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UNIVERSIDAD BERNARDO O’HIGGINS FACULTAD DE

SALUD, DEPORTE Y RECREACIÓN ESCUELA DE


FONOAUDIOLOGÍA

ANATOMÍA, FISIOLOGÍA Y PATOLOGÍAS


DEL OÍDO

Nathalya Merino.
Resumen.
En el documento presentado se abordarán aspectos del oído en cuanto a la anatomía y
fisiología de la vía auditiva, desde el oído externo hacia el oído interno, abordando también las
patologías que cada uno puede presentar.

En cuanto a la anatomía del oído externo encontramos el pabellón auricular y el conducto


auditivo externo ambas terminadas hasta llegar a la membrana timpánica. Desde el otro lado
de la membrana timpánica inició el oído medio y oído interno. El oído medio está formado por
la cadena de huesecillos - el martillo, yunque y estribo - estos huesos forman una cadena entre
la membrana timpánica y la ventana oval. En continuidad del oído medio podemos encontrar el
oído interno, una cavidad que se encuentra al interior del hueso temporal, la parte anterior de
la cavidad es el órgano específico de audición, la cóclea; inmediata a ella se encuentra, en
posición lateral y posterior, los órganos del equilibrio: vestíbulo y los canales semicirculares.
Por otra parte, se verá descrita la fisiología de la audición, donde se abordará el sonido y su
paso por las estructuras anatómicas, tratando de explicar cómo funciona cada estructura y la
transmisión de sonido hasta llegar al cerebro.

Todas estas estructuras descritas con su fisiología y traspaso de sonido correspondiente se


pueden ver afectadas por distintas causas, teniendo como consecuencia una disminución de la
capacidad auditiva. Esto es traducido a una patología del oído en su parte externa, medio o
interna. Se verán descritas una a una cada patología teniendo en cuenta el sitio de lesión, el
tipo de hipoacusia, y posibles resultados en exámenes.
Palabras claves:

Introducción.

El oído es un órgano del cuerpo humano muy sensible y avanzado. La función del oído es
transmitir los sonidos al cerebro a través de sus distintas partes: el oído externo, el oído medio
y el oído interno. De esta forma podemos ver que el sistema auditivo está formado por un
conjunto de órganos que realizan una serie de funciones parciales cuyo resultado final es la
percepción del mensaje sonoro. Estas funciones son las siguientes:

1. Función de captación y transmisión del sonido: ésta es realizada por las estructuras del oído
externo y oído medio, considerando también sistema de transmisión los líquidos perilinfa,
endolinfa, cortilinfa y membranas del oído interno.
2. Función neurosensorial o de percepción: es asumida por las células ciliadas externas e
internas del órgano de Corti. En las células se produce la transformación del estímulo sonoro
en energía bioeléctrica.
3. Función de conducción de los impulsos nerviosos: la realizan fibras cocleares del VIII par que
salen a través del conducto auditivo interno a través de una criba, continúan hasta alcanzar la
corteza cerebral.
4. Función de integración del mensaje sonoro: es una función inteligente y corre a cargo de la
corteza cerebral.

El fenómeno físico por el cual se desarrolla este sistema anatomicofuncional es el sonido.

Sonido
Se entiende por sonido el fenómeno físico consecuencia de un movimiento ondulatorio de la
materia, que se propaga en un medio elástico, este medio puede ser aéreo, líquido o sólido.

Por lo tanto, la tarea principal será transmitir, detectar y convertir el sonido en impulsos
eléctricos.
De esta forma la onda viajará desde el oído externo a través del conducto auditivo externo
llegando a la membrana timpánica y provocando vibración en esta. Luego se producirá una
vibración en cadena de los tres huesecillos conocidos como martillo, yunque y estribo. Las
vibraciones pasarán a través de la ventana oval al fluido de la cóclea, provocando una
estimulación de las células ciliadas y obteniendo como resultado la transformación de las
vibraciones a impulsos eléctricos que el cerebro percibe como sonido.

Cuando una de las piezas del oído en general se ve afectada, ya sea el oído externo, medio o
interno de producirá en el cuerpo una señal de advertencia manifestándolo en diversas
patologías. Estás afecciones que afectan al oído traerán como consecuencia pérdidas auditivas
con diferentes características y consecuencias donde se verá afectado el proceso de
percepción o transmisión del sonido.
Contenido

ANATOMÍA, FISIOLOGÍA Y PATOLOGÍAS DEL OÍDO.

I. ANATOMÍA DEL OÍDO.


El sentido de la audición está compuesto por un órgano que es el oído, este se
encuentra situado a ambos lados de la cabeza por lo que es un órgano par.

