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11 J O R N A D A S S O B R E B I L A N C I O *
MANUELFERNÁNDEZ-GALIANO
Universidad Autónoma d e Madrid

Profundamente agradecido me ha deja- Porque ello, como allí manifesté, e s


do la atención de mis amigos del Consejo tarea urgente, si bien también grata.
Superior d e Investigaciones Científicas y Urgente, repito, porque, no dejando nada
de nuestra Asociación Hispanohelénica al que desear en el momento actual el pa-
encargarme de pronunciar estas palabras pel y la huella españoles en los estudios
iniciales y augurales en relación con el clásicos también desde el punto de vista
buen éxito, que doy ya por descontado, internacional, donde creo sin falsa mo-
de las 11 Jornadas d e Historia y Arqueo- destia que figuramos en primera línea,
logía Bizantinas. Y, empalmando en cier- y resultando muy esperanzadora la for-
to modo lo que hace poco tuve ocasión ma en que, sobre todo por lo que toca
de decir, y muchos de Vdes. oyeron, en a la lengua y Literatura, viene siendo
el acto de presentación d e la bella tra- enfocada desde España la Wélade de hoy,
ducción del Diyenis Akritas que debemos en la que tan buenas amistades tenemos,
a Juan Valero, uno ahora a estos votos queda todavía entre uno y otro campo
mi exhortación a todos para que no des-
una zona de penumbra que desdora y
mayen en estas tareas y aseguren la per-
manencia en España, casi diríamos la afea estos logros y que afecta a mil años
implantación, pues lo hecho hasta hoy no trascendentales de la historia de E u r o ~ a .
ha sido mucho, d e los estudios bizanti- Y grata porque, quien c
nísticos. a Bizancio de la ganga de tópicos y pre-
Allí expresé mi firme deseo de que, juicios que aún la rodean, el joven inves-
finalizado mi mandato provisional en el tigador que se acerque con ilusión a ese
Comité español de la Asociación Inter- mundo enorme y delicado, para emplear
nacional de Estudios Bizantinos, cuya aquí la bien conocida y acertada expre-
Presidencia acepté sólo en calidad de sión aplicada a la Edad Media por Ver-
elemento catalizador de entusiasmos que laine, ese muchacho entusiasta de todo
no dudaba ya de que surgirían, y que han lo humano al modo terenciano, como a
empezado a revelarse en la asistencia de los de su envidiable edad cuadra, gozará
nuestros compatriotas al Congreso vie- inmensamente en la dedicación científi-
nés de 1981, personas más jóvenes y más camente muy remuneradora a cuanto la
dedicadas a temas de Bizancio asuman inmortal Constantinopla y sus tierras re-
estas actividades en nuestra nación. presentaron no sólo hasta la fecha lúgu-

* Palabras inaugurales a esta reunión científica celebrada en Madrid, los días 10 y 11 de Mayo
de 1982.
bre de su conquista, sino después de ella tónicos, no me atrevo a ser más explícito,
y a través de sus largos ecos póstumos. desde la lejanía de mi calidad de modesto
Tópicos que ciertamente no faltan, filólryy, niientras Luis Caballero no nos
aunque diffcilmente se mantengan en pie hable, magistralmente como lo hará sin
ante la transparente evidencia d e innu- d ida, del t v n a en su ponencia. Bizanti-
merables hechos. Hizantinisnzo, reza el nismo es también -continúa nuestro
diccionario de nuestra Real Academia docto l6xico- afición a discxsiones bi-
Española, es corrupción por lujo en la zant;::~:. Vayamos, pues -esto de los
vida social, y, sin embargo, la ciudad y viajes de lema a lema es servidumbre
el pequeño territorio asediados durante inevital?lc del asendereado manejador de
siglos vivieron en la más extrema a-iste- diccionnrio-, al término bizantino para
ridad o incluso pohreza: luego recorda- leer allí: dícese de las d i s c ~ ~ s i o n ebal-
s
remos una muy aireada anécdota a la días, ini lmpestivas o demasiado sutiles.
que sería fácil añadir cantidad d e otras. Ya estamos. Q i e si el sexo de los ánge-
O corrupción por exceso de ornamonta- les, qiie si iconoclastas e iconólatras, que
ción en el arte, continúa diciendo. Pero si los concilios, que si aquel bendito pa-
u n historiador d e la evolución artística triarca José al que Dios castigó con la
bizantina tan fiable como David Talbot muerte oorque, no sabiéndose las prepo-
Rice se ha puesto en un más adecuado siciones, se dejó convencer por los teó-
fiel de la balanza al señalar que su ver- logos rcmanos, en la inacabable polemica
dadera esencia es la fusión, una no siem- del filioque, de que ex en latín es lo
mismo qiie S U , en griego. Y en estas ca-
pre acertada, pero impresionante mesco-
vilacicnes les sorprendió la jauría, galgos
lanza d e elemenos griegos (delicadeza y
o podencos, de los ejércitos infieles.
elegancia), sirios (fuerza y expresión),
romanos (realismo) y, eso sí, orientales Anécdota, sí, y a m picante. Pero San- %

