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Expediente 2265-2010 1

APELACIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENTE 2265-2010
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, veintiuno de diciembre de dos mil
once.
En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de diecinueve de
mayo de dos mil diez, dictada por la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y
Antejuicio, en la acción constitucional de amparo promovida por la entidad Sylvania,
Sociedad Anónima, por medio de su Mandataria Especial Judicial y Administrativa con
Representación, Norka Ivette Aragón García, contra la Sala Segunda de la Corte de
Apelaciones de Trabajo y Previsión Social. La postulante actuó con el patrocinio de la
abogada Ana Raquel Villeda Osorio. Es ponente en este caso el Magistrado Vocal I,
Mauro Roderico Chacón Corado, quien expresa el parecer de este Tribunal.
ANTECEDENTES
I. EL AMPARO
A) Interposición y autoridad: presentado el cuatro de noviembre de dos mil nueve,
en la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio. B) Acto reclamado:
auto de ocho de octubre de dos mil nueve, por el que la autoridad impugnada confirmó el
emitido el seis de julio de dos mil siete, por el Juez Quinto de Primera Instancia de
Trabajo y Previsión Social del departamento de Guatemala y, como consecuencia, declaró
sin lugar el incidente de fijación de contragarantía, consistente en fianza, planteado por la
postulante dentro del juicio ordinario laboral promovido en su contra por Sonia Albertina
Molina de Maldonado. C) Violaciones que denuncia: al derecho de defensa y al
principio jurídico del debido proceso. D) Hechos que motivan el amparo: de lo
expuesto por la postulante y del estudio de los antecedentes, se resume: D.1)
Producción del acto reclamado: a) en el Juzgado Quinto de Primera Instancia de
Trabajo y Previsión Social del departamento de Guatemala, Sonia Albertina Molina de
Maldonado planteó en su contra juicio ordinario laboral; b) dentro del proceso de mérito
se decretó, como medida cautelar, el embargo sobre las cuentas de depósitos monetarios
registradas a su nombre; c) el catorce de junio de dos mil siete, solicitó en la vía
incidental el levantamiento de la misma, pretendiendo que se fijara una fianza como
contragarantía, pues, a su criterio, se garantizaban de mejor forma los derechos de la
demandante; petición que encuentra asidero legal en lo preceptuado en el artículo 533
del Código Procesal Civil y Mercantil; d) luego del trámite correspondiente, el Juez de
conocimiento, mediante auto de seis de julio de dos mil siete, declaró sin lugar el
incidente relacionado, al considerar que la contragarantía solicitada no podía prosperar,
ya que sustituir el embargo de cuentas de depósitos monetarias por la fianza pretendida,
provocaría tener que acudir a formalismos y gestiones adicionales, contraviniendo los
principios de tutelaridad, sencillez, realismo y objetividad que nutren el derecho laboral;
e) inconforme con esta última decisión, apeló, medio de impugnación que fue conocido
por la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Presión Social, Tribunal que,
mediante auto de ocho de octubre de dos mil nueve, confirmó el auto apelado, al estimar
que, en efecto, la decisión asumida por el Juez de los autos se encontraba conforme a
derecho, pues en el derecho laboral imperan, entre otros, el principio de tutelaridad
derivado de la desigualdad económica existente entre las partes, por lo que la sustitución
del embargo precautorio decretado sobre las cuentas de depósitos monetarios por la
fianza pretendida como contragarantía, no constituía una medida encaminada a
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garantizarle al actor el mismo resultado, razón por la cual su pretensión no podía


