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ORIGEN DEL VINCULO... FREUD Y PICHON RIVIERE...

Publicado por activado 27 Mayo 2013

Etiquetas: #Psicología Social

Origen del Vinculo... Freud y Pichon Riviere...

TEORÍA DE LA CONDUCTA I: TEORÍA DEL VÍNCULO

Susana Gacias el martes 14 de octubre de 2003

Vínculo, para el diccionario, sería el punto de encuentro, el anudamiento de una cosa con otra. El
vínculo humano tiene el agregado del elemento afectivo; nosotros nos vinculamos con los objetos,
las situaciones, pero el componente humano agrega el elemento de lo afectivo: los amores, la
broncas, las rivalidades...

Hay una frase de Nietzsche que a mí me parece muy interesante, porque dice que “el
conocimiento es la centella que brota del choque de dos espadas, que son las necesidades”. Y es
una frase absolutamente pichoniana, porque dice que para que haya conocimiento tiene que
existir el choque, el chispazo que surge y brotar del choque de las necesidades: ahí nos
vinculamos.

Pichon Rivière dice que la necesidad es el fundamento motivacional del vínculo, o sea que está
diciendo absolutamente lo mismo: nos relacionamos y nos vinculamos a partir de necesidades. Lo
que va a decir Nietzsche es que la búsqueda y el hallazgo del conocimiento tienen que ver con esa
centella, que viene de ese golpe. Esto es importante: muchos años ocurre que hay toda una
cuestión porque la gente dice “...Pero yo no me vinculo solamente por necesidad”. Suena como
interesado, poco altruista, sobre todo para los que trabajan en acciones comunitarias o de
servicio.

Si entendemos “necesidad” sólo como un intercambio de objetos materiales, es probable que uno
no solamente se vincule esperando algo a cambio. Claro que no. Pero hay una necesidad de otro
orden, que nosotros satisfacemos cuando nos vinculamos en tareas que tienen que ver con lo
comunitario o que no tengan que ver con la respuesta o retribución de un algo material. Cuando
nos vinculamos en lo laboral, es la necesidad de supervivencia, con un valor de intercambio. Pero
cuando establecemos un vínculo afectivo y uno dice: “yo lo hago sin esperar nada a cambio”, es
mentira: siempre hay algo a cambio.
Los hijos lo dan cuando nos hacen sentir madres o padres, y eso que éste es uno de los vínculos en
los cuales se da más a cambio de menos. En el vínculo, en cualquiera que se forme, se establece
una relación en la cual uno satisface a otro.

Alumna: Son necesidades básicas del ser humano.

Susana: Son diversas necesidades: afectivas, espirituales… Ustedes están acá porque tienen una
necesidad que los trajo en la búsqueda. En algún momento hizo falta que experimentaran algún
vacío que los trajo a esta situación de búsqueda de aprendizaje, donde el conocimiento pretende
dar respuesta a algunas cuestiones que uno tiene, a vacíos existenciales. Algunos dirán que vienen
porque siempre les interesó, otros dirán que para ellos es una herramienta de trabajo, tenemos
docentes, catequistas, que sienten una falta de instrumentos técnicos.

Hay una necesidad que busca respuesta en esa vinculación con el aprendizaje. La psicología social
es vincular e intervincular. Con esto estoy diciendo que nosotros miramos dos cuestiones en los
grupos, las comunidades, las instituciones: vamos a mirar la comunicación y de qué manera se
establecen los vínculos. Cuando decimos “de qué manera se establece los vínculos” no hablamos
solamente de cómo se miran o se hablan las personas, sino cómo se vinculan con la tarea, la
institución; entre ellos, si prevalecen los vínculos de rivalidad o competencia, si hay alianzas,
vínculos de cooperación, si participan todos...

Ese es el tipo de mirada específicamente psicosocial en lo que es la cuestión grupal, institucional o


comunitaria. Pichon Rivière define el vínculo como una estructura de creación entre sujetos con
procesos de comunicación y aprendizaje: intercambios verbales y gestuales emitidos y recibido por
un emisor y un receptor alternativamente. En este proceso se producen mutuas modificaciones y
transformación de conducta, o sea aprendizaje. Lo primero que nos llama la atención es que
Pichon Rivière define el vínculo como estructura.

La visión estructural habla de un posicionamiento que entiende al vínculo como un sistema.


Cuando vimos “Comunicación” hicimos el dibujo de un circuito: en el circuito comunicacional, la
circularidad indicaba que era absolutamente imposible que un elemento “A”, interactuando con
otro, “B”, no produjese una modificación del elemento B, que a su vez influiría sobre A.
Exactamente esto mismo se aplica a la estructura del vínculo. Cuando decimos “vínculo es
estructura” estamos diciendo que es una concepción del vínculo como sistema, en el cual
absolutamente todas las partes que están vinculándose, influyen las unas sobre las otras y se
modifican todas ellas al mismo tiempo.
Siempre que nos vinculamos hay aprendizaje y hay cambio. Es imposible atravesar una estructura
vincular sin aprender. Uno podría decir que estaba allí en función de enseñar, de docente, pero
Pichon Rivière habla del enseñaje, el ida y vuelta. Siempre se aprende en los vínculos. Y siempre
que hay aprendizaje hay cambio. Dice Pichon Rivière que el vínculo implica una interjuego
dialéctico entre sujetos. Los sujetos a vincularse tienen un juego mutuamente modificante, una ida
y vuelta, una reciprocidad por la cual hay una transferencia, en lo que Pichon Rivière llama “un
encuentro-reencuentro”: nos encontramos con partes nuestras, con partes del otro; cuando nos
vinculamos ya no somos las mismas personas.

Cada vínculo dejará marcas en nosotros. Los vínculos familiares, el cómo aprendemos a tratar y
cómo hemos aprendido a ser tratados… Es permanentemente un juego dialéctico entre sujetos,
porque el cómo hemos sido tratados, de alguna manera, nos enseña cómo debemos tratar. (Eso
no significa que inexorablemente trataremos a los otros tal cual hemos sido tratados. A veces uno,
por oposición, dice “yo esto no lo quiero ni hacer, ni sufrir, ni padecer…”). Somos, en una red
cotidiana vincular. Desde el momento en que el bebé nace, la condición y esencia de ese ser
humano tiene que ver justamente con ese participar y estar inmerso en una red cotidiana que es
vincular.

¿Qué otra cosa nos convierte en humanos si no es esta posibilidad de vincularnos con otros en una
compleja trama, que además nos permite conocer el universo de lo simbólico? En el momento del
nacimiento el bebé es puro ello; la posibilidad de ir socializándose le permitirá ir adquiriendo la
norma, el lenguaje, todo el peso de la carga de lo simbólico. Nos recibe una red que es vincular,
comienza nuestra vida con los vínculos. ¿Qué pasa con los bebés de probeta, la fertilización
asistida? Hay un vínculo establecido. Dice Pichon Rivière que el interjuego entre el sujeto y el
contexto social se fundamenta en la contradicción necesidad-satisfacción. Esto es muy importante
para que podamos poner nuestra mirada en la lectura de los grupos.

Desde el momento de partida, el bebé va a experimentar necesidades que van a ser satisfechas
para dar paso a nuevas necesidades que van a ser satisfechas, y así hasta el fin de nuestras vidas.
El juego necesidad-satisfacción va a estar permanentemente dando motor a ese interjuego del
sujeto y su contexto. El bebé experimentará necesidades que son básicas y primarias. La inserción
en el medio cultural, el contexto social por ejemplo de las grandes ciudades, irá poniendo como la
zanahoria delante del burro, el marco de nuevas necesidades que “son requeridas” y cada vez se
hacen más complejas, para elaborar “nuevas” satisfacciones.

Sobre esa base se sostiene la publicidad, la propaganda, el shopping, en las grandes ciudades: esta
cuestión de sujetos solitarios que buscan llenar carencias de otro orden con los objetos. Uno lo ve
cuando está en lugares más tranquilos, donde hay menos consumo, menos posibilidad de gastar y
(se) satisfacen en el encuentro muchas de esas necesidades en las que las grandes ciudades los
dejarían más solos y a merced de estos grandes disparadores de elementos de consumo. El
interjuego del sujeto y su contexto permanentemente se va a fundamentar en la contradicción
necesidad-satisfacción. En las grandes ciudades, sujetos más solos con esa carencia afectiva irán a
través de mecanismos de consumo que harán que esta necesidad sea satisfecha a través del
consumo. Muchas veces en medios rurales, en la Patagonia, el eje necesidad-satisfacción va a
estar puesto en el encuentro entre las personas, hay más proximidad, el clima pone lo suyo...

Alumno: Sublimar...

Susana: La satisfacción y el deseo no son la misma cosa. Freud dice que “la satisfacción del deseo
es siniestra”. El motor de la vida tiene que ver con esta cuestión pulsional; estamos entre adultos:
ese pucho del después o su equivalente... Que quede un plus para que uno tenga ganas de ese
pucho... Que no se agote ese circuito que permanentemente se va a alimentar. La necesidad alude
a cuestiones concretas que se van realizando como satisfacción, constantemente, y dando lugar a
las nuevas necesidades que aparecen en la situación del hambre o del frío. Determinados
contextos sociales van a ser expertos en armar necesidades muchísimo más complejas. La moda,
¿qué otra cosa es? Que este año tengas que vestirte de naranja, y otro año de otro color...

Las modas son grandes generadores de necesidades que buscan satisfacción. La necesidad básica
en una tribu puede ser un taparrabos. Para una familia de hace 50 años, la radio o el piano podían
ser una satisfacción a casi todas las necesidades; fíjense cómo la tecnología ha ido inventando
pantallas planas, sonido estereofónico, DVD, CD. El celular es un ejemplo precioso. Aún los que
nos hemos resistido largamente, desde hace un tiempo, viajando, descubrimos que es maravilloso.

Alumna: Tiene que ver el contexto. Por ahí, en un contexto más tranquilo...

Susana: Cada uno le encuentra la necesidad.

Alumna: Cuando la sociedad provoca pero a su vez no le ofrece las satisfacciones, ¿qué pasa?
Cuando estoy generando modas de cambiar colores a personas que no tienen trabajo...

Susana: Es una buena pregunta. Las zapatilla Adidas, Nike, con las que uno corre, uno vuela,
cuanto más exigente y más ostentosamente, más expuesta está la carencia. Más claro queda
dónde está la línea divisoria de los que están dentro del sistema y aquellos que definitivamente se
han caído. Yo creo que en gran medida los episodios del 2001, la protesta genuina de gran parte,
tiene que ver con esto que el mundo de lo globalizado plantea: una enorme desigualdad, que está
cada vez más expuesta. En este país, hace 60 ó 70 años, había gente que viajaba a Europa en barco
con la vaca atada, para tomar la propia leche. Eso es “tener la vaca atada”; eso que siempre
existió, el barco con los que se llevaban su vaca y en la misma bodega, los inmigrantes que venían
a laburar. Esa diferencia siempre existió. Lo ostentoso del mundo globalizado es quizá como está
de expuesto esto. Quedan cada vez más expuestas necesidades que quizá no lo sean, y cuya
satisfacción es absolutamente imposible para algunos.

