaron una figura sobrenatural del señor Elizondo que se movía
en la casa grande, el troje y en el río en medio de dos sabinos del lado opuesto, así como
gemidos de alguien que agonizaba y pedía ayuda.
Hasta que una noche una sirvienta asegura que el señor Elizondo se le aprecio y le pedía
misas pues no podía descansar por no seguir la causa justa, así se hizo y el espectro dejó
de aparecerse.
Pero al fundarse la Villa de San Juan de Sabinas a mediados del siglo XIX los nuevos
vecinos aseguraban ver una figura en la orilla opuesta del río San Juan vestido a la
antigua, en medio de dos grandes sabinos.
A casi dos siglos después del suceso se sigue con avistamientos del caudillo realista y el
tesoro sigue sin encontrar un dueño.

15.- El chaman del pueblo de Monclova


Lo siguiente sucedió aproximadamente en 1647 cuando el fray Juan Larios de Villela
fundara la ciudad de Nuestra Señora de Guadalupe, actualmente Monclova. Y al igual
que en la villa del Saltillo se funda el pueblo de indios de San Francisco de la Nueva
Tlaxcala, con el fin de civilizar a las tribus indígenas norteñas.
Entre ellos corrían leyendas acerca de chamanes y curanderos que hacía uso de la magia
negra y blanca. Uno de los más conocidos era Juan Velazco oriundo de San Esteban que
practicaba en un jacal a orillas del río Coahuila, actualmente el río Monclova.
A pesar de la resistencia de la religión católica, los frailes lo respetaban por la
protección que tenían los tlaxcaltecas por el Virrey, además de contar con muchos
remedios para los indios. Diariamente asistía a la misa de San Francisco y con eso
demostraba que no era brujo, aunque se le tenía considerado como tal. Sus ayudas
siempre eran dos jóvenes de la misma tribu que al al cabo de un tiempo eran cambiadas.
Era muy comentada su posición económica pues tenía ganancias abundantes.
Juan Velazco poseía conocimiento de sanación a través de las hierbas y se aprovechaba
de la sugestión humana para que ellos mismos se sanaran de sus males mentales.
Según un juicio levantado a dos indios colorados, se descubrió la muerte de este
personaje. Fue encontrado apuñalado.

16.- El botín del insurgente


En 1811 llegaba a Saltillo el general Mariano Jiménez con siete mil hombres que
representaban la insurgencia que se había levantado en dolores. Poco después Hidalgo
les hacía compañía.
Ya instalados tomaron la decisión de comprar armamento en Estados Unidos. Se cuenta
que salieron con un cargamento de siete millones, pero en camino cayeron en una
emboscada donde se atraparon a las principales cabecillas del ejército insurgente y se
registraron poco menos de dos millones de pesos. Lo cual, hizo preguntarse al pueblo
donde habían quedado los cinco millones restantes. Hay quienes afirman que quedo
entre Anhelo y Bajan.
Según cuenta un lugareño que cuando se trasladaba desde Espinazo a Bajan tuvo ganas
de una necesidad fisiológica y amarro a su cabalgadura en una especie de barra delgada
de fierro que estaba en el suelo. Ya en su destino le cuenta la hazaña a uno de sus
amigos y este lo identifica como uno pescante que llevaban los carros de pasajeros en la
parte superior para contener el equipaje. Aunque el y su amigo volvieron incontables
veces no encontraron nada, hasta la fecha la leyenda sigue rondando y el tesoro sigue
sin encontrar dueño.