que traen a la gran ciudad, cruce de cul- tiago Montero Díaz -y aprovecho aquí
triras, la ornamentación formalista, llena esta oportunidad para rendirle, con mo-
d e horror vacui, que conocemos bien en tivo de su reciente jubilación, el home-
nuestra Andalucía, junto a la rigidez he- naje merecido por este gran maestro d e
tantos de entre nosotros- ha señalado
redada d e la escultura anatolia, que en
definitiva iba a plasmarse en ese severo, muy bien lo que de excesivamente esque-
mático tienen conceptos tan divulgados
angélico empuje ascensional d e las fi-
guras y aun los edificios qrie parecen sobre lo bizantino como la estacanda fo-
buscar a Dios. Miguel Angel Elvira nos silización, base de las elucubraciones d e
S ~ e n g l e r ,y la superflua sutileza, inútil
aleccionará sin duda sobre su y nuestro
genial Greco, pero anticipo aquí que para divagación de que hablaba Montesquieu.
Rice, en el toque inefable de España, su i,Inmovilismo? ¿Cómo puede etiquetar-
paisaje y su sociedad, tal vez las es- se así a un gran imperio que a lo largo
peculaciones místicas que por aquí halló de los siglos no hizo otra cosa que adap-
Theotokopoulos e s donde hay que buscar tarse Dor fuerza a los mil avatares a que
los orígenes de su abandono de la escuela le exponían su situación geográfica en la
veneciana y su conversión -copio lite- frontera de dos continentes, el dinamis-
ralmente- en uno d e los últimos, pero mo de sus activísimos enemigos de allen-
también uno d e los mayores pintores bi- de el Bósforo, la frecuente mala voluntad
z a n t i n o ~ .Esto por lo que atañe a la pin- de los occidentales que les mandaron la
tura: en cuanto a los elementos arquitec- devastadora Cruzada de 1204 encandila-
dos de envidia ante los oros u oropeles más, hace años tuve ocasión de ver en
de la corte constantinopolitana, como Istanbul un pésimo dramón compuesto
aquellos zafios embajadores alemanes a para glorificación popular del Fatih, el
los c p e acababa de recibir el usurpador gran conquistador Mehmed 11, cruel, al-
Alejo IM? Un episodio más, por cierto, cohólico y fanático -lo cual no le im-
de la interesante sucesión de visitas de pidió el recibir calurosos y sospechosos
viajeros a Constantinopla que tanta luz elogios del humanista Francesco ~ilelfo---
arroja sobre aquella ciudad y su circuns- cuya figura contrastaba allí, como de-
tancia y en que, sin duda, revistió gran chado de valor y virtud, con una ridícula
interés la de Ibn Battuta de que nos va pandilla de bizantinos blancuchos, lán-
a hablar competentemente Serafín Fanjul. guidos y cobardes. Y, sin embargo, en
¿Sutileza, divagación? Divagaron, sí, pocos períodos de la historia se han acri-
los últimos bizantinos al no cejar en sus solado más los valores humanos que en
luchas religiosas ni aun en los instantes la tremenda agonía de la ciudad conde-
dramáticos del cerco final; todo el mun- nada, en torno a la cual se iba enco-
do cita la «boutade» -de Lucas Notaras, giendo cada día el imperio al compás de
que decía preferir el turbante musulmán las esperanzas, en cuyo ámbito cundía
a la tiara del Papa, pero la verdad e s avasallador el desconsuelo y cuyas fuer-
que a última hora, aunque a regañadien- zas no bastaban ya para enfrentarse con
tes y con distingos, los recalcitrantes la infatigable amenaza. Es una catástrofe
dignatarios de la Iglesia bizantina s e que reúne en sí los ingredientes patéticos
avinieron a la unión con Roma. No sa- de una verdadera tragedia clásica. Lean
bemos qué habría ocurrido tras una hi- Vdes., si no lo han hecho ya, los dos
potética y milagrosa salvación de la ciu- preciosos volúmenes dedicados, bajo los
dad: la historia no se escribe con este auspicios de la Fundación Lorenzo Valla,
tipo de figuraciones; pero el hecho está por el llorado Agostino Pertusi a la caída
ahí. de Constantinopla, con infinidad de viva-
ces relatos procedentes de toda clase de
Esas son algunas de las frases hechas fuentes, también turcas desde luego, y
que pululan por nuestros libros. Y a esto
en que se cataloga una entera galería
agréguese la campaña de descrédito u
omisión que, salvo en círculos muy se- de héroes crepusculares. Teófilo Paleó-
lectos y bien enterados, sigue viva por logo, por ejemplo, protagonista de un
motivos obvios en la Turquía actual. He corto poema d e que sin duda hablará
visitado varias veces este país, tengo cor- Pedro Bádenas cuando nos deleite con
dial relación con él y por ello puedo sin- los inmarcesibles ecos kavafianos, un
ceramente calificar de fea y torpe esa pariente del Emperador que, según Leo-
tergiversación de las cosas griegas, esos nardo de Quíos, fue uno de los pocos en
saltos, a lo caballo de ajedrez, de la pro- defender in extremis la unión de las igle-
paganda y aun los libros escolares, desde sias y más tarde, al ver conquistada la
los hititas hasta Roma sin tocar apenas ciudad, dijo lapidariamente lam perdita
el fabuloso mundo helénico de Anatolia, urbe me uiuere non licet y, después d e
desde lo romano hasta la gloria del xv afrontar luchando durante algún tiempo
y XVI pasando por Bizancio como sobre el peso de los Teucros ---pues así, con
ascuas, desde entonces hasta Atatürk resonancias troyanas, se llama a los Tur-
prescindiendo de los fanariotas y de las cos en las crónicas d e aquellos días-,
comunidades griegas del Asia Menor. Es securi discinditur, fue partido en dos por
un hachazo. Y, sobre todo, el último des- debe acudir al monumental Decline and
cendiente de los Césares, Constantino XII Fa11 de Edward Gibbon y leer allí apli-
Dragasés, caído en las trincheras como cados a Constantino los magníficos ver-
un bravo soldado anónimo. A este res- SGS que dedicó John Dryden a un héroe
pecto, como de costumbre, quien quiera paralelo, muerto en las mismas circuns-
hallar el más bello y patético comentario tancias, don Sebastián de Portugal:

There lhey will find him a t his mclnly length,


with his face up to heaven, in thot red monument
which his good sword had digg'd,

allí, sobre un montón de muertos, le en- ral; la autócrata y soñadora Irene, a


contraron dando toda su talla viril, mi- quien su visionario proyecto de boda con
rando al cielo e n lo alto del sangriento Carlomagno costó el trono; el indolente
monumento que su valiente espada había Miguel 111 y su despiadado asesino, Ba-
erigido. silio 1, grosero y «parvenu», pero funda-
Final de una historia apasionante, llena dor de una gran dinastía; Basilio 11, el
también d e violentos contrastes. Grande- gran bulgaróctono; Alejo 1 Comneno, del
cual nos cuenta Kavafis que honró tanto
za y servidumbre de Bizancio es, como
a su madre Ana Dalasena: su hija Ana,
todos saben, el título no muy original,
buena historiadora y aspirante frustrada
pero acertado en este caso, que puso
al trono; el piadoso e intelectual Ma-
Charles Diehl a su muy divulgado libro.
nuel 1, sobrino de la erudita princesa,
Escenas sublimes como la descrita se
que no creía en los aduladorec astrólogos
codean con los más sórdidos sucesos: la
según dicho poeta y s e preparaba a bien
feroz plebe sacando los ojos a Miguel v
morir; el genial y pérfido Miguel VI11
en 1042, el horroroso suplicio d e Andro-
Paleólogo, reconquistador de la urbe de-
nico Comneno cn 1185, la matanza y re-
tentada por los Latinos, fundador de la
volución popular de Salónica en 1346,
pronto decadente; y, triste colofón, los
tantos y tantos horrores ... De los 107 em-
dos trágicos tocayos, Juan VI Cantacu-
peradores -apunta crudamente Bailly----
ceno, sobrino político de Roger de Flor,
sesenta y cinco fueron cbligados a abdi-
fatidico introductor de los Turcos en
car, estrangulados, cegados, torturados,
destripados, castrados o decapitados. Europa, aquel del que dice Kavafis que
no ostentó otras joyas, en su coronación,
Y, sobre este panorama siniestro, la &no lo único que podía aportar ya aquel
púrpura imperial viste una serie de figu- paupérrimo imperio en cuyas arcas, se-
ras colosales o por lo menos interesantes: gún Nicéforo Gregoras, no habla más que
el insigne Justiniano, de cuya clausura
aire y polvo, un montón de pedacitos de
d e la escuela platónica d e Atenas va a
cristai, rojos, verdes o azules; y, en per-
hablarnos Gonzalo Fernández, y la ex-
traordinaria Teodora de quien presiento petua lucha con él, Juan V Paleólogo,
que nos va a trazar un retrato subyu- longevo e ineficaz hijo de Ana d e Sabo-
gante mi querido Luis Alberto de Cuen- ya, el banquete de cuyas nupcias con la
ca; el gallardo y prometedor Heraclio, de su rival se sirvió en vajilla d e estaño.
vencedor de tos Persas, reconquistador Son ciertamente personajes de una pe-
d e la Santa Cruz, que al cometer incesto ripecia singular y desmesurada en cuanto
se atrajo maldición y ruina física y mo- a longitud. Lo cual era forzoso, como
también indica de modo sagaz Montero éxitos parciales en Argelia, Chipre, Tú-
Díaz, que impusiera a su evolución un nez o Creta, pero Viena, centro casi geo-
tempo sólo aparentemente lento y hierá- gráfico de nuestro mundo, s e salva dos
tico. Parecía que no ocurriera nada du- veces y para siempre. De nuevo nos veda