Alumna: Pero, ¿individualmente...?

Susana: El sujeto -para Pichon Rivière, y para lo psicoanalítico- es policausal; no se puede hacer
una fórmula mágica. Puede ser suicidio, o puede ser que no; puede ser depresión, también puede
ser que no. Como nosotros no nos metemos mucho en la patología... No me gusta hablar mucho
de la clínica: la psicopatología es una patología que tiene que ver con esos individuos que no
experimentan la culpa al realizar un acto delictivo y cruel, como lastimar o matar. Pero cada sujeto
es un universo.

Alumno: Como ese tipo de situaciones no genera marginalidad o problemas en una sola persona,
la sociedad termina creando movimientos sociales que de alguna manera van acompañando y
equilibrando esos desfasajes que se van produciendo.

Susana: Exactamente. Bueno, el vínculo con otro -dice Pichon Rivière- permite configurarnos como
personas constituyéndose el aparato psíquico. Esto lo comparte con Freud: de alguna manera, es
la mirada de un otro, que nos recibe en el momento del nacimiento, que nos configuramos como
personas. Es ese primer vínculo que permite saber que hay un otro que nos significa a partir de la
mirada, en ese primer contacto, es que nos constituimos como humanos. Somos en la medida en
que somos recibidos en una trama vincular que nos hace personas. De esa manera se constituye el
inicio del psiquismo.

Lo que Pichon Rivière va a decir es que existe un primer vínculo, protovínculo, primera experiencia
de relación entre el sujeto en gestación y la madre que lo contiene. No será lo mismo, por
condiciones de gestación y protovínculo, entre las condiciones de una mujer de zona norte -bien
alimentada y con un sistema de salud, calefacción en su casa si hace frío y de refrigeración si hace
calor, bien comida y calzada con sus condiciones básicas satisfechas- que una madre zafrera que
está levantando caña en Tucumán, en cuclillas y con su guagüita en cococho. Tienen
absolutamente otras condiciones. Tanto el contexto social como el contexto en que el bebé es
engendrado, gestado y parido, van a determinar de alguna manera esa vida. A partir del momento
del nacimiento va surgiendo la discriminación yo-no yo, esto que Pichon Rivière, siguiendo a
Melanie Klein, llama proto-yo, primer yo.
Habla también de la existencia de un protoesquema corporal, de un primer esquema corporal que
se relaciona con la discriminación de lo que se es, esas sensaciones corporales ya en la vida
intrauterina. Melanie Klein no habla de esto sino de “yo temprano”. Pichon Rivière va a decir que
existe una primera forma de discriminación entre lo que es su propio cuerpo y las paredes del
útero, el cordón; hoy las ecografías lo muestran. Como ustedes saben, Freud habla de la
precariedad del sujeto humano, del cachorro humano al momento del nacimiento, que requiere a
esto que llama “el otro de los cuidados ajenos”. Requiere a otro que lo cuide para poder
sobrevivir.

Esa prematuridad -es prematuro a la hora de compararse con otros animales- implica un enorme
nivel de dependencia para poder sobrevivir. Esto marca un estilo vincular desde el comienzo de la
vida. Piensen ustedes que por ejemplo, en los potrillos, maravillosos: el hecho de tener autonomía
implica ya una enorme independencia, con lo cual la ligazón afectiva también es otra. Piensen que
el cachorro humano es amamantado, sostenido, abrigado, cuidado... La ligazón objetiva que esto
genera a lo largo de los tiempos es otra. La dependencia física acarrea una enorme dependencia
emocional, marca un modo y estilo de vinculación propio del humano. Esto implica una doble
relación, por un lado biológica (necesidad de amparo, abrigo, sostén, alimento) y por otro lado
psicológica.

Al nacer se rompe la continuidad interna del vínculo intrauterino y se establece una nueva relación
basada en la anterior, que está marcada con el contexto. El momento del nacimiento marca un
antes y un después. Marca la ruptura de la continuidad interna del vínculo intrauterino y el
establecimiento de una nueva relación que está basada en la anterior, pero la supera. Va a haber
otras personas en juego, otro nivel de relaciones, otro nivel de estimulaciones, van a entrar otros
elementos del contexto... Ambos, la madre y el hijo, se modifican al establecer ese vínculo. Lo que
Pichon Rivière va a decir es que la matriz del vínculo va a estar dada por díada madre-hijo. No es
que no nos vinculemos con todos; lo que pasa es que ese primer vínculo va a marcar una matriz,
un patrón que luego va a afectar a todos los vínculos de nuestra vida.

En muchos sentidos andaremos buscando alguna de esas maravillosas cosas perdidas, en otros
sentido estaremos identificando los proveedores en los vínculos. El nacimiento va a implicar el
registro de necesidades; el registro del hambre, del calor y del frío, sensaciones que hasta este
momento no se poseía. Necesidades biológicas, de afecto, de sostén. Se establece un circuito por
el cual el hambre va a ser generador de una tensión que genera displacer. Esto origina una acción
o descarga motriz que es el llanto y los movimientos corporales, y ante todo esto la madre
decodifica el llanto y acude al llamado y lo alimenta, con alivio y placer en ambos.

Es la huella mnémica de la primera experiencia de satisfacción que de alguna manera establece un


circuito comunicacional: la madre decodifica ese llanto, lo calma y lo alimenta, y de esa manera se
establece un circuito comunicacional que genera placer en ambos. Los dos van a estar
satisfaciendo una necesidad. El llanto no tiene intención comunicacional en esta primera
experiencia, sino que es la experiencia la que lo va a inscribir en el psiquismo como un circuito. La
experiencia marca que ese llanto va a ser generador de esa respuesta de la madre. La experiencia
de satisfacción se inscribe en el psiquismo como tensión, descarga, satisfacción, lo cual marca la
huella mnémica.

El chico siente una puntada en el estómago; esto le produce la tensión porque no sabe qué es,
registra un displacer, esto origina una descarga por el llanto, la única manera que tiene el niño de
descargarse. La madre acude y queda marcada la huella mnémica de la primera experiencia de
satisfacción. Estos serían los rudimentos iniciales de lo vincular. Se trata, dice Pichon Rivière, de la
internalización de la experiencia de satisfacción que se evocara al surgir la tensión de la necesidad.
Representar es volver a presentar. O ser un representante que no es uno. El primer nivel
representacional que existe en el psiquismo tiene que ver con internalizar esa experiencia de
satisfacción de la cual hablamos.

El bebé empieza a representar en su propio psiquismo la posibilidad de llamar y saber que vuelve
el pecho. Se trata de la internalización de la experiencia de satisfacción que se evocará al surgir la
tensión de la necesidad. Para eso es el chupete, el chupeteo en el aire: el chico puede evocar a
algo porque ya hubo algo, porque existe la huella mnémica. Un algo que dejó una marca, y en su
ausencia, cuando vuelve aparecer esa necesidad, se vuelve a evocar el objeto. Y uno anda por la
vida buscando ese objeto perdido; las experiencias amorosas tienen la carga de esto. Este es un
proceso alucinatorio, no porque esté loco sino porque ve, en ausencia del objeto, a ese objeto.

Evocar tiene que ver con imaginar, en ausencia del otro, al objeto que no está. Como la
satisfacción alucinatoria se agota, vuelve a reclamar y vuelve el llanto. El sujeto jamás renunció a la
búsqueda de lo que los complete. Con eso lo que nos está diciendo Pichon Rivière es que andamos
por la vida de a mitades. “No es bueno que el hombre esté solo”: esto es constitutivo del
psiquismo; andamos por la vida buscando la completud en todas sus formas. El sujeto nunca
renuncia a esa búsqueda.

En algún momento lo que lo complete puede ser aquel auto o ese reloj, hasta que lo manejó o se
lo puso en la muñeca y se dio cuenta de que no lo completaba nada. Toda su vida anda buscando
una cierta completud que lo remite hacia allá atrás.

Alumna: ¿Eso es la felicidad?

Susana: Qué pregunta. Si tengo la felicidad en mi vida como un registro de completud, será
felicidad. Pero por eso es tan esquiva.
Alumna: En lo mismo que la búsqueda de Dios.

Susana: En alguna manera. El Dios Padre es un Dios omnipotente, todopoderoso, que completa la
fragilidad del padre real. Pichon Rivière dice que “el mundo interno se configura como un
escenario en que es posible reconocer el hecho dinámico de la internalización de objetos y
relaciones.” Él está hablando del mundo interno en los sujetos, que se configura como un
escenario. Primera gran característica: los sujetos internalizamos personas que se transforman en
personajes, que interactúan con un componente escénico, una carga teatral. En ese escenario los
personajes adquieren distintos roles y papeles; de pronto está Susana Gacias, que está dando la
clase de vínculo y evoca algún personaje del mundo interno y puede ser buena, mala, y terrible...

Eso pasa porque a veces hay ruido epistemofílico: esa temática o esa persona golpeó en un
personaje de nuestro mundo interno cuya relación internalizada es una relación de tipo
persecutoria. Pasa con el docente, la docente, el coordinador... No sólo puede ser persecutoria.
Hay quien evoca un vínculo materno o filial, y uno se va a posicionar con un compañero en una
situación dependiente en que el otro funciona como mamá (le dice “tenés que venir, tenés que
estudiar, vamos a presentar este trabajo”). ¿Qué lugar en lo vincular ocupa cada miembro de
acuerdo a este juego de objeto interno? Puede ser persecutorio, amoroso, agresivo...

Ustedes se han encontrado entre ustedes y se van a reír a lo largo de toda la carrera con las cosas
que pensaban en los primeros días: “con éste quiero estar, con esté no, a éste le entiendo todo y
al otro no le entiendo nada, seguro que me juntaron con éstos por esto, y me separaron de este
otro por esto otro...” Y yo empecé la carrera de psicología social ya siendo psicóloga… Hay un
deslizamiento transferencial que tiene que ver con esto, con la internalización de objetos y
relaciones que nos hacen revivir en el aquí y ahora el allá y entonces. Una persona a la que recién
conozco no puede ser tan buena ni tan mala. Los objetos y la realidad exterior son
pretendidamente reconstruidos en este escenario.

