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SIMULACION DEL ACTO JURIDICO

1. DOCTRINA QUE CONSIDERA QUE EN LA SIMULACIÓN


HAY DIVERGENCIA ENTRE LA DECLARACION Y
CONTRADECLARACION:
La simulación ofrece el espectáculo de que las partes emiten una declaración una
contradeclaración dentro del mismo negocio, de suerte que ambas se neutralizan
recíprocamente. No debe creerse que existan dos negocios que se excluyen
sucesivamente. En el elemento de la declaración está contenida también la
contradeclaración -aunque se fije posteriormente por escrito- y la una se neutraliza por la
otra; de modo que el negocio en conjunto conduce a un efecto nulo, puesto que va al
resultado dinámico que se deriva de la totalidad de las declaraciones que comprende.
Según esta teoría los simulantes hacen dos declaraciones de voluntad: la declaración
interna, denominada contradeclaración destinada a permanecer secreta y la declaración
externa que aparece frente a terceros.

2. DOCTRINA QUE CONSIDERA QUE LA SIMULACION ES UN


MERO DISFRAZ DE LA VOLUNTAD DE LAS PARTES:
Esta teoría considera que por la simulación las partes adoptan un lenguaje convencional
atribuyendo a la declaración un significado atípico, pero que entre ellas tiene valor
solamente el acto real. De Castro y Bravo, mencionado por Morales nos dice que la
declaración simuladora es querida y no sólo para ocultar o engañar; se quiere crear una
apariencia y otra un determinado. El dato necesario y suficiente que identifica la
simulación es sobre todo la apariencia intencional de un negocio que por acuerdo de las
partes no se corresponde en todo o en parte de su real relación.

3. DOCTRINA QUE CONSIDERA AL ACTO SIMULADO COMO


UNA DIVERGENCIA ENTRE LA DECLARACION Y LA
CAUSA:
El negocio jurídico simulado no puede tener obtener tutela del ordenamiento por la falta
de causa y por eso es considerado nulo. El acuerdo simulatorio priva al contrato simulado
de su causa, en la medida en que manifiesta la voluntad de las partes en dar vida solo a
una apariencia. Pugliatti, mencionado por Morales nos dice: De esta manera, por faltar la
causa, el negocio o contrato ostensible estará viciado de nulidad.
La crítica que se le hace a esta teoría es que nadie crea una apariencia de acto jurídico así
porque sí, sin perseguir alguna finalidad, sino que lo hace en el propósito de obtener algún
resultado específico. Con el acto simulado, las partes crean una regulación de intereses
con la intención de que sea inoperante entre ellas, o sea utilizando de modo ficticio una
figura jurídica que tiene una específica función económica-social, persiguiendo un fin
práctico diverso. El fin negocial que aparece exteriormente, con el cual quieren dar a
entender que desean los efectos típicos de la figura jurídica que ex profesamente han
escogido, es designado como simulado y como disimulado en fin realmente perseguido.
Este fin real que queda sin expresión sensible frente a los terceros, puede consistir en que
las partes no quieren ningún resultado específico o desean esconder un resultado
diferente.

4. DOCTRINA QUE CONSIDERA A LA SIMULACION COMO


UN ACUERDO COMPLEJO ÚNICO:
Esta teoría considera que en la simulación concurren dos negocios: el uno aparente y el
otro real, en posición de antagonismo, por cuanto es una perspectiva que se coloca en
contra de la realidad de las cosas y de la unidad de la compleja determinación negocial
de los estipulantes. Entendido así la simulación es un caso de anomalía de la autonomía
de la voluntad privada, por el cual los particulares crean un acto complejo que contiene
una doble regulación de los intereses en juego: una regulación valedera para los terceros,
y otra regulación operativa solamente entre las partes. Un acuerdo unitario en el cual no
existe antinomia entre sus diversas disposiciones, las mismas que son ciertas en su
correspondiente ámbito de acción: el ámbito relativo a las relaciones entre las partes y los
terceros y el concerniente a las relaciones internas ente las partes. Autonomía de la
voluntad privada asume la función específica de crear un doble reglamento de relaciones,
uno que rige entre los estipulantes y otro respecto a los terceros, función que está
reconocida por el ordenamiento jurídico, en cuanto atribuye relevancia al acuerdo
simulatorio como tal, con prescindencia de la finalidad que los contratantes persiguen en
concreto.

5. REQUISITOS DE LA SIMULACIÓN:
Actualmente la doctrina es unánime la doctrina que considera que los requisitos de la
simulación de los actos jurídicos son dos:
a) El acuerdo simulatorio
b) El fin de engañar a terceros
Otros autores consideran que además de los requisitos señalados anteriormente también
debe de considerar a la divergencia entre la voluntad y su manifestación; en nuestro medio
Vidal Ramirez, indica que una de las características de la simulación es: la
disconformidad entre la voluntad interna y la voluntad manifestada. No compartimos está
última característica que se le considera al acto jurídico simulado, puesto que ello se
adecuaría a la naturaleza jurídica de la divergencia entre la voluntad interna y la voluntad
externa (manifestación), tal como se ha referido al tratar la naturaleza jurídica de la
simulación.
5.A. EL ACUERDO SIMULATORIO:
La simulación no puede realizarse sin la previa disposición de un medio de preexistencia
o coexistencia con el negocio simulado: se trata del acuerdo simulatorio.
El acuerdo simulatorio es aquél por el que se determina que lo declarado no es en realidad
querido, es decir, sobre lo que realmente quieren hacer en privado y lo que realmente
quieren aparentar hacer en público.
La simulación puede ser bilateral o plurilateral o unilateral. Será bilateral cuando en el
negocio sólo participan dos partes, plurilateral si existe acuerdo de varías partes; y,
unilateral en los negocios receptivos, verbigracia en una donación, en la cual existe
únicamente prestación sólo de una de las partes.
El acuerdo simulatorio denominado también contradeclaración, vincula la situación
aparente y la situación real. El acuerdo simulatorio podrá ser un acuerdo verbal o constar
en un documento. A este último se le denomina contradocumento que viene hacer el
contenido de un instrumento público o privado que puede ser modificado o dejado sin
efecto por otro documento, también público o privado, otorgado por las mismas partes
simultánea o posteriormente. Se puede afirmar por regla general, su finalidad es
garantizarse una de las partes contra el contenido ficticio o simulado del instrumento
principal. Así cuando se declara una deuda inexistente, el supuesto deudor suelo exigir,
del presunto acreedor, el reconocimiento de que la deuda es fingida, cubriéndose así de
cualquier intento de la ejecución de la deuda.
No existe acuerdo simulatorio, sino una declaración disimulada, en aquella que se
manifiesta un contenido volitivo, no invalidar total o parcialmente, sino distinto de la
declaración simulada. A veces en la práctica, declaración disimulada y acuerdo
simulatorio se hallan unidos (e incluso la declaración disimulada, muchas veces supone
implícitamente, un acuerdo simulatorio que quiete vigor a la otra parte de la declaración
simulada que contradice la disimulada); pero son separables: así, si simultáneamente se
vende una cosa por 100, pero realmente se establece ocultamente que será permutada por
otra, hay acuerdo simulatorio en cuanto se declara no vender, y hay declaración
disimulada en cuanto se declara permutar.
De igual forma no se debe confundir el acuerdo simulatorio con la reserva mental
bilateral. Cuando se actúa con reserva mental, los agentes negociales silencian parte de
su voluntad sin conocimiento de la contraparte, de suerte que ambas, recíprocamente
ocultan o engañan en algo.

5.B. EL PERJUICIO DE CAUSAR DAÑOS A TERCEROS:


Como la simulación se dirige a producir un acto jurídico aparente, el propósito de engañar
le es inherente. El engaño va dirigido a los terceros, aunque sea un engaño no reprobado
por la ley, aunque no sea un engaño reprobado por la ley. En este último término al decir
del Doctor Torres. El engaño no siempre es fraude de los terceros, porque la simulación
puede tener una finalidad lícita como lícita. Es decir, no es necesario el animus nocendi,
sino el animus decipiendi.
Fin de engaño, no implica ni intención de dañar, y ni siquiera ilicitud. Se puede querer
engañar, por ejemplo, a un pariente pedigüeño, a cuyo efecto se simula un acto que
disminuya su patrimonio; o se puede querer engañar, por jactancia, para dar la impresión
de riqueza, a cuyo efecto se simula, por ejemplo, la compra de un predio. En ambos casos,
hay simulación con fin lícito. Pero éste es ilícito, pongamos por caso, cuando se simulan
actos de enajenación para defraudar a los acreedores, o para evitar un impuesto que nos
alcanzaría si el Fisco averiguase que lo enajenado simuladamente nos sigue
perteneciendo.
Con la declaración de la simulada las partes muestran a terceras personas como real y
auténtico un acto que lo quieren como una simple apariencia o como una apariencia que
oculta la verdadera naturaleza o contenido del acto que realizan.