17.- El curo loco de Santa Rosa


Lo siguiente aconteció en las tierras del valle de Santa Rosa, ahora los municipios
Múzquiz, San Juan de Sabinas y Sabinas. El lugar proporcionó mucha riqueza a sus
ciudadanos debido a los ricos yacimiento de plata y la abundante agua, fue así que con
la llegada de la independencia llegó el párroco José Antonio Quiroz y al poco tiempo se
hizo de una fortuna. Pero pronto se vio en problemas al enfrentarse a una sequía. Y
embargarse en una deuda con José Melchor, a quien se negaba a pagarle su deuda, por
lo que fue demandado. En una ocasión no se encontró al párroco por ni un sitio, después
de un par de días se escuchan lamentos en el patio trasero y al fijarse en la noria
pudieron ver que en el fondo se encontraba José Antonio Quiroz, el sacristán intentó
sacar al párroco sin existo y a los pocos días fallece de hipotermia.
Después de su entierro se comenzaron a escuchar quejidos y a ver apariciones cerca de
la noria del padre, este rumor se esparció entre los vecinos y supusieron que ahí se
encontraba el tesoro, sin embargo, no encontraron nada porque la noria se encontraba
con agua. En el verano José Melchor Sánchez Navarro y las apariciones del padre
Quiroz ya no se vieron. Veinte años después se vino un tiempo de escazes y la noria
volvió a quedar vacía, dos personas aprovecharon la ocasión e intentaron escabar, sin
embargo, uno fue hallado muerto y el otro al poco tiempo perdió la razón. A partir de
ese acontecimiento el párroco decidió tapar la noria y ya no se volvió a ver ni escuchar
nada del padre Quiroz.

18.- El álamo de Viesca


Cuenta una leyenda que en Viesca, hay un tesoro enterrado y esto se sabe por una carta
que Rafael Zárate envío a su hija en 1852. Hasta la fecha el tesoro no encuentra dueño.

19.- Corazón del toro o la tortuga


Este nombre se le da a uno de los tesoros más buscados en el noreste de México. Esto se
debe a su cuantiosa cantidad y que es el más difundido a través de mapas, leyendas,
derroteros, etc. Por lugareños de la región se sabe que el ejército mexicano irrumpió en
el lugar en 1954, pero no se sabe si lo encontraron o no.
La leyenda cuenta que el 5 de abril de 1811 salieron grupos con dos hatajos y uno de 75
y otro de 78 mulas cargadas de puros pesos de Santa Ana de Hornos hasta el Puerto de
Ramón que queda debajo de La Hacienda de la Tortuga, y entraron hasta lo que se
conoce como el Corazón del toro.
A la entrada de una cueva cercana enterraron el tesoro y dejaron un letrero con la fecha
del día en cuestión. Se considera que la suma es de 940 mil pesos. De este tesoro existen
varias versiones entre los buscadores, pero a pesar de esto no se ha localizado y aun
sigue en espera de que alguien lo encuentre.
20.- La quebrada del Cerro.
A través de una carta emitida por el Capitán Juan de Dios Arreguín y Muira se sabe de
la existencia de un tesoro en la Sierra de la Fragua de Cuatro Ciénegas al sur y más al
norte de la Sierra de los Alamitos, en consideración del Mapa de Abbot de 1904.

22.- Minas de la Trinidad.


Minas que llevan por nombre el título de esta leyenda fueron fundadas por Alberto del
Canto en 1577. Se sabe que estas minas eran de plata y que tiempo después pasaron a
ser parte de diversos terratenientes del lugar hasta que su ubicación fue extraviada. Para
1977 se volvió a hablar de ellas y muchos exploradores fueron en su busqueda. Uno de
ellos fueron el grupo conformado por Inés Reina, Don Juan y el personaje que realta la
historia, el cual, permanece en el anonimato. En continuación con la historia el grupo
salio con varios días de retrazo por causa del clima lluvioso. Sin embargo, en esa
exploración pudieron dar con el lugar donde se encontraban las minas y habían siete
pozos tapados con arreglos florales. Al día siguiente siete personas siguieron por la
misma vereda y no encontraron nada. Se dice la leyenda que estos pozos y las cuevas se
abren solamente en semana santa. Por esta razón duraron varios años sin tener
resultados y hasta la fecha sigue su búsqueda.

23.- Rincón de las vallas.


Este tesoro es el más buscado de la reción suroeste de Coahuila, se dice que ya dieron
con el, pero que no se lo han podido llevar por distintas causas. Algunos dicen que les
hablan voces, otros que les dan escoger todo o nada y cuando vuelven ya no lo
encuentran, fin son tantos los fracasos que ya esta en el olvido, sin embargo, se vuelve a
recordar por el hallazgo de una carta de 1774 dirigida a Miguel Váldes.

24.- Los fantasmas protectores.


