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Glademos del Sur

AÑO 12 - N9 21 Mayo de 1996

Tierggffucgo
La importancia revolucionariade

la concepción de la "lógica del

capital" para la estrategia

socialista*

Rolando Mtarita

Introducción
hasta slogans del tipo “que la crisis
la paguen los de arriba”, están co-

os efectos de la_ reestruc- nectados, invariablemente, con


turación capitalista en
una'serie de supuestos y marcos
curso y el aumento dra- teóricos de análisis que es necesa-
mático de la desocupa- rio explicitar y analizar:
ción ponen ala orden del Dadas las características mun-
día la discusión sobre las'respues- diales dela ofensiva del capital, no
tas de la izquierda (partidos, orga- es casual que en otras latitudes se
nizaciones sindicales, escritores y 'estén debatiendo muchos de los
militantes independientes) frente problemas que son objeto de
a esta ofensiva del capital. Progra- nuestras preocupaciones cotidia-
mas de “cambio de modelo econó- nas. En particular, el llamado “de-
mico neoliberal”, propuestas de bate sobre el Estado” (que en re-
“pacto social progresivo impulsa- alidad abarca el centro del

do por un nuevo bloque popular”, problema sobre la reestructura-


ción capitalista), entre Holloway,
Picciotto, Clarke, Bonefeld, por
* Este trabajo se presentó, con leves
un lado (corriente que llamare-
modificaciones, en el Simposio por el
mos de “la lucha de clases”), y la
Socialismo realizado en Rosario, en se-
llamada escuela de la regulación
tiembre de 1995. Tuvo su inspiración y
estímulos en discusiones Sobre estrate- (Lipietz, Coriat, Boyer, etc.) y la
gia obrera frente a la ofensiva del capi- escuela de la reformulación

tal, desarrolladas en la Liga Marxista, y (Hirsch, Jessop), por el otro, nos


plasmadas en una elaboración colectiva ofrece un buen punto de partida
en Debate Marina, núm. 3, mayo de 1994.
,para clarificar algunas de estas

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cuestiones. Además de la profun- de trabajo y el progresismo keyne-
didad con que han desarrollado siano (en particular estadouniden-

los argumentos, sus partiCipantes: se) y los ecos de estas corrientes

han explicitado las vinculaciones en 'el pensamiento político de la


entre sus enfoques teóricos y los izquierda argentina.

problemas de interpretación de la Luego haremos una defensa del

coyuntura y de orientación políti- enfoque de la “lógica del capital”


ca implicados. En nuestro país, y del determinismo marxiano, des-

una parte de la izquierda ha hecho tacando su importancia para una

suyos los planteos de algunas de política revolucionaria, de la iz-


las corrientes en debate (en parti- quierda; es decir, presentaremos
cular la escuela de la regulación); una visión que se distancia tanto

por otro lado, el enfoque de la de las interpretaciones estructüra-


corriente “lucha de clases” subya- listas-firncion‘alistas, como‘de la
ce tácitamente en la orientación posición de la corn'ente “lucha de
de gran parte de la izquierda, tan- clases”.

to radicalizada como reformista.


En todos los casos está involucra-

da la discusión sobre la'relevancia, Crisis ylucha de clase en la


para la política de la izquierda, de perspectiva de la regulación y
las tesis marxistas acerca de una de la reformulación
dinámica objetiva —una “lógica del
capital”— inherente al sistema ca- Podemos afirmar con Holloway
pitalista, y las posibilidades o nece- (1994 a) que “la tensión entre es-
sidades de .enfrentarla.
tructura 'y lucha puede conside-
Este trabajo arranca entonces rarse como crucia en el "análisis de

con un análisis de las principales la crisis”; agreguemos que tam-

líneas interpretativas de estas es- bién, e inevitablemente, es crucial

cuelas con respecto a los cambios para la detemlinación de la políti-

ocurridos en el capitalismo, focali- ca a seguir.


zando la atención en la relación En nuestra opinión existe un

entre las tendencias del sistema y planteamiento básico de Marx


las posibilidades de cambio ema- fundante por cuanto marca la rup-
nadas de la lucha de clases. Se tura con el socialismo utópico y el
complementa con la referencia a subjetivismo sociológico sobre el
las conexiones que pueden esta- funcionamiento y desarrollo del
blecerse con otras líneas de pensa- sistema capitalista, que hace hinca-
miento, como el autonomismo ita- pié en la existencia de una lógica
liano, los debates sobre procesos del capital. Esto es, Subraya la exis-

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tencia de leyes objetivas de la valo- post fordista. Tanto la escuela de
rimdón, de la explotación y de la la regulación, como la de la refor-
acumulación capitalista, que de- mulación, ponen énfasis en la
terminan la recurrencia periódica adaptabilidad del capitalismo para
de crisis económicas y sociales que poner en juego mecanismos esta-
ponenen cuestiónamiento al con- bilizadores de tipo “feed back”.l
junto. del sistema. Esta lógica tam- En esta visión, la lucha de clases
bién subyace a las evoluciones en no está incorporada- orgánicamen-
las relaciones entre cl capital y el 'te al desarrollo de esta “lógica del
trabajo (ver Braverman, por ejem- capital”, salvo -—tal vez y parcial-
plo), a las relaciones.intercapitalis- mente-5, en los primeros trabajos
tas (las tendencia-s a la centraliza- de Lipietz (ver Lipietz, 1979). La
ción y conccntración 'de, los lucha de clases genera institucio-
capitales, por ejemplo) y a las rela- nes. y procedimientos sociales que
ciones en el mercado mundial. (la- terminan convirtiéndose en “crea-
tendencia a la inter-nacionalizaa 'ciones" funcionales para el esta-
ción creciente de la economía, por
blecimiento de nuevos regímenes
ejemplo). ' de acumulación. Aglietta, es muy
Este planteo de.-El Capital y de claro enesto: la lucha de clases‘es
la literatura marxiana, ha sido un proceso de creación en elmás
adoptado —y modificado- por la estricto sentido; de creación de
escuela de la regulación, primero,
instituciónes2 que actúan de regu-
y luego por'su “derivada”, la escue- ladoras entre las instancias de la
producción y del Consumo, que
la de la reformulación, para ali-
mentar las interpretaciones y- las están en el centro —según la visión
posiciones políticas del “neo” re- del regulacioni smo- de las contra-
formismo frente a la reestructura- dicciones del capitalismo. ,Una in-
ción del capi tal. y sus perspectivas. terpretación de las crisis económi-
A partir de la idea (de la escuela, cas “subconsumista” constituye un
de la regulación) de la existencia apoyo sustancial para esta inter-
de variadas “estrategias de acumu- pretación (especialmente relevan-
lación”, cada una de las cuales al- te para explicar la salida de la crisis
canza la estabilización mediante del treinta- y lo que. llaman la “épo-
un particular “modo de regula- ca doradavdel fordismo”).

ción” (cuya forma de operar a _me- Es en este marco que se genera


nudo se analiza en los términos de la dicotomía casi absoluta entre

la teoría grarnsciana de la hegemo- “estructura” y “lucha de clases”;


nía), se sostiene que elmundo está mientras la primera evoluciona de
entrando en un nuevo régimen acuerdo a líneas de desarrolloine-