6. CLASES DE SIMULACION:

6.A. SIMULACION ABSOLUTA:


En la simulación absoluta, la causa es la finalidad concreta de crear una situación aparente
y, por tanto, no vinculante. Por la simulación absoluta se aparenta celebrar un negocio
jurídico, cuando en realidad no se constituye ninguno. El negocio jurídico celebrado no
producirá consecuencias jurídicas entre las partes. Nuestra jurisprudencia nacional
siguiendo a la teoría clásica de la naturaleza jurídica de la simulación considera a la
simulación absoluta cuando no hay voluntad de celebrar el acto jurídico y solo en
apariencia se celebra. Un claro ejemplo de la simulación absoluta será cuando una persona
con el fin de engañar a sus acreedores simula enajenar sus bienes a otros, a fin de impedir
que estos cobren sus créditos; pero en realidad no se transfiere nada y lo único que se
busca es aparentar la celebración de tal acto, puesto, que ni la transferencia del bien ni el
pago del precio se han concretizado.
Los simulantes quieren solamente la declaración, pero no sus efectos, esto es, se crea una
mera apariencia carente de consecuencias jurídicas entre los otorgantes, destinada a
engañar a terceros. Hay una declaración exterior vacía de sustancia para los declarantes.

6.B. SIMULACION RELATIVA:


En la simulación relativa, el fin del negocio simulado sí es el de ocular al disimulado, o a
los elementos disimulados, para que los efectos que aparezcan al exterior se crean
procedentes de un negocio que no es aquél del que realmente proceden, por ejemplo,
ocultar una donación a través de una compraventa. En la simulación relativa se realiza
aparentemente un negocio jurídico, queriendo y llevando a cabo en realidad otro distinto.
Los contratantes concluyen un negocio verdadero, que ocultan bajo una forma diversa,
de tal modo que su verdadera naturaleza permanece secreta.
En la simulación relativa existen dos negocios jurídicos:
a) Negocio simulado como aparente y fingido.
b) Negocio disimulado como oculto y real.
En la simulación relativa no se limita a crear la apariencia, como en la absoluta, sino que
produce ésta para encubrir un negocio verdadero. Para ello será necesario considerar la
unida de la declaración de voluntad de las partes de sustituir la regla aparente por una
diversa, uniendo así la declaración de voluntad de simular y la declaración de voluntad
de establecer un reglamento de intereses distinto de aquél contenido en la declaración
ostensible. La jurisprudencia nacional también se ha pronunciado en ese sentido que debe
existir dos negocios, así en la Sala de Civil Permanente en la Casación N.º 1230-96-
HUAURA, refiere que para que se configure la simulación relativa deben existir dos actos
en los que intervenga la voluntad de las partes: el acto oculto, que es el que contiene la
voluntad real y el acto aparente, que es lo que en definitiva se celebra.

6.C. SIMULACION TOTAL:


La simulación es total cuando abarca al acto jurídico en su totalidad. La simulación total
es inherente a la simulación absoluta, pues en ella tiene esta característica desde que
comprende la totalidad del acto, en todos sus aspectos.

6.D. SIMULACION PARCIAL:


La simulación relativa puede ser parcial o total. La simulación relativa total afecta la
integridad del negocio jurídico, verbigracia un anticipo de herencia es ocultado mediante
un contrato compraventa.
La simulación relativa parcial recae solamente sobre alguna de las estipulaciones del acto.
Esto sucede cuando el acto contiene unas estipulaciones que son verdaderas y otras que
son falsas. Tal como en un contrato de compraventa se simulado el precio con la finalidad
de evadir impuestos.
En la simulación parcial, el acto jurídico no será nulo, por el principio de conservación
de los actos jurídicos el acto se mantendrá sólo se anulará las estipulaciones en los cuales
se haya cometido la simulación.
De otro lado debe distinguirse la simulación con la falsedad. En la falsedad se trata de un
hecho material, por el cual se crea, se altera o se suprime algo, con lo que se forja, se
modifica o se destruye una prueba testificativa de alguna obligación. Se trata ya de un
hecho punible, que cae dentro de la esfera del Derecho Penal. No es una declaración que
no corresponde a la realidad, esto es, a lo verdaderamente querido. Mientras que en la
simulación parcial corresponde a datos inexactos y pueden estar referidos a fechas,
hechos, cantidades y, en general, declaraciones que no guardan conformidad con la
realidad.
6.E. SIMULACION LÍCITA:
Tal como se ha señalado líneas arriba la simulación en principio no es ilícita. La ilicitud
se da cuando se perjudica el derecho a terceros. Barbero considera que el fin de la
simulación puede ser lícito y que no hay nada ilícito, por ejemplo, cuando alguien
pretende conservar sus bienes para ello simula enajenarlos, a fin de evadir ciertos
requerimientos de sus familiares.
La simulación lícita denominada también legítima, inocente o incolora, está dado cuando
no se trata de perjudicar a terceros con el acto; además no deberá violar normas de orden
público, imperativas ni las buenas costumbres. Se funda en razones de honestidad.

6.F. SIMULACION ILICITA:


La simulación es ilícita, maliciosa, cuando tiene por fin perjudicar a terceros u ocultar la
transgresión de normas imperativas, el orden público o las buenas costumbres,
verbigracia un deudor simula enajenar sus bienes a fin de sustraer de la obligación de sus
acreedores.
De otro lado no se debe confundir el acto jurídico simulado ilícito con el error en la
declaración. En el primero las partes en forma concertada anteadamente pretenden
celebrar un acto a fin de que no tenga efectos entre ellos. En el segundo las partes quieren
que el acto tenga plena eficacia, es decir, no existe un acuerdo para perjudicar a los
terceros.

6.G. SIMULACION POR INTERPOSITA PERSONA:


La simulación por interpósita persona es una modalidad de la simulación relativa que
consiste en que una persona aparezca como celebrante del acto y destinatario de sus
efectos cuando en realidad es otra persona, pues el que aparece celebrando el acto es un
testaferro u hombre de paja, un sujeto interpuestos ficticiamente, ya que el acto realmente
se celebra con la otra persona, el interponerte, y sólo en apariencia se celebra con el
interpuesto o testaferro. Esta clase de simulación se configura cuando alguien finge
estipular un negocio con un determinado sujeto, cuando, en realidad, quiere concluirlo y
lo concluye con otro, que no aparece.
En la simulación por interpósita persona la interposición es ficticia porque quién celera
el negocio con el interpuesto sabe que es un testaferro y que los efectos del acto celebrado
se proyectan hacia el simulaste interponerte, porque el acuerdo simulatorio es tripartito,
ya que en él participan las dos partes simulantes y la persona interpuesta, quien
deliberadamente, de acuerdo con ambas partes, se presta para la formación del acto
jurídico simulado.
7. EFECTOS DEL ACTO JURIDICO SIMULADO:
Cuando el acto jurídico simulado es lícito puede generar plenos efectos frente a terceros,
mas no así entre las partes. La simulación que tiene como fin engañar a los terceros o es
contrario a las normas imperativas, al orden público o a las buenas costumbres es
reprobado por el derecho, por tanto, su eficacia se verá oponible, de ello nos ocuparemos
a continuación.
7.A. EFECTOS DE LA SIMULACION ABSOLUTA ENTRE LAS PARTES:
Si el acto jurídico ha sido simulado con simulación absoluta, en la que existe sólo un acto
aparente, irreal, que carece de contenido, pues la voluntad de las partes quedó contenida
únicamente en el acuerdo simulatorio convenido precisamente para no producir un acto
verdadero, el acto jurídico así simulado no produce eficacia alguna, así también se ha
pronunciado la jurisprudencia al establecer que la simulación absoluta tiene como efecto
que el acto sea inválido y no se admite su convalidación o confirmación. La simulación
relativa es un acto anulable que puede ser confirmado.
El acto simulado es un negocio ficticio querido y realizado por las partes para engañar a
terceros, pero no para que produzca efectos entre ellas. Los otorgantes quieren la
declaración, pero su contenido, por lo que no pueden exigir su cumplimiento. Es decir, el
acto simulado no produce ningún efecto entre las partes, por la razón de que no es
efectivamente sino sólo fingidamente querido. Este es el fundamento de la nulidad inter-
partes del acto jurídico que adolece de simulación absoluta. Por ello discrepamos con
Lohamman al referir que la simulación absoluta requiere necesariamente de un
pronunciamiento jurisdiccional, mediante una sentencia. Debemos tener en cuenta que el
acto nulo es desde su génesis; además, que el juzgador puede declarar de oficio de
conformidad con el artículo 220 del Código Civil, sin necesidad de interponer la acción
de nulidad.
La carencia de efectos entre las partes del acto simulado es independientemente de su
licitud o ilicitud. Un acto ficticio, desprovisto de contenido, aun cuando sea lícito, no
puede producir efectos para los otorgantes, porque tal fue su común intención al otorgarlo.
Con mayor razón si el acto simulado es ilícito, no produce los efectos entre las partes, ni
para nadie. Si la simulación es lícita sólo podrá ser invocada por las partes, los terceros
quedan desprovistos de la acción por no tener legitimidad para obrar.