En dos de las huertas más frondosas de la ciudad de Parras de la Fuente hay dos tesoros
enterrados, no falta quien valla a desenterrarlos, pero estos están protegidos por guardias
fantasmas. Uno de ellos es un sacerdote fallecido de Parras. El pide que antes de
apoderarse del tesoro haga dos acciones. La primera es llevarle a su sepulcro una rosa
blanca, la otra, levantar la segunda torre del templo de San Ignacio. Tres franceses
guardan el segundo tesoro, sin embargo, estos no son tan amables como el otro
guardian, pues salen blandiendo sus espadas de la época del emperador Maximiliano.
Durante la noche visitan al que en el día intento apoderarse del tesoro, le mueven la
cama y le arañan el cuerpo.

25.- El franciscano.
Un franciscano enterró un tesoro en el siglo XIX en la huerta de un antiguo curato.
Ahora, su espíritu busca que los habitantes de Parras sea el dueño y en cada ocasión que
puede lo ofrece a una persona, lo único que pide a cambio es que valla a celebrar misas.
Cuando el elegido acepta la petición el franciscano le muestra su rostro en forma de
calavera desfigurada. La visión desaparece, y un miedo terrible se apodera de quien
acaba de recibir al visitante. Este se enferma y al anochecer fallece.

26.- El curato.
Por muchos años ha existido una cantina muy famosa llamado el Paso del Águila, el
encargado de dicho lugar recibía el apodo de Chelino, en una salida entre amigos este
les platicaba de un suceso paranormal donde precisamente el jueves de Corpus escucho
junto con su compadre a las doce de la noche armoniosos cánticos religiosos así como el
sonar de una campanita que usan durante la misa en las iglesias. Al asomarse al exterior
vieron una gran procesión que venía por la calle Mina encabezados por un sacerdote
vestido con todos sus ornamentos. La procesión hizo alto frente al curato, que entonces
tenía un gran portón semidestruido por el tiempo y cual sería la sorpresa que este se
transformó en hermoso e iluminado, este fue abierto por los sacerdotes y desaparecieron
en el interior.
Al buscar una explicación a esto, descubrieron que el rey de España decretó la
expulsión de los sacerdotes jesuitas y ellos no tuvieron tiempo de esconder debidamente
sus ornamentos, por lo que optaron por guardar todo en el curato y en la noria aventaron
todos sus objetos de valor.

27.- El Charro del Cerro


Al oriente de la ciudad de Parras hay un cerro que se llama del Santo Cristo, cuenta la
leyenda que ese lugar se conoce como El cerro del Muerto, debido a que las noches de
luna llena se aparecía un charro que escoltaba una carreta que contenía un cargamento
de monedas y víveres que se traían para el pago de los peones del Marqués de Aguayo.
Este cargamento despertaba la codicia de los malhechores de la región, hasta que en una
emboscada los asesinaron a todos y para no despertar sospecha, enterraron los cuerpos y
el cargamento en un lugar aledaño al Cerro del Muerto. Durante años los bandidos
regresaron al lugar, pero nunca encontraron el tesoro.
Hasta la fecha los lugareños le dan veracidad pues han escuchado el pesado crujir de la
carreta o el cansado andar de los caballos o ven en las noches oscuras las siluetas de
aquellos hombres en busca de su amo para entregar el cargamento.