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luctable, la segunda “está .en el mo, en ese período, “cesa de pre-
aire”. Como muy bien dice valecer la apariencia [¿sólo la apa-

Psychopedis (1994): “la idea de la riencia?] de un determinismo es-


‘creación’ de un entramado insti- tricto basado lo económico o lo

tucional producto de un proceso tecnológico”; dado que los modos

de lucha que no puede ser objeto de regulación del pasado ya no


de un acercamiento racional per- aseguran la coherencia económica

mea todo el análisis de la escuela y social del sistema, serán las lu-

de la regulación”. Esto nos abre chas, junto a los cambios e innova-


un camino al campo de lo “imagi- ciones, las que buscaránimponer
nario”, de la alternativa política nuevas reglas del juego, pero que
sin consistencia “material”, que en última instancia resultarán fun-

luego analizaremos. Aglietta cionales para el restablecimiento


(1979) es muy claro sobre este te- de la reproducción capitalista. Si
ma: mientras domina la morfolo- bien los regulacionistas se defien-
den de la acusación de mecanicis-
gía —un espacio estructurado por
relaciones sometidas a principios mo (“ningún automatismo garan-
bien determinados- “los posibles tizará el paso de la fase B
estados del sistema se cOnocen de descendente a una fase A ascen-

antemano”, y el movimiento pue- dente”, Boyer, 1989), no pueden


de ser representado “por funcio- evitar caer en el funcionalismo es-
nes continuamente diferencia- tructuralista, en cuya óptica la cri-
bles”. En ese caso “... la lucha de sis no sería más que un factor
clases se desenvuelve en función curativo —iy sólo eso!— de los “de-
de modalidades compatibles con sajustes” del sistema. Todo tiende
la extensión de las relaciones mer- 'a exaltar la “plasticidad” de las
cantiles”; en una palabra, está “ca- relaciones sociales capitalistas, su
nalizada” por el conjunto de las adaptabilidad casi infinita. En el
relaciones mercantiles. Cuando la extremo de la especulación teóri-
reproducción es amenazada —o ca, se llega a concebir la emergen-
sea, cuando la reproducción de la
cia de una crisis “última” del capi-
invariante fundamental del siste- talismo, en la cual se produciría
ma es puesta en tela de juicio- se un “bloqueo insuperable en el se-
abre un período de intensa “crea- no del modo de producción” (Bo-
ción social”, que ya no puede estu- yer, 1989). Pero en este enfoque,
diarse con los instrumentos analí-
sería necesario “demostrar” que
ticos anteriores, donde surge “lo ya no habría posibilidad de supe-
nuevo” como creación de la lucha
ración de los bloqueos producidos
de clases. Boyer (1989) explica có- al desarrollo. Boyer (1989) termi-

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na admitiendo que nada indica —a rrollando lo que llaman la dialéc-
mediados de los ochentaq que tica entre estructura y estrategia.
exista algún impedimento funda-- En esta visión, las acciones de los

mental a la recomposición de las seres humanos tienen sentido en

formas institucionales que permi- el marco de estructuras, que si-


tan un nuevo régimen de acumu- multáneamente constriñen y per-

lación. Es interesante cómo, en miten alos actores que las ocupan

este enfoque, la posibilidad de la un rango de posibles acciones; es-


superación del capitalismo se con- tas estructuras no determinan di-

cibe sólo en los términos del ago- rectamente los resultados, sino
tamiento absoluto del desarrollo que simplemente definen el rango
de las fuerzas productivas;3 lo que, de opciones disponibles, en las
como bien dice Boyer, es de hecho cuales se da un complejo juego de

imposible —o casi- de probar ana- acciones y estrategias. Las estruc-

líticamente. Pero de esta manera, turas a su vez se concibenjerárqui-


desaparece todo fundamento para camente ordenadas, lo que condi-
convocar a la acción unificada y ciona las posibilidades y las líneas
revolucionaria de los trabajadores tendenciales del desarrollo (ver

contra el capital. La recomposi- Jessop, 1990). Por ejemplo Hirsch


ción del capitalismo es inevitable, “concretiza” el análisis basado en
porque nada excluye “en abstraen la tendencia decreciente de la tasa
to” que el capitalismo no se pueda de ganancia con la mediación de
reproducir. La lucha de clases crea la efectividad —o no- de las ten-
“lo nuevo”, pero en esencia, no dencias contrarrestantes, de las
crea nada nuevo. Las implicancias condiciones de su operabilidad,
políticas de esta interpretación las que “... son la expresión deun
veremos luego. complejo históricamente específi-
Los trabajos de Jessop y Hirsch co de condiciones sociales, tecno-
han tratado de superar la crítica lógicas, político-institucionales e

que recibió la escuela de la regula- ideológicas” (Hirsch, 1994). De es-


ción, en cuanto presentar un mun- ta forma, la realidad social se cons-
do cerrado, estructuralista-funcio- tituye a partir de la articulación de-
nalista, en el cual aun la lucha de múltiples secuencias causales (que

clases no deja de jugar su rol “fun- provienen de las instancias políti-


cional” en aras de la reproducción ca, económica, cultural, etc.), lo
de la lógica del capital. Tratan en que da como resultado que los

consecuencia de superar la divi- fenómenos históricos sean el re-

sión entre estructura y lucha de sultado complejo de muchas de-

clases, entre objeto y sujeto, desa- terminaciones. Las estrategias del

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capital son el resultado de múlti- clases discurre por los canales que

ples “ensayos y errores”, dilemas, le imponen los mecanismos regu-

riesgos, luchas, etc. Es io que Jes- lativos del capitalismo y las formas

sop llama, “determinismo sin re- insútucionales,“que en realidad

duccioni-smo”. Esto da origena un “...crean significativas barreras pa-


intento de “concretización” desde ra un ataque general a la relación

lo abstracto, para explicarse la capitalista mediante la fragmenta-

existencia _de regímenes fascistas, ción y/o Canalización a lo largo de


o liberales, _o fordistas, etc, Lo con- senderos parti :ulares donde me-
creto surge como producto deuna nos amenaza _al centro de las insti-

articulación específica _de las ins- tuciones capitalistas” (citado por


tancias antes dichas, a través de las Bonefeld, 1,993). En esteenfoque

cuales actúan las leyes ineludibles de hecho no hay posibilidad de un

del capital. ataque general al capital, por la

A pesar .de los esfuerzos por constricción que imponen las es- -
eludir el funcionalismoe incorpo- tructuras capitalistas y su funcio-
rar la dimensión lucha de clases, namiento. El sujeto revoluciona-

