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La violencia proyectada en el círculo familiar presenta características

propias y singulares, netamente diferentes a las que se sucede en


otros lugares. El autor Emilio R. Donat Laporta conceptúa este tipo de
violencia como: “El conjunto de actos agresivos interpersonales
reiterados de naturaleza física y/o psíquica realizados por cualquiera
de los miembros del núcleo familiar , dirigidos contra otros integrantes
del mismo , siendo vigente o no la relación origen de dicho núcleo.”

La Violencia Familiar es por hoy una de las más evidentes formas de


abuso contra los Derechos Humanos, no solamente en el Perú sino en
todo el mundo, es un mal endémico que arrastramos a travez de la
historia y cuya situación se hace mas conocida -paradójicamente- a raíz
de los contínuos esfuerzos por frenarla, esto afecta a todos, ya sea
directa o indirectamente siendo aquellos que la padecen mujeres,
madres, adolescentes, niñas, niños y ancianos, en su mayoría,
ocasionando graves consecuencias en su desarrollo físico, psicológico
y emocional. La violencia familiar en cualquiera de sus manifestaciones,
destruye o disminuye en las víctimas sus posibilidades de participar en
la vida política social y económica del país, pues limita e impide el
desarrollo de todas sus capacidades.

Como algunos autores han señalado , es paradójicamente en la familia


donde tenemos mayores probabilidades de sufrir un episodio violento.
Sin embargo, la violencia no se ejerce de manera indiscriminada en este
núcleo Es evidente que determinados integrantes del mismo en
particular mujeres, niños y ancianos son objeto con mayor frecuencia del
maltrato, al ser percibidos como los más débiles y vulnerables por parte
del agresor o agresora. Como lógica consecuencia se afecta la salud de
las víctimas en desmedro de su autoestima, surgiendo sentimientos de
depresión, ansiedad, miedo, terror, odio, venganza, impotencia, llegando
incluso a atentar contra su propia vida o asesinar al agresor, la víctima
muchas veces sufre daños irreparables o incluso pueden llegar a
perder la vida. No obstante muchas veces se ocultan estas agresiones
por vergüenza, temor o desconocimiento de los derechos que le
amparan a uno.

En nuestro pais la Ley de Violencia Familiar promulgada el 25 de junio


de 1997 aborda en su artículo 2do. la definición de la Violencia Familiar
así como las partes que son consideradas como tales para que se
produzca tal Violencia, al efecto tal veamos las características que
conlleva a cada una de estas:

Es decir que debe existir el vínculo matrimonial establecido con los


requisitos previstos en el artículo 248 del Código Civil, aún cuando
existiesen causales de invalidez se considera como efectivo este estado
hasta que no se pruebe lo contrario mediante declaración jurisdiccional
expresa.-------------------------------------------------------------------------------------

Es decir que debe existir resolución judicial que haya disuelto dicho
vínculo matrimonial y por consiguiente tienen el estado legal de
divorciados, no siendo suficiente la separación de hecho.

:
Esta es una situación de estado contínuo de cohabitación entre un
hombre y una mujer con las mismas prerrogativas de un matrimonio
común, con la diferencia que no existe vínculo matrimonial de carácter
civil, adviértase que nuestro ordenamiento solamente reconoce el
matrimonio civil como válido para efectos legales, quiere decir esto por
ejemplo que si eventuales parejas estuvieran casados por matrimonio
religioso nuestra normatividad los consideraría como convivientes.
:
En este caso es suficiente considerar que la relación habitual de vida en
común de una pareja con responsabilidades incluso de padres, ha
cesado, esto es simple de plasmar por ejemplo con una constancia de
abandono de hogar o una constatación al respecto efectuada por
autoridad policial o política y/o competente de la jurisdicción adonde
pertenezca el o los interesados.