7.B. EFECTOS DE LA SIMULACION RELATIVA ENTRE LAS PARTES:


Este negocio simulado tendrá efectos entre las partes, siempre que concurran los
requisitos de validez y no perjudique el derecho del tercero. Así, el negocio jurídico
disimulado (oculto y real) vincula efectivamente a las partes siempre y cuando concurran
sus requisitos de validez. Además, el negocio jurídico disimulado no debe afectar el
derecho del tercero. Aquí se tutela el interés de los terceros en hacer prevalecer la realidad
(negocio disimulado) sobre la apariencia (negocio simulado). Es irrelevante si el negocio
simulado (aparente y fingido) no reúne los requisitos de validez.
Las mencionadas reglas sobre los efectos de la simulación relativa entre las partes están
inspiradas en el principio de respeto de la voluntad negocial: en su carácter disimulado es
eficaz porque las partes lo han deseado efectivamente como un acto que surtirá efectos
que le son propios; en cambio, en su carácter simulado es ineficaz, adolece de simulación
absoluta porque los efectos le son propios a la figura usada para esconder el carácter real
del acto no son queridos por las partes.
Nuestra legislación nacional el artículo 191 del Código Civil con respecto a los efectos
de la simulación relativa nos plantea ciertas dudas, al respecto Lohamman, nos ilustra con
comentario: ¿Qué ocurre cuando el negocio oculto, aunque tenga los requisitos de ley,
vulnera una disposición legal? Así, por ejemplo, cuando el contrato disimulado sea una
compraventa y de la interpretación de este se apreciases que constituye cláusula esencial
la del precio aplazado con intereses usurarios, o la cláusula de venta también esencial,
que obligara al vendedor, en caso de resolución, a pagar una cantidad superior al precio
de venta. En este y otros casos en los que siendo válido sustancialmente (tiene todos los
elementos naturales y esenciales) y formalmente el contrato oculto, se impone la nulidad
y el negocio disimulado no tendrá efecto válido entre las partes. La segunda es con
respecto a la formalidad. Supóngase el caso de un negocio ostensible, el aparente,
plenamente formal, que oculta en sí mismo a un negocio distinto que no ha sido
instrumentado por separado. Por ejemplo, la venta por escritura en la que se declara que
el precio totalmente recibido por el vendedor escondiendo así una donación. ¿Sería nula
la donación porque la misma, como tal negocio gratuito, no ha sido adecuadamente
formalizada, aunque la voluntad de donar fluya de documentos privado y la transferencia
haya operado por escritura pública? En la duda –según el autor- ha de optarse por la
solución más favorable al mantenimiento de la voluntad oculta, siempre que no
perjudique a terceros y la formalidad que garantiza la existencia de declaración y el
contenido esencial pueda encontrarse en el negocio aparente o en el acuerdo de
disimulación (contradeclaración). Hasta aquí, las palabras del Lohamann. No es todo tan
cierta la posición del autor anteriormente mencionado imaginemos la celebración de un
contrato de compraventa realizado por un funcionario del estado con un particular, cuando
realmente lo ha donado; en estos casos la donación será nula porque no se podrá afirmar
que es válido el acto oculto.

7.C. EFECTOS DE LA SIMULACION PARCIAL ENTRE LAS PARTES:


Cuando la simulación relativa objetiva sea parcial, esto es, cuando la partes no esconden
el carácter total del negocio que realizan bajo la apariencia de otro negocio diferentes,
sino solamente ciertos aspectos mediante estipulaciones o cláusulas que hacen referencia
a datos inexactos, tienen efectos entre ellas los datos exactos, ocultados, por ser los
efectivamente queridos, siempre que sean lícitos y no afecten los derechos de terceros.
De otro lado en la simulación relativa subjetiva parcial por interpósita persona ficticia, el
testaferro no adquiere ni tramite ni derechos, sino que sirve de enlace para que el derecho
pase directamente del transmitente al efectivo titular oculto. El acuerdo simulatorio se da
entre el disponente del derecho, el testaferro y el adquirente efectivo, de modo que la
simulación de persona es siempre parcial; no es aparente todo el acto, sino solamente con
relación a uno de los sujetos. El testaferro no adquiere nada; presta una colaboración
puramente material; la relación jurídica se constituye desde el primer instante entre el
transmitente y el verdadero adquirente. El que transfiere el derecho sólo se obliga a
paramente con el interpuesto, pero en la inteligencia de obligarse hacia el tercero, frente
al cual adquiere los derechos y asume las obligaciones resultantes del acto.
7.D. EFECTOS ENTRE SIMULANTES Y TERCEROS:
Existe el principio jurídico reitéralos acta, es decir, que los actos jurídicos sólo producen
efectos en quienes lo concluyen; sin embargo, tal aseveración no es tan rígida, tratándose
de los actos jurídicos simulados. En ese sentido se entiende por terceros aquellos que no
han tenido participación en la celebración del acto jurídico, ni por sí ni mediante
representante; y, por consiguiente, no pueden gozar ni sufrir sus efectos. Ahora bien, en
el tema de los terceros en materia de simulación serán únicamente los que tengan un
derecho bien legal, bien contractual.
Los terceros pueden ser absolutos y relativos. Es tercero absoluto quien no tiene ninguna
relación jurídica con cualquiera de las partes. Es tercero relativo, son aquellos ajenos a
las partes del acto jurídico, pero que pueden ser alcanzados, positivamente o
negativamente, por sus efectos.
Las relaciones entre simulantes y terceros se basa en el principio de la punibilidad de la
simulación por los simulantes a los terceros de buena fe. La simulación, mientras no sea
descubierta, es irreverente para los terceros. Por principio, el acto simulado es válido y
eficaz frente a los terceros. Si la simulación es relativa, descubierto el acto disimulado
será válido éste.

7.E. EFECTOS ENTRE LOS SIMULANTES Y TERCEROS


ADQUIRENTES DEL TITULAR APARENTE:
El artículo 191 del Código Civil consagra la confianza de los terceros sub-adquirentes de
buena fe y a título. Los terceros de buena fe son tutelados mediante la oponibilidad de las
pretensiones procesales formuladas por las partes o por los terceros perjudicados. Se
tutela el interés de los terceros de buena fe haciendo prevalecer la apariencia (negocio
jurídico simulado) sobre la realidad cuando hayan adquirido situaciones jurídicas
subjetivas del titular aparente. Así se podrá decir que el negocio simulado es eficaz
respecto de los terceros de buena fe. Aquí se tutela la confianza basada en la apariencia y
el aparente titular es considerado como titular efectivo.
La buena fe del tercero tiene que ser objetiva. La existencia de la buena fe subjetiva es
discutible actualmente en doctrina y jurisprudencia. La buena fe subjetiva (buena fe de
creencia) es definida como la ignorancia de lesionar el derecho ajeno, o la convicción
positiva de estarse comportando jure, provocada por un error. Esta definición es
inaplicable en sistema jurídicos que consagran los principios de la confianza y de la
apariencia.
Por el principio de la seguridad jurídica, quién ha adquirido de buena fe y a título oneroso,
derechos o garantías reales sobre los bienes que fueron objeto del acto simulado, está
plenamente protegido por el beneficio de la inoponibilidad de la simulación, aun cuando
el acto simulado hay sido declarado nulo. Nuestra legislación nacional protege el derecho
del tercero en el artículo 2014 del Código Civil, esto es, que la seguridad del tráfico
sacrifique la seguridad del derecho. Este sacrificio se produce, si una persona adquiere de
otra un derecho y sucede que el derecho del otorgante es nulo, "el derecho común"
establece que será nulo también el del derecho del adquirente, porque nadie puede
transferir más de lo que tiene y nadie puede adquirir mayor o diverso derecho que aquel
que se le trasmite. Esa solución, dada por el "el derecho extra registral", es sacrificada,
sin embargo, por la "seguridad del tráfico", que expresa que, si esa nulidad no aparece del
registro, el adquirente adquiere el bien y la nulidad del título del otorgante no lo perjudica.
De lo que concluimos que la simulación no podrá ser opuesta por las partes y terceros al
tercero su adquirente que ha obrado de buena fe.