I. Anatomía del oído externo.


Oreja.
Tiene una constitución anatómica formada por: piel, tejido celular subcutáneo, y un
esqueleto de cartílago elástico que se inserta en la porción inferior y anterior de la
región ósea del CAE.
En su región superior y posterior, la oreja se adhiere al hueso temporal por los
músculos y ligamentos extrínsecos. Estos músculos son inervados por el nervio
auricular posterior, rama del nervio facial.

Los músculos son inervados por el nervio auricular posterior, rama del nervio facial.
La sensibilidad de la oreja y del conducto está proporcionada por los pares craneales
trigémino (tímpano, trago y hélix), facial (concha de la oreja, raíz del hélix y parte del
tímpano) y vago (conducto).

El plexo cervical superficial aporta a la sensibilidad mayoritaria de la oreja (hélix,


antitrago, lóbulo y pared posterior de la oreja).

La piel de la oreja y del CAE, está finamente adherida al pericondrio, con escaso tejido
subcutáneo.
Conducto auditivo externo.
La región externa del conducto es cartilaginosa y membranosa y la parte profunda es
ósea, formada por hueso timpanal y temporal.

En las porciones profundas del CAE, el tejido celular subcutáneo es inexistente, y la


piel está adherida al periostio. La piel de la región externa tiene folículos pilosos y
glándulas ceruminosas y sudoríparas que ejercen una función defensiva.

La vascularización arterial de la oreja y el CAE cartilaginoso se realiza a través de la


arteria auricular posterior y ramas de la arteria temporal superficial, ambas ramas de
la carótida externa. El CAE ósea esta irrigado por ramas de la arteria maxilar interna.

II. Anatomía del oído medio.


El oído medio es un espacio aéreo que se encuentra situado en la región petrosa del
hueso temporal. Está formado por la cavidad que se encuentra al otro lado de la
membrana timpánica.
Esta constituido básicamente por tres elementos interconectados entre sí: Las
cavidades mastoideas y la caja timpánica, y la trompa de Eustaquio. La parte anterior
de esta cavidad se comunica con la nasofaringe a través de la trompa de Eustaquio.
En la cavidad del oído medio se encuentran los huesecillos auditivos – el martillo,
yunque y estribo – Estos huesos forman una cadena entre la membrana timpánica y
la ventana oval.

Existen dos músculos asociados que amortiguan y dan movimiento a los huesecillos del
oído. Estos son:

a) Músculo del estribo o músculo estapedio.


b) Músculo tensor del tímpano o musculo del martillo.

La actividad normal de ambos músculos está relacionada con un mecanismo


neurológico reflejo que se conoce como “la vía centrifuga”. Dan protección al trauma
sonoro y la discriminación auditiva (de tonos bajos) en los mecanismos nerviosos.

La actividad anormal del musculo tensor del tímpano se asocia a síntomas de óticos
(se asocia a la sensación de oído tapado) sin la existencia de óticos.

El cambio que puede realizarse en la actividad muscular intratimpánica produce


cambios en la impedancia aérea y liquido del oído medio e interno, los cuales pueden
ser medidos por impedancia y audiometría.

Cavidades mastoideas.

Se desarrollan de un sistema primario de neumatización formado por el eje trompa-


caja-antro.
El hueso temporal en el que se formarán las celdas mastoideas al principio está
formado por peñasco, escama y porción timpánica. Estos huesos se sueldan unos a
otros alrededor de la 1° hendidura branquial, que formará la mucosa del oído medio.
Caja del oído medio.

La caja timpánica es una cavidad de aire ubicada tras el tímpano que comunica con
las fosas nasales y que se encuentra recubierta por una mucosa. En ella se aloja la
cadena de huesecillos (compuesta por el martillo, el yunque y el estribo), la trompa de
Eustaquio y el antro mastoideo.

Se pueden diferenciar varias paredes como la pared superior, separa el oído medio
de la fosa media del cráneo; la pared inferior, se relaciona con el golfo yugular; pared
anterior, formada por la entrada de la trompa de Eustaquio; la pared posterior, formada
por una abertura ancha que conduce a las cavidades mastoideas y por último una
pared lateral constituida por la membrana timpánica.

Trompa de Eustaquio.

Conducto recubierto por mucosa que es la continuidad de las fosas nasales y puede
medir unos 4 ó 5 cm. Establece comunicación entre la parte anterior y superior de la
caja timpánica y la superior de la faringe. Normalmente se encuentra cerrada, pero se
abre cuando la persona bosteza o traga, así protege las partes del oído de los cambios
bruscos de la presión del aire.

III. Anatomía del oído interno.


El oído interno se halla en la cavidad ósea inmediatamente en continuidad con el oído
medio. Esta cavidad se encuentra en el interior del hueso temporal en la zona
denominada peñasco del temporal constituida por un conjunto de cavidades
excavadas que se denominan laberinto óseo. La parte anterior de la cavidad es el
órgano específico de audición, la cóclea; inmediata a ella se encuentra, en posición
lateral y posterior, los órganos del equilibrio: vestíbulo y los canales semicirculares.