:
En este caso se debe considerar en forma indefinida a los parientes
directos en un tronco común vertical y consanguíneo de manera
ascendente o descendente ya sean padres, abuelos, bisabuelos etc. o el
caso de hijos nietos, bisnietos etc. respectivamente .
Nuestro ordenamiento civil ha contemplado el sistema latino como
referente para determinar el grado de parentesco haciendo que se
retorne al tronco común de quienes se pretende establecer el
parentesco para así establecer el grado de consanguinidad o afinidad,
esto es distinto al sistema
germánico el cual propulsa la clasificación de grados de parentesco en
función absoluta de las líneas generacionales. El sistema adoptado sirve
para precisar el grado de parentesco en la forma de clasificación que a
continuación se define.

Para definir este extremo debemos remitirnos a lo establecido por el


artículo 236 del Código Civil el mismo que a la letra expresa “El
parentesco consanguíneo es la relación familiar existente entre las
personas que descienden una de otra o de un tronco común.” Y mas
adelante: “En la línea colateral, el grado se establece subiendo de uno
de los parientes al tronco común y bajando después de dicho tronco
común hasta el pariente de quien se requiere la referencia”, es decir se
comprendería a sobrinos y tíos por línea materna o paterna hasta los
primos hermanos, y en el caso del parentesco por afinidad (derivada
de la institución matrimonial) se logra alcanzar en simple fórmula al
sustituirse en lugar del cónyuge así por ejemplo si la esposa es pariente
por consanguinidad en primer grado respecto de su padre, el esposo lo
será pariente de su suegro en primer grado por afinidad, y si la esposa
es pariente en segundo grado de consaguinidad respecto de su
hermano, el esposo lo será en segundo grado por afinidad respecto de
su cuñado.

Por ello no se encuentran dentro de los alcances los hijos de


los primos hermanos entre sí ya que se hallarían estos dentro del
sexto grado de consanguinidad, ni tampoco se hallarían
comprendidos los padres de la conviviente o sus
hermanos salvo que estos vivan dentro de un mismo inmueble.

Es decir por la naturaleza propias de las relaciones familiares en


ocasiones se tiene que habitan personas que no tienen ningún vínculo
consanguíneo menos afin, pero que por razón del tiempo de
cohabitación común es considerado como un miembro más en la familia,
no deben mediar relaciones contractuales o laborales así sean de índole
verbal como el caso de las empleadas del hogar por ejemplo, y
finalmente.

8.- QUIENES HAYAN PROCREADO HIJOS EN COMUN, INDEPENDIENTEMENTE


QUE CONVIVAN O NO AL MOMENTO DE PRODUCIRSE LA VIOLENCIA

Este extremo es aplicable al caso de que la eventual pareja no haya


concretado su estabilidad sentimental por diversos motivos, no
existiendo mas lazo que el haber tenido un hijo entre ambos, al margen
de que hayan realizado o no vida en común, es de verse entonces que
el lazo en común viene a ser el hijo habido el cual por obvias razones
ocasionaría desavenencias de opinión de los padres.
Con respecto al parentesco es conveniente complementar la información
aportada en base a algunas de sus variables:

padre - hijo (primer grado de consanguinidad en línea recta)

abuelo- nieto ( segundo grado de consanguinidad en línea recta)

bisabuelo-bisnieto (tercer grado de consanguinidad en línea recta)

tatarabuelo- tataranieto (cuarto grado de consanguinidad en línea


recta)

tío - sobrino ( tercer grado de consanguinidad en línea colateral)

entre primos hermanos (cuarto grado de consanguinidad en línea


colateral)

yerno- suegro (primer grado de afinidad)

esposo-cuñado (segundo grado de afinidad)

En consecuencia, es de verse que las agresiones que se produzcan


entre personas que no esten comprendidas dentro de estos alcances no
puede entenderse como violencia familiar, y más bien deben merecer
ser tramitadas directamente en procedimientos distintos como podrían
ser por ejemplo procesos de faltas, procesos penales o en la vía de
querella (por calumnia, injuria o difamación), o bien como proceso civil
por daño moral si la víctima prefiere obtener una indemnización
pecuniaria, etc. todo ello dependiendo sobre todo de lo que pretende
alcanzar la parte agraviada y poder dirigir así -con el debido
asesoramiento jurídico- la estrategia debida en un eventual proceso
judicial.