28.- Legionario Frances


Se sabía que para 1864 el emperador Maximiliano de Hapsburgo arribaría a México a
través de Veracruz en compañía de la princesa Carlota de Bélgica. Para ese tiempo el
apoyo Frances ya se encontraba en México así como varios miles de mexicanos se le
unían.
Gregorio Galindo, gobernador de Coahuila abandona su posición ante el acoso de las
tropas imperialistas, después Maximiliano nombra a Jacobo Sánchez Navarro como
Prefecto Imperial de Coahuila y envía una división para combatir a Galindo en el norte
de Coahuila, este al ser derrotado huye a Chihuahua para buscar la ayuda de Juárez.
Con la agrupación de 600 elementos donde la mitad eran franceses llamados La legión
extranjera, tienen su primera confrontación con tropas liberales mexicanas en el camino
de Guerrero donde resultaron victoriosos.
El general López quien encabezaba la legión extranjera, se entera de que Naranjo quien
lideraba las tropas liberales mexicanas se encontraba herido en Morelos o Allende,
manda comitivas para que se lo entregaran sin causar daños.
Pero Don Perfecto, quien cuidaba de Naranjo, en vez de entregarlo manda cartas a
Allende Morelos, Zaragoza y Nava, así como en las regiones colindantes que tenían el
apoyo a Juárez para levantarse en armas.
En el segundo enfrentamiento tomaron de sorpresa al regimiento imperialista,
derrotándolos y asesinando al jefe de la columna José María Tabachinski.
En esa lucha se encontraba el pagador Pierre de Albert, un francés que llevaba consigo
los salarios del regimiento, este al ver la situación toma el caudal de 4 mil pesos junto
con su espada y sale del carremoto. Sin embargo, este es observado por un mexicano
quien lo hiere en el tórax, sin embargo, Pierre logra huir hasta el monte y ocultarse.
Hasta llegar a un árbol conocido como anacahuita, donde con sus ultimas fuerzas
escarbo un hoyo y ahí enterró el dinero. Tuvo una intensa agonía de dos días hasta que
finalmente murió sentado en el mismo sitio.
Varios meses después un pastor lo encontró ya en forma de esqueleto comido por los
animales, le dio entierro y se quedó con cosas personales del francés.
Tiempo después los caminantes entre Allende y Gigedo observan a lo lejos unos
resplandores hacia el norte y el pastor también a un kilómetro de su casa, sobre todo a
media noche. En una ocasión este se acerca para averiguar de que se trata, sólo para
salir con mucho pavor al ver el espectro del francés que camina, para luego sentarse.
Nadie ha indagado acerca del tesoro que sigue en espera de un dueño.

29.- Hacienda de Adjuntas


En 1895 llegó a la hacienda de Adjuntas una joven mujer con su hijo, poseedora de una
gran belleza y adiestramiento en la cocina y costura. En un par de meses la muchacha
salía en compañía de su hijo a largos paseos dominicales. En una ocasión llegó un
vendedor de la fabrica de máquinas de coser Singer, a quien le compraron dos, una para
la señora de la casa y otro para la joven madre. Después a petición de la sirvienta se le
otorgó un cuarto derruido a la pobre mujer, quien lo arregló rápidamente y en un pago.
Al paso de los cuatro años la vida seguía como de costumbre, y ella no dejaba de hacer
sus paseos vespertinos los domingos. Un día salió como de costumbre y no se le volvió
a ver. Al no volver, los amos entraron a sus aposentos y al ver todas sus cosas lanzaron
una alarma de busqueda.
Por la madrugada se encontró al niño medio muerto y cansado. Dijo que su madre no
había vuelto mientras el la esperaba en el sitio de siempre. El hacendado se hizo cargo
de él.
Pasado el tiempo uno de los muchos vaqueros que trabajaban por ahí encontró a un
venado con una enorme cornamenta entre Agua del Indio y San Antonio de Adjuntas.
Este lo hirió y el animal corrió hacia la falda de la serranía La Rata. Cuando el vaquero
lo siguió quedó horrorizado al encontrar un esqueleto humano que pertenecía sin duda a
la dama misteriosa, entonces este se fijó en una bolsita amarrada a un costado, donde
encontró trescientos en plata y quinientos en piezas de oro.
Se regresó a la hacienda y le contó todo al Señor de la casa, quien le permitió quedarse
con el dinero. En cuanto a la dama se le dio sepultura en el panteón de la hacienda.
Habían pasado cinco meses de su entierro y la señora de la casa entra al cuarto de
aquella mujer, donde encontró una castaña con las cosas personales de la difunta, al
observala se da cuenta que hay un doble fondo y al retirarlo mira que esta lleno de
pequeñas bolsas de mezclilla azul nuevas con un botín de 30 mil pesos en Hidalgos de
oro. Al llegar su marido, le cuenta su descubrimiento sin que nadie se entere, y al mover
la castaña se encontraron con más saquitos de oro.
Al poco tiempo la hacienda que fuera la antigua misión de San Antonio de Padua de las
Adjuntas fue vendida y la familia se mudó lejos, no se volvió a tener noticias de ellos.
Con el transcurso de los años se han hecho excavaciones descomunales en los
alrededores sin encontrar rastros de aquel tesoro y el descubrimiento del origen de esa
riqueza.