El laberinto (óseo y membranoso) está compuesto por dos regiones bien diferenciadas
tanto anatómica como funcionalmente: el laberinto anterior o cóclea y el laberinto
posterior o vestíbulo. En el primero, también denominado cóclea o caracol, se ubica
el receptor auditivo.

La cóclea es una estructura cónica con una base amplia y un ápex. Es hueca y arrollada en
espiral en torno a un eje óseo cónico que se denomina modiolo o columela de Brechet. El
modiolo se encuentra horadado en su base, lo cual permite el paso de las fibras nerviosas del
nervio auditivo, que llegan desde el ganglio auditivo o de Corti a los núcleos cocleares del
tronco cerebral.

La cóclea está constituida por un saco membranoso envuelto por una cubierta ósea
que tiene una forma enrollada sobre sí misma, en espiral de dos vueltas y media, que
asemeja y, así se denomina, caracol. Está dividida a lo largo de toda su longitud en dos
pisos o rampas, que se desarrollan en paralelo en el interior del hueso temporal. La
rampa superior es la rampa vestibular y la inferior a la rampa timpánica. Ambas están
separadas por una membrana, la membrana basilar o lámina basilar.

Las rampas cocleares están rellenas por los denominados líquidos laberinticos o
linfas. El laberinto óseo y el membranoso se encuentran separados por las rampas
vestibular y timpánica, que contienen perilinfa, se trata de un líquido de composición
similar a los líquidos extracelulares. En el interior del laberinto membranoso, que en
la cóclea corresponde a la rampa media, se encuentra la endolinfa.

Las rampas cocleares tienen una relación funcional directa con el oído medio a través
de la pared externa del vestíbulo óseo. En efecto, esta pared presenta dos orificios
cerrados por membranas que comunican las rampas cocleares con el oído medio.
Dichos orificios son: la ventana oval y la ventana redonda.

La membrana de la ventana oval permite el paso de la onda sonora desde la cadena


de huesecillos del oído medio al interior de la cóclea, mientras que la membrana
redonda sirve como sistema de descompresión de la energía que aporta la onda
sonora al interior de la cóclea.

Células receptoras.

En el receptor auditivo se identificas dos tipos de células receptoras: las células


ciliadas internas, organizadas en una hilera única ubicada en el lado interno del túnel
de Corti, y las células ciliadas externas, ubicadas en el lado externo del túnel y
dispuestas en tres hileras.

Las células sensoriales del órgano de Corti se denominan células ciliadas porque
presentan estereocilios en su superficie apical, anclados en una condensación
proteica denominada placa cuticular.

Las células ciliadas internas son piriformes, su núcleo celular se encuentra en el centro
de la célula, y en el polo basal poseen numerosas sinapsis con fibras aferentes de las
neuronas tipo I del ganglio espiral.

Por su parte, las células ciliadas externas, cilíndricas y con su núcleo celular en
posición basal, son elementos altamente diferenciados. La característica fundamental
de las ciliadas externas es que la membrana celular de las caras laterales presenta
tres capas: la membrana celular, una red de proteínas contráctiles y un sistema de
cisternas laminares, que son muy similares a las que existen en las células
musculares.
II. FISIOLOGIA DEL OÍDO.

I. Oído Externo.

Tiene por función captar los sonidos y dirigirlos al CAE. Al ser bilaterales, permiten la
audición biaural y direccional, y en ello también interviene la cabeza, que actúa como
pantalla para uno de los oídos. Aporta en la información direccional la cabeza y la
orientación de la porción cóncava de las orejas hacia adelante y la convexa hacia
atrás, ello aporta información acerca de la situación de la fuente sonora.

De esta forma los repliegues del pabellón auricular ayudan a extraer la información
sobre las características de transmisión de las diferentes frecuencias, en relación con
el origen del sonido.

A lo largo del CAE, las ondas sonoras experimentan un fenómeno de compresión


hasta presentarse finalmente al tímpano. Mediante este proceso de compresión se
obtiene una discreta ganancia auditiva, de modo que, aunque en muy escasa medida,
el CAE actúa como adaptador de la impedancia.

II. Oído Medio.


La transmisión de las ondas sonoras se hace pasando del medio aéreo a un medio
líquido. Si no hubiera en el ser humano un intermediario (oído medio). La pérdida de
energía sería superior al 90% de la misma, que, en la práctica, equivaldría a 30m dB.
Actúa como transformador o acoplador de impedancias.