prosperar -acto reclamado-. D.2) Agravios que se reprochan al acto reclamado: la
accionante considera que la autoridad impugnada vulneró sus derechos constitucionales
enunciados, por los siguientes motivos: a) interpretó de forma aislada y arbitraria las
leyes laborales atinentes al caso concreto, sin considerar que la Constitución Política de la
República de Guatemala establece la igualdad tanto del patrono como del trabajador, por
lo que se le vedó el derecho de sustituir la medida de embargo sobre las cuentas de
depósitos monetarios, por la prestación de una fianza; y b) su pretensión no es evadir la
responsabilidad que pueda derivarse del proceso que subyace al amparo; sin embargo, el
artículo 326 del Código de Trabajo, la facultaba para aplicar lo dispuesto en el Código
Procesal Civil y Mercantil, específicamente lo preceptuado en el artículo 533 de dicho
cuerpo normativo, el cual establece que sí se puede constituir una garantía que sea
suficiente a favor de la parte actora, razón por la cual el incidente de contragarantía
promovido debió ser declarado con lugar. D.3) Pretensión: solicitó que se otorgue el
amparo y, como consecuencia, se deje sin efecto el acto reclamado. E) Uso de
recursos: ninguno. F) Casos de procedencia: invocó los contenidos en los incisos a),
b) y d) del artículo 10 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad.
G) Leyes que se estiman violadas: citó los artículos 12 y 265 de la Constitución
Política de la República de Guatemala; 326 del Código de Trabajo; y 533 del Código
Procesal Civil y Mercantil.
II. TRÁMITE DEL AMPARO
A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Terceras interesadas: a) Sonia Albertina
Molina de Maldonado; y b) Inspección General de Trabajo. C) Remisión de
antecedentes: copias certificadas de las partes conducentes de: a) expediente que
contiene el incidente de fijación de contragarantía L uno - dos mil seis - cuatro mil ciento
ochenta y cinco (L1-2006-4185) del Juzgado Quinto de Primera Instancia de Trabajo y
Previsión Social del departamento de Guatemala; y b) expediente de apelación
trescientos sesenta y siete - dos mil nueve (367-2009) de la Sala Segunda de la Corte de
Apelaciones de Trabajo y Previsión Social. D) Pruebas: los antecedentes del amparo. E)
Sentencia de primer grado: la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y
Antejuicio, consideró: “…la autoridad impugnada actuó dentro de las facultades que la
ley le confiere especialmente en el artículo 372 del Código de Trabajo, al considerar en el
caso que nos ocupa, que la aplicación supletoria de otras leyes, está condicionada a que
no sean contrarias a los principios del Derecho del Trabajo. Sobre la base anterior es
oportuno señalar que en el proceso de amparo, las pretensiones del solicitante deben
encaminarse a denunciar violación concreta y directa de preceptos constitucionales o
legales, y no pretender que este tribunal, se constituya para valorar, calificar y emitir un
juicio de valor de lo que ya fue discutido por la justicia ordinaria, aunado a ello, el hecho
de que lo resuelto por la autoridad impugnada sea contrario a sus intereses, no debe, ni
puede traducirse en violación a los derechos constitucionales denunciados como violados.
Lo anteriormente señalado denota la existencia de una tesis fundada en la que la acción
de amparo se pueda sustentar para otorgar la protección constitucional, por cuanto que
no se evidencia que con el actuar de la autoridad recurrida se haya vulnerado el derecho
de defensa contenido en el artículo 12 de la Constitución Política de la República de
Guatemala, así como se estima que no se violaron los demás artículos señalados por el
postulante, por lo que su actuación se encuentra enmarcada dentro de las atribuciones
que las leyes le otorgan. Para el caso que ahora se resuelve, la autoridad impugnada al
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realizar las actividades contenidas en el artículo 203 de la Constitución Política de la


