Vous êtes sur la page 1sur 6

Niños iNdígeNas y migraNtes

Tensiones identitarias, experiencias formativas


y procesos de escolarización
Parte i
ExpEriEncias formativas dE niños y
niñas dE comunidadEs indígEnas
nIñez Indígenas

Apuntes introductorios

Laureano Borton, Noelia Enriz, Mariana García


Palacios, Ana Carolina Hecht y Ana Padawer

Desde distintas disciplinas se ha mostrado cómo la génesis histórica y


social de la imagen de la niñez occidental se produce a mediados del siglo
XVII: con el surgimiento del llamado “sentimiento de infancia”1 se estable-
ce la separación entre distintas edades (Ariès, 1987); proceso que estuvo
asociado, entre otras cosas, al establecimiento de las escuelas como institu-
ciones donde los niños aprenden, ya no por medio del contacto directo con
las actividades cotidianas de los adultos, sino en una organización especia-
lizada (Varela y Álvarez Uría, 1991). Para introducirnos en los capítulos
que se presentan en este apartado, es importante tener en cuenta que la
concepción naturalizada de infancia es dominante en el sentido común, y se
reserva la noción de “diversidad en la niñez” a todas aquellas prácticas que
parecen diferir con esta noción.
En discusión con esta naturalización, ya en los estudios etnográfi-
cos con poblaciones indígenas de fines del siglo XIX y principios del siglo
XX es posible encontrar reflexiones antropológicas sobre las edades de la
vida, la crianza y la educación: estos trabajos generalmente dedicaban su
indagación empírica a la reconstrucción de las culturas entendidas como
totalidades y, en este sentido, incluyeron estudios de los procesos educa-
tivos. Sin embargo, los mismos eran concebidos como la incorporación de
las jóvenes generaciones en cada cultura particular, por lo que los procesos
educativos eran pensados en términos de transmisión cultural (concepción

1. Con la idea del “sentimiento de infancia” se inauguró teóricamente la concep-


ción de esta etapa de la vida como producto de la modernidad: tendió a limitarse
la cohabitación de los niños con los adultos y el aprendizaje por medio del contacto
directo con ellos, se los ubicó en los colegios, comenzando el período de reclusión
temporal y espacial de los niños (inicialmente, varones) que se extiende con va-
riaciones hasta la actualidad (Ariés, 1987:11-12). Jean Louis Flandrin (1981: 163-
165) y otros historiadores han señalado los aportes y dificultades conceptuales y
metodológicas de esta obra inaugural: la escasa atención a las divergencias, la
relativa pertinencia en el uso de ciertas fuentes iconográficas y personales y la
vaguedad en la información cuantitativa, no obstante reconocerse su potencial
para investigaciones académicas rigurosas en problemas que antes se considera-
ban inabordables.