Destinado a incrementar la presión sonora, de modo que se transmita sin pérdida


importante desde aire hasta los líquidos intralaberínticos.

El tímpano ante el impacto de la onda sonora, su porción central durante su


movimiento adquiere una forma y un movimiento de pistón, y la zona peristáltica a
este centro tiene una movilidad que facilita el movimiento.

Dentro del intervalo de las intensidades sonoras fisiológicas, el martillo y el yunque


actúan formando una unidad, un todo que actúa como una palanca de dos brazos, el
eje de palanca pasa por el centro de gravedad.

El estribo realiza dos movimientos, uno en forma de pistón y como una bisagra.

El fenómeno denominado “transformación de la presión sonora” se lleva a cabo por la


relación de superficies existentes entre el tímpano y la platina del estribo. En efecto,
la superficie útil del tímpano es aproximadamente de 55 en tanto que la superficie de
la platina es 1,5 mm. Ello hace que se produzca una concentración de energía que se
manifiesta con un incremento de 25 – 30 dB.
Músculos del oído medio.

Ante estímulos sonoros pequeños solo actúa el musculo estapedial, y lo hace


ampliando el volumen del oído interno y disminuyendo la compresión de los líquidos
al retrotraer la platina. Este gesto produce un aumento de la sensibilidad a los sonidos
débiles.

Durante su acción, el musculo estapedial inclina hacia atrás y afuera el estribo, lo cual
resulta en una disminución de su movilidad protegiendo con ello al oído interno.
Entre sus funciones podemos ver:

• Soportan y tensan la cadena osicular y protegen al oído interno de la


sobreestimulación por ruido.
• Atenúan los sonidos enmascaradores de baja frecuencia, que pueden interferir
con la función auditiva.
• Ayudan a preservar la sensibilidad para sonidos externos de alta frecuencia.
• El músculo del martillo tiene una función tensora del tímpano, acción que
realiza gracias a la flexión en ángulo recto de su tendón en torno al proceso
concleariforme (canal del musculo) situado en la pared medial y anterior de la
caja del oído medio.
• Al contraerse, este musculo tensa la membrana timpánica y produce un
movimiento hacia delante del hueso martillo y, por tanto, también del estribo.
• El reflejo de atenuación se basa en permitir la conciliación del oído a diferentes
intensidades, pero lo más importante, la protección de la cóclea de lesiones por
ruidos muy intensos.
• El umbral reflejo se sitúa entre 30 y 90 dB por encima del umbral auditivo,
siendo en todo cado menor para el musculo estapedial que para el musculo del
martillo.
• El tiempo de latencia del reflejo parece independiente de la intensidad del
estímulo y, obviamente, será necesario un umbral mínimo para su
desencadenamiento.

III. Oído Interno.


El receptor auditivo denominado órgano de Corti es una estructura compleja formada
por dos tipos celulares importantes y funcionalmente diferente: las células receptoras,
también denominadas células ciliadas (internas y externas) porque poseen
estereocilios en su superficie, y las células de soporte que sirven de apoyo a las
receptoras y se denominan células de Deiters, ubicadas bajo las células ciliadas
externas.

En el receptor auditivo, se realiza la transducción mecanoeléctrica.


La función del oído interno puede dividirse en 3 partes:

• Macro mecánica: esta parte describe el movimiento del líquido en la membrana.


• Micromecánica: hace referencia al órgano de Corti, membrana tectoria y
células ciliadas. En este periodo ocurren desplazamiento del órgano de Corti
con respecto a la membrana tectoria.
• Transducción: es la respuesta de las células ciliadas (electro – química), luego
del movimiento de la membrana celular en forma de corrientes receptoras.
En este periodo se transforma la energía mecaniza en energía bioeléctrica.

El sistema auditivo humano percibe un amplio espectro de sonidos de frecuencia


comprendida entre 20 y 20,000 Hz, para una intensidad inferior a 130 dB. El
receptor auditivo realiza un primer análisis de la frecuencia y de la intensidad del
sonido, con una discriminación temporal de 1ms.

Las células ciliadas son transductores mecanoeléctricos muy sensibles, capaces de


transformar la energía mecánica de la onda sonora, que reciben de la membrana
basilar, en energía bioeléctrica que, a través del nervio auditivo, llega al SNC.

La fisiología del receptor auditivo es un proceso que depende de varias fases:

Primera fase: transmisión de la vibración de los huesos de o.m a líquidos laberinticos.

La membrana oval, al oscilar, transmite la vibración de la platina del estribo al interior


de la cóclea en forma de una onda de presión que alcanza a la perilinfa. Los líquidos
son incompresibles y, por tanto, dicha onda de presión se transmite pasivamente por
toda la rampa vestibular y, al llegar a la helicotrema, pasa a la rampa timpánica.