ésta vuelve a aparecer de hecho rio desaparece, no por el efecto de


los procesos históricos que tuvie-
como un “epifenómeno”. La ra-
zón fundamental, creo, ,está en lo ron que ver con las derrotas de
que Bonefeld, (l 993.) correctamen- este siglo —en particular las poste-
te le critica ajessop: las relaciones riores a la revolución rusa, el as-
humanas vuelven a aparecer en su censo del stalinismo, la guerra,

enfoque como meros efectos de; etc.; volveremos sobre este punto

las leyes estructurales. Hirsch lo crucial- sino a causa de la estruc-


expresa también con estas pala1 tura; omnipresente. >Las cn'sis en-

bras: Ï‘... el concepto de estrategia tonces se convierten —y no pue-


[de acumulación] no debe ser'ma- den dejar _de hacerlo, porque no
linterpretado en cuanto a que im- se ve salida revoludonaria en el
plique ' una teoría. con la acción
mundo dominado por las estruc-
consciente: al contrario, la irnple- 'turas— en funcionales a la recom-
8
mentación de una estructura de posición del sistema: n.. su fun-
acumulación hegemónica siempre ción _[de las crisis] consiste en
es el resultado de las acciones con- “revolucionar” dicha estructura de

tradi ctorias' y estructuralmente de- tal modo que el proceso de acu-


terminadas de los grupos y de las mulación pueda de nuevo conti-
clases, y es, entonces, un “proceso- nuar sobre una nueva base social”

sin sujeto” (Hirsch, 1994). Por. este (...) La crisis funciona como un

motivo para jessop la lucha de momento de resoludón y como

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vehículo para la “reconstrucción de propuestas - que tratarán de

de la sociedad”..." (Hirsch, 1994). asentarse en un nuevo racionalis-

Dada esa imposibilidad de ata- mo supra histórico (paradójica-


que general contra el capitalismo, mente, el utopismo y el racionalis-
los enfoques de la escuela de-la mo abstracto Se dan la mano). El

regulación y de la reformulación discurso al respecto es conocido.


terminan quitandobase material a ' Tomamos “muestras” significati-
la acción política revolucionaria vas de algunos delos tantos textos,
para enfrentar la‘ofensiva' del ca- de la escuela de la regulación prin-

pital durante la crisis. Los sujetos cipalmente,- q'iJe proliferan en las


de hecho han desaparecido, hasta revistas de ciencias sociales —de

el punto que incluso durante las nuestro país: dado que el capitalis-
crisis, la posibilidad -de “creación” mo inevitablemente impone sus
que asignaba Aglietta ala lucha de tendencias, determinadas por la
clases parece haber desaparecido, lógica del capital y las estructuras
de hecho, por lo menos en algu- en juego, es necesario adaptarse,
nos escritos de laÏreformulación. negociar, restablecer un pacto so-
Por ejemplo, Hirsch ( 1994) plan- cial, o fijar “reglas de coordina-
tea' que enuna soCiedad dividida ción entre los agentes económi-
y “desformalizada” (como produc- cos” (orientadas preferentemente
to de la crisis; recordemos que se
según los “modelos” sueco o ale-
trata de un “proceso sin sujeto”), mán) para que la necesaria transi-
los intereses materiales podrían ser ció‘n hacia. el nuevo modo deacu-

“conformados político-ideológica- mulación sea lo menos traumática


mente, quebrantados, recombina- posible. Así se habla, por ejemplo,
dos, puestos uno 'en contra del de luchar por la “implicación ne-
otro, y remodelados, de modo que gociada” de Alemania, que llega-
encajen en el entramado de una ría eventualmente a un reparto de
nueva estructura hegemónica”. los frutós de la producción “equi-
Verdaderamente queda muy poco tativo y progresista” a nivel de to-
aquí para la acción revolucionaria, da la sociedad. Frente al desem-
para la ofensiva generalizada del pleo, las alternativas Son del
trabajo, para ejercer efectivamen- mismo tipo: es necesario “un nue-
te el “poder del trabajo”, que resi- .vo acuerdo histórico entre el capi-

de, potencialmente, en la relación tal y el trabajo” un compromiso


capitalista (ver más abajo). ' “comparable al gran compromiso

De allí que la acción politica no fordiano”, que “rechace-la subor-


pueda evitar el voluntarismo y el dinación social al cconomicismo
utopismo; .de allí la proliferación moderno”, etc. Como'muy'bien

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sintetiza Durand (1983), este dis- sa, etc., etc., en convivencia con un
curso del nuevo reforrnismo de la capitalismo ilustrado y “moderno”.5

regulación viene a decir: “recree-


mos el entorno social e institucio-
.
La critica de la escuela “lucha
nal que permita al capitalismo re-
comenzar a funcionar de la de clases” a la regulación y la
reformulación
manera en que ha demostrado

que sabe hacerlo (etapa fordista


‘de oro')”. El rechazo a este moderno reforv

En la óptica regulacionista este mismo ha inspirado gran parte de


la crítica de la llamamos la escuela
programa se complementa con el
rechazo de las tesis leninistas so- “lucha de clases” que tiene como

bre el estado —expresión de los - destacados exponentes a Hollo-


intereses de la clase dominante- way y Bonefeld.
Para la corriente “lucha de cla-
para reemplazarlo por la concep-
ción mucho más neutra —tiibuta- ses”, si aceptamos la teoría de la

ria en gran medida del último regulación y de la reformulación,


Poulantzas- del estado como tota- estamos confrontados a un mun-

lización de un conjunto de “com- do estructuralista y funcionalista

promisos” entre diferentes secto- al que no se puede cambiar, y


res sociales.4 frente al 'cual no vale la pena lu-

Dejando de lado la discusión char.G Según Holloway y Bene-


sobre la casi inevitable desapari- feld, el gran error de los estructu-
ción del “sujeto histórico del mar- ralistas marxistas —aun de sus

xismo clásico” que acompaña a es- representantes más abiertos a in-


tos análisis, es de notar que la corporar la Variable de la subjetivi-
imposición de ese eventual pacto dad, del proyecto y la estrategia,

social se postula en base a la “ne- como jessopT consiste en’ ver la


cesidad social” (sic, objetiva, ahis- dominación del capital realizándo-

tórica, por fuera de los condicio- se- mediante una lógica imperso-
nar..ientos sociales) que se nal, por una red social de conexio-
impondría con la fuerza de la evi- nes casi natural. En el enfoque
dentia de lo racional; el pacto so- regulaCionista (o en la “reformula-
cial por venir garantizaría un smo- ción”) se habla de la lucha de cla-

delo” en que se desarrollarían las ses, pero lo que realmente cuenta


posibilidades del ocio recreativo y
es la trayectoria planteada por las
el tiempo libre, del uso reciclable ' líneas de desarrollo inevitable del
de los recursos naturales, de la
capitalismo, que incluso convierte,
productividad flexible y armonio- como vimos, a la lucha de clases

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en componente funcional de su en el trabajo. Lejos de ser un ob-
desarrollo.
jeto pasivo de las manipulaciones
Frente ala dicotomía sujeto-ob- del capitalismo, sostiene esta co-
jeto en que se enraiza profunda- rriente, el obrero es el sujeto acti-

mente el planteo regulacionista, vo de la producción, el polo anta-

Holloway y Bonefeld desarrollan" gonistico e irreductible, ante el


una alternativa radical, y atractiva cual el capital debe reaccionar y
para todos los que rechazamos el readaptarse constantemente, a fm

moderno y sofisticado reformis- de incorporar a este “otro”, tan


mo: el capital es sólo trabajo alie- indispensable como enemigo de

nado, es nuestra subjetividad alie- suexistencia.7 Otras variantes de

nada, la sustancia del capital es el esta posición podemos encontrar-

poder del trabajo, de forma que la la en la polémica sobre proceso de


dicotomía entre estructura y lucha trabajo, específicamente en las crí-
de clases, desaparece. En una for- ticas dirigidas al trabajo de Braver-
mulación altamente significativa man. Recordemos que para Bra-

