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Regulación Ambiental Global

¿Cuanto conocemos de los efectos del comercio en el medioambiente? Una pregunta


central es si la globalización ¿ayuda o daña a obtener el mejor intercambio entre las
metas ambientales y económicas? ¿O es que ellas dañan la calidad ambiental ante
cualquier tasa de crecimiento económico? La globalización es una tendencia compleja, y
esta acompañada de muchas fuerzas y muchos efectos. Seria sorprendente si todas ellas
fueran desfavorables al medioambiente, o todas ellas fuesen favorables. La máxima
prioridad debería ser determinar las maneras en las cuales la globalización pueda ser
encauzada exitosamente a promover la protección del medioambiente, junto a otros
objetivos compartidos, y no de degradarlo.

Los efectos concernientes al comercio que vienen por medio de canales diferentes a las
ganancias, pueden ser positivos o negativos. En el lado negativo, la conocida hipótesis
“carrera hacia el fondo” es que los países de economía abierta, de manera general, y
debido al temor de los efectos adversos de su competitividad internacional, adoptan
regulaciones ambientales menos rígidas que aquellos países que son menos abiertos. Un
grupo de posibles efectos, menos conocidos, podría denominarse como la hipótesis de las
“ganancias del comercio” como: la globalización podría generar innovación tecnológica,
elevando los estándares ambientales, o llevar a ejercer el poder del consumidor y la
adopción de códigos de conducta corporativos.

Finalmente, la apertura al comercio puede motivar a que algunos países se especialicen


en actividades “más sucias,” que les lleve a exportar sus productos hacia otros países con
estándares ambientales mucho más altos. Bajo esta hipótesis de “paraísos contaminados,”
la globalización tiene un efecto primario en la distribución de contaminación a todos los
países, más que como un promedio general.

Cualquiera de estas hipótesis es plausible, veamos algo más:

Estudios empíricos sobre los datos de todos los países generalmente no encuentran
efectos desfavorables del comercio en algunas mediciones de degradación ambiental
como contaminación del aire (SO2, dióxido de azufre), Entonces, se puede inferir que la
globalización y el medio ambiente no necesariamente están en conflicto. El comercio y
crecimiento da a los países los medios para limpiar el aire, siempre y cuando tengan
instituciones de gobierno efectivas a nivel nacional. Una forma de gobierno democrática
es determinante para la calidad ambiental, entonces: ¿Podemos decir como estamos en
Bolivia?

Aunque la evidencia sugiere que comercio y crecimiento pueden exacerbar otras medidas
de degradación ambiental, particularmente las emisiones de dióxido de carbono (CO 2). La
diferencia puede ser explicada por la observación que el CO2 es una externalidad global,
la cual no puede ser controlada a nivel nacional debido al problema de que muchos
esperan que otros pongan las soluciones, paguen por ellas y este solo se beneficie de ellas
(free rider). Instituciones que puedan gobernar son necesarias a nivel multilateral, y estas
no han estado funcionando, por lo menos hasta no hace mucho.
Un punto a enfatizarse aquí, es que es ilusorio pensar que los temas ambientales pueden
ser manejados efectivamente si es que cada país podría aislarse contra las incursiones
dentro de su soberanía nacional, aislándose contra el comercio internacional o la
Organización Mundial del Comercio (OMC). De manera creciente, la gente que vive en
un país, quiere proteger el aire, agua, bosques, y animales no solo en sus propios países,
sino en todos los países también. Y para hacerlo, se necesita de la cooperación
internacional. En este caso y para esos esfuerzos, la soberanía nacional es el obstáculo, no
el aliado. Las instituciones multilaterales son un aliado potencial, no un obstáculo.
Muchos ambientalistas no lograron entender la evolución substancial a lo largo del
tiempo: Ahora existe una mayor base legal que en el pasado, para usar medidas de
comercio que ayuden a hacer cumplir iniciativas ambientales acordadas
multilateralmente, siempre y cuando estas no sean discriminatorias.

