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THST 540 Doctrina de la Salvación

Maestro: Aneury Vargas Ramírez, PhD


Reporte de Lectura #1.
Creencias Fundamentales. Páginas 109-146.
A Continuación presento el informe de lectura número uno. En

primer lugar, esta sección del libro de las Creencias Fundamentales, páginas 109 a

la 146, contiene varias de las creencias principales de la fe adventista. Sin embargo,

en lo personal, reitero mi acuerdo con las ideas que han sido expuestas en la clase,

en relación a que el tema de “El gran conflicto”, es el marco conceptual en el cual

están situados todos los acontecimientos relacionados con el plan de salvación.

Quiero llamar la atención de este párrafo, que entiendo presenta una

condensación del origen del pecado.

“Si bien la aparición del pecado es inexplicable e injustificable, se

puede trazar su origen hasta el orgullo de Lucifer: “Se enalteció tu corazón a causa

de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor” (Eze. 28:17).

Lucifer rehusó conformarse con la exaltada posición que su Creador le había

concedido. En su egoísmo, codició la igualdad con Dios mismo: “Tu... decías en tu

corazón: subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono...

y seré semejante al Altísimo” (Isa. 14:12-14)”.

Desde esta porción del libro se puede entender cuál es la perspectiva

adventista del origen del pecado. Lucifer, un ser creado por Dios y colocado en una

posición de privilegio, de una manera inexplicable, inicia una especie de rebelión

contra Dios. Esta rebelión alcanza dimensiones cósmicas, lo que lleva a una batalla

en la que Lucifer y el grupo de ángeles que han creído a sus planteamientos, son
expulsados del trono de Dios, al salir de allí tratan de hallar lugar para implantar

su rebelión y el lugar donde logra su objetivo de engaño es el planeta tierra.

Es en este planeta donde logra el objetivo de engañar y logra

consolidar una especie de centro de operaciones cósmicas desde donde trata de

actuar como representante.

En el libro de Job se aprecian estas escenas en las que Lucifer, ya

convertido en Satanás o adversario, trata de aparecer como parte del grupo. Dios

por medio de Job, le muestra que su plan no ha surtido el efecto esperado pues aún

hay quienes pueden ser fieles a él y usa a Job como ejemplo.

“La perspectiva cósmica que ofrece el libro de Job provee una

poderosa confirmación de la gran controversia entre Cristo y Satanás. Este planeta

es el escenario en el cual se desarrolla este dramático conflicto entre el bien y el

mal. Según declara la Escritura, “hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los

ángeles y a los hombres” (1 Cor. 4:9)”.1

En segundo lugar, la siguiente sección leída tiene que ver con la vida,

muerte y resurrección de Cristo. Cristo es el protagonista del conflicto. Es él la

figura central pues su papel es restaurar la imagen de Dios, que ha sido

distorsionada en el universo por el tema del gran conflicto.

Cristo encarna la responsabilidad de Dios de poner en alto su

nombre en el universo, pero lo hace en el sentido contrario a lo que Satanás hace.

1Secretaría Ministerial Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, Creencias de los
adventistas del séptimo día, (Bueno Aires, Argentina: Casa Editora Sudamericana, 2007)112.
Durante la clase de hoy, vimos como el enemigo de Dios quiso exaltarse, y cómo

Jesús, tal como lo presenta Pablo, se humilló hasta lo sumo.

El beneficio colateral que hay en esta vindicación del nombre de Dios

es que los seres humanos somos beneficiados de la perfecta justicia divina. Gracias

a la obra de Cristo, recibimos perdón y salvación.

“Las buenas nuevas son “que Dios estaba en Cristo reconciliando

consigo al mundo” (2 Cor. 5:19). Su acto de reconciliación restaura la relación

entre Dios y la raza humana. El texto señala que este proceso reconcilia a los

pecadores con Dios, y no a Dios con los pecadores. La clave para llevar a los

pecadores de vuelta a Dios es Jesucristo. El plan de reconciliación que Dios ha

establecido es una maravilla de condescendencia divina”.2

En tercer lugar, la creencia sobre la experiencia de la salvación lleva

los anteriores temas a un plano más íntimo. El arrepentimiento conduce a la

justificación y esta da como resultado la santificación. Cada uno de esos pasos se

dan en la vida del creyente, con la intervención directa del Espíritu Santo que va

guiando ese proceso.

“Ni la justificación ni la santificación son el resultado de obras

meritorias. Ambas se deben únicamente a la gracia y justicia de Cristo”.3

Tal y como hemos podido apreciar, cada una de estas creencias

tienen un hilo conductor y es el hecho de que Dios quiere reconciliar consigo

mismo su creación. En este punto en donde se centra el objetivo del plan y como

2 Secretaría Ministerial Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, Creencias de los
adventistas del séptimo día, (Bueno Aires, Argentina: Casa Editora Sudamericana, 2007)122.
3 Ibid, 136.
mencioné el beneficio adicional es que somos vindicados los seres humanos al

mismo tiempo que el nombre de Dios es restaurado en todo el universo.

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