República de Guatemala, tales como la potestad de juzgar y promover la ejecución de lo
juzgado y en el artículo 372 del Código de Trabajo al confirmar el auto emitido por el
Juzgado Primero de Trabajo y Previsión Social, de este departamento, lo hizo dentro de
los parámetros que las leyes indicadas establecen. Ello refleja que la autoridad
impugnada, aplicó correctamente la facultad conferida en las leyes ya indicadas, sin que
su ejercicio denote violación a derecho fundamental alguno. Lo arriba considerado
evidencia la improcedencia del presente amparo, que en consecuencia debe denegarse,
puesto que se estableció que no se conculcaron derechos del postulante, y que la
autoridad impugnada ha actuado dentro del ámbito de sus atribuciones y conforme a la
ley. En consecuencia se condena al pago de costas procesales a la postulante y se impone
la multa respectiva a la abogada patrocinante por ser la responsable de la juridicidad”. Y
resolvió: “…Deniega por notoriamente improcedente el amparo planteado por la entidad
Sylvania, Sociedad Anónima, y en consecuencia: a) se condena al pago de costas
procesales a la postulante; b) impone la multa de mil quetzales a la abogada patrocinante
Ana Raquel Villeda Osorio, quien deberá hacerla efectiva en la Tesorería de la Corte de
Constitucionalidad, dentro de los cinco días siguientes a partir de estar firme este fallo,
cuyo cobro en caso de incumplimiento, se hará por la vía legal correspondiente…”.
III. APELACIÓN
La postulante apeló manifestando únicamente inconformidad con la sentencia impugnada
e indicó que expresaría agravios en la audiencia correspondiente.
IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA
A) La accionante reiteró lo manifestado en su escrito inicial de amparo, enfatizando que
se le está vedando su derecho de hacer uso de una garantía que claramente cumple con
la finalidad establecida en las leyes procesales guatemaltecas aplicables al caso concreto,
pues lo que se busca es garantizar las resultas del proceso y la fianza pretendida cumple
con dicho propósito. Solicitó que se revoque el fallo apelado. B) El Ministerio Público
manifestó que comparte el criterio sustentado por el Tribunal a quo, ya que la autoridad
impugnada, al emitir el acto señalado como agraviante, procedió en estricto apego a las
normas constitucionales y legales que regulan la materia, de donde se advierte la
inexistencia de las violaciones denunciadas, por lo que el amparo no puede prosperar.
Solicitó que se confirme el fallo venido en grado. C) Sonia Albertina Molina de
Maldonado y la Inspección General de Trabajo, terceras interesadas, no
alegaron.
V. AUTO PARA MEJOR FALLAR
Esta Corte recabó copia certificada del expediente del juicio ordinario laboral L uno - dos
mil seis - cuatro mil ciento ochenta y cinco (L1-2006-4185) y, el incidente de fijación de
contragarantía cero un mil ochenta y siete - dos mil nueve - cero cero doscientos
veintinueve (01087-2009-00229), ambos del Juzgado Quinto de Trabajo y Previsión Social
de la Primera Zona Económica.
CONSIDERANDO
-I-
El agravio es un elemento esencial para la procedencia del amparo y, sin su
concurrencia, no es posible el otorgamiento de la protección que la mencionada acción
conlleva, sobre todo cuando la autoridad impugnada, al momento de emitir el acto que se
denuncia como agraviante, ha actuado en el ejercicio de sus atribuciones y funciones
reconocidas por la ley e interpretado y aplicado la norma en un sentido apropiado, lo que
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no patentiza la violación de alguno de los derechos fundamentales garantizados por la