Segunda fase: desplazamiento de la membrana basilar.

La onda de presión se desplaza por la membrana basilar como una onda viajera o
propagada hasta que encuentra la zona de resonancia para la frecuencia
correspondiente; es decir, hasta que alcanza la zona de la basilar en la que sus
propias características físicas son las necesarias para que la membrana realice el
máximo desplazamiento. Cuando se alcanza el punto de máxima excursión de la
membrana basilar, se produce un consumo rápido de la energía cinética de la onda,
lo que conlleva el final de la oscilación de la membrana basilar. De esta forma, la
membrana basilar se comporta como un verdadero sistema analizador y discriminador
del sonido, que constituye el primer filtro acústico.

Tercera fase: mecanismos activos en la fisiología del receptor auditivo.

Cuando la membrana basilar se desplaza hacia el receptor auditivo, lo empuja hacia


la membrana tectoria.
La deflexión de los estereocilios permite la apertura de canales iónicos localizados en
la región más apical de los estereocilios mas cortos, que son arrastrados en el
movimiento por los más largos. La apertura de estos canales permite la entrada, en
las células ciliadas, sobre todo de K+ al citoplasma provoca la despolarización de las
células ciliadas y la transducción mecanoeléctrica.

La actividad contráctil de las células ciliadas externas está en relación directa con la
intensidad del estímulo recibido, de esta forma que cuando el estímulo es débil o
moderado (por debajo de 60 db) la activación de estas células se traduce en
contracciones muy rápidas, vinculadas a la prestina, que incrementan la intensidad
del movimiento de la basilar hasta alcanzar el umbral de estímulo de las células
ciliadas internas. Este tipo de oscilaciones son las que generan vibraciones
retrogradas de la cadena de huesecillos del oído medio y del tímpano, y que pueden
ser recogidas en el conducto auditivo externo en forma de otoemisiones provocadas.
Sin embargo, en los sonidos de alta intensidad (por encima de los 90 a 100 dB) la
contractilidad de las ciliadas externas tiende a ser de baja frecuencia, reduciendo la
amplitud de movimientos de la membrana basilar y evitando la posible lesión de las
células ciliadas internas.

Cuarta fase: activación de las células ciliadas internas. Remisión del mensaje auditivo
al sistema nervioso central.

Las células ciliadas internas son las verdaderas células sensoriales dl receptor
auditivo.
El neurotransmisor liberado despolariza, a su vez, a las fibras aferentes primarias e
inicia un mensaje neural que, a través del nervio auditivo, llega a los núcleos
cocleares, desde donde es remitido a la corteza cerebral auditiva. El umbral de
activación de las células ciliadas internas se sitúa en unos 60 dB, por lo cual, cuando
las células ciliadas externas están ausentes o dañadas, las ciliadas internas solo se
activan con sonidos superiores a 60 dB.

Quinta fase: arco reflejo neural de retrocontrol de la actividad del receptor auditivo.

Desde los núcleos cocleares se inicia la vía auditiva que, en primer lugar, da
proyecciones colaterales para el complejo olivar superior ubicado en la protuberancia
anular.
Cuando las proyecciones se originan en la oliva superior lateral alcanzan la base de
las células ciliadas internas, donde establecen sinapsis con las fibras aferentes de tipo
I, sobre las que producen efectos moduladores y de protección mediante la liberación
de un buen número de sustancias neuroactivas, como: dopamina, acetilcolina,
endocefalinas, dinorfinas, etc.
III. PATOLOGÍAS.
I. Oído Externo.
Malformaciones congénitas

Son malformaciones provocadas por una anomalía genética, o adquiridas por el feto
en su desarrollo intrauterino de causa toxica, infecciosa o traumática.
Etiología: debido a alteraciones en el cierre de la primera hendidura branquial y en la
unión del primer y segundo arco, de los que deriva el pabellón.

Dentro de las más comunes podemos mencionar:

• Oreja en Asa.
• Fístulas periauriculares.
• Apéndices auriculares.

Oreja en Asa.
• El ángulo de la implantación del pabellón auditivo (25° – 40°) está aumentado,
siendo igual o superior a 90°.
• Habitualmente es bilateral, y el único problema es cosmético, no presenta
pérdida auditiva.
• Los portadores de orejas en asa pueden presentar diversos problemas:
inseguridad y baja autoestima, trastornos en la relación con sus pares,
menoscabo de sus capacidades de sociabilidad, bullying, entre otros.

Fistulas periauriculares.
• Son debidas a un defecto en la coalescencia de los mamelones de Hiss.
• Su trayecto es variable pudiendo comunicarse con el CAE.
• Suele ser asintomática, aunque también puede complicarse por abscesos e
infección sobreagregada.
Apéndice periauricular.
• Protuberancia de piel ubicada a lo largo del borde anterior de la oreja, frente al
trago.
• Comúnmente produce descarga de materia mal oliente.