rante decenios enteros; parecía que todo la objetividad histórica especular sobre
estaba igual; pero la historia galopaba. lo que pudo haber ocurrido si los Turcos
Piénsese en la cronología. La monarquía hubieran subyugado a Bizancio en su
termina 1169 años después del adveni- época feliz de fines del XIV.Por fortuna,
miento de Diocleciano, que trazó un la amenaza mongólica trajo al duro aco-
conspicuo giro hacia Oriente en la mar- so medio siglo de respiro. La resistencia
cha del Imperio; 1058 después de la co- duró increíblemente hasta muy entrado
ronación de Arcadio, primer soberano el xv.
oriental; 977 después de la desaparición En Castilla y León reinaba Juan 11;
de la fantasmal monarquía de Occidente.
Fernando el Católico tenía un año; Isa-
476. Reina Zenón el Isáurico: y a pode-
bel, dos; los mismos Cristóbal Colón, y
mos hablar de un poderío, una cultura, es s e d x t o r a la idea d e que una persis-
un estilo de vida bizantina. Por Italia
tencia de medio siglo solamente en la
anda Odoacro; en España reina Eurico;
lucha contra el invasor habría permitido
en Francia Chilperico; Anglos y Sajones
que llegara a las salas bizantinas la
están muy atrasados aún en la formación
noticia increíble del descubrimiento; Al-
de una Inglaterra medieval. Todo esto f ~ n s oV el humanista daba gloria a Ara-
suena, huele todavía a Roma, a mundo
gón; Navarra era regida por los últimos
antigLio; a lengua latina o griega ~ o í v ? ) ;
Evreux; en Granada s e sucedían vertigi-
a restos del paganismo que no mucho nosamente los postreros reyezuelos; Car-
tiempo atrás había intentado resucitar los VI1 era rey de Francia; Federico 111,
Juliano. No parece, pues, anacrónico que, emperador de Alemania desde hacía un
como nos dirá el buen conocedor que e s
año; en Inglaterra quedaban ya pocos de
Javier Arce, en el hipódromo, desgracia- reinado a Enrique VI. Todo esto suena,
damente privado ahora de la maravillosa huele ya a Renacimiento, a mundo mo-
cuadriga de san Marcos de Venecia, viva derno. Recuérdese, en los inicios del si-
todavía hoy el trofeo de Plateas como glo xv, a Manuel 11 Paleólogo regiamente
auténtico lazo entre Bizancio y su ante- hospedado por Carlos VI y Enrique IV,
cesora la Grecia arcaica. padre y abuelo respectivamente de los
En 1453, por el contrario, la pequeña reyes francés e inglés que acabo de citar,
comunidad bizantina, hecha yunque de en aquel curioso viaje con que acudió a
Europa, como nuestra sufrida España en pedir mendicante auxilio de las dos ya
su otro extremo, ha integrado, gracias a poderosas monarquías provocando así la
su resistencia y aun a costa de mil de- compasión asombrada de Adán de Usk:
sastres y flaquezas, mantener el conti- ¡Dios mío! ¿Qué va a ser ahora de ti,
nente al resguardo de la amenaza islá- antigua gloria de Roma?
mica. Es, sí, una fecha tan infausta para El fácil vaticinio se cumplió; y es me-
Constantinopla como triunfal para los lancólica lectura, en el mencionado libro
Otomanos, que se consideran ya en el d e Pertusi o en un sinfín de otros luga-
camino de la dominación mundial, pero res, la de las quejas de todo el mundo
después de ella las aguas d e la atroz cristiano ante el gran descalabro de 1453.
pleamar comienzan a bajar. Surgen, sí, El historiador Ducas, haciéndose porta-