Esas personas de la vida real y el contexto se han pretendidamente reconstruido, pero nunca tan
cual, no es un calco. Esos objetos aparecen con modalidades diferentes por ese fantaseado pasaje
del afuera al adentro. Hay una deformación. Vamos a la escuela primaria, de acuerdo a la
experiencia de la vida escolar, religiosa, cada uno va a tener una internalización de quién es
aprendiendo y en qué lugar están los que enseñan: eso se va a reactivar cada vez que asumamos
un proceso de aprendizaje, esas situaciones en las que este tipo de persona fue acompañante o
persecutoria.
Cada actor interpreta este texto de una manera particular. Los vínculos se establecen como una
necesidad humana para vivir y aprender. Vincularse es estar vivo. Así se va configurando el mundo
interno del sujeto, se va organizando a la posibilidad de que esa persona sea un sujeto
individualizado. Vinculándonos se va configurando nuestro mundo interno y la posibilidad de que
esa persona sea un sujeto individualizado. El mundo interno a partir del cual nos relacionamos con
el mundo externo es una reconstrucción de esos vínculos que tenemos con los otros.

Si en el afuera hay una red vincular, en el adentro también hay una red vincular, porque el mundo
interno, constituido como un escenario con personajes, de algún modo representará la estructura
vincular de la red externa.

Alumna: ¿Qué pasa con las personas que no pueden establecer ni les interesa una relación con el
mundo externo? ¿Qué problema hay interno o externo?

Susana: ¿Las personas que evitan el contacto con los demás? De todos modos algún tipo de
vinculación tienen que tener. Es su modo de vinculación. Es para pensar un montón: yo he sabido
de personas que a la noche hablan por el chat y al otro día se ven y ni se saludan aunque saben
que son ellos. Esa suerte de anonimato en el que está frente a una pantalla...

Alumno: Se sueltan más...

Susana: La pantalla refleja más la propia imagen que el hecho de que haya otro. Es para pensar en
esas nuevas y complejas modalidades. Lo llamativo es que uno pueda hablar íntimamente por un
chat y al día siguiente ni hablarse.

Alumna: Nos pasa eso con el correo electrónico, que a nivel humano nada...

Susana: Esa sensación de que del otro lado hay una red, y que a las tres de la mañana y a las
cuatro, y a las cinco, y a las doce… Está esa red, y si me despierto tengo esa red, y si no, también.
No hay en realidad muchas vivencias de aislamiento. Hace como cinco años, una noche llamé a mi
casa a todos a comer y mi hija me contestó “Mamá, está John on line”. Yo me pregunté, “¿vino a
comer un tipo a mi casa?” Ella estaba hablando con un John y la comida familiar estaba supeditada
a eso... Es impactante, esas variables que vienen a modificar...

Alumno: ¿Puede ser que uno se libere más porque ve su propia imagen reflejada en la pantalla? Es
como que le está contando sus intimidades, inconscientemente, a uno mismo.
Susana: La gente dice algo e inmediatamente mira el gesto del otro. Esto es una construcción en la
que tenemos que tener como la cara de póquer, cara de nada. Es muy común que uno, cuando
está contando algo, busque en la complicidad de la otra cara un acuerdo. Aquí no hay ese retorno
de las miradas y la búsqueda de la aprobación.

Alumna: En el Messenger hay caritas: de sonriente, de enojado...

Susana: El mundo interno es una reconstrucción del afuera, del vínculo, de esos vínculos que
tenemos con los otros. Esto determina estilos vinculares. El hecho de que nuestro mundo entero
sea una reproducción del afuera determina un estilo vincular. ¿Quién soy yo cuando me vínculo
con otros? Hay una tendencia a un cierto estilo vincular. Por eso son buenos los grupos, porque
nos dicen “¿Siempre tenés que ser el primero que hable?” Los grupos son buenísimos porque nos
bajan de alguna palmera a todos.

No se puede atravesar una experiencia de aprendizaje grupal sin un cambio trascendente en la


vida. Pichon Rivière habla del vínculo como estructura, determinación recíproca en ambos sujetos
del vínculo dos sujetos en interacción que se modifican mutuamente al vincularse. Enfatizar la
eficacia del otro: el otro es eficaz porque produce algo en mí. Siempre va a estar generando,
siempre produce algo en mí.

La experiencia con otros es fundamental en la constitución del mundo interno, es la función


estructurante del psiquismo y todo vínculo, como mecanismo de interacción, debe entenderse
como un todo al mismo tiempo bicorporal y tripersonal. Aún en el caso de que la estructura es
dada por la madre e hijo, siempre eso bicorporal va a remitir a un tercer personaje que es el
padre.

El vínculo en Psicoanálisis
Ezequiel A. Jaroslavsky, Irma Morosini
Este trabajo es una síntesis de integración final realizada por los coordinadores
del grupo de investigación acerca del vínculo en psicoanálisis se realizó a partir
de los trabajos enviados por los integrantes de dicho equipo.

También hemos contado con la participación de otros miembros que


colaboraron en la síntesis de los aportes individuales. A todos ellos les
agradecemos la dedicación, el esfuerzo y el interés puesto en el trabajo
realizado.

Queremos recalcar y agradecer también el apoyo de las autoridades de la


AIPCF y de la Junta de representantes y el estímulo y la capacidad motivadora
del Dr. Alberto Eiguer (presidente de la AIPCF).

Grupo de Investigación: El Vínculo en psicoanálisis

(Sus contribuciones)

o Lucía Balello ( Padova- Italia): El Vínculo


o Pierre Benghozzi (Hyeres – Francia): El entretejido
psicoanalítico de los vínculos
o David Benhaim (Quebec – Canadá): Intersubjetividad y Vínculo
o Sofía Boccardo, Isabel Domenech y Silvia Muzlera (Mendoza–
Argentina): Pensar el vínculo desde el psicoanálisis
o Michele Dubost (Psyfa- Francia): El concepto de “vinculo”.
o Ezequiel Jaroslavsky (Buenos Aires – Argentina): El vínculo en el
psicoanálisis
o Christiane Joubert (Lyon – Francia) : El vínculo
o Jean Lemaire (Versailles- Francia) : Sobre el vínculo
o Michele Minolli (Génova – Italia): Más allá del vínculo
o Irma Morosini (Buenos Aires –Argentina):Acerca del concepto
princeps de vínculo
o Massimiliano Sommantico (Nápoles – Italia): Para una definición
psicoanalítica de vínculo
o Martine Vermeylen (Bruselas – Bélgica): Narcisismo y
objetalidad

Grupo de Síntesis

o Lucía Balello- Raffaele Fischetti- Fiorenza Milano (Padova-Italia)


o J. M. González Rojas (Madrid-España)
o M. Minolli (Génova – Italia)
o Haydée Popper (París-Francia)

Objetivos del Trabajo del Grupo de Investigación

El objetivo de este trabajo es el de encontrar fundamentalmente los aspectos


comunes, las coincidencias en cuanto al vínculo en sus referentes teóricos y
clínicos, sin descartar las diferencias que se puedan establecer, tomando
como punto de partida la teoría psicoanalítica y dentro de ella la noción de
inconsciente.

Los autores de referencia

Quisimos establecer cuáles eran los autores más utilizados, tanto en su


bibliografía como en sus conceptualizaciones por los autores de los once
trabajos presentados. De estos 11 trabajos recibidos, 8 contaban con
bibliografía. En los otros tres se mencionaron algunos autores. En base a
estos datos pudimos establecer que René Kaës fue citado en 8 de ellos, S.
Freud en 7, Wilfred Bion en 7, Enrique Pichon Rivière y Alberto Eiguer en 5
y José Bleger, Didier Anzieu y Marcos Bernard en 4. Por lo tanto el autor del
cual se han tomado en cuenta y desarrollado con mayor frecuencia sus ideas,
ha sido René Kaës.

El término vínculo

Según el Diccionario de la lengua española (2009) la palabra vínculoproviene


del latín (vincülum) que significa unión o atadura de una persona con otra. La
palabra unión de origen latino (unïo,-önis) tiene varios significados: acción y
efecto de unir o unirse; correspondencia y conformidad de una cosa con otra
en el sitio o composición; composición que resulta de una mezcla de algunas
cosas que se incorporan entre sí; conformidad y concordia de los ánimos,
voluntades o dictámenes; acción y efecto de unión; alianza, confederación,
compañía.
Por lo tanto el vínculo implica una unión o atadura, ¿pero de qué unión o
atadura se trata desde el punto de vista psicoanalítico? Trataremos de
desarrollarlo más adelante.

La palabra vínculo tiene diferentes acepciones en otros idiomas. En


castellano la palabra es utilizada como noción y también en sentido genérico.
En Francia corresponde a “lien” aunque a veces es utilizado como liaison. En
Italia se alternan los términos vincolo, legame e interazione.

Podríamos decir que vínculo, lien y vincolo implican en los lenguajes


correspondientes una dependencia necesaria, un sujetamiento implícito a
normas, reglas, lugares y tiempos específicos; (es de aclarar que estos
significados no están presentes en el término legame, interacción, liaison,
Bindung, link e intersubjetividad).

La noción psicoanalítica de vínculo

El vínculo es una noción que no forma parte de los conceptos freudianos, ni


tampoco del léxico psicoanalítico de los post-freudianos con excepción de W.
Bion, como lo han señalado M. Dupré La Tour (2002) y R. Kaës (2008-2009);
no figurando por ejemplo en el Diccionario de Psicoanálisis de Laplanche -
Pontalis.

En cambio en las corrientes psicoanalíticas que abordan el estudio de los


grupos, las parejas y las familias vemos aparecer una reflexión sobre la
noción de vínculo, distinguiéndola de la relación de objeto y dándole así su
especificidad.

En S. Freud el término utilizado es (die Bindung) (ligazón) definido por éste,


como la necesidad de trabajo psíquico para ligar representaciones y afectos,
para ligar pulsiones o ideas – trabajo correlativo a el de desligadura (die
Verbindung). Al referirse al fenómeno de masas (Freud 1921) menciona las
ligaduras libidinales entre los individuos por medio de la identificación.
También habla del ligamen narcisista que une a los padres con su hijo y en
relación a la cadena generacional. (Freud 1914).

En cuanto a D. Winnicott (1971) tienen importancia sus aportes (si bien


desde la perspectiva de la cura individual) acerca de la co-construcción del
espacio entre la madre y el infans. La noción de espacio y objetos
transicionales y la noción de que en un comienzo de su vida el bebé como tal
no existe, lo que prima es la unión madre/bebé estando al comienzo ambos
recíprocamente indiferenciados (la madre en regresión psíquica). Este
desarrollo winnicottiano está en consonancia con los desarrollos de José
Bleger acerca del vinculo simbiótico (sincrético) entre la madre y el infans.

Piera Aulagnier (1975) con su teorización acerca del encuentro entre la


psique del niño y la de su madre, con su concepto de contrato narcisista, y la
noción de lo originario (con su forma de figuración que es el pictograma de
fusión y de rechazo) sienta las bases para los desarrollos acerca del vínculo
y las alianzas inconscientes (contrato narcisista) que se producen en el
mismo.