de su pensamiento, sostienen tam- verman, las necesidades de la

bién que el capital es lucha de valorización del capital se impusie-


clases. Lo que aparecen como esa ron inevitablemente en el curso

tructuras no son más que las for- del desarrollo capitalista, a través

mas en que se manifiesta la sustan- del taylorismo, del fordismo o an-


cia del capital, el poder del tes de la división del trabajoen la
trabajo. O sea, no sólo las huelgas manufactura. Para sus críticos,8

o manifestaciones, sino también el Braverman incurre enel pecado

valor, el dinero, la contradicción de ver a la clase obrera como un


entre capital productivo y moneta-
mero objeto pasivo, sujeto a las
rio, etc., son formas en que se imposiciones del capital; .de esta

manifiesta esa sustancia del capi- forma niega'el poder de los traba-
tal. Por lo tanto el poder del tra- jadores para rebelarse contra el
bajo está en el centro mismo dela
capital, para torcer el curso que
comprensión del estado, de las cri- aparentemente dictaría la “lógica
sis, etc. El capital debe responder d'el capital”, para transformar al
siempre a ese poder del trabajo. lugar del trabajo y al intercambio
Esta línea teórica tiene gran afi- entre el capital y el trabajo en un
nidad con el “marxismo autono- verdadero “terreno de intercam-

mista”, para el cual también el cen-- bio disputados”.9


tro del pensamiento de Marx es la Al estar el poder del trabajo en
afirmación de que el verdadero el centro de la problemática so-
poder reside, no en el capital, sino cial, al ser la esencia del capital,

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Holloway y Bonefeld sostienen misrno keynesiana, que sostiene

que no podemos hablar entonces que nada está determinado en


de determinismo, sino sólo de cuantoal curso del capitalismo,

ciertos ritmos y tendencias'en el porque: es pcfiale modificar sus-


movimiento de lucha. La sustan- tancialmente el rumbo del capita-

cia, el poder del trabajo, desborda lismo mediante la acción estatal,

constantemente a la'forma, es in- apoyada en la presión popular y/o


contenible y la obliga a reconsti- la movilización. Para la tradición

tuirse. Esta presencia de la clase keynesiana (de fuerte arraigo en la


obrera como fuerza antagónica en izquierda argentina), la crisis es
el interior del capital es clave para producto de políticas económicas

entender entonces .el desarrollo equivocadas; en esta visión, la po-


inestable,del capitalismo y_el he- lítica económica se autonomiza

cho de que el futuro esté comple- con respecto a las tendencias del
tamente abierto c indeterminado, capital y deja de ser su “comple-
porque depende del resultado de mento y coadyuvante” para “trans-
una lucha siempre renovada, nun- formarse en su pilar” (según la

ca cerrada. La lucha de clases no feliz expresión de Boyer, 1989).


se da dentro del “marco” de las Por eso defienden la propuesta de

tendencias ineludibles del desa- un “modelo” de tipo keynesiana


rrollo capitalista, sino que por el estatista (a veces con énfasis en el

contrario, estas. tendencias no son nacionalismo), como si éste se pu-


diera imponer —mediante la lucha
otra cosa que las formas que adop-
ta esa contradicción básica entre del “bloque social progresivo"-
el trabajo vivo y el trabajo muerto por fuera y por encima de las ten-

que constituye la relación capita- dencias actuantes del sistemacapi-

lista. Por este motivo la imposi- talista. En esta tesitura encontra-

ción delpost fordismo está lejos mos, por ejemplo, a los postkeyne-

de ser un proceso automático e sianos y a los keynesianos institu-

inevitable; la lucha de clases puede d cionalistas,10 para quienes es posi-


cambiar decisivamente el curso de ble no sólo volver a la política
los acontecimientos. keynesiana sino, más todavía, es
En el terreno político, encon-, posible ,—y necesario-L aplicar. las
tramos ecos de esta posición tanto recomendaciones más “radicales”

en las propuestasvde la izquierda del propio Keynes, que habrían


radicalizada, revolucionaria, comq sido tergiversadas y en realidad
en sectores del moderno reformis- nunca aplicadas por el keynesia-
mo. En relación a este último, es nismo “bastardo”.de la posguerra.
característico el enfoque del refor- Particularmente, el manejo de la

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inversión debería estar e'n su ma- Paradójicamente, ' una variante

yorparte a cargo del estado, dada muy parecida encontramos en las


la incapacidad del capitalismo pri- corrientes más radicalizadas de la

vado para garantizada en forma izquierda. Estas, además de corn-


sostenida; seriamente s'e defiende partir en ló fundame'ntal'mudia‘s
esta posibilidad, sin-acompañarla
de las propuestas def keynesiañis-
del planteo de'aCabar Con la pro- mo de izquierda agregan una serie
piedad privada-Capitalista. de propuestas que van en contra,
Otra variante de estas propues- 'aún más claramente, cie-la lógica
tas la constituyen los trabajos de del capital y sus’leyes inmanentes,
Bowles, Gordon y Weisskopf, que aunque no eXpliCi'tan la necesidad
también encuentran "eco entre
de acabar con el sistema. 'El ejem-
nuestros científiCos sociales pro.- plo más claro-lo tenemos en la
gresistas y políticos de izquierda. exigencia -'—hoy muy extendida-
Criticando el econornicismo' del ¡de que-í el estado “prohíba los ¡des-
movimiento obrero norteamerica-
pidos”, "como forma de acabar con
no, que perseguía objetivos distri- el "flagelo de 'la desocupación.

bucionistas a través del estado, es- Otro ejemplo nos lo da la formu-

tos autores admiten que en esta lación deque basta ser consecuen-
perspectiva no hay. respuesta fren- te en la lucha reivindicativa ecónó-

te a la amenaza del Capital .de la mica para revertir el deterioro

huelga de inversiones. Plantean salarial a que empuja la crisis capi-


entonces la necesidad de que se talista. Para esta óptica, toda tesis
“imagine un modelo alternativo determinista, ‘Sobre: la inevitable
de racionalidad económi ca, comu- imposiciónide las. tendencias del

nidad y demócracia”, único cami- capitalismo es sospechosa dé' “de-


no para armar a los trabajadores r'rótismo”, de f‘infundir la desmo-

“contra una huelgadel capital y ralización”, de “caer en "el refor-


unirlos a otros -movimientos ' de- rnismo”; ’

mocráticos” (Bowles, Gordon y Holloway expresa acabadamen-


Weisskopf, 1989). En la misma tó- te esta concepción, c'uandoafirma

nica encontramós las protestas de que el gran pecado, del revisionis-


O’Connor (1987) contra los' teóri- mo de Bernstein fue el determinis-

cos dela lógica del capital. La 'mo: que la crítica de RosaLuxem-


lucha popular sería c'apaz' de cam- 'burgo al refonnísmo, y la base de
biar las tendencias de la economía su solidez teórica revolucionaria