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voz de un colectivo mea culpa de la des- y Píndaro no murieron y Menandro, casi
dichada ciudad, reconoce sus faltas: ¡Sois un cadáver a la sazón, ha resurgido gra-
justo, Señor, y vuestras decisiones son cias a los papiros egipcios.
equitativas! Hemos pecado, hemos viola- Y la huella bizantina es visible por
d o vuestras leyes. Las penitencias que doquier. Aquella corona, caída en el fan-
nos habéis enviado son merecidas. ¡Y no go de las calles de Constantinopla, fue
cSstante, Señor, perdonadnos! Y el futuro recogida por Rusia gracias al matrimonio
Papa Pio 11, Eneas Silvio Piccolomini, s e de Iván 111 con Sofía Paleólogo y vivió
explaya en trenos jeremíacos: Tremit o malvivió hasta 1917, más de un siglo
manus, dum haec scribo, horret animus: después de la desaparición del Imperio
neque tucere indignatio sinit neque dolor de Occidente reinstaurado por Carlo-
loqui permittit. Pero no se trata sola- magno; la religión que l l a m a m ~ sorto- *
mente de los sufrimientos meramente doxa parece mantenerse relativamente
humanos, muerte y destrucción. La agó- firme en la general crisis de hoy; los
nica Bizancio ha buscado instintivamente evocadores ritos y cantos de las viejas
en sus últimos momentos el amparo es- iglesias nos siguen sobrecogiendo con su
piritual de la vieja Hélade; sus monarcas profunda y bella armonía; lo más vivo e
han comenzado a llamarse emperadores interesante de la Literatura bizantina se
de los Welenos; las arengas a los solda- injertó en el mundo renacentista o siguió
dos del día decisivo han hecho resonar perviviendo soterrado por los países de
por última vez en aquel recinto los nom- habla griega en los largos siglos de la
bres gloriosos d e Temístocles o Epami- oprdsión; los hermosísimos iconos de la
nondas. Y el fino humanista Piccolomini Panagía y el Cristo niño sigi!en contem-
piensa en esta continuidad de Bizancio plándonos desde su esplendor con sus
respecto al mundo antiguo y teme que mudos, dulces, pensativos ojos.
los clásicos, tesoros de la Humanidad ¿Y para España? Tanto o más que para
íntegra, s e pierdan para siempre. Nunc cualquier otro país de Europa, y de ahí
ergo e t Homero et Pindaro e t Menandro mis palabras de estímulo inicial. Ya an-
e t omnibus illustrioribus poetis secunda tes hablé de los influjos artísticos; el día
mors erit. Nunc Graecorum philosopho- en que presentamos el Diyenís lance el
rum ultimus patebit interitus. Queda, es usual fervorín, tan ineficaz por cierto
cicrto, un último rayo d e esperanza ante cuando lo escuchó de joven don Migdel
este adviento de la incultura y del Anti- de Unamuno, en pro de la mejor explo-
cristo, la incolumidad de Roma, pero aun tación de los manuscritos bizantinos d e
en tal aspecto hay motivos para el pesi- nuestras bibliotecas; evidente resulta que
mismo. Restabit aliquid lucis apud Lati- ningún helenista que por tal se tenga
nos, a t fatoor neque id erit diutur num puede prescindir de Focio y la Suda y
Por fortuna, Eneas Silvio se equivoca- Pselio y los meritorios filólogos de la
ba. Un beneficio palmario para Occidente edad tridiniana.
---que, por cierto, tan poco había hecho Ni es posible dejar de sentirse atraído