El primer autor psicoanalítico en mencionar el término vínculo fue W. Bion


quien lo define así: “Empleo la palabra “vínculo” porque deseo examinar la
relación del paciente con una función, mas que con el objeto que reemplaza una
función: no me intereso solamente por el pecho, el pene o el pensamiento verbal,
sino por su función, que es hacer un vínculo entre dos objetos” (Bion 1992).
Para Bion el vínculo debe entenderse como expresión del mecanismo de
identificación proyectiva tanto desde el niño hacia su madre como el retorno
de la madre al niño “identificación proyectiva de comunicación” (Dupré La
Tour, 2002, p. 28) Sus desarrollos sobre la mentalidad grupal y los supuestos
básicos (producto de sus investigaciones sobre el inconsciente en el pequeño
grupo como así también las nociones de continente y contenido, la función
alfa, la capacidad de reverie; son aportes fundamentales para la comprensión
del vínculo tanto en la construcción del psiquismo del infans como en los
vínculos que se establecen con el analista individual y en los grupos.
Posteriormente serán la base de los desarrollos e investigaciones de D.
Anzieu y René Kaës en Francia.

Enrique Pichon-Rivière en sus libros Teoría del Vínculo (1985) y El Proceso


Grupal (1985), amplia el concepto de relación de objeto formulando el de
vinculo definiéndolo como una estructura compleja que incluye un sujeto, un
objeto y su mutua interrelación acompañada de procesos de comunicación y
de aprendizaje. Este proceso implica la existencia de un emisor, un receptor,
una codificación y una decodificación del mensaje. Una dificultad en el
concepto de vínculo de Pichon Rivière es que al considerar los términos
emisor, receptor, mensaje, codificación y decodificación, nos podrían
reenviar a una comunicación de tipo interaccionista que nos parece alejada
del psicoanálisis.

René Kaës (2005) es quien desde hace tiempo ha buscado determinar la


condiciones que hacen del vínculo una cuestión para inscribirla en la teoría
psicoanalítica, como objeto de conocimiento y de la misma práctica en
psicoanálisis. R. Kaës (2009- 2009b) define al vínculo de la siguiente
manera “Llamo vínculo a la realidad psíquica inconsciente especifica
construida por el encuentro de dos o más sujetos.” Es una definición por el
contenido. Agrega luego una definición en términos de procesos “Un vínculo
es el movimiento más o menos estable de investiduras, representaciones y de
acciones que asocian a dos o más sujetos para ciertas realizaciones psíquicas:
cumplimiento de deseos, protección y defensa, levantamiento de prohibiciones,
acciones comunes (hacer, jugar, disfrutar, amar juntos, etc.)”.

Para Kaës el vínculo implica una lógica distinta de la que organiza en el


espacio intrapsíquico, ya que no es la suma de dos o más de dos sujetos, sino
un espacio psíquico construido (diríamos co-construido) a partir de la
materia psíquica implicada en sus relaciones, especialmente a través de las
alianzas inconscientes que las organizan y los acoplamientos o
emparejamientos (appareillage) que los individuos singulares producen en
el encuentro entre ellos. Podríamos utilizar la siguiente formula kaesiana: ni
uno ni lo otro, ni sin el lazo que los une al conjunto que los contiene y los
estructura. El vínculo es así una formación intermedia entre los sujetos y las
configuraciones de vínculos: un grupo, una familia, una institución.

Vínculo y Relación de Objeto

Laplanche - Pontalis en el Diccionario definen Relación de objeto como el


“término utilizado con gran frecuencia en el psicoanálisis contemporáneo para
designar el modo de relación del sujeto con su mundo, relación que es el
resultado complejo y total de una determinada organización de la
personalidad, de una aprehensión más o menos fantaseada de los objetos y de
unos tipos de defensa predominantes. Se habla de las relaciones de objeto de un
determinado individuo, pero también de tipos de relaciones de objeto,
refiriéndose, ora a los momentos evolutivos (ejemplo: relación de objeto oral),
ora a la psicopatología (ejemplo relación de objeto melancólico)”. Esta
definición implica una perspectiva intrapsíquica del individuo en relación
con un objeto (externo).

Podríamos decir entonces que el vínculo precede a la relación de objeto, en


la medida que ésta última corresponde a una fantasía de interiorización de
un vínculo que se forma y se desarrolla con un objeto de la realidad exterior.
Pichon Rivière subraya que el escenario interno (que es la relación de objeto)
representa una tentativa para reconstituir la realidad exterior. Aunque esta
realidad exterior sufre una deformación en el curso del pasaje fantasmático
del “afuera” hacia el “adentro”. Así Pichon Rivière distingue dos campos
psicológicos en el vinculo: “un campo interno” definiendo una relación con un
objeto interno, y un “campo externo” definiendo un vínculo con un objeto
externo.

La relación de objeto es para Pichon Rivière “la forma particular que toma el
Yo al ligarse con una imagen de un objeto localizado en él” que se pone en
movimiento por factores instintivos. La relación de objeto es la estructura
interna del vínculo y el vínculo externo es el vínculo psicosocial.

Podríamos también pensar en una realización dialéctica entre ambos


(relación de objeto y vínculo) pues por un lado las relaciones de objeto son
el motor de los vínculos, los organizan y también los crean, pero estos
últimos (que expresan una realidad inconsciente específica y diferente) son
re-internalizados, organizando o creando a su turno las relaciones de objeto.

Para R. Kaës (1999, pág. 87) “El vínculo es un asunto con el otro. Esos otros no
son solamente figuraciones o representaciones de pulsiones, de objetos
parciales, representaciones de cosas o palabras, del sujeto mismo; los otros son
irreductibles a lo que ellos representan para un otro” (el subrayado es
nuestro).

Para R. Kaës (pág. 87) “las teorías de la relación de objeto no son teorías de la
intersubjetividad pero están incluidas en estas últimas”.

La perspectiva diacrónica del vínculo

En el desarrollo diacrónico del vínculo a partir de las experiencias primarias,


los puntos de vista de los autores convergen, dando lugar a una evolución del
vínculo, desde estadios precoces del desarrollo del sujeto hasta los estadios
más evolucionados, los cuales implican, si no hay dificultades, una
diferenciación creciente del vínculo.

La primera representación que tiene un recién nacido es la de un vínculo


(madre/bebé).

El bebé humano requiere para sobrevivir luego de su nacimiento, -por su


prematuración psíquica y neurológica-, de otro ser humano (generalmente
la madre). El desvalimiento del recién nacido determina el decurso de su
evolución psíquica, pues para sobrevivir se instituye una simbiosis
psicológica y biológica con el pecho, el cuerpo y el psiquismo maternal.

Por la empatía materna los integrantes de la unidad dual(madre/bebé) están


conectados como vasos comunicantes, manteniendo un nivel constante entre
la demanda y su satisfacción (similar a lo experimentado en la vida
intrauterina, pero luego del nacimiento). (Abraham N. 1987).

Esta unidad dual termina con la separación progresiva del psiquismo de


ambos integrantes, quedando como remanente intrapsíquico y
permaneciendo escindida en el Ello, de lo cual persiste un resto como
relación interpsíquica entre los deseos de fusión y la necesidad de
desprendimiento que tiene cada ser humano. (Abraham N. 2009, pág. 316).

La primera representación de la unidad simbiótica es el pictograma. Este


vínculo fusional reemplaza la pérdida de las envolturas placentarias y el
cordón umbilical en el parto. La inscripción psíquica producida por efectos
de la repetición y el modo del contacto, va a constituir la piel del vínculo.
Estas inscripciones conforman la vivencia de satisfacción y cuya evocación
alucinatoria es el deseo. Estas inscripciones van a conformar (según R.
Kaës1996, pág. 24) “el trasfondo simbiótico o escindido que sostiene la
identidad básica de todo vinculo”

Las fantasías originarias universales son comunes a los seres humanos, se


producen antes del registro lingüístico verbal y dependen de las experiencias
vividas en relación con el pecho materno (utilizado como paradigma del
vínculo humano). Las propiedades atributivas y distributivas de las fantasías
originarias van a posibilitar establecer lazos vinculares entre los sujetos
determinando posiciones y lugares a asumir o a ocupar, que permitirán la
conformación del aparato psíquico grupal (Kaës 1993) y el Aparato Psíquico
Vincular (Bernard M. 1999).

Vínculo e Intersubjetividad

El concepto de intersubjetividad ha sido construido con las problemáticas


filosóficas y psicológicas de la conciencia y del sujeto en relación con el
reconocimiento del prójimo. Sus fuentes son diversas: la fenomenología
hegeliana con la dialéctica del amo y el esclavo, que Alexandre Kojève
retomará en Francia; la fenomenología de Husserl y de Heidegger
introducida en Francia por Levinas, y popularizada por Sartre y Merleau-
Ponty, también está la lingüística de la enunciación, la psicología de la
interacción y la etnología (G. Devereux).

Bernard Brusset (2006/5; pág. 1213-1282) escribe: “La intersubjetividad es


una noción descriptiva que implica la reciprocidad entre dos sujetos, entre dos
seres deseantes; ella está hecha de una co-actividad psíquica diferente de
aquella que es propia de cada uno”. (1222).

Esta definición subraya el hecho de que la noción de intersubjetividad es


descriptiva; dicho de otro modo ella permite, bajo el plano fenomenológico,
describir una cierta categoría de fenómenos, pero a los que no puede
explicar.

Una segunda característica sería la reciprocidad entre dos sujetos deseantes.


(Vocabulario técnico y crítico de la Filosofía de André Lalande (pág. 895, PUF,
1960).

Y una tercera característica es la reciprocidad de la “co-actividad psíquica”:


los dos sujetos comparten una misma actividad psíquica o una misma
prueba. Tópicamente la sitúa en el nivel de la experiencia consciente y
preconsciente, lo que explica su carácter puramente descriptivo, implicando
el desconocimiento del inconsciente pulsional, la conflictualidad
intrapsíquica y la transferencia. Por lo tanto para Brusset la intersubjetividad
no podría ser más que portadora de ilusiones. “La intersubjetividad que
interesa al psicoanálisis está en relación con la intrasubjetividad” (Brusset
obra citada, p.1224)

A esta concepción de la intersubjetividad de una neta predominancia


filosófica, podemos oponer la que propone R. Kaës que no es solamente
descriptiva y permite comprender y pensar estos conjuntos que son los
grupos, las familias y las parejas así como los vínculos formados por los
miembros de estos conjuntos. (Benhaim D. 2010).