Malformaciones congénitas moderadas a severas.

Microtia.
• Término usado para indicar hipoplasia de la pina con un meato pequeño o
ausente.
• Condición acompañada de malformaciones severas.
• Generalmente es bilateral con deformación diferente en cada oído.
• Puede ser unilateral (un lado sólo) o bilateral (afectando ambos lados). Ocurre
en uno de cada 8.000-10.000 nacimientos. En la microtia unilateral, la oreja
derecha es más frecuentemente la afectada. Hay cuatro grados de microtia:

a. Grado I: una oreja ligeramente pequeña con estructuras identificables y un


canal auditivo externo pequeño pero presente.
b. Grado II: una ausencia parcial o hemioreja con bloqueo o estenosis del canal
auditivo externo que produce una pérdida conductiva de la audición
c. Grado III: ausencia del oído externo con una pequeña estructura vestigial
(parecida a un cacahuate) y una ausencia del canal auditivo externo y del
tímpano.
d. Grado IV: ausencia de la oreja o anotia total.
Atresia parcial del meato.
• La ausencia o el desarrollo anormal del pabellón es frecuentemente asociado
con anomalías del canal auditivo externo y del oído medio.
• No hay anormalidad del oído interno.

Atresia total del meato.


• No hay apertura del meato hacia el exterior.

Agenesia del conducto auditivo externo (CAE).


• Asociado a una malformación mayor del pabellón (en muy pocos casos existen
anotias con perforación normal del CAE).
• El CAE puede estar ocupado por tejido fibroso u óseo y se asocia casi siempre
con alteraciones en la caja timpánica.
• Puede ser uni o bilateral.
• Al momento de nacer pueden ser evaluados con PEAT, además de ser
explorados con TAC.
• En las agenesias bilaterales se prescriben de forma inicial audífonos de
conducción ósea, que permiten alcanzar umbrales auditivos cercanos a lo
normal.

Patología Inflamatoria.

Otitis externa.
• Es una inflamación de las estructuras por una infección bacteriana en la piel
del CAE.
• Según la evolución se pueden clasificar en agudas, subagudas y crónicas.
• Los síntomas incluyen dolor, secreción, y la pérdida de la audición si el
conducto auditivo se ha edematizado; la manipulación del pabellón auricular
causa dolor.
• El diagnóstico se basa en la inspección.
• El tratamiento se realiza con desbridamiento y fármacos tópicos, que incluyen
antibióticos, corticoides y ácido acético o una combinación de ellos.

Otitis externa circunscrita.


• Infección de un folículo piloso, por lo tanto, ocurre en la porción cartilaginosa
del CAE.
• Otalgia intensa que aumenta al presionar el trago o separar el pabellón. Por
otoscopia se ve una infección localizada que a veces evoluciona a absceso.
• La piel circundante se inflama y posteriormente se necrosa, abscesificándose
todo el componente del folículo.

Otitis externa difusa.


• Es una dermopatía infecciosa que se desarrolla en la piel del CAE.
• Curso son hipoacusia debida a la estenosis del CAE y a la otorrea.
• La membrana timpánica puede estar indemne o levemente edematosa.
• OE difusos señalan como agente causal a Pseudomona aeruginosa (20% a
60%) y Staphylococcus aureus (10% a 70%).
Otitis externa Necrotizante.
• Suele aparecer en personas con un sistema inmunitario debilitado y en
personas de edad avanzada con diabetes.
• La infección del oído externo, por lo general causada por la
bacteria Pseudomonas.
• Se extiende al hueso temporal.
• Causa una infección grave que puede ser mortal.

Otomicosis.
• Algunos autores han cuestionado su existencia como entidad nosológica
considerándola una manifestación de alguna enfermedad dermatológica.
• En el CAE se encuentran hongos que son los causantes de este tipo de otitis.
• El tratamiento se realiza con una aspiración de la piel del CAE.

Herpes.
• Producido por el virus Herpes Simplex.
• Presencia de vesículas.
Patología traumática.

Otohematoma.
• Es una colección de sangre que aparece en el pabellón auditivo (oreja)
normalmente entre el cartílago y la piel de la parte anterior, lo cual deforma el
pabellón que adquiere el aspecto de un “globo”.
• Habitualmente es una lesión bastante inocua, pero debe tratarse con prontitud
ya que, además de infectarse, puede provocar alteraciones estéticas
permanentes en el pabellón auditivo.
Suele deberse a un traumatismo cerrado del pabellón (tirones, golpes de
refilón).
• Es una lesión típica de deportistas de contacto (lucha grecorromana, rugbi, etc.)
aunque también es bastante frecuente en pacientes con síndrome de Down.
• El pabellón se pone rojo o morado e inflado como si fuera un globo.
• Asintomático si no se complica.
• Los síntomas, tras el dolor inicial por el traumatismo, suelen ser molestias, picor
y sensación de calor y peso.