7.F. ENTRE LOS SIMULANTES Y EL ACREEDOR DEL SIMULANTE


ENAJEANTE:
Los terceros legitimados tienen legitimidad para obrar. En efecto, negocio simulado es
ineficaz respecto de aquellos terceros cuyos derechos son perjudicados. La norma
pretende evitar el daño que se quiere producir a los terceros. Cuando el negocio simulado
disminuya el activo o aumento el pasivo del deudor, los acreedores están facultados para
solicitar la ineficacia del negocio. De la misma manera, el heredero perjudicado por un
negocio simulado concluido por su causante y el cónyuge perjudicado por un negocio
simulado celebrado por el otro cónyuge, están legitimados para pedir la nulidad.

7.G. EFECTOS ENTRE LOS SIMULANTES Y LOS TERCEROS


ACREEDORES DEL TITULAR APARENTE:
El acto jurídico simulado es válido y eficaz frente a los terceros acreedores del adquirente
(titular aparente). El acreedor de buena fe del simulante adquirente tiene un interés
opuesto al del acreedor del simulante enajenante. Su interés es el de hacer prevalecer la
apariencia sobre la realidad, a fin de poder satisfacer su crédito con la ejecución forzada
del bien que aparentemente ha ingresado al patrimonio de su deudor.
Los autores de la simulación no pueden oponer ésta a los terceros acreedores del titular
aparente, pero, por el contrario, los terceros acreedores del enajenante simulado pueden
hacer valer la simulación en relación con las partes cuando ella perjudica sus derechos.

7.H. EFECTOS ENTRE ACREEDORES DE AMBAS PARTES SIMULANTES:


Al existir un conflicto entre los acreedores del simulante enajenante y acreedores del
simulante adquirente (titular aparente), según el Dr. Torres se presenta las siguientes
situaciones.
a) Si ambos acreedores en conflicto son de fecha anterior a la simulación, será
preferido el acreedor del enajenante por ser la víctima de la simulación; el acreedor
del adquirente nada pierde, pues, no contaba en el activo de su deudor con los bienes
adquiridos después en forma ficticia.
b) Si ambos acreedores son de fecha posterior a la simulación, será preferido el
acreedor del titular aparente que ya contó en el patrimonio de su deudor con los
bienes ingresados en forma simulada, mientras que el acreedor del simulante
enajenante no contaba ya con esos bienes en el patrimonio de su deudor.
c) Si los acreedores del enajenante son anteriores a la simulación y los del propietario
aparente son posteriori ores, se da preferencia a las víctimas de la simulación sobre
los acreedores del propietario aparente. Esto aun cuando hayan iniciado de buena fe
la ejecución forzada, sucumben en el conflicto con los acreedores del simulante
enajene, cuyo crédito es anterior al acto simulado.

7.I. EFECTOS ENTRE LAS PARTES EFECTIVAS Y EL TESTAFERRO:


El testaferro es una persona que no adquiere ningún derecho, por tanto, el cualquiera de
las partes puede oponer la simulación a éste.

8. DIFERENCIA DE LA SIMULACION CON OTRAS FIGURAS AFINES:

8.A. LA SIMULACION Y LA RESERVA MENTAL:


En la reserva mental ocurre cuando el sujeto no quiere los efectos del acto jurídico que
celebra. Debido a que la reserva mental es un hecho psíquico que no es conocible por la
otra parte que interviene en el acto ni por los terceros, cuyo fin corresponde casi siempre
a la voluntad de engañar, el sujeto permanece vinculado a su declaración, es decir, la
reserva mental es irrelevante para el derecho por carecer de objetiva expresión exterior.
En la simulación existe un acuerdo conjunto de las partes de celebrar el acto, pero que el
mismo no tenga efecto entre estos. En cambio, la reserva mental es una violación
unilateral, puramente interna, no manifestada, orientada a engañar a la contraparte y no
necesariamente a un tercero.
La simulación y la reserva mental son semejante porque con ambas se persigue un fin de
engaño, pero se diferencian por lo siguiente:
a) Con la simulación se persigue engañar a terceros y con la reserva mental se
trata de engañar a la otra parte que interviene en el acto y
no necesariamente a terceros.
b) La simulación requiere del acuerdo simulatorio, lo que falta en la reserva
mental.
c) La reserva puede tener lugar en cualquier acto jurídico, sea sobre derecho
no patrimoniales disponibles o no, sea bilateral, plurilateral, unilateral
receptivo o no receptivo.
En cambio, la simulación opera solamente en los actos sobre derechos
patrimoniales disponibles y sólo en los actos bilaterales, o plurilaterales, o
unilaterales receptivos; no opera en los actos unilaterales no receptivos.
d) La reserva no afecta la validez del acto, la simulación es causal de nulidad.
8.B. SIMULACION Y ACTO FIDUCIARIO:

El artículo 241 de la Ley General del Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y
Orgánica de la Superintendencia de Banca y Seguros, conceptúa el acto fiduciario bajo
los términos siguientes: El fideicomiso es una relación jurídica por la cual el
fideicomitente transfiere bienes en fideicomiso a otra persona, denominada fiduciario,
para la constitución de un patrimonio fideicomitido, sujeto al dominio fiduciario de éste
último y afecto al cumplimiento de un fin específico a favor del fideicomitente o de un
tercero denominado fideicomisario.
Del concepto del artículo se puede apreciar que un sujeto transfiere los bienes a otro pero
no en propiedad, para que posteriormente puedan ser restituidos; además, que es un hecho
real, las partes desean lo que realmente han declarado; quieren el que acto surta todos sus
efectos; mientras que la simulación se aparenta transferir en forma definitiva el derecho
de propiedad; sin embargo, los simulantes quieren el acto pero no los efectos.

8.C. SIMULACION Y REPRESENTACION INDIRECTA:


En la interpretación indirecta la interposición de la persona es real porque si bien el
interpuesto actúa en representación del interponerte, tal representación la ignora quien
celebra el acto con la interpósita persona. El representante indirecto, con arreglo a sus
facultades y cautelando los intereses del representado, actúa en nombre propio, por lo que
el tercero contratante cree contratar con él. Pro esto, hay interposición real, porque
verdaderamente se celebra el negocio con el sujeto interpuesto, aun cuando en definitiva
los efectos del negocio los transmitirá al representado que no ha otorgado una
representación directa.
En la simulación por interpósita persona la interposición es ficticia porque quien celebra
el negocio con el interpuesto sabe que es un testaferro y que los efectos del acto celebrado
se proyectan hacia el simulante interponerte, porque el acuerdo simulatorio es tripartito,
ya que en él participan las dos partes simulantes y la persona interpuesta, quien
deliberadamente, acuerdo con ambas partes, se presta para la formación del acto jurídico
simulado.

8.D. SIMULACION Y DOLO:


El dolo es el engaño que utiliza una de las partes o un tercero para inducir a otro a celebrar
un acto jurídico. En cambio, en la simulación las partes se ponen de acuerdo para llevar
a cabo un acto. La simulación puede ser lícita, en cambio el dolo siempre será ilícito.
VICIOS DE LA VOLUNTAD

Con la finalidad de que el acto jurídico tenga plena validez, debe de existir una
coherencia, racional, objetiva, en la manifestación externa de la voluntad, entre lo querido
por el agente que es el proceso interno, lo contrario acarrea vicios de la voluntad, es decir,
esta voluntad debe de ser producto de un proceso que comienza en lo subjetivo y va
dirigido hacia lo objetivo, es decir de la voluntad interna hacia la voluntad debidamente
exteriorizada en el cual si la voluntad es viciada cuando el producto del proceso es
interrumpido por una fuerza del exterior que estas son circunstancias denominadas como
vicios de la voluntad que son el error, dolo, violencia e intimidación.

1. EL ERROR:

El error es un factor perturbador inconsciente que distorsiona el proceso formativo


de la voluntad jurídica en el aspecto relativo a la voluntad interna, en cuyo caso
se configura el denominado error-vicio, o ya en lo que se refiere a la
exteriorización de la voluntad interna, en cuyo caso se configura el denominado
error en la declaración, que el Código Civil legisla claramente diferenciados en el
articulado, pero bajo el título común de Vicios de la Voluntad.
El error es la falsa representación mental de la realidad o la ignorancia de esta.
Adquiere relevancia jurídica como vicio de la voluntad solamente en las hipótesis
y en los límites determinados por la ley.
El error puede tener su origen en la voluntad interna, es decir durante el
discernimiento, en cuyo caso estamos hablando del error- vicio o error motivo.
Pero el error también puede originarse en el momento de la exteriorización de lo
discernido, dando lugar al error en la declaración, llamado también obstativo.

