Vous êtes sur la page 1sur 5

El verdadero autoconocimiento

Intentaré exponer aquí todo lo contrario a la espiritualidad,


que es lo que hoy en día se entiende en muchos casos por
espiritualidad y de lo que numerosos autores o más bien
“fabricantes de libros” realizan para contentar a sus propios
egos. Libros estos que confunden a los que los leen, que les
inducen a permanecer en un autoengaño y hacerles creer que
están transitando por el camino de la espiritualidad y del
autoconocimiento al poner en práctica lo que allí se les
indica… cuando lo único que en verdad están haciendo es
mantener sus creencias y patrones psicológicos, su
condicionamiento limitante, eso sí, con una apariencia más
florida y adornada… encendiendo focos artificiales en vez de
permitir a cada uno de ellos encontrar su propia e intensa luz
interior.

Pienso sinceramente que todas aquellas personas a las que


les interese desarrollarse interiormente y quieran leer acerca
de estos temas, deberían tener esto en cuenta.

Desde los años 80 hasta nuestros días, aparecieron y siguen


apareciendo constantemente muchos libros cuya finalidad era
y es la de prometer a su lector que obtendría riquezas, poder
y éxito siguiendo unos sencillos pasos; me temo que dicha
promesa surtió efecto únicamente para los autores y editores
de esos best sellers. Hoy en día siento que muchos de los
libros sobre temas de desarrollo personal y espiritual siguen
usando ese mismo patrón de actuación, pero aplicándolo esta
vez a los nuevos tiempos.

Han encontrado un terreno abonado en la desesperación


debida a la crisis económica, en la insatisfacción vital de
fondo y también, en la moda, en el gusto actual de tantas
personas sobre estos temas, a los que entran, lógicamente,
sin saber demasiado de ellos. Los títulos de estos libros y su
temática han cambiado, pero en el fondo, nada ha cambiado.
Es triste porque siento que muchas veces sus autores dan
pautas o métodos que prostituyen máximas espirituales
(como por ejemplo la tan manoseada ‘Ley de la atracción’, o
‘El Secreto’, o tantos otros similares) para acomodarlas al
ámbito económico, de ambición, de poder… del ego en
definitiva. La mayor parte de lo que nos dicen que llega de
“Oriente” hay que tomarlo con pinzas, con mucho
cuidado, porque está en muchos casos tan manufacturado, ha
pasado por tantas manos e interpretaciones de gente dormida
e inconsciente (y en muchos casos con tantos intereses tan
distintos y tan apartados de lo meramente espiritual) que
difícilmente puede verse su esencia primordial, su enseñanza
originaria.

No me considero un místico ni un experto o un “iluminado”


pero he aprendido algunas cosas en mi camino
personal, sobre todo, mirando dentro de mí y no ciñéndome a
corrientes ni a autores, sino tomando de aquí y allá lo que
creía nutritivo para mí, siempre desde una perspectiva crítica
y sopesando su idoneidad y calidad; por eso me entristece
leer mitos y creencias muy difundidas sobre estos temas
Metafísica, Gnosis, Cábala y otros muchos), falsedades sobre
lo espiritual que mucha gente -estoy seguro que
bienintencionadamente en muchos casos- cree y, a su vez,
propaga.

Al contrario de lo que muchos desearían, (o más bien sus


egos) el despertar, la toma de consciencia, la espiritualidad,
así como la mejora y el desarrollo personal no puede ser
forzado mediante un método, una técnica, una guía fija o
unos pasos a seguir. No puede ser realizado desde las formas
mentales (conceptos fijos en los que nuestro ego adora
convertir todo lo que está a su alrededor) porque todo lo que
encapsulemos en un procedimiento estará inmóvil,
amordazado, limitado… parecerá accesible y controlado, pero
realmente estará muerto, porque carecerá de vida y de
luz. Se convertiría entonces, cuanto menos, en algo muy poco
nutritivo para ti, pero deliciosamente inoperante para tu ego,
al que (como a la mayoría de los políticos) le encanta que las
cosas sigan tal como están, engañándote mientras tanto con
mentiras útiles con las que subrepticiamente (de manera
oculta) pueda irte contentando y seguir manejando tu vida a
su antojo, haciendo que parezca que se producen cambios
superficiales, pero sin que nada cambie realmente.