Cuerpos extraños del CAE.


• Es considerado un cuerpo extraño cualquier elemento ajeno al Conducto.
• Obstruyen el CAE sin tener sintomatología, pero puede provocar hipoacusia.
• Pueden producir infecciones.
Tapón de cerumen.
• La acumulación de cerumen puede producir una hipoacusia que puede ser
mayor si la obstrucción es total.
• El paciente presenta una sensación de oído tapado.

II. Oído Medio.


Disfunción de trompa de Eustaquio.
Las disfunciones mecánicas intrínsecas pueden ser causadas por: estados
inflamatorios, alergias, infecciones o estenosis congénita de trompa.
Las disfunciones extrínsecas pueden ser causadas por tumores de la rinofaringe,
adenoides, hiperplásicas, o disfunción velopalatina.

La obstrucción tendrá las siguientes consecuencias:

• Disminución de forma progresiva de la presión de oído medio.


• Si la presión es negativa se mantiene el tiempo suficiente aparecerá una
colección serosa y más tarde serumucosa.
• Hipoacusia de conducción.

Otitis media aguda.


Es una inflamación persistente de la mucosa que recubre el oído medio, se produce
una exudación líquida que queda atrapada, por el cierre de la trompa de Eustaquio, y
por ello se produce dolor y alteración de la audición.

• Presencia de líquido acumulado en el oído medio.


• Esta afectación es en ambos oídos.
• Es generalmente leve a moderada.

Las causas más frecuentes son:

•Infecciones repetidas del oído


•Obstrucción infecciosa de la trompa de Eustaquio.
•Obstrucción mecánica de la trompa de Eustaquio (Vegetaciones).
•Obstrucción alérgica de la trompa de Eustaquio.

Se produce disminución de la audición, con o sin dolor, secreción serosa en el exterior


del oído.
El tímpano se puede ver congestivo con dilatación de los vasos alrededor del martillo.

Otitis media seromucosa.


• Pasa desapercibida muchas veces porque no produce dolor en la gran mayoría
de los casos y sólo se nota porque el paciente oye la radio o la televisión a alto
volumen, o porque su rendimiento escolar es bajo.
• Cuando se presenta en los adultos, suelen quejarse de sensación de oído
tapado.
• Es una enfermedad que se presenta frecuentemente en niños.
• Es bilateral casi en el 80% de los casos.
• La disfunción de la trompa de Eustaquio explica la existencia de líquido en el
OM.
• Hipoacusia moderada.
• El grado de perdida se relaciona con el volumen de líquido.
• La pérdida auditiva va desde los 30 a 50 dB.
• El tímpano se puede ver afectado tanto el transparencia, textura y color.
• Se realiza audiometría e impedanciometría.

Otitis media crónica.


• Es posible ver en la otitis media crónica, una perforación timpánica y periodos
de otorrea, estos varían en intensidad y frecuencia.
• Comienza en edades muy tempranas.
• La secreción es viscosa y densa.
• Otorrea intermitente seropurulenta.
• Hipoacusia de conducción.

Otosclerosis.
• Es una enfermedad metabólica ósea primaria de la cápsula ótica y la cadena
osicular que causa fijación de los huesecillos con la resultante hipoacusia.
• Es un crecimiento óseo anormal en el oído medio que causa la pérdida de la
audición.
• Pérdida de la audición lenta y que sigue empeorando. · la audición puede ser
mejor en ambientes ruidosos que en lugares silenciosos
• ·Zumbido en los oídos (tinnitus).
• Normalmente bilateral.
• En el primer estadio desaparece el tejido normal, que es reemplazado por tejido
esponjoso muy vascularizado.
• La presencia de acufenos es muy frecuente, pero el grado de molestia es muy
variable.
• Otoscopia: el CAE y el tímpano están absolutamente normales.
• Hipoacusia de transmisión hasta evolucionar a una hipoacusia Mixta.
En impedanciometría: el timpanograma esta alterado en fases y el reflejo
estapedial esta alterad desde el comienzo.
III. Oído Interno.
Trauma agudo.
• Se produce por una exposición a sonidos complejos que por su falta de armonía
o de alta intensidad resultan desagradables y molestos de inmediato. Ejemplo:

a) tonos puros (sirena);


b) frecuencias de banda amplia (la “estática” en la radio);
c) impactos (Un martillo que golpea una lámina de metal)
d) impulsos (liberación explosiva de gases como un disparo)

• Hipoacusia neurosensorial, tinnitus y vértigo.