Constitución Política de la República, los tratados internacionales y las leyes.
-II-
En el presente caso, la entidad Sylvania, Sociedad Anónima, acude en amparo
contra la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social,
señalando como lesivo el auto de ocho de octubre de dos mil nueve, por el que dicha
autoridad confirmó el emitido el seis de julio de dos mil siete, por el Juez Quinto de
Primera Instancia de Trabajo y Previsión Social del departamento de Guatemala y, como
consecuencia, declaró sin lugar el incidente de fijación de contragarantía, consistente en
fianza, que planteara dentro del juicio ordinario laboral promovido en su contra por Sonia
Albertina Molina de Maldonado.
La postulante aduce que tal proceder supone conculcación a su derecho de
defensa y al principio jurídico del debido proceso, por los motivos que quedaron
reseñados en el apartado de antecedentes del presente fallo.
-III-
El Tribunal de amparo de primer grado denegó la protección constitucional
solicitada por considerar que la autoridad impugnada, al emitir el acto reclamado, actuó
con base en las facultades que le conceden los artículos 203 constitucional y 372 del
Código de Trabajo, al considerar que la aplicación supletoria de otras leyes, está
condicionada a que no sean contrarias a los principios del Derecho del Trabajo y, que por
ello, el hecho de no haberse accedido a la sustitución de la medida precautoria
correspondiente no causaba agravio; además, estimó que las pretensiones de la
postulante deben encaminarse a denunciar violación concreta y directa de preceptos
constitucionales o legales, y no pretender que se emita un juicio de valor que ya fue
sostenido por la justicia ordinaria, por ende no se vulneró el derecho de defensa
enunciado.
La postulante manifestó en los alegatos del recurso de apelación que lo
considerado por la autoridad impugnada y por el tribunal de primer grado, viola
flagrantemente su derecho de defensa y el principio jurídico del debido proceso, al
vedársele el derecho de sustituir una garantía por otra que cumple con la finalidad
establecida en las leyes procesales guatemaltecas, lo que se busca con una medida
precautoria es garantizar las resultas del proceso, por ende la fianza cumple con dicho
requisito, por lo que estima violados los artículos 326 del Código de Trabajo (que admite
la aplicación supletoria del Código Procesal Civil y Mercantil) y el 533 del Código Procesal
Civil y Mercantil, en este último se regula claramente el procedimiento a seguir para
sustituir una garantía por otra, repercutiendo con tal confrontación legal afectados los
derechos de otros trabajadores.
Esta Corte estima pertinente señalar que la medida cautelar consiste,
fundamentalmente, en la resolución que dicta un juez con el objeto de garantizar la
eficacia de la sentencia que habrá de emitir, una de tales medidas es el embargo
precautorio sobre las cuentas de depósitos monetarios. El fin último de las medidas
cautelares es, precisamente, garantizar las resultas del juicio y, con ello, la eficacia de la
sentencia. Para su otorgamiento, debe determinarse el presupuesto denominado por la
doctrina como “periculum in mora”, el cual se configura como el daño marginal que puede
derivar del retraso -consecuencia inevitable de la lentitud de los procesos tramitados ante
la jurisdicción ordinaria- en la resolución definitiva, poniéndose en relieve que si esta
última fuera instantánea, perderían sentido las medidas cautelares; en el caso de la
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medida específicamente referida (embargo de cuentas bancarias), se pretende limitar la