30.- Rancho Viejo


La leyenda aquí mensionada transcurre en los días 15, 16 y parte del 17 de marzo de
1811 cuando Antonio Rivas, Elizondo y el cura José María Galindo se reunen en San
Buenaventura para planear la Toma de Monclova (17 de marzo) y posteriormente la
aprhensión de los insurgentes el 21 de marzo en Norias de Baján (cercano a Castaños).
El botín de guerra que se menciona es el quitado a los insurgentes en Bajan que en
cantidad son más de 2 millones en moneda acuñada. La voz popular siempre ha dicho
que la mayor parte fue repartida entre los principales jefes.
Lo que si se sabe cierto, es que Antonio Rivas fue en San Buenaventura el hombre más
acaudalado y de mayor validez social en su época. El y su esposa construyeron la capilla
de San José proveyendole de lo necesario y en caso de faltar el le diría a su esposa de
donde podría sacar más recursos, dado que este también poseía una mina de palta que se
mantenía funcional hasta el día de su muerte. Sin embargo son su muerte se llevó un
gran secreto a la tumba, que ni sus parientes ni largos años de busqueda han dado con el
tesoro del Rancho Viejo.
La leyenda continua en el año de 1900, cuando en una tarde un pastorcito acercó su
ganado al río Nadadores, de repente notó que le faltaban cinco cabras y se regresó a
buscarlas, después de una larga caminata cerca del cerro escucha el balar de una de
ellas. Las encontró agrupadas en una esquina, y cuando se acercaba observa un hoyo de
dos metros de circunferencia y al acercarse se da cuenta que no era muy hondo y que
tenía una escalera de mezquite para bajar. Cuando llegó al fondo vió un tunel de un
metro y cuatro de altura, y que unos pasos más adelante se encontraban unos lingotes
que el considero de plomo por su peso y sacó un par de ellos.
Ya de regreso tubo un encuentro con Don Tiburcio a quien le contó toda la historia y
regresaron al punto del pozo juntos, para darse cuenta que ya no se encontraba en el
mismo lugar.
Pasaron los días y el pastor esparció la historia. Pronto se llenó de buscadores y
gambusinos en busca de la mina, pero jamás la encontraron.

31.- Todo o Nada


Cuenta la leyenda que existe una cueva donde se encuentra un gran tesoro que
extrañamente nadie ha podido sacar.
En una ocasión un pastor que exploraba en busca de mejores pastizales para su rebaño,
observa una cueva extraña, temeroso decide acercarse para observarla mejor. Caminó
por el interior hasta llegar a una sala con una luz extraña que provenía de oro y joyas
preciosas en gran cantidad.
El pastor se percató que era mucho para cargarlo en un día, por lo que decidió sacarlo en
cantidades pequeñas hasta vaciar la cueva. Cuando empezó a cargarlo escuchó una voz
que le decía “todo o nada”
Con susto siguió su camino, pero cada vez escuchaba la voz más cerca, por lo que
decidió salir del lugar, así sucedió por varios días, hasta que desistió por completo.
Cuenta la leyenda que la voz pertenecía a su antigua dueña y que su avaricia no le
permitía descansar en paz, por eso lo custodiaba para que nadie se lo llevara.
Dicen que el tesoro se encuentra en el mismo lugar sin que nadie lo encuentre.