[ 37 ]
cuestionada por abordajes posteriores).2 El abordaje que de la niñez reali- es resultado de cierta herencia funcionalista y culturalista en antropo-
zaban las investigaciones de la etnografía clásica de tradición funcionalista logía, que consideraba a las culturas homogéneas y sin conflictos. Desde
y culturalista dejaba entrever una idea de “carencia”: los niños eran con- esta concepción, se pierde de vista que las definiciones hegemónicas de
cebidos como “incompletos” en contraste con las particularidades que se la persona educada que están presentes en los distintos contextos socio-
le asigna a la edad adulta. En este sentido, dado que inevitablemente los culturales pueden ser disputadas desde ideas sobre la crianza infantil o
niños serán adultos, la niñez importaba fundamentalmente en términos sobre la sociedad que se pretende construir y, más implícitamente, desde
de posibilidad, como una etapa de preparación y formación protagonizada determinaciones de género, edad, etnicidad y clase (Levinson, Foley y Ho-
centralmente por los adultos en tanto transmisores de cultura. lland, 1996).
Aun con estas limitaciones en sus primeros abordajes, es importante Teniendo en cuenta estos debates, creemos que los niños y las niñas
destacar que la antropología permitió discutir la noción de infancia y de no pueden ser considerados desde una existencia autónoma sino que se
educación que impuso la sociedad occidental, mostrando que en distintos encuentran inmersos en una red de relaciones e interacciones múltiples y
contextos socioculturales es posible registrar múltiples categorías y atribu- complejas. Además de situarlos en el contexto histórico y sociopolítico, se
tos de los sujetos en las primeras etapas de su vida, así como diversas ma- debe incorporar los criterios de clasificación y principios de diferenciación
neras de educar (Gottlieb, 2000). Las discusiones que estos estudios apor- específicos de cada sociedad para definir miembros y clases de edad, así
taron continúan vigentes hoy, ya que el proceso expansivo de las formas como las actualizaciones subjetivas de los sujetos concretos (quienes inte-
escolares y su condición hegemónica como modo de socialización dominan- riorizan los esquemas culturales vigentes pero no se limitan a repetirlos).
te continua siendo constitutivo de las sociedades postindustriales (Viñao, Puede decirse que los niños, en este sentido, tienen una experiencia inter-
2002), por lo que las experiencias formativas no escolares tienden a sosla- cultural de vida: experimentan múltiples circuitos y elementos culturales,
yarse. El hecho de que la escuela sea un espacio social que se especializó en articulados desde el ordenamiento social. El uso social y político de elemen-
la enseñanza y el aprendizaje y que no prevé la libre circulación entre los tos culturales crea y refuerza identidades, generando la relativa coherencia
diferentes grupos de edad (así como los lugares de trabajo no están prepara- cultural que adquieren ciertos grupos (clases, grupos de edad, etnias) en
dos para recibir niños o personas que no están directamente implicadas en el curso de su historia. Así como los esquemas y las prácticas culturales se
el mismo) proviene de la génesis urbana de la escuela, y por lo tanto atiende utilizan para mantener la cohesión, otros generan conflictos; algunos son
a las exigencias de organización de las familias en dicho ámbito (Gomes y hegemónicos y otros expresan resistencia (Rockwell, 1997).
Pereyra, 2005). No se trata de un dispositivo “natural”, sino social e histó- Es importante advertir que si, como hemos establecido, el interés de
ricamente construido. la antropología por las edades de la vida surge con el comienzo del trabajo
Si bien el desarrollo de la escuela moderna como institución ha impli- de campo etnográfico a principios del siglo XX, es a partir de la década
cado una serie de debates históricos en torno a su metodología, contenidos de 1990 que se observa que los niños reaparecen con fuerza en el campo
o duración, no se han analizado suficientemente sus vinculaciones con de la antropología, al igual que en otras disciplinas. El estudio de las ex-
otras modalidades de socialización. A su vez, tal como se ha mencionado periencias infantiles donde se ponen en juego la creación y recreación de
en la introducción a este libro, cuando se discuten dichas vinculaciones, identidades sociales particulares en los niños, constituye una problemática
generalmente se lo hace apelando a una confrontación insalvable entre el que comienza a ser un eje de interés central en Argentina desde 2000. En
formato escolar, y la educación en contextos rurales e indígenas. Esta idea esta reconceptualización los niños constituyen sujetos sociales que –aun-
de que fuera de las escuelas existe una única forma cultural de educar que condicionados como todos por las relaciones asimétricas en que viven–
despliegan estrategias e interpretaciones diversas en y sobre el entorno so-
2. Como hemos señalado en otros textos (Padawer, 2008), el trabajo de Rockwell
cial. De este modo, diversos autores se interesan por realizar indagaciones
(1996: 302) permite problematizar las prácticas culturales como un proceso cons-
trictivo y a la vez creativo. Mediante el concepto de apropiación, esta autora mostró donde las perspectivas de los niños están en el centro de la escena (Nunes,
cómo diferentes actores sociales se apropian de culturas locales y representaciones 1999; Colángelo, 2003; Cohn, 2000; Enriz 2006; Hecht, 2006; García Pa-
de la persona educada en la vida cotidiana. Este concepto permite superar una difi-
lacios, 2004; Szulc, 2006; Pires, 2007). Estas investigaciones recuperan el
cultad que destacábamos en análisis previos con respecto a la bibliografía etnográfi-
ca sobre la infancia en nuestro país (Enriz, García Palacios y Hecht, 2007) enfoque etnográfico para acercase a problemáticas muy variadas como los

