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Por: Maribel

Olvera flores
Puedes enseñar a un estudiante una lección un día,
Pero si le enseñas a aprender creando curiosidad,
Continuará el proceso de aprendizaje durante su vida.

Clay P. Bedford.

El hombre no solo se ha mostrado deseoso de aprender, sino que con frecuencia


su curiosidad lo ha llevado a averiguar cómo aprende. Desde los tiempos antiguos,
cada sociedad civilizada ha desarrollado y aprobado ideas sobre la naturaleza del
proceso de aprendizaje.
El propósito de este trabajo es generar una conclusión acerca de las teorías del
aprendizaje analizadas durante este módulo, además de ampliar nuestro
conocimiento sobre los retos de la tecnología educativa sus interpretaciones, pero
sobre todo sus alternativas pedagógicas.
La llegada de las TIC a las escuelas implica nuevas concepciones del proceso de
enseñanza-aprendizaje. El énfasis se traslada desde la enseñanza hacia el
aprendizaje estableciéndose nuevos roles y responsabilidades para los alumnos y
profesores.
El alumno se transforma en un participante activo y constructor de su propio
aprendizaje y el profesor asume el rol de guía y facilitador de este proceso, lo cual
varía su forma de interactuar con sus alumnos, la forma de planificar y de diseñar el
ambiente de aprendizaje.
El propósito de las teorías educativas es el de comprender e identificar estos
procesos y a partir de ellos, tratar de describir métodos para que la instrucción sea
más efectiva. Es en este último aspecto en el que principalmente se basa el diseño
instruccional, que se fundamenta en identificar cuáles son los métodos que deben
ser utilizados en el diseño del proceso de instrucción, y también en determinar en
qué situaciones estos métodos deben ser usados.
De acuerdo con ([Bruner, 1984), de la combinación de estos elementos (métodos y
situaciones) se determinan los principios y las teorías del aprendizaje.
La teoría educativa es un conjunto de principios, orientaciones y recomendaciones
interconectadas y estructuradas para influir sobre la actividad educativa.
La pedagogía permite seleccionar y resignificar los aportes de las demás disciplinas
y producir y enriquecer su propio conocimiento, a partir de sus postulados y los que
a ella se le ofrecen en la relación interdisciplinaria que le es connatural. Esta
condición de la pedagoga permite al educador recurrir al ámbito de la teoría con el
fin de establecer y derivar principios para enfocar la práctica educativa y prescribir
orientaciones sobre procesos comprometidos en ellas.
Casi todas las teorías tienen un sustento filosófico-psicológico, han podido ser
adaptadas, para lograr imitar sus tendencias en el campo pedagógico, pudiendo así
trasladarlas al aula, y poniendo en práctica. (Baggini, 2008).
Según Lakatos (1978), una teoría es mejor que otra cuando reúne estas
condiciones:
Logra una disminución de contenido empírico con respecto a la teoría anterior, es
decir, predice hechos que aquella no predecía.
Explica con mismo o más éxito todo aquello que la teoría anterior explicaba.
Logra corroborar empíricamente al menos una parte de su exceso de contenido.
Según De la Mora (1979) las funciones de las teorías del aprendizaje son:
Realizar un análisis más profundo sobre algunos de los aspectos de aprendizaje
más dignos de ser investigados.
Resumir una gran cantidad de conocimientos acerca de las leyes del aprendizaje
en un espacio relativamente corto.
Explicar en forma creativa “qué” es el aprendizaje y “por qué” actúa como lo hace.
Buscan proporcionar una comprensión básica sobre el aprendizaje.
Por un lado, el modo de aprendizaje basado en la repetición y en el estímulo-
respuesta (teoría conductista) puede ser efectivo en enseñanzas de tipo mecánico
o que requieran el perfeccionamiento y la velocidad de algunas habilidades del
alumno, como es el caso de la mecanografía, de ciertas destrezas requeridas para
ser un buen músico músico instrumentalista, o incluso, para la danza o el baile.

Por otro lado, las investigaciones de la teoría cognitiva nos han aportado mucho
acerca de lo que ocurre en la mente del niño y del adulto, de las etapas evolutivas
por las que este pasa y de la importancia del contexto educativo para el aprendizaje,
entre otros aspectos
Igualmente, la teoría construccionista se basa en la necesidad de la manipulación,
la interacción y la experimentación como base de un aprendizaje significativo,
basado en la construcción de nuevos conocimientos, en base a los conocimientos
previos. En esta teoría el alumno pasa a ser el centro del aprendizaje, en contra de
las anteriores teorías en que era el docente quien realizaba todo el trabajo de
instrucción y transmisión de conocimientos. Ahora el docente se convierte en un
mero facilitador del aprendizaje y en un constructor de contextos educativos
estimulantes y favorecedores del aprendizaje.
Sin embargo, la teoría constructivista desprecia el poder de la observación y la
contemplación para el aprendizaje, lo cual es defendido por su teoría opuesta,
denominada empírica. Y es evidente que ambas tienen razón, ya que todos
sabemos que hemos aprendido mucho gracias a la observación y la contemplación,
siendo lo ideal, combinar la observación del ejemplo del maestro, con la propia
manipulación y experimentación, para un aprendizaje más completo y efectivo.
Por último, tenemos la teoría conectivista, que se basa en el hecho de que hoy en
día, gracias a la web 2.0 y la web 3.0 estamos todos conectados y podemos trabajar
y colaborar a miles de kilómetros de distancia, desde nuestros trabajos, escuelas o
incluso, desde nuestras propias casas, portátiles, móviles o pda, a través de la
multitud de recursos de comunicación, educativos y colaborativos de que
disponemos en la red y que dan lugar a proyectos altamente estimulantes e
interesantes, como por ejemplo, esta wiki que hemos creado un grupo de
estudiantes y que estamos elaborando a distancia.
Pero no deseamos quedarnos con ninguna teoría, sino con todas ellas, para poder
adaptarnos a una educación personalizada en función del tipo de aprendizaje de
cada alumno y de sus circunstancias personales, y además, deseeamos ir un poco
más allá, puesto que el futuro de la educación y del aprendizaje se basa en potenciar
la autonomía y la creatividad del estudiante. En el mundo actual en el que vivimos,
es fundamental potenciar las habilidades de cada uno y sobre todo la creatividad,
desde la más tierna infancia, con el fin de potenciar ese genio creador que todos
llevamos dentro y que se pierde si no deja de cultivarse desde la educación. Y si
esto lo unimos a la importancia de los valores humanos en la educación, lograremos
que los alumnos sean mejores personas, respetuosas y comprensivas con sus
semejantes, quienes además, luchen de forma creativa por solucionar los
problemas que existen en el mundo y que todavía no han tenido solución, como la
convivencia, la paz en el mundo, la contaminación, etc. Sin olvidarnos, que de este
modo, estaremos proporcionando las herramientas necesarias a nuestros alumnos
para que puedan llevar a cabo su propio proyecto de vida personal y a que se
acerquen un poco más a la meta de la felicidad de sentirse realizados, que todo ser
humano anhela, y que solo se puede conseguir a través de pequeñas dosis de
alegría diaria.
CAMPS, A.; RIBAS, T.: La evaluación del aprendizaje de la composición escrita en
situación escolar. Ministerio de educación.

HERNÁNDEZ REQUENA, S.: El modelo constructivista con las nuevas tecnologías:


aplicado en el proceso de aprendizaje..

WILLIAMS, M.; BURDEN, R. L.: Psicología para profesores de idiomas. Enfoque del
constructivismo social. CUP.

S. URBINA Informática y teorías del aprendizaje.

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