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Curso
Gobernabilidad y Gerencia Política
Profesor
Sinesio López Jiménez
Lectura No. 2b
Sobre las aplicaciones de la teoría de juegos
Martin Shubik
Este material de lectura se ha seleccionado de manera exclusiva para los participantes del
Programa de Gobernabilidad y Gerencia Política en concordancia con lo dispuesto por la
legislación sobre derechos de autor: D. Leg. 822 - Artículo 44.
Entre los primeros intentos por aplicar la teoría de juegos a las ciencias sociales, están los
trabajos de K. W Deutsch (1954), Shapley y Shubik (1954) y Shubik (1954b). En estos
trabajos el alcance de aplicación analizado estaba relativamente limitado, al compararse con
lo que había de venir. Existen varios temas en las ciencias políticas, hacia los cuales la
aplicación de la teoría de juegos es atrayente a prima facie. Estos son la votación, el poder,
la diplomacia, el comportamiento de negociación, la formación de coaliciones entre grupos
políticos y el intercambio de favores políticos.
En el capítulo V se observó que gran parte del trabajo sobre votación, ha dejado de
lado aspectos estratégicos y se ha concentrado en la "agregación" de preferencias
individuales mediante el voto. Las suposiciones que normalmente se hacen son:
1
Shubik, Martin. 1992. Teoría de los juegos en las Ciencias Sociales. Conceptos y soluciones. FCE.
México. Cap. XII. p.p 367-375.
Un enfoque distinto, pero muy relacionado con problemas de elección política, toma en
cuenta el aspecto estratégico de la votación. Ahora se deben hacer suposiciones
explícitas no sólo acerca de lo que el individuo sabe sobre sus propias preferencias,
sino sobre lo que sabe de las preferencias de otros. En gran parte de los primeros
trabajos se suponía explícitamente, que los individuos estaban informados de todas las
preferencias o las condiciones de información estaban encubiertas.
Los estudios sobre la votación estratégica pueden dividirse en aquellos que usan
conceptos de solución cooperativos, no cooperativos y otros, y estos pueden dividirse
además, en aquellos con una estructura formal asumida (como los partidos políticos) y
en los que sólo se consideran individuos, en un marco sin detalles institucionales
especificados de modo explícito.
Aunque hasta ahora no hay modelos satisfactorios, parece ser que valdría la pena
construir modelos teóricos de juegos del proceso político, en el que grupos de poder
como los sindicatos, las grandes industrias y, quizás, otras varias organizaciones, se
distingan junto con los partidos y los votantes individuales. Con tales modelos, los
conceptos de solución tanto cooperativos como no cooperativos amansarían un
análisis.
grandes números de participantes, puede arrojar alguna luz sobre el papel de los
números en el proceso político y puede ayudar a aclarar algunos de los problemas
inherentes a una democracia de masas. Ya existe un pequeño número de trabajos que
contienen modelos matemáticos formal de procesos de votación, en los que el número
de participantes es una variable clave. Tienen que ver, principalmente, con extensiones
de la Paradoja del Votante (DeMeyery Plott,1970; Garman y Kamien,1968), o con
juegos simples (Shapley 1962b; Wilson, 1972b).
Incluso con los modelos más simples de votación, se pueden encontrar problemas en
extremo difíciles si se relajan algunas de las suposiciones. Por ejemplo, si los
individuos no conocen las preferencias de los otros, entonces en su comportarniento
estratégico deben evaluar el valor y las consecuencias de una información errónea
deliberada. Esto se vuelve importante, par ejemplo, al decidir cuándo revelar nuestra
postura sobre cuentas de impuestos o asignaciones. Existe una gran cantidad de
trabajos que tienen que ver con los aspectos estratégicos de la información incompleta
(Lumsden, 1966; Maschler, 1966x; Harsanyi, 1967. 1968a,b; Levine y Ponssard, 1977;
Kalai y Rosenthal, 1978). Este trabajo no ha sido dirigido hacia las ciencias políticas en
particular; par lo tanto, cualquier aplicación implicaría un modelado más especifico.
Gran parte de lo escrito sobre votaciones, ha tenido que ver con un solo voto. Una
clase especial de juegos, el juego simple analizado en el capítulo VII sirve coma una
buena representación del voto simple aislado. Con frecuencia, sin embargo, no parece
razonable considerar resultados aislados. Se han hecho intentos para incorporar el
intercambio de favores políticos y la negociación de votos en los modelos teóricos de
juegos (Shapley, 1953e; Shapley y Shubik, 1954; Mann y Shapley, 1964; Miller, 1973).
De esta manera, los votos sirven como un tipo limitado de moneda para hacer pagos
laterales (Bentley, 1949; Buchanan y Tullock 1962; Wilson, 1969; Coleman, 1970;
Shubik y Van der Heyden,1978).