[ 38 ] [ 39 ]
conocimientos religiosos, las diversas apropiaciones lingüísticas, temas de provincias del Chaco, Formosa y Santa Fe (75% del total) y Ciudad de Bue-
salud, trabajado, ciudadanía, entre otros. nos Aires y veinticuatro partidos del Gran Buenos Aires (25% restante).
Un aspecto particular de este nuevo período de la antropología preocu- Los asentamientos en la provincia de Buenos Aires se caracterizan por
pada por el estudio de la niñez para el caso argentino es que su desarrollo haberse formado a partir de la migración de distintas familias procedentes
estuvo fuertemente ligado a los estudios con infancia indígena. de la región del Gran Chaco en distintos momentos históricos.
Asimismo, es relevante advertir que la antropología de la educación El trabajo de campo con población toba se ha realizado centralmente
en Argentina se desarrolló a la par de la recuperación democrática a prin- en un barrio periurbano del conurbano bonaerense, ubicado a 50 kilómetros
cipios de los 80 (Achilli, 1996; Batallán, 1998; Neufeld y Thisted, 1999; de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La conformación de dicho barrio
entre otros). Con gran cantidad de programas, reuniones científicas y se- comenzó en 1995, tras una donación de tierras realizada por un obispado
minarios dictados en todos los niveles académicos, la reflexión sobre este cercano rotulada como “reparación histórica” y de la constitución de una
subcampo disciplinario contribuyó para que los estudios antropológicos cooperativa de artesanías y una organización civil. Las familias invitadas
en nuestro país hayan podido abordar los dispositivos institucionales de a ocupar el predio no provenían únicamente de la conformación de la coope-
socialización de la infancia en la escuela, y ya se dispone de un número rativa sino que considerando ciertos lazos de parentesco, fueron invitadas
significativo de investigaciones sobre relaciones interétnicas en contextos también personas que ya vivían en Buenos Aires, así como otras que vinie-
escolares (Messineo, 1988; Novaro, 1999; Acuña, 2005; Mendoza y Wright, ron especialmente de sus lugares de origen para finalmente formar parte
1986, Quadrelli, 1998; Hecht, 2006; Hecht y Szulc, 2006; Diez, 2004; Bor- de este nuevo barrio urbano.
ton et al., 2010) Estos estudios han mostrado los complejos procesos que Por su parte, la investigación sobre población mbyá guaraní se ha
caracterizan a las trayectorias escolares de niños y niñas con experiencias desarrollado en la provincia de Misiones. La población guaraní ocupa un
sociolingüísticas o identidades étnicas en muchos aspectos diferentes a vasto territorio, que ha sido atravesado por varias fronteras nacionales, las
las que se prevé en el marco del sistema escolar. Entre los resultados más de Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay. En la actualidad se evidencian