por el Imperio y aún contribuyó a humi- por nuestras no siempre bien conocidas
llarlo y deteriorarlo con las Cruzadas- relaciones con aquella cultura: episodios
fue el abandono d e Bizancio, ante la clara fundamentales, como la expansión occi-
inexorabilidad del desenlace, por parte de dental de Narsds y Belisario, ese heroe
humanistas y códices en busca de tierras romántico d e cuya leyenda popular bi-
a que la marea no llegara. Y así Homero zantina nos va a hablar con su compe-
tencia usual Juan Valero, y que ha se- terno y desenfadado anclar por el mundo
guido siendo espejo de caballeros en las del español como Pedro por su casa, se
creaciopes posteriores de Mira de Ames- apropian y catalanizan los topónimos y
cua, Rotrou, Marmontel y Robert Graves; denominan Estives a la capital d e Beocia
el efímero dominio sobre el Levante es- y Cetines a Atenas como años después
pañol, que nos comentará como especia- sus descendientes de los tercios d e Flan-
lista Luis García Moreno y, acerca del des iban a poner su impronta hispánica
cual, tengo por última que prohibirme a sobre Brujas y Gente y el Henao; nos
mí mismo el dar riendas a la imaginación divierte, digo, y también nos entristece
sobre lo que pudo ser una segunda y más el pensar que entonces pisábamos fuerte
estable Hispania Graeca; las inenarrables y hoy ni pisamos, que entonces llamába-
hazañas, mezcla, como en tantas gestas mos Lila a Lille y Besanzón a Besancon
españolas, d e fechoría y bizarría sublime, y hoy nuestros periodistas y locutores
llevadas a cabo por aquellos héroes ca- nos abruman con sus redichos Aachens
talanes y aragoneses -el mencionado y Regensburgs.
Roger de Flor y Lauria y Muntaner el Y finalmente, porque debo ya terminar,
cronista, y Entenza y Rocafort- cuyos excusado es decir lo muchísimo que al
nombres evocadores nos llenaban los estudio d e nuestra Literatura puede apor-
oídos en la Barcelona de mi niñez, no tar la bizantina, tanto en el caso de la
sólo porque así se llaman las calles del épica popular -los citados Diyenis, Be-
Ensanche, sino porque en la Universidad lisario, etc.-- como en el de la novela
eran manejados los libros dedicados a helenística ----de Teodoro Pródromo, Ni-
sus proezas por Rubió i Lluch o Nicolau celas Eugeniano, Constantino Manasés y
d'Olwer; sin olvidar, entre tanto ((con- Eustacio Macrembolita hasta el Persiles
dottiero)) frecuentemente iletrado, a don pasando por toda la complicada trama d e
Pedro IV de Aragón, que, con intuición los ciclos de Troya, de Apolonio, de Ale-
rara aun en la sociedad culta de su tiem- jandro --como en el d e la fábula, tema
po, admiró la Acrópolis y mandó que se en que Rodríguez Adrados, que lo do-
la respetara; ni omitir tampoco a Juan d e mina, espero que nos sirva d e hilo d e
Urtubia, conquistador de Tebas en 1379 Ariadna desde Esopo hasta el Isopete con
al mando d e una aguerrida compañía Pero Alfonso y el Calila y todas las im-
navarra. plicaciones de este singular genero e n
Soldados d e los que por cierto, y que tánto influyó siempre lo oriental.
perdóneseme una pizca de patrioterismo Muy fértil e s la mies; surjan, pues,
algo jaque, nos divierte -hablo al me- animosos cultivadores y la cosecha s e
nos por mí- ver cómo, en ese sempi- les rendirá ubérrima.