disposición sobre los montos que se encuentran depositados en una institución bancaria,
a efecto de que se garanticen el resultado del proceso.
Cabe mencionar que las medidas precautorias son, por regla general, de
interpretación restringida, por cuanto tienden a limitar o prohibir de una u otra forma,
según su especie, las garantías procesales (individuales, sociales económicas y políticas)
que prevé la Constitución Política de la República de Guatemala, teniendo sólo como
fundamento un juicio conjetural basado en presunciones humanas. Lo anterior, permite
señalar que las medidas cautelares intentan evitar los peligros inherentes a la dilación del
proceso jurisdiccional, procurando garantizar desde el momento de la presentación de la
demanda -e incluso en ocasiones, con anterioridad a ésta- la efectividad futura del
derecho afirmado por el demandante.
En materia laboral, las medidas cautelares propiamente las encontramos reguladas
en el segundo párrafo del artículo 332 del Código de Trabajo, que en su parte conducente
dispone: “…En la demanda pueden solicitarse las medidas precautorias, bastando para el
efecto acreditar la necesidad de la medida…”. Tal disposición se limita a señalar como
requisito para obtener la medida precautoria que se acredite la necesidad del
otorgamiento de la misma, sin abordar aspectos particulares a tomarse en cuenta para el
efecto. El artículo 527 del Código Procesal Civil y Mercantil -norma aplicable
supletoriamente de conformidad con el artículo 326 del Código de Trabajo-, regula:
“Podrá decretarse precautoriamente el embargo de bienes que alcance a cubrir el valor de
lo demandado, intereses y costas, para cuyo efecto son aplicables los artículos referentes
a esta materia establecidos para el proceso de ejecución”. Por su parte, el artículo 533 de
la Ley Ibídem, preceptúa: “En cualquier caso en que proceda una medida cautelar, salvo
lo dispuesto en el artículo 524 para el arraigo, el demandado tiene derecho a constituir
garantía suficiente a juicio del Juez, que cubra la demanda intereses y costas, para evitar
la medida precautoria para obtener su inmediato levantamiento…”. Si bien el contenido
de la norma últimamente referida regula como derecho del demandado la posibilidad de
constituir garantía suficiente para obtener el levantamiento de la medida precautoria,
también resalta que para conceder la sustitución correspondiente el juez debe calificar su
procedencia, pues la previsión legal expresamente alude a que la garantía debe ser
“suficiente a juicio del juez”. De allí que deba reconocerse que la disposición jurídica que
se analiza regula la facultad que se le confiere al juez para determinar la procedencia y
pertinencia de la medida precautoria solicitada por el interesado, de tal forma que, el
criterio del juzgador, debe ceñirse, en primer término, a los principios que nutren el
derecho de trabajo; en segundo lugar, de acuerdo con la equidad y la costumbre y, por
último, con base a los principios y leyes de derecho común, tal y como lo establece el
artículo 15 del Código de Trabajo.
En ese orden de ideas, el régimen del proceso civil, en lo referente a medias
precautorias o cautelares, es diferente al del proceso laboral; este último, caracterizado
por la sencillez y el antiformalismo, pues únicamente requiere acreditar la necesidad de la
medida, la que, como ya se expuso, debe interpretarse como una acepción acorde con los
principios rectores del derecho laboral, es decir, sencilla y antiformalista, bastando que se
exponga, en forma razonada, el por qué de la necesidad de la medida precautoria.
Es importante señalar que el contexto de la regulación contenida en el artículo 533
del Código Procesal Civil y Mercantil, permite reconocer que el Juez resulta responsable
de cuidar que la garantía que se pretenda constituir para levantar una medida precautoria
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cumpla la función esencial de esa clase de prevenciones, que como se dijo, es asegurar
