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Método:
Método:
Una minoría de los niños centra su atención en las acciones que realiza el adulto con los
juguetes en vez de en su cara. El propósito de esta fase es desplazar la atención del niño
de los juguetes hacia el adulto. La estrategia es esencialmente la misma que la de la
fase anterior, excepto en que el adulto facilita el contacto ocular colocando
estratégicamente su cara dentro del campo visual del niño. Mientras imita las acciones
del niño, su cara debe estar justo detrás de los juguetes. De esta forma, si el niño mira a
los juguetes también verá la cara del adulto. El adulto puede sonreír y mostrar alegría y
exagerar sus expresiones faciales cuando el niño mire en su dirección.
Objetivos:
1.-El niño comienza a mirar a la cara del adulto.
2.-El niño se da cuenta de que el adulto está siguiendo sus acciones.
Método:
El propósito de esta fase es ayudar al niño a aprender la naturaleza recíproca de las
interacciones. Ocasionalmente, el adulto espera unos pocos segundos antes de imitar al
niño para ver si éste espera a que le imite. Este tipo de imitación alternante crea una
sensación de toma de turnos en la que el niño toma un turno, y después el adulto toma
otro turno. A menudo el niño disfrutará con esta actividad y la realizará como un juego,
acelerando o ralentizando sus acciones para ver si el adulto las sigue.
Objetivos:
1.-El niño espera la imitación del adulto.
2.- El niño comienza a cambiar su conducta y mira a ver si el adulto cambia su conducta.
3.- El niño muestra signos de estar participando en un juego.
Método:
El propósito de esta fase es que el niño aprenda que la interacción recíproca puede tener
lugar incluso cuando el adulto no imita exactamente su conducta. En vez de realizar una
imitación exacta de las acciones del niño, el adulto hace leves modificaciones. Por
ejemplo, puede imitar las acciones del niño pero con un juguete diferente, o puede usar
el mismo juguete pero modificando ligeramente sus imitaciones. Por ejemplo, puede
alterar la rapidez de su imitación (más rápida, más lenta). También puede dirigirle
vocalizaciones ligeramente más complejas. Por ejemplo, si el niño está usando sonidos
de consonante-vocal (Ej. “ma-ma-ma”), el adulto añade un sonido para convertirlos en
palabra (ej. “mom”, “mom”, “mom” = “mamá”, “mamá”, “mamá”).
Objetivos:
1.-El niño anticipa las imitaciones del adulto incluso cuando no son exactas.
2.- El niño sigue disfrutando en las interacciones de toma de turnos.
Habilidades de Imitación.
Método:
El propósito de esta fase es facilitar que el niño imite al adulto. Algunos niños pueden
imitar si se les da las señales o la orden adecuada. Lo esencial es la espontaneidad. La
estrategia consiste en introducir un esquema y/o un sonido familiar que ya pertenezca al
repertorio conductual del niño. Cuando el niño está atendiendo y colaborando
óptimamente con el adulto, éste introduce un esquema familiar simple de acción con un
juguete. Para comenzar, esta acción es una de las que el niño haya realizado
recientemente. Puede que el adulto necesite presentarla varias veces y que la imitación
del niño esté demorada. El adulto vuelve a imitar al niño después de varios intentos de
facilitar su imitación espontánea.
Objetivos:
1.-El niño imita espontáneamente esquemas familiares simples con juguetes.
2.- El niño imita espontáneamente vocalizaciones familiares.
3.- El niño imita espontáneamente esquemas complejos con juguetes y/o vocalizaciones.
Método:
El propósito de esta fase es facilitar que el niño imite espontáneamente acciones nuevas.
La estrategia es la misma que la de la fase anterior, excepto en que se introducen
esquemas no familiares. El adulto comienza con esquemas que son ligeras
modificaciones de los esquemas familiares del niño y progresa lentamente hacia acciones
y sonidos más novedosos.
Objetivos:
1.-El niño imita espontáneamente sutiles modificaciones de esquemas familiares con
juguetes y/o vocalizaciones.
2.- El niño imita espontáneamente esquemas más novedosos con juguetes y/o
vocalizaciones.
Método:
El propósito de esta fase es facilitar la participación del niño y su comunicación en
actividades compartidas. Los objetos usados en la sesión están diseñados para requerir
la ayuda de otra persona (globos, pompas de jabón, un juguete de cuerda difícil de
accionar, un tren sobre raíles). El niño está entonces motivado para compartir el objeto
deseado con otra persona. Son útiles los objetos que de forma natural dirigen la
atención hacia la cara del adulto (Ej. pompas, globos). Además, la atención compartida
puede ocurrir en torno a una rutina social. A menudo, los niños iniciarán interacciones
ritualizadas con objetos o movimientos del cuerpo. El adulto puede facilitar el desarrollo
de estas rutinas interpretando las acciones del niño como si fueran demandas para
compartir actividades. Por ejemplo, el adulto puede colgar en la habitación una sarta de
abalorios y jugar con el niño dándole vueltas cada vez que toque los abalorios.
Objetivos:
1.-El niño se comunica espontáneamente para pedir ayuda.
2.-El niño pide al adulto que participe en una actividad compartida.
3.-El niño pide al adulto que participe en rutinas sociales compartidas.
Fase 3: Uso del contacto ocular en el contexto comunicativo.
Método:
El propósito de esta fase es enseñar al niño que sus propias señales no verbales
(principalmente el contacto ocular) son importantes en la comunicación con otras
personas. Esto se facilita si el adulto hace una pausa antes de cumplir los deseos del
niño. Con frecuencia, entonces el niño mirará espontáneamente a la cara del adulto para
incitar el comienzo de la actividad. Con los niños de más alto funcionamiento otra
estrategia consiste en fingir confusión o falta de comprensión de la petición realizada.
Por ejemplo, el adulto puede simular confusión sobre si se le pide que dibuje una “B” o
una “G” hasta que el niño se vuelva y le mire mientras hace la petición.
Objetivo:
1. El niño comienza a pedir actividades mientras mira a la cara del adulto, combinando el
contacto ocular con las peticiones.
Fase 4: Atender a las señales no verbales de los demás y dirigir la atención del otro.
Método:
El propósito de esta fase es conseguir que el niño comience a tener en cuenta las
señales no verbales más complejas del adulto durante la comunicación. Una vez que el
niño empieza a realizar consistentemente su petición mirando a la cara del adulto, éste
produce una señal no verbal exagerada (Ej. una sonrisa o un gesto de asentimiento con
la cabeza exagerados) para indicarle si va o no a realizar la actividad. De este modo, el
niño aprende que las señales no verbales de los demás son importantes para determinar
su consentimiento respecto de una petición. Ocasionalmente el adulto puede simular no
prestar atención al niño y, de esta forma, motivarle para que le dirija la atención hacia el
objeto o actividad deseada.
Objetivos:
1.-El niño comienza a atender a las señales no verbales del adulto.
2.-El niño dirige la atención del adulto hacia un objeto o actividad.
Juguetes que atraen la atención del niño hacia las acciones del adulto:
- Mover juguetes que hacen ruido y representan objetos animados (Ej. perros, abeja).
- Instrumentos musicales (Ej. tambores, panderetas, xilófono, maracas).
- Pompones.
- Juguetes mecánicos.
- Carracas.
- Juguetes que emiten pitidos.