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Cómo Detectar Cuándo Sí y Cuándo No

Te Están Acosando Laboralmente


Tal vez 2015 pasase inadvertido para muchos pero, para otros, fue uno de los peores
años de su vida. Ese año se registró un aumento del 60% de denuncias por acoso
laboral, un problema del que pocos conocen su alcance. De hecho, en nuestro país al
menos uno de cada tres trabajadores en activo manifiesta haber sido víctima de maltrato
psicológico a lo largo de su vida laboral. Sin embargo, es probable que siga habiendo
casos que no salen a la luz; muchos por miedo a perder el trabajo, otros no están seguros
de que puedan hacer nada al respecto y se acostumbran a que en el trabajo es ‘normal’
que te traten mal.

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Lo que debes saber es que el acoso laboral es un delito, y si crees que lo puedes estar
sufriendo deberías tomar medidas. Pero, ¿cómo podemos estar seguros de que
sufrimos acoso laboral? ¿Qué se debe hacer cuándo nos pasa? ¿Cómo podemos
protegernos?Hemos investigado y hablado con abogados especializados en derecho
laboral para arrojar un poco de luz a la situación de aquellos que sospechen que pueden
estar viviendo este problema.

La importancia de diferenciar qué es acoso laboral y qué no

El primer paso es saber identificar cuándo nos sentimos mal porque no nos gusta
nuestro trabajo, o porque nos cae mal el jefe y los compañeros, de cuándo nos están
acosando laboralmente. El abogado laboralista Jorge Danés Rubio nos explica que los
primeros síntomas de que existe acoso son psicológicos. “El trabajador empieza a
sentirse mal en el trabajo, hasta el punto de no querer acudir, empieza a tener síntomas
de ansiedad, estrés o incluso depresión”, afirma.

Si te sientes así por el simple hecho de tener que ir a trabajar, debes empezar a analizar
las situaciones concretas que vives a diario para saber si pueden considerarse acoso
laboral. Un estudio llevado a cabo por el Doctor en Psicología y experto en acoso
laboral, Iñaki Piñuel, y la profesora Araceli Oñate Cantero, sobre la incidencia en
España del mobbing —término acuñado por el sueco Heinz Leymann por el que suele
conocerse el acoso laboral— nos da las claves para entender este problema y ayudarte
a identificar qué es acoso laboral y qué no lo es.

No es acoso laboral

El mobbing no debe confundirse con situaciones comunes y frecuentes que se viven en


un lugar de trabajo, como por ejemplo:

 Tener un mal día en la oficina


 Tener un jefe o un compañero un poco “quisquilloso”
 Tener una “bronca” o conflicto puntual con algún compañero o jefe; es importante
identificar si son puntuales y que no sean broncas en las que se falta al respeto o
insulta
 Tener una temporada de mucho trabajo
 Estar estresado
 Trabajar en un ambiente enrarecido o conflictivo

Sí es acoso laboral

Hablamos de mobbing cuando se identifican comportamientos por parte de un jefe o


compañero de persecución continuada y persistente.

Los acosadores usan una serie de técnicas para conseguir lo que quieren, y se pueden
identificar claramente una serie de comportamientos frecuentes que se consideran
acoso laboral:

 Dejar a la persona sin nada que hacer o asignarle trabajos sin valor para acusarla
después de falta de rendimiento o pereza
 También es común agobiar y sobrecargar de trabajo a una persona de manera
sistemática o reducir los plazos de entrega para forzarla al fracaso de los objetivos que
se le han marcado
 Amplificar y dramatizar de manera injustificada errores pequeños o intrascendentes
 Controlar aspectos de su trabajo de forma malintencionada para intentar “cazar” a la
persona
 Destruir la confianza del trabajador criticando sistemáticamente y de manera
destructiva su trabajo o menospreciando lo que hace
 Deteriorar deliberadamente el rendimiento laboral de una persona o inducirla a
cometer errores, por ejemplo, modificando el trabajo a realizar o sus
responsabilidades sin decirle nada
 Destruir la reputación personal o profesional de una persona mediante calumnias o
envenenar a sus compañeros de trabajo en su contra para aislarse
 Aislar al trabajador, o hacerle “invisible” y reducir sus posibilidades de expresarse o
comunicarse con jefes y el resto de compañeros
 Interrumpir continuamente impidiendo expresarse y avasallando a la persona
 Maltratar verbalmente mediante amenazas, insultos o gritos
 Atacar las convicciones de la víctima o su vida privada

Según el propio Leymann, padre del mobbing, “hay mobbing cuando una o varias de
las actitudes hostiles se repiten al menos una vez a la semana durante al menos 6
meses”. Así lo determinó en sus estudios estadísticos y puedes tomarlo como punto de
partida para identificar si estás sufriendo acoso.