que la sentencia que se dicte sea efectivamente cumplida, en consecuencia, a su criterio,
el juez debe admitir estas pretensiones tomando en cuenta las constancias procesales,
para que sus decisiones sean eficaces y suficientes para asegurar las resultas del proceso,
de manera tal que, tanto la medida cautelar que originalmente se dicte como la
contragarantía que pueda constituirse para el levantamiento de aquella, deben fijarse de
forma arbitraria, sino cuidando que se cumpla el fin ulterior para el cual fue prevista por
el legislador, es decir, reduciendo el peligro en el retardo (periculum in mora), derivado
de la duración de la actividad jurisdiccional propia del proceso de conocimiento,
considerado en sí mismo como posible causa de un sucesivo daño. La normativa antes
citada prevé la posibilidad de sustituir una garantía por otra, señalando que la misma
podrá consistir en hipoteca, prenda o fianza, y que una vez formalizada la garantía la
medida precautoria dictada será levantada, situación que se tramita en forma de
incidente. Sobre el particular es pertinente realzar que el motivo por el cual se tramita por
esta vía es, precisamente, el hecho de que el juez para sustituir una medida cautelar,
necesita obtener los elementos necesarios, que le permitan determinar la viabilidad de
esa sustitución, la que a su vez, también debe atender a los principios y garantías que
nutren al derecho laboral.
De conformidad con el artículo 2100 del Código Civil, por el contrato de fianza una
persona se compromete a responder por las obligaciones de otra. Como elemento
personal de dicho contrato tenemos al fiador y al fiado. El elemento real consiste en la
obligación que debe ser válida (de dar, hacer o no hacer) y, por último debe constar por
escrito para su validez, situación que constituye el elemento formal. Para poder ejecutar
dicha fianza, es necesario que el interesado acuda ante un órgano jurisdiccional y
promueva el proceso establecido en el Título II, Capítulo I, del Código Procesal Civil y
Mercantil (juicio ejecutivo).
En el presente caso, dentro del proceso sub litis, a petición de la parte actora se
decretó el embargo precautorio con carácter de intervención de la empresa mercantil
propiedad de la entidad Sylvania, Sociedad Anónima. La postulante planteó incidente de
fijación de contragarantía, pretendiendo levantar la medida precautoria aludida,
sustituyéndola por una fianza, a efecto de cubrir la demanda, intereses y costas
procesales causadas. El Juez Quinto de Trabajo y Previsión Social del departamento de
Guatemala declaró sin lugar dicho incidente, en resolución de seis de julio de dos mil
siete, la cual fue apelada por la accionante, medio de impugnación que fue conocido por
la Sala reprochada, Tribunal que, en auto de ocho de octubre de dos mil nueve (acto
reclamado), indicó: “…al hacer el estudio correspondiente de la contragarantía solicitada
se comparte el criterio del Juez ad quem en el sentido que en derecho laboral imperan los
principios de sencillez, tutelaridad y poco formalista. Es por ello que se considera que la
resolución del Juez ad quem se encuentra conforme a derecho…”.
Al hacer el análisis respectivo, esta Corte considera que la autoridad impugnada, al
emitir el acto señalado como lesivo, ningún agravio le ocasionó a la amparista, ya que si
bien el artículo 533 del Código Procesal Civil y Mercantil, establece que el demandado
tiene derecho a constituir garantía, también lo es que esa pretensión debe ser analizada y
resuelta por el juez que conoce el caso para acceder o no, según corresponda en el
marco jurídico y fáctico que caracterice el caso concreto de que se trate, para lograr el
cometido que se persigue con esa clase de medidas susceptibles de adoptarse en los
proceso para asegurar el resultado de éstos, conforme los principios del derecho ya
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citados en este fallo, particularmente los que caracterizan el proceso laboral; para ello, el