.actual, sin postular la necesidad de estaba en el rechazo al determinis-

acabar revolucionariamente ton mo, ïy que hasta'muchos pasajes de


el sistema capitalista. _ la obra de Manr y también» Lenin

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son pasibles de crítica pOr su “de- nacionalista. Una estrategia para-
terminismo”. dójica, 'porque se intensifica cuan-
do desde el mismo estado se diri-

gía el ataque cgntra las conquistas


El fracaso de la estrategia centrales del movimiento obrero;ll

reformista frente a la ofensiva p c) nacionalista cuando la movi-

del capital: el ejemplo argentino lidad intemacional del capital qui-


taba las bases materiales para esa

Lo anten'or tuvo su reflejo en la estrategia;


estrategia con que la izquierda de d) que hacía énfasis, en sus ver-
nuestro país enfrentó la ofensiva siones más combativas, en-la inter-
del capital. Existió un punto común minable “guerra de guerrillas” que
a prácticamente todas las organiza- Marx desaconsejaba (ver Marx,
ciones que actuaron en el terreno 1975), precisamente por la exis-
de la lucha sindical: ninguna plan- tencia de límites infranqueables a
teó que sin acabar con la propiedad la lucha reivindicativa.

privada, las luchas reivindicativas te- El fracaso de esta estrategia a su


nían limitadones insuperables fren- vez alimentó la ola de “postmancis-

te a la crisis del capitalismo. De esta mo” que hoy hace “furor” en mu-
forma se enfrentó la ofensiva del chos círculos de intelectuales de

capital y la crisis con una estrategia izquierda decepcionados. Decep-

globalmente cionados ante la imposición de la

a) reformista keynesiana cuan- lógica del capital, sin asimilar crí-


do ya no había espacio, no sólo ticamente la caída del stalinismo

para lograr nuevas reformas, sino muchos intelectuales de izquierda

tampoco para sostener lo logrado abandonan los análisis marxistas


en forma duradera; esto se debía del valor y la explotación; ponen
a que la movilización de las contra- énfasis eri la política y la ideología
tendencias a la caída de la tasa de como fuerzas autónomas con res-

ganancia y la reimposición de la peCto a lo económico; la lucha de


disciplina monetarista del merca- clases ya no es vista como central,

do hacían Completamente inviable y en su lugar subrayan la necesi-

la vieja politica keynesiana. Un co- dad de establecer la línea demar-

rolario de esta concepción fue el catoria entre bloque de poder y el


hacer eje en el cambio de políticas, pueblo, estado y sociedad civil, etc.
gobiernos o ministros, y no en el Ante esto se plantea con toda
sistema;
su importancia para el rearme de
b) estatista, dado que estaba li- una estrategia revolucionaria, ubi-
gada a un proyecto keynesiano y. car en su justa perspectiva la rele-

108 Mayo de 1996


vancia de la tesis de Marx sobre la pierde nada de- su cientificidad, a
lógica del capital, que a su vez pesar de su “determinismo” (por
evite caer en el refonnísmo utópi- lo menos, debe admitirse que no
co y voluntarista de los estructura- se la puede recha- zar “a priori”
listas. con el argumento del “pecado de
determinismo”).
Más todavía, podemos afirmar

Una revaluación de la posición que la crítica a la escuela de la


de la lógica del capital y sus regulación puede hacerse más es-
implicancias revolucionarias pecífica sin necesidad por ello,
nuevamente, de negar que efecti-
El error del estructuralismo mar- vamente opera una lógica del ca-
xista no está, en nuestra opinión, pital. La escuela de la regulación
en afirmar la existencia de una se ha equivocado tanto en lo que
lógica del capital, y de desarrollos respecta a las leyes dela acumula-
determinados por la estructura ca- ción como a las de la crisis; parti-
pitalista; tampoco consiste en sos- cularmente, ha considerado que
tener que los seres humanos son los principales obstáculos a la acu-
portadores (“Tráger”, según la co- mulación se encuentran en las des-

nocida expresión de Marx) de las proporciones que pueden suscitar-


relaciones sociales, sino en haber se entre la producción y el consumo
unilateralizado ese aspecto de la (ver la interpretación de la crisis
realidad del capitalismo, hasta el del treinta y los regímenes-de acu-

punto de haber disuelto el sujeto mulación), y por ende concluyó en


y en última instancia, haber anula- que la intervención institucional
do la posibilidad de transformar podía dar lugar a un sendero de
radicalmente su entorno social. desarrollo “de oro” por medio de

Esta “deformación” no se corrige la regulación.“

negando todo determinismo e En esta concepción la idea de


identificando a la determinación contradicción se ve reemplazada

científica con la negación de la por la de regulaciones cibernéti-


lucha de clases, como hace la es- cas, un desarrollo refinado de las
cuela de la “lucha de clases”.12 teorías del estructuralismo marxis-
Cuando decimos que, por ejemplo, ta. Es sabido que la escuela de la
los precios de producción están regulación reconoce su deuda con
determinados —no mecánicamen- las concepciones de. Althusser y

te- por el tiempo de trabajo inver- Balibar; este último llega a soste-

tido en su producción, estamos ner que “la contradicción no es


haciendo una afirmación que no otra cosa que la estructura misma”

Cuadernos del Sur 109


(Althusser y Balibar, 1983). El es» Para explicarnos más a fondo,
tructuralismo funcionalista des- "exarninemos un punto central, la

plaza así la centralidad de la con- concepción de Holloway y‘Bone-


tradicción (el verdadero “alma” de feld sobre el capital en cuanto “lu-

la dialéctica, según Marx),para. cha de clasesz-¡‘o “poder del traba-

reemplazarlo por los principios de joÏ". En nuestra opinión esta tesis


totalidad e interacción de las ins- deSconoce la importancia de la
tancias. Siguiendo esta tradición, propiedad privada de los medios
la regulación concibe el desarrollo de producción como fuente de un
del capitalismo durantelas fases poder propio,-inherente, a la es-
de auge como una muestra del, tructurasocial capitalista. El capi-
funcionamiento regulado de estas tal esvalór en proceso, que se
estructuras, libres de contradiccio- valoriza mediante una relación de

nes. Por el contrario, en elconcep- explotación de su opuesto, el tra-


bajo vivo; Al Ser “valor”, es trabajo
to de El Capital y en la realidad del
desarrollo capitalista, la contradic- objetivado, existente bajo la forma"
ción nunca desaparece, sino. que social. de propiedad . privada, que
encuentra formas de desarrollo, se valoriza imponiendo condiciones a
para estallar con todas sus fuerzas quienes nada tienen excepto su

en y a través de las crisis. fuerza de trabajo. No _es casual que


La comprensión de este proce- el capital se presente siempre en
so dialéctica no implica negar la escena en la forma de dinero, la
existencia de una “lógica de la encarnación del trabajo abstracto,
mercancia y del capital”, central a y la concretización del poder so-
la estruct‘urateór'ica de El Capital. cial del. que disponen los capitalis-
En este punto nuestro planteo se tas, dada la ausencia _de propiedad
diferencia de Holloway y Bonea de los medios de. producción por

fel'd, quienes al cn'ticar las posicio- parte de los obreros. Ese Valor que
nes regulacionistas .y estructuralis- se .au tonomiza y valoriza, adquiere
tas, terminaron arrojando al niño la fuerza de las cosas e impone una
con el' agua sucia, esto es, dese- dinámica propia. Por eso Man: re-
chando todo determinismo y toda curre a expresiones tales como las
“lógica del capital" (y por ende de “leyes que se imponen con la fuer»
la mercancía). De esta manera des- za de lo natural”, nopara signifi-
pojan al marxismo de su carácter car que estamos ante un fenóme-
materialista, e incurren-en última no de la naturaleza, sino para
instancia, en el mismo voluntaris- subrayar que se trata de un fenó-
mo e idealismo en que cae la po- meno social, pero que se inde-
sición que critican. pendiza de la acción consciente de

