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Nathalya Merino.
Resumen.
En el documento presentado se abordarán aspectos del oído en cuanto a la anatomía y
fisiología de la vía auditiva, desde el oído externo hacia el oído interno, abordando también las
patologías que cada uno puede presentar.
Introducción.
El oído es un órgano del cuerpo humano muy sensible y avanzado. La función del oído es
transmitir los sonidos al cerebro a través de sus distintas partes: el oído externo, el oído medio
y el oído interno. De esta forma podemos ver que el sistema auditivo está formado por un
conjunto de órganos que realizan una serie de funciones parciales cuyo resultado final es la
percepción del mensaje sonoro. Estas funciones son las siguientes:
1. Función de captación y transmisión del sonido: ésta es realizada por las estructuras del oído
externo y oído medio, considerando también sistema de transmisión los líquidos perilinfa,
endolinfa, cortilinfa y membranas del oído interno.
2. Función neurosensorial o de percepción: es asumida por las células ciliadas externas e
internas del órgano de Corti. En las células se produce la transformación del estímulo sonoro
en energía bioeléctrica.
3. Función de conducción de los impulsos nerviosos: la realizan fibras cocleares del VIII par que
salen a través del conducto auditivo interno a través de una criba, continúan hasta alcanzar la
corteza cerebral.
4. Función de integración del mensaje sonoro: es una función inteligente y corre a cargo de la
corteza cerebral.
Sonido
Se entiende por sonido el fenómeno físico consecuencia de un movimiento ondulatorio de la
materia, que se propaga en un medio elástico, este medio puede ser aéreo, líquido o sólido.
Por lo tanto, la tarea principal será transmitir, detectar y convertir el sonido en impulsos
eléctricos.
De esta forma la onda viajará desde el oído externo a través del conducto auditivo externo
llegando a la membrana timpánica y provocando vibración en esta. Luego se producirá una
vibración en cadena de los tres huesecillos conocidos como martillo, yunque y estribo. Las
vibraciones pasarán a través de la ventana oval al fluido de la cóclea, provocando una
estimulación de las células ciliadas y obteniendo como resultado la transformación de las
vibraciones a impulsos eléctricos que el cerebro percibe como sonido.
Cuando una de las piezas del oído en general se ve afectada, ya sea el oído externo, medio o
interno de producirá en el cuerpo una señal de advertencia manifestándolo en diversas
patologías. Estás afecciones que afectan al oído traerán como consecuencia pérdidas auditivas
con diferentes características y consecuencias donde se verá afectado el proceso de
percepción o transmisión del sonido.
Contenido
Los músculos son inervados por el nervio auricular posterior, rama del nervio facial.
La sensibilidad de la oreja y del conducto está proporcionada por los pares craneales
trigémino (tímpano, trago y hélix), facial (concha de la oreja, raíz del hélix y parte del
tímpano) y vago (conducto).
La piel de la oreja y del CAE, está finamente adherida al pericondrio, con escaso tejido
subcutáneo.
Conducto auditivo externo.
La región externa del conducto es cartilaginosa y membranosa y la parte profunda es
ósea, formada por hueso timpanal y temporal.
Existen dos músculos asociados que amortiguan y dan movimiento a los huesecillos del
oído. Estos son:
La actividad anormal del musculo tensor del tímpano se asocia a síntomas de óticos
(se asocia a la sensación de oído tapado) sin la existencia de óticos.
Cavidades mastoideas.
La caja timpánica es una cavidad de aire ubicada tras el tímpano que comunica con
las fosas nasales y que se encuentra recubierta por una mucosa. En ella se aloja la
cadena de huesecillos (compuesta por el martillo, el yunque y el estribo), la trompa de
Eustaquio y el antro mastoideo.
Se pueden diferenciar varias paredes como la pared superior, separa el oído medio
de la fosa media del cráneo; la pared inferior, se relaciona con el golfo yugular; pared
anterior, formada por la entrada de la trompa de Eustaquio; la pared posterior, formada
por una abertura ancha que conduce a las cavidades mastoideas y por último una
pared lateral constituida por la membrana timpánica.
Trompa de Eustaquio.
Conducto recubierto por mucosa que es la continuidad de las fosas nasales y puede
medir unos 4 ó 5 cm. Establece comunicación entre la parte anterior y superior de la
caja timpánica y la superior de la faringe. Normalmente se encuentra cerrada, pero se
abre cuando la persona bosteza o traga, así protege las partes del oído de los cambios
bruscos de la presión del aire.