Además, también se han identificado una serie de síntomas psicológicos que suelen
manifestarse en víctimas de acoso laboral:

 Dolores de espalda, musculares y articulares: suelen estar relacionados con la tensión


y el estrés que se sufre
 Irritabilidad.
 Bajo estado de ánimo y depresión
 Dolores de cabeza
 Dificultad para dormirse, sueño ligero, interrumpido y despertar temprano
 Dificultades de concentración
 Apatía y falta de iniciativa
 Sentimiento de inseguridad
 Llanto, ganas de llorar
 Agresividad
 Problemas de memoria
 Falta de apetito
 Dolores de estómago
 Hipotensión
 Temblores

Si crees que puedes estar sufriendo acoso laboral o sabes de alguien que pueda estar
pasando por ello, vamos a ver las opciones que tenemos para enfrentarnos a esta
situación y terminar con ella.

¿Qué puedo hacer si sufro acoso laboral?

Pide ayuda legal y haz valer tus derechos: el mobbing es un delito tipificado en el
Código Penal. También se recoge en el Estatuto de los Trabajadores y en la Ley de
Prevención de Riesgos Laborales. Las personas que sufren mobbing pueden presentar
una denuncia y no es necesario tener grandes recursos para luchar contra este problema.
Un afectado puede dirigirse a la Inspección de Trabajo y poner una denuncia o acudir a
un abogado de oficio para demandar.

Lo más importante: conseguir pruebas

Sin embargo, el mayor problema reside no tanto en la protección legal, sino en aportar
pruebas que demuestren que se está sufriendo acoso laboral. “Las pruebas son la
clave”, asegura el abogado laboralista, Jorge Danés Rubio. Según su experiencia lo más
difícil en un juicio por acoso laboral es demostrar que se está sufriendo: “es mejor
que las pruebas no dependan de testigos que luego no quieren testificar ya que suelen
tener miedo a que la empresa tome represalias contra ellos”.

Jorge se lamenta de que existan bastantes casos en los que el trabajador no consigue
demostrar ante la ley el hostigamiento recibido; ya sea porque no hay testigos
dispuestos a testificar, o porque el acosador es listo y actúa sin posibilidad de que le
graben o no deja nunca nada por escrito. Por otra parte, según Jorge, “también hay casos
en los que la interpretación del mobbing suele ser bastante restrictiva y muchas
situaciones no son legalmente consideradas como acoso, por lo que el trabajador se
siente hostigado aunque legalmente no se considere que esté siendo víctima de acoso
laboral”.

Entonces la pregunta sería, ¿qué es lo mejor que podemos hacer para ganar la
batalla al acosador? En primer lugar, en cuanto hayas identificado que estás sufriendo
acoso, empieza a recopilar tantas pruebas como puedas:

 Grabaciones de las conversaciones con el acosador o un posible testigo: puedes


grabar las conversaciones con tu móvil legalmente aunque la persona con la que
hablas no sepa que lo haces, pero solo si tú estás en esa conversación; no sirven las
grabaciones de conversaciones ajenas.
 Los correos en los que se reciba el hostigamiento, donde aparezcan insultos o tratos
vejatorios, guárdalos. Asegurate de reenviar los correos a tu propia cuenta para
tenerlos en caso de que te cierren el correo del trabajo o te despidan
inesperadamente.
 También sirven los mensajes de redes sociales, Whatsapp o mensajes de texto.
 Guarda documentos en los que se demuestre que hay conductas de acoso: en los que
te encarguen tareas que no corresponden a tus obligaciones, sanciones o
incumplimientos inexistentes, etc. Si no puedes sacar esos documentos de la oficina,
hazles una foto con el móvil.
 Necesitarás informes médicos psicológicos o los partes de baja en los que se
especifique tu situación de ansiedad o depresión y los tratamientos recibidos.
 Los testigos no son una apuesta segura, pero si consigues alguno, mejor.
 Denuncia por escrito el acoso laboral que sufres a la dirección de la empresa o el
departamento de recursos humanos y guarda ese documento.

Pedir ayuda psicológica

Jorge Danés sabe que la batalla judicial por acoso laboral puede ser larga y además hay
que continuar en la empresa mientras se denuncian los hechos. Muchos afectados
terminan rindiéndose y abandonando el trabajo. Contar con el apoyo de
compañeros, amigos y familiares es esencial, pero además puede que acabemos
necesitando ayuda de un profesional para saber qué es lo que más nos conviene.

“Coger una baja por ansiedad o depresión derivada de un hostigamiento laboral no tiene
que ser visto como una debilidad, sino que puede ser parte del proceso de acabar con la
situación, y una forma de recuperar la salud”, asegura Jorge Danés. Según cómo te
sientas sabrás cuál es la mejor opción para ti; todo depende de cada caso en particular,
pero piensa siempre primero en ti mismo y no dejes que la impotencia te atrape en
esta situación. Tienes más opciones de las que tal vez piensas.

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