Kaës (Un singular Plural 2007) define intersubjetividad de la siguiente


manera: “He llamado intersubjetividad a la estructura dinámica del espacio
psíquico entre dos o más sujetos. Este espacio común, conjunto, compartido y
diferenciado, comprende los procesos, las formaciones y una experiencia
especifica, a través de la cuales cada sujeto se constituye, por una parte en lo
que concierne a su propio inconsciente. En este espacio, en ciertas condiciones,
particularmente aquella de desprenderse de las alianzas que lo mantienen
sujetado a los efectos del inconsciente, pero también que lo estructuran, un
proceso de subjetivación parece posible devenir yo (Je) pensando su lugar en el
seno de un Nosotros” (p. 218).

La intersubjetividad es entonces la condición del proceso de subjetivación


del sujeto y de la construcción de la subjetividad. Para Kaës la
intersubjetividad no es interaccional ni descriptiva. El inconsciente del sujeto
está conformado y trabajado por los vínculos intersubjetivos que le preceden
o sea el grupo familiar primario, por las alianzas inconscientes que están
anudándose allí y de las que el individuo buscará en parte desprenderse (por
ejemplo de las alianzas alienantes) para constituirse como sujeto, es decir,
subjetivarse en la intersubjetividad.

Vínculos indiferenciados – vínculos diferenciados

Los vínculos indiferenciados frenan los procesos de simbolización y


transmisión, bloqueando la autonomía del sujeto. Estos vínculos encierran al
otro en relaciones objetales que los encadenan por medio de proyecciones e
introyecciones conscientes e inconscientes. Un vínculo intersubjetivo
diferenciado, por el contrario, liga al sujeto y al otro, teniendo en cuenta las
diferencias de opinión que pueden introducir la conflictualidad.

Un vínculo fusional es un vínculo en una relación con el objeto que deberá


acomodar teniendo en cuenta sus pulsiones. El resultado de este trabajo es
que el sujeto tomará consciencia de su propia puesta libidinal en los objetos,
y de los frenos ineluctables que tendrá que transformar.

Se trata de un trabajo de transformación y aprehensión de otros aspectos de


la realidad; es un trabajo de reconocimiento de « Lo otro que soy » que tendrá
influencia sobre la percepción de lo otro en lo que soy.

Las relaciones con el objeto tienen en cuenta la teoría freudiana de las


pulsiones de ligazón y de desligazón, e implican una tensión constante entre
el narcisismo y las relaciones de objeto. Con la segunda tópica, “Freud intenta
incluir el rol desempeñado por diferentes identificaciones en la constitución de
la persona" (Laplanche - Pontalis), identificaciones a través de las cuales
parece transitar la transmisión misma. Articulado del Edipo, Freud plantea
el pasaje de afuera hacia adentro como la transformación de la relación con
los padres, investidura de objeto en identificación con los padres pero no con
sus imágenes sino con su Super-yo.
En el pasaje lo que se transforma son las tres funciones constitutivas del
sistema Superyo: 1) autoobservación, 2) conciencia moral, 3) función de
ideal. Lo que transita es: a) formas de observar, b) algunos juicios de valor
representantes de la tradición que persisten a través de las generaciones, c)
aspectos del ideal que tiene relación con los proyectos y la utopía. La noción
de vínculo incluye también un yo que observa las idas y vueltas entre el
sujeto y el objeto cuyo medio es la identificación proyectiva - introyectiva.

El valor heurístico de la noción grupal de vínculo se muestra en el interior de


un objeto teórico que incluye Freud, en particular en el método: la libre
asociación; el uso de las defensas del arco neurótico, in primis la represión;
en el lenguaje del inconsciente: proceso primario; en el articulador: el Edipo;
en el interior de una idea de constitución del sujeto planteado como un
sistema abierto que poco a poco se va personificando e individualizando en
la discriminación entre sociabilidad sincrética (transubjetivo) y sociabilidad
por interacción (inter/intrasubjetivo), lo que le permite recolocar la noción
de “depósito” y el mecanismo de la identificación proyectiva - introyectiva.

Esta articulación del sujeto con el objeto externo toma consistencia vincular
por la animación del objeto, o sea, como lo expresa Kaës, “el otro en el objeto”.
Ese otro, hace que se jueguen investiduras de una y otra parte, construyendo
lo que para Bernard es el “efecto combinación”, o sea lo que en el vínculo hay
de irreductible a la suma de sus componentes y marca un efecto de creación
(Bernard).

Esa creación estaría dada en los puntos de anudamiento entre el espacio


intrapsíquico de uno con él/los otro/s. El lugar de confluencia promueve la
constitución de estructuras, formaciones y procesos psíquicos,
característicos de los conjuntos intersubjetivos. Esta “correlación de
subjetividades” (Kaës), se configura por una dinámica entre el sujeto y el
objeto. Este último, con la presencia, se halla animado. Se juega la circulación
del deseo del sujeto y del otro en el objeto dotado, además, de las
características particulares impuestas por la presencia. Ese otro, es también
sujeto que mira al primero como objeto que incluye al otro.

Esta alternancia y/o simultaneidad, hacen del vínculo una estructura


dinámica. Se comprende, con esto, que el análisis vincular requiere de una
metapsicología específica, tal como lo plantea Kaës.

El vínculo, construcción intermediaria, está sometido y modelizado por los


sujetos y por la cultura, quien establece lo prescripto y lo proscripto a través
de lo jurídico, religioso, cultural y económico. Pero, fundamentalmente,
implica el deseo de los sujetos de construir un vínculo estable y duradero.

Para que esto se concrete hace falta la movilización de formaciones


intersubjetivas: alianzas, pactos y contratos. Estas formaciones, son
necesarias para la conformación vincular, dotándola de características
particulares que permiten decir que cada vínculo, además de ser instituido
es instituyente. Lo sociocultural marca su impronta y la construcción
intersubjetiva regresa a la cultura promoviendo cambios.

Así como el estado de vínculo está marcado por la fusión inicial boca-pecho,
a través de la cual se inicia la transmisión del narcisismo de los padres y la
historia generacional de cada uno de ellos, el nuevo encuentro será también,
continuador de los mensajes heredados para las generaciones venideras.

Evidencia de vínculo en el objeto transicional (Winnicott)

Elegir un objeto y posicionarlo como un otro, ya sea para mitigar, alegrar o


acompañar, muestra el vínculo que el niño es capaz de desplegar hacia el
afuera. Ese objeto-juguete es real, pero va más allá de esa realidad material
que lo constituye. No es reemplazable por otro, por lo que tiene una
investidura proyectada por quién lo eligió y erigió en ese lugar, y ese
pequeño objeto significativo tiene el poder de lograr lo que antes lograba la
madre ( con él puede enfrentar algo que asusta, acepta un cambio...)

El hecho de que un objeto se transforme en transicional, evidencia que se


inicia un vínculo desde la subjetividad de un niño para con ese objeto, el que
está en parte afuera y en parte adentro, objeto especial que encuentra y que
a la vez crea y re-crea.

Cuanto más necesitado de apego afectivo esté el niño, vale decir de


vinculación con el sostén, con el apuntalamiento, con las certezas afectivas
que lo aseguren, podrá transitar por los momentos de tensión y angustia,
apuntalado en el vínculo por y con su objeto transicional. Éste es real pero
además es lo que significa, es presencia y ausencia, antecede y acompaña el
proceso simbólico.

Su existencia, así constituida por elección del niño, es un paso en su evolución


y modifica su psiquismo por ejercitación de un circuito de ida y vuelta entre
proyección y reintroyección. Se complejiza y completa el psiquismo del
infans por medio de ese vínculo, el que si bien es generado por él, funciona
como si fuera en reciprocidad, -siguiendo el modelo primario-, de la manera
que le fue transmitido por su madre o figura sustituta.

Dice Winnicott que el objeto transicional atraviesa tanto el desafío subjetivo,


regido por el principio de placer y el juicio de atribución proyectiva; como
el desafío objetivo, acorde al principio de realidad y al juicio de existencia. El
niño crea, inviste, emplaza, juega y cuando puede pasar a otro depositario lo
hace, sin pena, sin trabas, simplemente acomoda y se abre a una actividad
creativa, lúdica, artística – científica u otra en el área cultural. Para este
tiempo la modalidad vincular está establecida.

Los vínculos tienen una carga afectiva que se inicia con la movilización
narcisista extendida hacia el otro, atraviesa los eslabones de la cadena entre
generaciones nutriendo los vínculos filiatorios, y se entronca con las
elecciones libidinales de los vínculos de alianza, en la sucesión temporal de
las historias de familia. El vaivén afectivo siempre opera allí.

Las alianzas y pactos inconscientes tejen las redes cuyos nudos son puntos
de tensión y sufrimiento expuestos en palabras, actos, gestos, pensamientos,
defensas con que se transmite, incidiendo desde y hacia los vínculos.

Vínculo y transmisión

El vínculo es el soporte y el vector de la transmisión psíquica. A las rupturas


y los avatares del vínculo corresponden los impases en la transmisión
psíquica.

A nivel genealógico, distinguimos la transmisión intergeneracional y la


transmisión transgeneracional. En la transmisión intergeneracional el
patrimonio psíquico familiar es recibido por una generación, memorizado,
historizado, transformado, elaborado y transmitido a la nueva generación.

En la transmisión transgeneracional, el material psíquico familiar es


“telescopado”, según la expresión de H. Faimberg (1988), transmitido en
estado bruto, sin haber sido elaborado.

Los avatares en la transmisión genealógica de una generación a otra, se


manifiestan por una vulnerabilidad del vínculo. Todo proceso que pone en
juego la fiabilidad de los continentes psíquicos se va a traducir a nivel grupal
por una crisis narcisista grupal y a nivel individual por una incertidumbre en
la identidad del sujeto. La necesidad de transmitir es la que hace vínculo. Es
genitiva y genitora.La transmisión inconsciente opera en las alianzas
circulando contenidos, emociones, afectos, historia, significados y se
modifica en su contenido con la experiencia, no en su proceso.

Kaës afirma que la transmisión psíquica es una “producción intersubjetiva de


la psique”, que opera por la carga del vínculo. Pero a su vez el vínculo se gesta
en ese espacio del entre desde donde se transmite, por lo que son dos
procesos indisolublemente imbricados.

Los vínculos tienen cuatro apoyaturas, que son a la vez sus bordes:

 La experiencia corporal (tiempo formador decisivo: el tiempo del apego


fusional inicial).
 La experiencia intersubjetiva, el “nosotros”.
 La experiencia intrapsíquica (significando y resignificando de modo
singular y único, los sentimientos, las ideas, dando un sentido a las
expresiones, gestos, actos de los otros en el nosotros).
 La experiencia social (tiempo histórico, espacio geográfico, condiciones
socio-económicas, culturales, religiosas).

Si revisamos el modo y proceso de anudamiento de estas bases y bordes,


vemos que sostienen y contienen lo mismo que generan. Una lleva a la otra
en un camino reversible.