El laberinto (óseo y membranoso) está compuesto por dos regiones bien diferenciadas
tanto anatómica como funcionalmente: el laberinto anterior o cóclea y el laberinto
posterior o vestíbulo. En el primero, también denominado cóclea o caracol, se ubica
el receptor auditivo.
La cóclea es una estructura cónica con una base amplia y un ápex. Es hueca y arrollada en
espiral en torno a un eje óseo cónico que se denomina modiolo o columela de Brechet. El
modiolo se encuentra horadado en su base, lo cual permite el paso de las fibras nerviosas del
nervio auditivo, que llegan desde el ganglio auditivo o de Corti a los núcleos cocleares del
tronco cerebral.
La cóclea está constituida por un saco membranoso envuelto por una cubierta ósea
que tiene una forma enrollada sobre sí misma, en espiral de dos vueltas y media, que
asemeja y, así se denomina, caracol. Está dividida a lo largo de toda su longitud en dos
pisos o rampas, que se desarrollan en paralelo en el interior del hueso temporal. La
rampa superior es la rampa vestibular y la inferior a la rampa timpánica. Ambas están
separadas por una membrana, la membrana basilar o lámina basilar.
Las rampas cocleares están rellenas por los denominados líquidos laberinticos o
linfas. El laberinto óseo y el membranoso se encuentran separados por las rampas
vestibular y timpánica, que contienen perilinfa, se trata de un líquido de composición
similar a los líquidos extracelulares. En el interior del laberinto membranoso, que en
la cóclea corresponde a la rampa media, se encuentra la endolinfa.
Las rampas cocleares tienen una relación funcional directa con el oído medio a través
de la pared externa del vestíbulo óseo. En efecto, esta pared presenta dos orificios
cerrados por membranas que comunican las rampas cocleares con el oído medio.
Dichos orificios son: la ventana oval y la ventana redonda.
Células receptoras.
Las células sensoriales del órgano de Corti se denominan células ciliadas porque
presentan estereocilios en su superficie apical, anclados en una condensación
proteica denominada placa cuticular.
Las células ciliadas internas son piriformes, su núcleo celular se encuentra en el centro
de la célula, y en el polo basal poseen numerosas sinapsis con fibras aferentes de las
neuronas tipo I del ganglio espiral.
Por su parte, las células ciliadas externas, cilíndricas y con su núcleo celular en
posición basal, son elementos altamente diferenciados. La característica fundamental
de las ciliadas externas es que la membrana celular de las caras laterales presenta
tres capas: la membrana celular, una red de proteínas contráctiles y un sistema de
cisternas laminares, que son muy similares a las que existen en las células
musculares.
II. FISIOLOGIA DEL OÍDO.
I. Oído Externo.
Tiene por función captar los sonidos y dirigirlos al CAE. Al ser bilaterales, permiten la
audición biaural y direccional, y en ello también interviene la cabeza, que actúa como
pantalla para uno de los oídos. Aporta en la información direccional la cabeza y la
orientación de la porción cóncava de las orejas hacia adelante y la convexa hacia
atrás, ello aporta información acerca de la situación de la fuente sonora.
De esta forma los repliegues del pabellón auricular ayudan a extraer la información
sobre las características de transmisión de las diferentes frecuencias, en relación con
el origen del sonido.
El estribo realiza dos movimientos, uno en forma de pistón y como una bisagra.
Durante su acción, el musculo estapedial inclina hacia atrás y afuera el estribo, lo cual
resulta en una disminución de su movilidad protegiendo con ello al oído interno.
Entre sus funciones podemos ver:
La onda de presión se desplaza por la membrana basilar como una onda viajera o
propagada hasta que encuentra la zona de resonancia para la frecuencia
correspondiente; es decir, hasta que alcanza la zona de la basilar en la que sus
propias características físicas son las necesarias para que la membrana realice el
máximo desplazamiento. Cuando se alcanza el punto de máxima excursión de la
membrana basilar, se produce un consumo rápido de la energía cinética de la onda,
lo que conlleva el final de la oscilación de la membrana basilar. De esta forma, la
membrana basilar se comporta como un verdadero sistema analizador y discriminador
del sonido, que constituye el primer filtro acústico.