32.- El temeroso
A ciento doce kilómetros al sur de Saltillo se localiza la vieja y colonial ciudad
Concepción del Oro. En ella habita una población con gran tradición minera, esta
rodeada por varios cerros y lomeríos, uno de ellos es conocido como El Temeroso y se
localiza al norponiente, entre esta y el poblado de Bonanza, otro lugar minero muy
próximo a Concha del Oro (nombre coloquial).
Según Don Julio, maestro peluquero de la ciudad de Saltillo, cuenta que sus antepasados
le contaron que en ese cerro se encuentra un gran tesoro enterrado en una cueva por un
grupo de mineros de la época colonial, pero que esta es abierta en sábado de gloria. Uno
de sus tíos Miguel Sánchez, fue a dicho lugar junto con tres sobrinos y cuando esta se
abrió, entró solo, pues esta tenía entrada para una sola persona.
Cuando pudo ver la sala con claridad, se dio cuenta de la gran riqueza que guardaba y
apresuradamente lleno dos sacos donde solía guardar su almuerzo. A medio camino de
regreso se le apareció un indio con un arco y flecha que le advertía “todo o nada”. Don
Miguel entendió la advertencia por lo que regreso para dejar el tesoro, cuando se dirigía
a la salida ya no vio al indio, por lo que volvió por el tesoro, pero al igual que al
principio volvió a escuchar las mismas voces, sólo que ahora se interponía en su camino
una gran serpiente, por lo que repitió la misma operación y dejó el tesoro en su lugar.
Esto no fue observado por sus sobrinos, pero si la cueva abierta. Al día siguiente que
regresaron no la volvieron a encontrar, pero si encontraron en el sitio los dos sacos que
Miguel Sánchez había dejado al interior de la cueva, según ellos fueron expulsados
cuando se cerró la entrada.
Se dice que en tal hazaña han fallecido muchas personas al cerrarse la cueva. La tarea es
sacar todo el tesoro desde las diez de la mañana las doce de la noche, si la persona no
termina su labor en ese lapso de tiempo, la cueva se cerrara y todas las riquezas
extraídas volverán a su sitio. No se sabe que alguien haya extraído todo el tesoro, pero si
de exploradores que han quedado atrapados y que con el tiempo su esqueleto se unirá a
sus compañeros caídos, quienes advertirán “todo o nada”
Se dice que El Temeroso guarda dentro de si una ciudad llena de riquezas, donde las
casas están echas de mármol y sus calles cubiertas de oro, al igual que un castillo
construido con las mismas características. Otra versión dice que en jueves o viernes
santo, una madre o padre de familia, deberá sacrificar a su hijo recién nacido,
arrojándolo desde el reliz del cerro. Después este deberá buscar una entrada en la parte
más alta y este será reconocido como rey o reina, ya que no pueden entrar en pareja. La
condición es que este bebe sea hijo propio de lo contrario el conjuro no se cumplirá.
Hasta la fecha no se sabe de alguna persona que realizara aquel acto infrahumano.

33.- La marqueseña.
En el poblado de Bonanza se encuentra una antigua hacienda minera donde se localizan
las ruinas de la antigua Casa Grande del Marquesado de Aguayo.
Al iniciar el siglo XVIII hacia 1711 regresaba a sus tierras la segunda marquesa de San
Miguel de Aguayo, descendiente de Urdiñola, Xaviera Ignacia, casada con el general y
noble español don Joseph Ramón de Azlor y Virto de Vera, junto con su madre e hija
María Josefa. Cuatro años después de su arribo en la hacienda de Patos nacía su segunda
hija María Ignacia.
Con la presencia y vigilancia de los marqueses los negocios prosperaron de forma
notable. Los años pasaron y la hija mayor ya con veinte años se encontraba en edad para
casarse por lo que tenía que trasladarse a la capital en busca de un noble caballero.
La estadía se prolongo durante nueve años hasta 1733, donde la única petición de
matrimonio que parecía interesante era del recién viudo Francisco de Valdiviesco, rico
banquero y heredero de la gran fortuna de su esposa y suegro el Marqués de Altamira.
Ese mismo año su padre y su madre fallecieron. De pronto las hermanas se convirtieron
en ricas herederas, sin embargo, eso implicaba la responsabilidad del manejo de todos
los negocios y propiedades de sus padres.
Francisco de Valdiviesco y Xaviera Ignacia se unieron en matrimonio y pasaron a ser la
familia más rica de todo el país.
Se supo antes de la boda, que en mayo de 1735 las hermanas ocultaron su riqueza en
algún lugar de Bonanza pues no confiaban en las poblaciones de Patos y Parras, además
de que tenían la intención de establecerse en dicho lugar. Pasado el tiempo Valdiviesco
se convertía en el administrador de la fortuna de las hermanas, sin embargo, ellas
mantuvieron oculto su tesoro. Los años pasaron y las hermanas fallecieron llevándose a
la tumba su secreto.
A principio del siglo XX sucedían cosas extrañas en Bonanza, en las afueras de la
Marqueseña se aparecían dos bultos a las 12 de la noche.
Los lugareños no sabían a que se debían esas apariciones ni quienes eran esas mujeres,
hasta que una de ellas se le apareció frente a frente al cura de la parroquia quien del
susto no logro dormir toda la noche. Una vez que se esparció el rumor no tardaron en
aparecer los buscadores de tesoros.
Con el paso de los años, pasó por diversos dueños que no le dieron el cuidado que
merecía, mientras que las excavaciones deterioraron uno de los pocos edificios que
dejaron los Marqueses de Aguayo.

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