Lo intergeneracional está constituido por lo que se transmite, se elabora, se


fantasea entre las generaciones y que permite a cada ser humano contar la
historia de sus orígenes, « coexiste » con las historias escondidas,
traumatismos indecibles, a veces ligados a la Historia.

Este tejido familiar está siempre impregnado de desgarraduras y es esto lo


que permite el acceso a lo fantasmático. Pero a veces, si los agujeros son
demasiado grandes, la abertura bloquea todo acceso a lo fantasmático (lo
vacío aflora). Así E. Granjon (1985) habla de envoltura genealógica, tejido de
lo transgeneracional e intergeneracional.

R. Kaës (2009) ha hablado de alianzas inconscientes ya que ellas organizan


el vínculo intersubjetivo y lo inconsciente de los sujetos, distinguiendo:
las alianzas inconscientes estructurantes primarias (de anudamiento, de
placer compartido e ilusión creadora) y las secundarias (pacto fraterno,
alianza con el padre simbolizado y contrato de renuncia a la realización
directa de los fines pulsionales destructivos); las alianzas estructurantes
metadefensivas (el pacto denegativo: que no pondría en cuestión lo que está
ligado, la comunidad de denegación, el rechazo y la desmentida); y las
alianzas ofensivas alienantes (el contrato perverso, las alianzas psicopáticas).
Todas estas alianzas ligan a las generaciones que corresponden a un mismo
tiempo histórico como a las predecesoras y continuadoras, de modo que
siguen ambos ejes: el sincrónico y el diacrónico.

Las crisis familiares y de pareja pueden ser estructurantes durante esos


momentos donde justamente la historia familiar se remite a los grandes hitos
marcados por: el nacimiento, la adolescencia, formar una pareja, devenir
padres, la partida de los hijos, el volverse los mayores y ser abuelos, para
finalmente ser el ancestro y llegar al momento de la muerte.

Las crisis desestructurantes pueden paralizar el funcionamiento familiar:


acontecimientos tales como una enfermedad, un duelo, accidentes y
catástrofes, al constituir un trauma, revelan todos los anteriores sacando los
fantasmas del placard, abriendo la "caja de Pandora" y fijando el
funcionamiento fantasmático familiar y de la pareja. Es entonces cuando lo
transgeneracional opera en la crisis de la pareja, es cuando se desfunda sobre
aquello en lo cual estaba fundada inconscientemente, la desligadura emerge
al primer plano y la temporalidad se fija, pasando la pareja a funcionar en un
círculo vicioso, sin salida posible “ni juntos, ni separados”.

La base inconsciente de la pareja reposa sobre el negativo de la transmisión.


En consecuencia, el trabajo de la terapia de pareja debe abrirse hacia un
trabajo familiar y transgeneracional, a fin de que cada sujeto pueda
reencontrar su individualidad articulada sobre el espacio común: ser tanto
sujeto de la pareja y de la familia, sin perderse allí; desplegando lo
transgeneracional que induce a la repetición y a los funcionamientos con
prevalencia de posiciones narcisistas.

Proponemos una elección de objeto transgeneracional puesto en acción en el


vínculo conyugal de un modo inconsciente. Subrayamos igualmente la
importancia de lo fraternal en el vínculo de pareja, siguiendo los trabajos de
R. Kaës a propósito del complejo fraterno y de R. Jaitin sobre el incesto
fraterno.

Los vínculos familiares


Descriptivamente en la familia pueden diferenciarse diversos tipos de
vínculos: vínculo de pareja (de alianza); consanguíneos; de filiación en el
sentido de ingresar al recién nacido en el conjunto familiar y en la cadena
generacional; el vínculo de la madre con su familia de origen; avuncular o sea
el vínculo de la madre con su hermano; genealógicos; los vínculos de
cohabitación en las familias recompuestas o ensambladas y por último los
vínculos del grupo familiar con los otros externos al grupo. A través de la
familia discurre la transmisión de las prohibiciones fundamentales del
asesinato y del incesto.

A. Eiguer (1984) va a distinguir los vínculos narcisistas, (signando zonas de


indiferenciación) de los vínculos libidinales (diferenciados). Según el autor,
estos dos tipos de vínculos están en articulación y contribuyen a la solidez y
a la permanencia de la alianza. Así la fragilidad de una pareja y de una familia
puede expresarse por el desequilibrio entre los vínculos narcisistas y los
vínculos libidinales de objeto.

Tomando en cuenta a S. Freud, (1914), y sus dos modelos de relación de


objeto (narcisista y de apuntalamiento), A. Eiguer, (1984), distingue diversas
formas de elección de objeto: la elección narcisista, en la cual se busca un
objeto que se parezca a lo que es él mismo, a lo que él ha sido o a lo que
querría ser, o que se asemeje a la persona que ha sido una parte de su propio
sí mismo. La elección anaclítica, el hombre o la mujer buscan un partenaire
que le permita encontrar un apuntalamiento en otro, eligiéndolo sobre el
modelo de sus padres de la infancia, donde el otro representa una imagen
parental. Uno es el niño del otro y recíprocamente. La elección edípica, más
adulta, es propia de las estructuras neuróticas y normales. Por estas razones
el vínculo de alianza es rico fantasmáticamente y complejo, puesto que
también interviene la bisexualidad psíquica de los dos partenaires.

El vínculo está impregnado de violencia estructurante,


transgeneracional

El infans, en el sentido que le da P. Aulagnier (1984), tiene en función de su


linaje, que apropiarse, seleccionar, elaborar, transformar y transmitir, a su
vez y en su tiempo. Esto es frecuentemente simbolizado en los cuentos y
leyendas por las hadas buenas y las malas. Eslabón de una cadena, inscripto
en una historia anterior a su nacimiento, el sujeto está condicionado por el
determinismo freudiano. Es lo que lo cualifica como ser humano. El entorno
familiar y social reviste las imagos para el infans.

Es en el seno del aparato psíquico familiar que circulan los fantasmas


originarios y que se transmiten las prohibiciones fundamentales. En el seno
del vínculo de alianza, los sujetos de la pareja depositan sobre sí, los avatares
de la transmisión. El vínculo conyugal se construye y reposa sobre las fallas
de la filiación de cada uno de los partenaires.

Lo que sin duda se activa en el encuentro del modo más inconsciente, son las
resonancias de los aspectos transgeneracionales del linaje de cada
partenaire. La elección de la vida en común con tal o cual partenaire se
efectúa sobre la colusión inconsciente de los aspectos transgeneracionales
de los dos linajes. Pero esto a veces supone la destructividad del vínculo.

Estos sufrimientos de la transmisión, los encontramos en todas las familias y


parejas en grados diversos. Algunas de las demandas llegan ya mismo
centradas en esta problemática. Nosotros pensamos que lo
transgeneracional, latente en cada familia, ocasiona sufrimientos
individuales y grupales creando así los síntomas. Las dolorosas historias
familiares están siempre encriptadas por ser traumáticas. Lo
transgeneracional, formación de criptas, fantasmas, secretos familiares, lo no
dicho, verdaderos agujeros en la envoltura genealógica, forman parte de la
transmisión y resuenan en el vínculo de la pareja.

El vínculo no es la relación

Se trata, aquí, de un aforismo heurístico para comprender una lectura a


menudo confusa de la clínica. El vínculo puede ser claro, mientras que la
relación puede ser conflictual.

Un ejemplo: puede no haber ninguna ambigüedad entre un hijo y su padre,


desde el punto de vista del vínculo, en el sentido que ellos se reconocen sin
equívocos, uno como padre de su hijo y el otro como hijo de su padre. Pero
paralelamente puede existir una conflictualidad significativa desde el punto
de vista de la relación, que haya un problema o una duda sobre el vínculo de
filiación. Por elcontrario, en una familia, cuando un secreto es mantenido
sobre la adopción, un niño puede no tener un problema relacional con aquel
que él cree que es su padre. Pero hay realmente un problema en el vínculo y
en el continente familiar.

Esta problemática del continente se expresa a menudo por relaciones


conflictivas, con conductas actuadas auto y hetero-agresivas, crisis
identitarias que sorprenden y parecen incomprensibles para el adolescente.

Entonces el vínculo es para el continente lo que la relación es para el contenido.

Un tratamiento únicamente relacional podría consistir en un sostén psico-


educativo que apunte, por ejemplo, a una mejoría llamada “de la
comunicación” intrafamiliar y una armonización de las relaciones
intrafamiliares. Esto ocurre en un tratamiento relacional de la comunicación
de tipo sistémico o de mediación y de consejo familiar.

Hablar de continente psíquico desfalleciente significa evocar una


vulnerabilidad o un sufrimiento de estos vínculos.

Por ejemplo, el vínculo de filiación puede ser atacado o roto. El continente


genealógico efraccionado puede estar agujereado. La familia puede estar
desequilibrada. Hay una isomorfia, es decir una analogía de forma, entre el
continente y la imagen del cuerpo inconsciente.

Dinámica transfero-contra transferencial e intertransferencial

A través de la dinámica transfero-contra transferencial e intertransferencial,


en psicoanálisis del vínculo de pareja, nosotros reconfiguramos estas marcas
del sufrimiento, para volverlas soportables. Así las historias respectivas de
cada uno devienen tolerables, "suficientemente potables", y pueden servir de
base para construir una nueva historia: la propia de la pareja. Las nuevas
modalidades de vínculos familiares pueden entonces disponerse
diferentemente para permitir un menor sufrimiento.

Estamos asimismo a la escucha de la violencia social que en nuestros medios


contemporáneos infiltra los vínculos familiares, generando niveles de
tensión y angustia, que pueden llevar a enfermar por razones laborales, de
jubilación, exilio, pérdidas significativas, o como en los casos de inmigración
que desgarra la envoltura cultural; puesto que la familia está articulada con
el contexto socio - cultural.
Conclusiones y perspectivas

El sufrimiento en el vínculo es masivo cuando hay indiferenciación o


proyecciones masivas impidiendo el espacio potencial para la creatividad.
Cuando cada miembro en la familia prevéanticipadamente las reacciones y
comportamientos del otro, cuando los otros han quedado fijados en las
imagos, entonces es cuando no hay espacio para lo desconocido, la sorpresa,
la creatividad.

El espacio del vínculo siempre impregnado de proyecciones, pero más


flexibles, menos masivas, permitirá una potencialidad de creatividad, puesto
que el otro podrá responder desde quién es, desde su realidad psíquica,
incluyendo que lo desconocido o lo no habitual podría aparecer y sorprender.