La actividad contráctil de las células ciliadas externas está en relación directa con la
intensidad del estímulo recibido, de esta forma que cuando el estímulo es débil o
moderado (por debajo de 60 db) la activación de estas células se traduce en
contracciones muy rápidas, vinculadas a la prestina, que incrementan la intensidad
del movimiento de la basilar hasta alcanzar el umbral de estímulo de las células
ciliadas internas. Este tipo de oscilaciones son las que generan vibraciones
retrogradas de la cadena de huesecillos del oído medio y del tímpano, y que pueden
ser recogidas en el conducto auditivo externo en forma de otoemisiones provocadas.
Sin embargo, en los sonidos de alta intensidad (por encima de los 90 a 100 dB) la
contractilidad de las ciliadas externas tiende a ser de baja frecuencia, reduciendo la
amplitud de movimientos de la membrana basilar y evitando la posible lesión de las
células ciliadas internas.
Cuarta fase: activación de las células ciliadas internas. Remisión del mensaje auditivo
al sistema nervioso central.
Las células ciliadas internas son las verdaderas células sensoriales dl receptor
auditivo.
El neurotransmisor liberado despolariza, a su vez, a las fibras aferentes primarias e
inicia un mensaje neural que, a través del nervio auditivo, llega a los núcleos
cocleares, desde donde es remitido a la corteza cerebral auditiva. El umbral de
activación de las células ciliadas internas se sitúa en unos 60 dB, por lo cual, cuando
las células ciliadas externas están ausentes o dañadas, las ciliadas internas solo se
activan con sonidos superiores a 60 dB.
Quinta fase: arco reflejo neural de retrocontrol de la actividad del receptor auditivo.
Desde los núcleos cocleares se inicia la vía auditiva que, en primer lugar, da
proyecciones colaterales para el complejo olivar superior ubicado en la protuberancia
anular.
Cuando las proyecciones se originan en la oliva superior lateral alcanzan la base de
las células ciliadas internas, donde establecen sinapsis con las fibras aferentes de tipo
I, sobre las que producen efectos moduladores y de protección mediante la liberación
de un buen número de sustancias neuroactivas, como: dopamina, acetilcolina,
endocefalinas, dinorfinas, etc.
III. PATOLOGÍAS.
I. Oído Externo.
Malformaciones congénitas
Son malformaciones provocadas por una anomalía genética, o adquiridas por el feto
en su desarrollo intrauterino de causa toxica, infecciosa o traumática.
Etiología: debido a alteraciones en el cierre de la primera hendidura branquial y en la
unión del primer y segundo arco, de los que deriva el pabellón.
• Oreja en Asa.
• Fístulas periauriculares.
• Apéndices auriculares.
Oreja en Asa.
• El ángulo de la implantación del pabellón auditivo (25° – 40°) está aumentado,
siendo igual o superior a 90°.
• Habitualmente es bilateral, y el único problema es cosmético, no presenta
pérdida auditiva.
• Los portadores de orejas en asa pueden presentar diversos problemas:
inseguridad y baja autoestima, trastornos en la relación con sus pares,
menoscabo de sus capacidades de sociabilidad, bullying, entre otros.
Fistulas periauriculares.
• Son debidas a un defecto en la coalescencia de los mamelones de Hiss.
• Su trayecto es variable pudiendo comunicarse con el CAE.
• Suele ser asintomática, aunque también puede complicarse por abscesos e
infección sobreagregada.
Apéndice periauricular.
• Protuberancia de piel ubicada a lo largo del borde anterior de la oreja, frente al
trago.
• Comúnmente produce descarga de materia mal oliente.
Microtia.
• Término usado para indicar hipoplasia de la pina con un meato pequeño o
ausente.
• Condición acompañada de malformaciones severas.
• Generalmente es bilateral con deformación diferente en cada oído.
• Puede ser unilateral (un lado sólo) o bilateral (afectando ambos lados). Ocurre
en uno de cada 8.000-10.000 nacimientos. En la microtia unilateral, la oreja
derecha es más frecuentemente la afectada. Hay cuatro grados de microtia:
Patología Inflamatoria.
Otitis externa.
• Es una inflamación de las estructuras por una infección bacteriana en la piel
del CAE.
• Según la evolución se pueden clasificar en agudas, subagudas y crónicas.
• Los síntomas incluyen dolor, secreción, y la pérdida de la audición si el
conducto auditivo se ha edematizado; la manipulación del pabellón auricular
causa dolor.
• El diagnóstico se basa en la inspección.
• El tratamiento se realiza con desbridamiento y fármacos tópicos, que incluyen
antibióticos, corticoides y ácido acético o una combinación de ellos.
Otomicosis.
• Algunos autores han cuestionado su existencia como entidad nosológica
considerándola una manifestación de alguna enfermedad dermatológica.
