Inculcar es un verbo que suele emplearse respecto a la acción de infundir
una idea o un valor en el espíritu o en la mente de alguien. El término proviene del vocablo latino inculcāre. Por ejemplo: “Siempre traté de inculcar la importancia del trabajo a mis hijos”, “Hay que inculcar el amor a la patria para que todos los ciudadanos se conviertan en defensores de nuestra nación”, “Nuestra organización trabaja para inculcar el reciclaje en todos los hogares”. Para inculcar algo, se deben repetir conceptos con la intención de fijarlos. Es posible inculcar a través de la palabra, pero también mediante conductas y actos que sirvan como ejemplos a seguir. Un padre, por citar un caso, puede tratar de inculcar a su hijo el respeto por las mujeres. De este modo, desde que su descendiente es pequeño se esfuerza por educarlo lejos del machismo, enseñándole a no utilizar la fuerza física y a no recurrir a la violencia verbal ni de ningún otro tipo. Una vez que su hijo llega a la adolescencia, lo instruye para evitar la cosificación femenina y para que siempre respete la voluntad de todas las mujeres. Así, a lo largo de los años, el hombre busca inculcar esta conducta a su hijo. Por lo general se pretende inculcar buenos hábitos. Esa misión se desarrolla en el seno familiar pero también a nivel social, con organismos estatales y organizaciones no gubernamentales tratando de lograr cambios positivos en la comunidad. Inculcar el cuidado del medio ambiente, por mencionar un objetivo frecuente, es imprescindible para mejorar la calidad de vida de todas las personas.