En la práctica tenemos que la mayor incidencia de la violencia familiar


tiene como víctima a la mujer es por ello que generalmente tendemos a
asociar que el hombre es el agresor y la mujer la víctima y por ello
asimilamos violencia familiar a maltrato de la mujer

En esta actitud violenta hacia el sexo femenino subsisten múltiples


factores . Su supuesta inferioridad y las creencias machistas respecto al
papel dependiente y subordinado que debe representar la mujer, los
cimientos socioculturales son los que constituyen la causa real del
problema dando lugar a la desigualdad del sexo femenino.

En determinadas ocasiones el consentimiento y la tolerancia de dichas


actitudes violentas en la familia condicionará el desarrollo de futuros
comportamientos agresivos en los hijos u otros menores integrantes de
dicho nícleo familiar, constituyendo esto una violencia aprendida como
factor sociológico relevante en la génesis del maltrato.

Por supuesto que también es menester considerar la violencia ejercida


contra niños y ancianos.

DECLARACIONES INTERNACIONALES AFINES:

Veamos a continuación algunas declaraciones relativas al tema del maltrato:

1. Asamblea General de la ONU, 29 de diciembre de 1985:


“Víctima de un delito es aquella persona que individual o colectivamente ha sufrido
daños, lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o
menoscabo en sus derechos fundamentales.”

2. Asamblea General de la ONU, art. 1ro. De la “Declaración sobre la


eliminación de la violencia contra la mujer” (1993):

“Es violencia femenina todo ataque al sexo femenino que tiene como resultado daño
o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, incluyendo las amenazas de
tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad tanto en la vida pública
como privada.”

3. Tercera Conferencia del Consejo de Europa (Roma, 1993) sobre la igualdad


entre hombres y mujeres”, en la que se hacen múltiples referencias a la
problemática de la violencia contra el sexo femenino.

4. Declaración de Beijing (1995), en la que se define la violencia contra la mujer


como el conjunto de actos de violencia sexista con resultado real o posible lesivo,
de naturaleza física, sexual o psicológica, incluyendo la privación arbitraria de
libertad, coacciones y amenazas, ya ocurran en la vida pública o privada.

5. Instituto de la Mujer (1998), que define el maltrato como toda violencia ejercida
contra la mujer, llevada cabo en el medio familiar o doméstico y por personas de
su entorno (marido, conviviente, padre, hijos, hermanos. etc).

RECOMENDACIONES:

Con la finalidad de erradicar la violencia familiar y al menos paliar los efectos del
acto violento en caso se produzca se recomienda:

a).- Sensibilizar a la sociedad sobre la gravedad del problema del maltrato.


b).-Transmitir y enseñar, el valor de la no violencia, como medida fundamental en la
prevención.

c).-Que nuestros legisladores entiendan que una ley por muy progresista que sea,
no alcanza sus fines mientras menos recursos se le destinen.

d).-Elaborar campañas en los medios de comunicación social.

e).-Profundizar en la enseñanza escolar de valores tales como la igualdad y el


respeto entre ambos sexos.

d).-Potenciar una formación específica en materia de maltrato y violencia familiar.

e).-Aumentar los recursos sociales destinados a otorgar mecanismos de ayuda.

f).- Fomentar la capacitación de cuerpo policial especializado en temas de Violencia


Familiar.

g).- Dotar de mayores facultades al cuerpo policial especializado.

h).-Promover una reforma legislativa para el logro de tales fines.

Desde que a nivel nacional se han abordado con mas especificidad la problemática
de la violencia familiar se ha tendido a realizar esfuerzos loables por parte de las
distintas instituciones y organismos vinculados al tema con el fin de propiciar las
reformas necesarias y útiles que tienen como norte el conseguir los objetivos
marcados, aún cuando los resultados obtenidos hasta el momento no hayan sido
todo lo suficientes.

Esta realidad no debe conducir al desaliento, pues la violencia familiar exige un


esfuerzo continuado por parte de la sociedad civil. Y en la capacidad de atención
y respuesta que tengamos se halla la némesis a este terrible mal.

Bibliografia
“La Violencia Familiar en Cifras “-2002 IDEL.

“El maltrato Domestico” Emilio Donat Laporta.

“Manual de Medicina Legal y Forense” Casas-Rodríguez (2000)

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