110
Mayo de 1996
los seres humanos Por esto tam- parte del capital productivo “tanto
bién Marx, recurriendo a las for- como lo son los medios de pro-
mas dialécticas de la lógica de la ducción”. ¿Confunde Marx el fac-
esencia de -Hegel, nos recuerda
tor subjetivo y el objetivo? ¿niega
que el capital es el verdadero “suje- la “otredad” del trabajo, su poder

lo ", que hace un mundo “a su ima- de negación del capital? ¿desapa-


gen y semejanza". El capital es en-
rece el sujeto, comido por la estruc-
tonces más que la lucha de clases; tura, por la “lógica del capital”?
en última instancia, como dicejes- No, a esta conclusión arriban

sop (1994) respondiendo a Bone- los que ven sólo un aspecto del
feld, sostener _que el capital es lu- problema, reproducción simétrica
cha de clases es caer en la del error en que, incurren quienes
tautología, s'ólo venia imposición de la lógica,
La afirmación de Bonefeld, que y al sujeto absorbido por las es-
el trabajo, al enfi'entarse con el tructuras. En cierto sentido, el su-

capital, _se enfrenta contra el traba- ' jeto se hace objeto, aunque no por
jo reificado, corre el riesgo de mi- . ello desaparece como sujeto (se
nusvalorar la importancia de esa “cosifica”, de allí que experimente
“reificación” del trabajo en las la explotación como alienación;
condiciones “normales” de la acu- no es casual que el estructuralismo
mulación capitalista. La “cosifica- no haya visto este problema). Pero
ción" del trabajo debe ser valora- entonces se establece una dialécti-
da en toda su implicancia social y ca entre estos dos polos objetiva-

política. Significa que los medios ción y subjetivación que nos mues-

de producción adquieren una pro- tra el camino para salir en la falsa


piedad social, la de dominar y ex- aporía propia del pensamiento no
plotar al trabajo, porque corpori- 'dialéctico en que nos metió el es-

zan una relación Social cuya base tructuralismo. La clave no está en

es la propiedad privada. Esto im- negar el carácter dc “objeto” do-

plica a su vez que el “otro” del minado por la lógica del capital,
capital, el trabajo, su antítesis,14 en que el sistema convierte a la
sea durante el proceso de trabajo fuerza de trabajo, sino en mostrar
parte del capital, y hasta cierto el carácter nunca acabado, incom-
pleto y contradictorio, de ese pro-
punto entonces su “objeto”. Co-
mo dice Marx (184, cap. _1, vol. 2), ceso. El punto es superar la abso-
tan pronto como la fuerza de tra- lutización de la cosificación (que

bajo, a través de su venta, entra en posiblemente arranca en el mar-

combinación con los medios de xismo occidental con el Lukács de

producción, se convierte en una Historia y concienciaude clase), para

Cuadernos del Sur lll


ver que nunca puede anular la Lenin y Trotsky comprendieron
contradicción entre la producción esta dialéctica al subrayar el carác-
ter inherentemente inestable del
privada y su naturaleza social, en-
tre el "capital y el trabajo, etc., pero doble poder ¿e los consejos obre-

que también esa contradicción no ros frente al poder burgués. Sólo

anula, por sí misma, la objetiva- en esos estadios excepcionales -

ción que sufre la fuerza de trabajo que exigen una definición revolu-
en manos del capital. cionaria o contrarrevolucionaria

¿Pero cuál es entonces la reso- perentoria puede afirmarse que el


lución de esta dialéctica? Esto exi- poder reside realmente en el polo

ge análisis concretos, que remiten del trabajo, dentro de la sociedad


al estado de la lucha de clases y a capitalista.15 De lo que se trata es
de hacerse consciente de la exis-
la comprensión, a la conciencia,
de los explotados de esa misma tencia potencial de ese poder de la
contradicción (y esto está en la movilización independiente de los
explotados, pero también de seña-
esencia del proyecto teón'co y po-
litico de Marx). El verdadero po- lar sus límites cuando discurre por

der está en el trabajo, en la clase los canales de la institucionaliza-

obrera, sólo cuando ésta se movi- ción burguesa. l


liza revolucionariamente contra la Esta perspectiva explica los ex-

tiranía del capital, cuando se insu- tensos capítulos de El Capital en

rrecciona y emprende el camino los que Marx nos presenta la re-

de la lucha anti- capitalista. De lo producción ampliada del capital

contrario, ese poder es sólo “en con los trazos de lo que se desarro-

potencia”, y tiende a imponerse la lla con la fuerza de lo automático,


lógica del capital, de las leyes de la de lo inevitable, donde el capital
acumulación, con la fuerza de lo reproduce sus propios supues-
inexorable. Esta lógica del capital tos.16 Las concepciones estructu-
se impone precisamente con la
ralistas absolutizaron el poder de
_“huelga de inversiones”, con la re- la reproducción (ver de nuevo Ba-

creación permanente —y en espe- libar y sus resonancias en la regu-


cial durante las crisis- del ejército lación), para terminar postulando
industrial de reserva. De allí la ne- que la crisis, no sólo es funcional
cesidad de acabar con este poder a las necesidades de la valoriza-
autonomizado del capital frente al ción capitalista (tesis correcta, en
trabajo, acabando con la propie- nuestra opinión, que recusa la es-
dad privada de los medios de pro- cuela “lucha de clases) sino" tam-
ducción. bién la inevitabilidad de tal rees-

Desde el punto de vista político, tructuración (tesis incorrecta, que

112
Mayo de 1996
lleva al derrotismo, como’sostie- cas y en la extensión del ejército
nen Holloway y Bonefeld). El industrial de reserva, principal ca-
planteo de Marx es revoluciona- dena que ata a la clase obrera.
rio: la reproducción reproduce las Desde este punto de vista, no exis-
contradicciones en escala crecien- ten impedimentos absolutos, “es-
te, que estallan en las crisis de tructurales”, a esa toma de con-

acumulación, lo que plantea la ne- ciencia; ni la cosificación absoluta

cesidad de acabar con el origen de queteorizó mucho del marxismo


esa verdadera “catástrofe social”, occidental, ni el determinismo tec-
esto es, acabar con la propiedad nológico que impresiona a tantos,

privada y el estado capitalista. De ni las estructuras impersonales de

lo contrario, las tendencias a res- los estructuralistas constituyen


taurar la tasa de ganancia y la in- esos obstáculos absolutos (aunque
versión terminan imponiéndose, a reflejen una parte de la realidad).
costa de enormes sacrificios de las Por eso las crisis son mucho más
masas (Mandel, 1979). que un momento funcional a la
La'crítica de Marx a la econo- reconstitución de las condiciones
mía política tiene un objetivo muy de la acumulación. Son un verda-

preciso: demostrar que no se pue- dero “derrumbe”, donde la con-


den acabar los males del sistema tradicción interna al modo capita-
cambiando gobiernos o ministros; lista -entre el desarrollo 'de las

que no se trata de la moralidad o fuerzas productivas y las condicio-


inmoralidad de determinados se- nes de su valorización- estalla de

res humanos, sino de un sistema manera tal que se abren las condi-
que hay que destruir. Que es ne- ciones óptimas para la ofensiva
cesario romper con la cosifica- general del trabajo sobre el capi;
ción, con el dominio de l'o que se tal, a condición de que ese conflic-
impone con la fuerza de lo natural to se haga consciente. Pero en esto
e independiente de los seres hu-
entran a jugar los factores políti-_
manos (pero que es profundamen- cos, el papel de la crítica marxista,
te social). La esencia del trabajo de las experiencias de las luchas pasa-
Marx fue poner de relieve la nece- das y de las revoluciones, triunfan-
sidad de superar la cosificación tes o derrotadas. No es casual que.