Error-vicio. -
Se produce espontáneamente como consecuencia de la ausencia de conocimiento,
que es la ignorancia, o de conocimiento equivocado, que es el error propiamente
dicho del errante, genera una divergencia inconsciente entre la voluntad interna y
la manifestación, y la manifestación de la voluntad no es correlativa a los efectos
queridos y que han conducido al sujeto a la celebración del acto jurídico.
CLASES DE ERROR:

1.1.EL ERROR ESENCIAL:

ART. 202.- “El error es esencial:


1.- Cuando recae sobre la propia esencia o una cualidad del objeto del acto,
que de acuerdo con la apreciación general o en relación con las circunstancias,
debe considerarse determinante de la voluntad.
2.- Cuando recae sobre las cualidades personales de la otra parte, siempre que
aquellas hayan sido determinantes de la voluntad.
3.- Cuando el error de derecho haya sido la razón única o determinante del
acto”.

El error es esencial cuando determina el querer, o sea aquel en virtud del cual
el celebrante, si no hubiese incurrido en error no habría celebrado el acto
jurídico.
El error esencial es el elemento determinante para la celebración del acto
jurídico y que tal factor puede estar, de acuerdo con el art. 202 del C.C., en la
esencia del objeto o acto, en la esencia de la persona con quien se celebra el
acto jurídico, o en la esencia del derecho que nos obliga a hacer o dejar de
hacer algo.

1.2.ERROR CONOCIBLE:

ART. 203.- “El error se considera conocible cuando, en relación al contenido,


a las circunstancias del acto o a la cantidad de las partes, una persona de
normal diligencia hubiese podido advertirlo”.

Es cuando una de las partes celebrantes tiene la posibilidad de descubrir el


error y evitar la celebración del acto.
El error además de esencial para dar lugar a la nulidad del acto jurídico debe
ser reconocible por el otro celebrante.
GALGANO FRANCESCO. - Nos dice que el error es reconocible, cuando la
otra parte desplegando una diligencia normal teniendo las circunstancias,
habría podido descubrir y evitar la celebración del acto. Por lo tanto, si el error
de una parte es esencial, y no es de tal entidad que la otra parte pudiera
percatarse del mismo la primera, permanecerá vinculada al acto jurídico.
JOSE LEON BARIANDARAN. - sostiene que el cono civilidad permite
confundir las consideraciones del problema con el dolo, según José
Barandiarán si el receptor de la declaración conoce el error y no dice, no
incurre en mala fe, sino en dolo, porque si se tiene encuentra el error es
inadecuado entre la prestación mental y la cosa, es una cuestión unipersonal.
Pero cuando la otra parte se hace intervenir, se mezclan dos conductas; la del
errante con la otra parte. Es al ser concebible el error y celebrar, no obstante,
el acto jurídico, lejos de aclarar, induce al equivocado a continuar en ese
estado, lo que significa la comisión de un dolo.
ARIAS SCHREIBE. - Quien señala recurrir a la norma antecedente que no se
trata de dolo, si no desde un punto de vista práctico brinda seguridad jurídica.
Una sociedad en la medida de lo posible debe buscar la estabilidad del acto
jurídico y es esa razón del código italiano cuando exige que el acto sea
cognoscible por la otra parte. Con tal precepto se busca limitar el área de
acción del error, de permitir que el acto jurídico en la medida de lo posible se
mantenga valido y que solo se declare nulo cuando el error ha sido cognoscible
por el otro agente.

1.3.ERROR DE CALCULO Y ERROR EN LA CANTIDAD:

ART. 204.- “El error de cálculo no da lugar a la anulación del acto sino
solamente a rectificación, salvo que consistiendo en un error sobre la cantidad
haya sido determinante de la voluntad”.

El error en la cantidad, “error in quantitati”, como acabamos de ver, lo legisla


el mismo Art. 204 del Código Civil como un error esencial siempre que "haya
sido determinante de la voluntad", lo que significa que si no lo ha sido queda
como un indiferente error de cálculo.
GALGANO, FRANCESCO. - señala diferentes casaciones para poder
diferenciar el error de cálculo del error de cantidad así cuando establecemos
claramente los datos a computar y el criterio matemático a seguir, se incurra
en un descuido material en las operaciones aritméticas correspondientes,
apreciables, y enmendables mediante la simple repetición de cálculo, y en
cambio, no es posible cuando se distingue los mismos datos numéricos que se
encuentra en la base del cálculo.
En el error de cantidad, es esta la que determina la decisión de los contratantes,
es decir, es decisiva para concretar el acto jurídico.

1.4.ERROR EN EL MOTIVO:

ART. 205.- "El error en el motivo sólo vicia el acto cuando expresamente se
manifiesta como su razón determinante y es aceptado por la otra parte".

El error en el motivo es el característico error-vicio pues puede afirmarse que


todas las modalidades se resumen en este, pues es la motivación del sujeto lo
que lo determina a la celebración del acto jurídico. Sin embargo, el Código
Civil ha querido diferenciarlo de los demás al precisar que puede ser esencial
o indiferente, según se manifieste o no como razón determinante de la
celebración del acto jurídico.

ALBADALEJO MANUEL. - El error-vicio funciona como motivo que


determina la formación de la voluntad. Pero el vicio no se configura cuando
solo se trata de razones personales, ajenas en si el acto jurídico.
1.5. IMPROCEDENCIA DE ANULABILIDAD POR ERROR RECTIFICADO:

ART. 206.- “La parte que incurre en error no puede pedir la anulación del acto
si, antes de haber sufrido un perjuicio, la otra ofreciere cumplir conforme al
contenido y a las modalidades del acto que aquella quiso coincidir”.

Este dispositivo le brinda protección al errante, toda vez que, mediante la


rectificación de la otra parte, se pueda satisfacer de lo que él deseaba al
celebrar el acto jurídico, pero por su error los términos de su celebración son
diferentes. En este caso el destinatario de la voluntad del errante se adapta a
lo que este quería, salvo de esta manera la continuación del acto.

1.6.IMPROCEDENCIA DE LA INDEMNIZACION:

ART. 207.- “La anulación del acto por error no da lugar a indemnización entre
las partes”.

En otras palabras, el acto no se anula solo porque el declarante ha caído en


error esencial, sino debido que el destinatario no percibió. De manera que el
receptor o destinatario de la declaración no puede pretender una
indemnización, tal vez la que anulación se debe en parte a él; al no haberse
percatado del error y denunciarlo.

Esa es la razón por la que el receptor no puede demandar daños y perjuicios


cuando el acto se anula.

Existe una doble situación:


1) cuando el contratante receptor tenía conocimiento del error debía hacerlo
advertido al errante. Al no haberlo hecho, podrá quejarse del perjuicio que le
acusado la nulidad de un contrato cuya conclusión debía haberlo impedido
2) si el error no es grosero y el contrato no puede ser anulado, no poder
plantearse la cuestión de la responsabilidad.

1.7.ERROR EN LA DECLARACION:

ART. 208.- “Las disposiciones de los artículos 201° a 207° también se aplican,
en cuanto sean pertinentes, al caso en el que el error en la declaración se refiera
a la naturaleza del acto, al objeto principal de la declaración o a la identidad
de la persona cuando la consideración a ella hubiese sido el motivo
determinante de la voluntad, así como al caso en que la declaración hubiese
sido transmitida inexactamente por quien estuviese encargado de hacerlo”.

El error tiene o podría tener su origen en la voluntad interna, en cuyo caso


estamos hablando del error vicio o error motivo. Pero el error también puede
originarse en el momento de la exteriorización de la voluntad (la declaración),
dando lugar al error de la declaración, razón por la cual se le denomina
obstativo u obstáculo.

Este error en la declaración se origina en la manifestación de la voluntad es


decir cuando la voluntad interna se ha afirmado sanamente, pero incurre en el
error en el momento de su exteriorización. Por eso se dice que la divergencia
se da entre la voluntad interna y la voluntad manifestada de manera que los
efectos de los actos jurídicos, si se producen, serian de acuerdo con lo
expresado mas no de acuerdo con la voluntad interna.

JOSE LEON BARANDIARAN. - nos dice que este error en la declaración es


un error que se trata de un defecto en la manifestación de la voluntad, desde
que el declarante ha manifestado querer algo que real mente no quiso.

1.8. ERROR INDIFERENTE:

ART. 209.- “El error en la declaración sobre la identidad o la denominación


de la persona, del objeto o de la naturaleza del acto, no vicia el acto jurídico,
cuando por su texto o las circunstancias se puede identificar a la persona, al
objeto o al acto designado.”