• En el CAE se encuentran hongos que son los causantes de este tipo de otitis.
• El tratamiento se realiza con una aspiración de la piel del CAE.
Herpes.
• Producido por el virus Herpes Simplex.
• Presencia de vesículas.
Patología traumática.
Otohematoma.
• Es una colección de sangre que aparece en el pabellón auditivo (oreja)
normalmente entre el cartílago y la piel de la parte anterior, lo cual deforma el
pabellón que adquiere el aspecto de un “globo”.
• Habitualmente es una lesión bastante inocua, pero debe tratarse con prontitud
ya que, además de infectarse, puede provocar alteraciones estéticas
permanentes en el pabellón auditivo.
Suele deberse a un traumatismo cerrado del pabellón (tirones, golpes de
refilón).
• Es una lesión típica de deportistas de contacto (lucha grecorromana, rugbi, etc.)
aunque también es bastante frecuente en pacientes con síndrome de Down.
• El pabellón se pone rojo o morado e inflado como si fuera un globo.
• Asintomático si no se complica.
• Los síntomas, tras el dolor inicial por el traumatismo, suelen ser molestias, picor
y sensación de calor y peso.
Otosclerosis.
• Es una enfermedad metabólica ósea primaria de la cápsula ótica y la cadena
osicular que causa fijación de los huesecillos con la resultante hipoacusia.
• Es un crecimiento óseo anormal en el oído medio que causa la pérdida de la
audición.
• Pérdida de la audición lenta y que sigue empeorando. · la audición puede ser
mejor en ambientes ruidosos que en lugares silenciosos
• ·Zumbido en los oídos (tinnitus).
• Normalmente bilateral.
• En el primer estadio desaparece el tejido normal, que es reemplazado por tejido
esponjoso muy vascularizado.
• La presencia de acufenos es muy frecuente, pero el grado de molestia es muy
variable.
• Otoscopia: el CAE y el tímpano están absolutamente normales.
• Hipoacusia de transmisión hasta evolucionar a una hipoacusia Mixta.
En impedanciometría: el timpanograma esta alterado en fases y el reflejo
estapedial esta alterad desde el comienzo.
III. Oído Interno.
Trauma agudo.
• Se produce por una exposición a sonidos complejos que por su falta de armonía
o de alta intensidad resultan desagradables y molestos de inmediato. Ejemplo:
Hipoacusia súbita.
• Se caracteriza por la aparición busca de tinnitus y disminución de la audición
de grado variable, a veces llegando a una cofosis.
• Manifestaciones alérgicas; Cambios en el ambiente físico como la presión
atmosférica y la temperatura; Al alcohol; El estado; emocional del paciente, la
fatiga; Cirugía o anestesia general.
• Generalmente unilateral.
• La etiología puede ser viral, vascular, autoinmune, o bien corresponder a
fistulas perilinfáticas en asociación a esfuerzo físico.
Laberintitis.
• Reacción del laberinto frente a una noxa.
• La laberintitis generalmente es causada por un virus y a veces por bacterias.
Tener un resfriado o gripe puede desencadenar esta afección. Con menos
frecuencia, una infección del oído puede conducir a la laberintitis. Otras causas
incluyen alergias o ciertos medicamentos que son malos para el oído interno.
• Clasificada de diferentes formas:
Ototoxicidad.
a) Idiosincrasia personal.
b) Edad.
c) Droga utilizada.
d) Dosis.
e) Tiempo de uso.
f) Vía de administración.
g) Función renal.
h) Efecto de potenciación.
Enfermedad de Meniere.
“Enfermedad del laberinto membranoso, caracterizada por hipoacusia, vértigos y
generalmente tinnitus, que tiene correlación patológica con una distensión hidrópica
del sistema endolinfático”.
Sus características:
Alvira E.G, Arango O.C., Villegas B.J., Escallón F., “Alteración visuales y auditivos de
origen genético”, aspectos oftalmológicos, audiológicos y genéticos, 2007.
Boleas – Aguirre MS, Pérez N. Líquidos del oído interno. En: Suplemento de
Actualización en ORL “Fisiología y Fisiopatología de la Cóclea”, 2005.
Holt JJ. Posterior sinus of the middle ear. Ann Otol Rhinol Laryngol. 2007.
Terrenos G.H., Wepe V.N., León I.A., Délano R.P., Desde la corteza auditiva a la
cóclea: Progreso en el sistema eferente auditivo, 2013.