Por supuesto que muchas personas han mejorado


notablemente su vida transitando por rutas personales, pero
son eso: sendas propias que, con honestidad para sí mismos,
cada uno fue descubriendo conforme avanzaba; formándolas
y modificándolas libremente según su propio criterio
personal; rutas que les han posibilitado ampliar su
consciencia, ensanchar los límites de su propio mundo
(interior y por tanto exterior) y a limpiar la lente con la que
mira dentro de sí y a su alrededor cada día.

¿Y por qué razón nos sentimos tan necesitados de métodos?


El mundo en el que vivimos es inestable y aleatorio por
definición, creemos que necesitamos tomar el control de todo
lo que nos rodea porque nos da miedo sentirnos desvalidos,
pensamos que tenemos que sujetaros a cosas, seres, o
creencias a para no caernos; y nos tranquiliza a corto plazo
pensar que ciertos hábitos o escalones a seguir nos van a
asegurar el llegar a lugares que pocas personas logran; nos
gusta pensar que tenemos la certeza de que hay un método
infalible que funciona al 100%; pero, como decía la escritora
Helen Keller, la seguridad es mayormente una superstición.

¿Y qué hago entonces si no puedo seguir ninguna receta o


fórmula? Puedes seguirla si quieres, pero entonces no te
estarás expresando a ti mismo, tan sólo estarás tratando de
resguardarte bajo la capa de otra persona a las que has
concedido autoridad sobre ti.
Aunque el no tener una guía, fórmula o método “contrastado”
y pautado pueda al principio parecer una idea desasosegante
y pienses que vas a tener dudas y que van a surgir
preguntas, antes o durante tu camino, del tipo…

 ¿Lo estaré haciendo bien?


 ¿Cómo sabré por dónde seguir si me atasco?
 ¿Y si me vuelvo atrás porque me he perdido en el
camino… o peor aún… y si camino en círculos y termino
loco?

A todo esto puedo responderte: que los mencionados son


miedos o inseguridades usuales, entran dentro de lo previsto;
todos nos hemos hecho esas preguntas alguna vez, porque no
todos los días está el ánimo ni la confianza de la misma
forma… y muchas veces se duda. Habrá días así y los tendrás
que entender como lo que son, días tan sólo, momentos
concretos... Entran dentro de esta ruta personal, a veces
forman parte del paisaje durante el recorrido de nuestro
camino.

Me gusta mucho una frase que dice: “Cuando nada es seguro,


todo es posible”. Y es que, al principio, no tener un
“pasamanos” al que agarrarte (un método, una fórmula
“mágica”, una técnica, unos pasos fijados que poder seguir) o
un “suelo” sobre el que situarte (tus creencias “sólidas e
inamovibles”, las imágenes fosilizadas de los seres y la cosas
que te rodean) puede dar miedo… pero luego te das cuenta
que tan sólo te puedes desequilibrar cuando tu punto de
referencia está fuera de ti. Todo objeto o ser se desplaza o se
cae porque se compara con respecto a algo… ¿Acaso
podríamos saber del movimiento o la quietud de un planeta si
no pudiésemos compararlo frente a otros planetas o al sol que
circunda?

A veces tocar fondo hace que soltemos aquello a lo que con


tanta fuerza nos hemos sujetado hasta entonces y podamos
fluir con la vida. El comienzo del verdadero autoconocimiento
puede ser doloroso y lleno de temor, porque sientes que no
hay seguridades, pero luego descubres que no necesitas
agarrarte a nada y aparece la verdadera libertad y la profunda
confianza en tu propio ser.

Vous aimerez peut-être aussi