desnudando los límites inherentes los modernos reformistas pasen

a las mejoras progresivas dentro por alto los efectos —de escala gi-
del capitalismo; mostrar la posibi- gantesca- que tuvieron la derrota
lidad —creciente en tendencia- de de la revolución rusa de 1917, la
esa toma de conciencia en la uni- entronización del stalinismo, las

versalización de las crisis periódi- políticas de los frentes populares,

Cuadernos del Sur .113


etc.,, sobre la perspectiva socialista, también mal planteada: precisa-
sobre la conciencia dela posibili- mente Bernstein intentó “liberar”

dad de superar la dominación del a marxismo del determinismo y

capital. Con este “olvido”, las espe- buscó entoncesïuna fundamenta-


culaciones acerca de la “desapari- ción al accionar socialista en el

ción del sujeto revolucionario del idealismo ético ‘kantiano.(como lo

marxismo cláSÍCO”_ (punto de par- hizo la escuela. austriaca neokan-

tida invariable del moderno-refor- tiana de la Segunda Internacional,

mismo) pierden consistencia y po- Hilferding, .etc.).17 Y Rosa Luxem-

der de explicación teórico e burgo.(1975) defendió una políti-


histórico. ca' revolucionaria contra» 'Berns-

En nuestra óptica entonces, el tein recordándole a éste las

derrotismo del nuevo reformismo férreas leyes del capitalismo que


ac‘ademicista y estructuralista no conducirían, en su opinión. al ine-
vitable colapso del sistema. ¡3 De la
s‘e supera rechazando al determi-
nismo como supuesta fuente de misma forma, como explica Tim-
todo reformismo. Contra lo que panaro (1973), podemos plantear
que, por debajo de algunas formu-
piensan muchos —Holloway lo ex-
pone de la forma más “pura”— no laciones superficiales, en-la estra-
es cierto que el determinismo lle- tegia y teoría stalinista del “socia-
ve al 'revisionismo reformista, y el lismo en un solo país” existía una
fuerte dosis de idealismo y volun-
no determinismo a la política re-
volucionaria; esta relación está tarismo, que despreciaba- las cons-
mal planteada, teórica e histórica- tn'cciones —materiales- impuestas
,mente. Teóricamente porque si por el mercado mundial y el atra-
no-se perciben los límites, inhe- so tecnológico ruso. Lo mismo se
rentes al sistema capita-lista, de la dio, de forma" multiplicada, en las

lucha reivindicativa, no se puede formulaciones -más clásicas del


entender por qué surgirá la con- maoísmo. ,
ciencia de trascender el sindicalis- Nuestro planteo ha sido ,enri-
rno reformista, por qué no se pu- quecido por los trabajos recientes
de_seguir soñando con un- de marxistas que han revalorizado

capitalismo .“humano”, impuesto la lógica dialéctica de El Capital, y


por el bloque de “progresista”, 'o. en particular; su relación con He-
seguir reduciendo la lucha al cam- gel.” Entre ellos, Smith (1990) ha
bio de ministro o gobierno de tur- destacado que el pensamiento de
no. Desde el puntode vista de la Marx incluye el énfasis en la “ne-
historia delas ideas y debates den- cesidad sistemáticaÏ’, derivada de.
tro del marxismo, la relación está la. dialéctica deldesarrollo de las

114
Mayo 1926
for-mas sociales mercantiles y capi- la teoria ‘de Marx del valor y la
talistas. Por eso mismo esta pers-
plusvalía'p'a‘ra s'u práctica politica
pectiv'a fundamenta una pólitiCa cotidiana). Citando una vez más a

revólucionaria; porque ésta'impli-V Smith, el objetivo de Marx era

ca la afirmación que las estructu- mostrar cómo los problemas so-


ras fundamentales. del capitalismo ciales que pretende'solucionar el
son necesariamente explotadoras reformista-tales como la explota-

y llevan en sí el germen de crisis. ción las crisis- son inherentes


Por el contrario, todo reformista de, y necesariamente conectados
—por una razón u otra- está preo- a, la forma "valor, y por lo tanto

cupado por cambiar estructuras demandan la abolición revolucio-

no fundamentales, con el'objetivo nan'a‘ de .las condiciones sociales

de convertirlas en no explotadoras existentes. '

y/o libres de c'risis. El tema es que En definitiva, la teoría marxia-

—Como dice Sinith- sólo desde na del capital está destinadaa dee
una teoría que trabaje con catego- mostrar la verdad de la 'sig'uiente

rías sistemáticas —que responden tesis (formulada en_ palabras de


a su vez al objeto social bajo estu- Engels, 1971): “... mientras exista
dio— se puede distinguir entre es- el modo de producción capitalista
tructuras fundamentales y no fun- será absurdo querer resolver aisla-
damentales, y no Caer en la ilusión
damente .-.. cualquier cuestión so-
deun con un poco de manipula- cial-que afecte a la suerte del obre-
ción estatal se pneden dar pasos .ro. La solución reside únicamente
decisivos hacia la abolición de la en la-abolición del modo de pro»
explotación capitalista. El mandé ducción capitalista.”

ta revolucionario sostiene que só- Pero esta tesis es rechazada por


lo atacando la propiedad privada, prácticamente todo el espectro de
la forma mercantil y dineraria, la lalizquierdïi (marxista y no marxis-
relación capital/ trabajo asalaria- ta) por “abstracta”, por .“no dar
_do, se puede avanzar en una trans- soluciones’Ï, porfderrotista”, por
formación revolucionaria hacia el “determinista y mecánica”, e'tc. Es-
socialismo; y el fundamento de es- ta tesis, sin embargo, la conside-

ta posición se encuentra en El Ca- ramos esencial para el rearme de

pital. Esto implica basar laactivi- la _‘lucha y la estrategia del movi-


miento obrero y de izquierda. No
dad política en la comprensión de
las tendencias inherentes y la lógi- niega la necesidad ni la posibili-
ca del sistema (no es casual que dad de arrancar todareforma po-
aun la izquierda radicalizada haya siblc al sistema, o- por defender
encontrado póco menos que inútil conquistas. Lo que subraya son las
L

Cuadernos del Sur '115


limitaciones de esa lucha, para Braverman, H. (1984). Trabajo y capital
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das del capitalismo no implica un
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llamado a la pasividad, sino a la
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Introducción) esta vinculación está explí-
para la critica de la economía politica
citamente señalada.
(Gmndrisse) 1857-1858, Siglo XXI,
2 Dice Aglietta (1979): “Denominare-
México. mos formas estructurales a las relaciones
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la lucha de clases. Mostraremos, pues, que
Jersey.
la regulación del capitalismo ha de inter-
Negri, A. (1991). “J. M.Keynes y la teoría
pretarse como una creación social".