Los vínculos familiares asimismo están infiltrados de violencia social en


nuestras sociedades contemporáneas. El psicoanálisis del vínculo permite
trabajar sobre la brecha de las diferencias posibles, el potencial de
creatividad y la capacidad de transformación.-

Este trabajo de integración final fue presentado en una sesión especial


(mesa redonda) en el IV Congreso de la AIPCF (Asociación
Internacional de Psicoanálisis de Pareja y Familia) en Julio de 2010 en
Buenos Aires. Algunos trabajos individuales fueron publicados en la
Revista de la AIPPF (Asociación Internacional de Psicoanálisis de
Pareja y Familia) en un número dedicado al Vínculo. Se integran en esta
bibliografía final los trabajos de los autores que integraron el Equipo de
Investigación, citados más arriba, ya que esta presentación es la síntesis
de todos ellos.

Bibliografía

Abraham, N. y Torok, M. (1987) – L’Écorce et le noyau, Flammarion. Paris,


1987. Trad. Español La cascara y el núcleo, Amorrortu Editores 2005, (pág.
294 y 314-316, Buenos Aires.
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Resumen

Este trabajo es una síntesis de integración final a partir de los trabajos


individuales realizados por los miembros del grupo de investigación acerca
del concepto de vínculo en psicoanálisis.

El objetivo del trabajo fue encontrar las coincidencias de los aportes


efectuados por los integrantes del grupo de investigación, aunque se
tomaron también en cuenta las diferencias acerca del concepto.

Consideramos que el vínculo es una estructura dinámica que requiere una


metapsicología específica. En el encuentro vincular de dos o más sujetos se
constituye una realidad psíquica inconsciente (R. Kaës 2009), que es
específica para dicho vínculo. El término vínculo se diferencia de la relación
de objeto. Consideramos por otra parte que el vínculo precede a la relación
de objeto.

Desde una perspectiva diacrónica el psiquismo se va constituyendo,


diferenciando y complejizando a partir del vínculo primitivo (dual) del bebé
con su madre u otro adulto significativo.

Se diferencia el vínculo de la intersubjetividad. También caracterizan y se


distinguen los vínculos indiferenciados (transubjetivos) de los diferenciados
(intersubjetivos).

Implica fundamentalmente el deseo de los sujetos de construir un vinculo


estable y duradero que genera formaciones intersubjetivas como las
alianzas, pactos y contratos inconscientes.
Se toma en cuenta el aporte de D. Winnicott de objeto transicional al
concepto de vínculo.

El vínculo es además el soporte y el vector de la transmisión psíquica


consciente e inconsciente entre sus miembros, tanto en su dimensión
sincrónica como diacrónica (la transmisión generacional y
transgeneracional) Existen cuatro apoyaturas del vinculo: en la experiencia
corporal, en lo intersubjetivo, lo intrapsíquico y lo social.

Desde el punto de vista sociocultural el vínculo es modelizado por la cultura,


a través de lo jurídico, la religión, la economía, etc.

En cuanto al sufrimiento que se produce en el vínculo puede ser masivo e


intenso cuando hay indiferenciación o desubjetivación que traba el
desarrollo del espacio potencial (transicional) que permite la transmisión
intersubjetiva y la creatividad.

Palabras Claves

Vínculo – Relación de objeto – Intersubjetividad – Realidad psíquica


inconsciente del vínculo – vínculos diferenciados e indiferenciados –
Formaciones intersubjetivas

INTELIGENCIA Y AFECTIVIDAD
AUTOR: Jean Piaget

PIAGET, JEAN. Inteligencia y afectividad. Buenos Aires. Editorial


Aique, 2005, 118 P.
(Neuchâtel, Suiza, 1896-Ginebra, 1980) Psicólogo suizo. Jean Piaget se
licenció y doctoró (1918) en biología en la Universidad de su ciudad natal. A
partir de 1919 inició su trabajo en instituciones psicológicas de Zúrich y
París, donde desarrolló su teoría sobre la naturaleza del conocimiento.
Publicó varios estudios sobre psicología infantil y, basándose
fundamentalmente en el crecimiento de sus hijos, elaboró una teoría de la
inteligencia sensorio-motriz que describía el desarrollo espontáneo de una
inteligencia práctica, basada en la acción, que se forma a partir de los
conceptos incipientes que tiene el niño de los objetos permanentes del
espacio, del tiempo y de la causa.
Para Piaget, los principios de la lógica comienzan a desarrollarse antes que
el lenguaje y se generan a través de las acciones sensoriales y motrices del
bebé en interacción con el medio. Piaget estableció una serie de estadios
sucesivos en el desarrollo de la inteligencia:

1. Estadio de la inteligencia sensoriomotriz o práctica, de las regulaciones


afectivas elementales y de las primeras fijaciones exteriores de la
afectividad. Esta etapa constituye el período del lactante y dura hasta la
edad de un año y medio o dos años; es anterior al desarrollo del lenguaje y
del pensamiento propiamente dicho.
2. Estadio de la inteligencia intuitiva, de los sentimientos interindividuales
espontáneos y de las relaciones sociales de sumisión al adulto. Esta etapa
abarca desde los dos a los siete años. En ella nace el pensamiento
preoperatorio: el niño puede representar los movimientos sin ejecutarlos; es
la época del juego simbólico y del egocentrismo y, a partir de los cuatro años,
del pensamiento intuitivo.
3. Estadio de las operaciones intelectuales concretas, de los sentimientos
morales y sociales de cooperación y del inicio de la lógica. Esta etapa abarca
de los siete a los once-doce años.
4. Estadio de las operaciones intelectuales abstractas, de la formación de la
personalidad y de la inserción afectiva e intelectual en la sociedad de los
adultos (adolescencia).

ANÁLISIS
(1,2 y 3capitulo)
A. PALABRAS CLAVES.
AFECTIVIDAD: es aquel conjunto del acontecer emocional que ocurre en
la mente del hombre y s expresa a través del comportamiento emocional, los
sentimientos y las pasiones.
INTELIGENCIA: es la capacidad de relacionar conocimientos que
poseemos para resolver una determinada situación.
CONOCIMIENTOS: es un conjunto integrado por información, reglas,
interpretaciones y conexiones puestas dentro de un contexto y de una
experiencia, que ha sucedido dentro de una organización, bien de una forma
general o personal.
EMOCION: es la forma de estar implicados en las situaciones, incluyendo
tal experiencia una forma de estar el cuerpo: en tensión cuando se trata de
agredir o huir, en apático relax cuando estamos tristes, en excitación
cuando estamos alegres o amamos.
SENTIMIENTOS: Son emociones o impulsos de la sensibilidad hacia lo
sentido o imaginado como bueno o como malo. Son reacciones automáticas
ante cosas o sucesos que nos afectan.
VOLUNTAD: es la capacidad consciente que posee el ser humano para
realizar algo con intención. Y realizarlo a pesar de las adversidades que
vienen con la vida, de las dificultades presentes a diario, de los
contratiempos muy personales y los oscilantes estados de ánimo.
COMPORTAMIENTO: es la manera de comportarse (conducirse,
portarse). Se trata de la forma de proceder de las personas u organismos
frente a los estímulos y en relación con el entorno.
COGNITIVO: es aquello que pertenece o que está relacionado al
conocimiento. Éste, a su vez, es el cúmulo de información que se dispone
gracias a un proceso de aprendizaje o a la experiencia.
INTRINSECO: Se utiliza intrínseco para dejar claro que tal cosa, persona o
tema, tiene determinada cualidad o defecto, que hace que sea comparable
a otra. Es lo que se nomina o describe respecto de lo particular, propio,
interno, constitutivo, que diferencia de lo demás.
APRENDIZAJE: proceso de adquisición de conocimientos, habilidades,
valores y actitudes, posibilitado mediante el estudio, la enseñanza o la
experiencia.

b. IDEAS PRINCIPALES.
 La afectividad interviene en las operaciones de la inteligencia, que las
estimula o las perturba, que es causa de aceleraciones o de retrasos en el
desarrollo intelectual, pero que no podría modificar las estructuras de la
inteligencia como tales.
 La afectividad interviene en las estructuras mismas de la inteligencia, que
es fuente de conocimientos y de operaciones cognitivas originales.
 Th. Ribot, en la clásica Logique des sentiments, afirmaba que el
sentimiento perturba el razonamiento lógico y puede crear nuevas
estructuras, como las del alegato, que constituirían una lógica afectiva
particular.
 La modificación del comportamiento puede ser consecuencia del
desarrollo de la inteligencia.
 Watson distingue tres emociones incondicionales y primitivas: el miedo, la
cólera y el afecto.
 Muchas veces, cuando se hace de la maduración una "causa", sólo se
desplaza el problema. La maduración, por sí misma, no es causa de nada: se
limita a determinar el campo de las posibilidades, propias de un nivel
determinado.
c. OBJETOS DE ESTUDIO
CENTRALES CON SU
FUNCIÓN.
La afectividad cumpliría pues el rol de una fuente energética de la cual
dependería el funcionamiento de la inteligencia además puede ser causa de
comportamientos, si interviene sin cesar en el funcionamiento de la
inteligencia.

d. OBJETOS DE ESTUDIO
SECUNDARIOS CON SU
FUNCION.
No hay mecanismo cognitivo sin elementos afectivos: En las formas más
abstractas de la inteligencia, los factores afectivos siempre intervienen.

e. PROBLEMATIZAR
LO LEÍDO.
¿De qué manera la afectividad interviene el en mecanismo cognitivo del
estudiante?

f. RESUMEN Y SÍNTESIS EN
(2 hojas) DE LO LEÍDO.
En estos 3 primero capítulos nos habla de el primer estadio los dispositivos
hereditarios y del segundo estadio los afectos perceptivos también nos dice
que la afectividad interviene en las operaciones de la inteligencia, que las
estimula o las perturba, que es causa de aceleraciones o de retrasos en el
desarrollo intelectual, pero que no podría modificar las estructuras de la
inteligencia como tales; por esto el alumno tendrá más entusiasmo por el
estudio y aprenderá más fácil. Uno de esos autores que han sostenido este
punto de vista es Wallon subrayó que la emoción, lejos de tener siempre un
rol inhibidor, jugaba a veces el rol de excitante, particularmente en la etapa
sensorio-motora, donde el júbilo, por ejemplo, es causa de progreso en el
desarrollo. Muchos autores distinguen entre factores afectivos (emociones,
sentimientos) y factores conativos (tendencias, voluntad), pero la diferencia
parece ser solamente de grado.
Larguier des Bancels distingue ocho instintos: 1 Los instintos alimenticios:
es una necesidad bilógica, órganos diferenciados y un dispositivo hereditario
de reflejos destinado a satisfacerla. 2 Los instintos de defensa: se divide en
dos partes el de instintos primarios (defensa del organismo contra ciertas
toxinas, repugnancia, etc.); y el de instintos derivados, tales como los
temores y las agresiones. 3 La curiosidad: El término curiosidad califica un
conjunto de comportamientos más que caracterizarlos. Decir que la
curiosidad es innata es afirmar una obviedad. 4 El instinto sexual: estamos
en presencia de un comportamiento especializado con sus fines propios y sus
órganos diferenciados. 5 Los instintos parentales (paternal y maternal). 6 Los
instintos sociales: Los comportamientos sociales del hombre son menos el
resultado de transmisiones hereditarias, que de la interacción de los
individuos. 7 Los instintos egoístas: instintos de conservación hablar de esto
quiere decir que el ser vivo...está vivo. 8 instintos de juego: todos los niños
juegan, y juegan espontáneamente.
Las primeras costumbres se constituyen, según los esquemas de la reacción
circular, primaria o secundaria; entonces, aparecen los comportamientos
que preparan la inteligencia sensoria motora, realizando la coordinación de
los medios con vista a un fin determinado.

