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Introducción a
la Filosofía
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La Posmodernidad
Introducción
¿Qué es la Posmodernidad?
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muerte de Dios es también la muerte de los absolutos: la ciencia, las ideolo-
gías, las religiones, etc. Todo aquello que pretenda erigirse en absoluto, cae
ahora bajo sospecha.
Pero a nivel antropológico ocurre otro tanto. La muerte de Dios lleva consigo
la muerte del hombre, del sujeto moderno, de ese sujeto que se creyó, tam-
bién, Dios. Desde ahora ya no será posible, en su opinión, volver a situar a la
realidad como punto de partida de nuestras indagaciones y elucubraciones.
El ego cogito cartesiano, el sujeto trascendental kantiano, o incluso el sujeto
absoluto de Hegel, son aniquilados definitivamente. El sujeto epistemoló-
gico quedará superado, en las nuevas filosofías posmodernas, por el sistema
(Luhmann) y la estructura (Foucault). El superhombre de Nietzsche no es un
hombre superior, más hombre, más individuo, más sujeto, sino la categoría
que rompe con el antiguo concepto moderno de hombre. El superhombre
anunciado en la muerte de Dios de Nietzsche lleva consigo una nueva con-
cepción del tiempo y de la historia: el eterno retorno.
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El saber científico es un modo de conocimiento, entre otros, y no posee en
sí mismo una entidad mayor que la de otros modos de conocimiento tales
como el arte, la religión o la filosofía. De ahí la imposibilidad de reducir todo
saber confiable al saber científico. Justificar la validez del saber científico
desde él mismo es incurrir en un verdadero círculo vicioso que la filosofía
posmoderna no soporta. El positivismo tuvo la ilusa pretensión de absoluti-
zar la ciencia tomando como modelo la física-matemática. Pero desde Her-
der, por ejemplo, sabemos que solamente existen saberes “regionales” y re-
lativos. Admitir la historicidad del saber y de la razón es equivalente a la ne-
gación de toda trascendencia y de todo absoluto. La seguridad de la ciencia,
el poder de la razón, la certeza del pensamiento y del individuo, no son más
que falsos ídolos que ahora, la posmodernidad se ha encargado de desen-
mascarar. Todo ello sería, parafraseando a Sartre, una pasión inútil.
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informaciones, no sabe qué comunicar, porque ya no hay comunicación. No
hay comunicación en el sentido de que no es posible poner nada en común,
no hay nada que compartir, porque todos somos habitantes de una
colectividad de islas. La cultura posmoderna es la cultura del archipiélago, lo
fragmentado. Nada es homogéneo. Es el triunfo de la heterogeneidad. Pero
nuestra civilización actual no vive en la ausencia de valores. Ello no sería
posible. La posmodernidad no destruye la ética, sino solamente su
fundamento absoluto, su punto de referencia. La posmodernidad inventa
nuevos valores, pero todos ellos andan huérfanos de fundamento:
hedonismo, egoísmo, ecologismo, pacifismo, ausencia de sentido, estética
kitsch, retorno a lo regional.
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que se va haciendo en la relación con otros y, sobre todo, de la relación
virtual, que es el nuevo nombre de la modernidad.
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Referencias
Vásquez Rocca, A. (2011). La posmodernidad. Nuevo régimen de verdad, violencia
metafísica y fin de los metarrelatos. Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y
Jurídicas, 29, 285-300.