Los temores de los anti-globalizadores pueden ser entendidos por medio de un dilema de
regulación triple, llamado el principio de La Imposible Trinidad de la Gobernancia
Global. Al diseñar un sistema de gobernancia global, hay tres tipos de meta deseables.
Primero, entender que la globalización es deseable, por nada mas que sus beneficios
económicos, dejando todo lo demás constante. Segundo, la regulación es deseable
cuando se trata de externalidades como ser la contaminación, u otras metas sociales no
tratadas adecuadamente por el mercado. Tercero, la soberanía nacional es deseable,
porque diferentes países tienen necesidades o preferencias diferentes, y también porque
las naciones tienen orgullo por su independencia política. El principio de La Imposible
Trinidad de la Gobernancia Global nos muestra que es posible el diseñar un sistema con
cualquiera de dos de estos atributos pero no con los tres al mismo tiempo.

Figura 1
Regu
Los tres atributos están representados como los lados del triangulo en la Figura 1. La
esquina baja de la izquierda representa al sistema de completo laissez faire. Los mercados
privados tienen la responsabilidad por todo. Sin regulación gubernamental, no hay nada
que coordinar internacionalmente, y por lo tanto no existe perdida de soberanía nacional.
Si otro país quiere cometer el error de una intervención extrema, es su problema. La
esquina baja de la derecha representa la regulación multilateral a nivel global. Al no
existir actualmente muchos “federalistas mundiales,” la propuesta de establecer una
Organización Mundial Ambiental poderosa seria un paso en esta dirección. La esquina
superior del triangulo representa el aislamiento. Tan solo aquellos países que se
desconecten del comercio, inversión, y otras interacciones internacionales, podrán
preservar completamente su soberanía nacional, y practicar cualquier tipo de regulación
que deseen. ¿A dónde vamos como Bolivia? ¿Será esto último lo que necesitamos para
mejorar nuestras condiciones de vida? ¿Es el cambio que andamos buscando?

Las preocupaciones ambientales creadas por la globalización pueden ser entendidas por
medio de este diagrama. El proceso de integración económica internacional ha movido a
la mayoría de los países hacia abajo, en el grafico, hacia el lado inferior del triangulo.
Como resultado y según dice la teoría, la globalización esta creando un conflicto
creciente entre las necesidades de una regulación ambiental y las demandas de soberanía
nacional. La soberanía nacional ha estado ganando, lo que significa que el movimiento se
esta dando hacia la esquina baja de la izquierda del triangulo. Se alega que la
globalización ha minado la habilidad de los gobiernos soberanos de imponer los
estándares ambientales que a ellos quisiesen.

A pesar que esta imposible trinidad sea una manera útil de pensar en el potencial de la
globalización respecto a bajar la regulación ambiental nacional, puede ser también
ambigua en algún contexto. Para esto, existen dos razones principales. Primero, aun para
las externalidades ambientales que están confinadas dentro de los países, como ser
contaminación del aire local, existe muy poca evidencia empírica que la hipótesis de “la
carrera hacia el fondo” en si se cumpla, por ejemplo, que el comercio internacional y la
inversión pongan en realidad una presión hacia abajo significativa a la regulación
ambiental agregada. Ciertamente, el comercio internacional y las actividades de las
corporaciones multinacionales pueden alguna vez poner presión significativa hacia arriba
en los estándares ambientales. No olvidemos que el consumidor ahora pueda exigir más
que antes. Segundo, y más importante, algunos temas ambientales traspasan las fronteras
de las naciones, aun en la ausencia de comercio internacional e inversión, haciendo difícil
la atención por medio de regulaciones independientes en los países individuales. La
protección ambiental requiere de la cooperación internacional, y la cooperación a su vez
requiere de algo de perdida de “soberanía.”
Referencias
Jeffrey Frankel – Efectos Ambientales del Comercio Internacional, Harvard
University; 2009.

David J. Lozano Herrera (dlozano@post.harvard.edu)

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