juez deberá cuidar que la garantía que pretenda constituirse sea suficiente para cubrir el
monto de lo reclamado en la demanda, los intereses y las costas procesales causadas,
situación que en el presente caso hizo valer tanto el Juez de primera instancia, como la
autoridad impugnada, coincidiendo ambos en que no era pertinente sustituir el embargo
precautorio sobre cuentas de depósitos monetarios decretado, por la fianza pretendida
por la parte demandada -ahora amparista- pues, tal y como lo indicó el Juez Quinto de
Primera Instancia de Trabajo y Previsión Social de la Primera Zona Económica, mediante
auto de seis de julio de dos mil siete, de acceder a la pretensión de la ahora postulante
provocaría que la parte demandante dentro del proceso sub litis, acudiera a formalismos y
gestiones adicionales que el embargo actualmente no implica por ser un crédito efectivo,
encontrando este Tribunal que la autoridad reprochada, al confirmar tal decisión actuó en
uso de sus facultades legales, pues también estimó que era más beneficiosa para la
trabajadora Sonia Albertina Molina de Maldonado, la medida de embargo aludida, en
atención a los principios de sencillez, realidad y objetividad que nutren al derecho de
trabajo, mismos que, en congruencia con el principio protectorio considerado
integralmente, implican la pertinencia de que el juzgador tutele de manera especial los
derechos del trabajador, en tal virtud, cabe acotar que la sustitución de la medida
cautelar correspondiente, pudo resultar procedente si, por ejemplo, se hubiere propuesto
asegurar el resultado del proceso con hipoteca –factible conforme el contenido del
artículo 533 ya citado-, que como tal, resulta eficaz por la facilidad que, en su momento,
puede presentar la ejecución de la sentencia sobre bienes inmuebles propiedad del
demandado-; por todo lo considerado, debe reconocerse que la decisión judicial
reclamada encuentra asidero legal en lo preceptuado en los artículos 527 y 533 del
Código Procesal Civil y Mercantil.
El criterio relativo a que el juez que conoce un juicio laboral tiene no solamente
facultad, sino obligación de analizar las circunstancias propias del caso para resolver la
pretensión de levantar medidas cautelares mediante la constitución de garantía
(sustituyéndola por otra), ha sido sostenido por esta Corte en sentencias de nueve de
diciembre de dos mil diez y doce de abril de dos mil once, dentro de los expedientes mil
novecientos siete – dos mil diez (1907-2010) y tres mil setecientos seis – dos mil diez
(3706-2010) al confirmar la desestimación de otros dos amparos también promovidos por
la entidad ahora amparista, en los que reclamó contra decisiones adoptadas dentro del
proceso que sirve de antecedente al presente amparo, relativas a desestimar otras dos
gestiones que promovió para levantar la medida cautelar de embargo de cuentas de
depósitos monetarios correspondiente.
Lo anteriormente analizado, permite concluir que la autoridad impugnada, al
confirmar la decisión que conoció en alzada, actuó de conformidad con las facultades que,
como Tribunal de segunda instancia, le confiere el artículo 372 del Código de Trabajo,
debiéndose tomar en cuenta que el criterio valorativo sostenido por dicha autoridad no
puede ser analizado mediante la presente acción constitucional, ya que, como se expuso,
la procedencia y pertinencia de la sustitución de la medida cautelar es una facultad que le
corresponde única y exclusivamente a los jueces y tribunales de la jurisdicción ordinaria,
no pudiéndose valorar dicho criterio mediante la presente acción constitucional.
Por las razones antes expuestas, este Tribunal estima que los argumentos vertidos
por la accionante mediante el presente amparo carecen de fundamento, por lo que no
existe agravio que sea reparable por esta vía, ya que el sólo hecho de que lo resuelto no
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sea favorable a los intereses de la postulante, no implica vulneración a derecho


