Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Núcleo Portuguesa Extensión Turen
Influencia de los Maestros de Simón
Bolívar en su Ideario de Libertador Autora: Rosa Querales 25.761.063 V semestre Contaduría Publica
Dentro de la historia de Venezuela, cabe preguntarse si es azar o el destino que en ciertos
momentos de la humanidad, más allá del desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones sociales que determinan su historia, confluyan personajes o hechos determinantes que formen y marquen la personalidad del líder torciendo de manera fortuita o consiente los goznes del acontecer. De esta manera la influencia que tuvo Bolívar de sus maestros en sus ideas de libertad fue trascendental donde fueron dos de sus maestros de niñez y juventud; Rodríguez y Bello y dos “ex cátedra”; Ustáriz y Miranda, quienes, afianzando la personalidad del héroe, madurando así su pensar y accionar, haciendo de él un hombre libre, capaz de desafiar al imperio más extenso de la época y transformar la historia al crear un nuevo orden geopolítico mundial. Siendo así Simón Rodríguez quien desarrolló en Bolívar la aptitud para los ejercicios corporales, que hizo de él un caminante incansable, un gran jinete, e intrépido nadador. Le enseñó por sobre todo el valor de la libertad, la importancia de la justicia y el significado de la autodeterminación. Le inculcó también el amor a su patria americana y la necesidad de rebelarse contra la opresión. Su influencia en el alma de su discípulo fue decisiva, dejando impresas en su alma, con fuego, huellas indelebles y conquistó para siempre, en contrario de todos los que le precedieron, el afecto y la simpatía del futuro Libertador. Entre todos los maestros de Bolívar, Simón Rodríguez fue quien ejerció una influencia más honda y manifiesta. «Yo he seguido el sendero que usted me señaló.» «Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso» le dice Bolívar a su maestro, ya convertido en el Libertador. Así mismo, Andrés Bello quien fue insigne poeta, filólogo, ensayista, historiador, crítico, periodista, jurista y traductor, fue el escogido para sustituir a Simón Rodríguez. El cual era dos años mayor que Bolívar, era poco más o menos que su antítesis y tal vez esto hizo que exista muy poca afinidad entre alumno y maestro. La influencia de Bello, en esa época, fue mínima y a despecho de mentalidades románticas que quieren ver unidas a las dos mentes y almas americanas más grandiosas en un proyecto común y distó mucho de ser la de su anterior maestro, pero de este periodo se deriva la curiosidad de Bolívar por algunos clásicos, que Bello y otros estudiantes de aquel, conocían a cabalidad. Sin embargo la verdadera influencia de Bello sobre Bolívar se dio seguramente años más tarde cuando Bolívar convertido ya en un Ilustrado y culto hijo de su época, por los conocimientos adquiridos en Europa, autodidactas unos, y dirigidos por el Marqués de Ustáriz y otros, pudo departir largas charlas con el genial Bello sobre literatura clásica, legislación y derecho. Cabe destacar que Marqués Jerónimo de Ustáriz y Tovar, quien con la autoridad que le daban los años y el conocimiento del mundo, afeó al joven Simón Bolívar, su escasa lectura y su deficiente instrucción, hombre de la época de la “ilustración” estaba convencido que ignorar era una afrenta a la persona y a la inteligencia. Simón se encariñó con Jerónimo de Ustáriz, a quien consideró uno de los siete sabios de Grecia. A pesar de que muy poco se lo conoce, Jerónimo de Ustáriz es el verdadero formador de la gran cultura, que sin lugar a dudas, tuvo el Libertador. El joven que ya empezaba a sentir la pasión de aprender y sobre todo de charlar, pensaba y decía: “Qué más se aprendía conversando con el Marqués que en la obra de los sabios”. Esta veneración por el anciano la tuvo Bolívar hasta el final de su vida. Ustáriz además, lo indujo al conocimiento directo de buenos autores y a conversar con él sobre aquellas lecturas; le enseñó a amar las grandes obras del espíritu humano y a discutir ideas. Años más tarde, después de su segundo viaje a Europa es entonces cuando se inicia la influencia de ese otro gran americano “el Precursor” Don Francisco de Miranda que realiza la última transformación de su personalidad e ideología y convierte al ilustrado libertino en el Libertador. La crisálida por fin se convertía en mariposa que desplegando sus alas volaría hacia el sol brillante y eterno de su gloria. La influencia de Miranda sobre Bolívar es incuestionable y decisiva para transformarlo en el “Libertador”, última fase de la evolución de su personalidad, hacia la grandeza y trascendencia hacia la inmortalidad. Para sintetizar es preciso anotar que el espíritu del héroe fue bruñido paso a paso, golpe a golpe, a sangre y fuego, con dolor y lágrimas, fracasos derrotas y desesperanzas, pero siempre cumpliendo un destino que parecía tener un libreto escrito de antemano, y del cual nunca le fue posible apartarse. Para concluir, es necesario resaltar que en todos los momentos trascendentales de sus sucesivas transformaciones, estuvo siempre la mano generosa de un maestro que lo guío hasta que completara cada fase de su personalidad, cumpliendo curiosamente aquel axioma iniciático de que “cuando el alumno está listo aparece el maestro”. Bolívar fue indudablemente un genio y un hombre superior, pero su alma tuvo que templarse en la fragua del sufrimiento y las gélidas aguas de la desesperanza, tuvo que pasar por etapas sucesivas de transformación y tuvo que renunciar a la felicidad de la vida cuotidiana de un hombre común, pero siempre y a cambio de todo esto, estuvo la mano generosa del orfebre fino, que supo dar forma a esta alma inmensa, el alma de Simón Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios… “El Libertador”