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ANÁLISIS DE LA ENCÍCLICA SPIRITUS PARACLITUS

Carta encíclica del Papa Benedicto XV, concerniente al estudio bíblico, en conmemoración
del XV centenario de la muerte de San Jerónimo, publicada el 15 de septiembre de 1920.

El propósito de la encíclica es promover el estudio y la lectura de la Biblia a la luz de la


enseñanza y el ejemplo de San Jerónimo. Se resume su doctrina sobre la inspiración y la
importancia de conocer y estudiar las Sagradas Escrituras, y la contrasta con algunos puntos
de vista modernos. Según el Gran Doctor, la Biblia está inspirada entera y, como tal, es
inerrante.

La encíclica se nos llama amarla, honrarla, como también nos invita a ver el camino que
siguió San Jerónimo con respecto a las Sagradas escrituras tomándo aquella frase de la biblia
que dice: habiendo hallado el tesoro, por la alegría del hallazgo va y vende todo lo que tiene
y compra el campo. Hay que acoger el estudio de la biblia con humildad, mansedumbre y
con una voluntad bien dispuesta, para que la podamos entender a la luz del Espíritu Santo
con que fue escrita. Teniendo en cuenta también las grandes enseñanzas dejadas por los
Santos Padres y la fe romana.

En cuanto al estudio de las Escrituras hay que estar siempre unido a la catedra de Pedro para
salvaguardar que no se den falsas interpretaciones de los sagrados textos. San Jerónimo
siempre fue un hombre celoso en defender la integridad de la fe, por eso luchó fuertemente
con los que se habían apartado de la Iglesia (herejes). Este ejemplo de San Jerónimo es tan
necesario en los días de hoy dice el papa, para estar preparados contra quienes atentan con
los Sagradas Escrituras, desvalorándola muchas veces.

San Jerónimo nos recomienda incansablemente a todos a la lectura cotidiana de la palabra


divina, meditarla día y noche, para que así nos volvamos expertos en distinguir lo que es
buen metal y cuál es el falso metal. Siempre y cuando se acerque a la palabra de Dios con
espíritu piadoso, con ánimo humilde y deseo de aprovechar.

Se nos invita también a divulgar con mayor diligencia el mensaje del Señor, para que así se
produzcan abundantes frutos en la iglesia de Dios y que cada día sean mas los que se acercan
a la mesa de la doctrina Celestial. San Jerónimo exhorta especialmente a todos aquellos que
han sido llamados a la predicación de la palabra divina, a que nunca se les caiga de las manos,
ni se aparte los ojos El Libro Sagrado, aprendan ahí lo que han de saber y enseñar; y también
como defender a la Iglesia.
El papa exhorta por otra parte a los clérigos y sacerdotes que no deben abandonar el estudio
de las Sagradas Escrituras y que lo hagan a la luz de la encíclica Providentissimus Deus del
papa León XIII.
Según el ejemplo y la autoridad de San jeronimo, de qué virtudes debe estar adornado el que
se consagra a la lectura y al estudio de la Biblia; es decir hacia dónde debe dirigirse y qué
debe pretender el conocimiento de las Sagradas Letras.
 Ante todo, se debe buscar en estas páginas el alimento que sustente la vida del espíritu
hasta la perfección.
 De la Escritura han de salir, cuando sea necesario, los argumentos para ilustrar,
confirmar y defender los dogmas de nuestra fe.
 El uso más importante de la Escritura es el que dice relación con el santo y fructuoso
ejercicio del ministerio de la divina palabra. Su palabra no tendría ni autoridad, ni
peso, ni eficacia para formar las almas si no estuviera informada por la Sagrada
Escritura y no recibiese de ella su fuerza y su vigor. Culmina diciendo “nada
conmueve tanto como un ejemplo sacado de las Escrituras Santas”.

El santo Doctor enseña sobre las reglas que deben guardarse en el empleo de la Biblia, aunque
también se refieren en gran parte a los intérpretes, pero miran sobre todo a los sacerdotes en
la predicación de la divina palabra. Dice lo siguiente:
 Consideremos diligentemente las mismas palabras de la Escritura, para que conste
con certeza qué dijo el autor sagrado.
 Se debe buscar la significación y el contenido que encierran las palabras, porque al
que estudia las Escrituras Santas no le son tan necesarias las palabras como el sentido.
 Debemos, ante todo, fijar nuestra atención en la interpretación literal o histórica.
 No debemos pararnos en el solo sentido literal, sino buscar en lo más hondo el sentido
divino.
 Por lo que se refiere a la manera de exponer y de expresarse, se busca sobre todo la
fidelidad, establece San Jerónimo que se debe mantenerla verdad de la interpretación,
y el deber del comentarista es exponer no lo que él quisiera, sino lo que pensaba aquel
a quien interpreta. En la exposición de las Santas Escrituras no interesan las palabras
rebuscadas ni las flores de la retórica, sino la instrucción y sencillez de la verdad.

San Jerónimo consideraba y comentaba con su amigo Paulino, que vivir los misterios de la
Sagrada Escritura es como, es como vivir ya el paraíso en la tierra, eran sus manjares favoritos
para Jerónimo. Para el conocimiento de las Sagradas Escrituras era algo que le daba mucha
autoridad en su celo, cuando se enfrentaba a los herejes de esos tiempos.
Estaba tan persuadido Jerónimo de que este conocimiento del sagrado texto era el mejor
camino para llegar al conocimiento y amor de Cristo Nuestro Señor, que no dudaba en
afirmar: Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo.

Cristo es la referencia del Antiguo y del Nuevo Testamento. Hacia Cristo, como a su centro,
convergen todas las páginas de uno y otro Testamento, Cristo es el árbol donde brotan ambas
riberas. Era tan grande el amor a Cristo que le consumía, lo llevaba, pobre y humilde con
Cristo, libre el alma de toda preocupación terrena.
Decía este Santo: “Yo, cuando leo el Evangelio y veo allí los testimonios sacados de la ley y
de los profetas, considero sólo a Cristo; si he visto a Moisés y a los profetas, ha sido para
entender lo que me decían de Cristo”.
Además de la atracción por la Sagradas Escrituras, también se sentía continuamente atraído
con fervor hacia la santísima Eucaristía; ni era menor su veneración y piedad para con la
Madre de Dios, cuya virginidad perpetua defendió con todas su fuerzas, para nadie es
extraño, que San Jerónimo se sintiera tan fuertemente atraído por los lugares de Palestina que
el Redentor y su Madre santísima hicieron sagrados con su presencia.

Con todo esto San Jerónimo, tiene un papel y un lugar único dentro de la iglesia Católica y
modelo del amor hacia las Sagradas escrituras, es toda una autoridad en esta rama, digno
ejemplo a seguir por todos nosotros.

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