Cuando por su propio texto o por las circunstancias que lo han rodeado se
puede identificar a la persona o al objeto, no se anulará el negocio jurídico; es
decir, la ley prevé el caso en que el error se pueda corregir, sea por el propio
texto de la declaración o por la concurrencia de circunstancias que permiten
identificar a la persona u objeto en cuya identidad o nombre hubo error.
No invalida el negocio jurídico. El artículo 209° del Código Civil trata este
tipo de error. Se establece en los siguientes casos:
*Error en la declaración sobre la identidad de las personas.
*Error en la declaración sobre la denominación de las personas.
*Error sobre la denominación del objeto.
*Error sobre la denominación de la naturaleza del negocio.
EL DOLO

DEFINICION:

Factor perturbador inconsciente del proceso formativo de la voluntad jurídica, que


afecta a la función cognoscitiva del sujeto y, por tanto, a su voluntad interna. a
diferencia del error- vicio, que es espontaneo, el dolo es una inducción al error.
En suma, es dolo cualquier forma de engaño que se utiliza para determinar a una
persona a celebrar un acto jurídico.

CARACTERES DEL DOLO:

*Es intencional.

*Se emplea engañosamente para inducir a error.

*Es contrario a las reglas de la buena fe.

CLASES DE DOLO:

1. DOLO CAUSANTE:

ART. 210.- “El dolo es causa de anulación del acto jurídico cuando el engaño usado
por una de las partes haya sido tal que sin el la otra parte no hubiera celebrado el acto.
Cuando el engaño sea empleado por un tercero, el acto es anulable si fue conocido por
la parte que obtuvo beneficio de él”.

El dolo causante es el engaño utilizado para la formación de voluntad interna de un


sujeto, el cual, no haberse provocado el error, no se hubiera celebrado el acto jurídico.
Se le llama también dolo causal, determinante o principal, la doctrina lo distingue como
nexo causal entre el engaño y la declaración de la víctima, y, por lo tanto, el que se
constituye en genuino vicio de la voluntad.

El artículo 210 del nuestro código civil peruano dispone que el dolo es causa de
anulación del acto jurídico cuando el engaño usado por una de las partes haya sido tal
que sin la otra parte no hubiera celebrado el acto. Cuando el engaño sea empleado por
un tercero, el acto anulable si fue conocido por la parte que obtuvo beneficio de él.

Si el engaño o vicio ha sido determinante de la prestación del consentimiento, de tal


modo que, sin ello, la otra parte no habría contratado, el contrato es anulable y el vicio,
determinante o causante. Por eso se dice que el dolo causante es el engaño que se
emplea para lograr la formación de la voluntad interna del otro sujeto y su respectiva
manifestación.
2. DOLO INCIDENTAL:

ART. 211.- “Si el engaño no es de tal naturaleza que haya determinado la voluntad, el
acto será válido, aunque sin él se hubiese concluido en condiciones distintas; pero la
parte que actuó de mala fe responderá de la indemnización de daños y perjuicios”

Acá no da lugar a que se anule este acto jurídico, solo se indemniza.


Se incide a un error por parte del vendedor para que el acto se celebre en condiciones
distintas al que se haya pactado, es decir, el vendedor se aprovechara del proceso
subjetivo llevado al objetivo la voluntad para obtener una venta mayor al costo real de
la cosa donde su afecto será indemnizar por el autor del dolo al que padeció de los
daños y perjuicios manteniendo el acto jurídico.

El dolo incidental no es un engaño determinante de la voluntad y, por lo tanto, es el que


se constituye como causa eficiente de la celebración del acto jurídico pues con o
inmediación se hubiera de todas maneras celebrado. Este dolo es el que se utiliza para
obtener indebidas ventajas y es por eso por lo que es un dolo incidente por que el engaño
no es determinante debla manifestación de la voluntad. El autor del engaño no consigue
condiciones que le favorecen al lograr que la víctima del dolo celebre el acto en
condiciones más groseras para ella.

3. OMISION DOLOSA:

ART. 212.- “La omisión dolosa produce los mismos efectos que la acción dolosa”.

-LA ACCIÓN DOLOSA

La acción dolosa está comprendida en el artículo 212 de nuestro código civil. Se suele
denominar dolo positivo, dolo por acción, o dolo por comisión, que consiste en la
utilización de la palabra o de algún hecho para adulterar la realidad sobre lo que es
objeto del acto jurídico.

El dolo por comisión está constituido por las maquinaciones con las que engañan al
otro celebrante, que puede consistir en artimañas, mediante las cuales e induce a tomar
cierta representación falsa de la realidad.

Como se puede apreciar, están señaladas tanto la omisión dolosa como la acción dolosa.
Se considera que la omisión dolosa existe cuando esta de promedio el accionar de la
mala fe que se da, por ejemplo, en aquel silencio que tiene como intención hacer que
el co-celebrante caiga en error, al no informarle a la víctima de las circunstancias que
desconocía con el propósito de arrancarle su consentimiento para sacar provecho. A la
omisión dolosa se le suele también denominar dolo negativo o dolo por omisión que
implica una voluntad dolosa del parte del que la provoca. Por eso gran parte de los
tratadistas que hemos revisado en trabajo grupal lo caracterizan como una reticencia
que se adopta para reprimir que otro sujeto se equivoque. Lejos de efectuar la
declaración del Casio cuando la víctima ya incurrió en el error, de mala fe, se omite
efectuar la acción.

4. EL DOLO RECIPROCO O BILATERAL:

ART. 213.- “Para que el dolo sea causa de anulación del acto, no debe haber sido
empleado por las dos partes”.

Es el empleado por ambas partes. Es el engaño mutuo que se neutraliza, por lo tanto, el
negocio jurídico no es inválido.
Como sostienen Vidal Ramírez, José león Barandiarán y Lohman, el articulo 213 no
debe interpretarse solo en lo que se refiere al dolo causante si no también al dolo
incidente esto significa que el dolo reciproco también afecta a las indemnizaciones,
contempladas en el artículo 211 de nuestro código civil.
Es decir, cuando dos celebrantes se engañan mutuamente mediante un dolo incidental,
no podría demandarse el pago de una indemnización por daños y perjuicios. En este
caso también se produce una agresión a la buena fe.
VIOLENCIA FISICA E INTIMIDACION

La violencia es la coacción ejercida sobre una persona para obligarla a realizar un


negocio que no quiere. Se trata de una fuerza física o moral que infunda temor y que
obligue a la realización del negocio jurídico.
Siguiendo al esquema del derecho romano, se divide la violencia en: Violencia física
(vis absoluta) e intimidación (vis compulsiva) o violencia moral.

VIOLENCIA FISICA:

Es el ejercicio de la fuerza física para obligar a la realización del negocio, no existe


voluntad para la realización del Negocio Jurídico; entonces, éste es inexistente.
El inciso 1) del artículo 219° del Código Civil establece que el negocio jurídico es nulo
cuando falta la manifestación de voluntad del agente; consiguientemente, la violencia
física como fuerza irresistible, anulatoria de voluntad, será objeto de la acción de
nulidad del negocio jurídico y no solo de la anulabilidad.

INTIMIDACION:

Es la amenaza de un mal que, infundiendo temor en el ánimo de una persona, la conduce


a realizar un negocio jurídico que no habría realizado, de no existir la amenaza. Se trata
de un negocio realizado bajo la influencia del temor que vicia la voluntad, porque afecta
la libertad con que deben celebrarse los negocios jurídicos.
Los elementos de la intimidación señalados en el artículo 215° del Código Civil son:

La amenaza de un mal grave e inminente:


El sujeto ha de recibir la amenaza de sufrir un mal, personalmente o en sus bienes, o en
la persona y/o bienes de su cónyuge, o parientes consanguíneos hasta el cuarto grado
de consanguinidad y segundo de afinidad.
El temor debe ser racional:
Consiste en un estado de perturbación angustiosa del espíritu, que impide la serenidad
para evaluar las propias acciones. Dejará de ser fundado el temor provocado por una
amenaza absurda o irrealizable.
El temor debe ser resultado de la amenaza.
FRAUDE
1.- NOCIÓN DE FRAUDE
La palabra "fraude" viene de las locuciones latinas: “fraus”, “fraudis” que
significan falsedad, engaño, malicia, abuso de confianza que produce un daño
por lo que es indicativo de mala fe, de conducta ilícita, es decir, no tiene un
significado inequívoco, unas veces indica astucia y artificio, otras el engaño, y en
una acepción más amplia una conducta desleal; en fin, toda acción contraria a la
verdad y a la rectitud; que perjudica a la persona contra quien se comete. Una
conducta fraudulenta que persigue frustrar los fines de la ley o perjudicar los
derechos de un tercero.