ANÁLISIS
(4,5 y 6capitulo)
A. PALABRAS CLAVES.
Valores: Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro
comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias
fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en
lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro.
Problema: Un problema es un determinado asunto o una cuestión que
requiere de una solución.
Tristeza: La tristeza es una de las emociones básicas (no natales) del ser
humano, junto con el miedo, la ira, el asco, la alegría y la sorpresa.
Observación: Es la técnica de recogida de la información que consiste
básicamente, en observar, acumular e interpretar las actuaciones,
comportamientos y hechos de las personas o objetos, tal y como la realizan
habitualmente.
Inteligencia práctica: Es el reconocimiento de la serie de operaciones a
seguir para conseguir un resultado objetivo y concreto.
Pensamiento: Es aquello que se trae a la realidad por medio de la actividad
intelectual. Por eso, puede decirse que los pensamientos son productos
elaborados por la mente, que pueden aparecer por procesos racionales del
intelecto o bien por abstracciones de la imaginación.
Respeto: El respeto es un valor que permite que el hombre pueda reconocer,
aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos. Es
decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de
los individuos y de la sociedad.
Lógica: Es una ciencia formal que estudia los principios de la demostración
e inferencia válida, examina la validez de los argumentos en términos de su
estructura, independientemente del contenido específico del discurso y de
la lengua utilizada en su expresión y de los estados reales a los que dicho
contenido se pueda referir.
Razonamiento: Es el conjunto de actividades mentales que consiste en la
conexión de ideas de acuerdo a ciertas reglas y que darán apoyo o
justificarán una idea.

b. IDEAS PRINCIPALES.
 La conciencia de sí no es, desde el punto de vista genético,
contemporánea de la acción motora sobre los objetos.
 La intensidad de los sentimientos depende del desequilibrio.
 "Todo comportamiento tiene como base el interés".
 Spinoza identifica al entendimiento con la voluntad, siendo esta última
sólo la fuerza de nuestras ideas.
 El respeto mutuo sólo es una forma del mutualismo, expresión habitual
de comportamiento social de la cual no podrían originarse directamente los
sentimientos morales.

c. OBJETOS DE ESTUDIO
CENTRALES CON SU
FUNCIÓN.
Todo comportamiento está inspirado en un interés: Puede haber varios
intereses en juego en el mismo instante: el organismo actúa acorde con su
mayor interés.

d. OBJETOS DE ESTUDIO
SECUNDARIOS CON SU
FUNCION.
Los sentimientos de inferioridad, según él, serían debidos, simplemente, a
una falta de amor

e. PROBLEMATIZAR
LO LEÍDO.
¿Como el comportamiento de los padres influyen en los sentimientos de
inferioridad del niño?

f. RESUMEN Y SÍNTESIS EN
(2 hojas) DE LO LEÍDO.
En esta segunda parte nos habla del Tercer estadio: los afectos
intencionales, también del cuarto estadio: los afectos intuitivos y el
comienzo de los sentimientos interindividuales, y del quinto estadio: los
afectos normativos: la voluntad y los sentimientos morales autónomos de
todo esto me llamo mucho la atención fue que Janet nos dice que el
aburrimiento no es el comportamiento de un sujeto agotado, sino el
comportamiento por el cual el sujeto economiza su tono mental. También en
estos capítulos nos habla de Janet que describe una jerarquía de
comportamientos de complejidad creciente, correspondiente a los estadios
sucesivos del desarrollo: reflejos, primeros hábitos, comienzos del lenguaje,
inteligencia práctica, etc. Estos distintos comportamientos, que Janet
denomina "acciones primarias", son caracterizados desde el punto de vista
cognitivo.
El psicoanalista Odier nos dice que los sentimientos de inferioridad, son
debido a una simple falta de amor; y el sentimiento de superioridad son
debido a un exceso en sentido inverso, quiere decir que la dan mucho amor
al niño. Algo muy importante en el quinto estadio es que se dice que
fácilmente un niño tiene "mucha voluntad" cuando demuestra energía,
aunque sea para manifestar sus caprichos con vigor, ay es donde descartes
sitúa la voluntad; el acto de inteligencia comprende dos momentos: la
concepción, obra del entendimiento, y la afirmación, obra de la voluntad.
Otro filosofo que nos habla de la voluntad es James que parte del conflicto,
comprueba que la voluntad se inscribe en el sentido de la resistencia mayor,
y que se opera entonces un cambio en la relación de las fuerzas presentes.

ANÁLISIS
(7 y 8capitulo)
a. PALABRAS CLAVES.
PERSONALIDAD: La personalidad no es más que el patrón de
pensamientos, sentimientos y conducta de presenta una persona y que
persiste a lo largo de toda su vida, a través de diferentes situaciones.
CONFLICTO: La definición más simple, y la que la mayoría de nosotros
posiblemente elegiríamos, es la que se refiere a una situación en la que dos
personas no están de acuerdo con la forma de actuar de una de ellas, o con
que una de ellas tome las decisiones.
EXPRESION: Se denomina expresión a la manifestación de los deseos,
pensamientos y emociones de una persona.
INTELECTUALIZACION: es un mecanismo de defensa, donde el
razonamiento se utiliza para bloquear la confrontación con un conflicto
inconsciente y su estrés emocional asociado, mediante el «uso excesivo de
ideación abstracta para eludir sentimientos difíciles».
INTELECTUALISMO: Se basa en el supuesto de que la realidad es racional
o inteligible y, por lo tanto, susceptible de conocimiento racional, sea ésta
exhaustiva o no.
ESFUERZO: Empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo para conseguir
algo venciendo dificultades. Perseverancia. Capacidad de mantenerse
constante en la prosecución de lo comenzado, en una actitud o en una
opinión.
IDEAL: Es un bien tan deseado por una persona que hacia él orienta toda
la vida o buena parte de ella.

b. IDEAS PRINCIPALES.
 Charles Blondel define a la personalidad por el personaje, es decir por el
rol social del individuo.
 Estructuras afectivas" son el aspecto cognitivo de las relaciones entre las
personas.
 En los comportamientos orientados hacia las personas; el elemento
energético está constituido por diversos afectos interindividuales, en los
cuales, con frecuencia, se insiste de forma unilateral; pero también hay un
elemento estructural, que proviene de la toma de conciencia de las
relaciones interindividuales, y desemboca en la constitución de estructuras
de valores.
 La dicotomía de la inteligencia y de los sentimientos la podemos sustituir
por la distinción entre comportamientos orientados a los objetos y
comportamientos orientados a las personas.
 Este es el ambiente intelectual y afectivo en el cual se forma la
personalidad.

c. OBJETOS DE ESTUDIO
CENTRALES CON SU
FUNCIÓN.
La teoría de Blondel, retendremos que la personalidad, en el sentido preciso
del término, no puede definirse solamente por el yo, ni como el yo.
d. OBJETOS DE ESTUDIO
SECUNDARIOS CON SU
FUNCION.
Desde el punto de vista afectivo, aparecen novedades del mismo orden, que
podemos denominar sentimientos que tienen ideales como objetivo, a través
de los cuales se constituirá la personalidad.

e. PROBLEMATIZAR
LO LEÍDO.
¿De qué manera los sentimientos inciden en la personalidad del niño?

f. RESUMEN Y SÍNTESIS EN
(2 hojas) DE LO LEÍDO.
En esta tercera parte nos culmina con el último estadio el sexto que nos
habla de la personalidad y también nos habla de la edad de la pubertad que
es la que varía según los climas y las civilizaciones mucho menos de lo que se
dijo; mientras que varía mucho más la edad en la cual el niño deja de sentirse
niño y se integra al cuerpo social; el cual reviste tres aspectos
característicos:
• El adolescente se siente el igual del adulto; tiende o bien a imitarlo en todos
los puntos, o bien a contradecirlo;
• Por otro lado, intenta insertar su trabajo en la vida social que era hasta
entonces, patrimonio de los adultos. Según el caso, esta inserción será una
inserción profesional, si el adolescente se dedica a un trabajo efectivo, —o
si no, será un programa de vida, proyectos a corto o largo plazo;
• tiende a reformar la sociedad que lo rodea.
También nos habla de que la adolescencia se caracteriza por la elaboración
de teorías, sistemas o doctrinas a asimilar, y si es necesario por la reforma
de la ideología circundante en todos los planos: social, político, religioso,
metafísico, estético... Desde el punto de vista afectivo, aparecen novedades
del mismo orden, que podemos denominar sentimientos que tienen ideales
como objetivo, a través de los cuales se constituirá la personalidad. Es en
donde el niño hasta los doce años sólo es capaz, de sentimientos en relación
a las personas; a través de ellas, a veces alcanza valores, pero se mantienen
lábiles, siempre ligadas a los individuos que los representan, y por lo tanto,
proclives a desmoronarse o a cambiar.
El filosofo francés Blondel llega finalmente al problema de los tipos
individuales: las personalidades fuertes son aquellas en las cuales los ideales
colectivos cristalizan alrededor del temperamento individual; lejos de
escapar de lo social o de oponérsele, crean en la sociedad (cf. la teoría
durkheimiana de los grandes hombres); las personalidades débiles se calcan
sobre las otras.
Por último nos da unas conclusiones generales respecto al libro en donde
nos dice que en cada nivel del desarrollo mental han puesto de manifiesto
un sorprendente paralelismo entre los comportamientos cognitivos y los
afectivos, y han subrayado constantemente las relaciones entre la
inteligencia y la afectividad; también nos habla sobre la "intelectualización"
y no la dan a entender en dos sentidos diferentes: podría creerse que
significa una acción de la inteligencia sobre la afectividad; pero esta
concepción "intelectualista" es propiamente ininteligible. Hemos insistido
constantemente sobre la heterogeneidad de la afectividad y de la
inteligencia y no podemos admitir que una acción sea formadora o
modificadora de ésta sobre aquella ni su inversa; podemos, al contrario, y
ésta será nuestra interpretación, considerar que las "estructuras afectivas"
son el aspecto cognitivo de las relaciones entre las personas.

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