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Mark Beyebach . 2
2. Una cierta desvirtuación del caracter psicoterapéutico de la TCS, debido a la enorme
expansión del modelo a contextos noclínicos. No es que considere que las dos
vertientes sean incompatibles, ni que no me felicite por la tremenda utilidad que las
ideas de la TCS están demostrando en ámbitos como la intervención escolar o el trabajo
social. Simplemente me preocupa que el campo de la TCs como tal parezca invertir más
energía a extenderse a nuevos territorios que a seguir afinando sus procedimientos
clínicos en situaciones de psicoterapia propiamente dicha.
3. De la apuesta por la simplicidad al abordaje de la complejidad. Me parece detectar
una cierta evolución de la TCS en el sentido de reconocer la creciente complejidad de
los contextos sociales en los que se mueve la terapia. Este reconocimiento no lleva en
TCS a tratar de desarrollar intervenciones tan complejas como las situaciones en las que
se quiere intervenir (que es en buena medida la respuesta isomórfica que dan los
1 Conferencia pronunciada en las Jornadas DICTIA. Barcelona, junio de 2003.
2 Master en Terapia Sistémica. Facultad de Psicología. Universidad Pontificia de Salamanca.
mark.beyebach@upsa.es
modelos sistémicos tradicionales), sino a desarrollar algunas estrategias que aborden de
forma explícita la cuestión de la complejidad. Así, las técnicas para crear una mayor
intensidad en las sesiones de terapia, para hacer circular la información en sistemas
amplios, o para involucrar a los derivantes en el proceso terapéutico suponen una forma
clínica de manejar la complejidad sin renunciar a la apuesta por lo simple.
4. Del énfasis en lo conductual al trabajo con significados y emociones. No veo esta
línea de evolución como un deslizamiento de lo conductual hacia lo cognitivo, sino
desde aquí hacia lo narrativo, influída sin duda por las diversas modalidades de terapia
conversacionales y narrativas. Este influjo de las prácticas narrativas se está traduciendo
también en un interés creciente por aprovechar mejor las oportunidades que presenta el
trabajo con emociones y en general la inclusión de los aspectos afectivos en el trabajo
terapéutico, dejando mayor espacio a los aspectos emocionales, tradicionalmente
desatendidos en la TCS. Entiendo que esta apertura es coherente con los planteamientos
sistémicos, desde los que parece difícil no aceptar la interacción constante entre las tres
vertientes: la conductual, la cognitiva y la emocional.
6. De una Terapia Centrada en las Soluciones a una Terapia Centrada en los Clientes.
Otra forma de describir esta evolución es en términos de una primacía cada vez más
clara del concepto de "ajuste". En otras palabras, parecería que en la toma de decisiones
clínicas de los terapeutas centrados en soluciones pesa cada vez más la consideración de
si una pregunta, intervención o línea de trabajo se ajusta o no a la posición y
preferencias de los clientes en ese momento. De modo que si una familia está
claramente "centrada en los problemas" en un momento dado, la terapeuta tenderá a
adoptar esa misma postura y a dejar para más adelante el regreso a las estrategias
habituales centradas en soluciones. Aunque el concepto de ajuste ha sido central desde
los inicios de la TCS, me parece que los nuevos desarrollos, y especialmente algunas
aportaciones que se han hecho recientemente desde los márgenes de la TCS, lo llevan
más allá de las formulaciones originales. Una de las novedades es que se incluye la
metacomunicación explícita con los clientes respecto de sus preferencias,
estableciéndose así una negociación abierta de cuál es el enfoque o enfoques que ellos
mismos consideran más adecuado para su situación.
También creo detectar que la TCS (y las terapias familiares breves, en general) se
enfrentan al menos a dos desafíos importantes de cara al futuro:
1. La necesidad de (más) investigación. La apuesta por la investigación ha sido una
característica esencial de la TCS desde sus primero balbuceos, y de hecho ha habido en
la última década una progresión considerable en cuanto a la calidad y cantidad de
estudios empíricos disponibles en el campo de la TCS. Sin embargo, queda mucho por
avanzar. En mi opinión, los nuevos pasos deberían ir en varias direcciones
complementarias:
*La inclusión de la TCS en estudios controlados realizados sobre muestras clínicas bien
definidas, en el marco de programas rigurosos y metodológicamente sofisticados de
investigación de resultados.
* La profundización en las investigaciones de procesoresultado, que permitirán arrojar
más luz sobre los mecanismos del cambio
*La realización de algunos estudios de tipo "básico", como el estudio multicentro que
está llevando a cabo en la actualidad la EBTA con la intención de validar las Preguntas
de Escala como instrumento de medida de los avances terapéuticos.
2. El reto de la integración. En buena parte de la exposición que hasta aquí he hecho
queda patente de qué forma la evolución de la TCS ha venido determinada por la
influencia fructífera de modelos terapéuticos cercanos (narrativos, estratégicos...). Y
esto me lleva a lo que, a mi modo de ver, es el otro gran reto que se le plantea a la TCS:
cómo integrar las aportaciones técnicas y conceptuales que proceden de otros modelos,
sin desvirtuar el marco de referencia sistémico y centrado en las soluciones.