2.- ORIGEN Y NATURALEZA JURÍDICA


En principio se desarrolló esta institución en la antigua ROMA, como resultado
de la evolución de la responsabilidad del deudor frente a su acreedor, pues
aparece cuando la responsabilidad deja de ser personal para tornarse en
patrimonial, es decir, desde que se sustituye la ejecución en la persona del
deudor por la ejecución en sus bienes. De este modo la responsabilidad personal
por deudas se atenuó y dio lugar a la aparición, en la etapa del Derecho
Pretoriano, de la denominada Acción Pauliana. Luego de mucho tiempo pasó
a Europa, donde es recogido por el Derecho medieval español; para luego ser
adoptado por todo el derecho europeo.
FRAUDE DEL ACTO JURÍDICO
1.- CONCEPTO

TEOFILO IDROGO señala "Por medio del fraude, el deudor realiza actos
jurídicos reales y legales disponiendo u ocultando sus bienes a título oneroso o
gratuito para burlar a la ley o perjudicar los derecho de sus acreedores". Se trata
de una acción voluntaria y con mala fe del deudor para reducir su patrimonio en
perjuicio de sus acreedores o del Estado, transgrediéndose norma imperativas,
transfiere sus bienes porque el dinero es más de ocultar que lo bienes muebles
o inmuebles, que están amenazados por futuras medidas cautelares por parte
de los acreedores.

2.- CLASIFICACIÓN

 FRAUDE A LA LEY
Por el fraude a la ley se evade la aplicación de una ley (ley defraudada)
amparándose en otra ley (ley de cobertura) que sólo de modo aparente protege
el acto realizado caso en el cual debe aplicarse la ley que se ha tratado de eludir
o si ello no es posible, anular el acto, independientemente de que con este se
haya o no causado daño.

Con el acto realizado en fraude la ley se persigue obtener un resultado similar o


igual al prohibido por una norma imperativa apoyándose en otra norma que no
es prohibitiva. El acto in fraudes Regis tiene una apariencia de legalidad que le
confiere la norma de cobertura pero en realidad carece de legalidad por haber
sido hecho con el fin de eludir una norma imperativa que lo prohíbe, por lo que
carece de idoneidad para producir un resultado similar al prohibido y por
consiguiente es nulo .

La nulidad del acto en fraude de la ley no necesita de especial justificación por


el ordenamiento jurídico. Nuestro código no contiene un artículo que lo declara
expresamente pero en todo caso está previsto en el art. V del T.P del C.C. que
la letra dice “Es nulo todo acto jurídico contrario a las leyes que interesan al
orden público o las buenas costumbres", que puede servir de apoyo textual para
declarar la nulidad de un acto jurídico realizado en fraude de la ley.

 FRAUDE A LOS ACREEDORES

El fraude a los acreedores hace referencia a los actos celebrados por el deudor
con los cuales renuncien a derechos, o disminuya su patrimonio conocido,
provocando o agravando su estado de insolvencia, en perjuicio de sus
acreedores, presentes o futuros, que se ven impedidos de obtener la satisfacción
total o parcial de sus créditos.

El estado de insolvencia consiste en un desequilibrio patrimonial en el que el


pasivo es mayor que el activo por tanto, el insolvente, no cuenta con bienes en
su patrimonio para afrontar y cumplir con sus obligaciones (deudas).

El patrimonio presente o futuro de los deudores constituye para los acreedores


una garantía patrimonial genérica o común del recupero de sus créditos; por
eso, a dicho patrimonio se le dice también "prenda general o común". Se
pueden considera tres tipos de acreedores:

 Quirográficos, aquellos cuyo crédito no está respaldado con garantías


específicas

 Privilegiados, aquel en que la ley favorece que su crédito debe ser


pagado con preferencia a otros.
 Garantizado, aquel que cuenta con garantías específicas (prenda
hipoteca).

Los actos "in fraudem creditorium" son los actos por los que los deudores
buscan la no satisfacción de sus deudas realizando actos jurídicos que tienden
a desaparecer o reducir sus bienes para mantenerlos a salvo de la ejecución
judicial, evitando con esto el cumplimiento del pago de sus créditos.

El deudor tiene un derecho de libre administración y disposición de su patrimonio


que sin embargo está limitado a razón de no provocar o agravar con sus actos
su insolvencia en perjuicio de sus acreedores; entonces la ley le da al
deudor libertad de disponer de sus bienes pero le impone que satisfaga las
expectativas con sus acreedores.

ACCIONES QUE PROTEGEN A LOS


ACREEDORES
1.-ACCIÓN SUBROGATORIA
Es la que permite al acreedor ejercer los derechos de su deudor cuando éste se
encuentra inactivo o los abandona. Art.1196 “...los acreedores pueden ejercer
todos los derechos y acciones de su deudor, con excepción de los que sean
inherentes a su persona”.

Ej., Usted es acreedor de Juan por $5.000 y no le paga, a la vez varias personas
le deben dinero a Juan pero él no hace nada por cobrarles; la ley le da derecho
a Usted a subrogarse en los derechos de Juan y de intentar en su nombre el
cobro de lo que le deban a Juan.
Se llama “subrogatoria u oblicua o indirecta”; subrogatoria porque el acreedor
subroga (reemplaza) al deudor en sus derechos; oblicua o indirecta, porque lo
que se cobre ingresará al patrimonio del deudor, lo cual indirectamente

Beneficiará a los acreedores.

 ANTECEDENTES

En el antiguo Derecho Francés se difunde la máxima “el deudor de mi deudor es


mi deudor”. En la Costumbre de Normandía (art.278) se la acepto en el caso de
que el deudor renunciara o no quisiera aceptar la sucesión que le hubiese sido
diferida puesto que autorizaba a sus acreedores para hacerse subrogar en su
lugar y derecho para aceptarla y ser pagados sobre dicha sucesión hasta la
concurrencia de sus deudas. En base a dicho antecedente, fue sancionada en el
art.116 del Código Francés, el cual, copiado por Vélez, pasó a nuestro Código
como art.1196.

 IMPORTANCIA

(Llambías) la importancia radica cuando el deudor debe recibir una suma de


dinero, el embargo de ese crédito resulta útil para el acreedor; pero cuando se
trata de créditos de objeto distinto del dinero y cuando son derechos reales, el
embargo no es suficiente y por ello la acción subrogatoria resulta útil y eficaz
dado que sustituye al deudor y actúa en su lugar.

 FUNDAMENTO

(Alterini) el fundamento esta en defender el patrimonio del deudor que es la


garantía común de los acreedores, que quedaría desvirtuado si no se
reconociera a los acreedores la facultad de actuar en sustitución del deudor, en
caso de inacción del deudor de perseguir a sus deudores. De esta manera,
reconocer a los acreedores derecho a subrogarse, significa reforzar los medios
con que cuenta para evitar el deterioro del patrimonio del deudor.

2.- LA ACCIÓN PAULIANA


 CONCEPTO
La acción pauliana o revocatoria, es un mecanismo de defensa de
los acreedores, dentro del derecho de obligaciones, mediante el cual éstos
pueden solicitar la revocación de actos realizados por el deudor en su perjuicio.
Para poder ejercer la acción pauliana, el deudor tiene que estar en estado
de insolvencia, pues de lo contrario, este puede disponer de sus bienes a su
antojo, siempre que conserve la capacidad de honrar las obligaciones que ha
contraído.
Por ejemplo, en caso que un deudor insolvente, con el objetivo de no perder sus
bienes, los vende a una tercera persona por una suma muy inferior al valor real
de ellos. Debido a esta venta, el patrimonio del deudor insolvente se reduce
considerablemente, perjudicando a los acreedores. Bajo esta situación, los
acreedores pueden ejercer la acción pauliana y pedir que el bien vendido regrese
al patrimonio del deudor

 NATURALEZA JURÍDICA

La naturaleza jurídica de la Acción Pauliana, como hemos visto, desde su


origen en el Derecho Romano generó siempre opiniones discordantes en cuanto
a su naturaleza y caracteres. Su concepción en el Derecho Moderno tampoco se
libró del debate doctrinario y la codificación civil ha asumido diversas posiciones.

Basándose en los orígenes históricos de la Acción Pauliana que la vincula


al proceso de las ejecuciones en Roma, era catalogada como una "Acción
Real", no obstante los romanistas terminaron por inclinarse a considerarla por
una "Acción personal (creditoria)".

En conclusión la Acción Pauliana es creditoria, ya que de ser real el acreedor


tendría que tener un derecho específico sobre un bien, que sería el que lo
legitima para accionar. El acreedor acciona en virtud de la relacional obligacional
que ha dado lugar a la constitución del crédito, por lo que la acción que se deriva
es de carácter creditorio.