Cuadernos del Sur 117


3 Tesis central. por otra parte, de la tiempos”, sostuvieron que la clase trabaja-
interpretación trotskista tradicional de las dora debía admitir y adaptarse a “las líneas
condiciones de la revolución; se basa enla ineludibles de la tendencia” imperantes en
famosa frase de Marx, sobre que ningún el mundo actual. y llegaron a sostener que
régimen desaparece hasta que no ha ago- era inútil la luc de los mineros ingleses.
tado las pósibilidades ¡de desanollo de las Como lo han pla rt'aldo las teóricos de la
fuenas productivas. En nuestra opinión, “lucha de clases", estamos ante un caso de
Elster'( 1990) demuestra convincentemen- verdadero derrotismo, fundamentado en
te cómo esta tesis'de Marx no es aplicable una sofisticada elaboración amdémim.
—ni habria sido intención del propio Marx 7 Ver Witlrcford (1994) para un parto
hacerlo- al capitalismo. ' ' rama general. Negri (1991) ilustra esta
4 Poulantzas terminó abandonando to- tesis. aplicada a la interpretación del key-
da posición revolucionaria lcninista en fa- nesianismo. . - .
vor dcl doble poder —influido por-lla 3 Elger (1979) o Burawoy‘(1978) son
experiencia dc la revolución portuguesa ejemplos significativos. Un resumen de la
de 1974- en favor ‘de. una estrategia de discusión, con una posición evaluativa. en

penetración y ocupación de puestos claves última instancia favorable a Braverman.


en‘cl aparato “estatal; argumentó que la qúe comparte nuestro trabajo puede verse
lucha dentro del aparato estatal sería ne- en Harvey (1990).

cesaria para cambiar el balance de fuer-¿as , 9'Ver en este sentido. la escuela nortea-

y permitir una transición socialista (Pou- mericana del “contested exchange", por
lantzas, 1979). Un ejemplo de cómo las ejemplo, Bowles y Gintis (1993).

interpretaciones estructuralistas extremas »_‘° Una expresión teórica de los


culminan, en la mayoría de los en primeros es. la revista journal of Past-Kqu
un voluntarismo idealista también extre- sian Economia; de la segunda coniente es
mo, que desconoce las constricciories de el journal qf Momia luna. En Argentina
clase —iparadójicamentelé, en este caso prácticamente todo el irevnesianismo es
del estado. . mas modemdo,- excepto cuando es torna-
5 Sin adscribir a las escuelas de la regu- do, de hecho. por los programas de la
lación o de la reformulación, ettContmmos isquierda radicalizada (por ejemplo, cuan-
este tipo de pensamiento y propuestas en do exige. programas de obras públicasrfi-
otros autores, que ven en un desarrollo nanciados con impuestos progresivos.
autónomo y lineal de la automatización el etc.).
demiurgo de la nueva realidad. Es el Cam ” HoWell (1995) señala este problema
de Gon, para quien la desaparición del clave de la estrategia sindical en el' movi-
trabajo asalariado sería producto de las miento obrero inglés.
tendencias ineludibles del desarrollo tec- ' ¡2 Para una defensa del determinismo
nológi'co, y no de la lucha delclases '-'que como central para la posibilidad de la
en esta visión no tiene rol que cumplir. La explicación científica de los acontecimien-
reducción del tiempo de trabajo para re- tos históricos, ver Pereyra (1979). Hoy la
dueir la desocupación se cónviertc tam- palabra determinismo ha adquirido un sig-
bién en una necesidad “natural” que se nificado casi peyomtivo. ya que se _la iden-
impone a‘ la sociedad de conjunto; ver tifica con “fatalismo”, esto es, que ‘un
Gorz (1989) y (1994). ' ' acontecimiento debe suceder cualesquiera
5 Recordemos que en Inglaterra teóri- sean las circunstancias prevalecientes y sin
cos y dirigentes del Partido Comunista importar lo que se haga para evitarlo"
inglés y otros apologistas de los .‘nuevos (Pereyra, l979). Tampoco debe identifi-

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Mayo de 1996
canse —en lo que hace al determinismo pecto a la economía, la tesis de que existe
mandano- con la idea de que el proceso “una capacidad creciente. para dirigir la
histórico avanza hacia una metal final, que ' evolución económica". En consonancia
guian'a el curso de la historia. cOn sus postulados neokantianos, también

¡3 Una CI'ÍLÍGI extensa y abarcativa la afirma entonces que existe cada vez más
encontramos en Brenner y Gliclt (1991); espacio, bajo el capitalismo, para la activi-
ver también Clarke (1992). La fuerte in- dad independiente en el terreno de la
fluencia de las tesis de la crisis basadas en ética; todo esto en el marco de limitar la
el subconsurnismo encaja en el caracter “férrea necesidad de la historia” en aras de
funcional de las luchas reivindicativas —en _abrir terreno “ala práctica de la democra-
última instancia- para salir de las crisis; cia social”. Vemos difícil de exagerar la
esto es tnuy claro en la interpretación de importancia de la “lógica del capital" cla-
la crisis del treinta. _ ‘ borada por Marx para combatir-a este
“ Dusscl (1985) cn su lectura de los refonnísmo, con tantas resonancias en la
Gmndrisse ha destacado este _aspectodel actualidad.
análisis de Marx, la “otredad” irreductible '3 Todavía más explícita es esta posi-
del trabajo frente al capital. ción en la crítica de'R. Luxemburgo a
'5 Y esto fundamenta la posibilidad'de Sombart (en La “dencia alemana" a rela-
formas “transitorias” de organización soda] guardia de las obreros). Este sostenía que la
revolucionarias, como'la instalación del participación de los salarios obreros en la
poder obrero. De lo contrario se cae en renta nacional sólo dependía de las rela-

formulaciones reformistas; ver al respecto ciones de fuerza entre las clases. Rosa
Trotsky (1980). Sobre la transitoriedad del Luxemburgo rechaza esta posición; expli-
doble poder en Rusia, ver Lenin (1973). ca que es precisamente la economía vulgar
¡5 También en Marx (1989, vol.- l) se la que “rechaza con la mayor complacen-
puede leer que "...no bien ha llegado _aser cia las ‘leyes naturales" establecidas por la
capital en cuamotal, produce sus propios economía clásica”, pero “con ello elimina,
supuestos... estos supuestos que origina- en general, toda eXplicaciÓn sometida a
riamente aparecían corno condiciones de leyes de la economía capitalista y proclama
su devenir se presentan ahora- como _elreirio de la ‘libre voluntadÏ, de la ‘ínter-
resultados de su propia realización, como vención consciente en los procesos socia-
realidad puesta por él: no como-condicio- les’, de la ‘fuerza‘ de los grupos sociales"
nes dc su génesis, sino como resultados de (R. Luxemburgo, 1974, '141).
su exrstencra". 19 Ver, por ejemplo, además de,Smith
¡7 Ver Benrstein (1966), primer capítu- (1990), a Shamsavar (1991) y Moseley, ed.
lo, donde el padre del revisionis‘mo defien- - (1993),"pata una revalorización de, la im-
de. con base en eSa independización portancia de la lógica hegeliana en El Ca-
creciente de los factores políticos con res- pital.

Cuademos del- Sur 119

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