• El ruido de impulso origina deterioro del sistema vestibular
• Disminución de la capacidad de atención y concentración.
• Sensación en el oído
• Puede ser uni o bilateral y si es de gran intensidad podría causar la ruptura de
la membrana timpánica.
• Casi siempre es bilateral simétrica.
• Presenta reclutamiento y tinnitus positivo.
• En audiometría se puede evidenciar una muesca en los 4000 Hz hasta
anacusia. Presentando una caída a nivel de los 3000 – 4000 y 6000 Hz.
• La lesión principal es a los 8-10 mm de la cóclea.
• No existe tratamiento, solo la prevención.

Hipoacusia súbita.
• Se caracteriza por la aparición busca de tinnitus y disminución de la audición
de grado variable, a veces llegando a una cofosis.
• Manifestaciones alérgicas; Cambios en el ambiente físico como la presión
atmosférica y la temperatura; Al alcohol; El estado; emocional del paciente, la
fatiga; Cirugía o anestesia general.
• Generalmente unilateral.
• La etiología puede ser viral, vascular, autoinmune, o bien corresponder a
fistulas perilinfáticas en asociación a esfuerzo físico.

Sus síntomas son:

a) Pérdida auditiva neurosensorial.


b) Sensación de plenitud en el oído.
c) Acufenos.
d) Dolor.

Laberintitis.
• Reacción del laberinto frente a una noxa.
• La laberintitis generalmente es causada por un virus y a veces por bacterias.
Tener un resfriado o gripe puede desencadenar esta afección. Con menos
frecuencia, una infección del oído puede conducir a la laberintitis. Otras causas
incluyen alergias o ciertos medicamentos que son malos para el oído interno.
• Clasificada de diferentes formas:

Laberintitis aguda toxica.


• Irritación del laberinto producida por una infección meníngea u ótica.
• Se manifiesta como vértigo e hipoacusia de magnitud variable.

Laberintitis aguda supurada.

• Hipoacusia sensorioneural progresiva en semanas o meses.


• Inflamación en la cóclea.
• Enfermedad primaria del oído interno o puede ser parte de otra enfermedad.
• Se produce un daño en el órgano espiral.
• Hipoacusia sensorioneural profunda.

Ototoxicidad.

• Lesiones cocleares y vestibulares provocadas por administración de fármacos.


• Las lesiones pueden ser irreversibles o reversibles.
• Factores del grado de intoxicación:

a) Idiosincrasia personal.
b) Edad.
c) Droga utilizada.
d) Dosis.
e) Tiempo de uso.
f) Vía de administración.
g) Función renal.
h) Efecto de potenciación.

• Hipoacusia sensorioneural bilateral y simétrica.


• Caída en frecuencias agudas.
• Reclutamiento positivo.
• Tinnitus.
• Oído medio normal.

Enfermedad de Meniere.
“Enfermedad del laberinto membranoso, caracterizada por hipoacusia, vértigos y
generalmente tinnitus, que tiene correlación patológica con una distensión hidrópica
del sistema endolinfático”.

• Hipoacusia, tinnitus y vértigo.


• Hipoacusia Sensorioneural unilateral.
• Fluctuante y progresiva.
• Caída en frecuencias graves.
• Reclutamiento positivo.
• Tinnitus.
• Oído medio normal.
Presbiacusia.
• Producida por los cambios degenerativos. A partir de los 50 años.
• Excluye cualquier otra causa de sordera.
• Hipoacusia sensorioneural bilateral y simétrica.
• Caída en frecuencias agudas.
• Reclutamiento positivo.
• Tinnitus ocasional.
• Oído medio normal.

Es una alteración de las células ciliadas de la cóclea. Se produce una disminución de


las neuronas del espiral.

Se puede diferenciar por presbiacusia sensorial, presbiacusia neural y presbiacusia


mecánica.

Neurinoma del acústico.

El neurinoma del acústico suele crecer lentamente o no lo hace en absoluto. Sin


embargo, en algunos casos, puede crecer rápidamente y aumentar de tamaño lo
suficiente como para ejercer presión en el cerebro y, por lo tanto, interferir en las
funciones vitales.

La presión que ejerce el tumor puede causar pérdida de la audición, inestabilidad y


zumbido en los oídos.

Es posible que el tumor solamente requiera controles periódicos. Cuando se necesita


tratamiento, este puede incluir radioterapia o extirpación quirúrgica.

Sus características:

• Hipoacusia sensorioneural unilateral.


• Caída exagerada en frecuencias agudas.
• Discriminación de la palabra severamente alterada y no acorde a umbrales
auditivos.
• Reclutamiento negativo.
• Fatiga auditiva patológica.
• Oído medio normal.
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