notorios de dichos estudios encontramos desde inquietantes índices de de- cuatro parcialidades dentro del tronco guaraní. Los mbyá, que habitan el
serción y repitencia que se registran entre los niños indígenas (cuestión sur de Brasil, Paraguay y noreste de Argentina (Misiones); los avá chiripa
ilustrada en la introducción a este libro), hasta tensiones por el conoci- o avá katú eté o ñandeva en el sur de Brasil, Paraguay, Bolivia, el noroeste
miento que circula en las escuelas en oposición con las enseñanzas del y noreste argentino (Salta y Misiones), en ocasiones mixturados dentro de
ámbito familiar y comunitario. los núcleos mbyá; los paĩ-taviterá, también denominados kaiova o kaiowa,
Pese a estos avances, consideramos que en Argentina aún no han sido que habitan en Brasil y Paraguay; y los aché que habitan sólo en Paraguay
considerados suficientemente los procesos de apropiación de la identidad (Bartolomé, 2005; Mura, 2006; Wilde, 2007).
étnico-nacional en la infancia, los que desde la antropología implican estu- Según destaca el mapa denominado Guaraní Reta (Grumberg, 2008),
diar de manera sistemática las relaciones entre la socialización y el reco- una investigación impulsada por organizaciones de Argentina, Brasil y Pa-
nocimiento. Procurando tomar este desafío los próximos capítulos de este raguay que ha logrado sistematizar información estadística georreferen-
libro se dedicarán a reflexionar sobre distintas instancias educativas que ciada, los guaraníes suman mas de 100.000 personas en la región formada
involucran a niños de comunidades tobas y mbyà guaraníes. por el noreste de Argentina, Brasil y Paraguay (aproximadamente 51.000
Los tobas, cuyo etnónimo es qom, integran el grupo étnico y lingüístico en Brasil, 42.000 en Paraguay y 6.500 en Argentina), con muy altas y sos-
denominado guaycurú, al cual pertenecen también los pilagás, los moco- tenidas tasas de crecimiento. Los paĩ son la parcialidad más numerosa, ya
víes, los kadiwéos (o caduveos) y los ya desaparecidos abipones, mabyás que suman más de 43.000 personas. En tanto, los mbyá y avá suman 27.000
y payaguás. Según los datos de la Encuesta Complementaria de Pueblos y 26.000 respectivamente, mientras que los aché son aproximadamente
Indígenas (ECPI) relevada durante 2004 y 2005 por el Instituto Nacional 1.200. En Misiones, los guaraníes se alojan en ámbitos rurales, contabili-
de Estadística y Censos (INDEC), se calcula un total aproximado de 69.452 zándose en 2008 más de ochenta núcleos a lo largo de toda la provincia. En
personas que se reconocen como pertenecientes y/o descendientes en prime- los artículos que siguen aludiremos a diversos núcleos, que serán presenta-
ra generación de tobas, y que se encuentran distribuidas en dos regiones: dos en cada caso a partir de las peculiaridades que resulten significativas.