Establecida la naturaleza creditoria de la Acción Pauliana es, necesario,


determinar su naturaleza específica, esto es su auténtico carácter.

Inicialmente la acción Pauliana fue vista como una "Acción de Nulidad"


(Código Civil de 1936, artículos 1098º al 1101º), JOSSERAND sostiene "La
acción Pauliana es una acción de Nulidad" de modelo reducido y a basa de
indemnización minimizada.

La doctrina rechaza la atribución de acción de nulidad por que la acción no


procura anular el acto solo hacerlo oponible a ciertos sujetos

Por último tiene el carácter de "Acción Declarativa de Ineficacia" o "Acción


de Oponibilidad" (Código Civil actual), pues el acto no desaparece,
simplemente no produce tales efectos. Su finalidad es declarar, simplemente, la
ineficacia del acto practicado por el deudor en la medida que este acto perjudique
los derechos del acreedor y que la ineficacia de tal acto sea el único medio como
éste puede hacerse efectivo su derecho. Así mismo con la ineficacia del acto
jurídico fraudulento, este resulta ineficaz respecto del acreedor, pero mantiene
su validez y eficacia jurídica respecto de los terceros que han contratado con el
deudor, para que puedan reclamar sus derechos afectados.

 REQUISITOS PARA EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN


PAULIANA

La acción pauliana, como acción rescisoria que deja sin efecto actos o contratos
que originariamente fueron válidos (sólo los contratos válidamente celebrados
pueden rescindirse, artículo 1290 del Código Civil), por el hecho de realizarse en
fraude de acreedores, es contemplada en el artículo 1111 CC en relación con
el artículo 1291.3º del Código Civil, como medio de protección del crédito, cuyos
requisitos, según se desprende de la reiterada jurisprudencia del Tribunal
Supremo, se reducen a los dos siguientes: perjuicio del acreedor, que queda sin
posibilidad de percibir su crédito (eventus damni) y sin ser preciso la previa
declaración de insolvencia, lo cual implica la subsidiariedad de la acción; y fraude
al derecho de crédito de que es titular el acreedor (consilium fraudis) sin que sea
preciso la intención de dañar (animus nocendi) sino que basta la conciencia del
perjuicio (sciencia fraudis), la cual se presume en los actos a título grauito
(artículo 1297 del Código Civil).

 Perjuicio al acreedor (eventus damni)

Por perjuicio debe entenderse una disminución del patrimonio del deudor de tal
entidad que el acreedor se quede sin la posibilidad de satisfacer su derecho
actuando directamente sobre aquel, esto es, con los bienes y derechos del
activo.

 Fraude (consilium fraudis)

A este requisito alude el propio artículo 1111 CC cuando exige que el acto haya
sido "realizado en fraude de su derecho".

El acto de disposición patrimonial puede haber sido efectuado a título oneroso,


es decir, a cambio de una contraprestación, o a título gratuito; en el primer caso,
no es preciso que el deudor tenga intención de dañar (animus nocendi), siendo
bastante la conciencia del perjuicio que causa (sciencia fraudis) y el adquirente,
el conocimiento del perjuicio que dicho acto causa al deudor; si el acto de
disposición es gratuito, es suficiente con la existencia de perjuicio al acreedor,
pues el fraude se presume.

 CARACTERISTICAS DE LA ACCIÓN PAULIANA


La acción pauliana es una acción conservatoria, autónoma, personal, declarativa
y de inoponibilidad:

 Es una acción conservatoria: En el sentido que no tiene como fin


inmediato la ejecución del patrimonio del deudor, sino su resguardo frente
al acto fraudulento celebrado entre el deudor y un tercero en perjuicio del
acreedor.
 Es una acción autónoma: En donde se le permite al acreedor actuar en
su propio nombre y que se le permite expresamente por la legislación.
 Es una acción personal: Porque su finalidad principal consiste en la
revocación relativa de las obligaciones que nacen de un acto jurídico.
 Es una acción declarativa: Porque permite declarar expresamente la
existencia de un acto fraudulento por causales establecidas en la Ley y
su revocación por un Tribunal.
 Es una acción de inoponibilidad: Ya que la declaración no le es
oponible a quien demanda, pero subsiste y es oponible a los demás
acreedores.

 TITULARES DE LA ACCIÓN PAULIANA

 Son titulares de la acción Pauliana (legitimación activa) cualquier


acreedor perjudicado con los actos de enajenación de los bienes del
deudor, tanto los quirografarios (no cuentan con garantías específicas)
como los privilegiados (la ley establece que sus créditos tienen prioridad
sobre otros), como los garantizados (cuando cuenta con garantías
específicas), cuya garantía no es suficiente o cuando con el acto del
gravamen del deudor ven disminuidas las garantías reales otorgadas a su
favor. No es viable esta acción si el crédito está suficientemente
garantizado con hipoteca, prenda, fianza, etc., o cuando en el patrimonio
del deudor haya suficientes bienes realizables para satisfacer el pago que
se le exige. Los acreedores cuyos créditos están respaldados con
garantías específicas suficientes carecen de acción Pauliana por
ausencia de interés, por cuanto los actos de enajenación de los bienes
del deudor no les causan perjuicio
.
 Son pasivamente legitimados en la acción Pauliana el deudor que ha
realizado el acto de disposición o gravamen en perjuicio de su acreedor y
el tercero adquirente, Y si éste hubiere, a su vez, enajenado los bienes a
otra persona, la acción también se dirigirá contra el subadquirente o
subadquirente sucesivos, por cuanto declarado ineficaz el derecho del
transmitente, queda también ineficaz el de quien de él adquirió.

 EFECTOS DE LA ACCIÓN PAULIANA


El principal efecto de la Acción Pauliana es la restitución al patrimonio del deudor de
los bienes fraudulentamente cedidos o enajenados. O sea que por declaración del
juez orden al demandado que se restablezcan las cosas en el estado en que estaban
antes del acto contra el cual iba dirigida la acción pauliana. Su ejercicio favorece a
todos los acreedores, aun los de fecha posterior al acto fraudulento, y alcanza al
tercero adquirente de buena fe, cuando el acto fraudulento sea a título gratuito.

Cuando se trata de una enajenación, debe ser restituida la cosa enajenada con los
productos y los frutos que se hayan producido eventualmente; pero si la demanda
es una remisión de deuda, el crédito remitido se restablece en toda su plenitud.
 PREESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PAULIANA

La prescriptibilidad de la acción Pauliana fue prevista en el Derecho Romano y


con este modo de extinguirse fue receptada en la codificación civil moderna, aun
cuando ha sido materia de diversos plazos prescriptorios.

EL Código Civil, pare el que la acción Pauliana es una acción declarativa de


ineficacia, en el inciso 4 de su Art. 2001 le fija un plazo prescriptorio de dos
años: "Prescriben, salvo disposición diversa de la ley…"

El plazo señalado es en este caso de caducidad y comenzará a computarse


desde el día de la enajenación fraudulenta.

 IMPROCEDENCIA DE LA ACCIÓN PAULIANA

Nuestro Código Civil lo regula en el Art. 198º, en el cual sostiene que la acción
Pauliana no impide que el deudor cumpla con sus obligaciones ya vencidas. Con
el fin de evitar simulaciones, se exige que la deuda vencida y pagada conste en
documento de fecha cierta. Un documento privado adquiere fecha cierta desde:

 La muerte de otorgante
 La presentación del documento ante funcionario público.
 La presentación del documento ante notario público para que certifique la
fecha o legalice firmas
 La difusión a través de medio público de fecha determinada o
determinable
 Otros casos análogos; el juzgador considera como fecha cierta
los documentos que hayan sido determinados por medios técnicos que le
produzcan convicción.

BIBLIOGRAFÍA

 TORRES VASQUEZ, Aníbal "Acto Jurídico", Lima – Perú, Cuarta Edición


2012, Editorial Moreno S.A.

 BARANDIARAN, José León "Acto Jurídico", Lima – Perú, Segunda


Edición 1997, Editorial Gaceta Jurídica S.R.L.

 VIDAL RAMIREZ, Fernando "El Acto Jurídico", Lima – Perú, Cuarta


Edición 1999, Editorial Gaceta Jurídica S.R.L.

 ROMERO MONTES, Francisco Javier. “Acto Jurídico”. 2013, Editora y


Librería Jurídica Grijley E.I.R.L.
 Http://www.monografias.com/trabajos57/fraude-juridico/fraude-
juridico3.shtml#ixzz48v8dyxbi

 http://vinculando.org/articulos/sociedad_america_latina/fraude_del_acto_
juridico_codigo_civil_peruano_1984.html

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