Cuando el interés está dirigido a la votación sobre una sola cuestión, muchas de las
dificultades referentes a la naturaleza de las preferencias no están relacionadas.
Cuándo, más aún, suponemos que el proceso de votación puede representarse
mediante un juego simple, hemos aceptado implícitamente un conjunto de
suposiciones que limitan la aplicabilidad inmediata de cualesquier resultados,
producidos por el análisis. En particular (come es el caso con todas las soluciones
teóricas de juegos y con los enfoques no estratégicos de Arrow, Black, Plott, Rae y
otros), los costos, detalles y dinámica del proceso se suponen fuera.
administración del trabajo casi siempre conforma un tema por sí misma. La economía
del regateo y de la negociación de mercado entre los comerciantes constituye un tema
relacionado, aunque un tanto diferente. Los límites entre la economía y la política se
funden cuando se consideran negociaciones comerciales. Existe una gran bibliografía
(en general no teórica de juegos) sobre la sicología social de la negociación. En
ciencias políticas, la mayor parte de la literatura sobre negociación que ha utilizado
conceptos teóricos de juegos, se refiere a lo político de partidos o a las negociaciones
internacionales.
El trabajo en ciencias políticas se ha visto influido, hasta cierto punto, por los estudios
de la negociación en la economía, o por los economistas y teóricos de juegos que han
ampliado diversas combinaciones del análisis económico y del razonamiento teórico de
juegos, a problemas de negociación (Edgeworth, 1881; Zeuthen, 1930; Pen, 1952;
Shubik, 1952; Ellsberg, 1956; Harsanyi, 1956, 1959; Schelling, 1960b; Boulding, 1962;
Bishop, 1963; Aumann y Maschler, 1964; Chamberlain y Kuhn, 1965; Cross, 1969,
1977; Stahl, 1972; A. E. Roth, 1979). Estos trabajos ya han sido mencionados en la
sección XII.2.
Entre aquellos que han usado la teoría de juegos en la creación de analogías con la
negociación internacional y las situaciones de conflicto, se encuentran Boulding (1962),
M. Deutsch (1961), Ellsberg (1961), Harsanyi (1965), Iklé (1964), Midgaard (1970),
Rapoport (1960, 1964), Sawyer y Guetzkow (1965), Schelling (1960x), Shubik
(1963,1968b) y Wohlstetter (1964).
Fights, games and debates de Rapoport (1960) hace hincapié en los problemas de
modelado, en la aplicación del razonamiento teórico de juegos. The Strategy of Conflict
de Schelling (1960a) proporciona muchos juegos simples estimulantes y analogías a
situaciones de conflicto internacionales. Sin embargo, existe un peligro considerable de
equivocarse, si se intenta llevar demasiado lejos analogías entre juegos
extremadamente simples y negociaciones internacionales. Es importante darse cuenta
no sólo de la utilidad, sino también de las limitaciones de los modelos de juegos
simples como un dispositivo didáctico.
XII.3.3. Poder
Uno de los intereses clave de las ciencias políticas está en el estudio del poder. En
nuestro análisis de las diversas versiones de una solución de valor (véase el capítulo
VII), observamos la relación entre estas soluciones y el concepto de poder. La base
teórica de juegos inmediata para la investigación del poder, está dada en los escritos
Las diversas soluciones de valor son esencialmente estáticas y, sin duda, también
incapaces de describir de manera adecuada la interacción entre el poder y la influencia
en un sistema dinámico. No obstante, proporcionan conceptos claros y bien definidos
que pueden estar sujetos a un escrutinio y compararse con las teorías del poder,
propuestas por politólogos y otros científicos sociales. Un breve conjunto de
referencias a escritos sobre el poder, que pueden compararse fructíferamente con las
soluciones de valor teóricas de juego, podría incluir: Goldharner y Shils (1939),
Lasswell y Kaplan (1950), H. A. Simon (1953), March (1955, 1966), Dahl (1957, 1961),
Parsons (1957), Riker (1964), E Blau (1964), Barber (1966), Coleman (1966a, 1970),
Brams (1968), Nagel (1968), Wagner (1969), Axelrod (1970), Baldwin (1971) y
Champlin (1971).
Existe bastante bibliografía sobre juegos asociada con las ciencias políticas que varía,
de alguna manera, en su asociación directa con la teoría de juegos. Una breve
investigación de los usos del juego en este contexto, es proporcionada por Sbubik
(1964, 1975c); algunas referencias extras se incluyen, para facilitarle al lector
interesado, una introducción a esta bibliografía Scbelling (1960b), Gamson (1962),
Joseph y Willis (1963), Riker y Niemi (1964), Barringer y Whaley (1965), Sawyery
Guetzkow (1965), Hermann (1967), Rapoport (1967), Riker (1967), Banks, Groom y
Oppenheim (1968), Friberg y Johnson (1968), Friedell (1968), Riker y Zavoina (1970).