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NFERENCIA EN E L MUSEO ARQUEOLOGlCO NACZONAL

El viernes 12 de Noviembre, a las 6,30 to de Cultura Material de la Academia


d e la tarde, en la sala d e conferencias de Ciencias Polaca, disertará sobre Les
del Museo, Serrano, 13, la Dra. Aleksan- cultes des cités grecques a c6te d e la
dra wasdwicz, investigadora del Institu- mer Noire.

El Departamento de Filología Griega tena de asistentes a las conferencias de


de la Universidad Complutense, en cola- los profesores Bernabé Pajares, Gil Fer-
boración con el ICE, ha impartido du- nández, Guzmán, Lasso de la Vega, Mar-
rante los meses d e mayo y junio veinte tínez Díez, Rodríguez Adrados, Ruipérez
lecciones para el perfeccionamiento del y Zaragoza hace previsible la ocntinua-
profesorado de Griego d e Bachillerato. ción de tal iniciativa en el curso 1982-
El interés manifestado por la cincuen- 1983.

Del 20 al 24 de septiembre se han de- y Rodríguez Adrados (((Análisis estruc-


sarrollado en Granada, organizadas por tural de la obra literaria))) fueron segui-
la Inspección de Bachillerato y el ICE, das de coloquios, comunicaciones y tra-
las Segundas Jornadas d e estudio sobre bajos en grupo que culminaron con la
las lenguas clásicas. Las conferencias de organización de un Seminario Permanen-
los helenistas Martínez Díez («La lexico- te de Griego cuyo coordinador será el
grafía griega hoy))), Espinosa Alarcón Dr. Espinosa Alarcón. Las actas de estas
(«Educación griega y educación moder- jornadas serán publicadas próximamente
nan), García Gual («La mitología griega))) por el ICE de Granada.

Con motivo del año de El Greco, la bre y recorrerá las siguientes ciudades:
Asociación Cultural Hispano-Helénica h a Cuenca, Jerez, La Coruña, Barcelona, El
organizado una exposición-homenaje de Escorial, y posiblemente Granada y Ma-
artistas plásticos al inmortal cretense. drid, donde s e cerrará el homenaje con
Dicha exposición comenzará en noviem- diversos actos.

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