constitucional alguno, pues, como se indicó anteriormente, la autoridad impugnada actuó
conforme a la ley y las facultades que la misma le confiere, situación que permite concluir
que la presente acción constitucional deviene improcedente, por lo que, al haber resuelto
en ese sentido el Tribunal a quo, debe confirmarse la sentencia venida en grado.
LEYES APLICABLES
Artículos citados y 265, 268 y 272, inciso c), de la Constitución Política de la
República de Guatemala; 7º., 8º., 10, 42, 44, 46, 47, 57, 60, 61, 66, 67, 149, 163, inciso
c), 185 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad y 17 del Acuerdo
4-89 de la Corte de Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas,
resuelve: I) Sin lugar el recurso de apelación promovido; en consecuencia, se confirma
la sentencia apelada. II) Notifíquese y, con certificación de lo resuelto, devuélvanse los
antecedentes.

ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE


PRESIDENTE

MAURO RODERICO CHACÓN CORADO HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA


MAGISTRADO MAGISTRADO

ROBERTO MOLINA BARRETO GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR


MAGISTRADO MAGISTRADA

RICARDO ALVARADO SANDOVAL HÉCTOR EFRAÍN TRUJILLO ALDANA


MAGISTRADO MAGISTRADO

MARTÍN RAMÓN GUZMÁN HERNÁNDEZ


SECRETARIO GENERAL

AMPLIACIÓN

EXPEDIENTE 2265-2010
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, veinte de enero de dos mil doce.
Se tiene a la vista para resolver la solicitud de ampliación presentada por Sonia
Albertina Molina de Maldonado, tercera interesada, de la sentencia emitida por esta Corte
el veintiuno de diciembre de dos mil once, dentro del expediente formado por apelación
de sentencia, en el amparo promovido por la entidad Sylvania, Sociedad Anónima, contra
la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social.
ANTECEDENTES
I) DEL PLANTEAMIENTO DEL AMPARO Y RESOLUCIÓN DE PRIMER GRADO: En
el proceso constitucional dentro del cual se plantea la impugnación que ahora se resuelve,
la postulante señaló como acto reclamado la resolución de ocho de octubre de dos mil
nueve, por medio de la cual la Sala mencionada confirmó la emitida el seis de julio de dos
mil siete, por el Juez Quinto de Primera Instancia de Trabajo y Previsión Social del
departamento de Guatemala y, como consecuencia, declaró sin lugar el incidente de
fijación de contragarantía, consistente en fianza, planteado por la accionante dentro del
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juicio ordinario laboral promovido en su contra por Sonia Albertina Molina de Maldonado.
La Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio, denegó la
protección constitucional solicitada en sentencia de diecinueve de mayo de dos mil diez.
II) DE LA APELACIÓN PROMOVIDA Y LA RESOLUCIÓN DE SEGUNDO GRADO: La
amparista apeló el fallo dictado por el Tribunal de Amparo de primer grado. Esta Corte, al
conocer en alzada, dictó la sentencia de veintiuno de diciembre de dos mil once, por la
que declaró sin lugar el recurso instado y, en consecuencia, confirmó la decisión venida
en grado por considerar que la autoridad impugnada actuó con apego a Derecho y su
proceder no evidencia comisión de violación constitucional.
III) DE LOS ARGUMENTOS DE LA AMPLIACIÓN: La interponente solicita que la
sentencia impugnada se amplíe a efecto de que esta Corte se pronuncie respecto de la
condena de daños y perjuicios requerida en memoriales presentados ante este Tribunal.
Estima que la condena de daños y perjuicios tiene su asidero legal en los artículos 28 de
la Constitución Política de la República de Guatemala; 2º y 59 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad y en la sentencia dictada por la Corte de
Constitucionalidad el once de enero de dos mil seis, dentro de los expedientes
acumulados setecientos catorce, setecientos sesenta y uno y ochocientos diez, todos de
dos mil cinco (714-2005, 761-2005 y 810-2005). De esa cuenta, considera que es
procedente la ampliación instada, en virtud de que la postulante ha planteado otros dos
procesos constitucionales sobre el mismo tema, los cuales fueron declarados sin lugar;
todo ello evidencia daños y perjuicios que se generaron durante la tramitación del amparo
aludido y la intención de retardar indefinidamente el trámite del juicio ordinario laboral
planteado en su contra.
CONSIDERANDO
-I-
De conformidad con el artículo 70 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, si se hubiere omitido resolver alguno de los puntos sobre los que
versó el amparo, podrá solicitarse la ampliación.
-II-
El remedio procesal antes indicado procede cuando en el fallo que se cuestiona se
ha dejado de resolver alguna cuestión de las solicitadas en el planteamiento del amparo.
En el presente caso, de la lectura del escrito contentivo de la solicitud promovida y
del estudio del fallo aludido, esta Corte advierte que en lo que concierne a lo
argumentado por la tercera interesada en la ampliación planteada, se omitió hacer
pronunciamiento con relación a su petición de condenar a la entidad Sylvania, Sociedad
Anónima -en su calidad de postulante-, al pago de daños y perjuicios que provocaron la
tramitación del amparo. Al respecto, esta Corte estima que no es procedente hacer tal
condena por no concurrir las circunstancias que ameritan su imposición. De ahí que debe
hacerse el pronunciamiento que en derecho corresponde, al accederse a la ampliación
promovida.
LEYES APLICABLES
Artículo citado y, 265, 268, 272 inciso i) de la Constitución Política de la República
de Guatemala; 7º, 71, 149, 163 inciso i) y 185 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y
de Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad con base en lo considerado y leyes citadas
resuelve: I) Con lugar la solicitud de ampliación presentada por Sonia Albertina Molina
Expediente 2265-2010 10

de Maldonado y, como consecuencia, se amplía la sentencia de veintiuno de diciembre de


dos mil once, en el sentido de que no procede condenar al pago de daños y perjuicios a la
entidad postulante, por la razón que quedó apuntada en la parte considerativa del
presente auto. II) Notifíquese.

ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE


PRESIDENTE

MAURO RODERICO CHACÓN CORADO HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA


MAGISTRADO MAGISTRADO

ROBERTO MOLINA BARRETO GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR


MAGISTRADO MAGISTRADA

RICARDO ALVARADO SANDOVAL HÉCTOR EFRAÍN TRUJILLO ALDANA


MAGISTRADO MAGISTRADO

VICTOR MANUEL CASTILLO MAYEN


SECRETARIO GENERAL ADJUNTO

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