[ 40 ] [ 41 ]
Bibliografía gArcíA PAlAcios, Mariana (2004), “Catequesis: La religión desde los puntos
de vista de los niños y de los adultos en la comunidad católica”. Trabajo
Achilli, Elena (1996), Práctica docente y diversidad sociocultural, Rosario, completo en Actas del VII Congreso Argentino de Antropología Social
Homo Sapiens. (CD-ROM), Córdoba.
AcuñA, Leonor (2005), “Los chicos mismos te enseñan: bilingüismo en la g omes, Ana y Verônica m enDes P ereirA (2005), “Alternativas para a es-
educación intercultural bilingüe”, en Alicia Tissera de Molina y Julia colarizacao indigena: o caso dos xacriabá”, ponencia presentada al
Zigarán (comps.), Lenguas, educación y culturas, Salta, CEPIHA-De- Primer Congreso de la Asociación Latinoamericana de Antropología,
partamento de Lenguas Modernas de la Facultad de Humanidades de Rosario.
la Universidad Nacional de Salta, pp. 21-44. g ottlieB, Alma (2000), “Where have all the babies gone? Toward and an-
A riès, Philippe (1987), El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen, thropology of enfants (and their caretakers)”, Anthropology Quarterly,
Madrid. Taurus. vol 77, Nº 3, pp. 121-132.
BArtolomé, Miguel Alberto (2006), “Los laberintos de la identidad: proce- grumBerg, Georg (coord.), Bartomeu melià (ed.) (2008), Guarani Retã 2008:
sos identitarios en las poblaciones indígenas”, Avá, Nº 9, pp. 28-48. Povos Guarani na Fronteira Argentina, Brasil e Paraguai, CTI.
BAtAllán, Graciela (1998), A”ppropriating ethnography for research in hecht, Ana Carolina (2006), “Educación Intercultural Bilingüe en las co-
education. Reflections on recent efforts in Argentina and Chile”, en munidades wichí de Ramón Lista (Formosa): procesos de apropiación,
Gary Anderson y Martha Montero-Sieburth, Educational qualitative resistencia y negociación”, tesis de licenciatura, Buenos Aires, edición
research in Latin America. Nueva York-London, Garland. en CD, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
Borton, Laureano, Noelia enriz, Mariana gArcíA PAlAcios y Ana Caroli- – y Andrea szulc (2006), “Los niños indígenas como destinatarios de pro-
na hecht (2010), “Una aproximación a las ideas y supuestos sobre el yectos educativos específicos en Argentina”, Qinasay. Revista de Edu-
sujeto de aprendizaje en situaciones de interculturalidad”, en Silvia cación Intercultural Bilingüe, 4 (4), pp. 45-66.
Hirsch (comp.), Educación indígena en la Argentina, Buenos Aires, No- messineo, Cristina (1989), “Lingüística y educación indígena. Una expe-
veduc, pp. 197-222. riencia en comunidades tobas de la provincia del Chaco”, Pueblos Indí-
cohn, Clarice (2000), “Crescendo como um Xikrin: uma análise da infancia genas y Educación, 12:927, ABYA-YALA, Ecuador.
e do desenvolvimento infantil entre os Kayapó-Xikrin do Bacajá”, en menDozA, Marcela y Pablo wright (1986), “El fracaso escolar en comunida-
Revista de Antropologia, 2 (43), PP. 195-222. des tobas”, Aprendizaje Hoy, VII, pp. 79-84.
colángelo, Adelaida (2003), “La mirada antropológica sobre la infan- murA, Favio (2006), “À Procura Do «Bom Viver». Território, tradição de con-
cia”, en Seminario Internacional “La Formación Docente entre el hecimento e ecologia doméstica entre os Kaiowa”, tese de doutorado,
siglo XIX y el siglo XXI”, Buenos Aires, Ministerio de Educación, Universidade Federal de Río de Janeiro
Ciencia y Tecnología de la Nación-Organización de Estados Ibero- neuFelD, María Rosa y Jens Ariel thisteD (1999), De eso no se habla. Los
americanos. usos de la diversidad sociocultural en la escuela, Buenos Airesm Eu-
Diez, María Laura (2004), “Reflexiones en torno a la interculturalidad”, deba.
Cuadernos de Antropología Social, N° 19, Facultad de Filosofía y Le- nunes, Angela (1999), A sociedade das crianças a’uwe-xavante. Por uma
tras, Universidad de Buenos Aires antropologia da criança, Lisboa, Instituto de Inovação Educacional,
enriz, Noelia (2006), “¿De qué chicos hablamos?”, Actas del Congreso Ar- Ministerio da Educação.
gentino de Antropología Social, VIII, Universidad Nacional de Salta. novAro, Gabriela (1999), “El tratamiento de la migración en los contenidos
–, Mariana gArcíA PAlAcios y Ana Carolina hecht (2007), “El lugar de escolares. Nacionalismo, integración y marginación”, en María Rosa
los niños qom y mbyá en las etnografías”, GT 12, Educaçao indígena: Neufeld y Jens Ariel Thisted, De eso no se habla. Los usos de la diver-
abordagens antropológicas de processos escolares e nao escolares de sidad sociocultural en la escuela, Buenos Aires, Eudeba.
ensino e aprendizagem. VII Reunión de Antropólogos del Mercosur. PADAwer, Ana (2008), Cuando los grados hablan de desigualdad, Buenos
Porto Alegre, 23-26 de julio. Aires, Teseo.

[ 42 ] [ 43 ]

Vous aimerez peut-être aussi